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EL PECADO

“LECCION 24”

ELABORO:

CARLOS IVAN CARDENAS

TUTOR:
ENRIQUE BERMUDEZ CATAÑEDA

TEOLOGIA SISTEMATICA
20/06/2019
PREGUNTAS DE APLICACIÓN PERSONAL

¿Ha despertado la lectura de este capítulo una creciente conciencia del


pecado que permanece en su vida? ¿Puede usted mencionar alguna forma
específica en que esto es cierto? ¿Incrementó este capítulo en usted algún
sentido de lo odioso que es el pecado? ¿Por qué no siente más a menudo
un sentido más profundo de aborrecimiento del pecado? ¿Cuál cree usted
que será el efecto general de este capítulo en sus relaciones con Dios?

RTA: comprendiendo que el pecado incluye no solo las acciones individuales


tales como robar o mentir o matar, sino también las actitudes que son contrarias
a las actitudes que Dios requiere de nosotros. Por tanto, una vida que agrada a
Dios tiene pureza moral no solo en las acciones, sino también en los deseos del
corazón. De hecho, el más grande de los mandamientos requiere que tenga el
corazón lleno de una actitud de amor a Dios: «Ama al Señor tu Dios con todo tu
corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas» (Mr
12:30).

Sabemos que Todos somos pecadores ante Dios. Las Escrituras dan testimonio
en muchos lugares de la pecaminosidad universal de la humanidad. «Todos se
han descarriado, a una se han corrompido. No hay nadie que haga lo bueno; ¡no
hay uno solo!» (Sal 14:3). David dice: «Ante ti nadie puede alegar inocencia» (Sal
143:2). Y Salomón dice: «Ya que no hay ser humano que no peque» (I R 8:46; Cf.
Pr 20:9).
De esta manera como ser humano he fallado, ahora reconozco más en
profundidad, el aborrecimiento del pecado en mi vida, por de mi depende la
relación de Dios en mi vida. Si afirmamos que no tenemos pecado, nos
engañamos a nosotros mismos y no tenemos la verdad. Si confesamos nuestros
pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda
maldad. Si afirmamos que no hemos pecado, lo hacemos pasar por mentiroso y
su palabra no habita en nosotros. (1 Jn 8-10)

2. ¿Resultaría para usted al final más consolador pensar que el pecado entró
en el mundo porque Dios estableció que entrara mediante agentes
secundarios, o porque él no pudo prevenirlo, aunque era algo en contra de
su voluntad? ¿Cómo se sentiría usted acerca del universo y su lugar en él
si usted pensara que el mal siempre ha existido y que existe una situación
de «dualismo» en el universo?
RTA: vemos que somos declarados culpables a causa del pecado de Adán.
Pablo explica los efectos del pecado de Adán de la siguiente manera: «Por medio
de un solo hombre el pecado entró en el mundo, y por medio del pecado entró la
muerte; fue así como la muerte pasó a toda la humanidad, porque todos pecaron»
(Ro 5:12). El contexto nos dice que Pablo no está hablando de los pecados que
las personas cometen cada día, porque todo el párrafo (Ro 5:12-21) está
haciendo una comparación entre Adán y Cristo. Nos está diciendo que por medio
del pecado de Adán la muerte se extendió a todos los hombres pues todos
pecaron.
Creo que Dios tenía todo bajo control, el no pudo prevenirlo se ve mal ante Dios,
porque el es soberano y el es perfecto, La conclusión que podemos sacar de
estos versículos es que todos los miembros de la raza humana estaban
representados por Adán en el momento de su prueba en el huerto del Edén.
Como nuestro representante, Adán pecó, y Dios nos consideró a nosotros
culpables como también a Adán. (Un término técnico que se usa a veces en este
contexto es imputar, que significa «atribuir a otro una culpa, delito o acción
reprobable».) Dios consideró que la culpa de Adán nos correspondía a nosotros,
y puesto que Dios es el Juez supremo de todas las cosas en el universo, y dado
que sus pensamientos son siempre correctos, la culpa es nuestra también. Dios
correctamente nos imputó la culpa de Adán.

3. ¿Puede usted mencionar algunos paralelismos entre la tentación que


enfrentó Eva y las tentaciones que usted enfrenta en su vida cristiana?

