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El folklore en el marco de la construcción de la modernidad. Geopolítica del


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conocimiento y las políticas de la alteridad

En la constitución de la denominada Modernidad, iniciada en el siglo XV, se


desarrollan matrices formadoras de alteridades sustentadas en una geopolítica del
conocimiento1 basada en la imposición de una razón abstracta y un modelo civilizatorio
universalista. En el marco de este proceso se inscriben identidades/alteridades en
distintos espacios sociopolíticos y se trazan historias particulares atendiendo a líneas
de subordinación jerárquicas específicas. Estas estratificaciones crean, distribuyen y
organizan poblaciones además de modos de individuación y les imponen regímenes
de conducta, agenda y efectividad. Definen distancias y proximidades, movilidades y
estabilidades de sus alteridades. (Grossberg: 2012)

En este contexto histórico epistemológico se conforma el folklore, como expresión de


alteridad y como disciplina que estudia la misma. De este modo, el folklore como
disciplina y expresión de la alteridad de la que da cuenta es constituido por la
Modernidad y a la vez es constitutivo de esta última. Solo recientemente, los discursos
sobre la historia de la disciplina cuestionan su propia ubicación dentro de las
formaciones del poder moderno y su implicación con ellas.

Distintos intelectuales como F. Fanon y B. de Sousa Santos han señalado cómo las
elites occidentales y occidentalizadas del tercer mundo han aplicado una jerarquía de
superioridad /inferioridad de los humanos, según distintas categorías: color, etnicidad,
lengua, religión o cultura en la a construcción de las alteridades. El racismo de color si
bien predominante no ha sido la forma exclusiva. Por lo que, como señala Fanon
(2010) lo que para unos grupos, que viven en la posición de no ser, es subordinación
racial para otros -los que se encuentran en la zona ser del ser- es un privilegio.

Históricamente la antropología se ha abocado al estudio de la construcción de


alteridades de grupos que han sido racialmente inferiorizados en el marco de la
colonialidad global entre centros occidentalizados y periferias no-occidentales. En
cambio, el folklore se ha centrado en grupos territorializados tanto en los centros
metropolitanos como también dentro de las periferias no occidentales - en la zona del
no-ser dentro de un país que sería la zona del colonialismo interno, en términos de
Fanon. Estos grupos han sido inferiorizados en términos de su cultura. En su

1 Este trabajo fue producido con los adscriptos a la cátedra Folklore General Guido Carballo, Lara
Kaufman, Federico.Flores, Belen Hirose, Silvia Benza y Melisa Nievas bajo la dirección de la Dra,
Ana María Dupey.
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caracterización y clasificación han sido sometidos a un conjunto de operaciones para


su representación, por parte de los intelectuales. Se los ha sujetado a una lógica de
diferenciación binaria basada en la adjudicación de rasgos intrínsecos pero
diferenciados en términos negativos con respecto a los proclamados como válidos por
la Modernidad. Además de la presunción de que los rasgos serían compartidos
homogéneamente por los miembros de los respectivos grupos. Dichos rasgos han sido
calificados como residuales mediante el manejo de la temporalidad, comprimiendo el
tiempo presente de los grupos productores de dichos rasgos emplazándolos en el
pasado. Este desplazamiento afianzó la idea del poder limitado del accionar de estos
grupos en relación con el aquí y el ahora y de que pertenecían a un mundo en
retroceso. Afirmando estabilidades más que movilidades. La geopolítica de la alteridad
del folklore tuvo un papel privilegiado en las expansiones imperiales y en la formación
de naciones.

Esta presentación pretende alejarse del discurso dominante de la historia de la


disciplina que sistematiza un conjunto de referentes considerados los padres
fundadores de la disciplina. La propuesta desarrollada a continuación sitúa la invención
del folklore en el contexto histórico epistemológico de la Modernidad, se concentra en
los modos en que desde distintas propuestas se llevó a cabo la construcción de la
alteridad de la que da cuenta el Folklore. Mayormente reporta cómo distintos
intelectuales se imaginaron al folklore y su propia tarea...

Los Humanistas y los conocimientos tradicionales vernáculos.

Los humanistas se inscriben en un movimiento de renovación y de reforma intelectual


debido a la convergencia de un conjunto de transformaciones que se operaron en
Europa entre el siglo XIV y XVII : expansión colonial europea hacia territorios de
ultramar, ampliación del comercio a escala mundial dirigido por banqueros, navieros y
comerciantes, desarrollo de la tecnología en especial de la imprenta, progresiva
separación de la religión y la política e incremento del secularismo en la vida social. El
Humanismo se inicia en Italia y trasciende a Francia, Alemania, Inglaterra y Países
Bajos. Sus representantes privilegian el desarrollo de las disciplinas humanísticas
(retórica, filosofía, gramatica e historia) y se interesan por el estudio histórico y
filológico de las fuentes clásicas para entenderlas en su realidad. Cultivan las
humanidades porque creen en su poder para la formación del hombre atento a que
éste para ellos ocupa una posición central en el mundo y su inteligencia un valor
destacado. Por lo que la razón adquiere valor supremo. La validez de los
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conocimientos tradicionales vernáculos va a ser cuestionada por distintos participantes


