Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
RESUMEN:
En los últimos años han proliferado intentos de reexaminar la vida de las mujeres
durante el último periodo glacial. Durante demasiado tiempo, la visión del “hombre
cazador” y la mujer como “recolectora, cocinera y niñera” ha sido una hipótesis
indiscutida y, sin duda, esta imagen simplista de las prácticas de división del trabajo
entre los cazadores-recolectores antiguos debía ser revisada. Desafortunadamente,
esto ha llevado a un exceso de celo en algunas afirmaciones: las mujeres también
practicaban la caza mayor y, por tanto, no podrían haber sido dominadas por los
hombres. La ruptura de esos estereotipos sobre las mujeres prehistóricas es el
mensaje que articula un reciente documental, al que acompaña un libro homónimo,
llamado “Lady Sapiens”. Pero ¿están esas visiones sobre los papeles de hombres y
mujeres en la Prehistoria basadas en algo más que pensamientos ilusorios que
derivan en nuevas mitologías? ¿Hay alguna evidencia arqueológica que nos permita
asumir algo sobre las actividades económicas de hombres y mujeres en esas culturas
prehistóricas antiguas?
1. INTRODUCCIÓN
En septiembre de 2021 se emitió en la televisión francesa un
documental titulado Lady Sapiens (sintonizado por 1,5 millones de personas),
acompañado de un libro del mismo nombre y de un videojuego (Cirotteau et
al. 2022). Los tres promulgaron una visión de nuestros antepasados
prehistóricos que era a la vez feminista y algo controvertida. El libro y el
documental se estrenarán en Gran Bretaña este año. Son obra de dos
periodistas (Thomas Cirotteau, escritor y cineasta, y Eric Pincas, historiador y
escritor) y de una arqueóloga (Jennifer Kerner, especializada en prácticas
funerarias prehistóricas). La versión inglesa del libro lleva el subtítulo
"Breaking Stereotypes about Prehistoric Women" [Rompiendo Estereotipos
sobre las Mujeres Prehistóricas] sobre las amplias curvas de la Venus de
Willendorf (Fig.1). La editorial afirma, con razón, que los investigadores han
subestimado durante mucho tiempo el papel de las mujeres prehistóricas en la
sociedad: habían quedado prisioneras de los tópicos y, a diferencia de los
hombres que cazaban, inventaban, creaban y dibujaban, el papel de la mujer se
limitaba a las tareas domésticas y a educar a los niños. "...En los últimos
quince años, una nueva generación de investigadores –muchos de ellos
mujeres– ha puesto patas arriba este modelo. Al establecer protocolos de
análisis pioneros y definir nuevos métodos de excavación, estas científicas son
por fin capaces de hacer visible lo invisible. Gracias a su tenacidad, el papel
esencial e incluso prestigioso de las mujeres prehistóricas está emergiendo.
Por primera vez, estas antiguas mujeres resucitan ante nuestros ojos...". El
libro supuestamente echa por tierra la división simplista de papeles al destacar
los avances en el estudio de los huesos, las tumbas, el arte y la etnografía.
2
El año pasado, nada menos que nueve eminentes especialistas franceses
–cuatro hombres y cinco mujeres, antropólogos y prehistoriadores– publicaron
una respuesta conjunta y virulenta a lo que consideraban un enfoque ilusorio
del pasado (Augereau et al. 2021). Según argumentaban, a primera vista
podría pensarse que cualquier intento de emancipar a las mujeres en el pasado
debería ser bienvenido. Sin embargo, consideraban que los puntos de vista
presentados en Lady Sapiens eran extremadamente sesgados en lo que se
refiere a las relaciones de género en el Paleolítico. Aunque el libro pretendía
ser "matizado" y había evitado ser militante para lograr una mayor
objetividad, los especialistas insistieron en que pintaba una imagen de la
condición femenina que es más fantasía contemporánea, que basada en
pruebas científicas.
