Está en la página 1de 4

Introducción.

¿Qué es la personalidad?
El psicólogo Gordon Allport definió a la personalidad como la alineación dinámica de los sistemas
psicofísicos que establecen en la persona un modo de actuar y de pensar. Allport sostiene que es
producto de la herencia y el entorno y que está divorciada de las experiencias de la niñez.
Gordon Allport se centró en la conciencia en lugar de en el inconsciente. Pensaba que el presente y
el futuro guían más la personalidad que el pasado. Estudió a individuos normales y no a los que
sufrían problemas psicológicos. No estaba de acuerdo ni con la escuela psicoanalista ni con la
escuela conductista, ya que pensaba que la primera estudiaba el ser humano desde un nivel muy
profundo y la segunda lo hacía desde un nivel superficial.

Desarrollo.
Datos históricos.
Gordon Willard Allport (1897-1967) es originario de la ciudad de Montezuma, en el estado de Indiana
en Estados Unidos. Nació el 11 de noviembre de 1897 y murió el 9 de octubre de 1967 en
Cambridge, Massachusetts. Allport era el menor de cuatro hermanos. Cuando tenía seis años se
mudaron a la ciudad de Ohio. Sus padres eran Nellie Edith y John Edwards Allport, quien era un
médico rural.
Fue un psicólogo norteamericano que se dedicó al estudio de la personalidad. De hecho,
frecuentemente se habla de él como uno de los personajes claves en el desarrollo de la psicología
de la personalidad.
Fue descrito por los biógrafos como un chico retraído y muy dedicado al estudio que vivió una
infancia solitaria. Durante su adolescencia, Allport inició su propia empresa de impresiones, al tiempo
que trabajaba como editor en periódico de su escuela en la secundaria.
Durante sus años en Harvard, Allport estudió con Hugo Münsterberg y descubrió a fondo la
psicología experimental de la mano de Langfeld. También se introdujo a la epistemología y en la
historia de la psicología con Holt. En aquella época también se involucró en el servicio social para
estudiantes extranjeros, perteneciente al departamento de ética social.

Motivación desde el punto de vista de Allport


Aspecto presente en los adultos sanos, ya que estos suelen ser conscientes de lo que hacen y su
motivación para hacerlo. Según Allport los individuos están motivados por impulsos presentes, mas
que por hechos pasados. Los motivos periféricos satisfacen necesidades mientras que los propios
mantienen el desequilibrio. Las personas son conscientes de lo que hacen.
Para Allport una teoría de la motivación adecuada debe de que las personas no solo reaccionan a su
entorno, sino que también influyen en él. Las personas maduras no solo buscan placer sino adoptar
nuevas motivaciones. Si un motivo es funcionalmente autónomo puede servir para explicar una
conducta.

El propium (El ego y el yo)


Ya que Allport puso tanto énfasis en el Self o Propium, tenía que ser lo más preciso posible con su
definición. Lo hizo desde dos direcciones, fenomenológica y funcionalmente.
Primero, desde una perspectiva fenomenológica, sería el Self como algo que se experimenta, que se
siente. Allport sugirió que el Self está compuesto por aquellos aspectos de la experiencia que
percibimos como esenciales (algo opuesto a lo incidental o accidental), cálido (o “querido”, opuesto a
emocionalmente frío) y central (como opuesto a periférico).
Desde la perspectiva fenomenológica, describió el self como algo que se experimenta, es decir, que
se siente. En el caso de la perspectiva funcional, el self tiene siete funciones que surgen en ciertos
momentos de la vida. Estos son:
 Yo corporal: Sensación del cuerpo Esta parte del propium es la experiencia de las
sensaciones corporales y perceptivas, que permiten la experiencia con el medio exterior. Es el
componente de la consciencia acerca de las partes del propio cuerpo y el modo en el que este
se siente al entrar en contacto con los estímulos externos. (durante los dos primeros años)
 Identidad: Se trata de la idea de que somos un “algo” de manera continua, que va viviendo
diferentes experiencias a lo largo de la vida. Puede ser entendido como el hilo vertebrador de
nuestra propia historia vital, el modo en el que interpretamos el recorrido que hemos ido
realizando y, a partir de este, las conclusiones que extraemos acerca de nosotros mismos.
(durante los dos primeros años)
 Autoestima: La percepción de que no somos entes pasivos, sino que modificamos nuestra
experiencia y nuestra vida con nuestra actuación, es una parte muy importante a la hora de
integrar la personalidad. Nos vemos como seres valiosos. (entre los dos y cuatro años)
 Auto imagen: Se trata de un elemento comparativo, que tiene en cuenta por un lado la propia
actuación y por el otro la reacción del medio ante ella. Dicho de otro modo, es lo que se
piensa que los demás piensan de uno mismo. (entre los cuatro y los seis años)
 Extensión del yo: Esta parte del self se refiere a la percepción de que la persona tiene
intereses concretos, siendo estos elementos importantes para nosotros. Estos objetivos y
metas forman un vector de actuación que guía la conducta (entre los cuatro y los seis años)
 Racionalidad: Autopercepción de la capacidad de encontrar soluciones adaptativas a los
diferentes problemas y demandas que el ambiente le pueda proporcionar. Está muy
relacionado con la autoconfianza. (entre los seis y los doce años)
 Intencionalidad: El elemento más complejo del propium, la creación de un self intencional
supone la autoconciencia de ser un ser con sus propios objetivos y metas, capacidad de
motivarse y luchar por conseguir (después de los doce años)
La teoría de Allport ha recibido críticas porque es difícil comprobar empíricamente conceptos como la
autonomía funcional. También se ha cuestionado la importancia que concedió a la singularidad de la
personalidad y a la discontinuidad entre la personalidad del niño y la del adulto.