de este movimiento como Giordano Bruno2, Thomas Browne,3 Jean-Baptiste Thiers,4
Henry Bourne5 y Claude Buffier.6 Estos rechazan, sistemáticamente, los conocimientos
y prácticas populares porque no responden al orden de la razón. Son calificados como
errores vulgares y falso conocimiento, consideran que creer en realidades externas sin
probarlas es una creencia injustificada. Buscaban erradicar las forrmas tradicionales
de pensar. Se incentivaba la curiosidad. La duda razonable reemplazó la fe
irracional.El Humanismo que combatió la tiranía del soberano, del señor feudal, de la
corporación y de la tradición, va a tener una significativa influencia en la posterior
historia intelectual en Europa y fuera de ella.
Entre los siglos XVII y XVIII, en medio de la pacificación de las guerras religiosas
europeas y la emergencia de movimientos políticos revolucionarios se va a producir
una transformación intelectual significativa que derivaría en lo que se dio en llamar
“Ilustración”. Basándose por un lado, en el racionalismo de René Descartes quien
consideraba que la opinión tradicional y las experiencias de la Humanidad conducen a
error por lo que enuncia un método basado en la deducción abstracta para conocer.
Por otro, en las formulaciones de Thomas Hobbes que tomó como modelo de
pensamiento a la geometría para arribar a la verdad filosófica y sostenía–a diferencia
del filósofo francés- que la base del conocimiento radicaba en la percepción sensorial.
Sus representantes consideraban que la razón era la guía infalible para el
conocimiento y que el universo estaba regido por leyes inflexibles y no debido a una
intervención divina y asumían la perfectibilidad infinita de la naturaleza humana.
Extienden la razón a todos los dominios de la vida por lo que consideran que el saber
popular constituye un obstáculo y debe ser reformado. Se efectiviza una acción
moralizadora de las identidades de los portadores de dichas expresiones, de control y
depuración de sus producciones y se adoptan programas para su corrección. Un caso
paradigmático de la reforma del saber popular, que ha tenido una significativa
influencia en la constitución de la modernidad, es el de la Encyclopédie ou dictionaire
raisonné des artes et métiers publicada entre 1751-1766 con suplementos en 1772,
1777 y 1780 editada por Denis Diderot y Jean le Rond D´ Alembert. Sus autores
consideraban que los conocimientos, los gestos, el encadenamiento de las
operaciones y procesos de producción concretos que realizaban sectores populares,
como era el caso de los artesanos, debían ser sometidos a una racionalización
analítica, dado que la aplicación del pensamiento científico a las artes mecánicas haría
surgir una industria productiva y eficiente. Para ello expropian el saber hacer de los
artesanos y lo traspasan a un soporte visual, como es el libro, para implementar el
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rediseño racional de la actividad. Reformulación que contribuiría a superar el espíritu


rutinario, el corporativismo, el saber no reflexivo obtenido por la práctica y el modo de
producción que se les atribuía a los artesanos. Los enciclopedistas tenían una visión
del artesano como pre moderno y sujeto a formas organizacionales corporativas del
Antiguo Régimen, a quien había que expropiarle su saber para reformarlo y
reorganizarlo socialmente para hacerlo moderno. De lo contrario, se convertirían en
obstáculo para el proyecto del progreso. Se construye una alteridad de los artesanos
contrapuesta a la del hombre de la modernidad. Esta contraposición del saber y el
hacer tradicional con respecto a la modernidad va a ser profundizada por los
Anticuarios del siglo XIX.

Previamente a estas intervenciones de rechazo o reformistas del saber popular, se


desarrolló un interés político por las formas expresivas del folklore inicialmente
denominadas como antigüedades populares/vulgares cuando recopiladores de
manuscritos de las sagas7y eddur8 islándicas atesoran estos relatos tradicionales para
confrontar con la alteridad (imagen exótica) que autores extranjeros como Dithmar
Blefken9 y Gories Peerse, 10
proyectaban sobre este pueblo ubicado en la periferia de
Europa continental. La tradición vernácula del arte verbal de Islandia va a conformar el
capital simbólico, que los eruditos nativos van a poner en juego para afirmar su propia
identidad frente a la imagen que de la misma ofrecían los extranjeros. Imagen que se
puede apreciar en la iconografía de la época 11 en la que se exotiza el paisaje islandés
poblándolo de seres extraordinarios y tenebrosos. En contestación se producen obras
apologéticas, como “Brevis commentarius de Islandia” (1593) de Arngrímur Jónsson, el
erudito,12 que rechazaban la visión exótica y ponderaban la originalidad de los trabajos
nativos en prosa y poéticos y el status de la lengua islándica como la antigua lengua
del norte de Europa relacionada con el antiguo norse y el gótico. Estas cuestiones
sobre la lengua y las tradiciones orales islándicas, por la importancia que se les va
asignar para explicar el origen de los pueblos nórdicos y su lugar en la historia
europea, van a entrar en juego en las disputas político territoriales expansionistas
entre los Reinos de Suecia y Dinamarca.

