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Centro Nirvana

REENCARNACIÓN - Ley de KARMA


El AMOR es la fuerza más poderosa del Universo... por eso el Maestro Jesús insistía tanto en el
Amor... amar a Dios, amar al prójimo como a Uno Mismo, perdonar a los enemigos, amar a todos.
Por eso antes de Jesucristo el Buda en la India enseñó el camino de la compasión y el amor hacia
todas las criaturas, por eso en todas las religiones se dice que Dios es Amor... Nuestra Misión como
Seres Humanos es el AMOR, ese es nuestro camino hacia la Perfección, la EVOLUCIÓN! Esto es
posible gracias a la PLURARIDAD de existencias o REENCARNACIÓN, ya que en una sola vida no
se puede lograr la perfección.
Reencarnar, significa volver a encarnar; o sea volver a tener un cuerpo de carne, aunque en verdad no
es solo este cuerpo, sino es volver a animar los cuerpos inferiores o en Ascensión (Cuerpos FISICO,
ETÉRICO, MENTAL INFERIOR y ASTRAL). . Nuestro ESPIRITU o Chispa Divina e inmortal y
perfecta, y encarnará por medio de su representante que es el Alma quien anima o da vida, a nuestros
cuerpos en Ascensión.
Los diversos períodos necesarios para la REENCARNACIÓN para la evolución del hombre están
regulados por la ley de causa y efecto o de acción y reacción, por medio de un principio que se llama
KARMA o "Principio Universal de Justicia Retributiva". (La palabra karma es un vocablo del idioma
sánskrito que significa “acción”). “Karma es la ley infalible que ajusta el efecto a la causa, en los
planos físico, mental y espiritual ,haciendo llegar hasta su productor.” Nada que suceda puede estar
desconectado de una causa previa, y nada de lo que hagamos quedará sin producir un efecto. Cada
acto, palabra o pensamiento produce su consecuencia, que más tarde o más temprano se ha de
manifestar; y ese efecto puede convertirse a su vez en una nueva causa que generará ciertos resultados.
( “El fuego quema, y si usted pone las manos en el fuego se dañará”, no es un mandamiento para ser cumplido ni establece
una pena a quien no lo respeta, sino que es el enunciado de un hecho natural y de las consecuencias que tienen ciertas acciones
en relación con esto. Si alguien arroja una piedra hacia arriba, es obvio que ésta caerá y lo golpeará, por el mero hecho de que
hay una ley natural, impersonal –llamada “ley de gravedad”– que determina que todos los cuerpos tiendan a caer hacia el centro de
la tierra. Pero si esta persona desconociera la existencia de la ley de gravedad, podría interpretar el hecho como un enojo de los
dioses por haberles arrojado la piedra, quienes, como castigo, respondieron a su vez con otro piedrazo. Y si tuviéramos que
explicarle a esta persona por qué le cayó la piedra, le diríamos que no hay tales dioses enojados, que no se trata de un castigo,
sino que el golpe que recibió fue producto de su propia imprudencia y de su desconocimiento de ciertas leyes físicas)
Así también como cada uno lleva su bagaje de lo bueno y lo no tan bueno que haya hecho en otras
vidas; lo primero es el crédito, lo segundo, la deuda que debemos saldar. No es un castigo, es
simplemente cosechar los frutos de lo que hayamos sembrado, es la Justicia Divina que actúa de
manera impersonal. Y que más justicia que recoger los frutos de lo que nosotros mismos
sembramos (así el asesino muere matado de la misma forma, o el dadivoso es premiado con una buena
situación económica) Es que se trata de la mejor enseñanza, ya que al sufrir en carne propia lo que
le hacemos a otro, aunque sea en otra vida y sin recuerdo de la anterior, esa persona no vuelve a
hacerlo. “Lo que el hombre siembre, eso
cosechará”,decía Jesús, y también: “Según con la vara que midieran, serán medidos”.
El Karma lo llevamos de encarnación en encarnación. El buen Karma o el Karma que nos hace crecer,
nos ayuda a sobrellevar el Mal Karma que podamos haber acumulado en reencarnaciones anteriores. Si
en una vida no se aprende la lección se nos dan otras oportunidades. Estamos aquí para
aprender y para ayudar a otros a que aprendan... cada cual en su escalón evolutivo, cada cual en
el momento de su Karma.