RTA: La vida cristiana es una vida de combate. Hay una batalla con la carne (cf.
Rom. 7:14-25) y hay tentaciones que se levantan a lo largo de la vida. Dado el
hecho que los cristianos resistimos tentación tras tentación, y, dado el hecho que
la historia está llena de personas y denominaciones que han sucumbido a las
mentiras de Satanás y han apostatado totalmente, uno debiera intentar entender
la metodología del engaño usada por Satanás.
Probablemente el mejor lugar para examinar la táctica y la metodología satánica
de la tentación es la tentación de Eva en Génesis 3:1-6: “Pero la serpiente era
astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la
cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: ¿No comáis de todo árbol del
huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto
podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios:
No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a
la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán
abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la
mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol
codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a
su marido, el cual comió, así como ella.”
Como cristianos hay dos tópicos principales que deberíamos considerar en
esta porción de la Escritura. Primero, está el método de la tentación usado por
Satanás. Segundo, está la respuesta no Bíblica de Eva hacia el ataque de
Satanás.
Pero los cristianos debemos estar siempre en guardia contra las tentaciones
que vienen desde los seres amados, esposas, parientes, y amigos cercanos,
pues a menudo estos tipos de tentaciones son las más furtivas y más difíciles
de resistir. El veneno es más fácilmente de la copa de un amigo que de un
enemigo. Esta verdad es una razón por la cual la Biblia enfatiza que no
debemos estar igualmente enyugados con los incrédulos (2 Cor. 6:14-18). La
historia está llena de ejemplos de personas que siguieron el consejo impío, no
Bíblico, de esposas, amigos y familiares y llegaron así al juicio y a la ruina. Los
creyentes deben someter cada pensamiento, sugerencia y pedacito de consejo
a la autoridad de la palabra de Dios.
Satanás se abordó a Eva cuando ella estaba cerca del árbol. El verso seis dice
que Eva vio que el árbol era bueno para comer y placentero a los ojos. Ella
podía ver el fruto desde donde estaba. Note que Satanás ataca cuando puede
tomar total ventaja de la codicia de los ojos. También él ataca cerca del árbol
para hacer que coma del fruto rápidamente una vez que su mente está
engañada. Satanás ataca como un hábil vendedor de puerta en puerta. Al
presentar su caso cerca del árbol, Eva puede moverse desde el pensamiento
de maldad al hecho de maldad sin tener tiempo de reconsiderar su decisión.
Satanás no quiere que tenga tiempo para cambiar de opinión o para que tenga
segundas opiniones.
Los Cristianos nunca debiésemos colocarnos a nosotros mismos en
situaciones en las que sabemos que seremos tentados. Una persona que es
glotona no debiera ir a un buffet para ir a cenar. De igual forma, una persona
que es tentada a emborracharse no debiera detenerse en el bar después del
trabajo para jugar al billar. Los hombres que tienen problemas con la lujuria
debiesen alejarse de los porta-revistas en las librerías y así sucesivamente.
Pablo dice “ni deis lugar al diablo” (Efe. 4:27). ¿Cómo han de evitar los
Cristianos el darle al diablo una oportunidad? Pablo dice, “Airaos, pero no
pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo” (Efe. 4:26). Los creyentes han
de tratar con la ira inmediatamente, en el mismo día en que ocurre para que
Satanás no pueda explotar la situación y tentar al Cristiano a pecar. El diablo
usa la ira (figurativamente hablando) como punto de apoyo para palizas,
asesinatos, guerras, adulterios, chismorreo y toda clase de venganzas. ¿Cómo
han de evitar los Cristianos casados la tentación sexual? Pablo escribe: “No os
neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento,
para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para
que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia” (1 Cor. 7:5). El
permanecer alejado de situaciones de tentación es tanto positivo como
negativo. Negativamente, los creyentes han de evitar ciertas situaciones y
ambientes. Positivamente, los Cristianos han de involucrarse en actividades
legítimas y ejercicios para someter la carne.
4. ¿Siente usted que sea injusto que lo consideren a usted culpable del
pecado de Adán (si está de acuerdo que Romanos 5 : 12-21 lo enseña)?
¿Cómo puede usted lidiar con este sentido de injusticia para evitar que se
convierta en un obstáculo en sus relaciones con Dios? A un nivel de
convicción profunda, ¿piensa usted de verdad que, antes de ser cristiano,
estaba totalmente incapacitado de hacer ningún bien espiritual delante de
Dios? Del mismo modo, ¿está profundamente convencido que esto es
cierto de todos los creyentes, o piensa usted que esto es solo una doctrina
que puede ser cierta o no, o al menos una doctrina que usted no encuentra
muy convincente al examinar la vida de los incrédulos que conoce?

