Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Las normas vigentes asientan sus raíces en el Dº Histórico, en los siglos medievales.
En el Dº Canónico, la figura fue potenciada, pues la mayor parte de las disposiciones
que pretendían beneficiar a la Iglesia, encomendaban la ejecución testamentaria
al Obispo de la correspondiente Diócesis.
Establece el art. 892 establece que «el testador podrá nombrar uno o más
albaceas». El nombramiento del albacea representa una facultad del testador que, en
caso de ser ejercitada, ha de llevarse a cabo en testamento.
- sea o no heredero,
- trátese de una persona propiamente dicha o de una persona jurídica,
Pues el art. 893 se limita a indicar que «no podrá ser albacea el que no tenga
capacidad para obligarse». En conclusión, cabe deducirse que quien tenga
capacidad para obligarse puede ser nombrado albacea.
Atendiendo al carácter facultativo del albaceazgo, el art. 911 establece que en los
CASOS DE NO HABER ALBACEA «corresponderá a los herederos la ejecución
de la voluntad del testador».
3.2. Temporalidad
3.3. Renunciabilidad
3.4. Gratuidad
El albaceazgo es cargo gratuito (art. 908). Sin embargo, añade el propio precepto,
que:
El cargo del albacea es personalísimo, salvo que le propio testador excluya dicho carácter, manifestando expresamente que el albacea puede delegarlo.
Respecto a si la delegación es relativa al cargo o a las funciones inherentes al cargo, el TS parece pronunciarse en favor de la admisibilidad de la
4. CLASES DE ALBACEAZGO
delegación de algunas funciones, sin admitir, en cambio, la delegación íntegra.
2
La clasificación de los albaceas puede hacerse atendiendo a criterios muy diferentes.
Si se tiene en cuenta su nombramiento o el origen de su designación, cabe distinguir
entre :
universales o
particulares.
Algunos autores estiman oportuno incluir dentro de esta clasificación a los propios
herederos, calificándolos de ALBACEAS LEGÍTIMOS.
Sin embargo, parece indiscutible que teniendo la condición de herederos (y no
existiendo albacea testamentario) para nada necesitan la atribución de la cualidad de
albaceas, pues en cuanto herederos pueden llevar a cargo toda la suerte de actos en
relación con la herencia deferida.
3
cuanto su designación con carácter sucesivo (en caso de que falte el 1er
designado, desempeñará el cargo el 2º, etc).
En el SUPUESTO de actuación SIMULTÁNEA de varios albaceas: “podrán ser
nombrados mancomunados o solidariamente” (art 894), pese a que el Código se
preocupa únicamente de regular la actuación de los albaceas mancomunados.
Cuando los albaceas fueren MANCOMUNDADOS: solo valdrá:
o lo que todos hagan de consuno, o
o lo que haga uno de ellos legalmente autorizado por los demás, o
o lo que, en caso de disidencia acuerde el mayor número” (art.
895).
La actuación individual es posible cuando haya sido autorizado por los
demás o en casos de suma urgencia, dando cuenta inmediatamente a los
demás” (art. 896).
Sobre el régimen de SOLIDARIDAD del art. 897 se limita a requerir la
expresa y clara determinación del carácter solidario de los varios
albaceas, afirmando: “si el testador no establece claramente la solidaridad de
los albaceas, se entenderán nombrados mancomunadamente (…)”.
Por tanto, se habla de poder solidario cuando se les ha concedido a varias
personas el apoderamiento para un mismo asunto, de manera tal que
cualquiera de ellas puede actuar individual y separadamente en el mismo.
La solidaridad de los albaceas implicaría que cualquiera de ellos puede ejecutar
la voluntad testamentaria, pues en caso de falta de oposición de los restantes
su actuación habría de entenderse absolutamente legítima y válida.
Sin embargo, son abundantes las sentencias en las que se afirma que dicho principio
se mantiene solo cuando la interpretación realizada por los Tribunales de
instancia arroje un resultado que no sea o no pueda considerarse contrario a la
voluntad del testador.
4
La regla fundamental aplicable a todo supuesto de interpretación testamentaria
está recogida en el art. 675.1 CC, conforme al cual “TODA disposición
testamentaria deberá entenderse en el sentido literal de sus palabras, a no ser que
aparezca claramente que fue otra la voluntad del testador. En caso de duda se
observará lo que aparezca más conforme a la intención del testador según el tenor del
mismo testamento”.
Debe acudirse al art. 675.1 para ver los criterios interpretativos de carácter
general.
Un todo orgánico, que además, ha sido otorgado por una persona determinada,
cuya cultura, modo de hablar y de expresarse habrá de ser necesariamente tenido en
cuenta, haya contado o no con el auxilio técnico de un experto en Derecho.
Con prueba extrínseca o sin ella, lo que si subraya de manera reiterada el TS: es la
proclamación del carácter radicalmente subjetivo de la interpretación testamentaria,
PARTE TERCERA. LA LEGITIMA
indicando que una interpretación correcta de un testamento debe hacerse desde el punto de vista del testador y su ambiente. Por
lo que se impone, más que una interpretación instrumental, una psicológica o personalísima.
