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El Matrimonio
cristiano

A. ES UN SACRAMENTO

1, Un Sacramento con historia

+ En todas las culturas existe esa institución que llamamos Ma-


trimonio y que pretende regular, aunque de formas diversas, la
unión estable del hombre y de la mujer.

En todas las culturas se considera que dicha unión tiene cla-


ras connotaciones religiosas.

También en la Biblia.

Según el Antiguo Testamento, el Matrimonio es la única


institución social querida directamente por Dios (Gén 1,27 ss).
El hombre y la mujer están hechos «a imagen de Dios», son
portadores de su bendición fecunday están llamados a ser «una
sola carne» (Gén 2,24).

+ Los profetas, especialmente Oseas, ven en la pareja huma-


na un símbolo de lo que es la relación de Yahvé con su pueblo:
una unión amorosa, estable, fecunda y el. Y, recíprocamente,

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verán en la relación de Yahvé con su pueblo el modelo a imi-
tar por parte de la pareja humana (Os 2,21-22).
-En el Nuevo Testamento, los sinópticos nos presentana
Jesúsrea rmando la tradición bíblica y radicalizando las exj-
gencias de unidad y delidad (Mt 19,1-12).
+ Jesús propone un nuevo camino de amor, hasta entonces
inédito: el celibato por el Reino de los cielos. Con lo cual dig-
ni ca indirectamente el Matrimonio, porque ya no aparece c
mo camino único e inevitable, sino como resultado de una elec-
ción libre.
+ Pablo recoge la tradición bíblica, sobre todo la de los pro-
fetas, releyéndola desde la nueva realidad cristiana. En Ef 5,21-
33 presenta la unión de los esposos como una imagen de la
unión de Cristo con la lglesia. El trato mutuo de los esposos de-
be reproducir el trato que Cristo da a su lglesia. Este texto ser-
virá de base para a rmar, siglos más tarde, la sacramentalidad
del Matrimonio.
+ Pablo tampoco presenta el Matrimonio como camino úni-
co, aun reconociendo su condición de «símbolo magní co» en
relación a Cristo y la lglesia. Recomienda también el celibato
(1 Cor 7,1 ss), en vistas a la que él cree inminente venida del
Señor.

+ En los primeros siglos cristianos, algunas corrientes losó -


cas que infravaloraban la corporalidad y, por tanto, tenían una
visión negativa de la sexualidad, in uyeron en una visión po-
co positiva del Matrimonio.
La lglesia no dudará de contarlo entre los sacramentos
de la nueva alianza, y así lo a rmará solemnemente en los Con-
cilios a partir del siglo xl.
- El Concilio Vaticano |l, en el número48 de la«Gaudium
et Spes», de ne el Matrimonio como una «íntima comunidad
conyugal de vida y amor establecida sobre la alianza de los
cónyuges, es deci, sobre su consentimiento personal e irrevo-

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cable». Y añade que «Cristo, Señor nuestro, bendijo abundan-
temente este amor multiforme.. que está formado a senmejan-
za de su unión con la Iglesia».

2. Un Sacramento diferente

+ El Matrimonio es un Sacramento diferente de todos los demás.

- Todos lossacramentossonmediacionesatravésde las


cuales Dios comunica su vida a los hombres. Y esas media-
ciones están constituidas por acciones de la lglesia en las cua-
les actúa Cristo por su Espíritu.

- En el caso del Matrimonio, lo que sirve de mediación a


la gracia es la misma relación de la pareja, no algo añadido des-
de afuera.

+ Se dice, y con razón, que el Matrimonio queda constituido


por el mutuo consentimiento. Pero no habría que ver el con-
sentimiento como un puro acto jurídico. Habría que verlo con
toda su carga existencial e interpersonal.

-El «síp del día de la boda es el momento culminante de un


largo proceso y es la anticipación simbólica de todo un futuro.

En él se condensan y resumen innumerables gestos y pa-


labras que han ido tejiendo, entre dos personas, un completo
entramado existencial. Como la lanzadera de un telar, han ido
viajando del uno al otro la palabra dicha y escuchada, el per-
dón dado y recibido, la ternura, la comprensión, la ayuda, el
amor. El resultado de esa historia vivida en reciprocidad es ya
algo común, algo que no es ni del uno ni del otro, sino de los
dos. Se han ido entrelazando las vidas de los dos y ya son un
único tejido. No se sabe bien dónde empieza lo de uno y dón-
de acaba lo del otro. Sin eliminar el yo y el tú, ha ido apare-
ciendo un nosotros.

-El «sí» condensa y expresa esa larga cadena de pequeños


y grandes consentimientos ya vividos. Es un «sí» con historia.

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Y, al mismo tiempo, anticipa desde la esperanza y la con-
anza, todos los sentimientos que vendrán en el futuro.

El trasfondo existencial, que preexiste al rito y permanece


tras la celebración, es el que con ere al Sacramento del Matri-
monio su peculiar sonomía.

3. ¿Dónde reside la sacramentalidad


del Matrimonio?

+ No todos los matrimonios son sacramento. ;Qué es lo que


hace que un Matrimonio concreto se convierta en sacramento
cristiano?

-Para responder a estapregunta tan importante podemos


servirnos de una analogía que propone san Roberto Belarmino,
comparando el Matrimonio con la Eucaristía.

No todo el pan es cuerpo de Cristo, ni todo el vino es su san-


gre. ¿Qué se requiere para que el pan y el vino se conviertan en
sacramento? Que sean pan y vino auténticos, que entren en el
ámbito de la celebración de la fe y que se pronuncien sobre ellos
las palabras del Señor, por parte del ministro ordenado.

+ No todo Matrimonio es sacramento del amor de Cristo a la


Iglesia. ;Qué se requiere para que llegue a serlo?

Dos cosas: el amor auténtico y la fe cristiana.

– El amor es al Matrimonio lo que el pan yel vino a la Eu-


caristía. Sin pan y vino, no hay soporte para la presencia real
de Cristo. Sin amor en la pareja, ;sobre qué base se puede apo-
yar la signi catividad del amor de Cristo a la lglesia? Sin amor
humano no se puede ser signo del amor de Dios.

Amor humano: con todo lo que tiene de frágil, de histórico,


de perfeccionable. Pero que sea amor. Si el consentimiento sólo
tuviera detrás de sí intereses económicOs, conveniencias socia-
les, atracción sexual, no sería sacramentalizable. Si en vez de pan

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pretendiéramos consagrar una piedra, allí no emergería la pre-
sencia real de Cristo por muy solemne que fuera la celebración.

-Y se requiere también la fe. Puede haber pan y matrimo-


nios de mucha calidad, pero no por eso se convier
cramentos.
La fe que prolonga el Bautismo en la vida es imprescindible
para el Sacramento.

La fe bautismal se expresa en una existencia bautismal: mu-


riendo a sí mismo y dando la propia vida por la vida del otro.
La dinámica de la muerte y la resurrección de Cristo, vividas
relación de pareja, construyendo una comunidad de vi-
da y amor en la que crece la vida de los dos y en la que emer-
ge la vida de nuevos seres humanos. He aquí la fe bautismal
encarnada en la existencia.

En ese caso la pareja puede ofrecer a Cristo su propia rela-


ción comno soporte de su presencia en el mundo. Y Cristo pue-
de asumir esa existencia común, amasada con el amor de ca-
da día, como mediación signi cativa y e caz de su amor.

+ Las muchas eucaristías que se celebran en el mundo no


siempre pueden disponer de un pan y un vino de primerísima
calidad. Pero eso no es obstáculo para que Cristo se haga pre-
sente. Basta que Cristo encuentre pan de trigo y vino de uva,
aunque sean pobremente elaborados y de baja calidad.
-Tampoco en todas las parejas cristianas Cristo encontra-
rá un amor perfecto y sublime. Pero basta que sea un amor au-
téntico y honrado, aunque imperfecto y pobre. A Cristo le bas-
ta para hacerse presente.
–Con una diferencia con respecto a la eucaristía: en ella
Cristo no mejora la calidad natural del pan y del vino; en cam-
bio, en el matrimonio, la presencia de Cristo mejora la calidad
del amor humano. Como en las bodas de Caná, gracias a la pre-
sencia activa de Cristo, el vino del amor humano es mucho me-
jor al nal.

