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Los Línderos de la Iglesia – 3 1

Los Linderos de la Iglesia (3) Anotaciones


Hoy en día existe en la tierra la iglesia del Señor porque los linderos divinos que
fueron establecidos en el principio son reconocidos y respetados por las personas
temerosas de Dios. La iglesia del Señor puede continuar existiendo hoy día en
la tierra mientras prevalezca esta condición. Si aquellos que son miembros de la
iglesia por alguna razón pierden de vista los puntos de referencia o no tienen en
cuenta el patrón (modelo) sobre el cual se construyó la iglesia, entonces la iglesia
perdería su identidad y sería absorbida en el laberinto del denominacionalismo.
Esto ha sucedido antes, y puede suceder de nuevo. Por esta razón la iglesia necesita
mantener claramente enfocado los linderos de la iglesia del Nuevo Testamento.
Uno de estos linderos divinos es la adoración de la iglesia.

El Estándar de Adoración

La regla con la cual se mide la adoración verdadera está expuesta en las palabras
de Jesús a la mujer en el pozo de Jacob. “Dios es Espíritu; y los que le adoran,
en espíritu y en verdad es necesario que adoren” (Jn. 4:24). Este expone tres
aspectos de la adoración verdadera: (1) el objeto hacia el cual está dirigida; (2)
la disposición del adorador; y (3) la manera de su ejecución. Sea notado que el
objeto de la adoración verdadera es “el Padre”. El es el único objeto de la adoración
Cristiana. “... Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás” (Mat. 4:10). Pedro
actuó acorde con esta verdad cuando rehusó el homenaje presentado por Cornelio
por su negativa de que ningún hombre es digno de recibir adoración de su prójimo.
Aún la adoración de los ángeles del cielo debe ser aborrecida (Ap. 22:8-9).

El espíritu del hombre es esa parte invisible de él que percibe, refleja, siente y
desea. Adorar “en espíritu” es simplemente la adoración que viene del corazón o
de adentro del hombre. La verdadera adoración no consiste sólo en la forma o en
el ritual. Dios no aceptará la adoración que no surja de lo más íntimo del elemento
sensible del hombre. La misma naturaleza de Dios, “Dios es espíritu”, demanda
que la adoración verdadera se centre en el espíritu. Dejar el espíritu por fuera de
la adoración degenera en simple formalismo sin significado o valor.

La adoración es un acto de homenaje o reverencia. Hemos visto que la verdadera


adoración debe venir del corazón y debe estar dirigida a Dios. Pero ¿qué acerca
de la manera de la adoración? ¿Qué actos deben ser ejecutados? ¿Nos ha dejado
Dios en libertad de escoger los actos con los cuales hemos de adorarlo? o ¿ha
estipulado los actos que deben ser ejecutados? La respuesta a esto se encuentra
en las palabras de Jesús: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, ... en verdad es
necesario que adoren” (Jn. 4:24). La verdad es la palabra de Dios (Jn. 17:17). Por
tanto, los actos de la adoración verdadera están limitados y regulados por la palabra
de Dios. Cada acto ejecutado en la adoración debe estar autorizado por la palabra
de Dios. Cualquier acto que no esté autorizado no es “en verdad” y no puede ser
adoración verdadera. Realizar aún un acto no autorizado inyecta el elemento error
en la adoración y vuelve vana toda la adoración. “Pues en vano me rinden culto,
enseñando como doctrinas preceptos de hombres” (Mat. 15:9 – LBLA).

Los Actos de Adoración

Un estudio de la palabra de Dios revela que hay cinco actos que deben ser
ejecutados “en verdad”.

(1) La Cena del Señor es celebrada en memoria de la muerte de Cristo en la


Cruz por los pecados del mundo (1 Cor. 11:23-26). Este acto es llevado a
cabo el primer día de la semana cuando la iglesia está reunida (Hch. 20:7).

(2) Los Cristianos, este mismo día, el primer día de la semana, dan de sus me-
dios acorde a su prosperidad individual para financiar la obra de la iglesia
(1 Cor. 16:1-2).
2 Los Línderos de la Iglesia – 3

Anotaciones (3) Los salmos, los himnos y los cánticos espirituales son cantados “con gracia
en vuestros corazones al Señor” (Col. 3:16). En estos cánticos los Cristianos
se enseñan y exhortar los unos a los otros.

(4) La oración no debe ser descuidada, pero los verdaderos adoradores perse-
veran en ella (Hch. 2:42). Y,

(5) La enseñanza y el aprendizaje de la palabra de Dios es un elemento en el


plan divino de la adoración (Hch. 2:42; 20:7).

Estos cinco actos completan el plan del Nuevo Testamento para la adoración
verdadera. No estamos en libertada de dejar alguno de estos por fuera de la ado-
ración que Dios manda, ni estamos en libertad de añadir algún otro elemento que
El no haya mandado.

Perdiendo Nuestra Identidad

A fin de mantener nuestra identidad como la iglesia de Cristo, debemos mante-


ner la adoración verdadera que es uno de los linderos de esa iglesia. Un cambio
en alguna parte del modelo de la adoración verdadera resultará en perdida de la
identidad y en una apostasía de la verdad. Que hace mucho tiempo el mundo
sectario abandonó este lindero divino es un asunto de conocimiento general. No
hay un solo elemento de la adoración verdadera que retengan tal como Dios lo
ordenó. Han pervertido cada acto de la adoración verdadera. La Cena del Señor
no es celebrada el primer día de la semana, sino mensual, trimestral, o anual para
satisfacer los deseos de la denominación en particular. No es raro que la Cena del
Señor se celebre el nueves en la noche, o en alguna otra ocasión desconocida en
la palabra de Dios. El dinero para financiar la obra de la iglesia es obtenido por
medios diversos y variados. Desayunos, almuerzos, venta de objetos usados, rifas
y rogando al público en general son algunos de los esquemas más comunes. Sin
embargo, cada día se están tramando nuevas formas y qué sabe lo que el mañana
pueda traer. La alabanza ha sido corrompida con la introducción de instrumentos
de música, cantos no bíblicos (y a menudo no religiosos), coros y obras de teatro
musicales, etc. La oración ha sido pervertida de maneras diversas. Formas que
van desde el ritualismo puro por un lado, a los arrebatos emocionales por el otro.
Frecuentemente la palabra de Dios ha sido reemplazada por sermones en honor a
la madre, al padre, a la semana de conservación, al día de acción de gracias, etc.
Cristo debe tomar de nuevo su lugar, si es que lo tiene.

Es posible que hoy día la iglesia de nuestro Señor pueda seguir el camino sec-
tario hacia la apostasía. Debemos estar constantemente en vigilancia no sea que
las tendencias y prácticas extrañas se entren de manera silenciosa. No nos permi-
tamos llenarnos del orgullo y la vanidad humana y tan deseosos de los aplausos
del mundo que nos olvidemos de a quién y con qué propósito damos adoración.
No permitamos que nuestro celo en la ejecución y perfección de los actos de
adoración perdamos el corazón en la confusión. Que debemos dar lo mejor de
nosotros al Maestro es incuestionable, pero tratar de hacer que nuestra adoración
sea atractiva para el mundo es, sin duda equivocado. Esto, me parece, es la más
grande amenaza hoy día de la adoración verdadera. No tiene que ser así, y no va
a ser así si mantenemos frente a nosotros el lindero divino de la adoración verda-
dera. “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario
que adoren” (Jn. 4:24).

[Truth Magazine II:10, pp. 21-23; Earl Kimbrough].

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Abreviaciones

LBLA – La Biblia de las Américas

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