Está en la página 1de 3

Ana Libertad Licón Cejudo

Licenciatura en Trabajo Social


Introducción a las Ciencias Sociales
Resumen

La ciencia social se define a si misma como la búsqueda de las verdades que fueran
más allá de la sabiduría recibida o deducida, esta es una empresa del mundo
moderno, se encuentra enraizada en el intento (que se ha ido desarrollando desde el
siglo XVI) de desarrollar un conocimiento secular sistemático sobre la realidad que
tengan algún tipo de validación empírica.
La visión clásica de la ciencia que predominó por siglos, estaba constituida sobre
dos premisas: una era el modelo newtoniano en el cual existe una simetría entre el
pasado y el futuro, y es una visión teológica, en la que al igual que dios se pueden
alcanzar certezas. Y la segunda premia fue el dualismo cartesiano, una suposición de
que existe una distinción fundamental entre la naturaleza y los humanos, entre
materia y mente, entre el mundo físico y el espiritual y el social.
Según lo definido en los estutos de la Royal Society por Thomas Hooke, la ciencia
pasa a ser definida como la búsqueda de las leyes naturales universales que se
mantenian en todo tiempo y espacio.
Con el conocimiento de que la tierra era una esfera finita y con el uso de los viajes
de descubrimiento, se acortaron las distancias sociales y temporales.
A pesar de la finitud de la tierra, el ideal y la visión de un progreso ilimitado extrajo
feirza de la infinidad el tiempo y del espacio, pero la realización práctica del
progreso en los asuntos humanos por medio de los avances tecnológicos dependía de
la cognoscibilidad y explorabilidad del mundo y de la confianza en su finitud de
ciertas dimenciones clave.
Hasta la llegada del siglo XX parecía que la finitud de la tierra había servido en su
mayoría para facilitar las exploraciones y la explotación que se requerían para el
progreso, y para hacer prácticas y realizables las aspiraciones de dominio de
Occidente.
Para el siglo XX, cuando las distancias terrestres se encogieron a un nivel
constrictivo, las exploraciones tuvieron un incentivo adicional para expandir aún
más el dominio de la esfera, hacia arriba y hacia afuera.
Sumando todo esto, nuestra vivienda pasada y presente empezó a parecerse menos a
la de un hogar y más a la de una plataforma de lanzamiento, desde el que los
hombres y pocas mujeres de ciencia podrían lanzarse al espacio.

La ciencia natural, como se entendía en los siglos XVII Y XVIII, se derivada del
estudio de la mecánica celeste. Al principio los que intentaban establecer la
legitimidad y prioridad de la búsqueda de leyes científicas de la naturaleza no
hacían mayor distinción entre ciencia y filosofía. En medida de que se distinguían
los dos dominios, se pensaban como aliados en la búsqueda de la verdad secualar,
pero a partir del trabajo experimental y empiríco, pasó a ser cada vez más
importante para la ciencia, mientras que la filosofía pasó a ser para los científicos un
sustituto de la teología.

La necesidad del estado moderno de una conocimiento más exacto sobre el cual
basar sus decisiones había llevado al surgumiento de nuevos categorías de
conociemiento desde el siglo XVIII, pero esas categorías todavía tenían definiciones
y fronteras inciertas. Los filósofos sociales comenzaron a hablar de “física social” y
los pensadores europeos comenzaron a reconocer la existencia de múltiples tipos de
sistemas sociales en el mundo, cuya variedad necesitaba una explicación. En ese
contexco, revivió la universidad a finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX
como principal sede institucional para la creación de conocimiento.
Al revivir de la universidad, la facultad teológica perdió importancia o fue sustituida
por un departamento de estudios religiosos dentro de la facultad de filosofía. Fue
dentro de la facultad de filosofía donde se construyeron las modernas estructuras de
conocimiento. Ahí entraba los estudiantes tanto de las artes como los de ls ciencias
naturales y allí construyeron sus múltiples estructuras disciplinarias autónomas.
La historia intelectual del siglo XX está marcada por esta disciplinarización y
profesionalización del conocimiento.
La creación de múltiples disciplinas se basaba en la creencia de que la investigación
sistemática requería una concentración hábil en las múltiples zonas separadas de la
realidad, la cual ha sido separada en diferentes grupos de conocimiento. Esa divisón
prometía ser eficaz. Las ciencias naturales no habían esperar la resurreción de la
universidad para establecerse, habían sido capaces de reaccionar antes porque existía
la capacidad de solicitar apoyo social y político con base en la promesa de recibir
resultados prácticos.