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4. Sacramentalidad

+ Unasacramentalidadque viene de dentro.


-Una ciertacomprensión(equivocada) del Sacramentodel
Matrimonio, tiende a pensar que la sacramentalidad es algo que
se añade a la relación ya constituida de la pareja. Como si fue-
ra algo que reciben, y que, a menudo, no saben cómo integrar
en su vida de cada día.
- No. La sacramentalidad de un matrimonio le viene desde
dentro, desde la misma relación vivida en la dinámica de la fe bau-
tismal. La sacramentalidad no la reciben, sino que la hacen. Por
eso se dice que no les casa el sacerdote, sino que se casan ellos.
Ellos son los ministros, los artí ces de su propio sacramento. Con-
vierten en sacramento cristiano su relación de pareja porque la vi-
ven desde la dinámica del amor de Cristo, comunicado en el Bau-
tismo, y se expresa en unidad, delidad e indisolubilidad.

+ Unasacramentalidadpermanente.
-Tambiến se tiende a pensar (equivocadamente) que el Sa-
cramento del Matrimonio dura lo que dura su celebración y que
después queda el «estado matrimonial>

-No. La pareja no recibe unSacramento, sino que, por su


forma de amarse, quedan constituidos en sacramento perma-
nente del amor de Cristo. Son sacramento.
Aquí vuelve la analogía de Belarmino (recogida por Pío XI
en la encíclica «Casti Connubi, de 1930): la presencia de Cris-
to en el pan permanece también después de concluida la ce
lebración eucarística.
Algo de esto sucede también en el Matrimonio: sigue sien-
do sacramento del amor de Cristo después de la celebración.
La pareja se convierte en sacramento.
Cada uno puede captar en el amor y el perdón del otro lo
que son el amor y el perdón de Cristo.

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Y cada uno está llamado a amar de tal manera al otro que
no se convierta en obstáculo para la perceptibilidad del amor
de Cristo.

- Esaquídondedeberíanecharsusraíceslaespiritualidady
la ascética matrimonial: descubrir a Dios a través del otro, darse
a Dios en la donación al otro, con gurar la propia vida de ma-
nera que el otro pueda captar en el propio rostro, el rostro de Dios.

Y, de este modo, ser signos creíbles, en la lglesia y para el


mundo, de que el amor de Cristo está presente en la historia
como fuente de vida.

5. Un sacramento en cada casa

+ Hay familias cristianas que, en circunstanciasespeciales,


son felices al poder celebrar la Eucaristía en sus casas. Y anti-
guamente, había familias que, por privilegio, tenían el Santísi-
mo en Su casa.

+ Pues bien: tener un sacramento en casa no es una excep-


ción o un privilegio de unos pocos, sino una situación normal.
Cada familia cristiana tiene en su casa un sacramento perma-
nente del amor de Cristo: el Sacramento del Matrimonio.

PARA LA REFLEXIÓN Y EL TRABAJO EN GRUPO

o Qué planteamientos de los aquí expuestos te parecen


más nuevos, te resultan más interesantes, ves más pro-
blemáicos?
o La calidad de la relación humana de la pareja afecta a
la signi catividad del Matrimonio como Sacramento.
Por qué crees que esto es así?
o Con esta visión del matrimonio, jqué aspectos debería
cuidar, sobre todo, una espiritualidad matrimonial?

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B. LA CELEBRACIÓN DEL MATRIMONIO

1. No es un trámite

+ La celebración del Matrimonio cristiano no es un puro trá-


mite legal oritual. Quien la viera de este modo, tanto si es se-
glar como sacerdote, daría muestras de una lamentable super-
cialidad.
Ese corto fragmento de tiempo que dura la celebración es
de una enorme densidad. En él se condensan una gran canti-
dad de contenidos.

+ EI Ritual del Matrimonio pretende ayudar a explicitar y ce-


lebrar toda esa riqueza de contenidos que una catequesis pre-
via deberá evidenciar.

