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Biología del comportamiento

Toma de decisiones

Tomar decisiones es una actividad cotidiana; todos los días decidimos sobre diversos asuntos y temas: el
vestido, la comida, los objetos y, por supuesto, sobre nuestras ideas y proyectos. En todos estos casos, el
objetivo es valorar las condiciones, para tomar la decisión más acertada. Y resaltamos la expresión en todos
los casos, puesto que las decisiones adecuadas en un contexto específico podrían no serlo en otro. Con esto
queremos indicar que las decisiones son contextuales, dependen de las situaciones, las circunstancias, las
metas, los propósitos y los resultados esperados. En otras palabras, la toma de decisiones hace referencia a
la capacidad cognitiva para elegir; lo que involucra: análisis, categorización, juicios probabilísticos,
construcción de alternativas y decisión.

Como se construyen las preferencias

Quizá no haya nada que nos defina mejor que nuestros gustos. Ya sea la comida, el vino, las parejas o los
candidatos políticos, nuestros gustos representan nuestra identidad. Por eso tiene sentido que lo que nos
gusta y nos disgusta se haya establecido a través de una minuciosa deliberación y una toma de decisiones
racional, es decir, mediante decisiones en las que he ejercido cierto control.

Nuestros comportamientos y preferencias están muy influidas por nuestra estructura genética, por factores
ambientales que afectan a nuestros genes y por otros genes introducidos en nuestros sistemas por los
innumerables microbios que habitan nuestro interior

Reglas generales de toma de decisión

Identificar el problema: Antes de tomar decisiones es fundamental conocer en profundidad el problema que
se quiere resolver. Ese problema no significa que existe ningún conflicto, ya que puede abarcar desde la
elección de una casa para comprar a la contratación de un nuevo trabajador. La finalidad de esta etapa es
formular la pregunta adecuada. Solo de esta forma es posible comenzar el proceso de toma de decisiones.

Identificar el objetivo: Una vez que se conozca en profundidad el problema, llega el momento de identificar
el objetivo que se pretende conseguir. Al igual que en el paso anterior, para identificar el objetivo es
necesario tener una visión clara, objetiva y realista. Entre otros aspectos, hay que estudiar las consecuencias
que supondrá alcanzar la meta prevista.

Análisis de la decisión a tomar: No es posible tomar una decisión sin recabar la información necesaria
para tener en cuenta todos los posibles aspectos del tema. Este paso, no obstante, puede conllevar el
problema de que la persona se obsesione y se paralice. Por ese motivo, hay que limitar el tiempo dedicado a
buscar esa información y a analizar la decisión que hay que tomar. Solo se debe tener en cuenta la
información relevante y dejar de lado aquella que no aporta nada.

Evaluar el coste de oportunidad: Otra pregunta que hay que realizarse es qué se puede perder con la
decisión que se tome. Un ejemplo de esto es la elección de una carrera universitaria. A pesar de sus
múltiples ventajas, hay que tener en cuenta que va a suponer perder años de posible experiencia laboral, así
como de un gasto considerable.
Identificar pros y contras: Uno de los métodos más útiles para evaluar las alternativas que se han propuesto
es identificar sus pros y sus contras. Se trata de estudiar las ventajas y desventajas de cada una de las
opciones propuestas, con lo que se va a tener una perspectiva mucho más clara sobre ellas.

Eliminar opciones: Esto debe aplicarse hasta en la toma de decisiones menos importantes. Así, por ejemplo,
no se debe elegir entrar a comer en una hamburguesería si se desea adelgazar. Lo mismo ocurre a la hora de
elegir los estudios, ya que hay que eliminar aquellas carreras que no permitan alcanzar el objetivo final de
encontrar un determinado trabajo.

Selección de la mejor opción: Es bastante posible que, a pesar de eliminar opciones, aún queden varias
entre las que decidir. Este paso es, posiblemente, uno de los más complicados, ya que consiste en tomar la
decisión final.

Implementación de la decisión: Aunque la decisión final ya ha sido tomada, el proceso no ha terminado


todavía. Es muy importante aplicar bien lo decidido. Lo primero es planear a la perfección los pasos que se
van a dar, al igual que comunicar la decisión a aquellos que puedan verse afectados.

Evaluación En algunas ocasiones, el resultado final de la decisión no puede verse hasta bastante tiempo
después. Sin embargo, en los casos que se pueda es muy importante evaluar constantemente el resultado
de la decisión. Se trata de comprobar que se ha acertado y corregir los posibles errores que vayan
surgiendo.

