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Película 4: Revolución Me

Historia de México

4-11-2023

Juan Manuel Herrera Espinosa


¡Vámonos con Pancho Villa!
En la película se puede observar la construcción de la narrativa que le daría fuerza
y justificación a la lucha, la creencia compartida de que “ya está muy mal la cosa
“y la de que “Pancho Villa pelea para que todos tengan tierras propias y qué
comer”. Así es como la convicción de derrocar al régimen existente y el hartazgo
de las prácticas autoritarias del momento, conllevaron la creación de un ejército
caracterizado por la pluralidad de sus miembros cuya mayoría no tenía un
entrenamiento militar formal y por lo mismo se puede observar el grandioso
protagonismo que se le da a Villa en la Revolución. La segunda década del siglo
XX, en México, estuvo colmada de facciones militares e ideológicas bastante
determinadas, ya que los abusos del Porfiriato llevaron a más de un grupo a
organizarse y tomar las armas a lo largo de la década, entre ellos: maderistas,
zapatistas, constitucionalistas y villistas. Pero a pesar de las distintas voces que
clamaban durante aquellos tiempos, la película hace un énfasis en Pancho Villa y
su ejército, al grado que pareciese que Villa es la Revolución.
La importancia que jugó este personaje en el desenlace de los eventos es
innegable; su don de gentes, su determinación, sus notables habilidades militares,
su lealtad y atención a sus hombres, y su espíritu resiliente, le otorgaron
justamente el apodo de “Centauro del Norte”, así como el reconocimiento de héroe
nacional hasta nuestros días. Sin embargo, la película se limita a exponer las
demás voces y demandas que exigían cabida. Poco se menciona el trasfondo del
problema agrario para los zapatistas y su exigencia de una profunda
reestructuración de las formas prevalecientes de propiedad o sobre el objetivo de
Carranza de restablecer el orden constitucional y asentar al gobierno en un marco
legal sólido. La película es villicentrista y habla principalmente de la devolución de
tierras, la reforma social y el derrocamiento de los grupos en el poder como
justificación de la lucha armada.
Para finalizar con una opinión, creo que “¡Vámonos con Pancho Villa!” es rica por
el imaginario histórico que proyecta, pero aún más, por la valentía y heroísmo con
el que proyecta a los revolucionarios. Ese ejemplo de espíritu con sed de justicia e
igualdad, de amor a la idea de un país mejor y de valor para actuar, que
comparten los rebeldes es quizá uno de los mayores legados que nos dejó la
Revolución Mexicana. Hoy en día habitamos muchos inconclusos y nos sobran las
peleas por enfrentar, sin embargo, el espíritu revolucionario sigue vigente en la
inexorable lucha por justicia.

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