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Trabajos escritos Luis Carlos Torres Soler1 Los trabajos escritos se requieren para el aprendizaje de

los conceptos, de apreciaciones, de la interacción entre ellos y del mismo lenguaje. Todo trabajo
escrito debería ser el resultado de síntesis de información y conocimiento, de la experiencia, de la
crítica, y de la aplicación que se realiza al conocimiento. Los trabajos escritos son resultado de
procesos de consulta, de procesos de investigación, de gestión del conocimiento, de querer
plasmar ese poquito conocimiento que se ha adquirido. Con el nombre de "trabajo escrito" se
clasifican una serie de escritos discursivos que van desde los trabajos para el grado (monografía2 ,
tesina, tesis), hasta el artículo científico, el ensayo, el resumen y las tareas. La progresiva
especialización de las disciplinas hacia un conocimiento cada vez más reducido, canaliza los
esfuerzos de los trabajos monográficos, en que algunos tienen buena profundidad y amplitud,
pero también, otros son producto de la rapidez por cumplir con algo, lo que los hace sosos. El
ejercicio de la escritura es, para toda persona, un desafío, porque quizás no se ha estudiado para
que esta pueda ser fluida; pero, en general falta mucho conocimiento de lo que interesa, lo que
debe tenerse en cuenta para que el trabajo escrito sea acorde con lo que dicta su propia
consciencia, sobre todo, porque se requiere de reglas de semiótica, semántica, sintaxis, gramática,
ortografía; las cuales son fundamentales para que los trabajos escritos tengan la mejor estructura
y el mejor conocimiento. Indudablemente no existe posibilidad alguna de indicar adecuadamente
cómo asegurar el éxito de la escritura. Circulan muchos libros al respecto pero poco se aplica lo
que indican. Para una buena escritura hay mucho de práctica, de borradores que se descartan, de
comentarios de los lectores amigos, de relectura que desemboca en continuas modificaciones por
el mismo aprendizaje que se logra y que repercute en 1 Matemático, Maestría en Ingeniería de
Sistemas, Maestría en Ciencias de la Educación, docente investigador Facultad de Ingeniería de la
Universidad Nacional de Colombia. e-mail: lctorress@gmail.com. 2 Una monografía, en sentido
amplio del término, es una descripción, narración o exposición explicativa, sobre un tema reducido
que se trata de manera circunscrita. Es un escrito en que se correlacionan variables. Una
monografía forma parte del conocimiento, habilidades y capacidades a adquirir para iniciarse en
los procesos investigativos. Por tanto, elaborar una monografía es también un trabajo escrito. 2 la
escritura misma. Para escribir bien, hay que escribir y reescribir de manera regular. Un trabajo
escrito podría ser descriptivo, crítico, reflexivo, filosófico o narrativo, por tanto tendrá un
conocimiento específico. En él se plasman experiencias vividas, realidades poéticas, características
logradas para un proceso investigativo, síntesis reflexivas de lo que se lee y relee para comprender
situaciones o fenómenos, pero cualquiera sea el tipo de trabajo escrito, requiere un proceso que
lleva buen tiempo, que podría comenzar con algún desorden organizacional, mental, estructural;
sin embargo, a medida que se realiza el proceso de escribir, se elabora un método apropiado que
conduce a lograr los propósitos y metas especificadas. Lo cierto es que un trabajo escrito –como
toda producción textual– comienza con la generación de ideas, que se evalúan y se modifican, se
complementan y se concatenan para plasmar el “cuento” sobre algo. La redacción de un trabajo
escrito podría considerarse que es un parto de una obra gestada durante un tiempo; es decir,
requiere de un tiempo. El material (información, datos, conocimiento), las hipótesis, el conjunto
de ideas, etcétera; recogidos, ordenados, elaborados, sistematizados y sintetizados, dan a luz un
documento escrito en el que se expresan los pensamientos sobre un determinado tema [Ande97].
La palabra trabajo tiene un significado preciso: acción, actividad, meta, fuerza, razonamiento. Los
trabajos escritos3 siguen normas respecto a su elaboración: búsqueda bibliográfica sobre el tema
(por ejemplo: las redes inalámbricas, los algoritmos genéticos, las redes competitivas, el enfoque
sistémico, el desarrollo de competencias, cómo elaborar una tesis, gerencia de proyectos, las TIC y
el aprendizaje, el juego y las redes sociales,…); se realizan lecturas en libros, periódicos,
semanarios, revistas de divulgación científica para empezar a elaborar un escrito en el que se
integran datos, información y conocimiento encontrado, pero a manera síntesis y con las
reflexiones pertinentes. Pero también, es importante resaltar que se adquiere buen conocimiento,
se plasman posturas o reflexiones propias que proveen una contextualización sobre ese algo. La
mente es como un paracaídas, si no se abre, no sirve. Un buen trabajo explora, descubre,
comprueba, expone; por ende, aunque siempre recurra a lo ya dicho sobre la problemática, el
fenómeno, el objeto, nunca se debe copiar o tomar las ideas literales de otros autores sin la
respectiva citación y referenciación. La originalidad del trabajo escrito depende de las
competencias de escritura y la comprensión lectora, del análisis textual y de la calidad de
concatenación en el texto. 3 Aunque los "trabajos" suelen consistir --en el mejor de los casos-- en
una paráfrasis o resumen de los textos leídos, cuando no --la mayoría de las veces-- es una copia
textual de un documento, o de textos encontrados en rincóndelvago.com, monografías.com,
sehacentareas.com; lo cual no debería realizarlo ni de forma simple un buen profesional. 3 Es
preciso no limitarse a copiar o a repetir conceptos aprendidos o consultados; en otras palabras,
deben tomarse las ideas, reflexionar sobre ellas y explicarse con palabras propias realizando
paráfrasis, deducciones, inferencias, etcétera. Al aplicar estas técnicas se observa poco a poco el
nivel de rendimiento y cada vez la expresión será más clara y concisa. Cuando se intenta enseñar
cómo se hace un trabajo escrito (monografía, trabajo de grado, proyecto de investigación, ensayo,
tesis, etcétera), muchas veces se indica el tipo de bibliografía que se requiere leer, con el fin de
que sinteticen lo que leen y luego reescriban con sus palabras esos significados que serían
pertinentes. Esto implica legitimar una búsqueda de información y exponer de otra manera el
escrito con adecuada presentación. Muchos trabajos requieren síntesis, introducción, abstract y
conclusiones propias, la reacción es "no sé qué poner" (esto no significa negar la existencia de
esfuerzos en sentido contrario). Pero hasta el momento, se podría afirmar que está bastante
generalizado el hábito de elaborar trabajos copiando masivamente de otros textos. Además, desde
una perspectiva didáctica, la práctica –cuando reviste las características señaladas– puede ser
juzgada como la negación misma de una serie de conceptos pedagógicos innovadores y de los
objetivos que, al menos teóricamente, preceden programas y planificaciones.

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