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20 Principios Bíblicos Con Cita

1. La Obediencia a Dios
El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama (Juan 14.21). Respondió Jesús y le dijo: El
que me ama, mi palabra guardará (Juan 14.23). Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos;
y sus mandamientos no son gravosos (1 Juan 5.3).

2. La obediencia a otras autoridades


Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que
hay, por Dios han sido establecidas (Romanos 13.1).

3. El verdadero motivo de la obediencia


Si me amáis, guardad mis mandamientos (Juan 14.15).

4. Las bendiciones de la obediencia


Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo,
sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace (Santiago 1.25).

5. Los resultados de la desobediencia


Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de
desobediencia (Efesios 5.6).

6. La enseñanza de Jesús
Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a
cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra (Mateo 5.38–39).

7. Las enseñanzas de los apóstoles


No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto
dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino
dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Así que, si tu
enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego
amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal (Romanos 12.17–21).

8. El ejemplo de Cristo y de la iglesia apostólica


Porque esto merece aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo
injustamente. Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís,
y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. Pues para esto fuisteis llamados; porque también
Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló
engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba,
sino encomendaba la causa al que juzga justamente; quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre
el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis
sanados (1 Pedro 2.19–24).

9. No se enseñó en el Antiguo Testamento


La ley y los profetas eran hasta Juan (Lucas 16.16). Hubo un cambio de ley cuando vino Jesús como el
sacerdote eterno. (Véase Hebreos 7.12; Romanos 10.4.) Dios dio la ley del Antiguo Testamento para el pueblo
de Israel, pero esa ley no tiene vigencia en nuestros días porque Cristo nos ha dado una ley nueva. Esto es
evidente en lo dicho por Jesús en Mateo 5: “Oísteis que fue dicho... Pero yo os digo...” Sí, es cierto que Dios
permitió la venganza y aun ordenó la guerra en el Antiguo Testamento. No obstante, esa ley no es para nosotros
en la actualidad; al contrario, él nos manda a no resistir, a no vengarnos y a no pelear por la fuerza.

10. Aplicaciones prácticas de la no resistencia


La Biblia nos manda que no entremos en pleitos con nadie, sino que suframos el agravio. Y muchas veces esto
significa dar más de lo que se nos exige. (Véase 1 Corintios 6.7; Mateo 5.40–41.) Para ser realmente no
resistentes nosotros tenemos que evitar no sólo toda participación en la guerra, sino también en la fabricación
de armamentos y toda participación en los asuntos políticos de nuestras naciones. Votar en las elecciones
políticas nos hace parte del gobierno. Dios estableció el gobierno para hacer uso de la espada. (Véase Romanos
13.1–5.) Pero a los cristianos nos manda a guardarla en su lugar porque no somos de este mundo. (Véase Mateo
27.52; Juan 18.36.)

11. El amor al prójimo


Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros
enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os
persiguen (Mateo 5.43–44).

12. Los dos reinos


Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del
mundo. No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo
soy del mundo (Juan 17.14–16).Con estos versículos Jesús nos da a entender que hay dos reinos que son muy
distintos el uno del otro. Uno es el mundo, el reino de las tinieblas espirituales. El otro es el reino de la luz.
Todos pertenecemos a uno o al otro.

13. El llamamiento a la separación


¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente,
como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Por lo cual, Salid de en
medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré (2 Corintios 6.16–17).

14. El no amar al mundo


No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en
él (1 Juan 2.15). Podemos separarnos fácilmente del mundo si cumplimos este versículo. Al amar a Dios nos
convertimos en enemigos del mundo, y al amar al mundo nos convertimos en enemigos de Dios. (Véase Juan
15.18–19; Santiago 4.4.) ¿Acaso puede haber acuerdo alguno entre Cristo y Satanás? ¡En ninguna manera!
(Véase 2 Corintios 6.14–16.) Por eso, Jesucristo afirmó que no podemos servir a dos señores. (Véase Mateo
6.24.)

15. El no conformarnos al mundo


No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de nuestro entendimiento, para
que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta (Romanos 12.2).

16. Otras aplicaciones de la separación


Existe un sinnúmero de áreas en las cuales nos separamos del mundo. Al pertenecer al reino de Dios ya no
seguimos las costumbres del mundo en sus fiestas y diversiones. No participamos en los deportes. No nos
unimos con los mundanos en asociaciones de comercio, en sindicatos de obreros, en partidos políticos, en los
clubes y las sociedades secretas, en matrimonio ni en cualquier otra manera porque las mismas nos conducirán
a la ruina espiritual. Los seguros, especialmente los seguros de vida, destruyen la fe en Dios, además de unirnos
con los incrédulos. Asimismo, participar en el sistema de escuelas públicas pervierte a nuestros hijos y muestra
nuestro acuerdo con los mundanos. Estas cosas, y muchas más, las debemos evitar para separarnos del mundo y
de sus malas influencias. “Esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe” (1 Juan 5.4).

