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Qué necesita una persona

con esclerosis múltiple


por la L IC . D ÉBORA F LESCHLER
Responsable del Area de Salud Mental del Centro de Atención de EMA.

Ansiedad, desconcierto, temor... El diagnóstico


de esclerosis múltiple genera emociones que requieren
contención. Son varios los recursos disponibles
y a ellos se puede acceder si se cuenta con la información
adecuada respecto de todas las esferas de la vida
que se ven afectadas: biológica, psicológica, familiar,
social, cultural y espiritual.

Información supervisada por el Comité Médico Asesor de EMA


y los profesionales del Centro de Atención.
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Nivel biológico
Aparecen síntomas hasta el mo- go en el cual recibe la confir-
mento desconocidos, síntomas mación de un diagnóstico co-
erráticos que conducen a dis- mo EM, la persona sale con
tintos profesionales, quienes “otro cuerpo”, independiente-
aventuran diferentes diagnós- mente de los posibles sínto-
ticos y con frecuencia sólo su- mas físicos que padezca. Un
gieren la consulta con un psi- cuerpo incierto, desconocido,
cólogo. Finalmente, el acceso a con una nueva denomina-
un diagnóstico claro genera am- ción, que capta toda la aten-
bivalencia: tranquiliza en este ción. Cada sensación extraña
camino de dudas, y genera an- puede ser parte de esta “nove-
gustia frente a la nueva certeza. dad” o no.
En la afección de este nivel Los primeros tiempos son
coexisten dos los más difíciles, hasta que se
dimensiones o avanza en el conocimiento de
Los primeros niveles de lec- la enfermedad y en la paulati-
tiempos son tura. Una di- na adaptación. En los co-
los más difíciles, mensión del mienzos asintomáticos, mu-
hasta que nivel biológi- chas veces es la fatiga la que
se avanza en el co afectado es “presentifica” en forma casi
conocimiento de por supuesto permanente la enfermedad.
la enfermedad la que involu- Podríamos pensar la fatiga de
y en la paulatina cra en este ca- la EM casi como un “síntoma
adaptación. so al sistema bisagra” entre los niveles bio-
nervioso cen- lógico y psicológico: un sín-
tral, con la al- toma invisible que genera la
teración de su mielina y sus auto-percepción de una mo-
consecuencias en cuanto a po- dificación en las posibilida-
sibles daños, discapacidad y des corporales, se mezcla y
handicap social. confunde con estados depre-
Otro nivel de lectura, inse- sivos, y origina el temor per-
parable del anterior, es que, manente de un avance de la
del consultorio del neurólo- patología.
2
◗ RECURSOS NECESARIOS
Aparece un nuevo nodo en la red de sostén de la persona y la familia.
Pasa a integrar esa red un médico neurólogo de cabecera con un equi-
po profesional, una institución asistencial, una obra social o su ausen-
cia, una asociación específica.


1 Médico Neurólogo de descubrimiento, temores,
de Cabecera. angustia, inseguridad.
La relación con el médico neu- ■ A medida que
rólogo de cabecera es funda- transcurre el
mental y se construye. El mé- tiempo de con- Un principio
dico debe ir conociendo las ne- vivencia con la interesante para
cesidades y estilo del paciente e n f e r m e d a d la buena
a partir de lo que le informa, (aún con la comunicación es:
le cuenta y le acerca el mismo posibilidad de las necesidades
paciente. más compro- no se adivinan;
Hay quien necesita recibir miso físico) se se informan,
mucha información y quien va logrando se dicen
no, quien busca entrevistas algún tipo de claramente.
contenedoras y quien las pre- adaptación a la
fiere precisas y concretas, situación, que
quien llega al consultorio con convierte en más tranquila y
una larga lista de preguntas y espaciada la relación con el
quien requiere respuestas médico.
más puntuales y espaciadas.
Un principio interesante pa- ■
2 Asociación Específica.
ra la buena comunicación es: Con la confirmación del diag-
las necesidades no se adivi- nóstico entra en escena una
nan; se informan, se dicen nueva entidad: la Esclerosis
claramente. Múltiple. Y con ella, los inte-
rrogantes: “¿Quién se dedica a
■ Al principio, con menos com- esto? ¿Quién lo conoce? ¿Hay
promiso sintomático de la EM, una asociación específica?”.
se necesita más presencia del Aunque la primer visita a la
médico. Suele ser una época asociación es en busca de in-
3
formación suele esconder otra bir más información acerca de
pregunta más básica: ¿Cómo se la enfermedad y los tratamien-
hace para vivir con esclerosis tos actuales. Pero, fundamen-
múltiple? talmente, es un espacio para
la transmisión de experiencias

