Está en la página 1de 23

MATERIA: Comunicación, Cultura y Sociedad

Profesor: Sergio Gaitán


Comunicación, cultura y sociedad
Actividad En base al cuadro anterior completar las siguientes definiciones con las palabras
que correspondan:

Mensajes-reglas-interacción-expresiones-porganización-relaciona-comportamiento

a) Comunicación: Es la ____________________y puesta en común


de_______________significativos. Influyen en el_____________, ____________y desarrollo
de los sistemas sociales.
b) Cultura: Es el conjunto de todas las formas y ________________de una sociedad determinada.
c) Sociedad: Es el conjunto de individuos que se ___________ entre sí a través de ciertas
______________de organización.

Actividad :
Observando el cuadro:

Observando el cuadro y cada una de las definiciones:


a) Pensar y describir: ¿Qué costumbres y tradiciones identificas en la familia? ,¿Cuáles son
aquellas que se han transmitido a lo largo del tiempo dentro de tu familia?.
b)¿ Cuáles son los espacios de socialización que te permiten estar en contacto con distintos grupos
de personas?
c) ¿Cuál es la principal diferencia entre interculturalidad y multiculturalidad? En base a
esta diferencia, pensar en ejemplos que puedas dar, observando las diferentes culturas que
conviven en nuestro país y cómo se dan esas formas de convivencia.

Actividad:
Relacionar las siguientes imágenes y elaborar un pequeño texto de manera libre, teniendo en
cuenta los conceptos trabajados en las actividades previas.
:

La Cultura Dominante, Subcultura y contracultura

La subcultura: Es la cultura propia de un grupo dentro de una cultura más amplia, pero tienen
comportamientos y creencias que los diferencian. Ejemplo los hispanos dentro de EEUU.

La contracultura: son los valores, tendencias y comportamientos que chocan con los establecidos dentro
de una sociedad. Este concepto fue creado en 1968 por Theodore Roszak (Historiador Norteamericano)
Ejemplo Los hippies aparecen en 1966 en EEUU con protestas contra la Guerra de Vietnam. Establecían
que la riqueza material del país debería permitir una mejor calidad de vida. Consideraban que era
necesario renunciar a toda una cultura, un estilo de vida y una forma de ver el mundo. Creían que,
organizando la sociedad de otra manera se podía disponer de más tiempo libre, un trabajo más tranquilo
y mayor espiritualidad en las relaciones con otras personas y la naturaleza.

La cultura nacional es el ámbito donde confluyen las culturas y las subculturas.

La cultura dominante: es impuesta por la sociedad y expresa los valores centrales que comparten la
mayoría de los miembros de una comunidad. Posee dos formas de dominar: mediante la ideología donde
existe un consenso y aceptación por parte del grupo. También a través de la fuerza con la utilización de
la policía, ejercito etc. Un claro ejemplo de cultura dominante es la moda y la tecnología.
Actividad

Observa atentamente las imágenes y responde

1-¿Cuales de las 4 imágenes son subculturas?¿ y contracultura? Justifica tu respuesta

Pueblos originarios Movimiento feminista Fiesta de la vendimia


en Mendoza Raperos

b) ¿Cómo se relaciona la historieta con el concepto de cultura dominante?

Relaciones entre culturas: Diferencias entre Cultura y Transculturación

La cultura: es un conjunto de creencias, conocimientos, valores, arte, costumbres y tradiciones que


genera y/o comparte una comunidad y los transmite a cada uno de sus integrantes. Permite a las
personas organizar su vida social. Surge de la interacción del sujeto con el entorno en el que vive,
generando cambios históricos y sociales

La transculturación: se produce cuando un grupo social recibe y adopta costumbres que provienen
de otra comunidad. La sociedad termina reemplazando en mayor o menor medida sus prácticas
culturales. Transforma en cierta medida ambas culturas.

La transculturación se puede dar a través de :

Flujos Migratorios: los patrones culturales de un lugar se modifican cuando llegan personas
provenientes de otros países. Ejemplo: en el barrio de Belgrano se encuentra el Barrio Chino donde
esa comunidad festeja el Año Nuevo chino y concurren todas las personas no solo las de origen
asiático

Intercambios económicos y culturales: Se produce cuando los productos culturales logran llegar a
una región en la que antes no estaban presentes. Ejemplo: los productos de la industria china (juguetes,
ropa) comienzan a llegar a todo el mundo, transformando las pautas culturales de los países donde
llegan.
La aculturación y la deculturación

La deculturación se produce cuando una sociedad somete a otra mediante la fuerza o la presión
económica, trabaja fuertemente sobre el sistema ideologico para eliminarlo descalificándolo para
derrumbar sus creencias e imponer nuevas ideas. Es proceso genera una mutilación de una cultura.

La aculturacion consiste en hacer que una comunidad, pueblo o nación pierda sus rasgos culturales,
sus costumbres originales al ser sustituidas por las de otra cultura. Por ejemplo cuando un extranjero
se instala en otro país para estudiar o trabajar y tiene que adaptarse a las nuevas condiciones de vida,
modificando: su lengua nativa por una nueva, trabajar de forma distinta, relacionarse con los demás.

Una vez que el pueblo está dominado, vaciada y descalificada su cultura, los conquistadores inician
el proceso de aculturación. En ese momento se imponen valores culturales que son presentados
como único modelo valido en toda la vida del individuo. Ejemplo de aculturación la Colonizacion: es
la imposición de nuevas fórmulas culturales a través de la ocupación política, se da a través de un
proceso forzoso. Ejemplo: la India fue durante mucho tiempo colonia británica donde a las personas
se le imponían costumbres propias de la cultura inglesa (tradición del té, idioma, el criquet)

• Actividad

• Observar la siguiente imagen:


• ¿Con cuál o cuáles de los conceptos de Transculturación, deculturación y aculturación lo puedes
relacionar?. ¿Por qué? Justificar tu respuesta en base a las definiciones.

Cultura y Significación

Existen muchísimas palabras en nuestro vocabulario y existen un montón de objetos en el mundo pero ¿por qué cada
uno de ellos tiene un nombre que conocemos todos y que todos compartimos? Cuando decimos la palabra "mesa",
todos sabemos que nos referimos a un objeto de cuatro patas que tiene una especie de tapa encima y casi todos
nosotros nos sentamos a su alrededor para comer, leer o mirar televisión.

Usamos determinados nombres para las cosas, como si siempre hubieran existido y eso no nos parece algo raro. Por el
contrario, pensaríamos que no está del todo bien una persona que en vez de nombrar las cosas, las describe por sus
partes y funciones. Que todos estemos de acuerdo sobre lo que decimos y que nos entendamos cuando hablamos el
mismo idioma parece algo obvio.

Sin embargo, no hay nada en la manzana que haga necesario nombrarla manzana. El nombre podría haber sido cualquier
otro, pero se llama 'manzana' y todos y cada uno de nosotros sabemos de qué hablamos cuando pronunciamos esta
palabra. Estamos de acuerdo. Aún cuando hablemos diferentes idiomas, si vemos la imagen de una manzana podemos
llamarla 'apple' en inglés, 'pomme' en francés, 'mela' en italiano, pero siempre nos referimos a lo mismo.

Cuando hablamos, recurrimos a palabras que forman parte de nuestra lengua y que parecerían estar disponibles dentro
de nuestra cabeza para que las tomemos cada vez que las necesitamos.

Es como si abriéramos un gran armario del que podemos sacar diferentes prendas: un pulóver para el frío, una remera
para el calor, un sombrero para el sol. Y también sabemos que un pulóver no es una remera, ni un sombrero es una ojota
ni un zapato. Clasificamos al pulóver por su diferencia y todos compartimos que un pulóver tiene manga larga, una
abertura por la que pasa la cabeza y que por los orificios laterales metemos los brazos. Para todos, el sentido de 'pulóver'
es el mismo. Así como para nuestra sociedad la palabra 'remera' significa lo mismo. Todos los días usamos palabras y
compartimos su sentido; de nada serviría que invente un nombre nuevo para un objeto e intente que el resto de la gente
entienda de qué estoy hablando. La producción de sentido nunca es un acto individual sino que es social. Ahora bien,
¿cuál sería la relación que existe entre la comunicación, la producción del sentido, 'Perro', 'dog', 'cañe'... distintas
palabras para la cultura y la sociedad.

La cultura es entendida desde la comunicación, es decir, desde los fenómenos de sentido que involucran a una sociedad.
Pero atención: no todo tiene el mismo sentido para cualquier sociedad.

Pensemos por ejemplo que en la India las vacas son sagradas y, por tanto, están más cercanas a la religión que a la
comida. En Argentina el sentido producido sobre la vaca es diferente y está más torca de ser comida que un emblema
religioso.

Ninguno de nosotros elige en qué cultura va a nacer; nuestra cultura, el modo en que entendemos el mundo es anterior
a nosotros y al mismo tiempo existe porque todos los días la ponemos en práctica, hasta sin darnos cuenta.

Cada sociedad posee una cultura a partir de la cual los hombres y mujeres, en conjunto, definen cómo entienden el
mundo, es decir, en qué creen (en un dios, en varios dioses, en ninguno), en qué piensan, y qué sienten, entre otras
cuestiones que hacen que actúen de una manera y no de otra. Además, gracias a la cultura, las personas se relacionan,
entablan amistades y forman parejas y familias. Son estas relaciones de sentido las que organizan la vida social; y es el
mundo del sentido el que constituye la cultura.

Es importante también pensar que nuestra cultura no siempre fue la misma, sino que hay cambios culturales que
muestran cómo, en realidad, la cultura siempre se encuentra en proceso de transformación. Esto quiere decir que la
cultura argentina predominante, por ejemplo, en 1910 no es la misma que la del 2011. Estos cambios son históricos, se
dan con el correr de los años y son sociales: los distintos grupos que constituyen la sociedad le atribuyen diferentes
sentidos al mundo.

