Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
En la parábola de los Talentos, sabemos que talento era una unidad de medida monetaria utilizada en la
antigüedad; pero con esta parábola El Señor trata de mostrarnos la inteligencia y la aptitud para desempeñar
una ocupación o función.
Lea esta frase que encontré que dice: ““El éxito es despertar por la mañana, quien quiera que seas, joven o
viejo, y saltar de la cama porque hay algo que te gusta hacer, en lo que crees, para lo que eres bueno. Algo
que es más grande que tú y que difícilmente puedes dilatar o esperar que otro lo haga”. Los talentos en
nosotros son esos regalos que Dios nos ha dado para poder servir en Su reino, hacer crecer Su obra, para
desarrollar nuestro potencial, la capacidad que EL ha puesto en nosotros. Pero para poder llevar a cabo el
desarrollo y mejora de estos talentos o dones que Dios nos ha dado, no podemos esperar que alguien más lo
haga por nosotros, es algo que nosotros decidimos si avanzamos o lo escondemos como dice la parábola de la
biblia y no dejamos que esos regalos que Dios nos dio sean realmente usados y bendigan a otros.
EL Señor quiere que demos lo mejor de nosotros, EL sabe de qué estamos hechos y cuáles son aquellas cosas
en las que seremos verdaderamente buenos y en cuales no,
Hoy hablaremos de 4 aspectos que nos pueden ayudar a ser mejores administradores de nuestros talentos a la
luz de la palabra de Dios.
1. RENOVAR NUESTRO ENTENDIMIENTO: Romanos 12:2, 2 Cort 5: 17 Muchas veces no somos buenos
administradores porque nos conformamos, nos resignamos a hacer las cosas que nuestro entorno, la sociedad
o el mundo nos ha implantado en nuestra mente y nos hace creer que todo lo que hacemos está bien;
pensamos, hablamos y hacemos cosas malas pero convencidos de que es bueno, que es lo normal, que todo el
mundo lo hace, y ya estamos conformes con esto. Debemos pedirle a Dios que nos ayude a renovar nuestro
entendimiento y poder así conocer las cosas en las que podemos ser verdaderamente buenos (Capacidades,
dones y talentos que Él mismo ha puesto en nosotros), conocer su voluntad para nuestra vida, porque eso es
AGRADABLE y PERFECTO. Por eso el renovar nuestro entendimiento es el primer paso para que Dios use
nuestros talentos.
2. CENTRARSE EN LO QUE YA SABEMOS QUE TENEMOS Y PENDIENTE EN LO QUE PODREMOS ADQUIRIR:
Debemos aprender a enfocar nuestra mirada en aquellas cualidades y aptitudes que nosotros ya conocemos
que tenemos. Cuando vemos lo que otros pueden hacer y tratamos de imitarles podemos frustrarnos al ver
que nuestras capacidades no son iguales, ya que Dios ha hecho a cada persona de manera distinta y con
capacidades diferentes. Usé y trabajé con esos dones y talentos que ya tiene y conoce, luego poco a poco ira
descubriendo formas de servir a Dios y si es su voluntad Él le irá añadido más.
3. USAR BIEN NUESTROS TALENTOS: Santiago 4:17 Cuando Dios nos da un talento, debemos de usarlo y
ponerlo al servicio de Él, bendecir a otros y esforzarnos por hacer las cosas siempre bien, si yo tengo capacidad
para hacer algo y lo hago mal, a medias, de mala manera o sin mayor esfuerzo, peco, porque no estoy dando
lo mejor de mí. El tener un talento, un don o una habilidad me compromete a hacer mi mayor esfuerzo,
tendré que dar cuenta a Dios de ese talento.
4. LOS ESTUDIOS SON NECESARIOS, PERO EMPIEZA AUN SIN ELLOS: Éxodo 35:10-35 Muchas veces
esperamos tener las capacitaciones, preparación y estudios para poder hacer algo con nuestros talentos, y lo
que es peor, algunos ni siquiera buscan capacitarse. No podemos esperar a tener la preparación para
empezar a servir al Señor; podemos comenzar hoy, evaluar nosotros mismos y con la ayuda de otros, cuáles
son nuestros dones y talentos actualmente, y empezar a funcionar con lo que ya tenemos, poco a poco iremos
descubriendo que podemos ser mucho mejores de lo que creemos y que Dios nos ha dotado de otras
capacidades y talentos que antes no pensamos que podríamos tener. Pero no olvidemos que los estudios son
necesarios para pulir esas capacidades. Es triste ver tantas personas con talentos diferentes pero estancados
porque no valoran la importancia de los estudios y capacitación, por eso no lo hacen.
Para continuar y terminar por hoy este tema vamos a recordar la parábola de los talentos que aparece en
Mateo 25 y veremos 3 enseñanzas que esta parábola nos da para poder ser mejores mayordomos de nuestros
talentos:
1. LOS TALENTOS NO SON NUESTROS SON DE DIOS: Mateo 25:14 Aquí podemos ver que este hombre llamó
a sus siervos y les entregó sus bienes, los bienes no se los regaló para que fueran suyos, sino se los entregó
para que los cuidaran y administraran. De la misma forma Dios nos entregado talentos que son suyos para que
nosotros los podamos cuidar, usar, administrar y hacerlos crecer en nosotros y para otros (saber cantar, tocar
un instrumento, trabajar con los niños, servir a otros, hospitalidad, sabemos comunicar por la escritura, el
cocinar, ponemos organización y orden, tenemos liderazgo, etc.).
2. NO IMPORTA LA CANTIDAD SINO LA CALIDAD: Mateo 25:20-23 vemos como a los 2 primero siervos los
alabó con las mismas palabra, no importando que fueran 10 u 8 talentos los que le devolvieron. Esto nos
muestra que al Señor no le importa la cantidad de trabajo que hagamos sino la CALIDAD del trabajo realizado
con el talento que Dios nos ha dado. Caemos en el error de pensar que mientras más cosas hacemos más
seremos recompensados por el Señor; y al intentar hacer esas muchas cosas, lo hacemos de forma deficiente
o a medias. No importa la cantidad de dones y talentos que Dios te ha dado, lo importante es hacer un
esfuerzo de calidad para devolverle el doble y más.
3. EL TEMOR PRIMER ENEMIGO DE LOS TALENTOS: Mateo 25:24 y 25 El temor nos inutiliza en cualquier lugar
en el que Dios nos ponga a funcionar. Este hombre dice tuve miedo y escondí tu talento… él estaba claro que
el talento no era suyo pero el temor le llevó esconderlo, a no ponerlo a funcionar y producir. Entonces para
poder echar fuera el temor debemos de confiar y depender del amor de Dios, porque la palabra dice que el
perfecto amor echa fuera el temor. Si amamos al Señor ese amor será el motor que nos impulse primero a no
tener miedo, por el contrario, a ser valientes; y segundo a no ser cómodos sino esforzados. Isaias 41:10.
Termino con una frase para reflexionar que dice:
“El hombre sabio no es el que tiene muchas ideas, sino el que sabe sacar provecho de las pocas que tiene.”