3
Cuando Lady Sapiens evoca una posible dominación masculina en las
sociedades prehistóricas, lo hace principalmente en términos de poliginia y
rapto de mujeres. El rapto se presenta como algo, si no totalmente
desconocido, sí muy excepcional y poco significativo en las relaciones entre
los sexos. En realidad, como subrayaron los especialistas franceses, el rapto
(generalmente individual y no colectivo) es una realidad banal en la etnología
de los cazadores-recolectores, como en la Australia aborigen, y demuestra que
los hombres tienen derechos unilaterales sobre las mujeres. Los especialistas
también rebatieron la afirmación del libro de que, por regla general, las
sociedades de cazadores-recolectores mantienen una existencia pacífica dentro
del grupo y con otros grupos: ¡numerosos estudios etnológicos atestiguan lo
contrario!
4
hombres estaba legitimada por las religiones iniciáticas, en las que se les
informaba de secretos que ningún no iniciado, niño o mujer adulta podía
aprender sin incurrir en una condena a muerte. Los especialistas señalaron que
Lady Sapiens no dice nada de estas prácticas; ciertamente no dejarían rastro
arqueológico, pero es muy probable que tales costumbres tengan orígenes
remotos. La mera ausencia de pruebas arqueológicas directas de la
dominación masculina no prueba en absoluto que no existiera.
5
Figura 2. Portada de Everyday life in the Ice Age. (Ed. Archaeopress).
6
mujeres fabricantes de herramientas en un libro de 1949, Beyond the Bounds
of History. Scenes from the Old Stone Age, [Más allá de los límites de la
Historia. Escenas de la Edad de Piedra] otra contribución pionera que no
aparece en el libro (Fig. 3).
Figura 3 Henri Breuil, en un libro de 1949, fue uno de los pocos estudiosos que
representó a mujeres de la Edad de Hielo fabricando herramientas de piedra.
7
lugar a medidas variadas que podrían sugerir sexos diferentes; en resumen, ¡un
mismo individuo puede producir plantillas muy diferentes!
Figura 4 Un cuadro ya perdido de Paul-Joseph Jamin (1853-1903) que muestra una vista de principios del
siglo XX de un artista cromañón trabajando; en estas obras, el artista es siempre un hombre blanco con barba,
mientras que las admiradoras están en topless o desnudas. (https://commons.wikimedia.org/wiki/
File:Paul_Jamin_Un_peintre_décorateur.jpg).
Por ejemplo, los grandes bisontes del techo de Altamira, dibujados con
un trazo tan extenso y amplio y con tal dominio del espacio, indican con casi
total seguridad que el artista fue un hombre (aunque no se puede descartar la
posibilidad de que se tratara de una mujer inusualmente corpulenta) (fig. 5).
8
Figura 5. Uno de los bisontes del techo en la caverna española de Altamira.
Figura 6. Uno de los caballos animados del techo de Altamira (Breuil y Obermaier, 1935).
9
En la mayoría de los casos, simplemente desconocemos el sexo de los
artistas. Las escultoras de las "vulvas" y de las figurillas femeninas podrían
haber sido fácilmente mujeres –se sabe que las mujeres a veces producen arte
rupestre y arte sagrado en algunas culturas indígenas– y se puede extender este
argumento a todo el arte paleolítico, invocando ceremonias de iniciación para
explicar la menstruación, con la notación lunar como prueba de apoyo, pero
sin ninguna certeza.
Figura 7. Cap Blanc (Dordoña). Molde del esqueleto femenino hallado bajo
el friso de los caballos y su reconstrucción facial (Img. E. Daynès).
10
Aunque durante mucho tiempo se pensó que se trataba de un varón,
posteriormente se identificó como una mujer, probablemente de entre 25 y 35
años. En 2001 se adquirió un molde de su esqueleto y se colocó en el lugar
que le correspondía bajo el friso; el antropólogo que colocó el molde observó
que tenía un mayor desarrollo muscular en el lado izquierdo y que, por tanto,
era zurda. Así pues, es posible que fuera la escultora, enterrada en un lugar de
honor frente a su obra. Hace unos años se realizó una excelente reconstrucción
facial de esta mujer (Fig. 7).