Cuando conocemos otras culturas comprendemos que los sentidos que le otorgan a sus prácticas, sus creencias, sus
símbolos, sus valores, difieren de los nuestros. Muchas veces nos nos damos cuenta de que los tiempos de la gente del
lugar que visitamos son más lentos o más rápidos (si vamos a una ciudad todo parecería moverse a gran velocidad; si
vamos a un lugar retirado, al campo, a la playa, a la montaña, el ritmo es otro). También advertimos que las cosas que se
comen son otras, que la ropa que se usa es otra, que la gente se saluda de otra manera.

Es interesante el ejemplo que propone el antropólogo argentino Néstor García Canclini: cuando un turista va a un lugar
en el que hay grupos indígenas o campesinos que elaboran artesanías en alguna feria o paraje, el turista compra
artesanías pero le da un uso que es diferente al pensado por quien lo fabricó. Así, una flauta puede transformarse en un
adorno que nunca nadie va tocar, una vasija pensada para cocinar puede ser utilizada como florero o puesta en la pared,
etc. El significado del objeto se transforma al pasar de un sistema cultural a otro, porque para cada cultura el sentido no
es el mismo.

Actividad 1

• Ejemplificar con algunos objetos o ideas que en nuestra cultura significan algo distinto que en otras culturas
como el ejemplo de la vaca en la india.
• Ejemplificar con alguna trasformación social histórica del significado de algún objeto, idea o grupo social.
Hegemonía

Podríamos decir que si todos coincidimos en que existe un 'gusto legítimo' impuesto por un grupo o clase social y
reconocido por la mayoría de nosotros, en realidad lo que existe es un gusto hegemónico. Pero ¿qué es la hegemonía?

Fácilmente podríamos entender la hegemonía como el dominio de un grupo minoritario sobre un grupo mayoritario;
pero la cuestión es que el grupo mayoritario está de acuerdo con el grupo minoritario, aunque no le convenga.

Por ejemplo, el gobierno de Carlos Menem terminó de destruir las industrias nacionales, privatizó las empresas estatales
y convirtió en más pobre a la gente pobre. Benefició a la clase alta y empeoró las condiciones de la clase media. Sin
embargo, la clase media y la clase baja lo votaron contentos y creyeron que las privatizaciones eran buenas ¿Podríamos
decir que fueron engañados? No.

Simplemente, la mayoría de la gente miró el mundo y el país con los mismos ojos que la minoría, y vio lo mismo. Una
forma de entender la vida, la política, la economía y la sociedad se impuso. Esa forma de ver es hegemónica. En relación
al gusto podríamos pensar en el ejemplo anterior, que el ballet o la ópera formen parte del 'gusto legítimo' es el
resultado de un proceso hegemónico.

Hay algunas definiciones que indican que la hegemonía sería la organización del consentimiento; que todos estemos de
acuerdo con algo es el resultado de un proceso en el que dominó o ganó determinada visión, que así es compartida por
todos. Esa visión sólo le conviene a ese grupo hegemónico y minoritario pero, sin embargo es aceptada por todos. Y
todos creen que les beneficia.

Veamos un ejemplo. Antes de que se privatizaran, las empresas de servicios del Estado eran públicas; eso quiere decir
que pertenecían a todos nosotros, a todos los argentinos. Su venta implicó que pasaran a manos de grupos empresarios,
es decir, a manos de unos pocos. Si teníamos empresas, luego de su venta ya no las teníamos. A la vez, pagamos más
caro por los servicios que esas empresas brindaban. Por otro lado, muchos trabajadores fueron despedidos, porque al
venderse, los nuevos dueños consideraron que había gente que sobraba. Eso generó desempleo. Los que quedaron en la
empresa y conservaron su trabajo lo hicieron en peores condiciones, porque cambiaron las leyes que los protegían. Por
último, las empresas se vendieron por un precio muy inferior al que realmente valían.

En conclusión: ninguna ventaja. Pero la gente aceptó esto porque tomó como propia la visión hegemónica que aprobaba
las ventas, ya que decían que serían beneficiosas. La hegemonía, entonces, brinda un sentido a la realidad, que es
compartido por la mayoría de la gente.

Actividad 2:

Ejemplificar con alguna situación o hecho en el que la mayoría haya apoyado algo que favorecía a uno minoría y
perjudicaba a esa mayoría. Como el ejemplo de las estatizaciones en los años noventa.

Subalternidad

Esa mayoría de la gente podría ser denominada como 'subalterna', ya que está formada por aquellos que no constituyen
la clase dominante.

Desde los estudios de comunicación, en un primer momento se hizo hincapié sobre cómo los grupos hegemónicos
imponían su visión del mundo sobre las clases dominadas. Y punto. Había un grupo minoritario que mandaba y un grupo
mayoritario que legitimaba ese mandato. Nada más. En un segundo momento, estos mismos estudios cambiaron el
ángulo desde donde mirar y comenzaron a tener en cuenta el lugar de ese grupo minoritario.

Si primero la mirada estaba puesta en el lugar del poder, luego se comenzó a mirar el lugar del que no tenía poder. Es
decir, si bien la mayoría copia y reproduce el sentido del mundo que impone la minoría, esta mayoría también produce
sentidos y valores que le son propios.

Que exista una minoría hegemónica, no implica que prohíba la existencia de manifestaciones propias de la mayoría
subalterna. Y esto ocurre porque no amenazan a la hegemonía y se manifiestan de forma paralela. Del mismo modo, una
clase es hegemónica, en la medida en que representa intereses que también reconocen como propios las clases
subalternas.

Por lo general, la cultura subalterna es pensada en contraposición a la cultura oficial y, por tanto, próxima a la cultura
popular. Si el hospital y el médico representan el modo en que la cultura oficial y hegemónica comprende la atención de
la salud y su función es brindar cuidados y recetar remedios, la subalternidad está en las medicinas naturales que se
venden o fabrican fuera del circuito farmacéutico.

Contrahegemonía

Dijimos que había un orden y que ese orden era impuesto por una minoría y reproducido por la mayoría, pero que, sin
embargo, también existían manifestaciones culturales paralelas a ese orden y que no lo ponían en peligro. Pensemos en
el ejemplo de la forma de concebir el trabajo: por lo general, se concibe el trabajo dentro de una estructura en la que hay
empleados y un jefe y que tanto unos como otro reciben una remuneración económica mensual por las tareas que
realizan. Pero también existen los artesanos, que no tienen jefes y que ganan el dinero de lo que venden en el día. Hay
más empleados que artesanos pero la existencia de los artesanos no amenaza la existencia de los empleados.

¿Habrá algo se oponga al orden de modo tal que lo ponga en peligro? La contrahegemonía busca desestabilizar la
hegemonía. Hay grupos que son contrahegemónicos que poseen un modo de ver el mundo que se opone y lucha contra
el modo hegemónico de concebir la vida.

Desde la perspectiva cultural, la hegemonía tiene que ser renovada todos los días a través de sentimientos, creencias,
acciones, modos de pensar, sentir; también es resistida todos los días, del mismo modo que es reincorporada. La
contrahegemonía disputa, pelea por ese lugar que ocupa la hegemonía; busca cambiar la forma hegemónica de ver el
mundo.

Por ejemplo, los trabajadores anarquistas que protagonizaron las grandes huelgas de principios del siglo XX en Argentina
eran un grupo contrahegemónico que luchaba bajo el lema "ni dios, ni amo, ni patrón". Su forma de ver la vida y
entender las relaciones sociales era opuesta a la de la élite gobernante de la época.

Este grupo proclamaba igualdad y libertad real para todos los hombres y mujeres; también pedía que en un mundo justo
e igualitario no hubiera pobres. A la vez, nadie debía mandar y nadie debía obedecer. Por último, combatían al poder del
Estado y de la Iglesia, porque entendían que ahí estaba la base de la dominación. Para ellos, el Estado generaba normas
que defienden la propiedad y la desigualdad, a la vez que tiene el poder de la violencia legítima, al manejar la policía, las
fuerzas militares, etc.

DISPUTAS SIMBOLICAS: CLASE, GÉNERO, EDAD, ETNIA

En una sociedad, como ya vimos, conviven diferentes culturas, grupos e intereses. Muchas veces los intereses de unos se
contraponen a los intereses de otros, por eso se generan conflictos. En relación al consumo, vimos que existen diferentes
tipos de bienes simbólicos que se producen en sociedades desiguales y que tienen a reproducir esa desigualdad. Por
ejemplo, los pueblos indígenas no sólo pelean por el derecho a la propiedad de sus tierras sino que la mayor batalla es
cultural: quieren ser reconocidos en la historia y en el presente de Argentina. Quieren que se reconozca que parte de los
elementos que componen la cultura argentina provienen de su pueblo.

En relación al género hubo una lucha histórica por el reconocimiento y la igualación de los derechos, que fue llevada
adelante por las organizaciones feministas y los movimientos de mujeres. Desde la adquisición del voto femenino (los
hombres ya votaban desde antes que las mujeres) hasta la pelea por la ocupación de cargos jerárquicos en lo laboral y en
funciones públicas. Por ejemplo, hoy tenemos una presidenta mujer cuando históricamente casi todos los presidentes
argentinos fueron hombres.

Si nos referimos a las disputas simbólicas vinculadas a la clase, podríamos pensar en los movimientos de trabajadores
desocupados o MTD, que buscaban un reconocimiento simbólico en medio de una de las más grandes crisis económicas
por las que pasó nuestro país. Si bien la desigualdad económica y la desocupación alcanzaron altos niveles, las personas
que integran o integraron los movimientos pedían, entre otras demandas, ser reconocidos como trabajadores
desocupados. Esto quiere decir que no tenían trabajo, pero no por eso dejaban de ser trabajadores.

