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PROFANOS, PALABRAS

INICIADOS, ACCIONES

La magia del Verbo es algo de lo que el iniciado deberá siempre tomar conciencia; más allá de
cualquier proceso mágico, la verdad sobre el verbo y la diferencia fundamental entre un iniciado y los
profanos; es la ACCIÓN.

Los profanos, sueltan palabras sin sentido, sin darse cuenta de todo lo que generan con ellas; hablan
porque la estructura orgánica se los permite y rara vez, conectan el espíritu y la menta con aquello
que realmente desean decir; los profanos, no miden el alcance de sus palabras, lo que es más, ni
siquiera reparan en darse cuenta de lo que dicen y en qué contexto lo hacen; no se percatan del daño,
de las consecuencias o de las agresiones que realizan con sus palabras..... Un iniciado entiende el
trasfondo de lo que en realidad quiere decir cada palabra, cada frase; entiende o debe entender que
cada palabra se transforma en una acción, mejor aún, el verdadero iniciado, NO HABLA, ACTÚA... su
actos y la coherencia entre lo que dice, piensa y hace, es el reflejo de su persona...

Los profanos hablan sin argumentos; expresan deseos y no voluntades y muestran la simpleza de
pensamientos poco construidos y muy rapaces; los iniciados, deben expresar voluntades, reflejar
acciones contundentes y ser consistentes entre lo que es, lo que debe ser y lo que será.....

Los profanos mienten, engañan, exploran las emociones con entrampadas frases; los profanos no
entienden que con una sola palabra o con una sola frase, se puede destruir... no les importa destruir
lo propio o lo ajeno con frases insulsas, sin sentido y llenas de hipocresía, mentira y ambición... El
iniciado, debe comprender que el verbo construye o destruye con voluntad, que las acciones son
producto del pensamiento y de la expresión de lo que somos como seres humanos; el iniciado debe
entender que la palabra, sólo se otorga y se regala cuando el receptor vale la pena.... jamás debe ser
usada para la difamación, el oprobio, la mentira o la hipocresía....

La gran lección, es que el iniciado debe entender que ésta verdad no es reconocida por el mundo
profano; las reglas mundanas dictan a los no iniciados, que la palabra del mentiroso o fementido,
tiene mayor valor y tristemente así la asignan a sus propios actos; dicen mentiras entre verdades y
expresan sus más fervientes deseos entre bromas o enojos; el iniciado debe ser una sola pieza entre
su pensamiento, sus sentimientos, sus palabras (verbos) y sus acciones...

Si tus acciones como iniciado son coherentes entre lo que piensas, sientes y expresas, pero no son
valoradas por el mundo profano; no te preocupes, al final, por tus acciones serás conocido y siempre
la justicia y el orden, colocará cada cosa en su lugar.

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