17. La base para la mayordomía


De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo y los que en él habitan (Salmo 24.1).

18. La recompensa del mayordomo fiel


El que es fiel en lo muy poco, también en lo más el fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más
es injusto. Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo verdadero? Y si en lo ajeno no
fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es vuestro? (Lucas 16.10–12).

19. El discípulo aprende del Maestro


Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso
para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga (Mateo 11.29–30).
20. El discípulo se niega a sí mismo y lleva su cruz
Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.
Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará
(Lucas 9.23–24). Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo (Lucas 14.27).

20 Costumbres Bíblicas

1. Rut 4:7
Y {la costumbre} en tiempos pasados en Israel tocante a la redención y el intercambio {de tierras} para
confirmar cualquier asunto era ésta: uno se quitaba la sandalia y se la daba al otro; y esta era la {manera de}
confirmar en Israel.

2. 2 Crónicas 35:25
Entonces Jeremías entonó una elegía por Josías. Y todos los cantores y cantoras en sus lamentaciones hablan de
Josías hasta hoy. Y las establecieron como ordenanza en Israel; he aquí, también están escritas en las
Lamentaciones.

3. Ezequiel 24:17
Gime en silencio, no hagas duelo por los muertos; átate el turbante, ponte el calzado en los pies y no te cubras
los bigotes ni comas pan de duelo.

4. Marcos 7:3-4
(Porque los fariseos y todos los judíos no comen a menos de que se laven las manos cuidadosamente,
observando {así} la tradición de los ancianos; y {cuando vuelven} de la plaza, no comen a menos de que se
laven; y hay muchas otras cosas que han recibido para observar{las,} como el lavamiento de los vasos, de los
cántaros y de las vasijas de cobre.)

5. Deuteronomio 4:9-10
Por tanto, cuídate y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, y
no se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; sino que las hagas saber a tus hijos y a tus nietos.
{Recuerda} el día que estuviste delante del SEÑOR tu Dios en Horeb, cuando el SEÑOR me dijo: ``Reúneme
el pueblo para que yo les haga oír mis palabras, a fin de que aprendan a temerme todos los días que vivan sobre
la tierra y {las} enseñen a sus hijos."
6. 1 Corintios 11:23
Porque yo recibí del Señor lo mismo que os he enseñado: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado,
tomó pan.

7. Juan 19:40
Entonces tomaron el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron en telas de lino con las especias aromáticas, como es
costumbre sepultar entre los judíos.
8. 2 Tesalonicenses 3:6
Ahora bien, hermanos, os mandamos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo
hermano que ande desordenadamente, y no según la doctrina que recibisteis de nosotros.

9. Lavamiento de Pies Juan 13:4-16


En los tiempos bíblicos los hombres no caminaban por veredas bien pavimentadas y tampoco usaban el tipo de
zapatos que nosotros usamos hoy. Sus pies estaban calzados con sandalias y caminaban sobre caminos
polvorientos. Es obvio que los pies estaban expuestos a la arena y al polvo y que se ensuciaban. De modo que
cuando llegaban a destino, un lavamiento de pies era muy necesario.

10. Rasgar los vestidos


Era una demostración externa de aflicción y pesar por algún desastre o calamidad. También era una señal de
profundo dolor y desconsuelo por alguien que había muerto. A veces indicaba una santa indignación (una IRA
justa) contra el pecado y lo que es contrario a la Palabra de Dios. (Génesis 37:29, Génesis 44:12-13, 1 Samuel
4:11-12, 2 Samuel 3:30-31, 2 Samuel 13:30-31, 2 Reyes 18:37 Jerusalén estaba a punto de ser invadida por el
poderoso Rey de Asiria, 2 Crónicas 34:24-27, Esdras 9:3, Mateo 26:65 por cierto que el Señor no era culpable
de este pecado, Hechos 14:14 pecado de “adorar a la criatura” )

11. El uso de la sal


En los tiempos bíblicos la sal se usaba de dos maneras diferentes. Primero, era usada para sazonar los alimentos,
que es como usamos la sal hoy día (aunque hoy día hay sustitutos de la sal y hay otros condimentos que dan
sabor a los alimentos, y estas opciones no estaban disponibles en los tiempos bíblicos). ¿Puede comerse sin sal
algo insípido (ver Job 6:6)? La sal da buen sabor a la comida. Ayuda a que nuestras comidas sean apetitosas y
agradables al paladar (aunque algunos de nosotros tenemos la tendencia a usar demasiada sal).

12. El marido
El gobernante de la familia, era responsable por su bienestar, y no solamente una figura autoritaria (por lo
menos en la teoría), aunque debería ser respetado por esposas e hijos. También era el líder espiritual de su casa,
como un sacerdote doméstico, responsable de orientar sobre los preceptos de Dios. Él y la esposa enseñaban a
la descendencia “el camino en el que debe andar”, (Proverbios 22:6), Era común que el padre hebreo fuera
cariñoso con sus hijos, respetándolos como personas completas, pero también que los reprendiera, si era
necesario, sin excesos ni abuso de poder. “Y vosotros, padres, no provoquéis la ira a vuestros hijos, sino
criadlos en disciplina y amonestación del Señor.”, (Efesios 6:4). Se buscaba un equilibrio, de esta forma, entre
el respeto y el amor.

