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TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD EN BASE A LA

CRIMINALIDAD

TRASTORNO DE LA PERSONALIDAD ANTISOCIAL

MARCO TEÓRICO

La personalidad se puede definir como un conjunto de características propias que


permiten una distinción en la forma de sentir, pensar y comportarse, mismas que suelen
ser manifestadas de forma constante y en diferentes situaciones a lo largo del tiempo.
En ciertos casos, varios de estos rasgos pueden experimentar graves disfunciones,
conduciendo a la aparición de lo que conocemos como trastornos de la personalidad.
Uno de estos trastornos es el Trastorno Antisocial de la Personalidad (TAP), mismo que
ha sido a lo largo de varios años un objeto de estudio, debido a que se busca comprender
su origen y los factores de riesgo predisponentes a su desarrollo (1).

Los trastornos de personalidad son afecciones psiquiátricas comúnmente


experimentadas en la comunidad que, frecuentemente, inician en la etapa de la
adolescencia, pueden ser detectados y diagnosticados cuando las emociones, las
cogniciones y la forma de comportarse causan una interrupción de las actividades
diarias o causan angustia, juegan un papel destacado debido a que generan un impacto
negativo en la sociedad, además de síntomas que generan un entorno problemático en la
vida del individuo. Estos trastornos son de gran importancia para todos los médicos y el
personal de salud debido a la elevada frecuencia de presentación, por lo cual es
imprescindible conocer cada uno de los grupos de clasificación o jerarquización
existentes, de forma especial el trastorno de la personalidad limítrofe, por ejemplo,
mismo que experimenta un elevado porcentaje de riesgo suicida, del mismo modo es
importante identificar el trastorno antisocial pues tiene una gran importancia en el índice
de actos delincuenciales (2).

Los trastornos de la personalidad en realidad, se puede considerar como una de las


patologías o condiciones dentro de la psiquiatría con más prevalencia alrededor del
mundo, por lo cual, es bastante común, afecta aproximadamente del 5 al 15% de la
población. Estos son posibles diagnosticarlos cuando existen desviaciones culturales a
largo plazo de las emociones, la cognición y el comportamiento del individuo causa una
alteración de las actividades comunes o causan angustia. Aquellas personas que padecen
de trastornos de la personalidad tienen que lidiar no únicamente con síntomas propios
de la enfermedad sino también el impacto que causan en la sociedad por el estigma que
posee. Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales en su
quinta edición (DSM-5), estos trastornos pueden ser esquematizados en tres grupos
según las similitudes clínicas que poseen, teniendo entonces los siguientes grupos:
grupo A (paranoide, esquizoide y esquizotípico), grupo B (antisocial, limítrofe,
histriónico y narcisista), y grupo C (evitativo, dependiente y obsesivo-compulsivo) (2).

Estos son de gran importancia para todos los profesionales de la salud debido a que
poseen una alta prevalencia. Poseen un impacto significado en la interacción tanto entre
los médicos como los pacientes, permiten predecir de los resultados del tratamiento,
contribuyen a la mortalidad prematura y generan un costo considerable para la sociedad.
Hay que mencionar también que lo más común es que este trastorno se desarrolle en
pacientes de sexo masculino, con una prevalencia que va de 0,2% al 2,3%. El trastorno
de personalidad antisocial, de forma resumida, se puede definir como un patrón de
comportamiento socialmente irresponsable, sin culpa y explotador. Los síntomas
pueden incluir una falta de conformidad con la ley, incapacidad de mantener un empleo
constante, practicar la manipulación de terceras personas para obtener un beneficio
personal, falta de desarrollo interpersonal y engaño. Su edad promedio de desarrollo es
de los 24 a los 44 años de edad y disminuye entre los 45 y 64 años; estos pacientes
actúan para generar un contraste entre la expectativa del dolor y la depredación al
participar en comportamiento delictivos y, varias veces, ilegales (2).