5
TEMA 8. LAS LEGÍTIMAS, LOS LEGITIMARIOS Y LA DESHEREDACIÓN
CAPITULO 12. LA SUCESIÓN FORZOSA: LAS LEGÍTIMAS (manual)
2. LA LEGÍTIMA EN EL CC
2.1. Líneas básicas de regulación
La existencia de legítima implica una restricción de la libertad testamentaria en BENEFICIO de las personas
más cercanas o allegadas al causante y que forman parte de su círculo familiar.
Dice el Art. 806 CC: “Legítima es la porción de bienes de los que el testador NO puede disponer por haberla
reservado la ley a determinados herederos, llamados por esto herederos forzosos”. De esto destacamos:
La legítima restringe la facultad dispositiva mortis causa del testador, quien ha de respetarla a
favor de sus herederos forzosos.
Quienes sean tales herederos forzosos lo expresa el CC, concretándolos en:
o los descendientes,
o en defecto de ellos, los ascendientes, y
o concurriendo en todo caso con unos u otros: el cónyuge viudo.
La legítima es una porción de bienes reservada por la ley.
o NO puede significar que el legislador fije y señale ciertos bienes o categorías de bienes
que han de quedar reservados.
o Hay que entenderla como una parte o una cuota, de carácter general, aplicable a
cualesquiera bienes hereditarios.
Por ahora, se puede decir que la legítima es la parte de la herencia que, por imperativo legal, es atribuida a
familiares del testador.
El CC. denomina a los familiares herederos forzosos en el sentido, que son forzosamente impuestos al
testador favorecidos por la legítima.
TEMA 8.
CAPITULO 13. LOS LEGITIMARIOS (manual)
6
1. LA LEGITIMA DE LOS DESCENDIENTES EXAMEN 16SO,
17SR
El Nº1 del Art. 807 CC: “habrán de considerarse en primer lugar, herederos forzosos los hijos y
descendientes de sus padres y ascendientes”.
En relación con la cuantía de la legítima de los descendientes, dispone el art. 808 (redacción dada por la Ley
11/1981) que:
“Constituyen la legítima de los hijos y descendientes las 2/3 partes del haber hereditario del padre y de la
madre.
Sin embargo, podrán estos disponer de 1 parte de las 2 que forman la legítima, para aplicarla como mejora
a sus hijos o descendientes.
En nuestro sistema la legítima de los descendientes es de cuantía fija e independiente del número de
legitimarios.
Aunque exista un solo hijo a él deberá quedar reservada una porción de bienes hereditarios que represente
a las 2/3 partes del caudal.
Sin embargo, uno de esos dos tercios puede destinarse a MEJORA, por lo que resulta necesario distinguir
entre:
Como regla,
La igualdad entre hijos matrimoniales y no matrimoniales a partir de la CE está en principio fuera de duda.
En relación con un supuesto de sustitución fideicomisaria si sine liberis decceserit establecida en un
testamento otorgado en 1927 solo y exclusivamente a favor de los «hijos legítimos» de los hijos del
testador, fallecido en 1945,
la STC de la Sala 1ª TC de 9/2010, de 27 de abril: acaba por otorgar el amparo a unas hijas
adoptivas del 3º de los hijos del testador llamados a la sustitución, anulando las sentencias de la
jurisdicción ordinaria, todas ellas coincidentes en excluir de la sucesión a las hijas adoptivas
conforme a la voluntad del testador.
7
La Ley de protección de las personas con discapacidad (LPPD), estimó oportuno modificar el art. 808,
alterando el principio de intangibilidad de la legítima en defensa de los incapacitados mediante la
posibilidad de existencia de una sustitución fideicomisaria que grave el propio tercio de legítima
estricta.
La LAPCD o Ley 8/2021, de 2 de Junio da una nueva redacción al art. 782 CC, permitiendo que la legítima
pueda gravarse por medio de una sustitución fideicomisaria, en los siguientes términos:
“Las sustituciones fideicomisarias nunca podrán gravar la legítima, salvo cuando se establezcan, en los
términos establecidos en el art. 808, en beneficio de uno o varios hijos del testador que se encuentre en
una situación de discapacidad (psíquica, física o sensorial). Si la sustitución fideicomisaria recayere sobre el
tercio destinado a mejora, solo podrá establecerse a favor de los descendientes”.
En esta línea se suprime el 3er párrafo art. 808, quedando este art. así:
“Constituyen la legítima de los hijos y descendientes las dos terceras partes del haber hereditario de los
progenitores.
Sin embargo, podrán estos disponer de una parte de las dos que forman la legítima, para aplicarla como
mejora a sus hijos o descendientes.
La tercera parte restante será de libre disposición.
Cuando alguno o varios de los legitimarios se encontraren en una situación de discapacidad, el testador
podrá disponer a su favor de la legítima estricta de los demás legitimarios sin discapacidad. En tal caso,
salvo disposición contraria del testador, lo así recibido por el hijo beneficiado quedará gravado con
sustitución fideicomisaria de residuo a favor de los que hubieren visto afectada su legítima estricta y no
podrá aquel disponer de tales bienes ni a título gratuito ni por acto mortis causa.
Cuando el testador hubiere hecho uso de la facultad que le concede el párrafo anterior, corresponderá al
hijo que impugne el gravamen de su legítima estricta acreditar que no concurre causa que la justifique”.
