Está en la página 1de 15

Competencia comunicativa

La competencia comunicativa es la capacidad de una persona para comportarse de manera


eficaz y adecuada en una determinada comunidad de habla; ello implica respetar un
conjunto de reglas que incluye tanto las de la gramática y los otros niveles de la
descripción lingüística (léxico, fonética, semántica) como las reglas de uso de la lengua,
relacionadas con el contexto socio-histórico y cultural en el que tiene lugar la comunicación.

En palabras de D. Hymes, la competencia comunicativa se relaciona con saber «cuándo


hablar, cuándo no, y de qué hablar, con quién, cuándo, dónde, en qué forma»;  es decir, se
trata de la capacidad de formar enunciados que no solo sean gramaticalmente correctos
sino también socialmente apropiados. Es este autor quien formula la primera definición del
concepto, en los años 70 del siglo XX, en sus estudios de sociolingüística y de etnografía de
la comunicación en EE.UU. En un conocido artículo (Hymes, 1971) cuestiona el concepto de
competencia lingüística desarrollado por la gramática generativa, por cuanto en él se hace
abstracción de los rasgos socioculturales de la situación de uso.

Con el propósito de desarrollar una teoría adecuada del uso de la lengua, y de integrar la
teoría lingüística y una teoría de la comunicación y la cultura, propone cuatro criterios para
describir las formas de comunicación, cuya aplicación a una determinada expresión ha de
permitir establecer si esta:

 es formalmente posible (y en qué medida lo es);  es decir, si se ha emitido


siguiendo unas determinadas reglas, relacionadas tanto con la gramática de la
lengua como con la cultura de la comunidad de habla;
 es factible (y en qué medida lo es) en virtud de los medios de actuación disponibles;
es decir, si las condiciones normales de una persona (en cuanto a memoria,
percepción, etc.) permiten emitirla, recibirla y procesarla satisfactoriamente;

 es apropiada (y en qué medida lo es) en relación con la situación en la que se


utiliza; es decir, si se adecua a las variables que pueden darse en las distintas
situaciones de comunicación;

 se da en la realidad (y en qué medida se da); es decir, si una expresión que resulta


posible formalmente, factible y apropiada, es efectivamente usada por los miembros
de la comunidad de habla; en efecto, según Hymes, «puede que algo resulte
posible, factible, apropiado y que no llegue a ocurrir».

De ese modo, la competencia gramatical (primero de los cuatro criterios) queda integrada


en una competencia más amplia.

En la didáctica de segundas lenguas, S. Savignon (1972) utilizó la expresión competencia


comunicativa para referirse a la capacidad de los aprendientes de lengua para comunicarse
con otros compañeros de clase; distinguía así esta capacidad, que les permite un uso
significativo de la lengua, de aquella otra que les permite -por ejemplo- repetir los diálogos
de las lecciones o responder correctamente a una prueba de opciones múltiples.

Posteriormente, otros autores dedicados al estudio de la metodología y la didáctica de


segundas lenguas han profundizado en el concepto. M. Canale (1983) describe la
competencia comunicativa como un conjunto de cuatro competencias interrelacionadas:

 La competencia lingüística
 La competencia sociolingüística
 La competencia discursiva

 La competencia estratégica

A estas cuatro competencias, J. Van Ek (1986) añade la competencia sociocultural y la


competencia social.

El Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas habla de competencias


comunicativas de la lengua, que incluyen competencias
lingüísticas, sociolingüísticas y pragmáticas, y que -a su vez- se integran en las
competencias generales del individuo, que son las siguientes:

el saber (conocimiento general del mundo, conocimiento sociocultural, consciencia


intercultural);

el saber hacer (las destrezas y las habilidades);

el saber ser (la competencia existencial: relativa a las actitudes, las motivaciones, los
valores, las creencias...);

y el saber aprender.

El modelo de L. Bachman (1990) es, hasta el momento, el último que ha sido propuesto en
el campo de la enseñanza de segundas lenguas. Toma muchos de los conceptos de los
modelos anteriores, pero presenta de manera diferente los componentes de la competencia
comunicativa, que se organizan en una estructura jerárquica de distintos rangos. La
diferencia más notable de este modelo frente a los otros es que no considera la
competencia estratégica como un componente propio de la competencia comunicativa, sino
como una capacidad más general de las personas para desarrollar determinados
comportamientos; en el caso del comportamiento lingüístico, la competencia estratégica
actúa,

según Bachman, al mismo nivel que los mecanismos psicofisiológicos; tales mecanismos,
junto a la competencia estratégica, confluyen con el conocimiento del mundo y la
competencia comunicativa (llamada en su modelo competencia lingüística) para producir
interacción y comunicación.

En la enseñanza de lenguas, el concepto de competencia comunicativa ha tenido una


influencia muy amplia y muy profunda, tanto en lo que atañe a la fijación de objetivos de
los programas como a las prácticas de enseñanza en el aula, así como en la concepción y
elaboración de exámenes. La enseñanza de la primera lengua ha experimentado
igualmente el influjo de los estudios sobre la competencia comunicativa; para el caso del
español pueden consultarse los trabajos de Lomas, Osoro y Tusón.

Otros términos relacionados

Actividad comunicativa; Competencia intercultural; Competencia


plurilingüe; Comunicación; Conocimiento lingüístico; Destrezas lingüísticas; Enfoque
comunicativo; Estrategias de comunicación; Evento comunicativo; Negociación del
significado.

