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Descartes (1596-1650)

Su filosofía tiene dos ramas: una perspectiva psicologista y otra subjetivista. Ha


llevado a cabo estas perspectivas a través de un método.
Su filosofía es metódica, es el método de la duda. Aplica la duda a todo conocimiento
porque quiere encontrar algo indudable, esta duda no es escéptica, es decir, no duda de
las cosas porque le hagan dudar, sino que duda de las cosas porque él quiere dudar. Su
duda no es escéptica sino metódica.
Hay dos momentos: el momento negativo y el positivo. En el negativo Descartes
empieza a dudar de todo para poder llegar al momento positivo. Es una duda
problemática, ya que no es honesta sino falsa porque no es una duda sistemática. Es una
duda para encontrar algo indudable tiene que dudar de todo exageradamente. Pero toda
su filosofía es voluntaria ya que duda porque él quiere.
El proyecto cartesiano es el proyecto de la autonomía de la razón. Esa razón autónoma
la proyecta en un conocimiento universal, es decir, tiene que ser igual para todo el mundo.
Este sistema al final de todo se fundamenta en la existencia de Dios, aunque no haya
partido de Dios sino del análisis de cada uno.
Él quiere saber qué es lo que hay en la naturaleza de la que no pueda tener duda para a
partir de ahí desarrollar todo su sistema
El método comienza primero poniendo en duda todo lo que había sido el conocimiento
tradicional, es decir, el conocimiento sensible. Según Aristóteles, el conocimiento
sensible es la entrada al conocimiento tradicional. Para fundamentar el conocimiento se
necesita algo más, el conocimiento activo o agente (como lo denomina Aristóteles).
No podemos basar nuestro conocimiento en el conocimiento sensible ya que los sentidos
no engañan. Además, aunque los sentidos no nos engañasen, el conocimiento sensible
debe ser rechazado porque no es controlado por nuestra voluntad, sino que es ajeno al
sujeto. En según lugar, el conocimiento sensible tiene que ser rechazado porque se puede
confundir con el sueño, a veces no sabemos distinguirlo de la vigilia. El inconveniente de
rechazarlo es que el conocimiento sensible es intersubjetivo, es decir podemos todos
llegar a un acuerdo sobre él, y si nosotros rechazamos el conocimiento sensible en el que
todos nos podemos poner de acuerdo, este conocimiento tendrá que ser reemplazado por
otro conocimiento que no es intersubjetivo sino subjetivo como el conocimiento racional.
El conocimiento matemático también hay que rechazarlo, ya que las matemáticas y la
lógica son técnicas que ya están establecidas y pretenden gobernar la razón humana. La
lógica es analítica pero no es sintética, la lógica solo nos sirve en el registro matemático.

Su punto de partida es la razón, no la fe, aunque acaba justificándolo todo en la fe.


Descartes escribe contra los escépticos porque en el siglo XVI el movimiento filosófico
más potente era el escepticismo.
Partiendo de la razón no tiene más remedio que encontrar un método inspirado en el rigor
matemático, que sea universal y mediante el cual llegue a encontrar algo que no puede
ver. Este método se divide en cuatro reglas:
1. Evidencia: no hay que admitir jamás ninguna cosa que no sea verdadera, que no
se conozca con evidencia.
2. Análisis: cuando se llega a algo claro y distinto hay que dividirlo en muchas
partes.
3. Síntesis: una vez que ya se ha analizado todas las partes, conduciendo tu
pensamiento por los objetos más simples (los más sencillos de conocer) hasta
terminar en los más complejos.
4. Enumeración o inventario: hay que enumerar todas las cuestiones sin omitir
nada para darte cuenta si estas reglas están correctas.
Este método ha alcanzado tanta fama porque todas las ciencias predictivas se han basado
en él.
Él quiere utilizar la duda metódica para encontrar un argumento indudable. Descartes
duda de los sentidos y de la naturaleza porque él quiere.
Descartes decía: “A pesar de estar dudando de todo hay algo de lo que no puedo dudar,
aunque el genio maligno pretenda engañarme siempre, y es de que me está engañando”.
Esto quiere decir que el acto mismo de dudar es indudable, por lo tanto, estoy pensando
y para pensar soy algo, yo soy algo que piensa. “Yo pienso, luego soy”. Nos dice que las
evidencias están en el pensamiento.
Es solipsista porque él está seguro de su pensamiento, pero no del de los demás. No hay
para él otra realidad que su pensamiento.
Hay tres tipos de ideas:
Las ideas adventicias son las ideas que nos llegan a través de los sentidos. Ej.: Cuando
cerramos los ojos y seguimos pensando en lo que tenemos delante. Las ideas facticias
son las que nosotros creamos de algo que no existe. Ej.: La idea de un unicornio.

Hay ideas que nosotros no podemos crear como por ejemplo la idea infinita, eterna e
ilimitada que hay en mí, es decir, si yo no puedo crear esas ideas, estas tienen que estar
en mi desde mi nacimiento (ideas innatas) y si son ideas no nacidas ¿quién las ha puesto
en mí?, hay solo un ser que las ha podido poner en mí y es Dios por que él tiene todas
estas virtudes y no puede engañar. La idea infinita la identifica con Dios y es la
fundamental a partir de la cual vamos a construir todo el edificio del pensamiento
racional.
La idea de Dios no puede ser adventicia ni ficticia, ya que no somos capaces de crear la
idea de Dios porque es infinita, perfecta y eterna, y un individuo imperfecto no puede
crear la idea de Dios.
Si tengo la idea de Dios es porque éste existe, y su existencia se puede demostrar por dos
argumentos:
- Argumento ontológico: si Dios es perfecto una de las características que debe
tener es la existencia.
- Argumento basado en la Teoría de la Casualidad: Todo efecto tiene una causa, por
lo tanto, la idea de Dios también debe tener una causa. Este argumento podríamos
considerarlo como argumento de la proporcionalidad. Una idea infinita no puede
tener una causa finita, sino infinita.
Una vez que Descartes ha demostrado la existencia de Dios, va a tratar la existencia del
mundo. Como Dios es infinitamente bueno y verdad no puede permitirse engañarme ni
que yo me engañe respecto al mundo, por lo que el mundo existe. En cierto modo, Dios
aparece aquí como la garantía del mundo.

La realidad está compuesta por tres sustancias: dios sustancia infinita, el yo sustancia
pensante y los cuerpos sustancia extensa. Para Descartes la extensión es la característica
de los cuerpos. El concepto de sustancia va a ser fundamental en Descartes, quien
verdaderamente define este concepto es Aristóteles. El movimiento que se opone al
racionalismo es el empirismo. La idea fundamental del empirismo es que no existen las
ideas innatas (el ser humano es como un libro en blanco que se va rellenando con nuestras
percepciones). Los problemas que plantea el empirismo, algunos son hoy en día
problemas no resueltos.

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