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CELEBRACIÓN FAMILIAR DE LA NAVIDAD

RITOS INICIALES

Canto: Gloria de Navidad

GLORIA A DIOS EN EL CIELO


Y EN LA TIERRA PAZ
A LOS HOMBRES QUE AMA EL SEÑOR.

Los ángeles bajan del cielo


cantando un himno de paz;
/ con ellos nosotros cantamos
el Gloria de Navidad. / (2)
ESTRIBILLO.

A ti, Padre Dios, alabamos


y gracias te damos, Señor,
/ porque nos envías al Hijo,
Jesús, nuestro Salvador. / (2)
ESTRIBILLO.

La tierra repite el mensaje


y canta el himno de paz,
/ con ella nosotros cantamos
el Gloria de Navidad. / (2)
ESTRIBILLO.

ACTO PENINTENCIAL:

Antes de acercarnos al pesebre de Belén, reconozcamos nuestras faltas y confiadamente


pidamos perdón por nuestros pecados:

Padre lleno de amor, que no abandonaste al hombre caído, sino que quisiste
levantarlo enviando a tu Hijo a encarnarse en el seno de la Virgen María.

Señor, ten piedad de nosotros.

Hijo amado del Padre, que por amor a nosotros, quisiste hacerte hombre para
enseñarnos el camino de la salvación.

Cristo, ten piedad de nosotros.

Espíritu Santo, amor del Padre y del Hijo, que descendiste al seno purísimo de María
para realizar el misterio de la encarnación.

Señor, ten piedad de nosotros.


ORACIÓN:

Dios todopoderoso y eterno, en esta noche que celebramos el nacimiento de tu Hijo en la


carne mortal, te pedimos nos hagas sentir la abundancia de su amor, que lo hizo encarnarse
en el seno de la Virgen María y habitar entre nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén.

LITURGIA DE LA PALABRA

Del libro del profeta Isaías (9, 1-3. 5)

El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en tierra de
sombras, una luz resplandeció. Engrandeciste a tu pueblo e hiciste grande su alegría. Se
gozan en tu presencia como gozan al cosechar, como se alegran al repartirse el botín.
Porque tú quebrantaste su pesado yugo, la barra que oprimía sus hombros y el cetro de su
tirano, como en el día de Madián. Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado;
lleva en sus hombros el signo del imperio y su nombre será: “Consejero admirable”, “Dios
poderoso”, “Padre sempiterno”, “Príncipe de la paz”.

Del evangelio según san Lucas (2, 1-20)

Por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo
el mundo. Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino. Iban
todos a empadronarse, cada uno a su ciudad. Subió también José desde Galilea, de la
ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa
y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Mientras
estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento y dio a luz a su hijo primogénito,
le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el albergue.
Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno
durante la noche su rebaño. Se les presentó el ángel del Señor, la gloria del Señor los
envolvió en su luz y se llenaron de temor. El ángel les dijo: "No teman, pues les anuncio
una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: hoy les ha nacido, en la ciudad de David,
un salvador, que es el Cristo Señor; y esto les servirá de señal: encontraran un niño envuelto
en pañales y acostado en un pesebre." Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del
ejército celestial que alababa a Dios diciendo: "Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz
a los hombres en quienes él se complace." Cuando los ángeles, dejándoles, se fueron al
cielo, los pastores se decían unos a otros: "Vamos a Belén a ver lo que ha sucedido y el
Señor nos ha manifestado." Fueron a toda prisa y encontraron a María y a José, y al niño
acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que les habían dicho acerca de aquel niño; y
todos los que lo oyeron se maravillaban de lo que los pastores les decían. María, por su
parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón. Los pastores se volvieron
glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, tal como se les había
dicho.

REFLEXION SOBRE LA PALABRA


Gloria cantan en los cielos
los arcángeles de Dios,
y en la tierra se oye el eco
de su celestial canción...

Gloria, in excelsis Deo…


Gloria, in excelsis Deo...

En las pajas del pesebre


se quedó enredado el sol,
para hacer finos pañales
donde duerma el niño Dios…

Gloria, in excelsis Deo…


Gloria, in excelsis Deo...

Los pastores hoy repiten


todos juntos al cantar,
lo que ángeles entonan
a la entrada del portal…

Gloria, in excelsis Deo...


Gloria, in excelsis Deo...

ORACIÓN FINAL: Espontanea y terminar con un Padre nuestro.

