Está en la página 1de 2

Licenciatura en Curaduría y Gestión de Arte

Instituto Universitario ESEADE


Materia: Historia del arte 1
Docente: Ana Inés Etchepareborda
Fecha: 03 de septiembre de 2022
Alumna: María Victoria Cabrera Perla
Mail: victoriacabreraperla@gmail.com

“El gran despertar” (Gombrich, Ernest)

1 - ¿Cuáles son las principales características de la obra de Fidias y de los escultores de su generación?

2- ¿Qué importancia va a tener la vida interior en el arte griego y cómo se muestra?

En el período que el autor analiza, el siglo V ac, se producen en Grecia grandes cambios que van a tener un impacto
directo en las artes. Tras las guerras médicas, la victoria tuvo un efecto profundo en la civilización. El ascenso de
Atenas como gran potencia militar, económica y cultural, crea una percepción más clara de la belleza estética a
través de una enorme demanda de obras. Encontramos en el clasicismo griego una tendencia muy fuerte hacia un
naturalismo como también un gran afán por la medida y el orden.

Si bien podemos observar aún la influencia egipcia, el arte griego supone un avance a través distintos desarrollos
técnicos y estéticos. Entre ellos, el establecimiento de un vínculo entre el arte y el sentido común. Los egipcios no
tenían en cuenta en sus representaciones pictóricas la vista, éstas respondían a cánones abstractos y fijos. En
cambio, el arte griego coloca en primer lugar la visión subjetiva. El escorzo, por ejemplo, es una prueba de esto.
Lejos de la ley de frontalidad hasta el momento respetada, o de una exactitud objetiva, prioriza la sensación óptica
que genera la figura con ese pequeño movimiento.

La generación de Fidias, con Mirón y Praxíteles entre ellos, va a practicar una especie de equilibrio entre la
presentación realista de la belleza y la adhesión a un kanon. La escultura griega no idealiza un cuerpo abstracto,
sino que busca una belleza ideal a través de la síntesis de cuerpos vivos que expresan una belleza armónica entre
cuerpo y alma. Polícleto, va a ser fundamental en este sentido. Establece las reglas de este equilibrio, por la cual
todas las partes del cuerpo han de adaptarse recíprocamente según relaciones proporcionales en el sentido
geométrico: A es a b, como b es a C. Este criterio es orgánico, estas relaciones se determinan según el movimiento
del cuerpo, el cambio de la perspectiva y la posición de la figura con respecto al espectador. La euritmia: la
adaptación de las proporciones a las necesidades de la visión, va a ser algo que los escultores tengan en cuenta.

De esta manera se produce un progreso hacia una representación mas libre y natural del cuerpo humano.
Observamos cuerpos en movimiento, donde se relaja la postura y desaparece la simetría que aporta rigidez. Son
figuras inclinada y en movimiento, que caminan, corren, vuelan, etc., diseñadas para encajar en distintos espacios.
Es muy importante también el trabajo que realizan sobre las telas esculpidas, y el modo en que, con diferentes
técnicas, le otorgan movimiento. Se adivinan las distintas partes del cuerpo a través de ellas, aportando fluides y
menos rigidez.

En este período también encontramos una nueva actitud hacia los artistas. Si bien no buscan romper los cánones,
no era bien visto que un individuo se destaque demasiado, existía una búsqueda personal por parte de estos. A
través de pequeños detalles, aportaban su propia visión y subjetividad.

El uso del bronce liberó al escultor y le permitió resaltar aún mas los miembros y representar nuevas posturas.
Esto va a permitir reflejar la vida interior de las figuras representadas, algo muy valorado en la época. Representar
“los movimientos del alma”, como decía Sócrates, a través de la observación de como los sentimientos afectan el
cuerpo en acción. Esto es lo que termina por volver estas obras, grandes obras de arte. Su capacidad para transmitir
sentimientos a través de una enorme delicadeza, lejos de la afectación. La mesura y la sencilles de la belleza del
alma, la poesía.

También podría gustarte