Ya en la década del '20, los jóvenes eran considerados un actor importante a nivel mundial; pero en los años '60 cobraron
un papel muy importante en relación a su participación política. La identidad juvenil se fortaleció porque los jóvenes
pasaron a tener una presencia política, cultural y social. En los '60 los jóvenes quisieron pensar, crear y actuar para
fundar un mundo nuevo, diferente al de sus padres y sus abuelos. Ser joven en esos años, tenía un valor distinto que ser
joven para sus padres y sus abuelos. La disputa simbólica es llevada adelante por grupos cuyas identidades se oponen a
las de otros grupos.

Por ejemplo, la disputa por la ley del matrimonio igualitario, antes de que se sancionara, supuso una confrontación entre
los activistas y militantes por los derechos de la diversidad sexual (que proponían igualdad de derechos para parejas del
mismo sexo ante la ley) y los miembros de grupos religiosos que entendían que esto iba contra las costumbres, la moral y
los valores de la familia argentina tradicional.

Actividad 3

Ejemplificar con algún hecho o disputa social o histórica en el que la mirada contrahegemonica haya triunfado
socialmente como el matrimonio igualitario.

Cultura oficial y culturas subalternas

Leer texto, ver video, leer poema y frases y responder preguntas al final.

En El queso y los gusanos. El cosmos según un molinero del siglo XVI, el historiador Carlo Guinzburg, plantea la relación y
las problemáticas entre cultura popular y cultura dominante a través de la reconstrucción de una parte de la vida y del
pensamiento de un molinero del siglo xvi. El título alude al núcleo de la cosmogonía del molinero Domenico Scandella,
apodado Menocchio y natural de Friuli, quien concebía el origen del universo a la manera del queso en que surgen
gusanos: el cosmos como sustancia primordial, informe y densa, de la que nacen los seres vivos, los ángeles en primer
lugar y luego los hombres.

Buscar en you tuve el video que resume el libro y sintetiza el libro de Guinzburg:
http://www.youtube.com/watch?v=7OqrJbw8Obo

• Leer la poesía de Bertold Brecht y las frases que se presentan a continuación y responder las consignas propuestas.

Preguntas de un obrero que lee

¿Quién construyó Tebas, la de las siete puertas?


En los libros se mencionan los nombres de los reyes.
¿Acaso los reyes acarrearon las piedras?
Y Babilonia, tantas veces destruida,
¿Quién la construyó otras tantas? ¿En que casas de Lima, la resplandeciente de oro,
vivían los albañiles?
¿Adónde fueron sus constructores la noche que terminaron
la Muralla China?
Roma la magna está llena de arcos de triunfo.
¿Quién los construyó?
¿A quienes vencieron los Césares? Bizancio, tan loada,
¿Acaso sólo tenía palacios para sus habitantes?
Hasta en la legendaria Atlántica, la noche que fue devorada por el mar, los que se
ahogaban clamaban llamando a sus esclavos. El joven Alejandro conquistó la India.
¿Él sólo? César venció a los galos;
¿no lo acompañaba siquiera un cocinero?
Felipe de España lloró cuando se hundió su flota,
¿Nadie más lloraría?
Federico Segundo venció en la Guerra de Siete Años, ¿Quién más venció?
Bertold Brecht

Frases
“Todo lo verdadero ocurre en las sombras. No se sabe nada de la verdadera historia de los hombres” (Celine).
“Este hombre trabajó. ¿Quién escribirá su historia?” (Canción “El tempano” de Jorge Fandermole).
“Si la historia la escriben los que ganan eso quiere decir que hay otra historia”. (Canción “Quién quiera oír que oiga” de
Juan Carlos Baglietto).

Responder

• ¿Qué quieren significar Brecht con su poesía y los distintos autores con sus frases?
• ¿Qué contestaría Guinzburg al respecto?
• Vincular las frases con el concepto de microhistoria en relación con la llamada historia oficial.
• Ejemplificar algunos momentos de la historia en donde la cultura oficial arrasó con las
culturas subalternas.
• ¿Cómo puede contarse la historia desde una perspectiva de la cultura popular? ¿Qué métodos
emplearían?
¿IDENTIDAD? LA IDENTIDAD CULTURAL COMO CONSTRUCCIÓN

La identidad se asocia a ese conjunto de rasgos que una persona, grupo o comunidad posee y que lo distinguen de los
demás. Las personas que son diferentes pueden poseer características en común y conformar un grupo. Del mismo
modo, se podría argumentar que un grupo es tal -entre otras cosas- porque es distinto de los otros grupos. A la vez,
podríamos decir que una persona -en tanto sujeto único e irrepetible- posee una identidad y que la misma se relaciona
con la de un grupo determinado, y que dicho grupo tiene una identidad diferente a la del resto de los grupos.

Otro aspecto muy importante es el de considerar que el hombre es un "ser social". Esto implica que no vive aislado, sino
que es quién es, justamente, por vivir en sociedad, por relacionarse con otros hombres, por reconocer a los otros
hombres y por reconocerse a sí mismo como hombre que vive entre hombres; En consecuencia la identidad de un grupo
va a depender de los hombres que lo conformen, así como la identidad de cada hombre que integre un grupo va a estar
condicionada por la identidad del mismo. Vale decir que la identidad grupal y la identidad individual se relacionan, y que
cada una depende de la otra. La identidad puede ser pensada como una especie de personalidad, una forma de ser y de
ver el mundo; compuesta a partir de un conjunto de características, valores, ideas, gustos, sentimientos, etc.

Como dijimos, el hombre es un "ser social" y cada sujeto se va conformando a partir de las relaciones sociales en las que
interviene. Esto implica que a distintas relaciones sociales distintos serán los sujetos, y también implica que un sujeto se
va transformando a medida que va participando de diferentes relaciones sociales.

Lo importante, entonces, es tener en cuenta que la identidad se va modelando, lo que supone que puede ir cambiando.
Por ejemplo: hoy una persona puede ser simpatizante de un club de fútbol y dentro de diez años de otro, puede sentirse
parte de un movimiento político y dentro de seis años de otro. En el mismo sentido, la identidad es histórica, esto implica
que existe en un tiempo y un espacio determinado, que no es algo que estuvo siempre y en cualquier lugar. (Vale aclarar
que esto es independiente de lo que opinen los poseedores de dicha identidad). Por ejemplo, los argentinos no
existieron siempre, aparecieron en un momento de la historia; a la vez los argentinos del siglo XX no son exactamente
iguales a los del siglo XIX, ni a los del XXI. De todas formas, no hay que perder de vista que a pesar del cambio siempre
hay algo que queda, ya que, tanto los argentinos del siglo XIX, como los de siglo XXI, se identificaban y se identifican,
respectivamente, como argentinos.

Es fundamental interpretar que la identidad es una construcción. Esto significa que es algo que se va haciendo, que se va
produciendo, que se va fabricando y que va cambiando; que en algún momento no estaba y después apareció, que es de
una forma pero que más tarde podrá ser de otra. Las identidades no son estáticas, no están congeladas, sino que van
cambiando. Las identidades tampoco son 'puras' ni se corresponden con una 'esencia' ni son 'naturales', sino que son un
producto de la cultura.

Identificaciones, pertenencias y agrupamientos

Como dijimos anteriormente, hay una tendencia mundial a demandar por razones identitarias y la Argentina no es ajena
a dichas demandas. A modo de ejemplo podemos pensar en la lucha que vienen dando los pueblos originarios para ser
tenidos en cuenta y respetados, en un país que históricamente les negó su reconocimiento; o las organizaciones que
reclaman por el respeto a la diversidad sexual que tanto hicieron para que se apruebe la ley de matrimonio entre
personas del mismo sexo en el año 2010. Sin embargo es importante remarcar que la identidad es algo que poseen todas
las personas, independientemente de integrar un grupo que lucha por ella o no, e incluso, independientemente de que
tenga o no conciencia de que la posee. Recordemos, además, que la identidad de alguien nunca se constituye a partir de
un sólo rasgo o característica (aunque algunos elementos pueden tener más importancia que otros).

En lo que hace a las identidades colectivas o grupales, se encuentra la denominada 'identidad nacional' como una de las
más importantes de la historia. Muchas son las discusiones sobre lo que significa este concepto; entre otras cosas porque
el término 'nación' ha sido utilizado por muchas culturas diferentes y ha tenido múltiples interpretaciones.
El sociólogo británico Anthony Smith señala que las principales características de la identidad nacional están dadas por
los siguientes elementos:

■ Territorio histórico o patria.

■ Recuerdos históricos o mitos colectivos.

■ Una cultura de masas pública y común para todos.

■ Derechos y deberes legales iguales para todos los miembros.

■ Una economía unificada que permite la movilidad territorial de los miembros.

La identidad nacional, por su parte, desempeña una función hacia el interior y otra hacia el exterior:

■ Hacia el interior posibilita cierto vínculo social entre personas que reconocen tener valores, tradiciones y símbolos
compartidos, como por ejemplo: la bandera, el himno, la moneda, los uniformes, los monumentos, las ceremonias. Cada
uno de ellos construidos históricamente y reconocidos a través de las enseñanza, fundamentalmente de la escuela.

■ Hacia el exterior nos ubica en el mundo como un 'nosotros', indicando 'quiénes somos' en relación a los miembros del
resto de las naciones.

Como dijimos, el concepto de identidad nacional es discutido por su significado, pero también por muchas de las cosas
realizadas en su nombre. Muchas veces esta identidad nacional se expresa como 'nacionalismo' y en el peor de sus
sentidos, termina produciendo actitudes repudiables, que van desde la xenofobia (el odio o rechazo al extranjero),
pasando por la legitimación de gobiernos dictatoriales y autoritarios en nombre de la defensa de los 'valores de la patria',
hasta llegar a la justificación de guerras.