Desde la Edad Media cada uno de los reinos nórdicos se preocupó por desarrollar sus
historias nacionales para demostrar su vinculación histórica con Europa y su temprana
cristianización, a la manera de los relatos de los reinos de otros monarcas del
continente. Así lo evidencia la contienda historiográfica sostenida entre los daneses
con la Gesta Danorum de Saxo Grammaticus (siglo XII) y los suecos con Histoire des
roisgots et suédois (1554) compuesta por Johannes Magnus, esta última sostenía que
los suecos eran los herederos de los godos.
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Mientras que los suecos afirmaban que el antiguo sueco que hablaban sus
antepasados era el gótico, los daneses, en escritos como los de Anders Sørensen
Vedel de 1570 a 1580, sostenían que el idioma antiguo era el islandés, antiguo norse,
y lo ponían en pie de igualdad con el griego, latín y el hebreo. La cuestión de la lengua
no era menor dado que en los siglos XVI y XVII se consideraba un marcador sobre el
origen de un pueblo.

Los escritos de las tradicionales sagas islandesas y el idioma vernáculo fueron


ponderados por su purismo arcaico. La pureza era argumentada en el
conservacionismo debido al aislamiento al que había sido sometida Islandia primero
por Noruega y, luego, por el gobierno danés para mantener el monopolio comercial de
la misma frente a la competencia de los comerciantes de Hamburgo. La notable
antigüedad del islandés era sustentada en su vinculación con el antiguo norse y el
gótico y la grafía rúnica.13

De este modo, las tradiciones islándicas se constituyeron en referentes de la


antigüedad de un pueblo y los registros manuscritos su testimonio por lo que van a ser
objeto de disputa por su apropiación entre Suecia y Dinamarca. La misma se va a
expresar a través de la importación de los manuscritos desde su lugar de origen y en
su atesoramiento con la creación de archivos oficiales. Pero además los reyes
desarrollaron políticas preservacionistas promoviendo el registro de las antigüedades
de los pueblos de los reinos como es el caso de Gustav II Adolph de Suecia, quien
mediante un memorándum en 1630 ordenó el registro:
“All sorts of chronicles and histories, ancient stories and poems about dragons,
serpents, dwarves and giants." Item sagas about persons known by name, old
cloisters, castles, kings’ residences and towns through which you could gain
information about how it was in former times; old heroic and rune poems, not to
forget to trace their melodies.14.

Posteriormente, se circunscribió a los personajes destacados. Asimismo, se estableció


que dicho material debía conservarse en el”Antikvitets-kollegium”, creado en 1666 por
el monarca sueco.

Los anticuarios y la creación del folklore

Los anticuarios se inscriben en el contexto de emergencia y consolidación de la


revolución industrial de los siglos XIX y XX. En dicho período se produjo el
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ensanchamiento del comercio, la aplicación del capital a la producción de


manufacturas, la mecanización de las industrias, el desarrollo de las comunicaciones
(telégrafo y el ferrocarril), el crecimiento de la urbanización, la emergencia de la
burguesía industrial, la clase obrera y el proletariado como resultado de la desigualdad
de los beneficios materiales de la revolución industrial.

En este contexto de transformaciones, las manifestaciones de la llamada cultura


plebeya van a ser objeto de interés de los anticuarios británicos. Estos se dedicaban a
recolectar, registrar y sistematizar distintas expresiones culturales del modo de vida de
las clases bajas en el proceso de transición hacia al capitalismo. En dicha cultura
convergen “formas de percepción tradicionales, las normas sociales, la moral y las
costumbres y la nueva realidad de los comienzos del capitalismo mercantilista con las
relaciones de producción, por un lado; con la política de disciplina en la religión, la
moral y el comercio, reforzadas por los poderes policiales del naciente estado
moderno, por el otro“(Medick, 1987: 241). Incluye
“tradiciones no literarias, la comunicación no verbal, el rito y la acción habitual,
las que constituyeron el decisivo obstáculo al avance y al triunfo de las normas
culturales de élite y a la cultura cívica” (Medick, 1987:248)

