Está en la página 1de 32

Sumario: 1. Introducción, 2. Marco preliminar, 2.1.

Los criterios de la
oportunidad, 2.2. El delito de lesiones leves por violencia familiar, 2.3.
Interpretación de la ley penal, 2.4. Inaplicación de la norma, 2.5. Aplicación de la
ley sustantiva y procesal en el tiempo, 3. Problema específico, 4. Conclusiones y
propuesta de solución al problema planteado.

1. Introducción

En diferentes despachos fiscales y judiciales no existe predictibilidad respecto a la


aplicación del acuerdo reparatorio en temas de lesiones leves por violencia
familiar cuando la víctima es una mujer. Esta situación genera un perjuicio a las
partes procesales y al sistema de justicia en general, ya que la decisión de aplicar
o no un criterio de oportunidad puede depender del criterio uniforme que tiene un
determinado magistrado o, en el peor de los casos, de la valoración subjetiva que
realice respecto al caso particular, lo que provoca un uso arbitrario de una figura
procesal tan importante como el acuerdo reparatorio.

Lea también: ¿Se puede aplicar el acuerdo reparatorio en el delito de lesiones


leves, si la víctima es mujer y ha sido lesionada por su condición de tal, bajo
la modificatoria realizada al artículo 122 del Código Penal por la Ley 30364?

Imaginemos el siguiente caso:

“X” golpea a su esposa causándole lesiones leves por violencia familiar[1]. “X” es
detenido en flagrancia y acepta su responsabilidad. A fin de no tener antecedentes
penales ni judiciales y obtener su inmediata libertad solicita se le aplique un
acuerdo reparatorio amparado en el artículo 2, numeral 6, del Código Procesal
Penal, que en lo pertinente dice: “procederá un acuerdo reparatorio en los delitos
previstos y sancionados en el artículo 122 del Código Penal”. Sin embargo, pese
a que cumple todas las condiciones procesales para su aplicación, e incluso quiere
cancelar el monto de reparación civil acordado con la agraviada, se declara
improcedente su pedido y, como es flagrancia, el Fiscal requiere la incoación de
un proceso inmediato, lo que supone mayor tiempo de privación de la libertad.
Varios despachos fiscales y judiciales inaplican del acuerdo reparatorio en casos
similares al propuesto, indicando que bajo el criterio de la Ley 30364[2], la
violencia contra la mujer afecta gravemente el interés público y social. Que los
criterios de oportunidad previstos en el artículo 2 del Código Procesal Penal sólo
se aplican a delitos de mínima culpabilidad y no al delito delesiones leves cuando
tiene una circunstancia de agravación específica, referida a si la víctima es mujer
y ha sido lesionada por su condición de tal en un contexto de violencia familiar.
Que la voluntad del legislador nunca fue aplicar un criterio de oportunidad a los
delitos de lesiones leves por violencia familiar ya que éste delito estaba previsto
en un tipo penal distinto al del artículo 122 del Código Penal, se encontraba
legislado en el artículo 122-B del Código Penal[3]. Que el delito de lesiones leves
tiene una pena grave no menor de tres (3) ni mayor de seis (6) años.

El tema debe ser analizado, ya que declarar inaplicable un acuerdo


repararorio pese a que se cumplen los requisitos de ley, podría configurar
arbitrariedad en las atribuciones legalmente establecidas, máxime si hablamos de
una persona privada de su libertad.

2. Marco preliminar

2.1. Los criterios de la oportunidad

Se les conoce como salidas alternativas al proceso y son mecanismos de solución


al conflicto penal, ponen fin a la controversia sin tener en algunos casos que ir a
juicio oral, y en otros acelerando el juzgamiento. Tienen como finalidad principal
la reparación inmediata del daño causado a la víctima y que la víctima obtenga
justicia cuanto antes. Los acuerdos reparatorios en nuestro sistema procesal penal
están regulados en el artículo 2 del Código Procesal Penal bajo las figuras del
principio de oportunidad y el acuerdo reparatorio.

Se dice que están dentro de las facultades discrecionales del Ministerio Público
porque su aplicación depende de la decisión del fiscal ya que dada su función
requirente, es éste el que debe determinar cuándo resulta viable renunciar a la
promoción de la acción penal. Sin embargo, no se trata de rechazar de plano su
aplicación aludiendo a una “independencia de criterio”, pues si el Fiscal o Juez
considera que no debe aplicarse un criterio de oportunidad – pese a que reúne los
requisitos- tendrá que argumentar por qué no lo aplica[4]. Sin embargo,
consideramos que la norma procesal peruana establece supuestos en los que es
obligatorio -y no facultativo- que el Fiscal acepte la aplicación de un criterio de
oportunidad.

2.1.1. El principio de oportunidad

Se halla regulado en el artículo 2 numerales 1 al 5 del Código Procesal Penal y


consideramos que su aplicación resulta facultativa, conforme a su texto normativo
que dice “El Ministerio Público (…) podrá abstenerse de ejercitar la acción penal
(…)”. En tal sentido se podrá aplicar siempre y cuando se cumplan con cualquiera
de los supuestos descritos en los literales a, b y c de dicha norma legal. No se podrá
aplicar el principio de oportunidad, cuando se afecte gravemente el interés público,
se trate de un delito conminado con una sanción superior a cuatro años de pena
privativa de libertad, sea cometido por funcionario público en el ejercicio de su
cargo o se den los supuestos genéricos de improcedencia de los criterios de
oportunidad previstos en el numeral 9 del artículo 2 del Código Procesal Penal.

Es importante resaltar, que se trata de una figura legal de aplicación facultativa ya


que depende, entre otros, de la interpretación de conceptos indeterminados, como
por ejemplo el interés público, o de la valoración de situaciones específicas a un
caso concreto, como determinar que el agente haya sido afectado gravemente por
las consecuencias de su delito o que el Fiscal pueda apreciar que concurren los
supuestos atenuantes de los artículos 14, 15, 16, 18, 21, 22, 25 y 46 del Código
Penal o que el agente haya suspendido sus actividades ilícitas de modo voluntario,
definitivo e indubitable.

2.1.2. El acuerdo oportunidad

El acuerdo reparatorio se halla normado en el artículo 2 numeral 6 del Código


Procesal Penal y es completamente diferente del principio de oportunidad. Marca
su diferencia al indicar independientemente de los casos establecidos en el
numeral 1 (principio de oportunidad) procederá una acuerdo reparatorio, su
aplicación es sólo para delitos taxativamente señalados.

Ante la solicitud de aplicación de una acuerdo reparatorio, se deberá


obligatoriamente promover la aplicación de éste acuerdo y de existir acuerdo
respecto la reparación civil,procederá dicho criterio de oportunidad, salvo que se
den las excepciones taxativamente previstas en el propio texto legal como son la
pluralidad importante de víctimas, concurso con otro delito o se den los supuestos
genéricos de improcedencia de los criterios de oportunidad previsto en el numeral
9 del artículo 2 del Código Procesal Penal.

2.2. El delito de lesiones leves por violencia familiar

El artículo 122 del Código Penal a partir del año 2015 ha sufrido importantes
modificaciones; antes, sólo regulaba dos supuestos, las lesiones leves físicas que
eran sancionadas con una pena no mayor de dos años y sesenta a ciento cincuenta
días multa y la muerte a consecuencia de dicha lesión. Las lesiones leves por
violencia familiar, se encontraban reguladas en el artículo 122–B del Código Penal
y se sancionaba dicha conducta con una pena no menor de tres ni mayor de seis
años privativa de libertad.

Surge el problema con la dación de la Ley N° 30364, publicada el 23 noviembre


2015, donde se agravaron las penas[5], y el delito de lesiones leves por violencia
familiar que estaba previsto en el artículo 122-B pasó a formar parte del artículo
122 del Código Penal con una pena no mayor de tres ni menor de seis
años. Actualmente, mediante el decreto legislativo N° 1323 del 05 de enero del
año 2017 las penas de las lesiones físicas por violencia familiar se han mantenido.

