Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Astarita Valor Mercado Mundial y Globalizacion
Astarita Valor Mercado Mundial y Globalizacion
- En primer lugar, sintetizamos la teoría del monopolio tal como fue presentada por
Hilferding, recogida por Lenin y continuada por Mandel, Baran, Sweezy y Aglietta;
mencionamos también la posición de Chesnais, como muestra de la actualidad que
conserva. En segundo lugar, desarrollamos la crítica, basada en cuestiones teóricas y
evidencia empírica. En tercer término, planteamos dos consecuencias de la crítica con
referencia al análisis del capitalismo contemporáneo.
- Como ya lo explicara Hilferding, en tanto la ley objetiva del precio basada en los
tiempos de trabajo, “... se impone... a través de la competencia”, la anulación de la
competencia implica que el precio “no reconoce ley objetiva” y sólo se puede fijar de
manera empírica.
- Pero si esto es así se plantea la necesidad de elaborar una teoría de los precios y de la
dinámica del capital diferente de la basada en la ley del valor trabajo y la plusvalía.
- Existe sin embargo una salida, que abrió una corriente de marxistas en los últimos
años al sostener que la competencia, y por lo tanto la ley objetiva del valor trabajo,
continúan vigentes en el capitalismo contemporáneo. Nuestro punto de vista se inscribe
en esta perspectiva y, dado que esta cuestión es clave para el análisis del mercado
mundial, dedicamos este capítulo y el siguiente a la crítica de la teoría del monopolio.
- Como reflejo de un intenso proceso de centralización del capital que se dio a partir de
la década de 1880, Hilferding plantea que el capitalismo ha entrado en su última fase,
caracterizada por la supresión de la libre competencia y el dominio de los carteles, trusts
y empresas concentradas.
g. La presión de los grupos que quedan por fuera del monopólio: Por supuesto,
existen períodos y regiones en las cuales, en ciertas ramas industriales, se establecen
monopolios temporarios, de manera que las empresas involucradas obtienen ganancias
extraordinarias a partir de precios administrados. Pero estos casos no constituyen la
regla en el capitalismo contemporáneo precisamente porque las altas tasas de ganancia
inducen a las fracciones del capital no beneficiadas a pujar por entrar en los cotos
cerrados.
- Crítica al modelo de regulación monopolista: (I) En primer lugar, el planteo que las
empresas aumentan los salarios a fin de aumentar la demanda de sus productos tiene
poca relación con la realidad del capitalismo, que se sigile caracterizando por la
Incertidumbre inherente a la naturaleza descentralizada de las acciones de los
productores privados que concurren al mercado. (II) En segundo lugar hay que analizar
el supuesto de Lipietz, esto es, si existe en la realidad la empresa que aumenta los
salarios para evacuar su producción aumentada. Obsérvese que esa empresa no tiene la
seguridad de que los trabajadores compren, con el aumento de salarios, el bien que
produce y no los producidos por la competencia, si los precios son iguales. Más en
general, tampoco tiene garantías de que gasten los Incrementos salariales en el producto
A y no en cualquier otra mercancía. (III) En tercer lugar, nunca la realización del
producto puede depender del poder de compra de los trabajadores de conjunto. Es que si
el valor agregado se compone de V + S, la parte salarial sólo puede realizar el
equivalente -en términos de mercancías- de V; jamás puede realizar S. Por lo tanto no
hay manera de que el incremento de la plusvalía pueda realizarse a partir del aumento
de los salarios. (IV) En cuarto lugar se plantea el problema de qué debe tomarse como
parámetro del valor que supuestamente refleja el dinero crédito. ¿Es el valor total del
producto, o el valor agregado? Esta cuestión remite al problema más general de las
contradicciones en que incurre la teoría monetaria regulacionista en tanto busca un
vínculo entre el valor de la moneda y el valor trabajo.
- Mandel explicó los movimientos de largo plazo del sistema capitalista en base a la
evolución de la tasa de ganancia. Sostuvo que la fase de ascenso del ciclo Kondratiev, o
fase A Kondratiev, se iniciaba cuando una elevación importante de la tasa de ganancia
permitía expandir la inversión de largo aliento, que implica renovaciones fundamentales
de la tecnología productiva y del capital fijo. En la medida en que la inversión
aumentaba y crecía la acumulación del capital, comenzaba a operar La tendencia de
largo plazo al debilitamiento de la tasa de ganancia -por el aumento de la inversión de
capital por obrero- que había explicado Marx. La expansión tocaba a su fin cuando la
caída de la tasa de ganancia provocaba una caída de la inversión. Se abría entonces la
fase B Kondratiev, caracterizada por crisis económicas profundas, aumento de la
desocupación, destrucción de fuerzas productivas, tendencia a las guerras y las
revoluciones. El capitalismo sólo podía salir de estas crisis si lograba recomponer la tasa
de ganancia, esto es, si se producían grandes desvalorizaciones del capital, elevación de
la tasa de explotación y en general una reestructuración del capital. Esto implicaba que
el capitalismo debía ser políticamente capaz de derrotar a los trabajadores y/o descargar
el peso de la crisis sobre los pueblos coloniales y oprimidos.
- El crecimiento de la economía capitalista en los últimos 25 años: A diferencia de
Kondratiev, quien se había basado en los ciclos de precios para detectar los ciclos,
Mandel tomó en consideración la producción industrial y el volumen del comercio
mundial. Consideró que el descenso de las tasas de crecimiento demostraba
inequívocamente la tendencia hacia la depresión. Pero la depresión no sobrevino; en los
diez años que siguieron a 1982 las economías desarrolladas crecieron a una tasa anual
promedio del 3,1%. En particular se comprueba que la economía de Estados Unidos no
confirmó la tesis de la onda depresiva, ya que desde 1991 hasta 2001 experimentó el
crecimiento más prolongado de la posguerra, con un fuerte aumento de la productividad
en la segunda parte del decenio. Pero más significativas son las tasas de crecimiento de
la economía capitalista mundial. De conjunto, parece muy difícil de encajar estas cifras
en la teoría Kondratiev. Por otra parte, tampoco se ha verificado la contracción del
mercado mundial.