3 Entrevistas de contención y vivencias que confirmen que
y orientación. se puede.
Constituyen la continuidad
del diálogo con el médico. Un ■
4 Asesoramiento
espacio para poder pensar y or- social y legal.
denar la situación, y para reci- Para quien no cuenta con co-

La voz de la angustia
◗ ¿Cómo me voy a dar cuenta de un brote?
◗ Tengo un montón de sensaciones extrañas por todos lados
◗ Quisiera un recreo, poder no pensar un rato en la esclerosis
◗ Siento cosas raras, que no se las puedo explicar a nadie
◗ ¿A quién le cuento que tengo EM?
◗ ¿Cómo lo hablo con mis hijos?
¿Y con mis padres?
◗ ¿Qué cambios debería hacer en mi vida actual?
◗ ¿Qué puedo hacer con el cansancio?
◗ ¿Cómo manejo la bronca? ¿Y la angustia?
◗ ¿Necesito rehabilitación? ¿De qué tipo?
◗ ¿Conviene en este momento que me incorpore a un grupo?
◗ ¿Me voy a encontrar con gente que está peor que yo?
¿Qué hago con el miedo que eso me genera?

Estas frases, dichas por personas recién diagnosticadas, aún sin sín-
tomas físicos, revelan el monto de incertidumbre generado por una
enfermedad como la EM. Las entrevistas de contención y orientación
con el neurólogo y el psicoterapeuta permiten canalizar la ansiedad.
Frente a la angustia, es necesario ver que hay caminos posibles y,
frente a la confusión, establecer prioridades a resolver y los primeros
pasos a seguir.

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bertura médica y social, se su- poder consultar y apoyarse en
ma la angustia de no poder ac- un equipo profesional social y
ceder al tratamiento propuesto. legal: la buena información
Un recurso recomendable es el acerca posibles soluciones.

Nivel psicológico
Las reacciones y los tiempos tamos con la capacidad de mi-
frente al diagnóstico son va- rarnos, re-pensarnos y re-for-
riables: desde angustia y depre- mular nuevos proyectos en ba-
sión, pasando por furia, sor- se a nuevos objetivos o “nor-
presa, aislamiento, negación, tes”, a la hora de adaptarse a
miedo, adaptación, búsqueda una enfermedad física es distin-
de alternativas... Distintas va- to ser oficinista que deportista.
riables intervienen en las po- Cuando el hacer y el ser
sibles reacciones. en el mundo son compatibles
con una posible

a Recursos y herramientas dificultad física
previas. se puede incor- Quien puede
Frente a cualquier situación se porar mejor la acompañar el
reacciona con las herramien- idea del “nuevo diagnóstico con
tas adquiridas a lo largo de to- cuerpo”; en cam- un “¿para qué?”
da la vida. El haber pasado pre- bio, el trabajo de y comienza
viamente por situaciones difí- adaptación será algún tipo
ciles, y el modo en que se las mayor cuando el de búsqueda
ha resuelto, seguramente de- diagnóstico vie- en esa dirección,
jan como sedimento el apren- ne acompañado logra facilitar
dizaje de una capacidad: de una redefini- el proceso
afrontar una situación proble- ción de posibili- de adaptación.
mática y superarla. dades y de una
reconstrucción