2.3. Interpretación de la ley penal

Es función importante de los operadores de justicia, interpretar la ley que se va


aplicar. La interpretación debe realizarse en el marco de una realidad concreta,
tanto jurídica como social, es decir, con la perspectiva analítica del derecho en
acción, vivo, y la aplicación específica de la norma. Toda ley por más clara que
parezca debe ser interpretada. Existen varias formas de interpretación: literal,
lógica, histórica, sistemática; sin embargo, es imperativo realizar en todos los casos
una interpretación conforme a la Constitución y de ser el caso los tratados
internacionales. Incluso el Tribunal Constitucional ha enfatizado que el
fundamento y la legitimidad de uso de sentencias interpretativas radica en el
principio de conservación de la ley y en la exigencia de una interpretación
conforme a la Constitución, ello a fin de no lesionar el principio básico de la
primacía constitucional; además, se deberá tener en cuenta el criterio jurídico y
político de evitar en lo posible la eliminación de disposiciones legales[6].
El artículo 139 numeral 11 de la Constitución nos indica que es un principio de la
labor jurisdiccional la aplicación de la ley más favorable al procesado en caso de
duda o de conflicto entre leyes penales. Es decir se trata del in dubio pro reo, que
se aplica tanto en la duda sobre problemas de hecho, como en casos de falta de
claridad de las leyes penales al juzgar el caso[7]. En tal sentido, al momento de
interpretar el numeral 6 del artículo 2 del Código Procesal Penal –acuerdo
reparatorio-, se deberá aplicar el principio in dubio pro reo y además, debemos
regirnos por el numeral 3 del artículo VII del Código procesal penal que en la parte
pertinente indica que la ley que coacte el ejercicio de los derechos procesales de
las personas será interpretada restrictivamente.

2.4. Inaplicación de la norma

El control difuso se encuentra previsto en el artículo 14 de la ley Orgánica del


Poder Judicial[8] y consiste en la atribución jurisdiccional de inaplicar –a un caso
concreto– una norma legal o infralegal por apreciarla incompatible con la
constitución.

El control difuso tiene carácter incidental, en tanto que se da al interior de un


proceso, y es concreto o relacional, ya que en su ejercicio no se analiza la norma
reputada inconstitucional en abstracto, sino con ocasión de su aplicación a un caso
particular. los efectos del control difuso son inter partes y no erga omnes, esto es,
su alcance está circunscrito a los que participan en la controversia[9]. Es por ello,
la existencia de criterios contradictorios por un mismo juzgador respecto a la
aplicación o no de una determinada norma penal, por ejemplo, la inaplicabilidad
de la responsabilidad penal restringida prevista en el segundo párrafo del artículo
22 del Código penal[10].

2.5. Aplicación de la ley sustantiva y procesal en el tiempo

Nuestro ordenamiento jurídico reconoce como principio general que la ley no tiene
efectos retroactivos, conforme lo proclama el artículo 103°, tercer párrafo, de la
Constitución Política del Perú, sin embargo, esta cláusula constitucional se
encuentra matizada por el principio de favorabilidad, que establece una importante
excepción en el caso de que la nueva ley sea más favorable al reo. Ello
precisamente porque la prohibición de retroactividad es una prohibición garantista,
y establece una preferencia a las leyes que despenalizan una conducta o que
reducen la penalidad. De igual modo, el alcance de este principio se manifiesta en
la aplicación de la ley más favorable al procesado en caso de duda o conflicto entre
leyes penales, como así lo consagra el artículo 139°, inciso 11), de la Constitución.

Precisada esta regla general, debe aclararse que, tratándose de normas de derecho
penal material, rige para ellas el principio tempus delicti comissi, que establece que
la ley aplicable es aquella vigente al momento de cometerse el delito, lo que es
acorde con el artículo 2° de la Constitución, literal “d” del numeral 24, que
prescribe que nadie será procesado ni condenado por acto u omisión que al tiempo
de cometerse no esté previamente calificado en la ley, de manera expresa e
inequívoca, como infracción punible, ni sancionado con pena no prevista en la ley.
Se instituye así un razonable tratamiento de la libertad y de la autonomía personal,
fijando límites de aplicación a las normas punitivas.

En el caso de las normas procesales penales rige el principio tempus regit actum,
cuyo enunciado es que la ley procesal aplicable en el tiempo es la que se encuentra
vigente al momento de resolverse el acto. Esto supone la aplicación inmediata de
la ley procesal, mas no que a través de ella se regulen actos procesales ya
cumplidos con la legislación anterior.

3. Problema específico

Son muy frecuentes los problemas familiares originados por temas económicos,
por alcoholismo, relaciones de pareja, etc. que desencadenan la detención en
flagrancia del agresor por lesiones leves por violencia familiar. Generalmente el
agresor, para obtener su inmediata libertad, solicita se le aplique un acuerdo
reparatorio; sin embargo, existen despachos que rechazan su pedido alegando,
entre otros, que se trata de un delito grave y que el Estado considera a la violencia
contra la mujer como un acto que lesiona no solo el interés público sino la dignidad
de la mujer. El Fiscal entonces, requiere al Juzgado se incoe proceso inmediato,
alargando la privación de libertad del detenido. Ya en la audiencia de proceso
inmediato (y pese a que en muchos casos el agresor y su víctima han llegado a
algún acuerdo y al parecer han solucionado sus discrepancias) se solicita al
Juzgado la aplicación de un acuerdo reparatorio, sin embargo, el Juez en varios
casos rechaza la aplicación por similares fundamentos antes esbozados, no
teniendo la parte imputada más remedio que llegar a una terminación anticipada
con pena suspendida o continuar con un proceso judicial obteniendo la generación
de antecedentes penales y judiciales y el perjuicio que un proceso genera.

La inexistencia de un criterio uniforme en la aplicación o no de un acuerdo


reparatorio en delitos de lesiones leves por violencia familiar genera un grave
problema jurídico, por lo que es importante determinar si el Juez o Fiscal está
obligado a aceptar la aplicación de un acuerdo reparatorio en caso se cumplan con
los requisitos expresamente normados por ley, y si existe causal válida para
inaplicar dicha figura jurídica a casos de lesiones leves por violencia familiar.

4. Conclusiones y propuesta de solución al problema planteado

No existe consenso respeto a éste tema; definitivamente la violencia contra la


mujer es un hecho repudiable que muchas veces por una cuestión u otra se
mediatiza, tanto en la prensa como en las redes sociales, aplaudimos que existan
sanciones ejemplares con penas efectivas respecto a lesiones leves por violencia
familiar[11]; sin embargo, en los casos en que la ley lo establezca, los operadores
del derecho debemos aplicar e interpretar las normas desde una perspectiva
constitucional, respetando los derechos fundamentales de todas la personas.

El artículo 2 del Código Procesal Penal dice literalmente, que procederá el acuerdo
reparatorio en los delitos previstos y sancionados en el artículo 122 del Código
Penal y el artículo 122 en el numeral 3 literal c, regula el delito de lesiones leves
por violencia familiar, por tanto, se debe afirmar que es procedente aplicar un
acuerdo reparatorio en casos de lesiones leves por violencia familiar, salvo se den
las excepciones previstas en el propio artículo 2 del Código Procesal Penal.

No olvidemos, que el principio de oportunidad es una figura de aplicación


facultativa, donde predomina el criterio discrecional del Fiscal (verbo rector
podrá), tal figura jurídica es independiente y diferente al acuerdo reparatorio que
es de aplicación obligatoria en caso la parte imputada lo proponga y no se den los
supuestos de inaplicación expresamente regulados (verbo rector procederá).
Ambas figuras tienen supuestos de aplicación diferentes; es facultativo el principio
de oportunidad ya que se debe valorar conceptos indeterminados como por
ejemplo el interés público, en cambio, es obligatorio aceptar la aplicación de un
acuerdo reparatorio respecto de un grupo limitado y preciso de delitos. La norma
procesal indica que procederá el acuerdo reparatorio respecto al delito previsto en
el artículo 122 del Código Penal y las únicas excepciones especificas
taxativamente previstas son que exista pluralidad importante de víctimas, concurso
con otro delito, que el imputado tenga la calidad de reincidente o habitual, o que
se haya acogido a otro criterio de oportunidad y no haya cumplido las reglas
impuestas.

