Está en la página 1de 9

el uso de la legislación procesal en relación con los adolescentes infractores.

Se destaca la

supletoriedad de las normas del Código Procesal Penal (CPP) como un aspecto clave de

este enfoque.

En vez de crear un conjunto completo de normas procesales separadas para los

adolescentes infractores, el legislador optó por regular específicamente algunas

instituciones relacionadas con la responsabilidad penal adolescente. Sin embargo, se

establece que, en lo referente a la "investigación, juzgamiento y ejecución", se aplicarán

de manera supletoria las normas generales del CPP.

Después de aplicar las reglas específicas contenidas en la nueva ley, las normas generales

del CPP determinarán el tipo de juicio que corresponde en cada caso, ya sea oral,

abreviado, simplificado o monitorio. No obstante, se reconoce que ciertos aspectos de

estos procedimientos pueden ser evaluados de manera más rigurosa cuando se trata de

adolescentes infractores. Por ejemplo, la validez del consentimiento de un menor de edad

en un juicio abreviado podría ser objeto de un escrutinio más detenido.

La supletoriedad de la nueva normativa procesal penal tiene tanto aspectos positivos

como negativos. Por un lado, garantiza que el proceso penal para adolescentes sea

coherente con los principios del debido proceso. Por otro lado, algunas personas

argumentan que esta supletoriedad, al basar en gran medida el proceso en el sistema

penal para adultos, puede representar un retroceso en términos de simplificación y

agilización del proceso para determinar la responsabilidad de los adolescentes.


Además, la legislación establece que el procedimiento a seguir se determinará en

función de la pena solicitada por el fiscal. Si el Ministerio Público busca una pena que no

implique privación de libertad, se aplicarán las reglas del procedimiento simplificado o

monitorio, dependiendo de la situación. Esto significa que el proceso se adapta según la

gravedad de la sanción que se busca para el adolescente infractor

La regla especial, contenida en el inciso 2° del artículo 27 de la LRPA, indica que el

procedimiento a seguir se determinará en razón de la pretensión punitiva del persecutor

penal.

En efecto, el conocimiento y fallo de las infracciones respecto de las cuales el

Ministerio Público requiera una pena no privativa de libertad se sujetará

(imperativamente) a las reglas del procedimiento simplificado o monitorio, según sea el

caso.
La cuestión que se plantea, a partir de las normas señaladas, incide en la aplicación

complementaria de la regla de procedimiento contenida en el artículo 388 inciso 2° del

CPP.

POR TANTO, SURGE NUESTRA PRIMERA PREGUNTA: ¿La definición procedimental de

este nuevo sistema se encuentra relacionada únicamente con la determinación de la

naturaleza de la pena, o también incide en ella la cuantía de la misma?

El conflicto se puede solucionar básicamente de dos maneras:

a) Afirmando que el artículo 27 inciso 2° de la LRPA excluye la utilización del artículo

388 inciso 2° del CPP, razón por la cual es la naturaleza de la pena requerida por el Fiscal la

que determina el procedimiento a seguir y, consecuentemente, el tribunal absolutamente

competente. De este modo, si la pena requerida es privativa de libertad debe seguirse el

procedimiento ordinario; en cambio, si la pena requerida no es privativa de libertad, la

ritualidad a seguir es la del procedimiento simplificado, cualquiera sea el tramo de

quantum punitivo, a la luz del artículo 23 de la LRPA.

Bajo esta tesis, si se tratara de un delito de robo con violencia, cuya pena abstracta

señalada para los adultos es de presidio mayor en sus grados mínimo a máximo, debemos,

en primer lugar, fijar la “pena asignada al delito” para adolescentes, de acuerdo al artículo

21 de la LRPA. Entonces, aplicando la rebaja de un grado desde el mínimo, resulta una

pena de presidio menor en su grado máximo. Enseguida, si se trata de un delito

consumado y el adolescente es autor del mismo, no hay factores adicionales que

considerar. Finalmente, tendremos en cuenta las circunstancias modificatorias de


responsabilidad, en el caso que nos ocupa únicamente consideraremos la atenuante de

irreprochable conducta anterior, por lo que corresponde fijar la cuantía de la pena en el

mínimum, vale decir entre 3 años y 1 día a 4 años. Con esa cuantía de pena el Fiscal debe

optar por alguna de las sanciones establecidas en el artículo 23 N° 2 de la LRPA, esto es,

internación en cualquiera de sus modalidades o libertad asistida especial. Si elige alguna

de las penas privativas de libertad, no podrá realizarse el juzgamiento conforme a las

normas del procedimiento simplificado; por el contrario, si opciona por la libertad asistida

especial (pena no privativa de libertad), puede requerir al imputado adolescente a través

de un procedimiento simplificado.