13. La esposa
Una auxiliadora del marido. Sumisa a él, era responsable por los quehaceres de la casa y por el cuidado de los
hijos. También podía participar en las actividades profesionales del cónyuge, si eso fuera necesario para el
bienestar familiar, como es mostrado en Proverbios (31:16-25), cuando se habla sobre la famosa figura de la
mujer virtuosa.

14. El hijo
El varón tenía un papel destacado. Un primogénito era el sucesor natural y, en caso de la muerte del padre, era
el líder incluso de los hermanos más jóvenes. A medida que crecía, recibía más derechos y deberes delante del
núcleo familiar, Era quien sustentaba a los padres cuando envejecían, un deber al que no podía renunciar. El
padre y la madre debían recibir el mismo grado de respeto. Hasta el propio Jesús, incluso en la condición de
hijo de Dios entre los hombres, demostró respeto por María y José, humildemente, como sucedió cuando los
dos lo perdieron en un viaje en Jerusalén, para encontrarlo 3 días después conversando con los doctores del
templo.

15. La hija
En aquella época, los hijos eran vistos como bendiciones, pero las hijas, aunque pudieran ser amadas, también
eran vistas como fardos, hasta que alguien se casara con ellas y pasara a sustentarlas. Aún así, los hebreos las
cuidaban con amor. Aunque los varones tuvieran primacía, las hijas mayores tenían una posición importante en
el seno familiar. Eran las primeras ofrecidas o pedidas en matrimonio, generalmente (no obligatoriamente, pues
dependía de cada familia). Si no había varones, la hija mayor podía heredar las posesiones del padre, pero sólo
permanecería con ellas si se casaba luego (y con alguien de su misma tribu, en el Antiguo Testamento).

16. Sumisión a Dios


La Biblia muestra familias que alcanzaron la prosperidad y la armonía por haber seguido los preceptos de Dios,
en un ambiente de afecto y respeto. Pero también muestra otras que se perdieron por no ser sumisas a Él. Si
muchas costumbres de los grupos familiares con el paso del tiempo, el hecho de que un hogar temeroso al
Padre, al hijo y al Espíritu Santo de buenos frutos, permanece.

17. La Fiesta del Pésaj o Pascua Judía


Pésaj es la primera y más importante fiesta del calendario judío; comienza el día de Nisán, y se celebra durante
siete día, Pésaj es la primera y más importante fiesta del calendario judío; comienza el día de Nisán, y se
celebra durante siete días (ocho en la diáspora), de los cuales el primero y el último son días de reposo, y en los
que está prohibido el trabajo cotidiano. En ella se festeja la liberación del pueblo judío de la esclavitud de
Egipto obrada por Dios a través de Moisés. En el libro del Éxodo se relata la vocación de Moisés, elegido por
Dios para salvar a su pueblo. (Ex 6). Dios envía a Moisés ante el Faraón para que deje partir a su pueblo al
desierto para darle culto. (Ex 5,3)

18. El sacrificio del Cordero y los panes ácimos


La costumbre de ofrecer sacrificios a Dios, se remonta a etapas anteriores a la estancia de los hebreos en Egipto.
Es mediante este acto que el hombre reconoce su dependencia de Dios. Así, el Libro del Génesis, relata la
oblación hecha por Caín de los frutos de la tierra, y de Abel, de los primogénitos de su rebaño (Gen. 4, 3-4); a
Noé que ofreció holocaustos sobre el altar después del diluvio (Gen.8,20); también a Melquisedec sacerdote del
Dios Altísimo que presenta a Dios pan y vino (Gen.14,18); a Abraham cuando sacrifica el cordero en lugar de
su hijo Isaac (Gen 22,13), etc.

19. El cordero pascual


La víctima debía ser "macho" (considerado la fuente de vida), "sin defecto" (a fin de que sea aceptable a Dios),
"de un año" (primicia), "lo guardaréis" (la separación del rebaño como señal de santificación). (cf. Ex 12,5-6).

20. Los panes ácimos


A la repentina orden de salida se debe la tradición de los panes ácimos o Matzot, que también caracterizan a
esta fiesta: el tiempo no alcanzó para cocer en los hornos el acostumbrado pan de cada día, sino que hubo que
dejar la masa al sol para que se cociera al calor de éste. Resultaron unas galletas chatas y sin fermentar, en
recuerdo de las cuales se come hasta el día de hoy, las tradicionales matzot de Pèsaj durante los siete (u ocho)
días de fiesta. Por lo tanto “los panes ácimos que Israel come cada año en la Pascua conmemoran la salida
apresurada y liberadora de Egipto.” La Fiesta de los panes ácimos seguía a la de la Pascua, como se puede ver
en Levítico 23,5.

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