No compartimos el criterio de inaplicar el acuerdo reparatorio en delito de lesiones


leves por violencia familiar, bajo el supuesto que se trata de un delito grave y que
el Estado considera a la violencia contra la mujer como un acto que lesiona no solo
el interés público sino la dignidad de la mujer. La norma procesal no exige que se
valore la afectación del interés público para la aplicación de un acuerdo
reparatorio, tal valoración debe efectuarse sólo respecto a la aplicación del
principio de oportunidad, figura procesal que es de diferente naturaleza y
regulación.

Sin perjuicio de lo antes indicado, cabe preguntarse ¿Prevenir las agresiones físicas
leves en un contexto de violencia familiar, es de interés público? Para resolver tal
interrogante debemos determinar que se entiende por interés público y para ello
citamos el siguiente texto: “En un estado constitucional no todo asunto que de
facto interesa a la ciudadanía justifica jurídicamente que los poderes públicos lo
aborden para desencadenar consecuencias de jure. Si aquel fuere el factor
determinante para considerar que un asunto reviste interés público, la dignidad
humana se encontraría en serio peligro”. Se preguntarán entonces ¿cuál es el
interés público? Pues bien, ese interés es el de la cosa o institucionalidad pública,
lo que corresponde al Estado y tiene que ver con él. Ello tiene además lógica, pues
para discernir en asuntos privados está el Poder Judicial, y en su jurisdicción está
prohibido inmiscuirse, como lo determina el mandato constitucional (artículo 139
numeral 2). No obstante lo expuesto siempre hay quienes confunden las cosas,
unos por ignorar la materia legal y otros quizá por mala fe, pues a sabiendas que
no pueden entrometerse en los temas que no son de interés público, con ánimo
morboso, cuando no de hurgadores de las ‘miserias’ humanas, fisgonean en temas
privados”.[12] Es decir, el interés público tiene estrecha relación con la
institucionalidad pública. Todos los delitos merecen ser sancionados y afectan a la
comunidad, pero no todo delito –lesiones leves a una mujer en un contexto de
violencia familiar– afecta la institucionalidad pública es decir el interés público.
Algunos operadores del derecho indican que los criterios de oportunidad previstos
en el artículo 2 del Código Procesal Penal sólo se aplican a delitos de mínima
culpabilidad y no al delito de lesiones leves por violencia familiar que está
sancionado con una pena grave no menor de tres ni mayor de seis años. Tal
argumento no es compartido ya que la naturaleza jurídica y la aplicación del
principio de oportunidad y del acuerdo reparatorio son diferentes, la mínima
culpabilidad está referida al principio de oportunidad, no al acuerdo reparatorio.
El acuerdo reparatorio procede y debe aplicarse en los delitos previstos
taxativamente por la ley.

El argumento de bastante culpabilidad y pena grave, consideramos no tiene


sustento jurídico. Previamente debemos determinar cuáles son los delitos graves
que suponen una mayor culpabilidad, para tal fin podemos indicar que son delitos
graves los consignados en la ley 30323 publicada en fecha 07 de mayo del 2015
“Ley que restringen el ejercicio de la patria potestad por la comisión de delitos
graves”, los delitos considerados en la ley 30077 “ley contra el crimen
organizado” de fecha 20 de agosto del 2013; aquellos previstos en el segundo
párrafo del artículo 24 del Código Procesal Penal, o podemos señalar que son
delitos graves, aquellos delitos que tienen en su extremo mínimo una pena
privativa de libertad mayor de seis años y que deben ser juzgados por un juzgado
colegiado, ello en mérito al artículo 28.1 del Código Procesal Penal. Sin embargo
en ninguna de las leyes antes referidas se encuentra como grave el delito de
lesiones “leves” por violencia familiar, es más, el extremo mínimo del delito antes
indicado tiene una pena no mayor de seis años por lo que jurídicamente podemos
indicar que ese delito no es grave ni de bastante culpabilidad.

Se dice también que es inaplicable el acuerdo reparatorio en delitos de lesiones


leves por violencia familiar cuando la víctima es mujer ya que la voluntad del
legislador nunca fue aplicar un criterio de oportunidad a los delitos de lesiones
leves por violencia familiar, éste delito –dicen- estaba previsto en un tipo penal
distinto al del artículo 122 del Código Penal, estaba regulado en el artículo 122-
B. Sin embargo, podemos realizar una interpretación contraria y afirmar que fue
voluntad del legislador que se aplique un criterio de oportunidad a los casos de
lesiones leves por violencia familiar y por ello lo legisló a partir del año 2015
dentro del artículo 122 del Código Penal no modificando el artículo 2.6 del
Código Procesal Penal.
Ambas interpretaciones pueden ser muy subjetivas; pero estamos en un Estado de
Derecho y debemos interpretar y aplicar las normas con pleno respeto a la
Constitución y Tratados Internacionales que nos rige, apartarnos de ello supone
arbitrariedad. Definitivamente, el acuerdo reparatorio es una figura procesal que
beneficia al imputado ya que supone la abstención de la acción penal, su aplicación
entonces debe estar sujeta al texto legal previsto en el artículo 2 del Código
Procesal Penal y de realizar alguna interpretación estamos obligados a aplicar la
interpretación más favorable al imputado en caso de duda o de conflicto entre leyes
penales. Es decir se trata del in dubio pro reo, que se aplica tanto en la duda sobre
problemas de hecho, como en casos de falta de claridad de las leyes penales al
juzgar. En tal sentido, el acuerdo reparatorio en un derecho procesal relativo que
tienen los imputados y su aplicación depende únicamente de la verificación del
delito – en éste caso lesiones leves en cualquiera de sus formas- y que no se den
los supuestos de excepción como son pluralidad importante de víctimas, concurso
con otro delito, reincidencia, habitualidad, etc.

En el tema tratado no se evidencia ningún conflicto de leyes de igual rango, el


artículo 2 del Código Procesal Penal no tiene vicios de inconstitucionalidad, por
tanto debe aplicarse un acuerdo reparatorio en casos de lesiones leves por violencia
familiar cuando el propio texto de la norma lo autorice.

Todo acto violento, en especial contra una mujer es reprochable y no debe ser
permitido; sin embargo, el imputado debe gozar de un debido proceso y el
ordenamiento legal le otorga la posibilidad en caso haya cometido alguno de los
supuestos previstos en el artículo 122 del Código Penal, acogerse a un acuerdo
reparatorio. La utilización de esa figura procesal resulta adecuada para fines
político criminales ya que su aplicación según el propio texto de la norma no
procede, entre otros, para personas habituales, reincidentes, ni para aquellos que
pese haber celebrado un acuerdo reparatorio no cumplieron con lo acordado.

Definitivamente el tema merece ser resuelto por la instancia superior a fin de dar
predictibilidad a las decisiones fiscales y judiciales y generar certidumbre jurídica.

[1] Ilícito previsto en el artículo 122 numeral 1 y 3 literal c) del Código Penal.
[2] Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los
integrantes del grupo familiar, de fecha 06 de noviembre del año 2015.

[3] “Formas agravadas. Lesiones leves por violencia familiar (artículo derogado).

Artículo 122-B.- El que causa a otro daño en el cuerpo o en la salud por violencia
familiar que requiera más de diez y menos de treinta días de asistencia o descanso,
según prescripción facultativa, será reprimido con pena privativa de libertad no
menor de tres ni mayor de seis años y suspensión de la patria potestad según el
literal e) del artículo 75 del Código de los Niños y Adolescentes.

Cuando la víctima muere a consecuencia de la lesión y el agente pudo prever este


resultado, la pena será no menor de seis ni mayor de doce años.”

[4] Rosas Yataco, Jorge. Tratado de derecho procesal penal”. Volumen II. Lima:
Instituto Pacífico, 2013, pp. 1134.

[5] Se incorporó también la figura del daño psíquico.

[6] Sentencia del Tribunal Constitucional 010-2002-AI/TC, de fecha 03 de enero


del año 2003, fundamento 35.

[7] Bernales Ballesteros, Enrique. La constitución de 1993. Análisis


comparado. Tercera Edición. Lima: ICS Editores, 1997, p. 651.

[8] Artículo 14 de la ley Orgánica del Poder Judicial.- De conformidad con el


Artículo 236 de la Constitución, cuando los magistrados al momento de fallar el
fondo de la cuestión de su competencia, en cualquier clase de proceso o
especialidad, encuentren que hay incompatibilidad en su interpretación, de una
disposición constitucional y una con rango de ley, resuelven la causa con arreglo
a la primera.