En ella, señala E. Thompson, los significados simbólicos y poéticos han sido siempre
poderosos. Así como también la relevancia del "intercambio social como fortalecedor
los lazos de parentesco, vecindad y amistad” (Medick, 1987:248). Dichos estudios de
carácter erudito se efectuaban para legitimar genealogías locales, acceder a
manifestaciones indígenas y establecer continuidades temporales de las localidades.
Sus autores poseían un sentido de responsabilidad por la historia local. Entre ellos se
destacan John Aubrey (1626-1697) quien publica Miscellanies (1696) en la que aborda
apariciones, profecías, milagros, magia, visiones, conversaciones con ángeles o
espíritus, fuegos fatuos en Gales, miradas de envidia y de amor, videntes de Escocia.
Por su parte, John Brandt (1744-1806) elabora las Observations on the popular
antiquities of Great Britain: Including the Whole of Mr. Bourne's Antiquitates Vulgares
(1813). La obra se inicia con las vísperas de Año Nuevo y a continuacion describe los
orígenes y prácticas de los festivales del calendario británico, incluyendo fiestas
religiosas, días de santos y celebraciones estacionales. En el segundo volumen se
hace referencia a los orígenes y prácticas de las costumbres y ceremonias británicas,
incluyendo el matrimonio y las costumbres funerarias. Esta obra es considerada
fundadora de los estudios folklóricos ingleses.
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Los anticuarios se nuclearon en asociaciones eruditas como la Sociedad de


Antigüedades de Londres (SAL) autorizada por Carta Real de 1751 con el objeto de
estimular y promover el estudio y conocimiento de las antigüedades e historia de
Inglaterra y otros países.”15 En 1846 uno de sus integrantes, William John Thoms,
crea el término folklore (literalmente lo que sabe el pueblo) para referirse al estudio
científico de las antigüedades populares/ vulgares, para su difusión va utilizar un
medio moderno, el semanario Atheneum. Pero no solo crea un ámbito disciplinario
sino un público interesado por el folklore. Entre 1849 y 1872 edita Notes and Queries
revista académica en la que los estudiosos intercambian conocimientos sobre
literatura, folklore, lexicografía, historia y anticuarismo enfatizando lo fáctico más que lo
especulativo. 16
La temática del folklore va a tener un lugar destacado en la revista gracias al buen
numero de suscriptores y a la invitación de Thoms para que suministren contribuciones
en los siguientes términos:
[We] take this opportunity of assuring our now numerous readers that any
contributions illustrative of The Folk Lore of England, the Manners, Customs,
Observances, Superstitions, Ballads, Proverbs, &c. of the Olden Time, will
always find welcome admission to our pages (citado Roper, J 2007:204)

Además a diferencia de los compiladores arriba mencionados que se centraban en los


registros textuales, va a solicitar a los colaboradores referencias contextuales (Thoms,
1846) Así, se crea una red de corresponsales (maestros, clérigos, escritores locales
mayormente varones) con cobertura nacional para la concreción de la historia del
folklore inglés. Justifica su relevancia en que -como sostienen los hermanos Jacob y
Wilhelm Grimm-17 los hechos folklóricos que aparentemente pueden parecer triviales
resultan significativos para comprender mitologías nacionales y/o comparar tradiciones
afines. Asimismo, resalta la inminencia de abordar este trabajo de recopilación de
materiales folklóricos porque encuentra que esas expresiones se ven amenazadas por
lo que él considerada el principal agente de desaparición del folklore: la revolución del
ferrocarril. En sus palabras:
«El caballo de hierro que pisoteaba todos nuestros antiguos hitos y ponía en
fuga todas las reliquias de nuestra mitología popular temprana» (citado Leary
P, 2000:2).

Thoms introduce por un lado, una idea que en el pasado ha sido dominante en el
pensamiento de los folkloristas su compromiso con el rescate y la preservación del
folklore dado que presenta a éste en peligro de extinción. Para concretar este último
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apela a la amenazante tecnología innovadora (la imprenta a vapor y al correo


vehiculizado a través del ferrocarril). Por otro lado, genera el trabajo cooperativo y
dialógico a través de los formatos de intercambios de notas y preguntas de los
suscriptores que promovía la revista.
A partir del interés en el folklore se establece lo que hoy denominamos una comunidad
virtual generada través de Notes & Queries. Mediante este medio de intercomunicación
entre literatos, artistas, anticuarios, genealogistas se produce un flujo textual entre los
participantes en sus roles de suscriptores/lectores/ contribuidores. Dicho flujo supone
compartir registros textuales y clasificaciones de los materiales a partir de prácticas de
recolección de materiales. Este intercambio reúne a un conjunto de personas
dispersas que se identificaban bajo seudónimos – invisibilizando diferencias de clases,
género, y niveles de conocimiento- y se hermanan por intereses que tienen en común
integrándolas como una comunidad virtual. Muchos de los participantes en esta red
tenían acceso a bibliotecas privadas en una época en la que no había públicas por lo
que tuvieron un papel significativo en la ampliación de la circulación de autores y obras
que hubieran permanecido restringidos a los sectores aristocráticos.
Acompañando las transformaciones del mundo académico Notes and Queries fue
adquiriendo un perfil cada vez más profesional. Aunque mantuvo la modalidad de
preguntas y respuestas a los lectores.
A fin de institucionalizar la disciplina W. J.Thoms funda en 1878 la Folklore Society en
Londres. En tal sentido Andrew Lang, Edwin Sidney Harland, Edward Clodd y Alfred
Nut, George Laurence Gomme y colegas trabajaron para establecer la ciencia del
folklore basándose en la antropología evolucionista. Gomme pensaba que el Folklore
debía identificar y comparar las supervivencias de creencias, costumbres y tradiciones
arcaicas en los tiempos modernos. Supervivencias que localizaba en los grupos
menos cultos y avanzados de la sociedad. Estas debían estudiarse ítem por ítem y ser
clasificadas en distintas categorías: narrativa tradicional, costumbres, supersticiones y
creencias, habla folk y juegos. Para la recolección de estos materiales elaboró
cuestionarios específicos.18 Asumía que la recolección era una forma de preservar los
materiales folklóricos y que su estudio contribuiría a comprender creencias y prácticas
primitivas así como también la estructura y el desarrollo de la mente humana. Pero los
estudios no solo se restringieron a Inglaterra sino a sus posesiones de ultramar.
Funcionarios y misioneros realizaron contribuciones sobre el folklore nativo para la
administración y control de las colonias y a todas sus áreas de influencia político
económica. Aunque dicha visión del folklore nativo se elaboró transformándolo, por
ejemplo, en el caso de la India exagerando su conservadorismo para sostener la teoría
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del estancamiento y el atraso de Oriente -que afirmaba que las tradiciones impedían la
modernización de las estructuras sociales e institucionales (K. Narayan,

