LA DELINCUENCIA JUVENIL O INFANTIL CONDICIONAMIENTOS PSICOSOCIALES
13.1. Aspectos socio psicológicos.- Este tipo de perfil delictivo es el menos común de todos, el que presenta un mayor nivel de reincidencia delictual violenta (actúan en solitario), son los más peligrosos en cuanto a su expresividad y potencial criminal. Su nivel de disfuncionalidad y psicopatología es más bien global o generalizado, en él se presentan trastornos agudos tanto en sus funciones socializadoras, educativas y nutridoras (Trastorno de vínculos paternos y maternos). Este tipo de delincuentes son incapaces de sentir remordimiento, proyectan un nivel de violencia extrema, disfrutan del peligro y llegan a sentir placer con el sufrimiento ajeno (sádicos). Su probabilidad de rehabilitación con las actuales políticas de intervención, hacen prácticamente nula sus posibilidades de rehabilitación y reinserción social. Es muy probable que este tipo de delincuente juvenil, en el periodo de su infancia temprana, nunca desarrollaron procesos psicológicos conductuales asociados a la resiliencia y empatía. Nivel de desadaptación social alto, con un estilo de violencia expresivo (compensaciones psicopatológicas), posible consumo crónico de drogas (drogodependientes). 13.1.1. Aspectos etiológicos.- La etiología del crimen es de una muy variada serie de factores a nivel general y causas a nivel individual, que, en interacción, provocan determinados actos que se traducen en delitos. El fácil acceso a las drogas, la falta de oportunidades de empleo, salud, educación y espacios para la cultura y el deporte, la desintegración familiar, la impunidad, entre otros factores, componen el contexto en el que nace y crece la delincuencia juvenil. 13.1.2. Aspectos terapéuticos.- La terapia cognitivo-conductual y los programas dirigidos al entrenamiento de habilidades específicas resultan ser los más efectivos para la mejoría de las siguientes medidas de cambio: funcionamiento psicológico-emocional y psicosocial) habilidades sociales, habilidades de conversación y trastornos de ansiedad (trastorno por estrés postraumático). Respecto al consumo o abuso de sustancias, las comunidades terapéuticas y las intervenciones familiares aplicadas, mayoritariamente en la comunidad, resultan ser las más efectivas en la reducción de esta medida. En cuanto a la reincidencia se puede concluir que las comunidades terapéuticas, la terapia cognitivo conductual, la terapia comunitaria y la terapia familiar. 13.2. Situaciones de Riesgo.- A lo largo de la historia, el concepto de delincuencia ha ido modificándose en función de la situación socioeconómica de cada momento de la humanidad. También se ve el cambio cuando se trata de la delincuencia en menores o jóvenes, produciéndose cambios sustanciales en el perfil y conceptualización del joven delincuente. Se plantea, además, la importancia de los factores de riesgo y vulnerabilidad, como vía más prometedora para la puesta en marcha de acciones eficaces de intervención psicosocial, en personas delincuentes de este grupo etario. Se presentan resultados concluyentes sobre dichos factores y su interacción con variables de personalidad, construyendo un perfil que está siendo modificado por las corrientes socioeconómicas actuales. De ahí, que se invite a realizar nuevas investigaciones que puedan arrojar un mayor grado de claridad sobre la delincuencia en general y sobre la juvenil en particular. 13.2.1. Fugas.- La delincuencia es el acto de delinquir; o sea, cometer una infracción por acción u omisión contemplada en el Derecho Penal de un país. Se trata de un fenómeno social sumamente complejo que afecta tanto a los ciudadanos como a la propiedad pública y privada, así como al patrimonio del Estado y la sociedad en conjunto. 13.2.2. Figura del coordinador personas desaparecidas.