Las sentencias así expedidas son elevadas en consulta a la Sala Constitucional y


Social de la Corte Suprema, si no fueran impugnadas. Lo son igualmente las
sentencias en segunda instancia en las que se aplique este mismo precepto, aun
cuando contra éstas no quepa recurso de casación.
En todos estos casos los magistrados se limitan a declarar la inaplicación de la
norma legal por incompatibilidad constitucional, para el caso concreto, sin afectar
su vigencia, la que es controlada en la forma y modo que la Constitución establece.

Cuando se trata de normas de inferior jerarquía, rige el mismo principio, no


requiriéndose la elevación en consulta, sin perjuicio del proceso por acción
popular.

[9] Resolución de la Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la


Corte Suprema de Justicia de la República. Expediente 1197-2011, Junín. Lima,
08 de setiembre del 2011.

[10] Véase las resoluciones de la Sala de Derecho Constitucional y Social


Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República expedientes 1260-
2011-Junín y 2845-2011-Lambayeque, que aprueba y desaprueba respectivamente
la inaplicabilidad del segundo párrafo del artículo 22 para casos contra la liberta
sexual.

[11] Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema en el Recurso de Nulidad N° 1865-


2015-Huancavelica.

[12] http://www.elperuano.com.pe/noticia-solo-asuntos-interes-publico-
54783.aspx
Sumario: 1. Introducción, 2. Marco normativo, 3. Marco preliminar, 3.1. El
acuerdo reparatorio, 3.2. El delito de lesiones leves, 3.3. El artículo 122 del Código
Penal y las modificatorias realizadas por Ley 30364, 4. La violencia de género y
de miembros del entorno familiar, 5. Cuando una mujer es lesionada por su
condición de tal, 6. Identificación del problema, 7. Problema específico, 8.
Conclusión, consideraciones y propuesta de solución planteada, 9. Referencias
bibliográficas.

1. Introducción

El artículo 2° numeral 1 del Código Procesal Penal, como regla general faculta a
la abstención de la acción penal en aplicación del principio de oportunidad
y acuerdo reparatorio, cuando la pena para el delito no sobrepase los cuatro (4)
años de pena privativa de la libertad y la pena resulte innecesaria, cuando se trate
de delitos que no afecten gravemente el interés social, y se advierta que no exista
ningún interés público gravemente comprometido con su persecución. El numeral
6 de la norma adjetiva indicada consagra el mecanismo de negociación y solución
del conflicto penal denominado acuerdo reparatorio, el cual procede entre otros
en el delito de lesiones leves previsto en el artículo 122° del Código Penal.

Lea también: Sí procede el acuerdo reparatorio en delitos de lesiones leves por


violencia familiar cuando la víctima es mujer

La Ley 30364 ha modificado el indicado artículo 122° del Código Penal, ha


incrementado la pena y ha insertado una circunstancia de agravación especifica
referida a, si la víctima es mujer y ha sido lesionada en su condición de tal,
reprimiéndola hasta con 6 años de pena privativa de la libertad en su extremo
máximo, y bajo el criterio de esta Ley, la violencia contra la mujer afecta
gravemente el interés social, en tal contexto existe una norma de permisión y otra
de prohibición que generan una antinomia entre los numerales 1 y 6 del artículo 2
del Código Procesal Penal; en tal sentido, solo mediante un acuerdo plenario
mediante la ponderación de principios se debe resolver esta antinomia y se debe
fijar un criterio jurisprudencial vinculante que determine si procede o no
el acuerdo reparatorio en el delito de lesiones leves, si la víctima es mujer y ha
sido lesionada por su condición de tal.
Lea también: El acuerdo reparatorio como cuestión previa y anulación de todo
lo actuado hasta su satisfacción

2. Marco normativo

 Constitución Política del Estado, artículo 1.


 Código Penal, artículo 122°.
 Código Procesal Penal, artículo 2.
 Resolución de la Fiscalía de la Nación Nº 1470-2005-MP-FN (Reglamento de
Aplicación del Principio de Oportunidad).
 Ley 30364, Ley para Prevenir, erradicar y sancionar la violencia contra las mujeres y
el grupo familiar, Primera disposición complementaria modificatoria.
 Convención Interamericana Para Prevenir, Sancionar Y Erradicar La Violencia
Contra La Mujer, Convención De Belem Do Para, artículo 2°.
 Ley Nº 28983, Ley de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres.

Lea también: Comentarios sobre la nulidad de proceso inmediato en la


Casación 842-2016, Sullana

3. Marco preliminar

3.1. El acuerdo reparatorio

El artículo 2° numeral 6 del Código Procesal Penal[1] consagra el mecanismo de


negociación y solución del conflicto penal denominado acuerdo reparatorio, el
cual es un mecanismo de negociación y solución del conflicto penal que permite
la culminación del proceso penal previo acuerdo entre el imputado y el agraviado,
(privilegiando el principio de consenso), permitiendo –a su vez– que el imputado
sea beneficiado con la abstención de la acción penal por parte del Fiscal y el
agraviado con la satisfacción del pago de la reparación civil[2], lográndose una
solución rápida, temprana y alternativa a la judicialización del conflicto penal,
inspiradas en el principio del consenso o acuerdo de las partes.

El artículo en referencia prevé que: “Independientemente de los casos establecidos


en el numeral 1) procederá un acuerdo reparatorio en los delitos previstos y
sancionados en los artículos 122°, 185°, 187°, 189°-A primer párrafo, 190°, 191°,
192°, 193°, 196°, 197°, 198°, 205°y 215° del Código Penal, y en los delitos
culposos. No rige esta regla cuando haya pluralidad importante de víctimas o
concurso con otro delito; salvo que, en este último caso, sea de menor gravedad o
que afecte bienes jurídicos disponibles”. (cursiva nuestra).

El Reglamento de Aplicación del Principio de Oportunidad, aprobado mediante


Resolución de la Fiscalía de la Nación Nº 1470-2005-MP-FN y Resolución N°
2508-2013-MP-FN, en su primera disposición final, de forma orientadora ha
enumerado en un anexo los artículos del Código Penal en los que el principio de
oportunidad podría ser aplicable, anexo 2: 122º, 123º, 124º, 127º, 139º, 140º, 143º,
146º, 147º, 148º, 149º primer párrafo, 150º, 151º, 156º, 159º, 161º, 162º primer
párrafo, 163º, 164º, 165º, 168º, 185º, 187º, 189º-A, 189º-B, 190º, 191º, 192º, 193º,
194º, 198º, 199º, 203º, 205º, 207º, 214º, 215º, 238º, 239º, 240º, 242º, 251º, 274º y
313º.

El artículo 2° numeral 1 del Código Procesal Penal, como norma rectora de la


abstención de la acción penal, solamente faculta a la abstención de la acción penal
por la vía de los mecanismos de negociación y solución del conflicto penal
denominados principio de oportunidad y acuerdo reparatorio, cuando la pena
para el delito no sobrepase los cuatro (4) años de pena privativa de la libertad y la
pena resulte innecesaria, cuando se trate de delitos que no afecten gravemente el
interés social, y se advierta que no exista ningún interés público gravemente
comprometido con su persecución.

3.2. El delito de lesiones leves

El artículo 122° del Código Penal tipifica al delito de lesiones leves, conocido
también como lesión simple o menos grave, en su tipicidad objetiva, este delito es
considerado subsidiario del delito de lesiones graves, debido a que para su
configuración se requieren golpes de poca intensidad, heridas de mínima gravedad,
excoriaciones, equimosis y otras vías de hecho, que no cuenta con la idoneidad y/o
aptitud suficiente como para poner en peligro la vida de la víctima[3]; por tales
consideraciones este delito ha sido considerado dentro de la gama
de delitos bagatela[4] en los que procede aplicar el principio de oportunidad y
el acuerdo reparatorio, debido a que sus efectos no trascienden en la sociedad, la
pena privativa de libertad para reprimir este delito en su extremo máximo no
superaba los dos años.

