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Manejo de la Hembra
En cuanto a la cachorra de reposición, debemos tener presente el criterio de edad y peso al primer
servicio, debería ser de 240 a 250 días (8 meses), y con un peso de 130 a 140 kg, lo cual permitirá que el
animal desarrolle un nivel adecuado de reserva corporal “grasa dorsal” como reserva energética para la
producción de leche, esto coincide con el tercer ciclo estral posterior a la pubertad, considerado como el
adecuado para comenzar con su vida reproductiva, pudiéndose visualizar con el uso de un ecógrafo dorsal
(22 mm). Para el caso de un cerda adulta, antes del servicio, se deberá aumentar la comida (4 a 5 kg) “flushing”
para favorecer a una mejor ovulación. Muchos trabajos sugieren este aumento dos semanas antes del
servicio, porque mejora la tasa de ovulación y la sobrevivencia de embriones.
Ciclo Sexual
La hembra porcina presenta su celo o estro de modo continuo, repitiendo periódicamente su ciclo
sexual cada 21 días y pudiendo variar su presentación entre 18 a 24 días según la categoría (cachorra o
hembras adulta). Durante este periodo la vulva aparece tumefacta, enrojecida, puede presentar una
serosidad sanguinolenta que se acumula en su comisura inferior. El celo tiene una duración de 60 horas y la
ovulación sucede entre 2 a 4 horas después del inicio del último tercio del celo. Para obtener buenos
resultados debe haber una buena sincronización entre la monta o servicio y la ovulación.
El momento óptimo para el servicio es cuando detectamos el reflejo de “inmovilidad”, que es, cuando
la cerda en celo se mantiene quieta o inmóvil. El operador pude hacer la prueba de un modo simple, solo
debe presionar firmemente el lomo de la cerda y verificar su actitud. En el 80% de los casos las hembras lo
manifiestan en su periodo de celo.
Plan sanitario: Dentro de los factores que afectan la fertilidad de la cerda se encuentran las
enfermedades reproductivas (Brucelosis, Parvovirosis, Aujesky, Leptospirosis) y las micotoxinas (alimentos
mal acondicionados) que entre sus principales efectos presentan repeticiones irregulares de celos, abortos,
aumento de lechones nacidos muertos, nacimientos de camadas pequeños y débiles. La observación de
síntomas de enfermedad, el control de registros individuales debe ser realizados periódicamente y de modo
rutinario previo al servicio para detectar estos inconvenientes con tiempo y poder tomar medidas al respecto.
Para una mejor explicación vamos con un ejemplo para granjas que tengan 10 madres: el planteo
utilizado, es dividir el rodeo en 3 grupos de 3 hembras cada uno, con un intervalo de servicio 49 días, lo que
resultaría en una tasa de servicio de 3 hembras, con una tasa de parto de 2 hembras (contemplando un 80 a
75% de preñez). Para estos casos, el destete se realiza todos los jueves, el servicio todo los martes y
miércoles mientras que los partos quedarían de jueves a sábado sistemáticamente. Es importante mencionar
que a la hora de ajustar el planteo reproductivo es necesario evaluar cada caso particular con el técnico a
cargo.
En lo que respecta a la sincronización de los celos, en esta especie se logra con total perfección
aplicando normas de manejo como: destete simultáneo de todas las cerdas lactantes, traslado de las cerdas
del área de paridera a la de servicio, ubicación en grupos homogéneos por tamaño (no mayores a 8 cerdas
para evitar pérdidas de gestación por competencia y golpes entre madres), suministrar comederos con
alimento a voluntad, realizar en forma diaria estímulo y detección de celo introduciendo un padrillo en dicho
grupo.
Estas simples técnicas de manejo permiten en los sistemas a campo o familiares alcanzar una
perfecta sincronización de los celos, fundamental en la organización de la granja, ya que nos permite:
concentrar todas las etapas productivas (parto, destete y recría), adecuar las instalaciones al número de
cerdas a parir, hacer un uso intensivo de las mismas, realizar reposo sanitario, planificar las épocas del año
de mayor demanda de mano de obra (partos, destetes), tener continuidad en las ventas de animales. No
debemos alterar los grupos de cerdas formados (orden social).
Las malas prácticas de manejo durante el servicio que repercuten negativamente en el índice de
fertilidad son el incorrecto manejo en la frecuencia de uso de los machos para poder cubrir la demanda de
celos que se producen cuando aplicamos las técnicas de sincronización de celos y manejo en banda. La
recomendación es disponer de no menos del 10% de machos y no más de dos saltos por día y en cortos
períodos de tiempo (2 a 5 días). La sobreutilización de estos conduce a la disminución de la calidad
espermática de los machos con la consecuente disminución de la fertilidad y de los lechones nacidos por
camada.
La supervisión de esta etapa por el productor son aspectos esenciales en el manejo del servicio y es
fundamental para el éxito durante esta etapa. La presencia y la capacitación del personal significan un
compromiso con un momento vital para el sistema productivo.
Diagnóstico de la preñez:
La hembra que recibió el servicio recomendamos separarla o ubicarla en otro corral o piquete, que
llamaremos, Gestación 1 (por el tamaño de preñez) si trascurridos 18 a 36 días no repite celo podemos
considerar que está preñada. Luego será/n trasladadas a otro sitio o piquete que podemos denominar
Gestación 2. Esta adecuación de sitios nos permite un adecuada organización social y evitar las peleas no
debemos alterar los grupos o compañía hasta el momento del parto.
Alimentación:
La alimentación durante la gestación no debe aumentar en cantidad, debe cubrir en la hembra los
requerimientos de mantenimiento y producción, siendo igual a la que recibía en la etapa de pre-servicio una
cachorra (3 a 3,5 kg) o diferenciado en función del análisis de la condición corporal a la salida de la paridera
o maternidad y es en el caso que debemos ajustar el consumo diario. Una cerda muy flaca o flaca donde los
huesos de la pelvis y la columna vertebral son muy visibles deben recibir 3,5 a 4,5 kg de alimento hasta
cumplir con los 2/3 de la gestación (70 a 75 días). Se recomienda aumentar la cantidad de alimento a 4,5 a 5
kg a toda hembra gestante durante el último tercio de la gestación, lo que permitirá el mejor desarrollo de los
fetos en esta etapa final de la gestación.