1993,184) por lo que había que intervenir en “beneficio” de los nativos.


El término acuñado por Thoms se popularizó y la disciplina se desarrolló fuera de
Inglaterra en relación con procesos de formación de los estados naciones y la
construcción política del pueblo estableciendo nexos con la cultura vernácula. En la
Argentina Juan B. Ambrosetti introduce la novedosa disciplina en el artículo titulado
“Materiales para el estudio del folk-lore misionero” publicado en la Revista del Jardín
Zoológico de Bs As. en 1893. En el mismo retoma la definición de folklore de Thoms y
ubica su estudio en el campo de la antropología en el marco del paradigma de las
ciencias naturales dominante. Posteriormente, Adán Quiroga publicó “Folklore
Calchaquí” en 1897 y en ese mismo año se incorpora el investigador alemán Roberto
Lehmann Nitsche que publicó la serie de Folklore Argentino compuesta por siete
volúmenes editados entre 1911 y 1928. Todos ellos se dedicaron a la recolección,
clasificación y análisis de expresiones culturales de origen hispano indígena
supervivientes en grupos folklóricos.
La alteridad de los grupos folk fue definida desde una perspectiva etic, construida por
anticuarios y folkloristas insertos en el proyecto intelectual de la Modernidad. El grupo
portador del folklore fue caracterizado con escaso nivel tecnológico, culturalmente
apegado a la tradición, con predominio de relaciones cara a cara y de la comunicación
oral, asociado al pasado, aunque sus manifestaciones se registraran en el presente.
Mediante la diacronizan de lo sincrónico se lo desvinculó del resto de la sociedad y de
las posibilidades de cambio. De este modo, si bien el folklore surge en una zona de
confrontación entre distintas cosmovisiones, la epistemología de la Modernidad le
impone sus propios criterios al caracterizarlo. Siguiendo a Fanon quienes se
encuentran en la zona ser del ser definen a quienes viven en la posición de no ser, a
los que adjudican una vida retrógrada, autónoma y auto regulada.

El Romanticismo y la Modernidad

El Romanticismo es un movimiento cultural y político originado en el Reino Unido y


Alemania a finales del siglo XVIII como una reacción contra los efectos del capitalismo.
Expresa la desilusión de la burguesía ante la anomia, la alienación mercantil, la
disolución de formas cohesivas de la vida social. Como señala György Lukács la crítica
se basa en las carencias de la vida presente desarrollando un sentimiento de
nostalgia hacia el pasado y el mundo pre moderno (cit. M. Löwy y R. Sayre, 2008: 25).
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Justamente el término Modernität creado por Heinrich Heine en su obra “Cuadros de