Figura 8. "¿A alguien más le parece extraño que ninguno de los grandes pintores haya sido hombre?".
(Lorenz 1980).
11
3. DIVISIÓN SEXUAL DEL TRABAJO
Los únicos enterramientos femeninos paleolíticos de los que se ocupa
Lady Sapiens proceden de dos excavaciones antiguas: la de Dame du Cavillon
(Italia) y la de Saint-Germain-la-Rivière (Francia). En ambos casos, las
mujeres fueron cuidadosamente enterradas con ajuares funerarios y joyas, lo
que sin duda denotaba algún tipo de estatus. En nuestro libro no sólo hemos
incluido los enterramientos de varias mujeres que murieron durante el parto o
poco antes, sino también un notable descubrimiento más reciente en España.
En 2010 se descubrieron los restos incompletos de una mujer enterrada en la
cueva de El Mirón, en Cantabria. Se la conoce como la "Dama Roja" por el
inusual ocre utilizado en su enterramiento, rico en cristales de hematites, que
le confieren un efecto intensamente brillante. Hasta la fecha, es el único
enterramiento adulto de la Edad de Hielo hallado en la Península Ibérica. El
análisis osteológico reveló que tenía entre 35 y 40 años cuando murió y que
fue enterrada hace unos 18.700 años. Parece probable que fuera muy respetada
en vida como para justificar un enterramiento tan elaborado, pero no tenemos
ni idea de por qué se la eligió para enterrarla ni de si era excepcional o
inusual. De hecho, tenemos tan pocos enterramientos bien excavados del
Paleolítico Superior europeo que es imposible saber si su tratamiento funerario
era especial o normal para la época, por lo que deducir su estatus es
inevitablemente subjetivo.
12
Por supuesto, las mujeres fuertes y ágiles habrían sido tan capaces de
cazar como los hombres, pero a pesar de esta realidad, entre los cazadores-
recolectores modernos la caza mayor es casi exclusivamente una actividad
masculina, y es muy posible que lo mismo ocurriera en el pasado, pero
cuándo, dónde y por qué ocurrió por primera vez sigue siendo un misterio. Es
absolutamente lógico que ambos sexos tuvieran que ser competentes en todas
las habilidades necesarias para la supervivencia: las mujeres tendrían que
adquirir experiencia en la caza, el rastreo y la fabricación de herramientas,
junto con los hombres de estas comunidades. Por tanto, quizá sea simplista
suponer que la caza se limitaba a los hombres. Las mujeres, como sabemos,
son perfectamente capaces de las muchas habilidades que se requieren:
conocer la posible ubicación de los rebaños, seguir las huellas, escuchar, ver y
oler bien, la coordinación y la precisión a larga distancia con las armas - y por
último, pero no menos importante, la resistencia física.
Reconstrucción de una mujer y un niño del Paleolítico Superior (Por Elisabeth Daynès).
13
En lo que respecta a los restos humanos, es poco probable que la
división sexual del trabajo deje rastro en los esqueletos, y los futuros
arqueólogos se verán en apuros para detectar las especializaciones
profesionales de las mujeres modernas a partir de sus huesos. El problema es
especialmente grave en el Paleolítico Superior, donde hay tan pocos restos
humanos de los 30.000 años en cuestión, la mayoría mal conservados. Y sin
embargo, un estudio de 2014 realizado por Villotte y Knüsel, mostró que la
división sexual del trabajo a veces puede ser fuertemente indicada en las
poblaciones prehistóricas, cuando detectaron evidencia de "codo de lanzador"
en los codos derechos de los hombres –y sólo los hombres– lo que sugiere el
lanzamiento repetido de lanzas; esto sin duda coincide con numerosas
observaciones etnográficas que las armas arrojadizas son exclusivamente
competencia de los hombres.