- Según la Comisión Internacional sobre Personas Desaparecidas, millones de personas desaparecen cada año, y en muchos de estos casos el crimen organizado está involucrado. Las desapariciones son una herramienta importante de las organizaciones criminales transnacionales, que trabajan por medio de redes y se encuentran integradas en las economías locales. Los periodistas son clave en la visibilización del problema, el entendimiento de este fenómeno y de los efectos que este delito tiene sobre las víctimas, y la lucha contra la delincuencia organizada, actuando como investigadores disuasivos con un enfoque en la opinión pública, en particular donde el Estado y el estado de derecho se han derrumbado. Para investigar las desapariciones relacionadas con pandillas criminales, los periodistas deben comprender primero cuál es la lógica detrás de los distintos tipos de desaparición y luego cómo el crimen organizado impacta la investigación. 13.2.3. Prostitución.- La prostitución es una práctica social muy marcada por el género, involucra mayoritariamente a mujeres en el lado de la oferta de algún tipo de relación sexual a cambio de pago y a hombres en el lado de la demanda, esto es, de quienes compran o consumen servicios sexuales. Se trata de un fenómeno percibido de forma ambivalente. Se tolera o justifica a la vez que se reprueba e incluso criminaliza. El rechazo ético o moral de la prostitución no es unidireccional. Hoy en día se la cuestiona por diferentes motivos, aunque todos ellos se traducen en dosis variables de estigmatización para quienes concurren en esta práctica. Entre los rasgos de la prostitución que dificultan su abordaje científico-social destaca por tanto que se trata de un fenómeno socialmente construido desde la normatividad. Históricamente, la condena social de la prostitución ha tenido carácter moral, base religiosa y ha sido reflejo de la institucionalización social de lo sexual vinculado al matrimonio y a lo reproductivo en clave patriarcal. Se representaban así como desviaciones la práctica del sexo como placer y extramatrimonial. Pero la condena moral de la prostitución en estos términos, como señalaría desde sus orígenes el movimiento feminista, era en realidad doble moral ya que permitía naturalizar las diferencias de género en torno a la conducta sexual, justificando la del hombre como “satisfacción de necesidades biológicas”, y marcando la de la mujer prostituta como “comportamiento vicioso”. Desde hace décadas, se manifiestan en nuestras sociedades cuestionamientos de la prostitución de signos muy distintos. La criminalización del ejercicio de prostitución (particularmente de quienes la ejercen), aunque heredera de la condena moral tradicional, se demanda y expresa hoy en términos de protección de la seguridad ciudadana o la salud y el orden públicos. Y convive con otras dos visiones. Por un lado, la criminalización del negocio de la prostitución (de quienes la promueven y consumen) por considerarlo una forma de explotación y violencia sexual contra las mujeres. Por otro, la demanda de que se regularice su ejercicio y se proteja así de estigmatizaciones y victimizaciones a quienes deciden vivir de la prestación de servicios sexuales. Sobre la presencia y control social de la prostitución coexisten por tanto posicionamientos contrapuestos. 13.2.4. Actividades de ocio.- La construcción de actividades de ocio incide directamente en el desarrollo evolutivo de los adolescentes, capacitando los para una sana socialización en sus espacios cotidianos. La complejidad que plantea el diseño de actividades y programas de ocio requiere el esfuerzo común de los diferentes agentes; así, tanto las administraciones públicas, como los padres, profesionales, los propios adolescentes y las entidades gestoras de estos programas han de coordinar sus esfuerzos en pro de desarrollar equilibradamente los espacios con las propuestas para el ocio. De estas actividades, las encaminadas hacia el recreo supervisado permiten crecer en positivo, pero la alarma aparece cuando los espacios para el ocio, se convierten espontáneamente en guarida para el desarrollo de actividades opacas, transformando espacios dedicados a la diversión en prácticas de riesgo. Llegados a este punto, el presente artículo demuestra que la forma de disfrutar del ocio influye en el desarrollo de actividades delictivas y que a mayor ocio desestructurado, mayor profundización en la trayectoria delictiva. 