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COMO TRATAR LA MITOMANIA.

n la adolescencia, especialmente al comienzo, es frecuente que se presenten


comportamientos inadecuados como una expresión que se orienta a construir la
identidad, ganar autonomía y consolidar la personalidad del joven. Pero es
importante aprender a reconocer cuándo una conducta reviste o no gravedad.

Los adolescentes roban y mienten por muchas razones, para desquitarse de los
padres cuando sienten que han sido tratados injustamente, por reacción frente a
algún evento que los agreda y también, a su vez, como muestra de agresividad.
Lo hacen en muchos casos para ganar aprecio y aprobación de sus compañeros;
algunos por rebeldía o para confirmar su oposición a la autoridad.

Pero otros expresan con estas conductas inadecuadas una demanda de afecto y
atención, así como falta de seguridad en sí mismos o baja autoestima. Algunos
recurren a la mentira para evitar los castigos, para ganarse la admiración de los
demás o no parecer menos que ellos y evitar así ser rechazados.

Igualmente, el miedo puede inducirlos a actuar de este modo. Además robar


puede ser una aventura porque a los adolescentes les fascinan los riesgos.
Deciden apropiarse de lo que les gusta, por estar a la moda, hurtan cosas de los
supermercados o le extraen objetos a sus compañeros.

La mentira y el robo están asociados a otras conductas como huir de casa, así
como también, en otros casos, al uso de drogas o alcohol o al abuso de la
sexualidad. La mayoría de las veces un joven que tiene estas actitudes requiere
ayuda y comprensión.

En realidad la honestidad y el aprecio por la verdad son valores que se forman


desde la infancia a través del ejemplo y de las actitudes de los padres y
constituyen los pilares básicos del comportamiento del adolescente.
Muy seguramente un niño que ha experimentado que en su familia las situaciones
cotidianas, los problemas y dificultades se enfrentan de manera franca y sincera,
aunque las consecuencias no sean las mejores, tendrá mayores probabilidades de
ser un adulto íntegro. Por ejemplo, los niños aprenden de las disculpas o mentiras
que utilizan algunos padres para eludir compromisos sociales y lo extienden para
evitar las tareas que les son desagradables.

Muchas veces los adultos transmitimos la idea de que lo importante no es ser


honesto y veraz, sino parecerlo; con esta actitud estamos diciendo que en algún
momento mentir o tomar lo que no nos pertenece es permitido, siempre y cuando
no se deje coger. Enseñan que el fin justifica los medios y que si hay una buena
causa se pueden violar los principios morales y sociales.

Es clave, entonces revisar nuestro comportamiento porque somos modelos, que el


niño y, más tarde, el joven imitarán.

Cómo manejarlo - Cuando lo pille robando o diciendo mentiras, no reaccione de


manera violenta, esto sin duda puede agravar las cosas y generar dos actitudes
igualmente contraproducentes, que se aísle o que se rebele. Asuma una actitud
tranquila y calmada, no entre en pánico.

- Indague por los motivos que lo condujeron a tener esta actitud, recuerde que hay
muchas razones por las cuales un adolescente incurre en estos actos, no
necesariamente tiene que ser lo peor.

- Pregunte si otras veces lo ha hecho, averige con discreción si en el colegio ha


habido incidentes parecidos donde él se ha visto involucrado y conozca sobre las
amistades que frecuenta. A veces estos comportamientos son reforzados en el
grupo como actitudes de riesgo que les aumenta la imagen frente a los otros.
- Acuda al diálogo pero no lo ponga contra la pared para que diga la verdad.
Exprésele algo como que usted espera que él reflexione sobre lo que hizo , y
puedan hablar en un momento determinado sobre esto, para tomar algunas
medidas, como devolver lo robado, enfrentar la situación con la verdad u ofrecer
disculpas a alguien.

- No lo juzgue como mentiroso o ladrón, refiérase específicamente a la acción


inadecuada que tuvo y no a él como persona. No lo descubra en público, ni lo
amenace, esto aumentará su rebeldía, además de que le genera rabia y
resentimiento. Así mismo, evite la ironía y los comentarios de doble sentido.

- Premie o dé reconocimiento a su sobrino cuando diga la verdad o respete las


cosas de los demás. No es fácil actuar de esta manera, la mentira por ejemplo trae
muchas veces beneficios, como librarlo de un castigo o del desprestigio, por lo
tanto decidir decir la verdad a pesar de las consecuencias, es algo que debe
expresarse, para que de esta manera aprenda que ser honesto sí es bien visto en
la sociedad.

- No lo trate como si fuera un delincuente, esfuércese por no perder la confianza


en él y darle la oportunidad de corregir estas conductas, alabe el esfuerzo que
hace en este sentido.

- El castigo no debe ser utilizado para evitar o corregir la mentira, porque en la


mayoría de las ocasiones, para evitarlo, los niños y los jóvenes terminan por
aprender a perfeccionar la calidad de sus mentiras.

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