b Actividad y vocación. de los puntos de sostén de la
Si bien los seres humanos con- propia identidad.
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c El “¿para qué?” cilitar el proceso de adapta-
y el duelo. ción. Es interesante profundi-
En líneas generales, quien zar en esto, ya que moviliza a
puede acompañar el diagnós- una reflexión acerca de la for-
tico con un “¿para qué?” y co- ma de vida previa al desenca-
mienza algún tipo de búsque- denamiento de la enferme-
da en esa dirección, logra fa- dad. En el mejor de los casos,

Las fases del duelo


John Bowlby describió claramente las cuatro fases de duelo
por las que se atraviesa durante una patología crónica.
En EM las podemos pensar así.

◗ Embotamiento de la sensibilidad.
Es un período de shock. Se retira la energía del mundo exterior y todo gira
alrededor del diagnóstico. Momento de confusión, desorganización.

◗ Anhelo y búsqueda de lo perdido.


Intento de revertir lo irreversible. Suele ser el momento de cuestionamien-
to del diagnóstico y de consulta a varios médicos. Momento de ira, irritabili-
dad, intolerancia. “Espero que finalmente alguien me diga que es mentira,
que fue un error de diagnóstico”. Cuando esa ira comienza a manifestarse
como “lucha activa” contra la enfermedad nos encontramos frente a un co-
mienzo de elaboración del duelo.

◗ Desorganización y desesperanza.
Período crítico, en el que se comienza a tomar conciencia de la situación.
Sensación de vacío, desesperanza, tristeza y posible depresión, que preocu-
pan a la persona y a la familia, por el temor a que se produzca un estancamien-
to que eternice la tristeza o la depresión.
Puede requerirse de una intervención externa que ayude a transitar por es-
ta etapa con el menor costo emocional posible y con la posibilidad de acce-
der a la fase siguiente.

◗ Mayor o menor grado de desorganización.


Cuando el duelo sigue un curso favorable, se va aceptando gradualmente la
situación, y comienzan a generarse los cambios necesarios.

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remite a una autocrítica y a un ración. Podríamos pensar que
planteo de las áreas o caracte- es un “saber terapéutico”.
rísticas a modificar. Insistimos
en que este análisis no inten- Redefinición
ta responder a parámetros de de proyectos y metas.
verdad ni de confirmación El proceso de duelo requiere de
científica, acerca de las posi- un trabajo personal; la duración
bles causas y desencadenan- de cada etapa es absolutamente
tes. Resulta de profunda utili- variable y puede reactivarse en
dad subjetiva. distintos mo-
mentos. Un po-
Las diferencias interperso- sible brote de la Es importante
nales son cruzadas por otra va- EM coloca a la que el psicólogo
riable: un diagnóstico de esta persona frente conozca la
naturaleza genera un proceso a un nuevo pro- enfermedad,
de duelo. ceso de duelo, y ya que hay
■ Duelo por el cuerpo sano, sin su elaboración elementos
diagnóstico. dependerá en propios de la EM
■ Duelo por las posibles limita- gran medida que se deben
ciones ya instaladas. del trabajo de considerar
■ Duelo por la fantasía de invul- elaboración rea- en forma
nerabilidad. lizado durante específica.
■ Duelo por posibles funciones o las etapas ante-
roles modificados. riores.
La posibilidad de reactivar
La elaboración de todo due- nuevos duelos es la caracterís-
lo implica un proceso. Cono- tica de la EM con la que resulta
cer ese proceso nos permite más difícil convivir, si bien de-
“naturalizarlo” mientras lo vi- bemos recordar que todo due-
vimos, saber que transitamos lo vivido con la sensación de
una fase que no es eterna y así, haber podido reacomodar nue-
anticipar la posible fase si- vamente las piezas del rompe-
guiente hacia la cual nos diri- cabezas va dejando aprendizajes
gimos, entendiendo que todo acerca de una capacidad perso-
el camino es parte de la elabo- nal: sobreponerse y reconstruir.
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◗ RECURSOS NECESARIOS
Frente a este sacudón emocional es importante para la persona tener “a
mano” distintos recursos, si bien consideramos que no son todos nece-
sarios para todo paciente ni en todas las etapas de la enfermedad.