13.2.5. Pandillas.- Una pandilla (de panda, reunión de personas) derivado del latín pandus, curvado) es un grupo primario de personas que sienten una relación cercana, o Íntima e intensa entre ellos, por lo cual suelen tener una amistad o interacción cercana con ideales o filosofía común entre los miembros. Actividades delictivas; Narcotráfico, robo, robo de automóviles, extorsión, trata de personas, inmigración ilegal, blanqueo de dinero, asesinato, vandalismo, proxenetismo, crimen, asalto, secuestro y tráfico de armas (aunque las actividades pueden ser no criminales) Este hecho los lleva a realizar actividades en grupo, positivas o negativas, que pueden ir desde salir de fiesta en grupo o participar en actividades recreativas conjuntas, en el caso de pandillas juveniles benignas, hasta, como consecuencia de una anomia social, cometer actos violentos o delictivos, tratándose en estos casos de una forma de agrupación criminal (banda o gang) muy cercana en ciertos aspectos a las cuadrillas del histórico bandolerismo, por lo que podría denominarse bandolerismo urbano. También puede ser utilizado como sinónimo de trampa. En algunos países, como El Salvador, Honduras y Guatemala, Nicaragua también se utiliza el término mara como sinónimo de pandilla delictiva. En Estados Unidos y México los Chicanos o Mexicano-Americanos usan la denominación Cholo para referirse a pandilleros, usualmente se visten con pantalones Dickies, camisa con un botón, zapatos Nike Cortez, calcetines largos, y cabeza rapada, o estilo Slick Back. En este sentido, en algunas regiones de Colombia también se usa el término combo. Aunque en sus comienzos representaba a los obreros, especialmente en el Reino Unido, con el tiempo el término ha adquirido una connotación negativa, especialmente en Iberoamérica, ya que su uso comúnmente se refiere a grupos, bandas o tribus urbanas que habitualmente realizan acciones violentas contra otras personas o como sinónimo de una organización o afiliación criminal. 13.2.6. Aspectos Psicológicos.- El tema de la delincuencia juvenil a partir de la pregunta sobre cuáles son los factores que, según la literatura científica (sobre todo en el aspecto psicológico), influyen en esta problemática. Dentro del acervo teórico posible, este artículo se centra en las concepciones planteadas desde el Psicoanálisis y la Psicología Dinámica, utilizando como metodología el análisis documental de fichas bibliográficas, posteriormente categorizadas. El resultado más significativo es encontrar que dichos factores se relacionan con la historia particular de cada sujeto, que puede estar vinculada a una patología de carácter psicológico y con la crisis experimentada en la etapa de la adolescencia. Es por esto que es fundamental que el profesional de la Psicología realice una valoración de la salud - mental que lleve a la elaboración de un diagnóstico y de unos objetivos de intervención claros y pertinentes. 13.2.7. La agresión y sus raíces.- La agresividad es un estado emocional que responde a un conjunto de patrones de diferente intensidad. Se puede manifestar con violencia física, con palabras insultantes o con gestos corporales. Las causas pueden ser muy variadas. La agresividad tiene origen histórico-cultural, pues nuestros antepasados la usaban para poder defenderse de bestias salvajes o incluso entre los homínidos se atacaban por disputas de comida y/o territorio. Esta parte agresiva del humano existe en el cerebro desde hace muchos millones de años e incluye el tronco del encéfalo y el cerebelo. Los bajos niveles de actividad de serotonina en el cerebro también pueden explicar algunos comportamientos agresivos. 13.2.8. Aspectos psicológicos de la delincuencia juvenil.