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Una interacción comunicativa empieza cuando un actor se expresa. Es decir, cuando Ego/emisor actúa. Para comunicar hay que hacer un trabajo.
El primer trabajo que se hace es un trabajo expresivo, es decir, el trabajo que hay que hacer para expresarse.
Percutir un teclado para escribir un correo; saltar para que me vean; escribir en una pizarra; mover banderas en un aterrizaje…
El actor tiene que modificar alguna de estas entidades para que se conviertan en fuentes de señales:
• Los organismos
• Las cosas naturales
• Los objetos
Esas entidades modificadas son las materias expresivas. Es decir, las materias con las que el actor se expresa.
Pero para que esas materias sean expresivas, Alter/receptor debe poder percibirlas.
Para que ello ocurra, el trabajo expresivo de Ego tiene que ser relevante para el receptor. Las materias expresivas tienen que tener relevancia.
Los organismos, las cosas naturales y los objetos sólo serán relevantes cuando el receptor puede percibirlos. Cuando tiene los órganos
perceptivos adecuados y la capacidad de percibir.
Por lo tanto, los trabajos expresivos son las actividades que hace el actor para lograr que una materia se haga relevante para indicar cosas.
La relevancia es un estado de los organismos, cosas u objetos que hace posible que lleguen a ser percibidos por los receptores de la comunicación
Está en la relación de una materia con otras que están en el Está en la variación de estados de una misma materia a lo largo de un
mismo espacio: tiempo: