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MÉDICO LA RAZA
Monografía
“Cirrosis e Hipertensión Portal”
Equipo E
Hinojosa Torres Jaquelin
López Alejandre María Fernanda
Grupo: 1502
Fecha: 04 - 10 - 2023
Índice
- Introducción
- Causas/Factores de riesgo de cirrosis
- Epidemiología de cirrosis
- Fisiopatología de cirrosis
- Cuadro clínico de cirrosis
- Diagnóstico de cirrosis
- Tratamiento de cirrosis
- Complicaciones de cirrosis
- Causas/Factores de riesgo de HTP
- Epidemiología de HTP
- Fisiopatología de HTP
- Cuadro clínico de HTP
- Diagnóstico de HTP
- Tratamiento de HTP
- Complicaciones de HTP
- Conclusiones
- Anexos
- Referencias
INTRODUCCIÓN
En síntesis se trata de una disfunción hepatocelular causado por un daño hepático crónico,
teniendo al alcohol como causa principal.
La hipertensión portal (HTA) se define como el aumento de la presión en la vena porta con
respecto a la circulación venosa sistémica, con lo que se establece un gradiente de presión
entre la vena porta y la vena cava inferior; es un incremento en el flujo sanguíneo del
sistema porta y de la creciente resistencia vascular del mismo.
CIRROSIS HEPÁTICA
Causas/Factores de riesgo
Epidemiología
Fisiopatología
En el caso del hígado cirrótico los miofibroblastos activados que se derivan de las células
hepáticas estelares y los fibroblastos perisinusoidales/portales proliferan y producen un
exceso de matriz extracelular (MEC). Este evento conduce a la expansión fibrosa del tracto
portal, fibrosis de la vena central y capilarización de los sinusoides, caracterizada por la
pérdida de fenestraciones endoteliales, con la consecuente congestión del espacio de Disse
con MEC, y la separación o encasillamiento de las islas de hepatocitos perisinusoidales de
flujo sanguíneo sinusoidal por septos de colágeno. La sangre se desvía directamente de las
venas y arterias terminales portales a las venas centrales, con la consiguiente hipertensión
portal (intrahepática) y la disminución en la función de síntesis hepática.
La enfermedad describe la encapsulación o sustitución del tejido lesionado por una cicatriz
de colágeno. La fibrosis hepática resulta de la perpetuación de la respuesta normal de
curación hepática, lo que resulta en una prolongación anormal de la fibrogénesis
(producción y deposición de tejido conectivo); así como la pérdida de las células estelares
activadas, ya sea a través de la apoptosis, senescencia o reversión de las células activadas
a un fenotipo quiescente.
La transición de una fase compensada a una descompensada ocurre con un rango de 5–7%
por año.
Cuadro clínico
Las manifestaciones clínicas de la cirrosis son resultado de cambios patológicos y reflejan la
gravedad de la hepatopatía.
Cirrosis alcohólica:
Complicaciones:
● Ascitis
● Edema
● Hemorragia del tubo digestivo alto
● Ictericia
● Encefalopatía
A la exploración física:
En hombres
En mujeres:
● irregularidades menstruales
● amenorrea
Manifestaciones frecuentes:
● Fatiga
● Malestar
● Dolor vago en el cuadrante superior derecho
● Fatiga desproporcionada
● Prurito intermitente y de predominio nocturno (si aparece antes de la ictericia es muy
mal pronóstico)
A la exploración física se ve
● Ictericia
● Hepatomegalia
● Esplenomegalia
● Ascitis
● Edema
● Hiperpigmentación en tronco y brazos
● Xantelasma
● Xantoma
Cirrosis cardiaca
Complicaciones
Las complicaciones de la cirrosis son, en esencia, las mismas, sea cual sea la causa. No
obstante, es útil clasificar a los pacientes según la causa de su hepatopatía
La evolución clínica de los pacientes con cirrosis avanzadas a menudo se complica por el
número de secuelas importantes relacionadas con la enfermedad, sea cual sea la causa
fundamental de la hepatopatía. Éstas incluyen hipertensión portal y sus consecuencias
Diagnóstico
Los hallazgos de laboratorio sugestivos de insuficiencia hepática crónica dependen del daño
(la etapa de la cirrosis hepática)(Anexo 3) y estos reflejarse y modificarse en las siguientes
variables:
● Trombocitopenia ● Hiperbilirrubinemia
● Anemia ● Incremento de la fosfatasa alcalina
● Leucopenia ● Aminotransferasas incrementadas
● Prolongación del tiempo de ● Hipoalbuminemia
protrombina ● Hiperglobulinemia
Con base en lo anterior en pacientes con sospecha clínica de insuficiencia hepática crónica
se debe solicitar laboratorios:
A todo paciente con cirrosis hepática con ascitis y sospecha de peritonitis bacteriana
espontánea que se hospitalizado realizar: ultrasonido Doppler y paracentesis diagnóstica
(citoquímico, citológico y cultivo).