- A partir de la revisión de los resultados presentados se encuentra que, en relación con las consecuencias psicológicas a raíz de la experiencia criminal, se destacan la frustración, el temor, la impotencia y el pánico como las secuelas inmediatas. Por su parte, entre las consecuencias posteriores se presentan el alivio, el temor y una sensación de alerta constantes, así como, sobre todo, un cambio en la noción de la posibilidad de ser víctima de un crimen. En particular, la última consecuencia se resaltó como un factor en el cual los y las participantes coinciden. Cualquier persona puede ser víctima de un acto criminal, en cualquier momento y lugar. En cuanto a las consecuencias posteriores, se extrae que las personas, luego de pasar por las sensaciones de pánico, frustración e impotencia inmediatas, pasan a un estado de mayor calma y alivio, de recuperación ante la experiencia. 13.2.9. La tendencia antisocial.- El descubrimiento de Winnicott de que la tendencia antisocial era un signo de esperanza evolucionó desde su trabajo durante la Segunda Guerra Mundial, cuando se convirtió en Psiquiatra Consulto para el Esquema de Evacuación en una zona de recepción en las afueras de Londres. El impacto que sufrió Winnicott ante esta experiencia dio lugar a muchas conversaciones y programas durante la guerra y post guerra, en donde se exploraron los temas vinculados con separación y privación de la vida de casa. En la introducción de esta colección de artículos, Clare Winnicott, quien fue la primera en conocer y trabajar con Winnicott en este período, describe algo del proceso de descubrimiento mientras él trabajaba con niños y adolescentes que habían sufrido privación. Aunque las circunstancias en las que Winnicott se encontró eran anormales dado a que se estaba en tiempos de guerra, el conocimiento ganado con dicha experiencia tiene aplicación general: niños que han sufrido privación y se convierten en delincuentes, tienen problemas básicos que se manifiestan de forma predecible. Además, los niños que habían pasado a ser responsabilidad de Winnicott eran aquellos que necesitaban provisión especial porque no podían asentarse en casas normales o regulares. En otras palabras, ya se encontraban en problemas viviendo en sus propias casas... La experiencia de privación tuvo un efecto profundo en Winnicott: lo llevó a conocer de forma intensa la confusión traída por la ruptura generalizada de la vida familiar, y el efecto de separación y pérdida, de destrucción y muerte. Ante el comportamiento bizarro y delincuente que se sucedía, el autor manejó y abarcó gradualmente la temática junto a un grupo de trabajo local. Los niños con los que él se encontraba habían alcanzado “el fin del camino”, es decir, no había ningún otro lugar para que ellos fueran y, por lo tanto, contenerlos se convirtió en la preocupación de todos aquellos que trataban de ayudarlos. No hay duda de que trabajar con niños que habían sufrido privación le dio a Winnicott una nueva dimensión y una nueva manera de pensar su práctica, afectando sus conceptos básicos en relación al crecimiento emocional y desarrollo. Bien temprano en su trabajo comenzaron a tomar forma y a ser expresadas sus teorías sobre los motivos detrás de la tendencia antisocial. 13.2.10. Agresión, culpa y reparación.- Este documento obtenido de una conferencia presentada en 1960 por Winnicott a la Liga Progresiva en Inglaterra, fue publicado por la hija del autor en el compilado póstumo "De Privación y Delincuencia". Constituye un valioso aporte para tener presente cuando tratamos con niños y niñas. El manejo de la destructividad infantil que realizan los cuidadores de niños y niñas es fundamental para un desarrollo integrativo del cerebro. El autor plantea que inmediatamente después de llevar a cabo una conducta destructiva, ya sea por error o intencionalmente, todos podemos llevar a cabo conductas de reparación del daño. Al reparar el daño causado, uno puede ver aliviado su sentimiento de culpa. La culpa puede fácilmente llevarnos a reprocharnos de una manera muy dura nuestros errores, y en consecuencia desvalorizarnos a nosotros mismos, mermando así nuestra autoestima. Un ejemplo de cómo la reparación o compensación ayuda, se puede ver en ciertos hábitos de muchos delincuentes habituales, aunque suene difícil de creer, muchos de ellos suelen ser muy generosos con sus familiares y amigos con sus ganancias obtenidas mediante delitos, su generosidad es una forma de protegerse a sí mismos de la culpa de haber eventualmente