Prácticas, consumos y rituales

Toda persona posee alguna identidad, y toda identidad remite a un límite, que puede no ser del todo claro, porque
tiende a moverse, pero que siempre existe. Por ejemplo: se pertenece a un barrio o se pertenece a otro, se es de un
movimiento político o se es de otro, sin embargo alguien podría mudarse y sentirse tanto parte del barrio que deja como
de aquel al que llega; de la misma forma, alguien podría estar afiliado a un partido político pero en una elección
determinada puede sentirse identificado con las propuestas de otro.

Hay diversas opiniones respecto a cuáles son los factores que tienen mayor peso a la hora de la conformación de
identidades (nunca es un sólo factor, siempre son varios); de igual modo se discute cuáles son las relaciones, acciones y
prácticas más relevantes para pertenecer o no a un grupo. Algunos investigadores entienden que tienen mayor peso las
establecidas hacia el interior del grupo; esto sería así: me interesa pertenecer a un grupo, entonces hago cosas que
considero que son iguales a las que hacen quienes forman parte de ese grupo, y los integrantes de dicho grupo
reconocen que lo que hago es igual a lo que ellos hacen, por lo tanto ambos sentimos que soy parte de él. Otros
investigadores consideran que la relevancia se encuentra en el modo en que el individuo se relaciona hacia el exterior de
un grupo o 'por oposición'; esto sería: no hago tal cosa porque la hacen las personas que pertenecen a un grupo del que
no quiero ser parte ni me interesa parecerme; entonces actúo de manera opuesta para poder diferenciarme y construyo
mi identidad a partir de estas acciones.

Al respecto, ha escrito Stuart Hall, en su libro anteriormente citado:

'Precisamente porque las identidades se construyen dentro del discurso y no fuera de él, debemos considerarlas
producidas en ámbitos históricos e institucionales específicos en el interior de formaciones y prácticas discursivas
específicas, mediante estrategias enunciativas específicas. Por otra parte, emergen en el juego de modalidades
específicas de poder y, por ello, son más un producto de la marcación de la diferencia y la exclusión que signo de una
unidad idéntica y naturalmente constituida: una «identidad» en su significado tradicional (es decir, una mismidad
omniabarcativa, inconsútil y sin diferenciación interna). (...) Sobre todo, y en contradicción directa con la forma como se
las evoca constantemente, las identidades se construyen a través de la diferencia, no al margen de ella. Esto implica la
admisión radicalmente perturbadora de que el significado 'positivo' de cualquier término —y con ello su 'identidad'—
sólo puede construirse a través de la relación con el Otro, la relación con lo que él no es, con lo que justamente le falta,
con lo que se ha denominado su afuera constitutivo...'.
Otro punto importante es la auto-adscripción. Esto sería pertenecer a un grupo porque me siento parte o tengo alguna
relación con él. Pensemos, por ejemplo, en el Censo Nacional de Población 2010, en el cual a las personas censadas se les
preguntaba:

■ ¿Alguna persona de este hogar es indígena o descendiente de pueblos indígenas (originarios o aborígenes)?

■ ¿Usted o alguna persona de este hogar es afrodescendiente o tiene antepasados de origen afrodescendiente o africano
(padre, madre, abuelos/as, bisabuelos/as)? Una forma clásica de sostener y reforzar la identidad es a partir de los
rituales.

Al respecto ha escrito Néstor García Canclini, en su libro Culturas híbridas:

'Tener una identidad sería, ante todo, tener un país, una ciudad o un barrio, una entidad donde todo lo compartido por
los que habitan ese lugar se vuelve idéntico o intercambiable. En esos territorios la identidad se pone en escena, se
celebra en las fiestas y se dramatiza también en los rituales cotidianos. Quienes no comparten constantemente ese
territorio, ni lo habitan, ni tienen por tanto los mismos objetos y símbolos, los mismos rituales y costumbres, son los
otros, los diferentes. Los que tienen otro escenario y una obra distinta para representar.'

Observamos que en este párrafo García Canclini habla de varias cosas importantes. En primer lugar, se refiere a la
relación entre la identidad y el territorio o espacio específico al que el grupo se siente pertenecer y en el cual comparten
sus vivencias. Luego habla de una puesta en escena de la identidad mediante celebraciones, fiestas y rituales; éstos
refuerzan la identidad grupal de quienes los practican, ya que fortalecen la idea de vivir juntos y compartir valores, ideas
y sentimientos; a la vez, esta práctica ritual que se repite, y que se cumple de forma establecida, nos ayuda a recordar
'quiénes somos'.

En el caso de los rituales que refieren, por ejemplo, a la identidad nacional, se remite a nuestra historia y nuestros
héroes, que ya no están, pero forman parte de nuestro origen y son importantes porque nos legaron algo para ser lo que
ahora somos. Por último, el autor remite al modo en que se diferencia entre 'nosotros' y los 'otros'. Esta distinción puede
darse por el no compartir el territorio, pero también por el no compartir costumbres y rituales. En este punto el ritual
nos muestra un límite. Una línea que divide a quienes lo llevan a la práctica de quienes no lo hacen, ya que el ritual se
encarga de separar a unos de otros: 'Pierre Bourdieu observa que tan importante como el fin de integrar a quienes los
comparten es el de separar a los que se rechaza, escribe García Canclini. Los ritos clásicos -pasar de la infancia a ¡a edad
adulta, ser invitado por primera vez a una ceremonia política, ingresar en un museo o en una escuela y entender lo que
ahí se expone- son, más que ritos de iniciación, "ritos de legitimación" y de "institución", incluyen una diferencia durable
entre quienes participan y quienes quedan afuera'. Pensemos, por ejemplo, en un partido de fútbol entre dos
seleccionados nacionales. Cada equipo no sólo canta un himno diferente, sino que lo que hace de un modo distinto. La
postura física de los jugadores al cantar es distinta, la forma de colocar los brazos, el modo de entonar, la forma de mirar,
la pasión que se coloca.

Otro mecanismo que podemos señalar como fundamental en la conformación de identidades es el del consumo, sea este
material o cultural, en particular, en momentos en los que el mercado adquiere un poder arrollador. Poder tener o no
tener algo, poder comprarlo o no, habla de nuestra identidad, ya que da la posibilidad de pertenecer o no a un grupo con
determinada capacidad de consumo.

En el libro que ya hemos citado Néstor García Canclini nos explica las funciones que cumplen los rituales: 'Las luchas
generacionales acerca de lo necesario y lo deseable muestran otro modo de establecer las identidades y construir lo que
nos distingue. Nos vamos alejando de la época en que las identidades se definían por esencias ahistóricas: ahora se
configuran más bien en el consumo, dependen de lo que uno posee o es capaz de llegar a apropiarse. 'Sin embargo lo
que consumimos habla de nuestra personalidad independientemente de precio que tenga aquello que podemos
comprar. Por ejemplo, bien podría costar lo mismo un almuerzo en un local de 'comida rápida' o 'chatarra' que uno en un
restaurant de 'comida naturista u orgánica.

1) A modo de ejercicio imaginemos esta situación:

Sara y Dolores son dos amigas que van juntas a un centro de jubilados en Avellaneda. Al tener una edad similar sienten
que comparten una historia en común, incluso sus esposos fueron compañeros de trabajo en la misma fábrica; ambas
están orgullosas de pertenecer al mismo barrio e incluso simpatizan con el mismo club de fútbol; a la vez eligieron ese
centro porque son afines a las ideas políticas que tienen las personas que ahí concurren –ideas bastante distintas de las
que comparten los jubilados que integran otro centro que queda a unas pocas cuadras. Sin embargo, Sara se siente muy
arraigada a sus ascendientes españoles, es amante del tango y lleva una vida religiosa; mientras que a Dolores le gusta el
folklore, continúa con las tradiciones de su familia guaraní y no practica religión alguna.

a. ¿Qué elementos entrarían en juego en la construcción de la identidad de Sara y Dolores?


b. ¿Qué elementos operarían para la construcción de identidad del centro de jubilados al que asisten?
c. ¿Qué elementos componen tu identidad?
d. Cual es el origen de esos elementos?

Mundial Qatar 2022

1)Leer los textos en profundidad


2)Realizar un resumen del texto con nuestras palabras
3)Presentar el texto en clase. Explicarlo oralmente.