Este trastorno se trata de una condición mental en la que un paciente muestra un patrón
crónico de comportamiento que involucra actitudes como la explosión, manipulación y
violación de derechos humanos de terceras personas sin sentir del acoso o la
insensibilidad de sus acciones, no sienten el remordimiento. Cabe mencionar que estos
individuos no poseen la capacidad de distinguir entre lo correcto y lo incorrecto,
además, tiende a ignorar los sentimientos y derechos de los demás. De igual manera,
carece de preocupación por su propia seguridad y la de otros, y puede verse involucrado
en comportamientos impulsivos y delictivos. Aquellos que sufren de este trastorno, por
lo general ya poseen un historial de causar daño a personas cercanas a su entorno y a sí
mismos, debido a su deseo de manipulación. Según los autores, esta condición se puede
relacionar estrechamente con la delincuencia, explicando así su alta prevalencia de
personas en prisión. La citada DSM-V describe el trastorno como aquel que se
relacionade manera significativa con el espectro de trastornos "externalizadores", así
como con los "trastornos relacionados con sustancias" y los "trastornos adictivos". Se
caracteriza por un patrón persistente de falta de atención a los derechos de los demás,
que generalmente se manifiesta a partir de los quince años de edad y se diagnostica
cuando se presenta al menos tres de las siguientes características: violación de las
normas sociales y legales. , repetida mentira y engaño, impulsividad o incapacidad de
planificar con antelación, irritabilidad y agresividad, falta de atención a la propia
seguridad, irresponsabilidad constante y ausencia de remordimiento o demostración de
indiferencia (3).

Al día de hoy no se conoce la causa exacta de este trastorno, sin embargo, se ha logrado
identificar que tanto factores genéticos como malos tratos o experiencias de daños en
infancia, como el abuso o la negligencia, entorno violento o inestable y un diagnóstico
previo de trastorno de conducta de la niñez, pueden contribuir a su desarrollo. Además,
la predisposición a este trastorno parece ser mayor en individuos con antecedentes
familiares de trastornos de personalidad o problemas de salud mental, así como en
aquellos cuyos padres han tenido problemas con el abuso de sustancias. Los estudios
también sugieren que los hombres tienen una mayor probabilidad de desarrollar este
trastorno en comparación con las mujeres (3).

En términos generales, el diagnóstico del Trastorno de Personalidad Antisocial se basa


en una evaluación psicológica que explora los pensamientos, sentimientos, relaciones y
patrones de comportamiento del individuo, además de considerar su historial médico,
personal y familiar, para ello, se utilizan los criterios establecidos en el Manual DSM-V.
Además, es importante tener en cuenta otros diagnósticos diferenciales, que incluyen el
abuso de sustancias como el trastorno de conducta, el trastorno de personalidad
narcisista y el trastorno de personalidad límite. Además, se deben considerar las
comorbilidades más comunes, como el trastorno depresivo mayor y persistente, el
trastorno obsesivo compulsivo, y los trastornos de personalidad dependiente y límite,
entre otros (3).
ESTADO DEL ARTE

Los trastornos de la personalidad han sido objeto de investigación desde diversas


perspectivas, pero en la actualidad, dos de ellas se destacan debido a su sólida base de
respaldo empírico. Estas perspectivas son la teoría de los rasgos y la teoría cognitiva de
los trastornos de la personalidad. En el enfoque basado en la teoría de los rasgos, se han
examinado modelos de rasgos tanto normales como patológicos con el fin de
comprender los trastornos de la personalidad. Un ejemplo de esto es el trabajo de Costa
y McCrae, quienes sugirieron que los rasgos de la personalidad normal, derivados del
modelo de los "Cinco Grandes" (extraversión, amabilidad, responsabilidad,
neuroticismo y apertura a la experiencia), podrían aplicarse para explicar. los trastornos
de la personalidad (4).

Según Borja y Ostrosky-Solís, se ha observado que la aparición de trastornos de


conducta como el trastorno de personalidad antisocial y la psicopatía está influenciada
por una compleja interacción de factores genéticos, neurobiológicos, socioculturales y
de aprendizaje. En lo que concierne a los factores genéticos y neurobiológicos que
aumentan la probabilidad de desarrollar el TPA, se enfatiza la relevancia del gen de la
mono amino oxidasa A (MAOA). Este gen se asocia con el cromosoma X, lo que
significa que se hereda exclusivamente a través de la línea materna, lo que da lugar a
una mayor probabilidad de heredarlo en los hombres (5).

Este factor, combinado con la experiencia de traumas significativos durante la infancia


y la adolescencia, es decir, entre los 0 y los 15 años, aumenta el riesgo de que una
persona desarrolle el TPA y sus conductas características. Un estudio que examinó 70
tomografías cerebrales de individuos con antecedentes delictivos ha llegado a la
conclusión de que existe un patrón biológico común. En todos estos cerebros, se
detectan anomalías en el córtex orbital y el córtex temporal anterior. Además, se hace
mención del gen MAOA como un gen de alto riesgo en este contexto (5).