1 Entrevistas de contención con objetivos diferenciados,
y orientación. según la situación. Es impor-
Aunque a diario encontramos tante que el psicólogo conoz-
situaciones en las que la per- ca la enfermedad, ya que hay
sona siente que cuenta con las elementos propios de la EM
herramientas y recursos propios que se deben considerar en
para afrontar el proceso de forma específica.
adaptación, las En un proceso terapéutico
entrevistas pue- de una persona con EM es cru-
La posibilidad den resultar cial el manejo de la fatiga, por
de pertenecer fundamentales ejemplo: su diferenciación de
a un grupo para recibir la posibles estados depresivos, el
desde un contención manejo de la depresión, el co-
principio emocional ne- nocimiento de posibles altera-
desmiente la cesaria frente ciones cognitivas, efectos de la
sensación de a un estado medicación, la variabilidad de
oledad inicial. de confusión la enfermedad y sus consecuen-
que incluye an- cias, etcétera.
gustia, temor y
desconocimiento. Por otra par- ■
3 El Grupo de Apoyo.
te, estas entrevistas permiten a Cuando la persona experimen-
los profesionales conocer la si- ta una fuerte necesidad de co-
tuación y necesidades del pa- nocer y compartir un espacio
ciente, para poder orientarlo en con otras personas que están
forma personalizada. viviendo lo mismo y así apun-
talar y sostener con otros el tra-

2 Psicoterapia bajo de adaptación, lo aconse-
La intervención de un psi- jable es integrar un Grupo de
coterapeuta puede ser necesa- Apoyo. Esta propuesta puede
ria en distintos momentos y provenir del profesional du-
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rante la entrevista, por ejem- ■ Circulación de información a
plo cuando advierte que el pa- partir de intereses comunes.
ciente –inmerso en el descon- ■ Socialización. Recuperación del
cierto y la angustia– muestra “Estar con otros”.
una tendencia al aislamiento. ■ Acción conjunta. “Hacer con
La posibilidad de pertenecer a otros”.
un grupo desde un principio ■ Promoción de sentimientos de
desmiente la sensación de sole- autoconfianza y autoestima.
dad inicial, y ofrece: ■ Transmisión de conductas que
■ Un espacio de identificación. facilitan la adaptación.
■ Fuerte apoyo emocional. ■ Promoción del crecimiento

Lo que dicen los pacientes... pensando en los familiares


◗ Siento que me miran todo el tiempo para ver cómo estoy.
◗ Cuando estoy bien se olvidan de que estoy enfermo
y ya no me preguntan nada.
◗ Me ayudan en cosas que no necesito.
◗ Me cuesta mucho pedir lo que realmente necesito.
No quiero hablar del tema.
◗ Me molesta que me pregunten “¿Cómo estás?” con tono de enfermedad.
◗ No puedo evitar contestar mal, estoy irritable.

Claro ¡Para ellos es fácil! No tienen EM.

Lo que dicen los familiares... pensando en los pacientes


◗ Estoy muy pendiente de cada una de sus reacciones.
◗ Quiero que sepa que cuenta conmigo para todo.
◗ ¿Cómo tengo que actuar? ¿Le hablo o no de la enfermedad?
◗ ¿Cómo lo ayudo? ¿Le digo lo que siento? Si discutimos,
¿puede empeorar su EM?
◗ Le cambió el carácter: ¿es por la enfermedad?
◗ Nadie me pregunta cómo estoy yo.