Continuidad y discontinuidad
Allport distinguió entre las teorías de la continuidad y la discontinuidad de la personalidad y abogo
por una teoría de este último término. Una teoría de la continuidad sugiere que el desarrollo de la
personalidad es en esencia la acumulación de habilidades, hábitos y discriminaciones, sin que en
realidad aparezca nada nuevo en la estructura de la persona. Los cambios son solo cuantitativos en
relación con la cantidad de recursos; Estas teorías de la continuidad son sistemas cerrados.
Una teoría de la discontinuidad sugiere que, en el curso del desarrollo, un organismo experimenta
transformaciones o cambios genuinos de modo que alcanza niveles superiores de organización en
forma sucesiva. Aquí el crecimiento es concebido como diferente desde el punto de vista cualitativo.
(Ejemplo: caminar considerado muy distinto de gatear, hablar es discontinuo del balbuceo, etc. El
organismo reorganiza, reagrupa y remoldea estos recursos de modo que la estructura de la
personalidad cambia de manera radical)

Teoría de los rasgos


Según Allport, el ser humano también desarrolla otras características a las que llamó rasgos o
disposiciones personales. El psicólogo definió el rasgo como la predisposición, la actitud o la
tendencia que tiene una persona a responder de una manera determinada.
Se trata de un sistema neuropsíquico que está generalizado y localizado, con una capacidad para
convertir muchos estímulos en equivalentes funcionales, al tiempo que inicia y guía formas
equivalentes de conducta expresiva y adaptativa. En el caso de la conducta expresiva tiene que ver
con el “cómo” es realizada tal conducta. En el caso de la conducta adaptativa se refiere al “qué”, es
decir al contenido.
Esto se explica con el hecho de que varias personas están en capacidad de realizar la misma
actividad, pero de maneras muy diferentes. El “qué”, por ejemplo, puede ser una conversación y el
“cómo” es la forma en la que se lleva a cabo, que puede ser entusiasta, complaciente o agresiva.
Conversar sería el componente adaptativo y las maneras de hacerlo es el componente expresivo.

Rasgos individuales y comunes


Allport propone en su teoría la distinción entre rasgos individuales y rasgos comunes. Los primeros
son aquellos rasgos que son aplicables a un grupo de personas que comparten una misma cultura,
una lengua o un origen étnico. Los segundos son los rasgos que forman un conjunto de
disposiciones personales basadas en las experiencias individuales.
El psicólogo defiende la postura de que cada persona cuenta con rasgos esencialmente únicos. Una
forma de entender que los rasgos son realmente únicos es cuando nos damos cuenta de que nadie
aprende con el conocimiento de otras personas.
El autor clasifica los rasgos individuales en tres tipos: Rasgos cardinales, centrales y secundarios.
Los rasgos cardinales son los que dominan y moldean el comportamiento de cada individuo. Este
tipo de rasgo es el que prácticamente define la vida de una persona. Para ejemplificar esta
característica por lo general se utilizan personajes históricos específicos como Juana de Arco
(heroica y sacrificada), la Madre Teresa (servicio religioso) o el Marqués de Sade (sadismo).
Son las características generales que forman los fundamentos básicos de la personalidad. No son
tan dominantes como los cardinales. Cuando se describe a una persona se suelen usar palabras que
refieren a rasgos centrales como tonto, listo, tímido, salvaje, tímido, chismoso, etc. Según la
observación de Allport, la mayoría de los individuos tienen entre cinco y diez de estos rasgos.
El caso de los rasgos secundarios es diferente. Se trata de aquellos que no son tan obvios porque se
manifiestan en menor medida. Además, son menos importantes al momento de definir la
personalidad de un individuo en particular. Por lo general tienen menor influencia en la vida de las
personas, aunque están relacionados con los gustos personales y las creencias.

Métodos ideográficos
Para comprobar su teoría, Allport utilizaba lo que él llamaba métodos ideográficos, que no eran más
que un conjunto de métodos focalizados en el estudio de un solo individuo, ya sea a través de
entrevistas, de análisis de las cartas o diarios, entre otros elementos. Hoy día este método se conoce
con el nombre de cualitativo. A pesar de esto, Allport también reconoce la existencia de los rasgos
comunes dentro de cualquier cultura.

Conclusión.
Gordon Allport, para describir la personalidad, destaca cuatro puntos esenciales. Primero, en sus
postulados se hace énfasis en la individualidad para el estudio de la personalidad. Segundo, se
explica la conducta humana desde varias perspectivas. Por otro lado, a nivel metodológico, defiende
la dimensión expresiva de la conducta como indicadora de la personalidad. Y finalmente, reinterpreta
el concepto de sí mismo para interpretar la conducta individual.

También podría gustarte