Texto 1

Qatar
Pese a las reformas gubernamentales, la población trabajadora migrante continuó sufriendo abusos laborales y teniendo
dificultades para cambiar de empleo libremente. Las restricciones a la libertad de expresión aumentaron en el periodo
previo a la Copa Mundial de la FIFA de 2022. Las mujeres y las personas LGBTI continuaron sufriendo discriminación en la
ley y en la práctica.
Información general
La crisis diplomática del Golfo iniciada en 2017 —que enfrentaba a Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y
Egipto contra Qatar— terminó en enero.
En julio, el emir ratificó una ley que abría camino para la elección de 30 de los 45 miembros de la Asamblea Consultiva en
unas primeras elecciones legislativas. No obstante, basándose en legislación discriminatoria sobre la nacionalidad, la
norma impedía votar o presentarse a las elecciones a la población qatarí cuyos abuelos no hubieran nacido en Qatar. Las
elecciones se celebraron el 2 de octubre, y no se eligió en ellas a ninguna mujer.
En octubre, el emir reestructuró el Consejo de Ministros y disgregó algunos ministerios. Se proporcionaron vacunas
contra la COVID-19 a todas las personas, ciudadanas y residentes, de 12 años en adelante sin distinción alguna, incluida
la población residente extranjera. En octubre, el 77% de la población ya había recibido la pauta de vacunación completa.
Derechos de los trabajadores y trabajadoras migrantes
Pese a su promesa, el gobierno no aplicó ni hizo cumplir las reformas, lo que permitió el resurgimiento de las prácticas
abusivas y reavivó los peores elementos del sistema de kafala (patrocinio).
La población trabajadora migrante seguía enfrentándose en ocasiones a trabas y requisitos burocráticos insalvables
cuando intentaba cambiar de empleo sin el permiso de su entidad empleadora aunque éste hubiese dejado de ser un
requisito legal. En diciembre, el gobierno informó de que 242.870 trabajadores y trabajadoras migrantes habían podido
cambiar de empleo tras las reformas de septiembre de 2020; no obstante, no publicó la cifra de quienes lo habían
conseguido hacer sin el permiso de su entidad empleadora, información clave para medir el avance.
La situación continuó siendo especialmente difícil para las trabajadoras domésticas internas a causa de su aislamiento en
el domicilio del empleador o empleadora, que era también su lugar de trabajo. El sistema seguía otorgando poder a las
entidades empleadoras, que supervisaban la entrada y la residencia de las personas trabajadoras migrantes en el país y
podían anular sus permisos de residencia o presentar contra ellas cargos de fuga, conductas abusivas que ponían en
peligro su presencia legal en el país.
En mayo, el Ministerio de Trabajo puso en funcionamiento una plataforma digital concebida para que los trabajadores y
trabajadoras pudieran presentar denuncias.
Pese a la introducción de un nuevo salario mínimo y de medidas para vigilar el pago de los salarios, la población
trabajadora migrante continuaba siendo víctima del robo de éstos por sus entidades empleadoras sin recurso efectivo a
la justicia. De hecho, su acceso a la justicia siguió siendo en gran medida lento y, en los casos en que lo hubo, a menudo
no condujo a un recurso efectivo. El fondo de asistencia creado para ayudar a los trabajadores y trabajadoras a recuperar
su dinero cuando los comités para resolver disputas laborales fallaban a su favor actuaba caso por caso, y seguía sin estar
claro si los trabajadores y trabajadoras podían cobrar los salarios impagados con cargo al fondo y en qué plazo.
En abril, el personal de una empresa de vigilantes de seguridad se declaró en huelga para protestar por el
incumplimiento del pago del nuevo salario mínimo. Medios de comunicación afines al Estado informaron de que el
gobierno había investigado a la empresa y concluido que el salario que pagaba cumplía los requisitos legales. Las
autoridades continuaban sin investigar adecuadamente las muertes de los trabajadores y trabajadoras migrantes, miles
de los cuales habían fallecido de forma repentina e inesperada en Qatar durante el decenio anterior pese a haber
superado las pruebas médicas obligatorias antes de viajar al país. Su inacción, que impedía evaluar si las muertes eran
atribuibles a causas laborales, significaba que Qatar no protegía un elemento básico del derecho a la vida. También
negaba a las familias afectadas la oportunidad de ser indemnizadas por la entidad empleadora o las autoridades.2
Derechos sindicales
La población trabajadora migrante seguía teniendo prohibido formar sindicatos o afiliarse a ellos. En su lugar, las
autoridades introdujeron comités conjuntos, iniciativa promovida por las entidades empleadoras para permitir la
representación de los trabajadores y trabajadoras que distaba mucho de respetar el derecho fundamental de éstos y
estas a formar sindicatos y afiliarse a ellos.
Libertad de expresión y de reunión
Las autoridades seguían restringiendo la libertad de expresión mediante la aplicación de legislación abusiva para silenciar
las voces críticas.
El 4 de mayo, las autoridades sometieron a desaparición forzada al keniano Malcolm Bidali, vigilante de seguridad,
bloguero y activista de los derechos de los trabajadores y trabajadoras migrantes, a quien recluyeron durante un mes en
régimen de aislamiento y negaron el acceso a asistencia letrada. El 14 de julio, el Consejo Supremo del Poder Judicial le
impuso una multa por publicar “noticias falsas con la intención de menoscabar el sistema púbico del Estado” en
aplicación de la controvertida ley de delitos informáticos. La resolución penal se dictó sin que Malcolm Bidali hubiera sido
acusado formalmente, comparecido ante un tribunal ni informado de los cargos penales que pesaban contra él. Malcolm
Bidali abandonó Qatar el 16 de agosto tras pagar la cuantiosa multa.
A principios de agosto, miembros de tribus, principalmente de Al Murra, protestaron contra su exclusión de las
elecciones a la Asamblea Consultiva. El 8 de agosto, el Ministerio del Interior declaró que había detenido y remitido a la
fiscalía a siete hombres acusados de “usar las redes sociales para difundir noticias falsas y fomentar los conflictos raciales
y tribales”. Algunos quedaron en libertad, pero otros continuaban bajo custodia sin acceso a sus abogados.
En noviembre, dos periodistas noruegos que investigaban la situación de la población trabajadora migrante fueron
detenidos por entrar y filmar en propiedad privada, acusaciones que los periodistas negaron. Fueron interrogados sobre
su actividad informativa y se les confiscó todo el equipo. Quedaron en libertad sin cargos 36 horas después.
En un momento anterior del viaje, los periodistas habían previsto entrevistar a Abdullah Ibhais, exdirector de
comunicación del comité organizador de la Copa Mundial de fútbol de 2022 de Qatar, pero fue detenido unas horas
antes de que se celebrara la entrevista, el 15 de noviembre. Su detención arbitraria se produjo durante el proceso de
apelación contra una condena a cinco años de prisión que se le había impuesto en un juicio injusto basado en una
“confesión” obtenida bajo coacción y sin que estuviera presente un abogado. El 15 de diciembre, un tribunal desestimó
su apelación y lo condenó a tres años de prisión.
Derechos de las mujeres
Las mujeres seguían estando discriminadas en la ley y en la práctica. En virtud del sistema de tutela masculina,
continuaban estando ligadas a su tutor varón, habitualmente su padre o un hermano, abuelo o tío o, en caso de estar
casadas, su esposo. Además, seguían necesitando el permiso de su tutor para tomar decisiones vitales clave como
casarse, estudiar en el extranjero con becas públicas, trabajar en muchos puestos del gobierno, viajar al extranjero hasta
cierta edad y recibir algunos servicios de salud reproductiva.
La legislación relativa a la familia continuaba discriminando a las mujeres al dificultarles el divorcio. Las mujeres
divorciadas continuaban sin poder ejercer la tutela de sus hijos e hijas.
En marzo, el gobierno rechazó las conclusiones de un informe de Human Rights Watch sobre la discriminación contra las
mujeres en Qatar y prometió investigar y enjuiciar a cualquier persona que hubiera infringido la ley. Al concluir el año no
había realizado ninguna investigación.
Noof al Maadeed, mujer qatarí de 23 años que solicitó asilo en Reino Unido alegando abusos en el ámbito familiar,
decidió regresar a Qatar tras pedir garantías a las autoridades. Comenzó a documentar su retorno en las redes sociales,
pero no se volvió a saber nada de ella a partir del 13 de octubre, después de que hubiera denunciado a la policía
amenazas de familiares. Pese a que las autoridades aseguraron que no corría peligro, seguía sin conocerse su paradero,
lo que suscitaba temor por su seguridad.
Derechos de lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales (LGBTI)
El Código Penal seguía tipificando las relaciones homosexuales entre hombres como un delito punible con hasta siete
años de prisión. Su artículo 296 especificaba los delitos de “conducir, instigar o seducir a un varón de cualquier manera
para que cometa sodomía o disipación” e “inducir o seducir a un varón o a una mujer de cualquier manera para que
cometa acciones ilegales o inmorales”.
En febrero, el grupo de rock libanés Mashrou Leila, cuyo cantante era abiertamente gay, anuló una actuación en el
campus de Doha de la Universidad del Noroeste por “problemas de seguridad” a raíz de una reacción violenta homófoba
online.
Pena de muerte
En febrero, el emir detuvo la ejecución de un tunecino declarado culpable de asesinato. No se tuvo noticia de ninguna
ejecución