Karma es una una ley operativa universal que tiende a restablecer la armonía y el equilibrio perturbados,
tanto en el mundo físico como en el moral. El hecho de que nazcamos en determinada familia, país,
situación económica, con ciertas capacidades o defectos, o que nos ocurran ciertos hechos “fortuitos”, “al
azahar”, “por desgracia”, responden también a nuestra naturaleza; hemos producido todo esto y por eso
nos vemos envueltos en las situaciones actuales, pero no como un castigo, sino como un efecto natural
de lo que somos.
La sensación de que estamos separados y somos entidades independientes está basada en
una ilusión. Observando la vida podemos fácilmente descubrir esto; sabemos que todos compartimos
el planeta, y que cuando una nación contamina, poluciona el mundo de todos, y el efecto será sufrido no
sólo por quienes cometieron tal acción. La interrelación es pues inevitable, porque vivimos en un
universo que conforma una unidad, más allá de la aparente separación que percibimos. “No puedes
arrancar una flor sin perturbar una estrella”, decía el inspirado poeta.
Existe un karma colectivo que incide sobre mi karma individual. El agregado de Karma individual se
convierte en el de la nación a la que esos individuos pertenecen, y la suma total de Karma nacional es el
Karma del Mundo. La ley de Karma entonces, no es sólo una ley individual, puesto que si no tuviera una
más amplia esfera de acción sería imposible que pudiera ser una perfecta balanza en la vida y en el
progreso del mundo.
“Nadie es tu amigo, nadie es tu enemigo: todos son igualmente tus maestros”. Ley de
Karma entonces es una ley educativa, al par que de justicia. Pero también lo es de responsabilidad,
porque recordemos que todas nuestras acciones afectan a la humanidad entera, lo cual nos da a su vez
la oportunidad de colaborar de una forma importante en la evolución de todos, a través de una verdadera
transformación propia. Nuestro deber es hacer las cosas del mejor modo posible ahora y depositar
confiados los resultados en manos de la Justicia Universal. Nada hay que pedir ya que todo aquello
que merezcamos nos será “dado”. Por esta razón Jesús aconsejaba a ser “como los lirios del campo”
cuando exhortaba a sus discípulos a vivir el presente de un modo correcto y responsable, sin
preocuparse por el futuro, puesto que éste es un Universo de Orden.
El Amor es la fuerza más poderosa del Universo.

Ni siquiera el tiempo, el nacimiento, la muerte pueden destruir los lazos del amor. La separación física de
los seres queridos es transitoria, la comunicación siempre continúa en otros niveles. Aquellas personas
que se conocieron y amaron en el pasado reencarnan en el futuro. Aunque no recuerden sucesos de sus
vidas pasadas se sentirán fuertemente atraídos el uno al otro.
En cada nueva reencarnación el amor se profundiza y poco a poco va creciendo para ser cada vez
menos egoísta, más desinteresado hasta que después de muchas, muchas vidas, es perfecto.
Generalmente reencarnamos para estar juntos a quienes debemos estar. Asimismo tenemos las
ilusiones ópticas que nos están engañando constantemente.
La reencarnación es producto de la Misericordia y Amor Divinos, ya que si hubiera una sola
oportunidad en la eternidad esto habría sido demasiado injusto. Nos ayuda a entender por qué una
persona nace con ciertas condiciones y otra no.
Además, la misma ley física nos enseña que la materia ni se crea, ni se destruye, solamente se
TRANSFORMA.
La historia kármica nos ayuda a entender por qué nos sentimos atraídos hacia ciertas personas en este
nivel y por qué rechazamos a otras. Si tenemos una relación sin problema alguno... ¿qué vamos a
aprender? Por eso muchas veces las familias tienen que enfrentar juntos muchas situaciones... para
aprender, para conocer, para salir adelante en la evolución. Una vez que se ha entendido y
aprendido la lección queda borrado ese Karma y no hay que volver a reencarnar para
pagar/aprender ese Karma, aunque lo más posible es que haya que reencarnar para aprender otras
lecciones que aún no hayan sido superadas.
La Ley actúa aunque no la conozcas o tu cultura no te permita aceptarla; es una Ley, un Principio;
es como las leyes de física, actúan solas. Y es tan maravillosa y perfecta que une en familias a
aquéllos que han formado lazos entre si, tanto de amor como de odio, rencores, etc. para que
todos aprendan a: “AMARSE LOS UNOS A LOS OTROS”.

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