viajes” en 1826 refiere al desencanto por la transición del mundo feudal al capitalista
y la insatisfacción con el presente “dominado por la reificación mediante las relaciones
del mercado y el dinero que creaban el egoísmo, la fragmentación y el constante
aislamiento y la pérdida de las peculiaridades nacionales frente a la irradiación
imperialista de la Civilización” (Escobar Arronis, 2006/1993/:2). La imposición de la
racionalidad técnica, la secularización, la burocratización, la mecanización, el
predominio del cálculo racional - que se consideraban necesarios para el progreso- en
la interpretación de los románticos indican el fracaso del nuevo orden por lo que
plantean una cosmovisión alternativa frente a la de la Ilustración.
Los románticos a diferencia de los ilustrados sostenían que la humanidad no se
desarrollaba siguiendo a una única racionalidad. Johann Gottfried von Herder, en
particular, va a reivindicar las diferencias culturales, retomando a Giambattista Vico
sostiene que no existe una razón única a partir de la cual se pondera al resto sino
diferentes, por lo que cada pueblo debe ser analizado en su contexto concreto no en
relación a otro, introduciendo la idea de la diversidad cultural y del relativismo cultural.
Va a fundamentar teóricamente esta posición a través de su visión del lenguaje. Para
él el lenguaje no es reflejo del mundo sino que lo constituye, determina la forma y los
límites con los que se representa la realidad. Los datos de la realidad percibidos por
los sentidos son mediados por la reflexión que brinda una orientación (selecciona
datos) para su entendimiento. Al recordar dicha selección se genera una
representación del objeto (sustitución), en términos herderianos un símbolo. Este
primer diálogo de rememoración abriría la posibilidad al diálogo con otro/s (repetición
de la rememoración)- a lo transindividual y comunitario. (Segura, 2003) El símbolo se
expresaría sonoramente y se replicaría y colectivizaría dando origen a las palabras y a
la gramática del lenguaje. La aceptación colectiva del lenguaje lleva a la consolidación
de una identidad comunitaria y una cultura. Pero dado que no todos los grupos
humanos seleccionan los mismos datos, porque depende de las relaciones prácticas
que tengan con su entorno- el lenguaje va a presentar diversidad. Este desarrollo
plantea claves para comprender la constitución de alteridades en un proceso histórico
en el que se asigna un rol importante a la comunidad. Herder aplica las derivaciones
de estas reflexiones en la conceptualización del folklore. Para él el pueblo campesino
/volk/ afincado en su medio rural por generaciones ha preservado la genuina cultura
local frente a la cosmopolita. La verdadera cultura se expresa en el lenguaje propio del
grupo, en éste se hallan el pensamiento, la tradición, la historia, la religión y las bases
de la vida. Esta cultura del volk, que es su alma, constituye el sustrato de una nación:
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el Volkgeist. De este modo, se están formulando principios y argumentos para


sostener el nacionalismo cultural retomado en la formación de numerosas naciones. El
folklore se diferencia de la cultura de los sectores populares urbanos. Mientras que el
primero es asociado a lo originario, al pasado, lo auténtico, lo popular el urbano es
vinculado con lo degradado y lo espurio. En palabras de Herder:
“El pueblo no es la turba de las calles que nunca compone o canta sólo chillan
y destruyen” (cit. Burke, 1996:60).

Si bien la cultura folklórica es hábito, tradición y tiene un papel central en la cohesión


grupal para Herder, éste no posee una idea estática de la tradición. Lo que cuestiona
son los cambios que se le imponen a ésta por modelos culturales externos foráneos
que conducen a procesos de alienación (D. Denby, 2005). Para salvaguardar al
folklore de los procesos de alienación propicia su recolección. En tal sentido registra
las canciones populares alemanas atendiendo a que reflejan los patrones culturales de
la sociedad y sus orígenes y retienen el lenguaje en su forma más genuina. Los
hermanos Jacob y Wilhelm Grimm, también, se interesaron tempranamente por la
recopilación de los cuentos maravillosos (märchen) de los campesinos para poder
acceder a los orígenes de la mitología y de las instituciones de la sociedad. Para Jacob
Grimm éstos eran remanentes de antiguos mitos indoeuropeos. Con tal finalidad se
concentraron en recoger directamente de los narradores los relatos respetando
variaciones dialectales, fórmulas estilísticas, sin introducir modificaciones, lo que
significaba un abordaje distinto al desarrollado hasta ese momento dado que valoraba
el carácter documental de su registro. La mayoría de sus consultados fueron
campesinos de los distritos de Hanau y Kassel en Alemania. Destacándose Dorothea
Viehmann campesina de 50 años quien poesía una memoria notable, recitaba una vez
el cuento y luego lo dictaba para su transcripción. En la primera edición de los
“Cuentos de la infancia y del hogar” , según los autores, se transcriben los relatos
como fueron narrados sin introducir modificaciones respetando las características de la
tradición oral en términos de repeticiones de frases fórmulas, tono, estilo, modos
expresivos, aunque los tradujeron de dialectos al alemán. Si bien, inicialmente, no
estaban destinados para su trasmisión a los niños en el hogar fueron criticados por la
truculencia de muchos de los textos. Lo que llevó a que Wilhelm Grimm en ediciones
posteriores realizara un trabajo editorial eliminando cuentos que podían ofender a la
sensibilidad puritana de la audiencia, dándole a los cuentos un estilo similar,
incorporando diálogos, mejorando la trama, extrayendo elementos rústicos, fundiendo
versiones de un mismo cuento, o completando aquellos fragmentarios e incorporando
motivos psicológicos, (J. Zipes: 2014), insertando proverbios para favorecer su
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autenticiad (R. Bauman y Ch.Briggs cit.Ulf Palmenfelt 2010) Las distintas ediciones de
la obra evidencian los procesos de textualización a que fueron sometidos los relatos
orales y moldearon la estructura y la forma expresiva del cuento folklórico. En ningún
caso se incluye información sobre la situación contextual o el modo de la interpretación
(performance del narrador). Las recolecciones de Herder y los Grimm se constituyeron
en un modelo a seguir promovieron la admiración y valoración positiva del folklore y de
su portador.
La tradicionalidad de los relatos era sustentada a través del análisis comparativo de
versiones procedentes de fuentes orales y de las escritas evidenciando su continuidad
temporal.
Otros géneros recopilados se relacionaban con la poesía. Para Herder la poesía
folklórica o natural no estaba sujeta al artificio conscientemente buscado de la poesía
erudita y culta sino a la libre imaginación. Era resultado de la obra colectiva y anónima
del pueblo y su autenticidad se sustentaba en su trasmisión oral intergeneracional y
que eran recolectados de la boca de los campesinos. Estos mismos criterios son
sostenidos por los hermanos Grimm. Como señala Burke (1996,58) tres principios
caracterizaron los estudios de géneros folklóricos (cuento, poesía, cantos) en
Alemania 1) el primitivismo de las expresiones folklóricas, remitían a la formación
original de un pueblo, establecían conexiones con el pasado remoto, 2) la relevancia
de la comunidad en el proceso de creación y trasmisión oral de las producciones
folklóricas Si bien la acción individual es importante éstas deben ser validadas por la
comunidad y 3) el purismo de las mismas por no estar contaminados por elementos
foráneos.