Texto 2
QATAR, LA COPA MUNDIAL DE LA VERGÜENZA
EMPRESAS Y DERECHOS HUMANOS
Los migrantes que construyen un moderno estadio para la Copa Mundial de Fútbol de 2022 en Qatar sufren abusos y
explotación… mientras la FIFA obtiene enormes beneficios.
Pide a la FIFA y a los patrocinadores que actúen inmediatamente para proteger a los trabajadores migrantes de Qatar
frente a los abusos
Migrantes procedentes de Bangladesh, India y Nepal que trabajan en la reforma del emblemático estadio Jalifa y el
ajardinado de las instalaciones deportivas y zonas verdes circundantes, la denominada “Aspire Zone”, están siendo
explotados. Algunos son objeto de trabajo forzado. No pueden cambiar de trabajo, no pueden salir del país y suelen
tener que esperar meses para cobrar sus salarios. Mientras, la FIFA —organismo internacional de gobierno del fútbol—,
sus patrocinadores y las empresas de construcción implicadas se preparan para obtener ingentes beneficios económicos
de la celebración del torneo.
Hemos detectado ocho formas de explotación que sufren algunos trabajadores de las obras del estadio Jalifa y la “Aspire
Zone”…
“MI VIDA AQUÍ ES COMO ESTAR EN UNA CÁRCEL. EL GERENTE DE LA EMPRESA DIJO: SI QUIERES QUEDARTE EN QATAR,
CIERRA LA BOCA Y SIGUE TRABAJANDO.”
Deepak, obrero metalúrgico de las obras del estadio Jalifa
1. Elevadas comisiones de contratación
Muchos migrantes buscan trabajo en Qatar para huir de la pobreza y el paro en países como Nepal, Bangladesh e India.
Pero, para conseguir empleo deben pagar elevadas comisiones. Los trabajadores con los que hablamos habían tenido
que pagar sumas que iban desde 500 a 4.300 dólares estadounidenses a contratistas sin escrúpulos en sus países de
origen. Muchos están endeudados, por lo que temen dejar su empleo cuando llegan a Qatar.
Dios sabe que hay días en los que no puedo seguir adelante, todo se me hace demasiado… Lo único que me mantiene
vivo es pensar en mis hijos.
Sakib, jardinero de Bangladesh que pidió un crédito para pagar 4.000 dólares estadounidenses a un agente de
contratación
TRABAJADORES MIGRANTES DE QATAR: CIFRAS
1,7 MILL. trabajadores migrantes en Qatar, más del 90% de la mano de obra
3.200 trabajadores, en su mayoría migrantes, que trabajan a diario en las obras del estadio Jalifa
+234 hombres que trabajan en el estadio Jalifa y la Aspire Zone y sufren abusos y explotación; algunos son víctimas de
trabajo forzado
500-4.300$ cifra que pagan los trabajadores migrantes a las agencias de contratación en sus países de origen para
conseguir un trabajo en Qatar
2. Terribles condiciones de vida
Normalmente, los trabajadores soportan condiciones de hacinamiento y de falta de higiene y seguridad en sus
alojamientos. Vimos a hombres durmiendo en literas en habitaciones para ocho o más personas. Sin embargo, el
derecho qatarí y las Normas para la Protección de los Trabajadores permiten como máximo cuatro camas por habitación
y prohíben el uso compartido de camas y el uso de literas.
3. Mentiras sobre el salario
Los agentes de contratación, además, hacen falsas promesas respecto al salario que recibirán los trabajadores, y sobre la
clase de empleo ofertado. Los 300 dólares al mes que a un hombre de Nepal le habían prometido que iba a cobrar
resultaron ser sólo 190 una vez que empezó a trabajar en Qatar. Cuando los trabajadores explican a la empresa que les
habían prometido un salario superior, ésta se limita a hacer oídos sordos. Así lo recuerda Mushfiqur, jardinero de la
Aspire Zone: “El gerente sólo dijo: ‘Me da igual lo que te hayan dicho en Bangladesh. Cobrarás este sueldo y nada más. Si
sigues protestando les diré que cancelen tu visado y te manden de vuelta a casa’”.
4. Retrasos en el pago de salarios
A veces no se pagan los sueldos durante varios meses. Esto puede tener consecuencias desastrosas, ya que los
trabajadores no pueden pagarse la comida, enviar dinero a sus familias ni hacer pagos sobre préstamos asociados a la
contratación. Una situación que a muchos los lleva al borde de la desesperación.
Mi familia se ha quedado sin techo y a dos de mis hijos pequeños los han sacado de la escuela […] Cada día estoy en
tensión, no consigo conciliar el sueño. Es una tortura para mí. Prem, obrero metalúrgico de Nepal que trabaja en el
estadio Jalifa y sufre a menudo retrasos en el cobro de su salario
EL LADO ESPANTOSO DE UN HERMOSO JUEGO
Mostramos cómo las empresas de construcción encargadas de las obras para la Copa Mundial de 2022 están abusando
de los trabajadores migrantes e incumpliendo el propio derecho laboral de Qatar.
5. No poder abandonar el estadio ni el campamento
Algunos empleadores no expiden o renuevan el permiso de residencia a sus trabajadores, a pesar de que están obligados
a hacerlo según el derecho qatarí. Con estos documentos de identidad, los trabajadores pueden demostrar que tienen
permiso para vivir y trabajar Qatar. Sin ellos, pueden ser encarcelados o multados. Por esta razón, algunos de los
hombres que trabajan en las obras del estadio Jalifa tienen miedo de aventurarse más allá de la zona de obras o del
campamento donde viven los trabajadores.
6. No poder salir del país ni cambiar de trabajo
Los empleadores habían confiscado el pasaporte a todos los trabajadores con los que hablamos. De hecho, si quieren
salir de Qatar, deben conseguir un “permiso de salida” aprobado por su empresa. Pero los empleadores suelen hacer
caso omiso de estas solicitudes, o incluso amenazan a los trabajadores, diciéndoles que no pueden marcharse hasta que
termine el contrato, lo que podría significar otros dos años.
Aún recuerdo mi primer día en Qatar. Prácticamente, lo primero que hizo [un agente] que trabajaba para mi empresa fue
quedarse mi pasaporte. Desde entonces, no lo he vuelto a ver.
Shamim, jardinero de Bangladesh que trabaja en la Aspire Zone
ESTOY HARTO DE ESTE LUGAR. EL TRABAJO ES DURO, EL CAMPAMENTO ESTÁ SUCIO Y ES PEQUEÑO, Y TODAVÍA NO HE
RECIBIDO UNA PAGA.
Kamal, de Nepal, montador de andamios en el estadio Jalifa
7. Ser amenazados
Si los trabajadores se quejan de las condiciones o piden ayuda, normalmente son intimidados y amenazados por sus
empleadores. Así nos lo contó un migrante que trabajaba en las obras del estadio Jalifa: “Fui a la oficina de la empresa, le
dije al gerente que quería irme a mi casa [en mi país] porque siempre recibía la paga con retraso. Me dijo a gritos: ‘Sigue
trabajando o no te irás nunca’”.
Mohammad, que trabaja en el mantenimiento de zonas verdes de la Aspire Zone, explicó: “La empresa tiene mi
pasaporte. Si cambia mi estado de financiación, me enviarán de vuelta y tengo una gran deuda pendiente […] Quiero que
me devuelvan mi pasaporte [y] el campamento no está bien, dormimos ocho en una habitación; son demasiados. Pero
no puedo quejarme [porque] me echarían del trabajo”.
EL LADO ESPANTOSO DE UN HERMOSO JUEGO: CIFRAS
+90 MILL. $ para una empresa, Six Construct, por la reforma del estadio Jalifa
+35 MILL. $ para Eversendai, principal subcontratista, por el estadio Jalifa
2.000 MILL. $ ingresos de la FIFA en 2014
220 $ salario medio mensual de los hombres entrevistados que trabajaban en el estadio Jalifa
8. Trabajo forzoso
Una de las empresas que contratan trabajadores para el proyecto del estadio Jalifa somete a trabajo forzado a sus
empleados. Quienes se niegan a trabajar debido a las condiciones son amenazados con deducciones de la paga, o con ser
entregados a la policía para su expulsión sin recibir el sueldo que les corresponde.
El gerente dijo: ‘Estos hombres están dando problemas, son unos vagos. Vigílenlos de cerca. Si no se presentan a trabajar
o intentan escapar, den parte de ellos a la policía’.
Kamal, obrero metalúrgico nepalí de las obras del estadio Jalifa

Redes sociales tecnología y prácticas sociales

Muy poco tiempo antes, las computadoras no tenían incorporadas webcams sino que había que comprarlas por
separado. Todavía eran muebles en una casa, usados por toda la familia, y para acceder a internet había que cortar la
línea de teléfono. Todavía se hablaba por teléfono fijo. «Hago este ejercicio de memoria, porque como ha habido tantas
transformaciones en poco tiempo, tendemos a olvidarnos», dice Sibilia, mientras muestra en pantalla imágenes de esos
artefactos que hoy yacen moribundos en algún garaje o en algún cajón. En el Auditorio se escucha un murmullo de
recuerdos compartidos con la gente de al lado: «¿Te acordás del ruido que hacía el módem cuando se conectaba?».

Paula Sibilia habla durante casi dos horas. «Creo que debo ser la única que estoy enteramente presente en este tiempo-
espacio», dice. El resto del Auditorio –estudiantes, docentes, comunidad graduada de la FCEDU, personas que alguna vez
la leyeron, que vinieron a escucharla como se escucha a la banda que te gusta– están absolutamente interesados en
estar ahí, pero alguna vez, al menos durante cinco segundos, respondieron un mensaje o subieron su selfie en la
conferencia. «Las redes desconocen todo límite de tiempo y espacio. Por eso estamos visibles, conectados, ansiosos y
dispersos», se la escucha decir después.

Intimidad

¿Qué es o qué era la intimidad antes de transformarse en espectáculo? ¿Cuándo comenzó esa transformación?

«La intimidad es un invento burgués moderno, algo bastante reciente y relativo a la cultura occidental, exhalado de la
cultura europea, con su ímpetu modernizador, industrialista. Comprendía un conjunto de actividades, memorias,
actitudes que se suponían que debían quedar resguardados de la mirada ajena, preservados de la mirada del público.
Todo eso que todavía llamamos lo íntimo debía permanecer en la esfera privada, separada del espacio público«, explica.
La intimidad estaba resguardada con «barreras físicas como las paredes, cerrojos, cortinas, ventanas y también barreras
morales como el decoro, el pudor, a veces mucho más sólidas que las mismas paredes». Había protocolos muy claros
sobre lo que se debía hacer, e incluso, estaba resguardado por la ley.

Reconocemos, con la investigadora, que a pesar de que la esfera de la intimidad se está transformando, sabemos bien de
qué se trata: «Esa dinámica que funcionó de modo bastante eficaz y consensual en las sociedades occidentales fue
fundamental para organizar los modos de vivir del sujeto moderno». Así nos hemos organizado. Entonces, ¿adónde
rastreamos esa transformación?

Compatibilidad

Sibilia explica que se ha producido en el siglo XXI una intensa compatibilización entre nuestros cuerpos, nuestros modos
de vivir y los aparatos. En informática, precisamente, la compatibilidad es la condición que hace que un programa y un
sistema, arquitectura o aplicación logren comprenderse correctamente de manera directa o indirecta, por ejemplo,
mediante un algoritmo. En ese sentido, nos hemos vuelto compatibles con las tecnologías digitales. Entonces, «imágenes
de ciencia ficción se han convertido en algo sumamente habitual», comenta mientras vemos gente sentada a la mesa,
comiendo, buceando en el celular que cada quien tiene en la mano.