En muchos países, especialmente en Gran Bretaña y en Francia, el trastorno cultural


causado por la Revolución francesa impuso cierta clarificación, la presión política y
social había adquirido urgencia y legitimidad que ya no resultaba fácil contener
mediante la proclamación de teorías sobre un supuesto orden natural de la vida
social. Muchos sostenían que la solución consistía en organizar y racionalizar el
cambio social en un mundo en el que la “soberanía” del pueblo iba rápidamente
conviertiéndose en la norma. Pero para organizar y racionalizar este cambio,
primero se necesitaba estudiarlo y comprender las leyes que lo gobernaban.

En el curso del siglo XIX las diversas disciplinas se abrieron como un abanico para
cubrir toda una gama de posiciones epistemológicas. En un extremo se hallaba la
matemática (no empírica) y a su lado las ciencias naturales experimentales. En el
otro extremo estaban las humanidades y las prácticas artísiticas formales. Entre estos
dos extremos quedaba el estudio de las realidades socials con la historia y la “ciencia
social”.
La división entre la ciencia y la filosofía había tendio un divorcio proclamado por
Auguste Comte. Los problemas planteados a través de esto eran reales, ¿había leyes
deterministas que gobernaban al mundo? ¿o existe un lugar y un papel para la
intervención y la investigación humana?

Se proclamó que la ciencia era el descubrimiento de la realidad objetiva utilizando


un método que permitía salir fuera de la mente; mientras que los filósofos solo
meditaban y escribían sobre sus meditaciones. Esta visión de la ciencia y la filosofía
fue afirmada por Comte en la primera mitad del siglo XIX, cuando se propuso a
establecer las reglas que gobernarían el análisis del mundo social. Comte expresaba
claramente su interés político: quería salvar a Occidente de la “corrupción
sistemática”. En su opinión el partido del orden se basaba en doctrinas superadas
(católica y feudal) mientras que el partido del movimiento tomaba como base tesis
puramente negativistas y destructivas tomadas del protestantismo. Para Comte, la
física social permitiría la la reconciliación del orden y el progreso al encomendar la
solución de cuestiones sociales a un pequeño grupo de inteligencias de élite con
educación apropiada.
John Stuart Mill, contraparte inglesa de Comte, no habló de la ciencia positivista
sino de la ciencia exacta.

La diversificación intelectual reflejada en la estructura disciplinaria de las ciencias


sociales sólo fue formalmente recibida en el periodo de 1850 y 1914.
La creación de las múltiples disciplinas de ciencia socoail fue parte de intento del
siglo XIX de obtener e impulsar el conocimiento “objetivo” de la “realidad con base
en descubrimiento empíricos. Se intentaba aprender la verdad, no inventarla o
intuirla.

La actividad en la ciencia social durante el siglo XIX tuvo lugar principalmente en


cinco puntos: Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia y Estados Unidos.

La primera de las disciplinas de la ciencia social que alcanzó una existencia


institucional autónoma fue la historia. La historia era una práctica antigua, como lo
es el propio término. Al mismo tiempo, la economía se convertía en una disciplina
establecida en las universidades, y se formaba una disciplina nueva: la sociología.

Para su inventor, Comte, la sociología debía ser la reina de las ciencas, pues debía
ser una ciencia social integada y unificada que era “positivista”. Sin embargo en la
práctica de la sociología como disciplina se desarrolló en la segunda mitad del siglo
XIX.

También podría gustarte