A modo de síntesis
En este breve recorrido intelectual se ha reflexionado sobre los distintos procesos
mediante los cuales la modernidad produce el folklore como una alteridad. A este Otro,
sujeto folk, se le asignan saberes, afecciones, moralidades, agencias, temporalidades,
movilidades y sociabilidades posibles. Diseñado desde la cara bifronte de la
Modernidad– ya sea desde la perspectiva evolucionista de los anticuarios o la
relativista de los románticos- no solo se desarrollan distintos dispositivos analíticos
contrastaciones, comparaciones, oposiciones binarias, esquemas jerárquicos, etc.-
para su categorización sino que se formulan vínculos emocionales de desaprensión,
rechazo, nostalgia o admiración, se emiten juicios de valor: conservadores,
anacrónicos o auténticos. Se le asignan agencias –trasmisión intergeneracional oral,
recreación colectiva de sus expresiones culturales, autorregulación social- y estipulan
espacios sociales específicos para su desempeño (ámbitos rurales, sociedades pre
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modernas). En esta perspectiva se disuelve el individuo en la anónima colectividad y a


ésta se la envía al pasado. Estas características fueron pensadas con los criterios de
una Modernidad que ensalzaba al sujeto individualista, orientado a la innovación,
cosmopolita, más interesado en el presente y futuro que en el pasado y presume que
la razón ordena la naturaleza, la historia y la sociedad. Por lo que las descripciones de
las diversas expresiones folklóricas que realizan distintos autores del período
responden más a sus criterios que a los nativos de sus productores.
Esta construcción de la alteridad se concretó a través de prácticas discursivas de
intelectuales que mediaron con las voces del Otro legitimando dicha práctica a través
del modo de recoger la información y las fuentes consultadas. Estos intelectuales
lograron la adhesión del público moderno al folklore y a la alteridad a la que aludía. Por
lo que a fines del siglo XIX se inicia un proceso de institucionalización de ámbitos de
estudio y difusión sobre la problemática. Se plantearon en forma incipiente cuestiones
metodológicas que en la actualidad se debaten como por ejemplo las prácticas de
representación de la oralidad en la escritura y la textualización, la contextualización de
la producción oral, las clasificaciones de los géneros discursivos y sus relaciones de
intertextualidad, etc. Pero también como es el caso de Herder que sembró las bases
del giro lingüístico al señalar que el lenguaje no solo es un medio de conocimiento o
vehículo de comunicación sino que posee una entidad propia que impone sus límites,
y determina en cierta manera, tanto al pensamiento como a la realidad. Asimismo,
como lo evidencian los casos de las sagas de Islandia y las recolecciones del folklore
de la India -mencionados más arriba- tempranamente surge un uso del folklore como
recurso meta cultural (Kirshenblatt-Gimblett, B. 2004). Fue apropiado por sectores
ajenos a su producción para darle otro sentido y aplicarlo a una finalidad política. Las
actuales políticas culturales operan sobre expresiones folklóricas de distintas
comunidades convirtiéndolas en patrimonio cultural intangible para ampliar su
circulación a nivel global, efectuar planes para su preservación, celebrar la diversidad
en términos de un relativismo cultural. Sin embargo, toda intervención como las
acciones referidas no pueden impedir el cambio o congelar el presente del folklore por
el contrario incluso pueden promoverlos.