ARRULLO DEL NIÑO DIOS

Cantar “Os anunciamos”

Os anunciamos un gozo inmenso:


“Hoy ha nacido el Salvador”.
en un pesebre sobre las pajas,
entre pañales, lo encontrarán.

Duerme y no llores,
Jesús del alma.
duerme y no llores,
mi dulce amor.
Duerme y no llores,
que esas tus lágrimas
parten el alma, de compasión (2)

Si por mí lloras, Jesús amado,


por mis pecados e ingratitud,
que cese el llanto, que en adelante
yo nunca, ingrato, te haré llorar.
Tus lagrimitas, perlas del cielo
son mi tesoro, prendas de amor,
mas calma el llanto Jesús del alma,
de lo contrario me harás llorar.

Cierre tus ojos tranquilo sueño;


duerme, mi cielo, duerme mi amor.
Con mis cantares y mis amores
tu sueño, oh Niño, arrullaré.

Pues que me buscas, pues que me amas,


ven, Jesús mío; ven Niño, ven.
Será tu cuna nido de amores
este pesebre del corazón.
Ya duerme el Niño plácido sueño
en esa cuna del corazón.
¡Oh dicha! ¡Oh gozo! ¡Qué paz, qué calma
derrama el Niño donde Él esta!

Sea, pues, mi pecho tu blanda cuna


y te caliente mi pobre amor;
ya no despiertes, sigue durmiendo
y mientras duermes yo velaré.
Ya mis cantares no te harán ruido,
ya mis cantares van a callar;
mas mis amores en el silencio
siguen velando, ¡no callarán!

TERMINAR CON LA ORACIÓN: “Dulce Madre…”


GLORIA A DIOS EN EL CIELO
Y EN LA TIERRA PAZ
A LOS HOMBRES QUE AMA EL SEÑOR.

Los ángeles bajan del cielo


cantando un himno de paz;
/ con ellos nosotros cantamos
el Gloria de Navidad. / (2)
ESTRIBILLO.

A ti, Padre Dios, alabamos


y gracias te damos, Señor,
/ porque nos envías al Hijo,
Jesús, nuestro Salvador. / (2)
ESTRIBILLO.

La tierra repite el mensaje


y canta el himno de paz,
/ con ella nosotros cantamos
el Gloria de Navidad. / (2)
ESTRIBILLO.
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Gloria cantan en los cielos


los arcángeles de Dios,
y en la tierra se oye el eco
de su celestial canción...

Gloria, in excelsis Deo…


Gloria, in excelsis Deo...

En las pajas del pesebre


se quedó enredado el sol,
para hacer finos pañales
donde duerma el niño Dios…

Gloria, in excelsis Deo…


Gloria, in excelsis Deo...

Los pastores hoy repiten


todos juntos al cantar,
lo que ángeles entonan
a la entrada del portal…

Gloria, in excelsis Deo...


Gloria, in excelsis Deo...
ARRULLO DEL NIÑO DIOS

Os anunciamos un gozo inmenso:


“Hoy ha nacido el Salvador”.
en un pesebre sobre las pajas,
entre pañales, lo encontrarán.

Duerme y no llores,
Jesús del alma.
duerme y no llores,
mi dulce amor.
Duerme y no llores,
que esas tus lágrimas
parten el alma, de compasión (2)

Si por mí lloras, Jesús amado,


por mis pecados e ingratitud,
que cese el llanto, que en adelante
yo nunca, ingrato, te haré llorar.

Tus lagrimitas, perlas del cielo


son mi tesoro, prendas de amor,
mas calma el llanto Jesús del alma,
de lo contrario me harás llorar.

Cierre tus ojos tranquilo sueño;


duerme, mi cielo, duerme mi amor.
Con mis cantares y mis amores
tu sueño, oh Niño, arrullaré.

Pues que me buscas, pues que me amas,


ven, Jesús mío; ven Niño, ven.
Será tu cuna nido de amores
este pesebre del corazón.
Ya duerme el Niño plácido sueño
en esa cuna del corazón.
¡Oh dicha! ¡Oh gozo! ¡Qué paz, qué calma
derrama el Niño donde Él esta!

Sea, pues, mi pecho tu blanda cuna


y te caliente mi pobre amor;
ya no despiertes, sigue durmiendo
y mientras duermes yo velaré.
Ya mis cantares no te harán ruido,
ya mis cantares van a callar;
mas mis amores en el silencio
siguen velando, ¡no callarán!

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