Biopsia hepática: en los casos de insuficiencia hepática crónica con sospecha de cirrosis
hepática sin etiología y en caso de duda diagnóstica. Con la intención de un impacto
favorable en el tratamiento y/o diagnóstico etiológico de certeza.
Tratamiento farmacológico
ASCITIS
Ascitis grado II (moderada): uso de diuréticos para el manejo. Se recomienda Iniciar con
espironolactona (100 MG hasta 400 MG/día) de no presentar respuesta clínica en 2-3
semanas, agregar furosemida( 40 MG hasta 160 MG/día). Se sugiere evaluar la respuesta
clínica con base al peso, sin exceder de 0.5 Kg. /día en el paciente sin edema periférico y
de 1 Kg. /día con edema periférico. En caso de intolerancia a la Espironolactona se puede
utilizar Amilorida 5 a 30 MG/día.
● Extracción < 5 litros: expansores del plasma (dextran, haemacel a razón de 125 mLl
por cada litro extraído, por vía intravenosa)
● Extracción > 5 litros: albúmina humana de 8 a 10 g por litro de líquido extraído, por
vía intravenosa.
ENCEFALOPATÍA HEPÁTICA
Anexo 4
Tratamiento no farmacológico
Se recomienda en los pacientes con insuficiencia hepática crónica indicar una dieta con las
siguientes características Anexo 5 :
● Hipercalórica
● Con un aporte proteico entre 0.8 hasta 1.5 g/kg
● De predominio vegetal
● Rica en fibra
● Aporte de sodio de 1 a 2 g
● Con restricción de líquidos, si se presenta hiponatremia < de 125 mEq/L.
Se sugiere una intervención temprana en los individuos con un consumo moderado de
alcohol. La suspensión de la ingesta de alcohol requiere la intervención de un grupo
multidisciplinario: médico, psicólogo, trabajadora social, la familia y en caso necesario
grupos especiales de atención.
HIPERTENSIÓN PORTAL
Causas/Factores de riesgo
La causa más común es la cirrosis hepática, sin embargo puede haber causas de tipo
prehepáticas, hepáticas o posthepáticas, las cuales se relacionan con el desarrollo de la
hipertensión portal. Anexo 3.6
Epidemiología
Por otro lado, en México la cirrosis hepática fue la cuarta causa de mortalidad en 2010,
siendo responsable del 18% de las muertes en el género masculino con edades entre 40 y
49 años. La mortalidad por esta entidad ha disminuido en las últimas décadas en México
(en 1980 fue del 45.9/100,000 habitantes y disminuyó a 38.3/100,000 habitantes en 2010),
sin embargo, representa la tasa más alta de Latinoamérica.
Fisiopatología
El óxido nítrico (NO) como factor relajante endotelial, se une a su receptor guanilil ciclasa,
produciendo relajación del músculo liso y vasodilatación. La síntesis es regulada por la
óxido nítrico sintetasa (NOS). A nivel intrahepático, en el hígado cirrótico, existe disminución
en la actividad de la NOS de origen endotelial (eNOS) y por lo tanto una disminución del NO
Una vez que se ha desarrollado la HTP, el flujo de la porta debe derivarse a través de
colaterales portosistémicas, siendo estas las que llevan sangre del territorio esplácnico a la
circulación mayor y al corazón. Este fenómeno ocurre a partir de la dilatación de vasos
preexistentes y de la formación de neovascularización. Estas colaterales se hacen
prominentes a nivel de la unión gastroesofágica (UGE), condicionando la aparición de
várices gástricas, esofágicas o gastroesofágicas.
Cuadro clínico
Complicaciones
Varices esofágicas: son venas anormalmente dilatadas que se encuentran en la parte final
del esófago. El principal problema de la existencia de las varices esofágicas es el riesgo de
rotura, fenómeno que ocurre cuando la presión en el interior de la variz supera la resistencia
de su pared. La hemorragia por rotura de varices esofágicas es habitualmente muy
abundante.