En consonancia con tales preceptos, el art. 813 CC, al respecto de la prohibición de gravar la legítima,
ordena en su nueva redacción:
“Tampoco podrá imponer sobre ella (la legítima) gravamen, ni condición, ni sustitución de ninguna especie,
salvo lo dispuesto en cuanto al usufructo del viudo y lo establecido en los arts. 782 y 808”.
2. LA MEJORA
2.1. Naturaleza y características de la mejora
Establece el Art. 823: «el padre o la madre podrán disponer en concepto de mejora a favor de alguno o
algunos de sus hijos o descendientes, ya lo sean por naturaleza, ya por adopción, de una de las 2/3 partes
destinadas a legítima».
La Ley permite al causante (inter vivos o mortis causa) distribuir desigualmente entre sus hijos o
descendientes uno de los 2/3 de los que representan la legítima larga.
Así pues, la decisión o la posibilidad de mejorar es, en sentido técnico, una facultad atribuida a todo
causante que prefiera que sus legitimarios le sucedan en forma desigual.
El testamento es el vehículo idóneo y más frecuente para llevar a cabo la determinación de una mejora en
favor de cualquiera de los hijos y descendientes del causante.
Puede consistir tanto en una institución de heredero cuanto en una manda o legado hecho en favor de
cualquiera de los descendientes.
En cualquier caso, la mejora participa naturalmente de las características propias del testamento, de las
cuales conviene resaltar ahora la referente a su carácter revocable.
El causante puede, en vida, realizar donaciones en favor de sus hijos o descendientes que tenga como
norte y guía mejorarlos. A tal supuesto se refiere expresamente el Art. 825 CC: “ninguna donación por
contrato inter vivos, sea simple o por causa onerosa, en favor de hijos o descendientes, que sean
herederos forzosos, se reputará mejora, si el donante no ha declarado de una manera expresa su
voluntad de mejorar”.
El precepto se encuentra dirigido a determinar cuándo ha de considerarse que la donación realizada inter
vivos tiene el carácter de mejora. Esta será en todo caso revocable.
Son irrevocables las mejores decididas por el causante y que se hayan incorporado a capitulaciones
matrimoniales o a un “contrato oneroso celebrado con 3º” (art. 827).
El carácter irrevocable dimana en tales casos de la intervención de 3as personas y del Ppio. De que eficacia
de los contratos no puede dejarse al arbitrio de uno de los contratantes. (art. 1256).
9
El art. 823 establece que “la mejora puede hacerse EN FAVOR de los hijos o descendientes, ya lo sean por
naturaleza, ya por adopción”.
El debate tradicional al respecto consiste en determinar si, en el caso de existir hijos puede el causante
establecer la mejora en favor de descendientes de grado más remoto (ej.: nietos, bisnietos). La generalidad
de la doctrina propugna la mejora a favor de os descendientes de posterior grado, atendiendo:
Además, esta conclusión es conforme con la posibilidad de que el causante imponga gravámenes sobre el
1/3 de mejora, siempre que tales gravámenes se hagan en favor de los descendientes.
Respecto de la mejora instituida por el testador, tanto el Código como la Doctrina suelen distinguir entre la
mejora de cuota (art. 832) y la mejora de cosa determinada (art. 829). Si bien la generalidad de los
supuestos de mejora suele recaer sobre un bien concreto o sobre una parte alícuota de la herencia, habrá
que atender a la voluntad del testador. En tal sentido puede darse la mejora de cantidad, mediante la cual
el testador puede ordenar que a alguno de los legitimarios se le entreguen 2.000€, por eje.
Alude a los supuestos en que el propio testador designa un bien concreto del caudal hereditario, que habrá
de entregarse al destinatario de la atribución en concepto de mejora.
Una misma disposición testamentaria puede comprender:
diversas cosas ciertas, atribuidas en concepto de mejora (la casa de verano, el paquete de acciones
del Banco, el cuadro de Miró, etc.),
así como a universalidades de cosas («mi discoteca») e
incluso explotaciones agrícolas, industriales, como de cualquier otra índole.
El 2º inciso del art. 829 pretende afrontar el problema de que el objeto o las cosas sobre las que recae la
mejora alcance un valor superior al que, por legítima y por mejora (sumadas ambas), podría corresponder
al legitimario mejorado, estableciendo que “si el valor de esta (la mejora) excediere del tercio destinado a
mejora y de la parte de la legítima correspondiente al mejorado,
Si el testador, al mejorar en cosa determinada, establece expresamente que tal exceso (respecto de los
tercios de legítima y mejora, en la cuota correspondiente al mejorado) habrá de imputarse al tercio de
libre disposición, es obvio que esta última tercera parte ideal de la herencia se verá también afectada por
la mejora en cosa determinada.
B) La mejora de cuota.
Dice el Art. 832: «Cuando la mejora no hubiere sido señalada en cosa determinada será pagada con los
mismos bienes hereditarios, observándose las reglas establecidas en los arts. 1061 y 1062 para procurar la
igualdad de los herederos en la partición de bienes».
Hay relativa concordancia doctrinal en que el precepto se encuentra referido a la mejora de cuota:
En definitiva, sea por referencia al 1/3 de mejora o al conjunto del caudal hereditario, la mejora no
señalada en cosa determinada se CONVIERTE en una parte alícuota de la herencia que,
El art. 832 por otra parte, se limita a indicar que, en el caso de mejora de cuota, el mejorado tiene derecho
a ser retribuido in natura, con bienes hereditarios.