RTA: Aunque el castigo de Dios por el pecado sirve como disuasivo en cuanto a
seguir pecando y como una advertencia para los que lo observan, esa no es la
razón primaria por la que Dios castiga el pecado. La razón primaria es que la
justicia de Dios lo demanda, a fin de que él sea glorificado en el universo que ha
creado. Él es el Señor que actúa en la tierra «con amor, con derecho y justicia,
pues es lo que a mí me agrada» (Jer 9:24).
Pablo dice de Cristo Jesús que «Dios lo ofreció como un sacrificio de expiación
que se recibe por la fe en su sangre» (Ro 3:25). Pablo entonces explica por qué
Dios ofreció a Jesús como «expiación» (esto es, un sacrificio que lleva sobre sí la
ira de Dios en contra del pecado y de ese modo Dios transformar la ira en favor):
«Para así demostrar su justicia». Anteriormente, en su paciencia, Dios había
pasado por alto los pecados» (Ro 3:25). Pablo se da cuenta de que, si Cristo no
hubiera venido apagar el castigo por los pecados, Dios no podría mostrar que era
justo. Porque si él hubiera pasado por alto los pecados en el pasado y no los
hubiera castigado, las personas podrían con razón acusar a Dios de injusticia, en
base de la suposición de que un Dios que no castiga el pecado no puede ser un
Dios justo. Por tanto, cuando Dios envió a Cristo a morir y pagar el castigo de
nuestros pecados, mostró cómo podía ser todavía justo: había acumulado el
castigo de los pecados anteriores (los de los santos del Antiguo Testamento) y
entonces, en perfecta justicia, cargó ese castigo sobre Jesús en la cruz. La
propiciación del Calvario demostraba de ese modo claramente que Dios es
perfectamente justo: «De ese modo Dios es justo y, a la vez, el que justifica a los
que tienen fe en Jesús» (Ro 3:26).
Por tanto, en la cruz tenemos una clara demostración de por qué Dios castiga el
pecado: Si no castigara el pecado no sería un Dios justo, y no habría una
situación de justicia suprema en el universo. Pero cuando castiga el pecado, Dios
demuestra que es un juez justo sobre todos, y que se hace justicia en su
universo.
5. ¿Qué clase de libertad de elección tienen los incrédulos que usted
conoce? Aparte de la obra del Espíritu Santo, ¿está usted convencido de
que ellos no cambiarían su rebelión fundamental contra Dios?

RTA: lo que si estoy convencido es que Dios puede quitar ese corazón de piedra
y poner uno de carne, dice la palabra “Pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá
la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. “Juan 3:36 la elección que tienen los
incrédulos es la de no creer en el Hijo de Dios. Jesucristo, movido por una
misericordia infinita, vino al mundo, asumió nuestra naturaleza, y en esa
naturaleza sufrió, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios. En razón de Sus
sufrimientos, el mensaje evangélico es proclamado ahora a todos los hombres
asegurándoles honestamente que “Todo aquel que en él cree, no se pierda, más
tenga vida eterna.” rechazan el ofrecimiento de misericordia de Dios; oyen el
Evangelio, pero rehúsan obedecer su mandato
Me imagino que estas personas son que estos individuos sean necesariamente
escépticos declarados Creen que la Biblia es la palabra de Dios; creen que hay
un Dios; creen que Jesucristo vino al mundo como un Salvador; creen en la
mayor
parte de las doctrinas que se agrupan en torno a la cruz. ¡Ay!, pueden hacer eso,
pero, con todo, si no creen en el Hijo de Dios, la ira de Dios está sobre ellos.

6. ¿Cómo le puede ayudar en su vida cristiana la enseñanza bíblica de grados


en la gravedad del pecado en este momento? ¿Ha experimentado usted un
sentido del «desagrado paternal» de Dios cuando ha pecado? ¿Cuál es su
respuesta a ese sentido?