causado daños a terceros, es un gesto de reparación. La oportunidad de reparar los daños causados nos evita el sentimiento de culpa y fundamentalmente en los niños favorece un mejor desarrollo de su autoestima en general. Desde la perspectiva de este autor, a la hora de enseñar a los niños, los adultos deben propiciar estas conductas de reparación y no apurarse en reprochar, sanar, limpiar u ordenar por ellos mismos, ya que dándoles la oportunidad de hacerlo, tienen la oportunidad de aprender conductas de cuidado y constructividad. Si bien el título del documento es "Agresión, Culpa y Reparación", en el cuerpo del texto Winnicott, no hace referencia a "agresión", concepto que reemplaza por "destrucción", esto es así porque el autor concibe la posible agresión como parte del movimiento, independientemente de la voluntad de hacer daño o del rechazo al objeto o persona agredida; es decir, niños y niñas en los primeros años habitualmente pueden agredir precisamente al expresar cariño; por ejemplo lanzan objetos, tiran el pelo, escupen, muerden, etc. Se puede apreciar que no son conductas intencionalmente dañinas porque su expresión facial indica felicidad. Winnicott se refiere con amor primitivo a la capacidad de los niños pequeños de amar y destruir al objeto amado al mismo tiempo, por ejemplo pueden querer mucho a su mascota sin embargo pueden llegar a tratarla con brusquedad. La integración de la conducta destructiva consiste en que en el transcurso del desarrollo niños y niñas se van haciendo conscientes de su potencial destructivo y transformando sus impulsos amorosos en creatividad y cuidado, dejando atrás el amor primitivo caracterizado por el posible daño a los objetos deseados. 13.3. ASPECTOS LEGALES.- Es innegable que las mafias o criminalidad organizada forman parte de nuestras vidas, pero ignoramos cuáles son sus tramas, su funcionamiento interno y externo, los métodos para el blanqueo de dinero negro y, sobre todo, las consecuencias para la sociedad y el buen ordenamiento jurídico económico. Las actividades ilícitas que desarrollan van desde el tráfico ilícito de vehículos, de órganos, de personas, de obras de arte hasta la falsificación de tarjetas de crédito, entre otras. Todo esto conduce a otros tipos de delitos conexos, como: ilícitos fiscales, contables, blanqueo de capitales, revelación y descubrimiento de secretos, falsedad en documento mercantiles, manipulación de mercado, concursos fraudulentos, etc. Para evitar la responsabilidad civil y penal utilizan empresas pantalla o interpuestas así como testaferros. Todas sus operaciones están supervisadas por Abogados corruptos y Asesores especializados en campos tan variados como la seguridad corporativa, economía de opción e ingeniería financiera, etc. 13.3.1. Defensorías Municipales.- La Defensoría de Niños, Niñas y Adolescentes es un servicio de interés público que en cada municipio debe ser organizado por la Alcaldía y, de acuerdo con su población, deberá contar con más de una Defensoría. Así mismo, las Defensorías de Niños, Niñas y Adolescentes pueden ser organizadas por la sociedad, a saber consejos comunales, comité de protección, asociaciones, fundaciones, organizaciones sociales o por cualquier otra forma de participación ciudadana. El Estado deberá adoptar las medidas necesarias, para fortalecer las Defensorías de Niños, Niñas y Adolescentes creadas por la sociedad. Las Defensorías de Niños, Niñas y Adolescentes tienen como objeto promover y defender los derechos y garantías de los niños, niñas y adolescentes. 13.3.2. Código niño, niña y adolescentes.- LEY N° 548 CÓDIGO NIÑA, NIÑO Y ADOLESCENTE. El Código tiene por objeto reconocer, desarrollar y regular el ejercicio de los de niño y adolescente, implementando un Sistema Plurinacional Integral de la Niña, Niño y niveles, la para la garantía de esos derechos mediante la corresponsabilidad del Estado en todos sus niveles la familia y la sociedad. El desafío es garantizar que cada niña, niño y de ente y exigir el ejercer plena y efectivamente sus derechos, para qué pueda desarrollarse integralmente y exigir cumplimiento de los mismos.