11
La EXCEPCIÓN es que el art. 831.1 ha permitido siempre que el cónyuge supérstite pueda llevar a cabo la
distribución de los bienes del difunto y realizar mejoras propiamente dichas a favor de los hijos comunes.
Originariamente el art. 831.1 indicaba: «no obstante lo dispuesto en el art. anterior, podrá válidamente
pactarse en capitulaciones matrimoniales que, muriendo intestado uno de los cónyuges, pueda el viudo o
viuda que no haya contraído nuevas nupcias, distribuir a su prudente arbitrio, los bienes del difunto y
mejorar en ellos a los hijos comunes, sin perjuicio de las legítimas y de las mejoras hechas en vida por el
finado».
Así, la facultad de mejorar encomendada al viudo quedaba circunscrita solo al supuesto de que el
causante, tras haberla pactado en las capitulaciones matrimoniales celebradas con su cónyuge, hubiese
muerto intestado.
Según el art. 831.1: “no obstante lo dispuesto en el artículo anterior, podrá ordenarse en testamento o en
capitulaciones matrimoniales que, muriendo el cónyuge otorgante, pueda el viudo/a que no haya
contraído nuevas nupcias, distribuir, a su prudente arbitrio, los bienes del difunto y mejorar en ellos a los
hijos comunes, sin perjuicio de las legítimas y de las mejoras y demás disposiciones del causante”.
A partir de la L. 11/1981, la facultad de mejorar en favor del cónyuge viudo podía constituirse:
tanto testamentariamente
cuanto a través de las capitulaciones matrimoniales, sean estas prematrimoniales o
postmatrimoniales.
REQUISITOS:
La Ley 41/2003, de 18/11, de protección patrimonial de las personas con discapacidad, consideró
nuevamente oportuno modificar el art. 831.
La Exposición de Motivos explica que se “reforma el art. 831 CC, con objeto de introducir una nueva figura
de protección patrimonial indirecta de las personas con discapacidad. De esta forma, se concede al
testador amplias facultades para que en su testamento pueda conferir al cónyuge supérstite amplias
facultades para mejorar y distribuir la herencia del premuerto entre los hijos o descendientes comunes, lo
que permitiría no precipitar la partición de la herencia cuando uno de los descendientes tenga una
discapacidad.
Además, estas facultades pueden concedérselas los progenitores con descendencia común, aunque no estén
casados entre sí”.
El art. 807.2º establece que los padres y ascendientes son herederos forzosos en la herencia de sus hijos y
descendientes solo en el caso de que el causante no tuviese a su vez descendientes («a falta de los
anteriores»).
Si viven ambos progenitores, establece el art. 810.1 que “la legítima reservada a los padres se dividirá entre
los dos por partes iguales:
Si uno de ellos hubiere muerto: recaerá toda en el sobreviviente”.
La existencia de progenitores EXCLUYE de la legítima a los restantes ascendientes, dado que en la línea
recta ascendente NO es aplicable el derecho de representación.
Rige ante todo en la materia: el Ppio. De PROXIMIDAD de grado familiar, y dentro del mismo grado,
procede la división de la legítima por líneas familiares o estirpes.
13
5. LA REVERSIÓN DE DONACIONES DEL ARTÍCULO 812 DEL CC
El art. 812 CC ordena la reversión a los ascendientes-donantes de las donaciones que hubieran realizado en
favor de uno de sus descendientes cuando este fallezca sin descendencia, con INDEPENDENCIA de que
proceda la apertura de la sucesión testamentaria o de la intestada.
Establece el Art. 812 CC: “los ascendientes suceden con exclusión de otras personas en las cosas dadas por ellos a sus hijos o
descendientes muertos sin posteridad (sin descendencia), cuando los mismos objetos donados existan en la sucesión. Si hubieren sido
enajenados, sucederán en todas las acciones que el donatario tuviera con relación a ellos, y en el precio si se hubiesen vendido, o en
los bienes con que se hayan sustituido, si los permutó o cambió”.
Prima facie, nos interesa ante todo la 1ª parte del artículo para fijar el supuesto de hecho al que se refiere la
norma:
Un descendiente que ha recibido donación de sus ascendientes fallece sin descendencia. Ergo: habrán
de ser llamados sus ascendientes.
El descendiente causante, sin haber otorgado testamento, fallece junto a su madre. Tiene escasos
bienes, o solo un bien inmueble donado por un ascendiente que, por razón de grado, no tiene la
condición de legitimario ni de heredero abintestato.
Supongamos que el donante fue su abuelo materno y, por sucesión intestada, heredará al joven
donatario “en toda su herencia” su padre, que adquirirá el inmueble. ¿Es razonable el resultado?
(Mirar el tema de la reserva troncal).
A los redactores del CC. les pareció que no y decidieron establecer una norma que impidiera tal resultado
en supuestos de semejante o parecida índole, atajando de raíz la eventualidad de que las atribuciones a
título gratuito realizadas por razón de parentesco (en línea recta y cercana) pudieran derivar en
desembocaduras extrañas a la “línea familiar” correspondiente.
