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UNIVERSIDAD GALILEO – IDEA

Licenciatura en Administración de Empresas


CEI: Metronorte
Horario: Sábado 7:00 am
Curso: Administración 1

Tarea No. 7
Preguntas

Apellidos: Esquivel Muñoz


Nombres: Jonatan Moises
Carnet: 20003003
Fecha Entrega: 22/08/2021
Índice
.

¿Por qué es importantes la toma de decisiones?

Es importante porque mediante el empleo de un buen juicio, la Toma de


Decisiones nos indica que un problema o situación es valorado y considerado
profundamente para elegir el mejor camino a seguir según las diferentes
alternativas y operaciones.

¿Por qué es importantes la toma de decisiones a nivel personal?


Son nuestras decisiones las que nos hacen lo que somos y las que nos muestran
lo que podemos llegar a ser. ... Por eso tomar decisiones de forma informada y
razonada, en el momento oportuno, es fundamental para crecer personalmente y
llegar a ser más maduros, responsables y felices.

¿Por qué es importantes la toma de decisiones a nivel


profesional?

La toma de decisiones profesional permite valorar y considerar profundamente


un problema o situación, para así elegir el mejor camino a seguir según las
diferentes alternativas. De ahí que es estratégico dentro del contexto
organizacional y social, saber interpretar la naturaleza de los problemas y de
las decisiones.

¿Por qué es Complejo el proceso de toma de decisiones?


Cada persona afronta el proceso de toma de decisiones de manera diferente, hay
quienes son capaces de decidir con mayor rapidez mientras otros necesitan más tiempo,
hay
quienes se dejan llevar por su intuición y otros actúan de manera más racional. Sin
embargo, como regla general, existen diferentes obstáculos que nos dificultan tomar
decisiones, sobre todo cuando se trata de tomar decisiones difíciles, entre ellos
encontramos:

1. Miedo a equivocarse. La toma de decisiones siempre implica una


encrucijada, elegir una alternativa a despecho de otra. Sin embargo, el hecho
de tener que renunciar a un camino, con todo lo que ello significa, puede ser
atemorizante y es una de las principales razones por las cuales aplazamos las
decisiones.
2. Falta de autoconocimiento. Cuando no tenemos claros nuestros valores y no
sabemos realmente qué queremos, tomar decisiones importantes se complica
porque todas las alternativas nos pueden resultar igual de interesantes, incluso
si son muy diferentes entre sí.
3. Escasa confianza en sí mismo. Cuando una persona tiene una autoestima
baja, duda continuamente de sus capacidades, no cree que será capaz de
tomar una buena decisión. Y esa sensación la sume en un bucle de indecisión.
4. Tendencia al perfeccionismo. Las personas perfeccionistas suelen sentir
mucha presión en el momento de tomar grandes decisiones pues sienten que
están obligadas a elegir la mejor alternativa y a cerciorarse de antemano que el
resultado será perfecto. De esta manera, a menudo se ven atrapados en una
serie de elucubraciones que les impiden pasar a la acción.
5. Ceguera a las opciones. Cuando hay que tomar una decisión siempre existen
al menos dos alternativas. Sin embargo, cuando la persona se bloquea es
incapaz de ver todas las soluciones posibles porque se activa un mecanismo
de defensa que le impide acceder a las opciones que podrían causarle más
ansiedad pero que quizás, a la larga, podrían ser la mejor solución.
6. Incapacidad para manejar la incertidumbre. Toda decisión importante
siempre lleva consigo cierto grado de incertidumbre, ya sea porque no
contamos con toda la información inicial que desearíamos o porque no
podemos prever todas las consecuencias. Hay personas que no se sienten
cómodas con este tipo de situaciones por lo que prefieren aplazar la toma de
decisiones, sin darse cuenta de que esto solo sirve para aumentar la tensión.
7. Conflictos internos. Hay veces que una parte de nosotros quiere una cosa y
otra parte, quiere justo lo contrario. Esta ambivalencia, esta confrontación de
deseos y sentimientos, nos inmoviliza impidiéndonos tomar una decisión.

¿Qué aspectos son importantes para tomar mejores


decisiones?
No hay recetas que nos den a conocer el momento exacto para echar a andar la
rueda de la productividad; sin embargo, existen buenas prácticas que llevan a una
exitosa toma de decisiones

1. Identifica el problema

El primer paso en el proceso de cómo tomar buenas decisiones es identificar el problema.


En general, debemos elegir entre las opciones disponibles cuando hay un problema que
resolver, especialmente en el mundo de los negocios.

2. Entiende tus opciones

Al identificar el problema, es más fácil analizar las opciones que se pueden seguir. Trata
de verificar fríamente cuáles son los caminos disponibles, teniendo en cuenta
principalmente los valores difundidos en tu negocio y la repercusión de cada posibilidad.