Al revés, si a partir de un quantum penal que va de 61 días a 540 días (tramo cuarto

del artículo 23 de la LRPA), el fiscal requiere la pena de internación en régimen

semicerrado, el procedimiento a seguir es el ordinario, sin perjuicio de derivar el

conocimiento del caso hacia un juicio especial abreviado, a cargo de un juez de garantía, si

se dan las condiciones legales.

b) Una segunda tesis plantea que el artículo 388 del CPP complementa, en su carácter

supletorio, al artículo 27 inciso 2° de la LRPA, de manera tal que, en principio si el fiscal

requiere una pena privativa de libertad, el procedimiento a seguir será el ordinario, a

menos que el quantum punitivo equivalga a un tramo inferior a 540 días, en cuyo caso la

norma del CPP impone la ritualidad del procedimiento simplificado. Bajo esta posición

interpretativa, todo requerimiento de pena

no privativa de libertad se tramita como simplificado.


Lo dicho precedentemente se puede reducir en el siguiente cuadro:

Pena requerida por fiscal Primera tesis Segunda tesis

No privativa Procedimiento simplificado Procedimiento simplificado

Privativa de quantum Procedimiento ordinario Procedimiento ordinario

superior a 540 días

Privativa de quantum Procedimiento ordinario Procedimiento simplificado

inferior a 540 días

Como se puede observar, la diferencia radica únicamente en la última hipótesis, esto

es, cuando el fiscal requiere una pena privativa de libertad en razón de un tramo inferior a

540 días (tramo cuarto del artículo 23 de la LRPA).

En apoyo de la primera tesis se suele afirmar que el mejor escenario para determinar

la responsabilidad penal juvenil es el juicio oral ante el tribunal colegiado, máximo

derecho de todo imputado penal.1 Agregan sus partidarios, que toda posibilidad de aplicar

penas privativas de libertad a un adolescente, por los nocivos efectos que genera en su

desarrollo gradual, debe ser consecuencia de un procedimiento con el máximo de

garantías. Acuden a un argumento gramatical y de especialidad, señalando que en razón

de la naturaleza del sistema –especializado– deben preferirse las normas de la LRPA por

sobre las reglas generales procesales para adultos, que sólo tienen un carácter supletorio

a falta de norma especial.


1
Art. 1° CPP.
Los partidarios de la segunda tesis, a la cual suscribimos, sostienen que el juicio

simplificado contradictorio cumple el estándar requerido por el artículo 1° del CPP,

reconociendo alguna disminución de garantías por el carácter unipersonal del juez a cargo

y el conocimiento previo que éste pueda tener del tema a decidir, afectando

eventualmente su imparcialidad objetiva. Por otra parte, la naturaleza especial del sistema

y la literalidad de las normas no excluye esta posición, pues el artículo 27 inciso 1° de la

LRPA nos remite al CPP, incluyendo su artículo 388, que debe adecuarse y

complementarse con lo estatuido en el artículo 27 inciso 2° de la LRPA. Además, en la

ritualidad del procedimiento simplificado, si el imputado admite su responsabilidad el juez

de garantía no puede imponer una pena superior a la solicitada en el requerimiento, 2

fijándose así un techo de punibilidad, certeza con la que no contará el imputado en el

juicio oral ante el tribunal colegiado, donde no existe inconveniente legal para que los

jueces lo condenen a una pena superior, previo debate, en atención a un cambio de

calificación jurídica de los hechos o consideración de circunstancias agravantes no

planteadas en la acusación. En consecuencia, resulta más favorable esta tesis al hacer

aplicable en un mayor número de casos el procedimiento simplificado.