3.3.El artículo 122 del Código Penal y las modificatorias realizadas por Ley 30364

3.3.1.Texto legal del artículo 122° del Código Penal y sus submodalidades
antes de la modificatoria realizada por la Ley 30364

Hasta antes de la publicación y entrada en vigencia de Ley 30364[5] (publicada


el 23 noviembre 2015), el artículo 122° del Código Penal contemplaba el tipo
básico del delito de lesiones leves y en los subtipos de los artículos 122°-A y 122°-
B se preveía las submodalidades agravadas de lesiones leves cuando la víctima es
un menor de edad y lesiones leves por violencia familiar, cuyos textos originales
eran los siguientes:

Artículo 122°.- Lesiones leves

El que causa a otro un daño en el cuerpo o en la salud que requiera más de diez y
menos de treinta días de asistencia o descanso, según prescripción facultativa, será
reprimido con pena privativa de libertad no mayor de dos años y con sesenta a
ciento cincuenta días-multa.

Cuando la víctima muere a consecuencia de la lesión y el agente pudo prever este


resultado, la pena será no menor de tres ni mayor de seis años.

Artículo 122°-A.- Formas agravadas. Lesiones leves cuando la víctima es un


menor

En el caso previsto en la primera parte del artículo 122, cuando la víctima sea
menor de catorce años, la pena es privativa de libertad no menor de tres ni mayor
de seis años.

Cuando el agente sea el tutor o responsable del menor, procede además su


remoción del cargo según el numeral 2 del artículo 554 del Código Civil e
inhabilitación conforme a lo dispuesto en el inciso 5 del artículo 36 del presente
Código.
Cuando la víctima muere a consecuencia de la lesión y el agente pudo prever ese
resultado, la pena será no menor de cinco ni mayor de nueve años.

Artículo 122°-B.- Formas Agravadas. Lesiones leves por violencia familiar

El que causa a otro daño en el cuerpo o en la salud por violencia familiar que
requiera más de diez y menos de treinta días de asistencia o descanso, según
prescripción facultativa, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de
tres ni mayor de seis años y suspensión de la patria potestad según el literal e) del
artículo 75 del Código de los Niños y Adolescentes.

Cuando la víctima muere a consecuencia de la lesión y el agente pudo prever este


resultado, la pena será no menor de seis ni mayor de doce años.

3.3.2. Actual texto legal del artículo 122° del Código Penal bajo la
modificatoria realizada por la Ley 30364

La Ley 30364[6], en su Primera Disposición Complementaria Modificatoria ha


modificado el artículo 122° del Código Penal y en su Primera Disposición
Complementaria Derogatoria, derogó los artículos 122°-A y 122°-B del Código
Penal y ha compilado las submodalidades de lesiones leves cuando la víctima es
un menor y lesiones leves por violencia familiar únicamente en el artículo 122° del
Código Penal, de modo que su actual texto legal es el siguiente:

Artículo 122°.- Lesiones Leves

1. El que causa a otro lesiones en el cuerpo o en la salud que requiera más de diez y
menos de treinta días de asistencia o descanso, o nivel moderado de daño psíquico,
según prescripción facultativa, será reprimido con pena privativa de libertad no menor
de dos ni mayor de cinco años.
2. La pena será privativa de libertad no menor de seis ni mayor de doce años si la víctima
muere como consecuencia de la lesión prevista en el párrafo 1 y el agente pudo prever
ese resultado.
3. La pena será privativa de libertad no menor de tres ni mayor de seis años si la víctima:
4. Es miembro de la Policía Nacional del Perú o de las Fuerzas Armadas, magistrado del
Poder Judicial, del Ministerio Público o del Tribunal Constitucional o autoridad
elegida por mandato popular o funcionario o servidor público y es lesionada en el
ejercicio de sus funciones oficiales o como consecuencia de ellas.
5. Es menor de edad, mayor de sesenta y cinco años o sufre de discapacidad física o
mental y el agente se aprovecha de dicha condición.
6. Es mujer y es lesionada por su condición de tal, en cualquiera de los contextos
previstos en el primer párrafo del artículo 108-B.
7. Es ascendiente, descendiente, natural o adoptivo, cónyuge o conviviente del agente.
8. Depende o está subordinada de cualquier forma al agente.
9. La pena privativa de libertad será no menor de ocho ni mayor de catorce años si la
víctima muere como consecuencia de la lesión a que se refiere el párrafo 3 y el agente
pudo prever ese resultado.
10. El juez impone la inhabilitación correspondiente a los supuestos previstos en el
párrafo 3.

Queda claro entonces que la Ley 30364, al realizar la modificatoria al artículo 122
del Código Penal, ha compilado los artículos 122, 122-A y 122-B, en un solo
artículo, esto es, el actual artículo 122 del Código Penal; el tipo básico del delito
de lesiones leves se encuentra previsto en su numeral 1 y se ha incrementado la
pena reprimiéndolo con una pena privativa de libertad no menor de dos (2) ni
mayor de cinco (5) años, mientras que en el numeral 3 se han introducido
circunstancias específicas de agravación vinculadas a la violencia contra la mujer
e integrantes del grupo familiar, reprimiendo con una pena privativa de libertad no
menor de tres (3) ni mayor de seis (6) años, si la víctima entre otros supuestos es
menor de edad, mayor de sesenta y cinco años, sufre de discapacidad física o
mental, si la víctima esmujer y es lesionada por su condición de tal, es
ascendiente, descendiente, natural o adoptivo, cónyuge o conviviente del agente y
está subordinada de cualquier forma al agente.

4. La violencia de género y de miembros del entorno familiar

El artículo 1° de la Constitución Política del Perú establece que la defensa de la


persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y
del Estado. Bajo este contexto el Estado tiene el deber y obligación de asumir
políticas y estrategias para garantizar la vida digna de las personas que conforman
nuestra sociedad.
A lo largo de estos últimos años, se ha podido vislumbrar un alarmante crecimiento
en las estadísticas respecto de delitos de género. En la vorágine de nuestra sociedad
abundan las denuncias que encuentran al sexo femenino como víctimas de hechos
delictivos por su sola condición de tal, y por medios de comunicaciones también
hemos podido ver diversos casos de maltrato dentro del entorno familiar, dentro
de los casos denominados mediáticos y emblemáticos podemos citar:

– Caso Lady Guillén: En el mes de junio del año 2012 fue golpeada salvajemente
por su pareja Ronny García. El rostro de la joven bailarina sangraba. Minutos antes
su agresor le había arrancado parte de la ceja de un mordisco y había estrellado la
cabeza de Lady contra la pared varias veces. Apenas podía abrir su ojo izquierdo
y durante esos minutos, pensó que iba a morir. y su caso se convirtió en símbolo
de la lucha contra el maltrato a la mujer[7].

– Caso Arlette Contreras: Un 13 de julio del año 2015 fue agredida por Adriano
Pozo Arias, por noticieros nacionales a nivel nacional se difundió un video donde
Adriano Pozo Arias aparecía completamente desnudo arrastrando de los cabellos
a ArleTte Contreras, la joven sufrió una brutal golpiza a manos de su ex
enamorado, en un hotel de Ayacucho[8],

– Caso cruel agresión a niño en Ilave: En el mes de setiembre del 2016, se


difundió a nivel nacional un video en el cual se aprecia que Marco Hidalgo
Encinas Quispe desnudó a su menor hijo de seis (06) años para luego atarlo de
manos y pies para que no pueda escapar del agua helada que luego le echó. Durante
el castigo, el niño se cayó y golpeó las rodillas y los codos, pero no todo terminó
ahí, pues el desalmado progenitor lo arrastró del pie para continuar torturándolo
con golpes en el cuerpo[9].

Con los casos descritos queda claro que la violencia hacia las mujeres y a cualquier
miembro del grupo familiar es considerada como un grave problema de salud
pública y una violación de los derechos humanos y para dar respuesta a la
demanda social respecto de este tipo de violencia, el Estado peruano, el 23 de
noviembre de 2015, publicó la Ley 30364, Ley para prevenir, sancionar, y
erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar,
y derogó la ya desfasada Ley 26260, –Ley de Protección Frente a la Violencia
Familiar–.
Esta nueva Ley inmiscuye la violencia contra la mujer y el género en el derecho
penal y significa un avance positivo por parte del Estado para luchar contra la
violencia hacia las mujeres y otros integrantes del grupo familiar, y reconoce el
concepto de violencia contra las mujeres por razones de género, reconoce también
en su artículo 5 la definición de violencia contra las mujeres de la Convención
Interamericana para Prevenir, Erradicar y Sancionar la Violencia contra la
Mujer, Convención Belém do Pará. Esto significa que reconoce que la violencia
hacia las mujeres no se limita al ámbito doméstico –pues puede ocurrir también
en el ámbito público– y, además, implica la comprensión de que este problema
responde a desigualdades estructurales sociales hacia las mujeres, es decir, se da
por razones de género.