Notas

1
Se refiere a los conocimientos epistémicos generados, diseñados y distribuidos desde
espacios políticamente dominantes llamados “modernos” que se proponen como bases para el
conocimiento y la construcción de subjetividades /identidades en espacios subordinados,
justificando la dominación colonial. Dicho conocimiento mantiene la hegemonía del
eurocentrismo como única perspectiva del saber. En breve, se presume que el único saber es
producido en centros de poder y se lo aplica políticamente para mantener relaciones coloniales
14

con regiones históricamente marcadas como subalternas. La diferencia epistémica es una


diferencia colonial.
2 Spaccio de la bestia trionfante, 1584/5.
3 Inquiries into Vulgar and common Errors, 1686.
15

4 Traité des superstitions selon l'Ecriture sainte, mes décrets des conciles et les
sentimens des Saints-Pères et théologiens. Ch. XXII De l'Astrologie Judiciaire. En quoy
consiste cette espèce de Divination ? Qu'elle est défendue par les lois divines et humaines,
écclésiastiques et civiles. D'où vient que les astrologues et les autres deviens disent
quelquefois la vérité ? Encore qu'ils disent la vérité nous ne devons pas les croire, Paris,
Antoine Dezallier, 1679
5 Antiquitates vulgares: or The antiquities of the common people, 1777
6 Examen des Prejudes vulgaires pour disposer, 1704.
7 En el islandés” el sustantivo femenino saga (plural sögur), significa „narración, relato,
historia‟ (Magnússon, 1989: 792). Se trata de una palabra, que tras la introducción de la
escritura en el siglo XII, sirvió para designar también la narración escrita, y en el lenguaje
medieval sirve para todo tipo de narración en prosa sin la distinción moderna entre
históricamente auténtica‟ y ficticia‟…. Los nordistas suelen clasificar las sagas, en sentido
estricto, en cinco grupos: en primer lugar cabe mencionar las Sagas de los islandeses
(Íslendingasögur), luego las SagaS contemporáneas (Sturlungasaga), las Sagas de reyes
(Konungasögur), las Sagas de obispos
(Biskupasögur) y, finalmente, las Sagas arcaicas (Fornaldarsögur) (Schier, 1970: 35)” …
Asimismo, se diferencian tres subgéneros más de la saga: 1. Heilagra manna sögur
(narraciones de santos); 2. Riddarasögur (sagas caballerescas); 3. Lygisögur (historias
mentirosas). ( Erla Erlendsdóttir, 2006:334)
8 Eddur es el plural de edda. Estas son narraciones en prosa (Edda menor) y en forma
poética (Edda mayor) relacionadas con la tradición escáldica.
9 Islandia, sive Populorum & mirabilium quae in ea Insula reperiuntur accuratior descriptio
(Leiden,1607)
10 Publicó un poema etnográfico Van Yslandt ( Sobre Islandia) en 1594.
11 Como ilustra la Carta marina et descriptio septemtrionalium terrarum. elaborada por
Olaus Magnus (sueco) en 1539 en la que se consigna “ By including in the lower right sheet of
the map the names/arms of all the peoples and tribes tracing their origins back to the Goths,
conquerors of Rome, originally to be located in Scandinavia, Olaus expresses a special
Swedish patriotic conviction, which had already got its first public expression in the 15th century.
He gives a graphic illustration of the Goths' origin in Götaland and how they spread out over the
world, also giving the most important references to the ancient and more recent authors
discussing them”. http://cipher.uiah.fi/forum/materials/carta_marina?lang=en
12 Conocida en latín como Epistola pro patria defensoria (Hamburg 1618) 13 Todas estas
cuestiones, el pasado remoto de las tradiciones poéticas y su condición de no corrompidas por
influencias foráneas, debido al aislamiento de sus productores van a ser activadas
posteriormente para emplearse como argumentos del movimiento independentista islandés del
siglo XIX y se van a arraigar en posteriores concepciones científicas del folklore.
14
"todos los tipos de crónicas e historias, historias antiguas y poemas sobre dragones,
serpientes, enanos y gigantes. Sagas sobre personas conocidas por su nombre, viejos
claustros, castillos, residencias reales y ciudades por los cuales se podría obtener información
sobre cómo eran otros tiempos antiguos y heroicos y poemas rúnicos, sin olvidar registrar sus
melodía " Traducción de los autores 15 The Society of Antiquarian se funda en 1780 y es
oficializada por Carta Real de 1783, la Cambridge Antiquarian Society en 1840 y la Royal
Society of Antiquaries Ireland se crea en 1849.
16 Su publicación va a continuar hasta la actualidad por la Oxford University
Press.
17 Las obras de estos autores van a ser importantes referentes en la
justificación y visión de los estudios folklóricos de Thoms. Como señala J. Roper
“but in intellectual terms the most significant influence on his development was his
reading of Jacob Grimm‟s work”. (Roper,2007:206) La obra de este último “is the
most cited figure in many of Thoms‟s chief publications on folklore in book form”
Roper 2007:207)
18 The Handbook of Folklore, 1890

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