Las varices son asintomáticas y se descubren con endoscopia o los pacientes acuden con
el medico porque ya están presentando una hemorragia que se manifiesta con la presencia
de melena (heces negras) hemoptisis (no siempre, pero es lo más habitual) o vómitos en
posos de café
Para la profilaxis al ya tener identificadas las varices con mayor riesgo de sangrar se
pueden administrar adrenérgicos B no selectivos o hacer una ligadura endoscópica con
bandas elásticas
La prevención de una repetición de hemorragia suele lograrse con la ligadura de las varices
repetidamente hasta que desaparezcan
A la percusión en los pacientes con ascitis si en posición supina se coloca de lado se puede
observar el movimiento de la matidez (órganos sin aire, músculos y vísceras macizas)
Peritonitis bacteriana espontánea: Es una infección espontánea del líquido ascítico sin un
origen intraabdominal y consiste en que la microflora intestinal atraviesa el intestino hacia
los ganglios linfáticos mesentéricos y esto ocasiona bacteriemia y siembra bacteriana en el
líquido ascítico. La más común es por Escherichia Coli.
Como tratamiento se utiliza midodrina junto con octreótido y albúmina intravenosa, pero el
mejor tratamiento es el trasplante
Diagnóstico
Las várices esofágicas están presentes en el 50% de los pacientes con cirrosis hepática,
por lo que es de utilidad que al momento de la exploración física se busquen datos clínicos
específicos como ectasias vasculares y colaterales porto-sistémicas abdominales que están
relacionadas con la presencia de várices esofágicas, sin embargo la ausencia de estos
datos, no descarta hipertensión portal ni várices esofágicas.
Si aún no hay presencia de várices esofágicas, se puede realizar la medición del gradiente
de presión venosa hepática (GPVH) para predecir el desarrollo de complicaciones de
cirrosis (encefalopatía, hemorragia variceal y ascitis). El GPVH mayor de 10 mmHg es el
predictor más fuerte para el desarrollo de várices esofágicas. Mientras que los pacientes
con GPVH menor a 10 mmHg, tienen un riesgo bajo de desarrollar várices esofágicas a 5
años.
Existen otros métodos diagnósticos no invasivos para pacientes con bajo riesgo como
exámenes de laboratorios, ultrasonido, cápsula endoscópica y elastografía hepática.
La elastografía mide la rigidez hepática por lo que ha mostrado una alta precisión para
diferenciar entre pacientes con hipertensión portal de aquellos que no. El valor menor a 10
kPa y la ausencia de otros signos clínicos descarta la presencia de cirrosis hepática, valores
entre 10 y 15 kPa son altamente sugestivos, pero necesitan más estudios para confirmar,
valores mayores de 15 kPa son altamente sugestivos de cirrosis hepática.
Pacientes con una rigidez hepática menor a 20 kPa por elastografía y con nivel de
plaquetas mayor de 150 000/μl tiene un riesgo bajo de várices (menos 5%) y se sugiere no
realizar endoscopia, en estos pacientes se sugiere seguimiento anual. En pacientes con
aumento de la rigidez hepática (mayor de 20 kPa por elastografía) y disminución de las
plaquetas se sugiere realizar endoscopia.
Algunos datos que hacen sospechar de la presencia de várices esofágicas en pacientes con
hipertensión portal son:
Tratamiento
Existen tres objetivos primarios en el manejo agudo del sangrado variceal activo que deben
realizarse de forma simultánea y con un equipo multidisciplinario:
● Resucitación hemodinámica.
● Prevención y tratamiento de las complicaciones.
● Tratamiento del sangrado.
Soporte inicial de acuerdo al ABC (por sus siglas en inglés: airway, breathing, circulation),
para mantener una adecuada saturación de oxígeno, estado hemodinámico y protección de
la vía aérea para evitar aspiración en quien lo amerite.
Los pacientes con sangrado variceal deben ser monitoreados estrechamente para evitar la
sobrecarga de volumen por el riesgo de hipertensión portal de rebote que favorece el
resangrado.
Se recomienda el uso de terlipresina en todos los pacientes con sangrado variceal, iniciando
tan pronto como se establezca la sospecha diagnóstica, hasta lograr control del sangrado o
máximo 5 días. Dosis: 2 mg intravenosos cada 4 horas y puede titularse a 1 mg intravenoso
cada 4 horas una vez que la hemorragia está controlada. Se recomienda la vigilancia de los
niveles de sodio en el paciente que utiliza terlipresina ya que se asocia al desarrollo de
hiponatremia.