3. Reúne informaciones

Veamos, por ejemplo, la expresión “dar un palo de ciego”, que significa tomar una
decisión sin ningún tipo de base. La usamos cuando elegimos un camino sin saber qué
pasará, aunque por más que el futuro sea incierto, siempre podremos armarnos con el
máximo de información posible, haciendo que la elección sea mucho más segura y más
correcta.

4. Conoce las posibilidades

Ya conoces e l problema, ya has pensado en las opciones disponibles y ya tienes las


informaciones a mano. Ahora es el momento de analizar las posibilidades considerando
cada una de las opciones. Es en este momento que observamos el desdoblamiento de
nuestras decisiones, verificando los obstáculos y posibles problemas. Al conocer todas las
posibilidades planificamos con mayor precisión, e incluso podemos crear alternativas si
nuestra primera elección no fue la más favorable.

5. Conoce tus habilidades

Tanto en el mundo personal como en el de los negocios, es fundamental ser honesto a la


hora de capacidades. La elección de un camino particular depende también de las
habilidades que tenemos para hacer frente a las repercusiones de esa decisión. Para las
empresas, esto se puede traducir como disponibilidad de recursos, capacidad de
producción y atención al cliente, etc. Una empresa que fabrique uniformes para clubes de
fútbol puede tener que decidir, por ejemplo, si buscará establecer una sociedad con una
gran entidad del sector. Así, hará falta sopesar la propia capacidad de producir y atender
considerando el riesgo de no conseguir satisfacer la demanda y, en consecuencia, fallar
en el emprendimiento.
6. No seas impulsivo

La impulsividad es uno de los mayores enemigos de la buena toma de decisiones. Como


ya habrás notado, el proceso debe realizarse con calma y atención, reuniendo toda la
información disponible y haciendo un análisis cuidadoso de las posibilidades. Si somos
impulsivos, estamos dando prioridad a nuestro lado emocional. Así, hay que poner mucha
atención, porque, aunque algo pueda resultar en una buena elección en algunos casos,
será menos probable que funcione, ya que no habrá sido una elección basada en técnicas
de análisis.

7. Establece plazos

Dependiendo de la elección que tengas que hacer, es posible que la estés aplazando una
y otra vez. Esto nos hace ceder a las ganas de elegir de manera impulsiva cuando ya no
nos sea posible postergar. Por eso, define siempre una fecha límite para la toma de
buenas decisiones, respetándola y planificándote de acuerdo con ella.

8. Usa tu experiencia

La experiencia es un aspecto que debe tenerse en cuenta a la hora de tomar una buena
decisión. Podemos usar situaciones vividas en el pasado como ejemplos de lo que se
debe hacer en el presente.

Por mucho que las decisiones no sean siempre las mismas, con la experiencia es posible
predecir algún aspecto de lo que sucederá a partir de nuestras elecciones.

9. Prueba

Siempre que sea posible, no dudes en probar los resultados de tus elecciones. Realizar
pruebas a pequeña escala también es una excelente manera de entender cómo la
decisión podrá influir en tu negocio o en tu vida en el futuro.

10. Limita tus opciones

Cuando pensamos en las opciones disponibles al tomar una decisión, podemos encontrar
un amplio conjunto de opciones, algo que hace la tarea más difícil en vez de ayudarnos.
Por eso, analiza bien los posibles caminos e intenta limitar tus opciones tanto como sea
posible, eliminando las que difícilmente puedan traerte resultados positivos.

11. Alinea la decisión con los valores


Finalmente, un punto muy importante es tomar buenas decisiones de una manera siempre
alineada con los valores practicados por tu empresa o también por ti en la esfera
personal.

¿Cuáles son los pasos para tomar decisiones?

1. Identificar un problema, oportunidad o meta. Reconocer si existe y vale la pena


abordar, tomando la decisión consciente de ello.

2. Recopilar información. ¿Qué necesitas saber para tomar la decisión correcta? Busca


los datos y a las personas que pueden ayudar en esta tarea.

3. Considerar tus opciones. Tantas como puedas pensar. Cuantas más, mejor serán


tus posibilidades de encontrar alguna que acierte o sea un éxito.

4. Ideas sobre los posibles resultados. Crear una lista de pros y contras, análisis
coste-beneficio o algún precedente para entender los riesgos involucrados.

5. Tomar tu decisión. Probablemente querrás la opción con las mayores posibilidades


de éxito.

6. Actuar. Asignar los recursos y actores que se necesitan para que la decisión funcione.

7. Evaluar el impacto. Es un paso que se pasa por alto pero que es muy importante:
construir un circuito de retroalimentación en el proceso de toma de decisiones. ¿Qué
salió bien? ¿Qué funcionaría mejor la próxima vez?

8. Cuidado con los sesgos cognitivos. Como modelos mentales, hay marcos


establecidos de cómo funciona nuestra mente y de su eficacia. Pero también pueden
empañar nuestro juicio. ¿Descubrir algo nuevo que de repente está por todas
partes? Es el fenómeno Baader-Meinhof, y te puede engañar al desconocer posibles
opciones.

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