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El niño con hiperactividad se distrae con mayor facilidad que el resto de los

alumnos. Por este motivo, el espacio físico debe ser ordenado y armónico,
evitando estímulos visuales o auditivos que puedan hacerle perder la
concentración como posters, carteles o ventanas al exterior.
El niño o niña con hiperactividad se fatiga más rápidamente que el resto de la
clase, por lo que se debe preparar actividades alternativas de menor duración.
Por otra parte, con estos niños suele funcionar muy bien el uso de fichas,
dibujos y esquemas eminentemente visuales y puzles.
Otra recomendación es incorporar a las actividades del niño abundante
material táctil con el que se puedan hacer ejercicios prácticos para mejorar la
comprensión.

1. Lugar estable y controlado dentro del aula. Siempre delante y cerca del
profesor para no distraerse.
2. Dar información personalizada y concreta. Cambiar el énfasis en el
discurso para mantener la atención o captarla, escribir en la pizarra las
palabras clave para focalizar la atención y modificar el centro de
atención.
3. Buscar actividades con movimiento. Darle tareas con movimiento, hacer
recados dentro del colegio, borrar la pizarra. Si el niño es mayor y es
capaz de reconocer el estado de inquietud y necesita salir del aula, se
puede acordar con él que sin pedir permiso pueda abandonar la clase 5
minutos y dar un paseo.
4. Incentivar la participación en clase. Uso de experiencias prácticas para
el aprendizaje. Exponerles a situaciones en las que vaya a tener un
buen desempeño para fomentar su autoestima.
5. Motivar el rendimiento escolar a través de intereses propios. Por
ejemplo, si tiene que practicar la redacción que elija el tema.
6. Diversidad de recursos. En la medida de lo posible presentar el material
con colores vivos, usando diferentes recursos como libros, ordenador,
pizarra, audios, películas…
7. Dar indicaciones claras y breves y tratar de mantener el contacto visual
mientras se les habla.
8. No insistir demasiado en lo que el niño hace mal y evitar llamarle la
atención públicamente, ya que se trata de niños muy susceptibles y a
veces con problemas de autoestima.
9. Tratar de no acumular exigencias.
10. Con estos alumnos hay que procurar premiar especialmente las
conductas positivas y las pequeñas tareas bien realizadas,
siendo especialmente recomendables los refuerzos sociales como una
felicitación pública o un aplauso de la clase.
11. Confiarle encargos y responsabilidades y no permitir que deje esa
actividad sin concluir.

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