Se recomienda instaurar la terapia antibiótica para todos los pacientes con sospecha o
confirmación de sangrado variceal de manera ideal desde su ingreso (antes de la
endoscopia).
Profilaxis pre-primaria
La profilaxis pre-primaria tiene el objetivo de prevenir el desarrollo de várices en pacientes
con hipertensión portal que aún no han desarrollado várices y consiste en:
● Modificaciones en el estilo de vida en dieta y ejercicio
● Reducción de peso en caso de obesidad
● Abstinencia del alcohol independientemente de la etiología de la enfermedad.
Profilaxis primaria
La profilaxis primaria se refiere a la prevención del primer evento de sangrado variceal en
un paciente que se evidencia con várices esofágicas. Está basada en cualquiera de 2
intervenciones:
● Manejo farmacológico utilizando un betabloqueador no cardioselectivo: propranolol
20- 40 mg 1-2 veces al día, la dosificación se titula hasta la dosis máxima tolerada o
una vez que se logra una frecuencia cardíaca de 50-55 latidos por minuto. Nadolol
40 mg o carvedilol 6.25 mg una vez al día. Suspender en el momento que el
paciente presente peritonitis bacteriana espontánea, daño renal o hipotensión.
● Profilaxis con endoscopia usando ligadura variceal endoscópica (LVE):
1. Pacientes en los que se evidencia descompensación de la clase de
ChildPugh. B.
2. En caso de existir contraindicación o intolerancia al betabloqueador no
cardioselectivo se recomienda ligadura variceal endoscópica.
3. Cirrosis compensada (Child-Pugh A) sin presencia de várices esofágicas en
la endoscopia y que no han recibido tratamiento de la causa que condicionó
el daño hepático, deberá realizarse vigilancia endoscópica a intervalo de 2
años.
4. Cirrosis compensada (Child-Pugh A) sin várices esofágicas y que ya
recibieron tratamiento de la causa que condicionó el daño hepático, deberá
realizarse vigilancia endoscópica a intervalo de 3 años.
5. Presencia de várices esofágicas pequeñas deberán realizarse una
endoscopia cada año.
6. Presencia de várices esofágicas pequeñas con clase Child-Pugh A y que han
recibido tratamiento de la etiología que condicionó el daño hepático vigilancia
endoscópica cada 2 años
7. Si existe contraindicación para el uso de beta-bloqueadores no
cardioselectivos. A
Anexo 12
Profilaxis secundaria
Tratamiento endoscópico
Del 10-20% de los pacientes con hemorragia variceal no responde al manejo endoscópico
y/o farmacológico inicial. En caso de que exista un resangrado y el paciente se encuentre
con estabilidad hemodinámica, se podrá realizar una segunda terapia endoscópica. Si una
segunda terapia endoscópica falla o el sangrado es clínicamente significativo (hemorragia
grave), se debe ofrecer al paciente una terapia de rescate (por ejemplo balón
Sengstaken-Blakemor) para evitar el deterioro de su condición clínica. El taponamiento con
sonda de balones (SengstakenBlakemor) logra una hemostasia del 60-90% del sangrado
variceal, sin embargo tiene un alto índice de efectos adversos por lo que permanecerá por
un corto periodo de tiempo (no mayor a 24 horas). Se utiliza como puente temporal hasta
que otro tratamiento definitivo sea proporcionado.
CONCLUSIÓN
Después de realizar la revisión de estas dos enfermedades se ha llegado a la conclusión de
que tanto el diagnóstico como el tratamiento dependerá de diferentes factores, uno de ellos
son las complicaciones de cada enfermedad ya que con base a eso se puede especificar
las manifestaciones clínicas del paciente y por ende la gravedad o estadio de la enfermedad
así como también es una guía para las indicaciones del tratamiento a utilizar.
Se destaca también la correlación que existe entre ambas enfermedades debido a que la
hipertensión portal se refiere como una complicación de la cirrosis hepática.
Anexos
Anexo 1
Anexo 2
Anexo 3
Anexo 4
Anexo 5
Anexo 7
Anexo 8
Anexo 8
Anexo 9
Anexo 10
Anexo 11
Anexo 12
Anexo 13
Anexo 14
REFERENCIAS: