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La Literatura española en el siglo XVIII: La ilustración (el Neoclasicismo).

Principales características
1. El movimiento cultural de este siglo recibe el nombre de Ilustración. Procedente de Francia,
llega a España lentamente pues la iglesia se mostraba contraria al pensamiento laico de la
Ilustración.
2. La defensa de la razón como única fuente de conocimiento lo que favorece el desarrollo del
pensamiento científico y la lucha contra los excesos barrocos.
3. Obra de referencia del movimiento es La Enciclopedia de Diderot y D’Alambert.
4. Concepto del buen gusto, la sujeción a reglas que procuren equilibrio, sencillez, simetría y la
utilidad, es decir, el arte debía aunar lo agradable y lo útil.
5. Fomentan el estudio, de ahí la fundación de distintas Academias: la de Historia y la de la
Lengua en 1713.
6. En el plano literario, es un arte que sigue las normas como recoge Luzán en su Poética, regido
por la claridad y la sencillez en el estilo con el fin de potenciar su finalidad didáctica.
Principales autores de la Ilustración
Narrativa:
Escasez de novela (las principales utilizan formas mixtas combinando la ficción pura con otros
intereses; la Vida de Torres de Villarroel es una mezcla de novela y autobiografía, Fray Gerundio de
Campazas, alias Zotes, del padre Isla, utiliza la ficción para llevar a cabo una sátira literaria).
Ensayo y prosa didáctica
Serán los géneros por excelencia de la Ilustración al concordar con la visión didáctica de la literatura.
Uno de los autores más relevantes del ensayismo español fue Fray Benito Jerónimo Feijoo con sus
obras Cartas eruditas y curiosas y la más destacada, Teatro crítico universal, postulándose a favor de
la razón y de la experiencia como bases de la ciencia y del pensamiento moderno.
En la segunda mitad destaca José Cadalso con Noches lúgubres que algunos, aunque sirva de motivo
para la reflexión sobre diversos temas universales (la existencia, el contraste entre razón y locura, la
pervivencia del amor…) consideran prerromántica por su ambiente tétrico y por su espíritu pesimista.
Su obra más destacada es Cartas Marruecas. Publicada póstumamente a imitación de Cartas persas
de Montesquieu por medio del género epistolar, es decir, a través de las cartas que tres personajes
se intercambian, Cadalso presenta un amplio panorama de la vida cultural, social y económica del país
desde puntos de vista diferentes: Visión desde fuera (a través del joven marroquí, Gazel, que viaja por
España), visión desde dentro (nos la ofrece Nuno, nativo y conocedor de su propio país) y la visión
generalizadora (representada en la figura del sabio Ben-Beley).
Melchor de Jovellanos dedicó su vida a estudiar la realidad española de su tiempo y a resolver de
forma práctica, a diferencia de Cadalso que únicamente teorizó, los problemas del momento. Publicó
Informe sobre la ley agraria sobre el progreso material del país, Memoria sobre educación afirmando
la educación como base de la prosperidad de una nación y Memoria sobre espectáculos y diversiones
públicas donde critica espectáculos sangrientos como las corridas de toros y defiende un tipo de
teatro que se ajuste a los preceptos neoclásicos.
Teatro
Se siguen los preceptos neoclásicos con la separación tajante entre géneros tragedia y comedia,
respeto a la regla de las tres unidades -tiempo, lugar y acción- e intención didáctica.
La tragedia escrita en verso y cuyos personajes eran nobles o reyes del pasado, tenía una finalidad
didáctica, siendo el mensaje básico el que la pasión (el instinto) debe someterse a la razón y la
obligación. Destaca Vicente García de la Huerta, autor de Raquel (sobre los amores del rey Alfonso VII
con la judía Raquel).
Fiel seguidor de los presupuestos neoclásicos fue Leandro Fernández de Moratín, creador de
comedias como El viejo y la niña y la más aclamada, El sí de las niñas (su argumento es que Doña
Irene ha concertado el matrimonio de su hija de dieciséis años con el sesentón Don Diego. La chica
está enamorada de un militar que es sobrino de Don Diego. Enterado de la situación renuncia a sus
pretensiones y permite casarse a los jóvenes). Ambas obras están unidas por la temática: la libertad
de la mujer a la hora de escoger marido y de la conveniencia de edades similares entre los cónyuges.
Las obras se ajustan a las normas neoclásicas, ya que, además de tener una clara finalidad didáctica,
respeta las tres unidades dramáticas. También emplea una prosa natural y sencilla, a la vez que sobria
y mesurada en los momentos más sentimentales.
Otra obra importante, pero de tema diferente es La Comedia nueva o El Café en la que satiriza el
teatro contemporáneo.
La línea tradicional del teatro del siglo XVIII la recoge Ramón de la Cruz en sus sainetes (breves
diálogos cómicos en verso que se representaban en los entreactos de obras mayores, tragedia o
comedia.) Destaca el sainete Manolo, que satiriza la tragedia neoclásica.
Poesía
Las diversas tendencias del XVIII dejaron tres formas líricas muy diferentes.
La poesía Rococó cuida el ritmo con versos breves, frecuentes epítetos, diminutivos y referencias
cromáticas y sensoriales. Sus temas son el amor y la belleza femenina y dentro de ella cabe destacar
el subgénero de las Anacreónticas (poema sensual y amoroso que suele estar ambientado en un
entorno idílico). Su representante más destacado es Juan Meléndez Valdés.
La poesía Neoclásica en la que se busca la claridad, la naturalidad y el equilibrio, destacando dentro
de los subgéneros las fábulas (poemas narrativos extensos cuyo objetivo es transmitir una enseñanza
moral que se extrae de historias protagonizadas por animales) cuyos representantes principales son
Iriarte y Samaniego; y las sátiras (composiciones en las que se critican los vicios sociales).
La poesía prerromántica en la que se aúnan el compromiso social y una visión exaltada de los
sentimientos y anuncia la ambientación que será habitual en el Romanticismo, destacando como
representante Juan Meléndez Valdés en su segunda etapa.

El Romanticismo.
Características del Romanticismo
1. El Romanticismo procede de Alemania con autores como Goethe y Schiller, se instaura en
nuestro país fugaz y tardíamente a través de la revista El Europeo y de los artículos de Böhl de
Faber. Su apogeo no llega hasta 1835 cuando los autores exiliados vuelven a España tras la
muerte de Fernando VII, influidos por las corrientes europeas.
2. Defensa de la libertad que se extiende a todos los ámbitos entre ellos la creación literaria: se
mezclan géneros en una misma composición, se emplea la polimetría no se respetan las tres
unidades clásicas, se mezcla lo cómico y lo trágico.
3. La búsqueda del ideal de felicidad y plenitud choca con la realidad que les rodea por lo que se
evaden en el tiempo- Edad Media y Barroco son las épocas preferidas- y en el espacio. Los
marcos donde los románticos recrean sus obras son: Oriente, América o España para los autores
extranjeros que con sus antiguas tradiciones y su peculiar folclore lo convierte en el prototipo
del país romántico.
4. Subjetivismo. Importancia de la exaltación del yo y de la visión particular del mundo en
consonancia con los sentimientos del poeta. Aparece una naturaleza arrebatada, tétrica y
turbulenta, reflejo del alma turbada del autor.
5. Los temas más recurrentes de la literatura romántica son: la libertad, el sentido de la vida, el
destino del ser humano y el amor, anhelado e inalcanzable. También destaca el gusto por lo
sobrenatural, lo mágico y lo misterioso.
6. El estilo es principalmente retórico, abundante en figuras literarias destacando los enunciados
exclamativos para la expresión de los estados de ánimo. En el léxico aparecen la combinación de
coloquialismos y de neologismos.
Lírica
Es el género por excelencia del Romanticismo. Su esplendor en la primera mitad viene de la mano de
José de Espronceda quien cultiva una poesía en la que plasma los ideales románticos: una vida libre,
sin trabas, un orden social distinto y un desafío a las normas establecidas como refleja en sus
composiciones menores, las canciones El reo de muerte y El Verdugo que aluden a la pena de muerte
y contienen crítica social, El canto del cosaco que incita a combatir la degradación de la caduca Europa
y El mendigo y la Canción del pirata su mejor composición en la que resalta la independencia del
hombre que decide rechazar las leyes.
Sus obras mayores son: El diablo mundo donde relata la historia de un anciano que va a morir y se le
ofrece la posibilidad de la vida eterna y de conseguir todo lo que desea. Ya joven descubre diversas
situaciones, ambientes y personajes de la época. La obra trata del sentido de la existencia en una
sociedad, cruel, indiferente y corrupta. Esta obra incluye el Canto a Teresa, elegía de un amor perdido
e imposible de alcanzar. El estudiante de Salamanca que consta de cuatro partes que combinan los
discursos narrativo, lírico y dramático. El relato se basa en la figura del burlador, Don Félix de
Montemar, el pecador, mujeriego, jugador, que abandona a Elvira que enloquecida, muere. Don
Diego, hermano de Elvira lo desafía a duelo y lo mata. Por la noche Don Félix ve pasar una misteriosa
mujer y al seguirla presencia su propio entierro, la ronda de espectros y la mujer tapada, que resulta
ser un esqueleto. Sin embargo, resaltan la originalidad de la creación de un ambiente de terror y
misterio.
En la segunda mitad del siglo se cultiva una poesía intimista, descargada de retoricismo. La producción
poética de Rosalía de Castro se desarrolla fundamentalmente en tres libros, dos de ellos escritos en
gallego, Follas novas y Cantares gallegos y uno en castellano, En las orillas del Sar. Utilizó un estilo
muy sencillo y directo, pero que es resultado de un gran dominio de la técnica poética. Es perfecta,
por otra parte, la fusión de los sentimientos personales con la descripción del paisaje
Otro autor significativo es Gustavo Adolfo Bécquer quien además de su producción en prosa Leyendas
destaca por sus Rimas, breves composiciones de temática principalmente amorosa que se han
organizado en cuatro bloques: En el primer bloque (Rimas I- VIII) habla de la poesía y de sus temas
(las fuentes de la poesía son la mujer y el amor, llegando a plantear que el universo es poético); en el
segundo, del amor esperanzado (Rimas IX-XXIX); en el tercero, del fracaso amoroso y el posterior
desengaño (Rimas XXX-LI) y en el último, reflexiona acerca de la soledad y la muerte, con un dolor
tan extremado que el yo poético anhela su disolución en la naturaleza (Rimas LII-LXXVI). Se trata de
una poesía subjetiva con un estilo sencillo, pero con una gran perfección formal. Crea estrofas nuevas
con una preferencia por la rima asonante; usa, frecuentemente, el estribillo, y también la estrofa de
pie quebrado. Hay una tendencia a la apelación al receptor, un tú que casi nunca está presente en el
acto comunicativo. Emplea estructuras bimembres y paralelísticas, que, a veces, estructuran el texto
de forma antitética o por medio de correlaciones.
Teatro
Entre los rasgos principales están los siguientes:
1. Ruptura con las unidades de acción, tiempo y lugar.
2. Preferencia por los espacios abruptos y, a menudo exóticos.
3. Polimetría y retoricismo.
4. Temas románticos como el amor imposible, el destino inexorable, la transgresión de normas
establecidas, entre otros.
El drama romántico triunfa con el estreno de Don Álvaro o la fuerza del sino del Duque de Rivas en el
que se reúnen todos los rasgos característicos (división de la obra en jornadas o actos que varían
entre una y siete; mezcla de verso y prosa; ruptura de la regla de las tres unidades; mezcla de lo
cómico y lo trágico; el personaje protagonista acaba víctima de la fatalidad y las mujeres aman
apasionadamente hasta el sacrificio; los grandes temas son precisamente la fatalidad y el amor
apasionado, a los que se añaden la venganza, extremada y sangrienta, y el poder y la autoridad,
vinculados a la crítica a las instituciones que coartaban la libertad individual).

El drama de José Zorrilla Don Juan Tenorio, nueva versión romántica del mito que nació con El
burlador de Sevilla de Tirso de Molina del siglo XVI. La obra del Siglo de Oro que había tenido una
intención religiosa y ejemplarizante, con el castigo final del pecador, se convierte ahora en un drama
de amor donde el protagonista se salva del infierno gracias al amor de doña Inés. La obra se compone
de dos partes con tres y cuatro actos y entre ambas se establece un contraste: la primera se centra en
la caracterización del protagonista y en la segunda la acción se centra en el cementerio con la
aparición del convidado de piedra, la muerte y la salvación de Don Juan.

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