Claro ¡Para ellos es más fácil! Saben lo que necesitan.

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personal, más allá de la enfer- po de grupo al cual integrarse.
medad. Existen grupos creados se-
■ Oportunidad de ayudar a otros, gún criterios de homogenei-
con el consiguiente descentra- dad, basados en la posibilidad
miento del propio padecimien- de identificarse con situaciones
to y la incorporación de otra de vida similares, que permitan
perspectiva. acompañar y sentirse acompa-
■ Es un excelente recurso que ñado en las distintas etapas de
permite contextuar y “norma- la enfermedad: algunos grupos
lizar” las distintas etapas del para los primeros tiempos con
proceso de duelo. EM y otros para etapas poste-
riores o con un curso de la en-
Aún sabiendo que la evo- fermedad diferente.
lución de la enfermedad es
totalmente distinta en cada ■
4 Psicofármacos.
persona, la resistencia más co- Otro recurso probablemente
mún que aparece para incor- necesario es la ayuda de psico-
porarse a un grupo está basa- fármacos que posibiliten dis-
da en el temor a encontrarse minuir el nivel de angustia o
con situaciones peores que la depresión. En muchos casos es
propia, vividas como un po- el apuntalamiento preciso para
sible espejo futuro. Es impor- poder avanzar en el proceso de
tante considerar este temor y elaboración y adaptación a la
así elegir adecuadamente el ti- nueva situación.

Sexualidad
Este es un nivel difícil de ubicar Como decíamos al referirnos
en forma separada, pero como al nivel físico nos encontramos
tiene sus especificidades, in- con otro cuerpo, y en este nue-
tentaremos hacerlo. Involucra vo cuerpo sintomático, incier-
el nivel físico, el psicológico, el to y angustioso, es difícil incor-
familiar y hasta el cultural. porar el placer. Es muy frecuen-
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te, en este sentido, la alteración nes físicas que afecten en for-
del deseo sexual. ma indirecta el ejercicio de la
Como en toda situación sexualidad.
aguda se produce una retrac- La fatiga, alteraciones sen-
ción de la libido y su conse- sitivas, espasticidad, disfun-
cuente retiro del mundo. El ciones esfinterianas, dificul-
deseo sexual deberá encon- tades en la concentración,
trar un lugar en la tarea de etc. pueden comenzar a inter-
adaptación a esta nueva cor- ferir.
poralidad.
Las alteraciones en este pla- a■
c Disfunciones
no pueden presentarse en tres sexuales terciarias
niveles simultáneamente y Son las repercusiones psicoló-
para cada disfunción hay dis- gicas, emocionales, culturales,
tintos caminos de solución o que influyen directamente so-
mejoría. Resulta fundamental bre la vida sexual. Son insepara-
que podamos incorporar la bles los conceptos de cuerpo fí-
idea de una sexualidad com- sico con sus modificaciones y
pleja, dinámica, y mejorable. su correlato de esquema corpo-
ral psicológico-afectivo.

a Disfunciones La relación de pareja se ve
sexuales primarias afectada y en general, hasta
Son aquellas alteraciones que tanto logra correr a la enferme-
se producen sobre las áreas dad como eje de la situación,
corporales directamente invo- la sexualidad no encuentra su
lucradas en la sexualidad. Pue- lugar. El paso siguiente será el
den comenzar alteraciones trabajo de adaptación activa a
sensitivas en los genitales, di- las nuevas posibilidades.
ficultades en la erección, en la Lo cultural interviene ha-
eyaculación, en la posibilidad ciendo jugar los pre-concep-
de alcanzar un orgasmo. tos que la persona tiene acerca
de la sexualidad, acerca de la
a■
b Disfunciones enfermedad, de la discapaci-
sexuales secundarias dad, y del interjuego entre es-
Pueden producirse alteracio- tos conceptos.
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◗ RECURSOS NECESARIOS
En relación a esta variable, ya resulta terapéutica su inclusión.
Algún profesional del equipo tratante, médico neurólogo, urólogo, psicólogo,
debe incorporar la temática, aún cuando esta no apareciera como demanda
explícita del paciente. Sabemos que el silencio suele ser parte del síntoma.
Frente a las posibles disfunciones existen distintas instancias de abordaje.
Determinados aspectos pueden ser tratados con el médico neurólogo de ca-
becera, otros en el marco de un tratamiento psicoterapéutico, u otros re-
quieren la intervención de un sexólogo o de un urólogo especializado. Es
frecuente la necesidad de un abordaje combinado.