- Es claro que las cifras que hemos presentado están lejos de las del "boom" de la
segunda posguerra -entre 1950 y 1973 la economía mundial creció a una tasa del 7,1%
anual- pero también están bastante alejadas de tasas de crecimiento cero o negativo, que
caracterizarían a una gran depresión. Por el contrario, tienden a ubicarse dentro de las
medias anuales de crecimiento de períodos que fueron considerados de acumulación
“normal” del capitalismo.
- Es por lo tanto a partir de esta derrota de las fuerzas del trabajo y del socialismo que
operó la tendencia "natural" del capital a expandirse en busca de mercados,
oportunidades de inversión y mano de obra barata como forma de superar la crisis.
Hablar de tendencia o impulso a la mundialización significa que no se trata de un
fenómeno lineal o mecánico; el impulso puede dar diferentes resultados concretos -en el
período de entreguerras, por caso, se produjo una contracción del mercado mundial-
porque está condicionado por innumerables factores sociales o políticos; pero en
condiciones "normales", y en tanto subsista la propiedad privada del capital, la dirección
de fondo termina por imponerse.
Capítulo 10: MÉTODO DIALÉCTICO, LÓGICA DEL CAPITAL Y
GLOBALIZACIÓN
- La distinción, que nos aparecía como absoluta, entre causa y efecto, termina siendo
una identidad. Pero esta identidad nos lleva un paso más adelante, porque cuando
profundizamos en ella advertimos que el efecto también es causa, así como la causa es
efecto.
- La necesidad de una "ciencia social inclusiva" que supere las maníacas parcelaciones a
que nos ha acostumbrado el mundo académico oficial. Pero para esto es necesario
superar no sólo la relación causa-efecto, sino también la interacción. La interacción es el
máximo estadio al que podemos llegar con la relación de causalidad, y aparece ya en los
organismos complejos, en las totalidades orgánicas.
- ¿Acaso el mercado mundial no se contrajo durante los años treinta? ¿Cómo se puede
hablar de una tendencia permanente del capital a la expansión mundial? Efectivamente,
aún en lo más profundo de la depresión siguió desarrollándose la lucha por los mercados
externos; aunque tomara características particulares y aun cuando los gobiernos
pusieran su atención en lograr la estabilización interna. Esta lucha se reflejó en
devaluaciones, políticas deflacionarias y medidas proteccionistas, que tenían como
objetivo mejorar la competitividad internacional de los capitales nacionales. Además, el
impulso a la internacionalización financiera reaparecía con fuerza dentro de los bloques
apenas cedía en intensidad la crisis. En síntesis, considerados en perspectiva histórica, el
proteccionismo y aislacionismo de los años treinta constituyeron los medios por los
cuales los grandes capitales y sus Estados-nación se preparaban para el asalto de la
economía mundial. La contradicción entre el carácter internacional del capital y el
quiebre del mercado mundial llevó en última instancia al conflicto.
- Dada la relación capitalista, sea posible predecir el futuro ni que éste esté determinado
por alguna "ley de hierro" del desarrollo capitalista. Lo que sostenemos es que a partir
de las leyes económicas del régimen de producción capitalista se puedan comprender
tendencias -como la tendencia a formar el mercado mundial, a la proletarización
creciente- que derivan del "concepto" del capital, de su lógica interna. Sin embargo, la
realización de esas tendencias, así como sus formas concretas, depende de toda una
serie de circunstancias históricas, sociales, políticas, que no están encerradas en lógica
alguna del capital. Por eso, y en este respecto, el método marxista pone de relieve "los
puntos en los que debe introducirse el análisis histórico". Más precisamente, cuando
hablamos de tendencias estamos hablando de impulsos que derivan de lo que Marx
llamaba "la estructura interna" de la sociedad capitalista y para cuyo estudio no es
necesario escribir la historia real de las relaciones de producción. Esto es, se trata de
entender "el alma" de la cuestión, aprehender las categorías fundamentales que la rigen.
Lo cual no implica, como explica Tony Smith en relación con la dialéctica de Hegel,
reducir el mundo real a categorías; el mundo real no debe ser jamás confundido con el
mundo del pensamento.
- El capital y la figura de la "vida": La figura hegeliana de "vida” es la concepción de
una unidad cuya naturaleza consiste solamente en su diferenciación en la pluralidad que
es subsumida bajo ella, y en una pluralidad cuya entera naturaleza consiste solamente en
formar tal unidad, constituye la categoría que Hegel llama vida. La sustancia viva es,
además, el ser que es en verdad sujeto o, lo que tanto vale, que es en verdad real, pero
sólo en cuanto es el movimiento de ponerse a sí misma o la mediación de su devenir
otro consigo misma. Es el devenir mismo, el círculo que presupone y tiene por
comienzo su término como fin, y que sólo es real por medio de su desarrollo y de su fin.
- En el caso del capital, la sustancia viva es el valor en proceso, que es el sujeto; sujeto
que es real sólo en cuanto es movimiento de ponerse a sí mismo – no deja de ser capital,
y se produce a sí mismo por este movimiento – y que al hacerlo, se media consigo
mismo, y por esa misma mediación deviene otro, se valoriza, se despliega. El
movimiento del capital tiene en su comienzo el fin de la valorización, que será su
término, y sólo es real por medio de este desarrollo y de su fin, la realización de la
plusvalía.