Racionalidad o consistencia en las preferencias

La idea clave es que cada consumidor tenga un conjunto de gustos y disgustos, deseos y gustos, llamados
preferencias.

Se hacen supuestos fundamentales sobre las preferencias para garantizar la consistencia interna:

1-Completitud: el consumidor puede comparar cualquier paquete y emitir un juicio preferido o indiferente.

2- Reflexivity: Esta condición dice que el consumidor es indiferente a la hora de comparar un paquete
consigo mismo.

3- Transitividad: Esta condición define una relación ordenada entre los haces de manera que si se prefiere el
haz A al haz B se prefiere al haz C, entonces el haz A debe preferirse al haz C.

La integridad y la reflexividad son fácilmente aceptadas. La transitividad, por otra parte es polémica. Como
cuestión de pura lógica, esperaríamos que un consumidor hiciera comparaciones consistentes.

Preferencias contexto-dependientes

Cuando estamos en una fiesta lo más probable es que optemos por una bebida alcohólica en vez de agua

y estando en la casa un lunes al medio día uno va a preferir tomar agua en vez de alcohol

Preferencias estado-dependientes

Una persona triste va a preferir quedarse en su cama todo el día, sin que nadie le moleste
y una persona feliz y animada tendrá ganas de salir a caminar, compartir con sus amigos.

Estudios comparados en humanos y animales no humanos

Podemos decir que algunas de las cosas que tenemos más parecidas tienen que ver con las necesidades
básicas. Así ambas especias comemos, dormimos, descansamos, la mayoría nos reproducimos, y nos
defendemos y luchamos por lo que es nuestro.

La postura erguida

Los humanos son únicos. Nuestro modo de caminar es totalmente diferente al de cualquier otro animal:
caminamos completamente erguidos. Esta forma de moverse es útil porque libera nuestras manos para el
uso de herramientas. Desafortunadamente, los cambios realizados en nuestra pelvis para ayudarnos a
movernos sobre dos piernas también hace que el parto sea inusualmente peligroso en comparación con el
resto del reino animal.

No tenemos pelo (o eso parece)


Podría parecer que no tenemos pelo, en comparación con nuestros primos animales más cercanos. Sin
embargo, un trozo de piel humana posee tantos folículos productores de cabello como la piel de un
chimpancé, según un estudio de 2018, informa 'Live Science'. Lo único, que los humanos tenemos pelos más
delgados, cortos y claros que la mayoría de los primates, de ahí que estar desnudos nos cueste más.

Y tenemos ropa
Se ha documentado que los chimpancés se adornan con artículos, pero no los usan para protegerse o
aislarse, como sí lo hace la ropa. Su desarrollo ha influido paradójicamente en la evolución de otras
especies: los piojos del cuerpo se adhieren a la ropa y no al cabello.

Las manos
Contrariamente a lo que generalmente se cree, los humanos no son los únicos animales que poseen
pulgares oponibles, pues otros simios también los tienen. Lo que hace que sean únicos es cómo podemos
llevar los pulgares a lo largo de la mano hasta los dedos anular y meñique. En otras palabras, nuestros
pulgares oponibles son mucho más largos que los pulgares de otros primates y nos ayudan a agarrar y
manipular objetos con firmeza.

El fuego
Probablemente lo que nos hace más humanos: la capacidad de poder ver en la oscuridad y anteponerse a
los depredadores garantizó la supervivencia de nuestros antepasados y nos cambió como especie. Además,
los alimentos cocinados son más fáciles de masticar y digerir, lo que quizás contribuya a la reducción del
tamaño de los dientes y el intestino humanos.
Nos sonrojamos
Los humanos son la única especie que se sonroja, un comportamiento que Charles Darwin llamó "la más
peculiar y la más humana de todas las expresiones". Sigue siendo algo un poco incierto, y revela
involuntariamente nuestras emociones más íntimas. Desde una perspectiva evolutiva, tal vez sonrojarse
indica que alguien se ha equivocado, pero reconoce su error para evitar una confrontación.

Las infancias son más largas


Los humanos deben permanecer al cuidado de sus padres durante mucho más tiempo que otros primates
vivos. Por ejemplo, los humanos tardan casi el doble de tiempo que los chimpancés en madurar, y parece
que Lucy (nuestra abuela más antigua) maduró mucho antes que los jóvenes actuales. La explicación puede
estar en nuestros grandes cerebros, especialmente en su elevado número de neuronas corticales; otros
animales con una gran cantidad de neuronas en la corteza cerebral, como algunas aves y mamíferos,
también tienen una infancia larga y una longevidad extensa

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