A nivel internacional el Estado peruano ha suscrito y ratificado diversos tratados


internacionales tales como la Convención sobre la Eliminación de todas las formas
de Discriminación contra la Mujer y la Convención Interamericana para
Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la mujer, mediante los
cuales reconoce el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia,
comprometiéndose a actuar con la debida diligencia para prevenir, investigar y
sancionar la violencia contra la Mujer.

5. ¿Cuándo una mujer es lesionada por su condición de tal?

Respecto a la definición de lesiones contra la mujer por su condición de tal, nuestro


Código Penal en su artículo 122° numeral 3, literal c, señala:

(…) Si la víctima:

c) Es mujer y ha sido lesionada por su condición de tal, en cualquiera de los


contextos previstos en el primer párrafo del artículo 108-B.

El citado texto legal es una norma de remisión, porque para establecer los
supuestos de configuración de hecho este delito, nos remite a los supuestos de
configuración de hecho previstos en el primer párrafo del artículo 108-B, cuyo
texto legal es el siguiente:

Artículo 108-B.- Feminicidio


Será reprimido con pena privativa de libertad (…) el que mata a una mujer por su
condición de tal, en cualquiera de los siguientes contextos:

1. Violencia familiar;
2. Coacción, hostigamiento o acoso sexual;
3. Abuso de poder, confianza o de cualquier otra posición o relación que le confiera
autoridad al agente;
4. Cualquier forma de discriminación contra la mujer, independientemente de que exista
o haya existido una relación conyugal o de convivencia con el agente.

Sin embargo, para una comprensión especifica de la definición de violencia contra


la mujer por su condición de tal, debemos recurrir al artículo 3° numeral 3 del
Decreto Supremo N° 009-2016-MIMP, Reglamento de la Ley Nº 30364 Ley para
Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres y los Integrantes
del Grupo Familiar, el cual define la violencia contra la mujer por su condición
de tal, como:

La acción u omisión identificada como violencia según los artículos 5[10] y


8[11] de la Ley que se realiza en el contexto de violencia de género, entendida ésta
como una manifestación de discriminación que inhibe gravemente la capacidad de
las mujeres de gozar de derechos y libertadas en pie de igualdad, a través de
relaciones de dominio, de sometimiento y subordinación hacia las mujeres. Las
operadoras y los operadores comprenden e investigan esta acción de modo
contextual como un proceso continuo. Esto permite identificar los hechos típicos
que inciden en la dinámica de relación entre la víctima y la persona denunciada,
ofreciendo una perspectiva adecuada para la valoración del caso.

El Legislador en la construcción de la norma ha utilizado el


término discriminación, al respecto la Ley 28983[12] en su artículo 2º señala:

(…) se entiende por discriminación cualquier tipo de distinción, exclusión o


restricción, basada en el sexo, que tenga por objeto o por resultado menoscabar o
anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos de las personas,
independientemente de su estado civil, sobre la base de la igualdad entre la mujer
y el hombre, de los derechos humanos y las libertades fundamentales en las esferas
política, económica, social, cultural o en cualquier otra, en concordancia con lo
establecido en la Constitución Política del Perú y en los instrumentos
internacionales ratificados por el Estado peruano.

Aunado a ello, el artículo 2 de la Convención ha establecido que:

Se entenderá que violencia contra la mujer incluye la violencia física, sexual y


psicológica:

1. Que tenga lugar dentro de la familia o unidad doméstica o en cualquier otra


relación interpersonal, ya sea que el agresor comparta o haya compartido el mismo
domicilio que la mujer, y que comprende, entre otros, violación, maltrato y abuso
sexual;

2. Que tenga lugar en la comunidad y sea perpetrada por cualquier persona y que
comprende, entre otros, violación, abuso sexual, tortura, trata de personas,
prostitución forzada, secuestro y acoso sexual en el lugar de trabajo, así como en
instituciones educativas, establecimientos de salud o cualquier otro lugar, y

3. Que sea perpetrada o tolerada por el Estado o sus agentes, donde quiera que
ocurra.

Finalmente el Comité de la C.E.D.A.W. (Convención sobre Eliminación de todas


las Formas de Discriminación contra la Mujer), en su Recomendación General N°
19, definió:

“gender – based violence” (violencia por razones de género)

“violencia dirigida contra la mujer porque es una mujer” o “que afecta a la mujer
desproporcionadamente, como discriminación”.

6. Identificación del problema

En la práctica, a partir de la promulgación de la Ley 30364, que ha modificado el


artículo 122° del Código Penal, se vienen suscitando diversos problemas
relacionados con la aplicación del acuerdo reparatorio en el delito de lesiones
leves cuando la víctima es mujer y ha sido lesionada por su condición de tal, cito
un caso:

 En fecha 07 de marzo de 2016, a horas 06:00 aproximadamente, en el inmueble


ubicado en el AA.HH. Los Milagros de esta ciudad de Puerto Maldonado, Ciro Vargas
se constituyó al inmueble de su expareja sentimental María Dada, quien se encontraba
en compañía de su nueva pareja sentimental en la cama, ante este hecho Ciro Vargas
cegado en celos e ira arremetió contra el sujeto quien se dio a la fuga y luego agredió
físicamente a su ex pareja Maria Dada a quien le propino golpes y puñetes en el rostro,
ocasionándole lesiones que requirieron de doce (12) días de Incapacidad Médico
legal, ante el pedido de auxilio realizado por Maria Dada, vecinos llamaron al personal
policial quienes intervinieron al imputado en flagrancia delictiva.
 Realizada las diligencias inmediatas María Dada relato que una semana antes de los
hechos término su relación sentimental con Ciro Vargas pero este no acepta tal hecho
y la buscaba constantemente hostigándola para que retomen la relación, además
sindico directamente a Ciro Vargas como la persona que le infirió las lesiones que
presenta; por su parte, Ciro Vargas al rendir su declaración en presencia de su abogado
defensor acepto haber agredido y lesionado físicamente a María Dada;
 Los hechos fueron tipificados como delito de lesiones leves previsto en el articulo
122° con la agravante prevista en el numeral 3, literal c [es mujer y ha sido lesionada
por su condición de tal, en cualquiera de los contextos previstos en el primer párrafo
del articulo 108-B], concordado con el articulo 108-B, primer párrafo, numeral 2,
hostigamiento.

Tratándose de un caso en flagrancia y estando a que no existían mayores


diligencias que realizar porque el imputado aceptó espontáneamente la autoría de
las lesiones, antes de las 24 horas el Ministerio Público en aplicación del artículo
447° del Código Procesal Penal[13], invocó proceso inmediato en contra de Ciro
Vargas, lo puso a disposición del Juzgado de Flagrancia y se programó fecha para
la audiencia de incoación de proceso inmediato. En la audiencia, la defensa técnica
del imputado solicitó la aplicación del acuerdo reparatorioporque así lo autoriza
el articulo 447°, numeral 3 del Código Procesal Penal[14], e incluso
anticipadamente realizó un depósito por la suma de S/. 500.00 soles por concepto
de reparación civil.
Ante la propuesta de la aplicación del acuerdo reparatorio –cuya aplicación
recordemos se encuentra permitida para el delito de lesiones leves, conforme así
lo establece expresamente el articulo 2° numeral 6 del Código Procesal Penal–,
el juez de Flagrancia desestimó la aplicación del acuerdo reparatorio por
considerar que la violencia contra la mujer afecta el interés público y declaró
fundada la incoación del proceso inmediato, disponiendo que los autos pasen al
juez penal encargado del juicio inmediato.