El sentido del art. 812 trata de que los ascendientes que hicieron la donación no se vean sometidos al
oprobio de ver cómo otros ascendientes pueden verse beneficiados a causa de su acto de liberalidad. Se
trata de una reversión ex lege o de un dº de retorno de origen legal al que no conviene la calificación de
condición en sentido técnico.
Así pues, los bienes donados (o su valor) han de considerarse como una especie de patrimonio separado
dentro del caudal hereditario (pero sin ser computable) pues el ascendiente donante tiene derecho a
detraerlos de la masa hereditaria.
6. LA LEGITIMA DEL CÓNYUGE SUPÉRSTITE EXAMEM 17F2
14
6.1. Presupuestos y características peculiares de la legitima del cónyuge viudo
Dispone el Art. 834: «el cónyuge que al morir su consorte no se hallase separado de este legalmente o, de
hecho, si concurre a la herencia con hijos o descendientes, tendrá derecho al usufructo del tercio destinado
a mejora».
Conforme al CC únicamente es heredero forzoso el cónyuge supérstite, siempre que no se encuentre
separado.
Por tanto, el conviviente supérstite NO tiene la condición de legitimario.
Las NOTAS CARACTERÍSTICAS de la legitima del cónyuge viudo podemos resumirlas así:
1. Se trata de una cuota usufructuaria que, en principio, tiene carácter vitalicio, si bien los
herederos tienen la facultad de proceder a su conmutación.
2. El cónyuge supérstite puede concurrir, indistintamente (pero NO de forma conjunta) con los
descendientes o con los ascendientes.
3. Dependiendo de quienes sean los restantes legitimarios, la cuantía de la legítima del cónyuge
supérstite es de carácter variable.
Al cónyuge viudo ha de RESERVÁRSELE en todo caso la cuota vidual en usufructo que la ley le
atribuye. En caso de inexistencia de parientes en línea recta (ascendientes o descendientes), a título
de heredero intestado, el viudo/a sucederá en todos sus bienes al difunto” (art. 944).
Tanto la legislación como el TS sitúan al cónyuge viudo, en cuanto legitimario, en una especie de categoría
intermedia,
15
La cuantía de la cuota vidual usufructuaria no tiene carácter fijo, sino que depende de quiénes sean los
legitimarios que, en su caso, concurran a la herencia con el cónyuge viudo.
El tercio de libre disposición queda liberado para que el testador lo destine según su libre albedrío,
mientras que por imperativo legal los hijos y descendientes, como mucho, podrán ser mejorados en nuda
propiedad, pues el usufructo del tercio ideal destinado a mejora lo ostentará, en usufructo, en principio el
cónyuge viudo hasta el momento de su fallecimiento.
En tal supuesto, la legítima de los ascendientes se reduce a 1/3 de la herencia y el legislador nada dispone
al respecto, por lo que debe entenderse que el usufructo vidual debe recaer sobre la mitad de la herencia
que no corresponde por legítima a los ascendientes.
Los herederos tienen la facultad de conmutar la cuota usufructuaria del cónyuge viudo por el producto de
determinados bienes, una renta vitalicia o un capital efectivo.
La Ley 11/1981 reguló el nuevo art. 840 la facultad de conmutación para el supuesto en el que el cónyuge
concurra a la herencia con hijos que lo sean exclusivamente de su consorte fallecido.
16
El 1er párrafo del Art. 839 establece: “Los herederos podrán satisfacer al cónyuge su parte de usufructo,
Se consideran a estos efectos HEREDEROS: a los testamentarios, a los abintestatos, así como a los
legitimarios que sean a su vez herederos.
Mientras no se haya llevado a efecto la conmutación: estarán afectos todos los bienes de la herencia al
pago de la parte de usufructo que corresponda al cónyuge”.
Dicha garantía, establecida en beneficio del cónyuge viudo, creemos que es de aplicación también en el
supuesto que seguidamente consideraremos.
Art. 840 modificado por Ley 15/2005 indica que: “Cuando el cónyuge viudo concurra con hijos sólo del
causante, podrá exigir que su derecho de usufructo le sea satisfecho, a elección de los hijos,
ASIGNÁNDOLE:
un capital en dinero o
un lote de bienes hereditarios”.
En este caso, la iniciativa de la conmutación corresponde al cónyuge viudo, aunque serán los hijos de su
consorte quienes optarán por una opción u otra.
En la práctica es generalizado el usufructo universal en favor del cónyuge viudo, mediante disposiciones
testamentarias en las que de forma expresa el testador nombra heredero universal, en usufructo, a su
viudo o viuda,
precisando que, si cualquiera de sus hijos o descendientes impugnaran tal institución, habrían de
recibir únicamente lo que por legítima estricta les correspondiera.
Pese a que su utilización es frecuentísima, nuestro CC. NO ha contenido unca una norma que, de forma
directa, se refiera a la cuestión.
En principio nuestra jurisprudencia es proclive a su validez de manera continuada, a menos desde la mitad
del S. XX.
Se ha indicado que la cautela sociniana consiste en la OPCIÓN concedida por el testador al legitimario para
elegir entre 2 alternativas:
Debemos resaltar que el usufructo universal de la herencia a favor del cónyuge supérstite puede
instrumentarse también mediante legado.