Nivel familiar
Cuando una persona tiene es- habla de esto, se piensa en es-
clerosis múltiple, la familia to, se siente una mezcla de
entera tiene esclerosis múlti- sorpresa y angustia difícil de
ple. En principio, con la apa- metabolizar, e incluso se ocul-
rición de los primeros sínto- tan o minimizan estos senti-
mas desconocidos, se desen- mientos con la preocupación
cadena un período agudo: la de cuidar al integrante enfer-
familia se ve involucrada en mo. Todo es EM. Esta es habi-
consultas médicas, análisis, tualmente la situación de una
estudios, eventuales interna- familia recién diagnosticada.
ciones, sospechas de distintos Para el entorno familiar, la si-
diagnósticos, hasta llegar fi- guiente etapa consiste en incor-
nalmente a la certeza. Duran- porar la cronicidad de la situa-
te esta etapa –que abarca tam- ción, aprender los procedimien-
bién los primeros tiempos tos para tratarla, y recuperar po-
con esta presencia (EM)–, to- co a poco la vida y el desarrollo
do lo demás se pone entre pa- de cada uno de sus miembros. A
réntesis: la vida familiar gira veces esta adaptación implica
alrededor de esta situación. Se un cambio de funciones, de ta-
relativizan otros intereses, se reas y roles asignados, y por lo
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tanto resulta sumamente com- sabido y comprendido por los
pleja, porque altera los mode- demás, y que es obvio lo que
los de funcionamiento familiar quisiera o necesita. Por lo tan-
que cada uno de los miembros to, si las consecuencias no son
tiene incorporados. las deseadas, la responsabili-
Ponen a prueba la flexibi- dad “es del otro”. La circulari-
lidad y creatividad familiar. dad de este esquema se com-
Una dificultad importante pa- pleta con la convicción de
ra lograr este proceso de adap- que “mi con-
tación es que la EM alterna su ducta es siem-
cronicidad con posibles situa- pre una res- Cuando se
ciones agudas (exacerbacio- puesta a lo que avanza en el
nes o brotes): la familia sabe el otro me hi- proceso de
que debe convivir con esa in- zo”, cuando en adaptación la
certidumbre. realidad tam- familia aprende
De todas formas, cuando se bién es la cau- a transitar
avanza en el proceso de adap- sa de la con- los períodos
tación se incorpora el apren- ducta siguiente agudos en forma
dizaje de poder transitar los del otro. La su- más integrada
períodos agudos en forma más puesta punta u a la vida
integrada a la vida de cada uno origen del cír- de cada uno.
de los miembros. Esto depen- culo disfuncio-
derá de las características del nal cada uno la
episodio. ubica, por supuesto, en puntos
distintos de la comunicación.
Circularidad de “lo obvio”. El eje se va colocando cada vez
En el caso de la adaptación a más en las propias necesidades,
una enfermedad crónica pue- y disminuye paulatinamente
de resultar útil destacar uno de el registro de la necesidad del
los errores vinculares y comuni- otro. Por todo lo anterior, con-
cacionales más comunes en el viene subrayar un concepto
terreno familiar. esencial en el trabajo familiar:
Cada miembro de la familia lo obvio, en las relaciones hu-
da por supuesto que lo que él manas, no existe. Nada es ob-
siente, o aquello que le pasa, es vio en lo vincular.
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◗ RECURSOS NECESARIOS
Es importante saber que quien padece EM nunca es una persona aislada:
siempre se trata de una persona y su entorno. Más allá del tipo concreto
de intervención, esta noción debe estar presente en la concepción del
equipo tratante: cualquier sugerencia o dirección del
tratamiento debe incluir las posibles consecuencias pa-
Quien padece ra todos los involucrados. Tan es así que, durante los
EM nunca es una primeros tiempos del diagnóstico, en muchos casos es
persona aislada: la familia la que pide más soporte, y no el paciente.
siempre se trata En este ámbito, nuevamente señalamos como impres-
de una persona cindibles las Entrevistas de Contención y Orientación.
y su entorno Homologando el proceso familiar con el individual, la
familia puede contar con recursos adaptativos propios
para enfrentar la situación ó necesitar diferentes nive-
les de ayuda. La información, orientación, contención y acompañamien-
to pueden ser brindados por el equipo tratante sumando la presencia de
una asociación como respaldo más amplio, con la ayuda de un Grupo de
Apoyo que refuerce el trabajo de adaptación, o con el ofrecimiento de
un espacio terapéutico específico.