Uno de los primeros avances y precedentes en la formulación actual de la psicopatía y el


trastorno de personalidad antisocial se puede rastrear en las contribuciones de Philippe
Pinel, un destacado psiquiatra francés. En su trabajo titulado "Tratado médico-filosófico
sobre la locura o la manía", Pinel relata su observación de individuos que, a pesar de no
mostrar signos de deterioro en su capacidad de comprensión, parecían estar dominados
por una furia abstracta e instintiva. Esto sugiere que solo sus facultades emocionales
habían sido afectadas (6).

El término "personalidades psicopáticas" fue introducido por Emil Kraepelin, quien


identificó cuatro categorías de personalidades psicopáticas: criminales natos, mentirosos
patológicos, personas quejumbrosas y Triebmenschen, que eran individuos impulsados
por compulsiones básicas. En 1912, el psiquiatra alemán Kurt Schneider publicó la
primera edición de su libro "Personalidades psicopáticas", en el cual presentó diez tipos
de personalidades anormales. Lombroso, Ferri y Garofalo también contribuyeron a
establecer conexiones entre aspectos biológicos y psicológicos con el comportamiento
criminal (6).

Hervey Milton Cleckley, un psiquiatra estadounidense, apoyó un papel crucial al


escribir "The Mask of Sanity", sentando así las bases para la conceptualización de la
psicopatía. Cleckley propuso 16 criterios de diagnóstico. En su descripción general de
una persona psicópata, señaló que mantenían su capacidad intelectual intacta, pero su
sentido de la moral se encontraba mermado. Los psicópatas podían imitar la moral y los
sentimientos, pero cuidaban de las emociones auténticas asociadas a ella (6).
METODOLOGÍA

El presente trabajo de revisión bibliográfica ha sido realizado a través de la selección de


artículos científicos y documentos de alta calidad en su evidencia para la obtención de
datos e información de carácter confiable y certero. Se ha hecho uso de los criterios de
inclusión y exclusión para su selección. Dentro de los criterios de inclusión se tomó en
consideración lo siguiente: escritos en idioma español o in

glés, publicados desde el año 2019 en adelante cumpliendo con el límite de 5 años,
pertenecientes a revistas científicas y de alta calidad. Por otro lado, los criterios de
exclusión, se consideraron los siguientes: escritos y publicados en años anteriores al
2019, idioma distinto al español e inglés, extraídos de páginas no confiables y que no
cuenten con DOI. Para la búsqueda se hizo uso de palabras clave como “trastornos de
personalidad”, “criminalística”, “psicopatología”, antisocial”.

Es así como se seleccionaron un total de 9 artículos de revisión y se descartaron 3,


haciendo selección de 6 documentos de información confiable, posteriormente se
procedió a la extracción de los datos más relevantes además de su análisis y
comparación a modo de contraste, obteniendo así un documento de sustento científico y
con información de calidad. En cuanto a la generación de referencias bibliográficas y
citas, se hizo uso de un gestor bibliográfico vinculado a la web.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Lemus Trigos JP, Manrique Oliveros OA. Factores neurobiológicos asociados al


trastorno antisocial de la personalidad [Internet]. 2020. Disponible en:
https://hal.science/hal-02523964

2. Blanco Artola C, Gómez Solorzano N, Orozco Matamoros D. Actualización de los


trastornos de personalidad. Revista Médica Sinergia. 2020;5(4):5.

3. Prieto EMP. Rasgos patológicos del trastorno de personalidad antisocial. Revista


Reflexiones y Saberes. 21 de marzo de 2023;17:91-100.

4. Ferrer Botero A, Londoño Arredondo NH, González Gómez D. Rasgos patológicos y


creencias disfuncionales en los trastornos de la personalidad. Revista de Psicología:
(Universidad de Antioquía). 2020;12(2):6-10.

5. Álvarez P, Díaz O, Sanz CJ. Trastorno de la Personalidad Antisocial y Delincuencia:


análisis de sentencias entre 2009-2019. Edupsykhé Revista de Psicología y
Educación. 12 de abril de 2021;18(1):1-24.

6. Rodríguez DAB. Trastorno de la personalidad antisocial desde el neuroderecho:


responsabilidad penal, libre albedrío y retos de política criminal. Revista Mexicana
de Ciencias Penales. 31 de enero de 2021;4(13):187-218.

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