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Cinematógrafo Lumière
No obstante, la fecha que realmente marca un hito dentro de la historia del Arte y del
Hombre fue el 28 de diciembre de 1895. Esta fecha ha pasado a ser considerada como
la del nacimiento oficial del cine, ya que ese día tuvo lugar la primera proyección
comercial de una película. Se trataba de una serie escenas que los hermanos Lumière
habían rodado en Lyon y que mostraban la vida cotidiana de la ciudad. Se proyectaron,
además de Salida de los obreros de la fábrica Lumière, otras películas como Llegada de
un tren a la estación de la Ciotat y El regador regado. La sala escogida fue la del Salon
Indien, en París, y el éxito fue rotundo. El escepticismo previo de los espectadores ante
el nuevo invento se convirtió en fascinación desbordada cuando el proyector dio a luz las
primeras imágenes. El fenómeno de las imágenes en movimiento resultaba tan
desconocido que los espectadores se revolvían inquietos en sus butacas, sobre todo con
las imágenes en las que una locomotora se acercaba peligrosamente hacia ellos.
Los Hermanos Lumière, inicialmente, no se imaginaron que su invento se transformaría en la herramienta de lo que es la industria
del espectáculo, sino que lo concibieron más bien como una extensión de la fotografía, una máquina de registrar recuerdos, ahora
en movimiento. Muchas de las películas de los Lumière, con la duración de un rollo de 30 segundos, muestran simplemente
escenas de la vida cotidiana: Tren llegando a la estación, Salida de la fábrica. Otras escenas, en cambio, como El regador regado,
o Jugadores de cartas, tienen un pequeño argumento.
Fue George Méliès, tras el “abandono” por parte de los Lumière de su propio invento, el verdadero pionero
en utilizar el cine como instrumento para narrar historias. Este hecho es más crucial que los numerosos
trucos mecánicos y ópticos que fue capaz de desarrollar bajo su concepción del cine como show artístico en
fusión con el espectáculo de la magia. A pesar de que sus películas son simples en cuanto a argumento,
Méliès estaba sentando las bases de lo que iba a ser la industria del cine, aunque todavía desde una
concepción teatral: los hechos ocurrían delante de una cámara fija que encuadraba un escenario entero
(“teatro filmado”). Son ejemplos: El hombre de la cabeza de goma (1901) y El castillo embrujado (1898).
Otro hecho a destacar de Méliès es que, en varios de sus filmes, como ¡A la conquista del Polo!, sugiere movimientos a partir de
trucos como mover los decorados. Pero el primer movimiento de cámara real de la historia lo encontramos en La vida de un
bombero americano de Edwin S. Porter en 1903.
Por otro lado, George Albert Smith fue pionero en introducir el primer plano en sus películas, aunque eran, casi siempre, a modo
de planos detalle que aportaban información extra al espectador. El primero de todos lo encontramos en Sick Kitten (Gatito
enfermo) en 1901.
Sick kitten
George Albert Smith, 1901.
Es el norteamericano David Griffith (década de 1910) quien por primera vez acerca la cámara a los actores con el fin de enfatizar
la expresión y emociones de los personajes. Quebrar un plano general con un primer plano de un rostro y pasar luego a otra
imagen de lo que ese rostro imaginaba, fue en un primer momento revolucionario.
El lenguaje audiovisual estaba en pleno desarrollo y continuaría su evolución descubriendo otras formas narrativas que deleitarían
a las audiencias mundiales: los movimientos de cámara, las angulaciones, los tratamientos temporales, el montaje…
Ejemplo de esta rápida evolución es La escalera de Odessa (El acorazodo Potemkin) de Serguéi Eisenstein de1925, considerada
una de las obras maestras de la historia del cine.
El lenguaje audiovisual, como todo lenguaje artístico vivo, fue y es construido a lo largo del tiempo.