Una de las figurillas femeninas de tiza descubiertas recientemente en Amiens-Renancourt (Somme, Francia)
(Foto S. Lancelot, INRAP- Institut National de Recherches Archéologiques Préventives, Francia).
Aunque Lady Sapiens menciona este estudio, hace mucho más hincapié
en el reciente descubrimiento de una mujer cazadora de caza mayor en
Sudamérica. En el yacimiento de Wilamaya Patjxa (Perú), en las tierras altas
andinas, se excavaron los restos de una joven adulta de 9.000 años de edad,
enterrados con un "kit de herramientas de cazador" compuesto por puntas de
proyectil y herramientas para procesar animales. El análisis osteológico reveló
14
que esta joven tenía unos 18 años en el momento de su muerte, pero
desgraciadamente la afirmación de que se trata de una mujer sigue sin ser
concluyente y, por supuesto, la simple presencia del conjunto de herramientas
no prueba que el difunto (o, difunta) las utilizara, ¡aunque lo mismo ocurre
con todos los enterramientos, sean masculinos o femeninos!
Figura 9. Una de las placas de piedra grabada de Gönnersdorf (Alemania, ca. 12.600 a.C.) representa lo que
parecen ser cuatro mujeres muy estilizadas, una detrás de otra, con una pequeña forma detrás de la espalda de
la segunda. Generalmente se interpreta como la representación de un bebé llevado y atado a la espalda de una
mujer.
15
No se trata en absoluto de una actividad peligrosa, y afirman que el
embarazo no limita en absoluto estas actividades. Es posible que las mujeres
también cazasen en el pasado, pero en algún momento de la prehistoria
"optaron" por mantenerse a salvo ellas mismas y a su descendencia
permaneciendo cerca de casa.
Reconstrucción de una mujer del Paleolítico Superior final (Por Elisabeth Daynès).
16
Actividades económicas distintas de la caza
¿Quién realizaba estos trabajos?
¿Qué importancia tienen?
4. CONCLUSIÓN
Las poblaciones cazadoras-recolectoras viven en entornos que no
sienten la necesidad de domesticar o moldear para sus propios fines, un
mundo natural que saben que no pueden controlar ni dominar, y dependen
totalmente unos de otros para sobrevivir. En este entorno, las pautas de la vida
y las preocupaciones cotidianas parecen necesitar poco de la política de
género, aunque la observancia de normas y tabúes relativos a determinados
papeles masculinos y femeninos suele estar presente y ritualizada, y no sin
consecuencias para quienes no las respetan. Las políticas sexuales y de
identidad se han convertido en un tema importante en nuestra cultura
moderna, pero ¿es probable que estas preocupaciones fueran relevantes o se
discutieran alguna vez durante la Edad de Hielo? Cabría imaginar que las
actividades cotidianas esenciales tenían prioridad sobre la política de género,
17
aunque, por supuesto, nunca sabremos qué tradiciones observaron los distintos
grupos culturales a lo largo de decenas de miles de años.
REFERENCIAS
Breuil, H. (1949). Beyond the bounds of history: scenes from the Old Stone Age. PR
Gawthorn. London.
Breuil, H. et Obermaier, H. (1935). The Cave of Altamira at Santillana del Mar, Spain.
Tip. de Archivos, Madrid.
18
Cirotteau, T., Pinkas, E. et Kerner, J. (2023). Lady Sapiens. Limited Press Ltd. In
Spanish: Lady sapiens. La mujer en tiempos de la prehistoria. La esfera de los libros
(2022). Santiago Compostela.
Clifford, E. et Bahn, P. (2022). Everyday Life in the Ice Age: A New Study of Our
Ancestors. Archaeopress Publishing Ltd. Oxford
Lorenz, L. (1980). Does it strike anyone else as weird that none of the great painters have
ever been men? The New Yorker (C. Jan.-21-980).
19