TEMA 8
17
CAPITULO 14. LA LEGITIMA Y LA DESHEREDACIÓN (manual)
1. PRETERICIÓN
1.1. Presupuestos
En el ámbito sucesorio, la preterición ha de identificarse con la relegación u olvido de uno de los “herederos
forzosos” en el testamento del causante y, desde el Dº Romano, se ha definido como la omisión en el
testamento de cualquiera de los parientes del causante que tuvieran derecho a sucederle por ministerio
de la Ley.
1.º. Que se reconozca al causante la posibilidad de establecer el destino de sus bienes a través del
testamento.
2.º. Que existan sucesores por ministerio de la ley, llamados
a. doctrinalmente: legitimarios, y
b. por el Código: “herederos forzosos”.
Si el causante no ejercita su facultad de otorgar testamento no puede omitir a ninguno de sus herederos
forzosos, ni se produce lesión de sus expectativas legitimarias.
El ámbito propio de la preterición se circunscribe a la sucesión testamentaria.
S U P U E S T O S
En el supuesto de que alguno de los legitimarios sea omitido en el testamento, la legítima lo protege en
sentido material y formal, pues el causante está obligado a tener en cuenta a sus herederos forzosos en el
caso de que decida otorgar testamento.
Ahora bien, dado que la mera mención o rememoración de una persona (aspecto formal) puede
- carecer en sí misma de efectos patrimoniales (eje: mención de un hijo matrimonial o
extramatrimonial, sin realizar atribución patrimonial alguna en su favor) y,
- por tanto, sucesorios,
En la actualidad ha de considerarse que equivale a preterirla, pues de lo que se trata es de reconocer,
como mínimo, la cuota legitimaria que corresponda a quienes tengan la condición de herederos
forzosos (aspecto material).
En el caso de que el legitimario NO haya sido preterido y, sin embargo, se le haya atribuido menos de lo
que por legítima pudiera corresponderle,
propiamente hablando NO hay preterición, ni el legitimario podrá ejercitar la acción de
preterición,
sino únicamente solicitar el complemento de la legítima.
18
2. EFECTOS DE LA PRETERICIÓN EXAMEN
El art. 814 CC distingue entre la preterición intencional y la no intencional, cada una con distintos efectos.
Regulada art 814.1, conforme al cual: “la preterición de un heredero forzoso NO perjudica la legítima. Se
reducirá la institución de heredero ANTES que los legados, mejoras y demás disposiciones
testamentarias”.
Al aplicarse a la omisión de atribución patrimonial en favor de cualquiera de los legitimarios (descendientes,
ascendientes, y en su caso, cónyuge)
su mandato garantiza la percepción de la legítima correspondiente al preterido, si bien sus
efectos son menores que los de la preterición no intencional.
19
2.2. La preterición errónea o “no intencional” EXAMEN 18F2, 18SO
Conforme a la tradición histórica, se hablaba de preterición errónea cuando la falta de mención del
heredero se debía a la ignorancia de su existencia (ej.: nasciturus), sin que pudiera presuponerse una
decidida voluntad de exclusión de la herencia.
El art. 814, en caso de preterición no intencional de los descendientes lleva sus EFECTOS, como mínimo, a la
anulación de la institución de heredero, dando lugar a la apertura de la sucesión intestada en favor del hijo
o descendiente preterido (como mínimo porque los efectos pueden llegar a más si la preterición es de
todos los descendientes o del único hijo existente).
Los efectos de la preterición tienen menor fortaleza en el caso de que solo alguno (o algunos) de los hijos o
descendientes hayan sido preteridos, pues «en otro caso:
- se ANULARÁ la institución de herederos,
- pero valdrán las mandas y mejoras ordenadas por cualquier título, en cuanto unas y otras no sean
inoficiosas» (art. 814.2).
Este último inciso, relativo a la inoficiosidad de mandas y legados: implica que todas las atribuciones
patrimoniales que puedan comprenderse dentro del tercio de libre disposición, a título de legado,
mantienen su validez.
La preterición NO INTENCIONAL:
recupera su papel de institución protectora de las legítimas,
pero sin afectar al tercio de libre disposición.
En caso de superarlo las mandas habrán de ser reducidas conforme a las reglas generales.
La institución de heredero deviene ineficaz, comprenda o no los 2/3 ideales reservados a la legítima, o bien
supere dicha cuota, por haber destinado el causante también el tercio de libre disposición al heredero.«No
obstante, la institución de heredero a favor del cónyuge solo se anulará en cuanto perjudique las legítimas»
(art. 814.2).
20
5. LA DESHEREDACIÓN
En el CC, desheredar equivale a:
privar de la legítima,
mediante una previsión testamentaria del causante,
a cualquiera de los que Código denomina “herederos forzosos”.
Dispone el Art. 848 que «la desheredación SÓLO podrá tener lugar por alguna de las causas que
expresamente señala la ley»,
al tiempo que el art. 849 impone que «la desheredación SOLO podrá hacerse en testamento,
expresando en él causa legal en que se funde».
Se REQUIERE:
6. CAUSAS DE DESHEREDACIÓN
6.1. En general
Indica el art. 852 que “son justas causas para la desheredación, en los términos que específicamente
determinan los arts. 853, 854 y 855, las de incapacidad por indignidad para suceder, señaladas en el
art. 756 con los números 1º, 2º, 3º, 5º y 6º”.