Esta catequesis previa no se deberá limitar a unas pocas y


apresuradas sesiones en vistas de la celebración del Matrimo-
nio. Si se quiere dar al Matrimonio toda la dignidad que le co-
rresponde como Sacramento cristiano, habrá que anunciar con
tiempo la riqueza de salvación que en él se da y la plenitud de
vida cristiana que ofrece a los bautizados que se sienten lla-
mados a él.

El Papa, en la «Familiaris Consortio», dice que la prepara-


ción del Matrimonio es hoy más necesaria que nunca y que de-
be ser un proceso gradual y continuo.
Una lectura teológica del Ritual permite descubrir los as-
que subraya la celebración y que deberían ser objeto de
esta catequesis previa.

2. La celebración del matrimonio,


memorial de la historia de salvación

La celebración es memorial del misterio de la unión nupcial


de Cristoy de la lglesia. La pareja cristiana es llamada a parti-

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cipar en ese misterio y a ser sacramento de esa unión. Así se
convierten en una realización de lglesia, en una pequeña algle-
sia doméstica» que vive del amor y la unidad con que Cristo
enriquece a toda la iglesia.

- LacelebracióndelMatrimonioesmemorialdelmisterio
pascual. La celebración culmina normalmente con la celebra-
ción eucarística, sacramento pascual por excelencia. Pero, ade-
más, la dinámica pascual impregna todo el proyecto matrimo-
nial cristiano, centrado en el amor, ya que morir y resucitar es
la ley del amor cristiano. Olvidarse de sí mismo y hacer del otro
el centro del propio interés, poner la propia vida al servicio del
otro y experimentar que, no sólo no se pierde, sino que se ga-
na, se convierten, de este modo, en formas concretas de vivir
el misterio pascual de Cristo en la propia existencia.

En conclusión: la dimensión de memorial presente en la


celebración invita a la pareja a hacer memoria de que el amor
y la vida no han empezado con ellos. Su amor y su vida se en-
garzan en una larga cadena de vida y amor que tiene su origen
en Dios y que, por la mediación de la creación, de Cristo y de
la lglesia, llega hasta ellos, y que ellos están llamados a agra-
decer y a prolongar hacia el futuro

3. La celebración del matrimonio es oblación

-El momento culminante de la celebración esprecisamente


el intercambio de consentimientos por el que los esposos se dan
y se acogen el uno al otro. Oblación generosa de toda la vida
Y para toda la vida.
Es claro que un acto de oblación tan radical no se improvi-
sa. Es el punto de llegada de una larga serie de pequeños o
grandes actos de oblación, de entrega y de servicio, que han
ido tejiendo la relación que desemboca en la boda.

- Por otro lado, la oblación que seexpresaen el consenti-


miento es la anticipación simbólica de todo un futuro que se

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espera construir, también a base de autodonación y acogida
mutua.

En este contexto matrimonial, la celebración eucarística re-


presenta la raíz de la oblatividad que está llamada a vivir la pa-
reja cristiana. Las palabras de Jesús: « Tomady comed: esto es
mi cuerpo. Tomad y bebed: esta es mi sangre», se convierten
en programa de vida. Ponerse ante el otro cada día diciéndole:
«Toma y come: esta es mi vida», puede llegar a ser la traduc-
ción existencial de la oblación de Cristo con la cual «comul-
ga» la pareja. Hacer de la propia vida un ofertorio constante
para dar vida al otro (a otros) es la aportación de la pareja pa-
ra hacer presente a Cristo en el mundo, es decir, para ser sa-
Cramento del amor a Cristo.

4. La celebración del Matrimonio


es santi cación de los conyuges
y acto de culto a Dios

-En la celebración del Matrimoniose da una acción santi -


cadora del Espíritu en la vida de los Cónyuges. Es el Espíritu el
que «contagia» la dinámica de la vida trinitaria, el que comu-
nica la vida de Dios, dando la capacidad de amar como él ama,
de vivir en comunión como él vive. La santidad no es otra co-
sa que la vida de Dios en el hombre. Y cuando el amor y la -
delidad triunfan en una pareja, eso es un signo claro de que la
vida de Dios se ha ido abriendo camino en ellos, venciendo las
resistencias que le oponen el egoísmo, el miedo y el pecado.