Nivel social
Este nivel involucra distintos cercano provienen los únicos
planos de pertenencia. testigos aceptados.


1 Núcleo social ■
2 Ámbitos institucionales
más cercano. de pertenencia.
Como consecuencia del re- Se oculta el diagnóstico du-
traimiento y la sensación de rante un tiempo, lo cual gene-
no ser comprendido, el hogar ra naturalmente un aleja-
comienza a convertirse en el miento. Si esto no es posible,
único espacio seguro y tran- se atraviesa un período de un
quilo; del núcleo familiar más alto costo emocional, ocultan-
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do una presencia fuerte de la En este punto hay que desta-
enfermedad, ya sea en lo emo- car nuevamente a la fatiga
cional como en los primeros como síntoma “invisible” pe-
síntomas físicos. El reencuen- ro de fuerte presencia, lo cual
tro con los ámbitos de perte- genera un círculo vicioso:
nencia dependerá en gran me- con el afán de ocultar la si-
dida del grado de inserción y tuación y no ver afectado el
compromiso previos. trabajo se extrema la autoe-
Quien cuenta con una bue- xigencia, em-
na red de sostén, tiene incor- peorando de
porado el concepto vivencial esta forma la fa- Podríamos
de “pertenencia”. No sola- tiga y aumen- pensar en la
mente se sentirá acompaña- tando la pre- asociación como
do en este nuevo camino, si- sencia egodis- ese “espacio
no que rápidamente amplia- tónica de la en- transicional”
rá esa red con las nuevas ne- fermedad. entre el hogar
cesidades. ■ F i n a l m e n t e , y el mundo,
poder “blan- que permite

3 Ámbito laboral. quear” lo que la reconexión y
Este es un plano por demás sucede produ- resocialización.
complejo y, por supuesto, ab- ce una fuerte
solutamente variable según sensación de
la situación. Para quien está alivio, aún independiente-
inserto laboralmente surge: mente de las consecuencias
que esto genere.
■ Angustia por la posibilidad
de pérdida del trabajo y de Para quien no está inserto
cobertura social. laboralmente, surge el temor
■ Período de ocultamiento, de que la presencia de la en-
con los costos anteriormente fermedad dificulte su incor-
mencionados. poración, sobre todo en un
■ Primeros síntomas que difi- mercado en el que no abun-
cultan el desempeño laboral. dan las ofertas de trabajo.