Su premisa antropológica fundamental es que los cuerpos y las subjetividades cambian históricamente y nos adaptamos
a las herramientas culturales de las que disponemos en nuestro ambiente. Entonces, resalta dos cosas: por un lado, que
las tecnologías no son buenas, malas ni neutras, son históricas, es decir, «cargan consigo ciertos valores y creencias
típicos de las sociedades que las gestaron. Se pueden resignificar pero en general tienden a ser usadas de cierta forma.
Suponen ciertos modos de vivir y no otros». Por otro lado, en consecuencia, que nos hemos hecho compatibles con
ciertos modos de vivir que están implícitos en esas tecnologías.

La vida analógica / la vida íntima: basta de llamarme así

Antes fuimos compatibles con otras tecnologías, por ejemplo, el lápiz, el libro, el papel secante. «Requirió todo un
esfuerzo compatibilizar con ellas y la escuela cumplió un gran papel en eso». Hemos dedicado cuadernos y cuadernos
enteros para aprender a escribir con birome y en cursiva. Hubo una sociedad moderna que engendró las tecnologías
escolares y fueron eficaces para su desarrollo. De esta manera, Sibilia remarca dos vectores para analizar los modos de
vida y su transformación, ahora en sintonía con las nuevas tecnologías: por un lado, los usos del tiempo y el espacio; por
otro, el modo de relación del sujeto consigo mismo, el mundo y los otros. Mientras en algún momento pudimos dejar de
estar en internet y vivir la vida analógica, desconectada; lo que solíamos llamar intimidad se volvió público. ¿Podemos
seguir llamándola así?

Extimidad

«No es exactamente eso. Parece, pero al mostrarse rompe la premisa fundamental de lo que no debe hacerse público»,
explica la investigadora. Entonces eligió el término extimidad para nombrar aquello. Fue la primera en usarlo en este
sentido, distinto del que acuñó Lacan.

Las redes sociales nacen, entonces, como canales para compartir la ex intimidad con los demás. Algo que no necesitaba
la cultura moderna. «La selfie no es lo mismo que un autorretrato. No se toma para colgar en la sala ni para guardar en el
álbum, como en la era moderna. La selfie implica que va a ser compartida instantáneamente y requiere una repercusión
positiva, porque si no, se borra».

Se detiene en el subgénero de la selfie que más alboroto causa: el aftersex: «Un autorretrato con compañía, tomado
inmediatamente después del acto sexual. Su destino es igual que cualquier selfie, compartirla, mostrarla y recibir
repercusión. Y parece algo banal, pero es un síntoma bastante importante de esta transformación. El contraste con
respecto a la sexualidad en el modo de vida inspirado por la burguesía que brilló a lo largo del siglo XIX y XX».

Además de la desnudez, el cuerpo, las emociones y las vacaciones, la comida –»que es la gran estrella de Instagram»–,
también era parte de la intimidad. «No sorprende que hayamos inventado estos aparatos. Había un terreno que se había
preparado para eso», asegura Sibilia. La gran pregunta que surge es: ¿cuándo y cómo se preparó el terreno para que
necesitemos compartir nuestra intimidad?

La sociedad del espectáculo: Performar para existir

Paula Sibilia llama entonces a su primer aliado: Guy Debord, que escribió «La sociedad del espectáculo» en 1967, un libro
que hoy es un clásico. «Debord vislumbró en ese momento una transformación de la sociedad, muy importante: la
emergencia de la sociedad del espectáculo, en la cual las imágenes y las apariencias empezaban a ser lo más
importante«. Todo en el contexto del boom de la televisión, la publicidad y la sociedad de consumo. Sibilia refuerza: «El
espectáculo no es un show, sino que es una relación social entre personas mediada por imágenes. Es decir, en ese
momento los modos de relacionarse empezaban a impregnarse del espectáculo».

Visibilidad y conexión son dos vectores fundamentales de la vida contemporánea. «En el siglo XIX y XX tenían otros
problemas, pero no estaban instigados a vivir visibles y conectados –afirma Sibilia–. Nuestra vida cotidiana se ha visto
convocada a performar y a realizarse en la visibilidad. En las redes sociales es más fácil verlo pero no es sólo ahí que se
da, hemos aprendido a vivir con esa lógica también offline, si es que todavía existe eso».

Performar es la cuestión. ¿Y qué es eso? La investigadora explica que es una especie de curaduría de uno mismo:
«Performance, en su polisemia, es capaz de nombrar lo que no es una mentira exactamente. Es una versión
photoshopeada de uno mismo, que calcula que hay alguien mirando y sabe qué es lo que se espera. Se performa para la
mirada ajena».

Miedo a descontrolarse

Otro aliado al planteo es Gilles Deleuze con su breve y esclarecedor artículo «Posdata sobre las sociedades de control»,
publicado en 1990. «Se trata de un anexo a la obra de Foucault sobre las sociedades disciplinarias. Lo que desarrolla
Deleuze es, precisamente, la diferencia grande entre control y vigilancia. El control es hasta lo opuesto: no es vertical
sino horizontal, en red, de todos por todos. El doble tic azul del Whatsapp es un emblema de la sociedad de control»,
asegura Sibilia. Pero además del control ajeno, crece el autocontrol y su contracara. Lo que surge como contrapunto de
la instagramización de la vida es «el riesgo de que se vaya de control mi espectáculo». Precisamente, «mientras más
mostramos, más riesgo tenemos de mostrar algo que no deberíamos, algo que no es una buena performance», dice la
investigadora, mientras resonará en algunas cabezas ese primer capítulo de la tercera temporada de Black Mirror que
parece sintetizar perfectamente la lógica instagram.

Lamentablemente sobran los ejemplos sobre videos que se viralizan, bullying, historias que terminan en tragedia. Sin
embargo, no hace falta llegar hasta ahí: «Asistimos a un momento inédito de ampliación de las posibilidades
existenciales, individuales y colectivas. La posibilidad de uso del tiempo y el espacio se ha multiplicado y lo mismo en las
relaciones. Y al mismo tiempo aparecen problemas nuevos y no hace falta llegar a dramas muy profundos: uno muy
banal y cotidiano es que no tenemos más tiempo para nada«.

Mientras las redes imponen lógicas que se superponen o rompen la lógica de las paredes, Sibilia reconoce que hay
espacios que todavía funcionan como reductos y refugios analógicos y no es, precisamente, la escuela. El cine y el teatro
son los lugares cuyas paredes todavía tienen consenso y legitimidad: «Si alguien está con el teléfono durante la película,
va a haber un señalamiento social. La gente va al cine porque quiere que esa experiencia sea extraordinaria. Creo que
vale la pena pensar mejor en estas dinámicas, son una resistencia a la lógica de las redes», dice Paula Sibilia para
terminar. Y ya está investigando sobre eso.

¿Quién toma tus decisiones?

Nos recomiendan películas, nos dicen qué comer, con qué juegos nos vamos a divertir y qué ejercicios físicos hacer. Los
algoritmos nos estudian, aprenden y nos ayudan a tomar decisiones y ahorrar tiempo: los datos no dudan. ¿Cómo
impacta esto en la construcción de las nuevas familias, chicos, adultos? ¿Estamos perdiendo capacidades reflexivas?
¿Pensamos cada vez menos?

La historia de inventos exitosos que, tras una etapa de vacíos legales, deben ser regulados por sus efectos sociales es
extensa. En la actualidad, un producto relativamente nuevo como las redes sociales y otras plataformas digitales
omnipresentes y desreguladas han aprendido en poco más de una década a usar el mundo digital como gigantesco
laboratorio de experimentación, un laboratorio financiado con miles de millones de dólares para dar con la(s) fórmula(s)
mágica(s) que “atraparán” a los usuarios de internet.

La lista de ejemplos es larga: los algoritmos nos estudian, nos agarran de la mano y nos muestran el camino a seguir. Los
de Netflix aprendieron algunos de nuestros comportamientos culturales y nos recomiendan películas que podrían
interesarnos. Otros han comprendido que en general se prefieren juegos cuya curva de aprendizaje es de un par de
segundos. ¿Años para a tocar el piano? No, para qué. Mejor chatear para controlar tiempos y mensajes que hablar cara a
cara y sentir el costo de sabernos observados. La promesa capitalista de disfrutar sin interrupciones ni consecuencias es
posible en el mundo perfecto del diseño digital. Los algoritmos nos simplifican la vida y nos ahorran “la pérdida” de
tiempo de la duda. Gracias a su conocimiento de nosotros mismos, superior al propio, pueden ofrecernos un atajo para
maximizar la felicidad potencial que se juega entre quiénes somos y las opciones que nos ofrece el mundo.

Pero detrás de la simulación de un poder benévolo que solo nos ayuda a elegir lo mejor para nosotros aparece el poder
para empujar ciertas acciones: que compremos en determinado lugar, agreguemos otro producto a nuestra canasta de
deseos, nos posicionemos frente a las noticias (¿nos gusta, nos sorprende, nos…?), trabajemos un ratito más o votemos
por tal o cual candidato. ¿Cómo podrían las corporaciones no ceder a la tentación de llevar un poco más de agua a su
molino? En el neoliberalismo perfecto del mundo digital las regulaciones prácticamente no existen y, para algunos, ya no
podrán existir.

Es el capitalismo

En una interesante entrevista de Todo es Fake, uno de los podcasts de Revista Anfibia, la investigadora Sonya Song
explicaba: “Lo cierto es que las redes sociales son un lugar donde la gente no piensa demasiado ni piensa de modo
profundo. Estas personas pueden ser perfectamente inteligentes, resolver cálculos y otros problemas complicados, pero
en las redes sociales no quieren comprometer su inteligencia en los posteos que ven”. Este tipo de relación con las redes
sociales facilita la circulación de noticias falsas o recortes de la realidad que enfurecen o generan empatía, a los que
comentamos o les damos like; nuestras reacciones emocionales refinan los algoritmos para mejorar aún más la eficiencia
de los mensajes futuros. Para evitar este tipo de comportamiento se podría pedir a la gente que ratifique su
comentario/like cinco minutos más tarde. También se podrían diseñar herramientas para estimular el diálogo y limitar las
respuestas viscerales que parecen estar poniendo en peligro a la democracia, incluso a una ya desbalanceada por los
medios de comunicación y el poder económico.