Conforme a los arts. 852 y 853: consisten en que el legitimario hubiera incurrido en alguna de las
conductas siguientes:
1) El condenado por sentencia firme por haber atentado contra la vida, o a pena grave por haber
causado lesiones o por haber ejercido habitualmente violencia física o psíquica en el ámbito familiar al
causante, su cónyuge, persona a la que esté unida por análoga relación de afectividad o alguno de sus
descendientes o ascendientes.
2) El condenado por sentencia firme por delitos contra la libertad, la integridad moral y la libertad e
indemnidad sexual, si el OFENDIDO es el causante, su cónyuge, la persona a la que esté unida por
análoga relación de afectividad o alguno de sus descendientes o ascendientes.
3) El condenado por sentencia firme a pena grave por haber cometido un delito contra los Derechos y
deberes familiares respecto de la herencia de la persona agraviada.
4) El privado por resolución firme de la patria potestad, o removido del ejercicio de la tutela o
acogimiento familiar de un menor o persona con la capacidad modificada judicialmente por causa que
le sea imputable, respecto de la herencia del mismo.
5) El que hubiese acusado al causante de delito para el que la ley señala pena grave, si es condenado por
denuncia falsa.
6) El que, con amenaza, fraude o violencia, obligare al testador a hacer testamento o a cambiarlo (art.
756.5º).
7) El que por iguales medios impidiere a otro hacer testamento, o revocar el que tuviese hecho, o
suplantare, ocultare o alterare otro posterior. (art. 756.6º).
8) Haber negado, sin motivo legítimo, los alimentos al padre o ascendiente que le deshereda. (art.
853.1ª).
9) Haberle maltratado de obra o injuriado gravemente de palabra (art. 853.2ª).
21
6.3. Causas de desheredación de los padres y ascendientes
Art. 854, perderán su dº a la legítima los padres y ascendientes a quien pudiera imputarse cualquiera de las
siguientes circunstancias:
Son las mismas recogidas para los descendientes, quitando las 2 últimas y añadiendo:
10) Que hubiese perdido la patria potestad por las causas expresadas en el art. 170.
11) Que hubiese negado los alimentos a sus hijos o descendientes sin motivo legítimo.
12) Que hubiese atentado uno de los padres contra la vida de otro de los padres o ascendientes, si no
hubiere habido entre ellos reconciliación (art. 854.3ª).
Según el Art. 855, son causas justas para desheredar al cónyuge, de carácter específico:
Además, afectan también al cónyuge las causas de indignidad contempladas en los núm. 2º, 3º, 5º y 6º del
art. 756.
A) La desheredación justa.
Art. 849: «la desheredación solo podrá hacerse en testamento, expresando en él la causa legal en que se
funde».
Resulta absolutamente necesario que el testador IDENTIFIQUE:
- la causa en la que fundamenta su decisión, así como
- al legitimario al que deshereda por haber incurrido en la conducta que el legislador valora como
causa suficiente de desheredación.
La expresión de la causa no implica más que su alegación por parte del testador, quien solo está obligado a
indicar su voluntad de desheredar y la causa en que se funda, sin tener que probarla.
Sin embargo, el art. 850 establece que «la prueba de ser cierta la causa de la desheredación corresponderá
a los herederos del testador si el desheredado la negare».
Se denomina desheredación justa, no por el hecho de fundamentarse en una causa justa, sino por ajustarse
a lo legalmente establecido.
B) La desheredación injusta.
22
Se denomina así a la descrita por el Art. 851: «La desheredación hecha sin expresión de causa, o por cuya
certeza, si fuere contradicha, no se probare, o que no sea una de las señaladas».
La calificación de injusta es indudable cuando, por mucho que se hayan cumplido los requisitos formales,
la decisión de desheredar no se funde en una de las causas legalmente establecidas; las cuales,
por obvias razones, NO permiten ser interpretadas extensivamente ni por vía de analogía.
7.3. La reconciliación
Aunque exista causa legal de desheredación, esta NO podrá llevarse a efecto si se produce la
reconciliación entre el ofensor y el causante de la herencia.
Art. 856 “la reconciliación posterior del ofensor y del ofendido priva a este del derecho de desheredar, y
deja sin efecto la desheredación ya hecha”.
23
La característica principal de nuestro sistema de legítimas consiste, no en su diversa cuantía, sino en el
hecho de que el legislador las establece siempre recurriendo a un número quebrado (hablando
generalmente de la mitad, de la tercera o dos terceras partes de la herencia).
Al contrario, ha de atenderse en exclusiva a las deudas y a las cargas que deben su existencia a
razones distintas a la voluntad mortis causa del causante.
las propias deudas del causante que NO se hayan extinguido por su fallecimiento,
así como las deudas de la herencia propiamente dicha.
Se trata, pues, de una mera operación contable consistente en deducir del Valor de los Bienes
Hereditarios el Valor que representen las deudas y cargas de la herencia, que arrojará el activo del
caudal relicto.
Doctrinalmente, suele afirmarse que finalizada tal operación se habrá conseguido fijar el relictum, esto
es: el caudal líquido hereditario.
