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UNIVERSIDAD METROPOLITANA DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

DEPARTAMENTO DE CASTELLANO

ASIGNATURA: ESPAÑOL DE AMÉRICA II


PROFESORA: TERESA AYALA

MATERIAL DE APOYO: COMPETENCIA COMUNICATIVA

El propósito de los actuales paradigmas educativos en torno a la enseñanza de la lengua es el desarrollo de la


competencia comunicativa, concepto acuñado por Dell Hymes a partir de la dicotomía chomskyana competence /
performance (competencia y actuación lingüística). Los trabajos de Hymes, sobre todo en The Ethnography of
Communication (Hymes y Gumperz, 1964), Foundations in Sociolinguistics. An Ethnographic Approach (1974),
además de sus investigaciones sobre Etnolingüística, Lingüística Antropológica y Etnografía del Habla, abordan el
problema de la comunicación no solo desde una perspectiva estrictamente lingüística, sino que consideran también la
importancia del entorno social y cultural.

Para los etnógrafos de la comunicación, la competencia comunicativa es ese conjunto de conocimientos y de


habilidades que se van adquiriendo a lo largo del proceso de socialización de las personas (dentro y fuera de la
escuela) y, por lo tanto, está socioculturalmente condicionado. Además, debe ser entendida –desde la antigua
retórica hasta los enfoques pragmáticos y sociolingüísticos más recientes, como una capacidad cultural de los
oyentes y de los hablantes reales para comprender y producir enunciados adecuados a intenciones diversas de
comunicación en comunidades de hablas concretas.
La competencia comunicativa es en este sentido el eje pedagógico desde el que conviene articular la
educación lingüística y literaria en la enseñanza primaria y secundaria. Sin embargo, la noción de
competencia comunicativa no es, al menos en su origen, de naturaleza pedagógica. Procede de los estudios
de la corriente de la antropología lingüística y la etnografía de la comunicación. Desde la etnografía de la
comunicación Dell Hymes subraya la idea de que 'para comunicarse no es suficiente con conocer la lengua,
el sistema lingüístico; es necesario igualmente saber cómo servirse de ella en función del contexto social
(Hymes, 1984)'. (Lomas, 2001: 32)

Diversos autores han abordado el concepto de competencia comunicativa, algunos de los cuales se indican
a continuación:

Munby (1978, 1981): Menciona cuatro tipos de conocimientos y capacidades del usuario de la lengua: gramatical,
psicolingüístico, sociocultural y de facto.

Canale y Swain (1980), Canale (1983): Distinguen varias subcompetencias dentro de la competencia comunicativa:
competencia gramatical, competencia sociolingüística, competencia discursiva y competencia estratégica.
Bachman (1990): Elabora un modelo arbóreo donde se ubicaría la competencia de la lengua, dentro de la cual se
encuentra la competencia organizacional, la que –a su vez- se compone de la competencia gramatical y la
competencia textual; y, por otra parte, una competencia pragmática dentro de la cual se encuentra una competencia
ilocucionaria. Una tercera rama la constituiría la competencia estratégica, la cual no habría sido descrita dentro del
modelo de Canale y Swain. Una cuarta rama sería la de los mecanismos sicofisiológicos en torno a los procesos de
emisión y recepción de mensajes.

Marín (2004): Afirma que los textos o discursos se producen dentro de situaciones que son cambiantes y que
condicionan a los interlocutores para que elijan qué decir, cómo decirlo y cómo organizar lo que dicen, lo que supone
que una comunicación eficaz y adecuada pone en juego ciertas competencias o habilidades que conforman la
competencia comunicativa, la cual –a su vez- incluye otras competencias: competencia lingüística, competencia
discursiva, competencia textual, competencia pragmática, competencia enciclopédica .
De acuerdo con Lomas (2001), es posible hablar de subcompetencias comunicativas. Para él, la adquisición
de la competencia comunicativa se logra cuando se usan de forma apropiada un conjunto de conocimientos,
destrezas y normas que son esenciales para comportarse comunicativamente no sólo de manera correcta sino, sobre
todo, de manera adecuada a las características del contexto y de la situación en que tiene lugar el intercambio
comunicativo. Es decir, cuando se posee
a) una competencia lingüística o gramatical, entendida como capacidad innata para hablar una lengua y a
la vez como conocimiento de la gramática de esa lengua: el dominio de esta competencia favorece la
corrección expresiva de los enunciados lingüísticos;
b) una competencia sociolingüística, referida al conocimiento de las normas socioculturales que
condicionan el comportamiento comunicativo en los diferentes ámbitos del uso lingüístico. La competencia
sociolingüística está asociada a la capacidad de adecuación de las personas a las características del
contexto y de la situación de comunicación;
c) una competencia discursiva o textual, relativa a los conocimientos y habilidades que se precisan para
poder comprender y producir diversos tipos de textos con cohesión y coherencia;
d) y una competencia estratégica, que se refiere al conjunto de recursos que podemos utilizar para reparar
los diversos problemas que se pueden producir en el intercambio comunicativo (desde los malentendidos
hasta un deficiente conocimiento del código) y cuya finalidad es hacer posible la negociación del significado
entre los interlocutores." (Lomas, 2001: 35).

La competencia comunicativa es, por ello, una clave de la competencia social. En suma, está compuesta de:
• Conocimiento lingüístico y paralingüístico, es decir, fonología, gramática, léxico, y aspectos no verbales o
paralingüísticos que poseen significados convencionales en cada comunidad hablante.
• Habilidades interaccionales, es decir, conocimiento y expectativas respecto de quién puede o no puede hablar en
ciertas situaciones, con quiénes se puede hablar, cuándo guardar silencio, cómo hablar con personas de
distintos status y roles, qué comportamientos no verbales son apropiados para ellas en los distintos contextos,
qué rutinas se deben usar en los turnos de habla, cómo preguntar, como solicitar asistencia o cooperación, cómo
ordenar, etc. En otras palabras, las habilidades interaccionales de las convenciones sociales que regulan el uso
de la lengua y otros recursos comunicativos en situaciones particulares.
• Conocimiento cultural – competencia cultural, es decir, el conjunto total de conocimientos y habilidades que los
hablantes aportan en una situación. Esto involucra el conocimiento de las estructuras sociales inherentes de la
comunidad hablante, así como los valores y actitudes acerca del lenguaje y las formas de habla.

Además de las recientemente mencionadas, Lomas (2001) sugiere que sería adecuado añadir otros dos tipos
específicos de competencias que, aunque cabrían dentro de la competencia textual o discursiva, tienen una especial
significación pedagógica.
• la competencia literaria, es decir, los conocimientos, habilidades y hábitos que permiten leer y disfrutar los
textos literarios, y
• la competencia semiológica, aquella que incluye los conocimientos, habilidades y actitudes que favorecen una
interpretación crítica de los usos y formas de los medios de comunicación de masas y de la publicidad.

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