RTA: La Biblia dice claramente que nosotros como cristianos debemos vivir una
vida victoriosa en nuestra lucha contra el pecado. Y esta victoria no será a duras
penas; seremos más que vencedores, (Romanos 8,37) ¡y Dios siempre nos
llevará en triunfo! (2 Corintios 2,14) LA ENSEÑANZA ES MUY GRANDE, Porque
me lleva a un arrepentimiento genuino después de conocer su verdad, en muchas
veces de mi vida siento que le falle a Dios y que el deja de ser mi padre, no
porque el se vaya, si no por que le falle, perdí mi paternidad con el simple hecho
de que no le agrade.
Sin embargo, aunque deseo vivir una vida agradable a Dios, puede ser bastante
aterrador enfrentarse a las reacciones que vienen de mi naturaleza en los
acontecimientos y las situaciones diarias. Pienso, digo y hago cosas que no son
según la voluntad de Dios. Pablo lo describe muy bien en Romanos 7,18-19: Y yo
sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está
en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no
quiero, eso hago. Puede parecer que este pecado que mora en mi carne
simplemente es demasiado fuerte para resistirlo.
Jesús dice algo increíble en Apocalipsis 3,21: «Al que venciere, le daré que se
siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi
Padre en su trono.» Estas palabras son tan grandes, ¡que casi son difíciles de
entender! Todos los cristianos creen que a través del sacrificio de Jesús podemos
recibir perdón y ser reconciliados con Dios. ¡Pero aquí Jesús dice que yo también
puedo vencer como él venció! Esto significa que hay algo más que solamente el
perdón de pecados.
Cuando Jesús vino al mundo, declaró: Sacrificio y ofrenda no quisiste; más me
preparaste cuerpo. Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu
voluntad.» (hebreos 10,5-7) Del mismo modo, cuando estuvo frente a enormes
pruebas al final de su vida, dijo: «¡No se haga mi voluntad, sino la tuya!» Lucas
22,42.
En conclusión, Mi voluntad es otra palabra para el pecado en la carne que todos
hemos heredado. Abarca una gran variedad de áreas, incluyendo el orgullo, la
impaciencia, el egoísmo, la injusticia, la irritación, la pereza, la vanidad, la queja,
la impureza sexual, la incredulidad, el desánimo, la envidia, la codicia, la
ingratitud, etc. Como un hombre Jesús también tuvo esta propia voluntad, y fue
tentado, pero su firme determinación desde el principio fue: No se haga mi
voluntad, ¡sino la tuya! Para poder vencer como Él venció, debo tomar la misma
determinación y fielmente aferrarme a ella, independiente de lo que suceda o lo
que sienta.

7. ¿Piensa usted que los cristianos de hoy han perdido bastante de vista lo
aborrecible que es el pecado? ¿Lo han perdido también los incrédulos?
¿Piensa usted que los cristianos hemos perdido de vista la persistente
presencia del pecado en los incrédulos, de la verdad de que el mayor
problema de la raza humana, y de todas las sociedades y civilizaciones, no
es la falta de educación, la falta de comunicación ni la falta de bienestar
material, sino el pecado en contra de Dios?

RTA: Así es, el pecado contra Dios es la causa de todos los males, como
seres humanos queremos vivir una vida agradable a nuestra forma de pensar,
creo que si en el ser no una convicción de querer cambiar nuestra forma de
pensar un arrepentimiento genuino de decir, ya no vivo yo, cristo vive en mí,
todo empezaría a cambiar, a transformarse por medio de la renovación de
Jesucristo. dice la palabra Haya, pues, en vosotros este sentir… estando en la
condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la
muerte, y muerte de cruz. Filipenses 2,5-8. Jesús estaba en el cielo con Dios,
pero voluntariamente se volvió un hombre por amor a nosotros. Podríamos
pensar que este sería el último acto de humildad. Pero está escrito que
estando en la condición de hombre se humilló a sí mismo, y fue obediente.
Esto fue porque como hombre tuvo una voluntad propia que no estaba de
acuerdo con el Padre. En las situaciones cotidianas cuando fue tentado a la
impaciencia, la irritación, la envidia, el desánimo, etc. el Padre le mostró que su
reacción nunca era por causa de los demás o por las situaciones, sino que
siempre por causa de la tendencia al pecado en la propia carne de Jesús. Para
vencer, Jesús tuvo que humillarse a sí mismo. Tuvo que tomar una lucha
contra el pecado, y llevar a cabo su promesa: «¡No se haga mi voluntad, sino la
tuya!»

La humildad fue el pensamiento de Jesús, y también debe ser mi pensamiento


como su discípulo.

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