Valor de los Bienes Hereditarios - Valor que representen las deudas y cargas = Activo Del Caudal Relicto
Esta denominación doctrinal pretende además RESALTAR que la determinación de dicho activo líquido se refiere
exclusivamente a los bienes que permanecen en el patrimonio del testador en el momento de su fallecimiento, a los bienes
relictos, sin tener en cuenta el valor de los bienes que le hubieran pertenecido y que hubiesen salido de su patrimonio por la
realización de actos a título gratuito.
El 2º párrafo art. 818 establece que las donaciones realizadas por el causante habrán de ser también
tenidas en cuenta: “al valor líquido de los bienes hereditarios se agregará el de las donaciones
colacionables”.
Una vez realizada la valoración del relictum y del donatum, las sumas de ambos conceptos arrojarán el
Valor Del Haber Hereditario que ha de ser tomado en cuenta a efectos de establecer las cuotas
legitimarias que correspondan.
24
Al final del proceso la CUOTA de cada uno de los legitimarios equivaldrá a una determinada SUMA de
DINERO, como medida de valor.
Conforme al art. 806, la legítima es una “porción de bienes”, por lo que una vez que se lleve a efecto
la partición, debería equivaler a la cantidad líquida que al heredero forzoso corresponda en concepto
de legítima.
Sin embargo, la cuestión es más compleja, al legitimario se le puede haber dejado cuanto le
corresponda “por cualquier título” y
puede habérsele donado en vida cuanto le correspondiera, o
por el contrario, atribuírselo en cuanto legatario o en concepto de heredero.
La reforma de 1981 permitió el pago en metálico de la legítima con amplitud, siempre y cuando la
adjudicación de los bienes hereditarios se realice en favor de alguno de los legitimarios, no de
cualquier extraño.
En nuevo Art. 841 establece que el testador, podrá adjudicar todos los bienes hereditarios o parte de
ellos a alguno de los hijos o descendientes ordenando que se pague en metálico la porción hereditaria
de los demás legitimarios.
Aun así, la regla general del pago de la legítima sigue siendo la atribución de bienes in natura y así
puede exigirlo cualquier legitimario si testamentariamente no se hubiese establecido la forma de
pago.
debido a donaciones u otros actos a título gratuito que haya realizado el testador en vida,
el legitimario que se trate no sea suficientemente satisfecho por no haber bienes suficientes en la
herencia.
Para ello, el sistema normativo DOTA al legitimario insatisfecho de una serie de medidas protectoras.
La finalidad de tales medidas radica en procurar que el legitimario reciba íntegramente la cuota que le
corresponda, sin reducción alguna en su cuantía.
La doctrina contemporánea suele hablar de la intangibilidad cuantitativa de la legítima. La expresión
pretende resaltar que la legítima es inviolable e indisponible en sentido cualitativo, sino también en
sentido cuantitativo.
El art. 815 establece que “el heredero forzoso a quien el testador haya dejado por cualquier título
menos de la legítima que le corresponda, podrá pedir el complemento de la misma”.
El legitimario parcialmente insatisfecho RECLAMARÁ a los herederos cuanto le falte para cubrir
íntegramente la cuota hereditaria que le corresponde en concepto de legítima.
El art. 817 dispone que “las disposiciones testamentarias que mengüen la legítima de los herederos
forzosos se reducirán, a petición de éstos, en lo que fueren inoficiosas o excesivas”.
La impugnación dichas disposiciones testamentarias habrá de realizarse a través de los trámites del
Juicio Declarativo Ordinario, entendiéndose mayoritariamente que NO prescribe hasta transcurridos
30 años contados desde el fallecimiento del testador.
9.2. La eventual reducción de la institución de heredero
25
Aunque el Código no lo menciona, ha de deducirse que si el mantenimiento de la institución de
heredero imposibilitara la íntegra percepción de su cuota legitimaria,
el heredero forzoso perjudicado podría INSTAR la reducción de la propia disposición
testamentaria en que se contenga el nombramiento de un heredero voluntario o de un
legitimario que haya sido nombrado en una cuota tal que afecte a la legítima de los otros
herederos forzosos.
En tal caso, la reducción de la institución del heredero habrá de realizarse antes que la de las
donaciones y de los legados.
La preferencia entre legados y donaciones es clara, el art. 820.1º afirma que: “se
1. Así pues, la reducción o anulación de las disposiciones testamentarias (salvando lo indicado con
1º LEGADOS
la institución de heredero) ha de COMENZAR por los LEGADOS, que como regla serán deducidos
a prorrata sin distinción entre ellos,
SALVO que el testador hubiere dispuesto que se pague cierto legado con preferencia a otros, en
cuyo caso
se reducirán o anularán previamente todos los restantes legados y,
como último recurso, el considerado preferente por el testador.
2. Si la anulación de todos los legados no resultare suficiente para atender la legítima insatisfecha,
procederá la declaración de inoficiosidad de las donaciones realizadas en vida del causante, si
2º DONACIONES
bien la reducción o rescisión de tales donaciones “NO obstará
para que tenga efecto durante la vida del donante y
para que el donatario haga suyos los frutos”.
Respecto de las donaciones: NO hay prorrateo alguno, pues el art. 656 afirma que “se suprimirán
o reducirán en cuanto al exceso las de fecha más reciente”. En consecuencia, siguiendo el orden
inverso de antigüedad, las donaciones irán siendo rescindidas (o la última de ellas, solo reducida)
sucesivamente.
26