Por lo demás, existe constancia en la tramitación parlamentaria sobre la necesidad de

contemplar un procedimiento simple y breve en los casos de delitos menos graves, que

impidiera la prolongación indebida de los procesos y que pudiera resolverse

inmediatamente con sanciones no privativas de libertad. 3 Es evidente, desde esta

2
Art. 395 inciso 2° CPP.
3
Indicación N° 121 del Presidente de la República, de la que se da cuenta en el Segundo Informe de la
Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento del Senado, recaído en el proyecto de ley, en
segundo trámite constitucional, que establece un sistema de responsabilidad de los adolescentes por
perspectiva, que con esta norma sólo se quiso ampliar el ámbito de aplicación del

procedimiento simplificado respecto del previsto en el artículo 388 del CPP. Otra

interpretación implicaría excluir la aplicación del procedimiento simplificado a casos en los

que, en el sistema penal de adultos, sería completamente admisible, generando una

discriminación infundada en perjuicio del joven. La consideración de procedimientos

expeditos para juzgar delitos poco complejos y menos graves ha encontrado su

fundamento de legitimidad en el derecho del imputado de ser juzgado dentro de un plazo

razonable o sin dilaciones indebidas.

La necesidad del procedimiento simplificado resultaba también inevitable en el

ámbito punitivo juvenil ante la gran cantidad de delitos de bagatela que debe enfrentar

cualquier sistema de justicia criminal hoy en día. Su enjuiciamiento en todos los casos

conforme a las reglas del procedimiento ordinario resulta imposible y no parece

apropiado desde el punto de vista del principio de proporcionalidad.

En definitiva, la posición que asumimos nos lleva a sostener que el procedimiento

simplificado se aplicará:

a) Respecto de hechos punibles constitutivos de alguna de las faltas a que se refiere el

inciso 2° del artículo 1°, esto es, las faltas cometidas por adolescentes mayores de 16 años

contempladas en los artículos 494 N os 1, 4, 5 y 19, sólo en relación con los artículos 477,

494 bis, 495 N° 21 y 496 Nos 5 y 26, del CP y las tipificadas en la Ley N° 20.000.

b) Respecto de hechos punibles (infracciones) para los cuales el Ministerio Público

infracciones a la ley penal. Boletín 3.021-07.


requiera una pena no privativa de libertad. 4 Se incluyen aquí la amonestación, la multa

(monitorio), reparación del daño, servicios en beneficio de la comunidad, prohibición de

conducir vehículos motorizados, libertad asistida y libertad asistida especial.

c) Respecto de hechos punibles para los cuales el Ministerio Público requiera la

imposición de una pena privativa de libertad cuya extensión no supere los 540 días de

duración concreta.

Nos queda ahora por definir si la determinación del procedimiento aplicable se hará

en base a la mera solicitud del Ministerio Público o en base al mérito de los antecedentes

de la investigación o del requerimiento, los que podrían ser controlados por el tribunal a

solicitud de alguno de los intervinientes. El conflicto lo crean los simples delitos, con

investigación previa, en cuanto pueden generar la coexistencia de procedimientos

(simplificado y ordinario). En efecto, si el procedimiento ha comenzado conforme a las

reglas del procedimiento ordinario pero en su transcurso la pena que resulte aplicable al

hecho se encuadra en el ámbito del rito simplificado, el Ministerio Público podría decidir

continuarlo conforme a las reglas de este procedimiento especial u optar, lisa y

llanamente, por la continuación del caso en procedimiento ordinario. Esta situación podría

plantearse en cualquier momento de la etapa de investigación, aunque desde un principio

podría dársele tramitación conforme a las normas del procedimiento simplificado.

No obstante, si decide acusar y requerir una pena concreta no superior a 540 días de

privación de libertad, el tribunal deberá ordenar la tramitación del caso en conformidad a

las reglas del procedimiento simplificado, excluyéndose la posibilidad de continuar su

prosecución con arreglo al procedimiento ordinario.


4
Art. 27 inciso 2° Ley N° 20.084.

También podría gustarte