Ante este hecho, surge la interrogante obvia, procede aplicar el acuerdo


reparatorio si la víctima es una mujer y ha sido lesionada por su condición de tal,
no olvidemos que ut suprase indicó que el artículo 2°, numeral 6 del Código
Procesal Penal expresamente faculta a su aplicación en el artículo 122° del Código
Penal de forma genérica y no prevé circunstancias de exclusión de los alcances de
aplicación del acuerdo reparatorio respecto de este delito.

7. Problema específico

Recordemos, el artículo 2°, numeral 1 del Código Procesal Penal, como norma
rectora de la abstención de la acción penal, solamente faculta a la abstención de la
acción penal por la vía de los mecanismos de negociación y solución del conflicto
penal denominados principio de oportunidad y acuerdo reparatorio, cuando la
pena para el delito no sobrepase los cuatro (4) años de pena privativa de la libertad
y la pena resulte innecesaria, cuando se trate de delitos que no afecten gravemente
el interés social o se advierta que no exista ningún interés público gravemente
comprometido con su persecución.

Bajo el criterio de la Ley 30364, la violencia contra la mujer afecta gravemente el


interés público y social, por tal motivo, mediante su primera disposición
complementaria modificatoria, se ha modificado el artículo 122° del Código Penal
y en el numeral 3, literal c, se ha insertado una circunstancia de agravación
especifica, referida a si la víctima: es mujer y ha sido lesionada por su condición
de tal, en cualquiera de los contextos previstos en el primer párrafo del artículo
108-B, sancionado a su autor con una pena privativa de la libertad no menor de
tres (3) ni mayor de seis (6) años. Por tanto, en los casos de violencia contra la
mujer existe una grave afectación al interés público y social que requiere que a su
autor necesariamente se le imponga una pena, porque el espíritu de la Ley
30364 es justamente sancionar a quien ejerce violencia contra la mujer,
inmiscuyendo al derecho penal para su materialización[15].

Así pues, el artículo 2°, numeral 6 del Código Procesal Penal faculta expresamente
la aplicación del acuerdo reparatorio en las denuncias de lesiones
leves (artículo 122° del Código Penal); pero por otro lado, el numeral 1° del citado
artículo prohíbe su aplicación cuando la pena para el delito sobrepasa los cuatro
(4) años de pena privativa de la libertad, o cuando se trate de delitos que afecten
gravemente el interés social y se advierta que exista interés público gravemente
comprometido con su persecución.

En tal sentido, resulta claro que la modificación realizada por la Ley 30364 al
artículo 122° del Código Penal genera una antinomia[16] entre los numerales 1 y
6 del artículo 2° del Código Procesal Penal, ello debido a que la Ley 30364 al ser
redactada no ha previsto este supuesto fáctico y el numeral 6° del artículo 2° del
Código Procesal Penal no prevé circunstancias de exclusión de los alcances de
aplicación del acuerdo reparatorio respecto del delito de lesiones leves previsto
en el artículo 122° del Código Penal.

En el mismo sentido, se produce otro problema, si se lesiona a una persona que no


es mujer, que puede ser un varón y/o otra persona de cualquier sexo que no forme
parte del grupo familiar, y las partes por consenso, y, previo pago de una reparación
civil, acuerdan solucionar el problema por la vía del acuerdo preparatorio, también
nos encontraríamos en el escenario de que tampoco procedería aplicar el acuerdo
reparatorio o el principio de oportunidad, ello teniendo en cuenta que
el quantum de la pena del tipo penal básico del artículo 122° (numeral 1) se ha
incrementado a una pena no menor de menor de dos (2) ni mayor de cinco (5) años,
siendo que esta pena sobrepasa en su extremo máximo los cuatro años.

Ante estos casos, la postura de la defensa técnica siempre va a ser la de buscar la


abstención de la acción penal y evitar la judicialización del caso, sea por la vía del
principio de oportunidad o por la del acuerdo reparatorio, haciendo prevalecer el
numeral 6° del artículo 2° del Código Procesal Penal, que expresamente permite
su aplicación, ya que hasta el momento no existe norma ni criterio jurisprudencial
en contrario. Ello por la sencilla razón de que para un imputado resulta más
conveniente arribar a un acuerdo reparatorio, pues evita la judicialización del
proceso y la generación de antecedentes.
8. Conclusión, consideraciones y propuesta de solución planteada

Ante el escenario descrito bajo el contexto actual en el que el Estado considera a


la violencia contra la mujer como un acto que afecta no sólo el interés público sino
la dignidad de la mujer, si bien estamos frente a una lesión leve, la naturaleza del
hecho cometido le dota de especial gravedad y por criterio lógico resulta
inaplicable el acuerdo reparatorio en el delito de lesiones leves si la víctima es
mujer y ha sido lesionada por su condición de tal. Ello debido a que su procedencia
resultaría inconciliable con el deber que tiene el Estado de investigar, esclarecer
los hechos de violencia contra la mujer, y de sancionar a sus responsables en un
juicio con las debidas garantías.

La normativa internacional a través de la interpretación de la jurisprudencia


imperante en la materia, establece la prohibición de aplicar criterios de oportunidad
y demás métodos alternativos de resolución de conflicto, en los casos de delitos
enmarcados dentro de violencia de género.

Nuestro país al igual que el resto de países que han suscrito y aprobado la
Convención Belem Do Pará – reconociendo su operatividad -, en delitos de
género, se ven obligados a ejercer la acción penal hasta la realización de juicio, no
pudiendo hacerse cesar ni interrumpir la misma, sino que el proceso iniciado
deberá culminar en un debate oral y público, y con una sentencia absolutoria o
condenatoria.

Este compromiso internacional ha sido asumido con la finalidad de erradicar la


violencia contra la mujer, aceptar la aplicación de un acuerdo
reparatorio implicaría afectar las obligaciones de prevenir, investigar y sancionar,
circunstancia que pondría en crisis el compromiso asumido por el Estado al
aprobarla, por política criminal el estado tiene el deber de dar respuesta penal
frente a los sucesos que impliquen de alguna forma violencia contra la mujer”, y
para estos fines el Estado Peruano a través de los Centros de Emergencia Mujer
CEM [17] del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables y el Servicio de
Defensa de Victimas de la dirección de defensa pública del Ministerio de Justicia
y Derechos Humanos, proporcionan a las víctimas el asesoramiento y
acompañamiento necesario en los casos de atención de víctimas de violencia de
género, con la finalidad de facilitar el acceso a la justicia y minimizar la
victimización secundaria, realizando todos los esfuerzos para que el proceso penal
no incremente el padecimiento experimentado como consecuencia del delito.

En tal sentido, bajo los criterios desarrollados a criterio del suscrito,


la antinomia generada entre los numerales 1 y 6 del artículo 2° del Código Procesal
Penal, respecto a la procedencia o improcedencia del acuerdo reparatorio en el
delito de lesiones leves, si la víctima es mujer y ha sido lesionada por su condición
de tal, originada por la modificatoria de pena y demás circunstancias de agravación
realizada al artículo 122° del Código Penal por la Ley 30364, debe ser resuelta
mediante la ponderación de principios que es la fórmula para resolver las
antinomias.

Es por ello que resulta indispensable que los jueces supremos de las salas penales
de la Corte Suprema, que participaron en el cónclave del X Pleno Jurisdiccional
Penal fijen un criterio jurisprudencial vinculante, que atiendan las circunstancias
especiales que suponen estos casos, debiendo determinar si procede o no
el acuerdo reparatorio en el delito de lesiones leves, cuando la víctima es mujer
y ha sido lesionada por su condición de tal.