Poder amar y ser amado, perdonar y ser perdonado, dar vi-


da y acoger vida, vivir en comunión con el otro, sin dejar de
ser uno mismo, son la manifestación, en la vida de la pareja, de
lo que es Dios por dentro.
- La comunidad matrimonial cristiana, vista desde esta
perspectiva, aparece más como un don en el que nos es dado

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participar, que como el resultado del mero esfuerzo humano.
Es decir: la vida matrimonial se presenta como gracia, como
acción del Espíritu del Dios comunitario.

Lo cual no dispensa del esfuerzo, imprescindible para eli-


minar obstáculos y para hacer crecer la gracia de la comunión
y la delidad.
Y esta es la razón por la que la celebración da culto a
Dios. Lo que resulta agradable a Dios es que su vida, su modo
de vivi, esté presente en los hombres. Y tanto la celebración
como la vida conyugal que de ella surgirá, son un ejércicio del
sacerdocio común para dar a Dios el culto de una existencia
hecha de mutua donación.

En un solo rito litúrgico se celebra la acción santi cadora de


un Dios que comunica a la pareja su capacidad de amar, y la
acción củltica de unos hombres que viven y agradecen el amor.

5. La celebración del Matrimonio es vida

-En la celebración del Matrimonio debería quedar muy cla-


ro que lo que se celebra es la vida de la pareja como portado-
ra del misterio de Dios.

Toda celebración litúrgica, si quiere ser auténtica, tiene que


buscar una síntesis entre la vida, la acción ritual y el contenido
del misterio que se celebra. Pero esto es válido de un modo muy
especial en el caso del Matrimonio. Lo que allí se celebra es el
compromiso de amor y delidad de un hombre y una mujer que
han aprendido a tener una existencia común y que quieren ser,
cada vez más, «una sola carne», Hay que dejar que la vida, la
historia y la sensibilidad de la pareja penetren en la celebración,
a n de que sean impregnados por el misterio de Diosy sean asu-
midas a la categoría de sacramento.

-Este planteamiento supera la concepción dicotómica y


desencarnada que pone la vida de la pareja por un lado y la

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celebración y el Sacramento por otro. Lo que se celebra es la
vida concreta de la pareja como portadora de la presencia amo-
rosa y fecunda de Dios.

6. La celebración del Matrimonio es la fuente


de la espiritualidad matrimonial

+ Sería un error buscar formas de espiritualidad matrimonial


al margen de los valores teológico-existenciales que la cele-
bración pone de mani esto. La espiritualidad es la vivencia de
los dones del Espíritu en la vida concreta de cada día.

Por eso, habría que ayudar a las parejas cristianas a que des-
cubran su espiritualidad especí ca:

- laespiritualidadde lacreación:darvida, cuidar la vida,


hacer crecer la vida es una vivencia espiritual.

- Laespiritualidadde la alianza: «Yopara ti, tú para mí, los


dos para los demás». La delidad, el perdón, compartir el des-
tino, caminar al ritmo del otro, son versión humana de la alian-
za de Dios con su pueblo.

- La espiritualidadpascual: dar la propia vida para que el


viva, en una larga cadena de pequeños gestos cotidianos.

– La espiritualidad oblativa, de ofertorio, que cada día se


pone frente al otro con la actitud de decir: «Toma y come: es-
ta es mi vida».

- la espiritualidadde la vidadoméstica,que escapaz de en-


contrar los signos de la presencia de Dios en la vida de cada día.

- SegúnJuan Pablo II, «losespososson el recuerdoper-


manente para la lglesia de lo que aconteció en la cruz; son el
uno para el otro y para los hijos, testigos de la salvación, de la
que el Sacramento los hace partícipes. De este acontecimien-
to de salvación, el Matrimonio, como todo Sacramento, es me-
morial, actualización y profecía» (Familiaris Consortio, B).

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Esto es lo que se celebra en el rito y se vive en la vida ma-
trimonial.

PARA EL TRABAJO EN GRUPO

o El Matrimonio, como forma de vivir el misterio pascual,


¿está presente en nuestras catequesis?

O Cómo se podría presentar a los niños y jóvenes el Ma-


trimonio como un camino de gracia'
O Cómo los catequistas podrían mejorar la calidad cele-
brativa de los casamientos de la parroquia?

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