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◗ RECURSOS NECESARIOS
Lo grupal aparece como “el recurso” por excelencia para encarar y resol-
ver los desajustes sociales. Frente a una situación de retracción importan-
te, una asociación especialmente dedicada a esta patología se convierte
en una extensión posible de los espacios vividos como seguros. Toman-
do el concepto que Winnicot utiliza para referirse al espacio necesario
entre la mamá y el hijo para que este pueda crecer, podríamos pensar
en la asociación como ese “espacio transicional” entre el hogar y el mun-
do, que permite la reconexión y resocialización.
En relación con lo laboral, insistimos en que las personas deben estar
muy bien informadas y acompañadas en un terreno que posiblemen-
te transitan por primera vez, por lo que es imprescindible un equipo
social y legal que pueda cubrir las distintas necesidades que se pre-
sentan.

Nivel cultural
Sólo con fines didácticos po- co, eficiente, sin imperfeccio-
dríamos distinguir la influen- nes. En este
cia de la cultura externa de la contexto, co-
cultura internalizada. Por lo mienza a sen- Lo más difícil
tanto, enfocaremos y recor- tirse qué lugar de elaborar son
taremos un aspecto de la cul- se le da a la en- los propios
tura que dificulta especial- fermedad y a la conceptos de
mente la adaptación a una discapacidad. Y enfermedad,
enfermedad discapacitante. como ya men- de discapacidad,
Resulta innegable que hoy cionamos, la de torpeza,
vivimos inmersos en una cul- cultura aparece de debilidad,
tura del éxito, de la estética, claramente con de alejamiento
de la perfección. Cultura del fuerza desde de la norma
tener más que del ser. El co- sus aspectos in-
rrelato corporal coherente ternalizados: lo
con esto es un cuerpo estéti- más difícil de elaborar son los
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propios conceptos de enfer- torpeza, de debilidad, de ale-
medad, de discapacidad, de jamiento de la norma.

◗ RECURSOS NECESARIOS
Nuevamente aparece lo grupal como instancia en la cual se legitima el
cuestionamiento de ciertos parámetros culturales. En situaciones en
las que esta internalización paraliza, generando severas dificultades
en el proceso de adaptación, se hace necesaria una intervención tera-
péutica específica.

Nivel espiritual
Haciendo referencia a esta va- lidad de quien la experimen-
riable y su relación con la en- ta. Así también trae la posibi-
fermedad, el Dr. Tomás Herre- lidad –si se puede aprove-
ro –en su texto “Enfermedad: char– de una “hermenéutica
sublimación y crecimiento”– del propio vivir”.
expresa que la posibilidad de En general,
enfermar es inherente a la na- la irrupción de
turaleza humana. Sin embar- una enferme- A diferencia
go, y a diferencia del animal, dad crónica del animal,
el hombre no se limita a expe- abre interro- el hombre no
rimentar la enfermedad, sino gantes acerca se limita a
que también la padece. El en- del por qué del experimentar la
fermar implica una “toma de sufrimiento, el enfermedad,
posición” existencial y esa res- “por qué a mí” sino que
puesta humana surge de todo y, en profundi- también
el organismo psíquico-físico- dad, acerca del la padece.
espiritual. sentido de la
El primer mensaje que re- vida cuando se
vela la enfermedad es la esen- modifican pilares esenciales
cial corporeidad y vulnerabi- que la sostenían.
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◗ RECURSOS NECESARIOS
El equipo tratante debe respetar profundamente la búsqueda de orden
espiritual, entendiendo que es una dimensión que se torna necesaria en
el camino de elaboración y adaptación.

Conclusión
Aún desde diferentes lecturas, dente la complejidad de la es-
cuando se observan los distin- clerosis múltiple, una presen-
tos niveles que la enfermedad cia que no admite simplifica-
afecta en la persona, resulta evi- ciones ni certezas.

18
C OORDINACION E DITORIAL
Lic. Graciela Antognazza
E DICIÓN
Norma Osnajanski
D ISEÑO Y P RODUCCIÓN I NTEGRAL
Iglesias Comunicación

Reconquista 938 2º • 4315-0654

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