9. Referencias bibliográficas

1. Acosta González, Martín, “Lady Guillén y una lucha que no encontró justicia
[crónica]”, en El Comercio, Lima: 19 de julio de 2016. Disponible aquí, fecha de
consulta: 9 de setiembre de 2016.
2. Código Penal, Lima, Grijley, julio 2016.
3. Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra
la Mujer.
4. Decreto Supremo N° 009-2016-MIMP, Reglamento de la Ley 30364, Ley para
prevenir, erradicar y sancionar la violencia contra las mujeres y el grupo familiar.
5. Diario Correo, “El brutal castigo de un padre a su menor hijo por demorarse en
comprar”, en Correo, Lima: 6 de setiembre de 2016. Disponible aquí, fecha de
consulta: 9 de setiembre de 2016.
6. GALVEZ VILLEGAS, Tomas Aladino; RABANAL PALACIOS William y
CASTRO TRIGOSO Hamilton, El Codigo Procesal Penal, Jurista, Lima 2012.
7. La Prensa, “Todo sobre el caso del hijo de regidor que atacó desnudo mujer en
Ayacucho”, en Laprensa.pe, Lima: 6 de agosto de 2015. Disponible aquí, fecha de
consulta: 9 de setiembre de 2016.
8. Ley 30364, Ley para prevenir, erradicar y sancionar la violencia contra las mujeres y
el grupo familiar, primera disposición complementaria modificatoria.
9. OAS, CIDH, Acceso a la justicia para las mujeres víctimas de violencia en las
américas, OEA/ Ser.L/V.II.Doc. 68, 20 de enero de 2007, sección sobre “Violencia y
Discriminación”.
10. OAS, Indicadores de progreso para la medición de la implementación de la
Convención interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la
mujer, aprobado por el Comité de Expertas-CEVI, el 21 de mayo de 2013.
Disponible aquí, fecha de consulta: 10 de setiembre de 2016.
11. PEÑA CABRERA FREYRE, Alonso Raúl, (2008) Derecho Penal Parte Especial,
Idemsa, Lima 2015.
12. Protocolo de Mecanismos de Negociación y Solución del Conflicto Penal, Comisión
Especial de Implementación del Código Procesal Penal – MINJUS, 2014.
13. Resolución de la Fiscalía de la Nación Nº 1470-2005-MP-FN (Reglamento de
Aplicación del Principio de Oportunidad).
14. TABOADA PILCO, Giammpol, Constitución Política del Perú de 1993, Grijley,
Lima 2014.

[1] Vigente en todos los distritos judiciales del territorio nacional a excepción de
los distritos de Callao, Lima Este y Lima Norte, Lima Sur y Lima.

[2] Comisión Especial de Implementación del Código Procesal Penal – MINJUS,


2014, Protocolo de Mecanismos de Negociación y Solución del Conflicto Penal,
Pag. 27

[3] Peña Cabrera Freyre, Alonso Raúl, Derecho penal. Parte especial, Lima:
Idemsa, 2015.

[4] Los delitos de bagatela son aquellos que tienen escasa repercusión social,
delitos de poca importancia y aunque su descripción encuadre a simple vista en la
figura que tipifica una norma penal. La falta de lesión al bien jurídico o la
inconsistencia de tal afectación, imponen la lógica consecuencia de su eliminación
dentro de la órbita del poder punitivo del estado.

[5] Ley para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres y los
Integrantes del Grupo Familiar

[6] Ley para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres y los
Integrantes del Grupo Familiar, publicada el 23 noviembre de 2015.

[7] Acosta González, Martín, “Lady Guillén y una lucha que no encontró justicia
[crónica]”, en El Comercio, Lima: 19 de julio de 2016. Disponible aquí, fecha de
consulta: 9 de setiembre del 2016.

[8] La Prensa, “Todo sobre el caso del hijo de regidor que atacó desnudo mujer en
Ayacucho”, en Laprensa.pe, Lima: 6 de agosto de 2015. Disponible aquí, fecha de
consulta: 9 de setiembre de 2016.

[9] Diario Correo, “El brutal castigo de un padre a su menor hijo por demorarse en
comprar”, en Correo, Lima: 6 de setiembre de 2016. Disponible aquí, fecha de
consulta: 9 de setiembre de 2016.

[10] Artículo 5. Definición de la violencia contra las mujeres

La violencia contra las mujeres es cualquier acción o conducta que les causa
muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico por su condición de tales,
tanto en el ámbito público como en el privado. se entiende por violencia contra las
mujeres:

1. la que tenga lugar dentro de la familia o unidad doméstica o en cualquier otra


relación interpersonal, ya sea que el agresor comparta o haya compartido el mismo
domicilio que la mujer. comprende, entre otros, violación, maltrato físico o
psicológico y abuso sexual.
2. la que tenga lugar en la comunidad, sea perpetrada por cualquier persona y
comprende, entre otros, violación, abuso sexual, tortura, trata de personas,
prostitución forzada, secuestro y acoso sexual en el lugar de trabajo, así como en
instituciones educativas, establecimientos de salud o cualquier otro lugar.
3. la que sea perpetrada o tolerada por los agentes del estado, donde quiera que ocurra.

[11] Artículo 8. Tipos de violencia

Los tipos de violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar son:

a) violencia física. es la acción o conducta, que causa daño a la integridad corporal


o a la salud. se incluye el maltrato por negligencia, descuido o por privación de las
necesidades básicas, que hayan ocasionado daño físico o que puedan llegar a
ocasionarlo, sin importar el tiempo que se requiera para su recuperación.

b) violencia psicológica. es la acción o conducta, tendiente a controlar o aislar a la


persona contra su voluntad, a humillarla o avergonzarla y que puede ocasionar
daños psíquicos.

daño psíquico es la afectación o alteración de algunas de las funciones mentales o


capacidades de la persona, producida por un hecho o un conjunto de situaciones
de violencia, que determina un menoscabo temporal o permanente, reversible o
irreversible del funcionamiento integral previo.

c) violencia sexual. son acciones de naturaleza sexual que se cometen contra una
persona sin su consentimiento o bajo coacción. incluyen actos que no involucran
penetración o contacto físico alguno. asimismo, se consideran tales la exposición
a material pornográfico y que vulneran el derecho de las personas a decidir
voluntariamente acerca de su vida sexual o reproductiva, a través de amenazas,
coerción, uso de la fuerza o intimidación.

d) violencia económica o patrimonial. es la acción u omisión que se dirige a


ocasionar un menoscabo en los recursos económicos o patrimoniales de cualquier
persona, a través de:

1. la perturbación de la posesión, tenencia o propiedad de sus bienes;


2. la pérdida, sustracción, destrucción, retención o apropiación indebida de objetos,
instrumentos de trabajo, documentos personales, bienes, valores y derechos
patrimoniales;
3. la limitación de los recursos económicos destinados a satisfacer sus necesidades o
privación de los medios indispensables para vivir una vida digna; así como la evasión
del cumplimiento de sus obligaciones alimentarias;
4. la limitación o control de sus ingresos, así como la percepción de un salario menor
por igual tarea, dentro de un mismo lugar de trabajo.

[12] Ley de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres.

[13] En aplicación del Decreto Legislativo 1194 (Proceso Inmediato en casos de


flagrancia delictiva), obliga al fiscal a incoar el proceso inmediato en casos de
flagrancia delictiva.

[14] Código Procesal Penal “Artículo 447.- Audiencia única de Incoación del
proceso inmediato en casos de flagrancia delictiva

[…] 3. En la referida Audiencia, las partes pueden instar la aplicación del principio
de oportunidad, de un acuerdo reparatorio o de la terminación anticipada, según
corresponda […].

[15] Ley 30364, Artículo 16, de la segundo párrafo “analizados los actuados, el
juzgado de familia o su equivalente procede a remitir el caso a la fiscalía penal
para el inicio del proceso penal conforme a las reglas del código procesal penal,
promulgado por el decreto legislativo 957”.

[16] Por antinomia se entiende el conflicto o contradicción entre dos leyes,


principios racionales, ideas o actitudes, se presenta una antinomia cuando una
disposición jurídica prescribe una calificación diferente a la que da otra, para el
mismo comportamiento o conducta.

[17] Los CEM son servicios públicos especializados y gratuitos, de atención


integral y multidisciplinaria, para víctimas de violencia familiar y sexual, en los
cuales se brinda orientación legal, defensa judicial y consejería psicológica.

(*) Trabajo expuesto por el autor de este artículo en la Audiencia pública


programada con motivo del X Pleno Jurisdiccional Supremo en materia penal,
desarrollada el 28 de setiembre del 2016 en la Sala de Juramentos del Palacio
Nacional de Justicia del Poder Judicial-Lima, donde el autor fue invitado en
calidad de amicus curiae para tratar el tema: “Los delitos de violencia de género y
de miembros del entorno familiar (tratamiento penal sustantivo y procesal)”.

También podría gustarte