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¿Conoces el proceso de elaboración del

vino tinto? El vino es una de las bebidas


alcohólicas más consumidas en todo el
mundo y cada país, región y bodega se rige
por su propia experiencia y conocimiento
para prepararlo.

En España tenemos una arraigada tradición


vinícola que va desde el cultivo hasta
celebraciones dedicadas por entero al
llamado «caldo de los dioses». Pero no es el
único país que destaca por su cultura
vinícola. Italia, Francia, Argentina o Australia
son solo algunos ejemplos de países en los
que esta bebida también tiene una gran
relevancia. Y es tanto la variedad de climas,
tecnologías y costumbres de cada uno de
ellos lo que ha hecho de la producción de
vino tinto algo tan dinámico como
fascinante.

En el post de hoy nos centraremos en


conocer en mayor profundidad todos
los pasos en la elaboración del vino tinto.
Así que, si no tienes claro cómo se lleva a
cabo este proceso, a continuación te
ayudaremos a despejar todas las dudas.

Etapas de la
elaboración del vino
tinto
No existe una metodología estándar para
elaborar vino tinto. En cambio, hay algunas
etapas en este proceso que son
indispensables para obtener esta bebida tan
popular, mientras que otras son opcionales o
se aplican en casos muy específicos. Te
contamos un poco de todas ellas.

Vendimia
Este primer paso se refiere a la recolección
de los racimos de uvas cuando alcanzan el
nivel de maduración deseado. Para esto no
hay una regla única, pues dependerá del
azúcar presente en la fruta, que a su vez
determina la intensidad de la fermentación y
la cantidad de alcohol que tendrá la bebida.

En la vendimia no solo se recogen los


racimos del viñedo, sino que también se
descartan aquellas uvas que estén en mal
estado. De esta forma quedan solo frutos
sanos que pasarán a la siguiente etapa.
Despalillado
Suele ser el primer proceso hecho en
bodega y consiste en eliminar las ramas y
hojas del racimo, dejando solo las uvas
sueltas.

Existe una alternativa al despalillado y es la


maceración carbónica, en cuyo caso se
utiliza el racimo completo. Este pasa
directamente a la fermentación que se
produce en espacios controlados con poca
presencia de oxígeno y dura unos siete días.
Sin embargo, los vinos realizados en este
proceso son menos estables y no resisten
largos periodos de añejamiento.

Estrujado
Esta etapa se lleva a cabo después del
despalillado y en ella las uvas se pasan por
una máquina que se encarga de romper la
piel, y junto con la pulpa, obtener una
mezcla pastosa llamada mosto
(https://grupomarquesdelatrio.com/blog/vino/que-
es-el-mosto/). Aquí hay que tener especial
cuidado para evitar triturar las semillas, ya
que causan un sabor amargo.

Maceración
El mosto obtenido se deja reposar por un
periodo que va de una a dos semanas. En
este tiempo la piel de la uva, llamada hollejo,
se encarga de darle al vino tinto su tonalidad
característica. También se pone en marcha
el remontado, que consiste en remover
constantemente el mosto para que toda la
parte líquida se impregne con el sabor y el
color del hollejo.

Durante la maceración se produce la


fermentación alcohólica, por la cual el
azúcar de la fruta se convierte en alcohol
gracias a la presencia de levaduras en la uva.
En este tiempo se debe cuidar que la
temperatura no exceda los 30o C para evitar
que el proceso sea demasiado agresivo.

Descube
Consiste en trasladar el líquido a otro
depósito en el que continúa con la
fermentación alcohólica que ya se ha
iniciado. Esta dura unas dos o tres semanas
más y en ese tiempo es opcional continuar
con el remontado. También está la
alternativa de realizar un sangrado, proceso
en el cual se extrae toda la parte líquida
aprovechando la gravedad y la diferencia de
densidades que deja a los sólidos flotando.

Prensado
Es una fase extra que se aplica solo a la
parte sólida resultante después del
descube. Se pasa a través de una prensa
mecánica que extrae el líquido que sigue
presente, para obtener el llamado vino de
prensa. Los residuos que quedan al finalizar
el prensado se conocen como orujo y suelen
destilarse.

Un punto importante es que el vino de


prensa y el vino que se obtiene después del
descube no se mezclan, sino que cada uno
continúa el proceso por separado.

Fermentación maloláctica
Es una segunda fermentación a la que se
somete el vino para transformar el ácido
málico en ácido láctico. Tiene lugar de
forma espontánea por las mismas bacterias
presentes en la uva, pero se deben controlar
las condiciones de temperatura y la
duración.

Este paso es muy importante porque el ácido


málico tiene un mayor nivel de acidez que el
láctico. Por esa razón, cuando termina esta
fermentación el vino tinto adquiere un sabor
más equilibrado y menos astringente al
paladar.
Crianza
Es una de las etapas más representativas de
la elaboración del vino tinto, pues en ella la
bebida se deja reposar en barricas de
madera que han sido previamente tostadas.
El tipo de madera, el nivel de tostado que
tenga y el tiempo de crianza seguirán
modificando las notas hasta dar con el
resultado final.

Durante la crianza se da un proceso llamado


trasiego, que consiste en trasladar el vino de
una barrica a otra para orearlo y eliminar
residuos. También se lleva a cabo la
clarificación, una especie de “limpieza” que
arrastra las últimas partículas no deseadas
que pudieran quedar en este punto y
enturbiar la bebida.

Embotellado
Es el paso final y en él se introduce el vino
en las botellas en las que saldrá al mercado.
Con los vinos jóvenes la comercialización se
realiza de forma inmediata, pero el resto aún
tendrá un periodo de reposo
llamado envejecimiento. Aquí el oxígeno que
penetra a través del corcho seguirá
modificando sutilmente sus propiedades
hasta el momento de su consumo.

Sin lugar a duda, la elaboración de vino


tinto es una tarea que todo amante de esta
bebida debe conocer. Aunque a grandes
rasgos existen etapas imprescindibles, el
paso a paso no está escrito en piedra. En
el Grupo Bodeguero Marqués del Atrio
(https://grupomarquesdelatrio.com/) iniciamos
nuestra producción en el año 1899

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