El problema no es técnico. Las redes sociales pertenecen a empresas que viven de lo que actualmente se llama
“Economía de la atención”. Diseñan plataformas que nos mantengan enganchados, consumiendo nuestro tiempo de
atención allí dentro y produciendo contenidos para incentivar la atención de los otros. Si apuntar a nuestras emociones
funciona, ¿por qué no explotarlo? No es necesario creer en el conspiracionismo; como titula un artículo de eldiario.es,
“Nos son bots rusos, es Capitalismo 3.0 reventando el debate político online”. Toda la maquinaria de ese capitalismo 3.0
está en función de conseguir su objetivo de una manera que resulta explícita si uno rasca un poco la pintura de
marketing ingenuo. La información para alcanzar el objetivo circula profusa: Google comparte una presentación sobre el
uso del celular para que las empresas sepan cuándo atacar al cliente: el 68% de los usuarios chequea su celular antes de
los 15 minutos de despertar, aumentó un 20% el número de sesiones desde smartphones, etc. El resultado es un
bombardeo quirúrgico constante que amenaza la capacidad de controlar la propia vida.

Esa atención empaquetada, segmentada, se ofrece a los anunciantes para que mejoren sus ventas o a los políticos para
que los voten. El objetivo, en ambos casos, es similar: la manipulación. Esta palabra es casi un anatema entre los
cientistas sociales pero, pese a necesitar una reelaboración, debería ser devuelta al análisis. ¿Cómo llamar a los
pequeños retoques en los algoritmos de Facebook para experimentar con los estados de ánimo proyectados en las redes
o los “jueguitos” de UBER para que los choferes sientan la tentación de dar más vueltas y alcancen nuevos objetivos
económicos (algo que en la jerga política del siglo XX se habría llamado “aumento de la tasa de autoexplotación”)?

Justin Rosenstein, el creador del botón de “like” de Facebook explicó en una entrevista que “nuestras mentes pueden ser
secuestradas” y compara los “me gusta” de Facebook con chispazos de “pseudo-placer”. Hoy en día Rosenstein confiesa
que usa control parental para regular su uso del celular, se autobloqueó de Snapchat y otras redes. La misma nota
menciona estudios sobre una nueva atención “constantemente parcial” que seguramente sonará conocida a buena parte
de los lectores para quienes dedicarse una hora a una tarea sin interrupciones (posiblemente autogeneradas) debe
parecer un lujo de otro siglo. Un ex-desarrollador de Apple explicaba que nunca se propuso “enganchar” a la gente y que
“no es inherentemente malo atraer a la gente hacia tu producto” y luego agrega: “es capitalismo”. Es cierto: el objetivo,
al fin y al cabo, es el mismo que el de la televisión, la radio o el cine, es decir, comprender nuestros gustos para
mantenernos atentos y vender publicidad. La diferencia es que ahora tienen muchos más datos para dirigir sus mensajes
con precisión y que los medios digitales están (aún más) firmemente entretejidos en nuestra propia subjetividad que los
medios anteriores. En la medida en que pasamos más tiempo en las redes alimentamos más a la bestia y le damos más
espacios para llegar a nosotros. Fenómenos novedosos como la nomofobia dan indicios de hasta qué punto el celular y el
usuario son parte de la misma cosa.

El coreano Byung Chul-Han lo explica así en su excelente libro Psicopolítica “Si el Big Data proporcionara un acceso al
reino inconsciente de nuestras acciones e inclinaciones, sería pensable una psicopolítica que interviniera hasta en lo
profundo de nuestra psique y la explotara […] La microfísica del Big Data haría visibles actomes, es decir, microacciones
que escaparan a la conciencia. El Big Data podría poner de manifiesto patrones de comportamiento colectivos de los que
el individuo no es consciente. De este modo se podría acceder al inconsciente colectivo”.

Sujeción

La forma en que nos construimos como sujetos ha consumido hectolitros de tinta y megavatios de pixeles iluminando
pantallas. Desde Antonio Gramsci buscando comprender los mecanismos del sentido común y la hegemonía, pasando
por la ideología en Louis Althusser, la disciplina de Michel Foucault o la más actual teoría de género de Judith Butler, la
pregunta que horada la academia es ¿qué nos hace ser lo que somos?

La respuesta es que, evidentemente, el sujeto humano no surge de la nada. No hay sujeto sin sociedad. Los niños ferales
que sobrevivieron se parecieron siempre a los animales que los adoptaron: no se transformaron en seres en estado de
“pura esencia humana”. ¿Pero cómo actúa concretamente el proceso? El debate seguirá eternamente entre los sujetos
que, desde adentro de la sujeción, intentan salirse del barro para mirar el fenómeno; la tarea es titánica porque están en
el mismo lodo, todos manoseados.

¿Y si el Big Data en lugar de buscar la gran respuesta permitiera establecer las correlaciones puntuales con los “ladrillos”
de la realidad con los que nos construimos? En “Todos mienten”, un muy interesante libro sobre el poder de los datos, el
periodista y economista Seth Stephen-Davidowitz cuenta que es fanático desde pequeño de un equipo de béisbol de
Nueva York, pero que su hermano carecía de interés por ese deporte. ¿Por qué? En busca de una posible respuesta,
cruzó datos de los hinchas de cada equipo de beisbol con su nacimiento. Así encontró que el porcentaje de fans de un
equipo crece significativamente en las generaciones que tenían cerca de ocho años cuando ese equipo ganó un
campeonato. Si bien no pudo dar cuenta del caso particular de desinterés de su hermano, encontró una correlación
interesante en los grandes números. ¿Por qué los niños de esa edad son más susceptibles al exitismo que acompaña el
trofeo? Posiblemente la psicología podría buscar causalidad pero lo cierto es que, al menos según esta investigación, el
fenómeno es estadísticamente significativo. Los niños de ocho tienden a elegir el equipo de su vida entre los exitosos y,
ahora que lo sabemos, ¿por qué no explotar ese recurso para diseñar rasgos de nuevos sujetos?

Pedacito a pedacito, el Big Data permite comprender quiénes somos realmente y los procesos que nos construyen. ¿Será
el Big Data capaz de articular un modelo de sujeción coherente incluso sin hipótesis? ¿Lograrán una demolición de la
pregunta con la artillería de los datos? Este tipo de preguntas resulta aún más relevante (e incómoda) cuando vemos
niños conectados a aparatos desde antes de ser capaces de hablar y cuya irritación al desconectarlos del aparato
sorprende a sus padres. Desde pequeños “datificamos” crecientemente nuestra vida que se almacena en servidores para
ser cribada una y otra vez en busca de las pepitas que permitan monetizarla. Más urgente se vuelve la respuesta si vemos
programas educativos universalistas como el Ceibal de Uruguay que comenzaron (pese a las críticas) a utilizar
Chromebooks y Google Apps: esta “práctica” es un enorme “datoducto” que almacena y analiza cada gesto digital de los
pequeños uruguayos en su viaje hacia una adultez monitoreada (Aclaración: no son los únicos). Tan naturalizado está
este proceso que el sistema educativo no logra detectarlo (o no le importa). Saber a qué edad los uruguayos se hacen
hinchas de un equipo y conocer los detalles del proceso será pan comido con esos datos.

¿Y entonces? Los algoritmos han aprendido a mantenernos en nuestra zona de confort, una droga contra la que no hay
rehabilitación. El problema es que ese confort, por definición, no nos incomoda. ¿Cómo puede funcionar una sociedad
donde cada uno simplemente acepta lo que es y se siente cómodo en ese lugar? Una respuesta es la exagerada (y mala)
película Idiocracy. En esa sociedad infantilizada nadie se toma el trabajo de reflexionar más allá de lo que ya pensaba y se
delegan las decisiones a las máquinas.

¿Cómo se hace para que los más jóvenes lean un libro completo y descubran el placer de la lectura si crecieron con
juegos cuya curva de aprendizaje es cercana a cero? ¿Cómo favorecer contenidos que requieren concentración en la era
de la interrupción? ¿Cómo transmitirles que no es lo mismo tocar la guitarra que usar Guitar Hero? El control “por
confort”, por otro lado, no es un fenómeno nuevo y resulta un tópico frecuente en la crítica al capitalismo desde la
música, la literatura, a las artes en general. Del otro lado la sociedad sigue viviendo algunos momentos puramente
analógicos y despliega resistencias; pero, claro, son eso: resistencias permanentemente acosadas.

Una vez aplacada la indignación, las preguntas apocalípticas anteriores resultan algo paternalistas: ¿quién decide cómo o
en qué deberían pensar los demás? ¿Cuáles son los insumos legítimos para la construcción de la subjetividad? ¿Solo la
familia y la escuela? ¿No es egocéntrico creer que hay conocimientos más valiosos que otros? ¿Es cierto que el esfuerzo
es la condición necesaria para acceder a una reflexión más compleja? O ¿Son mejores las reflexiones más complejas?
Parecería una verdad evidente, pero… ¿por qué? En un contexto desjerarquizado, donde solo hay microrelatos, historias
individuales chocando entre sí y captando nuestra atención durante escasos segundos resulta muy difícil justificar por
qué “La guerra y la paz” es más rica (signifique lo que signifique) que una historia cualquiera en Instagram.

Mientras la reflexión se paraliza frente al tsunami digital, los datos aprenden a influir a la sociedad con creciente
eficiencia desocultando también algunos de sus rasgos más preocupantes, haciéndola parecerse espantosamente a sí
misma. ¿Y si simplemente los algoritmos nos estuvieran señalando la insoportable verdad de que somos como sociedad
(aún) peores de lo que suponíamos?

También podría gustarte