Bibliografía básica
1. Consejo de Europa (2001). Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas:
aprendizaje, enseñanza, evaluación. (http://cvc.cervantes.es/obref/marco). Madrid:
Instituto Cervantes-Ministerio de Educación Cultura y Deporte, Anaya, 2002.
2. Llobera, M. et al. (1995). Competencia comunicativa. Documentos básicos en la
enseñanza de lenguas extranjeras. Madrid: Edelsa.

3. Lomas, C., Osoro, A. y Tusón, A. (1993). El enfoque comunicativo de la enseñanza


de la lengua. Barcelona: Paidós.

Si estás preparándote para ser profesor de español


como lengua extranjera habrás oído hablar de la
competencia comunicativa. ¿Sabes en qué
consisten exactamente? En UNIR te damos las
claves para entender su importancia.
Una persona nace con la capacidad del lenguaje, de expresar y transmitir sus ideas y sentimientos a través del habla. A medida que
desarrolla el lenguaje y la comprensión, va adquiriendo las  competencias comunicativas  para utilizarlo de la
forma correcta, desde la gramática y el léxico hasta el contexto necesario para entender cuándo y cómo expresarse. 

¿Qué es la competencia comunicativa?


capacidad de una persona para desenvolverse de forma
La competencia comunicativa es la 
adecuada y eficaz en una determinada comunidad de habla, es decir, en un grupo de personas que comparten la
misma lengua y patrones de uso de esa lengua. En el caso de un idioma extranjero, esto implica respetar el conjunto de reglas de
conocer y
gramática y de otros niveles de la descripción lingüística (léxico, fonética y semántica), pero también es vital 
utilizar las reglas de uso de ese idioma , íntimamente relacionadas con el contexto histórico, social y
cultural en el que tiene lugar la comunicación. 

4 tipos de competencias comunicativas


La competencia comunicativa se compone, según el lingüista Michael Canale, de cuatro tipos de competencias interrelacionadas:
 Competencia gramatical: agrupa las destrezas léxicas, sintácticas, semánticas… que adquiere el
estudiante de un idioma extranjero.
 Competencia sociolingüística: hace referencia al contexto y a la adecuación de la comunicación a ese
entorno e interlocutores.

 Competencia discursiva: capacidad de elaborar un mensaje correcto y coherente para lograr la


comunicación.

 Competencia estratégica: se refiere a la capacidad de compensar los errores en la comunicación a través


de recursos verbales y no verbales. Entra en juego cuando hay carencias en alguna de las competencias anteriores.

A estas competencias,  algunos expertos añaden otras  como la competencia pragmática (la capacidad de
convencer y persuadir a otras personas a través del lenguaje) o la competencia textual (que se manifiesta a través de la
comprensión y producción de textos).
Importancia en la enseñanza de un idioma
Como hemos explicado, los expertos lingüistas definen la competencia comunicativa como la capacidad de formar enunciados
gramaticalmente correctos y socialmente apropiados. 
Aprender un segundo idioma forma parte de las necesidades habituales en una economía y sociedad marcada por las relaciones
entre ciudadanos de distintas procedencias.  La globalización y la multiculturalidad  hacen que las
personas se interesen por aprender a comunicarse en idiomas distintos a su lengua materna, razón por la que se embarcan en el
aprendizaje de un segundo o, incluso, tercer idioma. 
esfuerzo
A diferencia de lo que ocurre con el idioma materno, la competencia comunicativa en un segundo idioma requiere un 
de aprendizaje. Las escuelas y centros de formación tienen el desafío de ofrecer a sus alumnos las herramientas que les
faciliten el aprendizaje de una lengua extranjera y que puedan utilizarla para comunicarse.
enseñar español como lengua extranjera será fundamental que el profesor aborde estas
A la hora de 
en qué situaciones es correcto hablar
aristas durante las lecciones para que el alumno sepa diferenciar 
y cuándo no, pero también de qué hablar, con quién y de qué manera. 

Desde el vocabulario a las fórmulas de cortesía hasta los temas que socialmente son más comunes en distintos ambientes. La
enseñanza de español como segundo idioma requiere que el profesor muestre la teoría gramatical y de uso de la lengua, pero que
integre en las lecciones los rasgos históricos, sociales y
al tiempo 
culturales necesarios para que la persona sea capaz de desarrollar su competencia lingüística.
Para fomentar el desarrollo de la competencia comunicativa existen diversas técnicas que los profesores de español
como lengua extranjera pueden poner en práctica en el aula:
 Que la lengua extranjera sea el vehículo de comunicación en clase para que el alumno aprenda cómo
utilizar ese segundo idioma en situaciones reales.
 Potenciar el aprendizaje de vocabulario. La riqueza de palabras en otra lengua es un importante paso para
comunicarse en ese idioma.

 Fomentar la inmersión lingüística para que el alumno interrelacione y aprenda el idioma al tiempo que
conoce la cultura del país de procedencia de esa lengua.

 Impulsar los intercambios escolares con el país cuyo idioma se está aprendiendo para que el alumnado
tenga contacto directo con la cultura y personas de su edad con las que practicar el idioma.

UNIVERSIDAD INTERNACIONAL DE LA RIOJA, S.A. (en adelante, “UNIR”), tratará los datos de carácter personal que usted ha
proporcionado con la finalidad de atender a su solicitud de información, reclamación, duda o sugerencia que realice sobre los
productos y/o servicios ofrecidos por UNIR, incluido por vía telefónica, así como para mantenerle informado de nuestra actividad.

A su vez, le informamos que vamos a realizar un perfilado de sus datos de carácter personal para poderle enviar información
personalizada en función de sus intereses. Puede consultar información adicional pinchando aquí.
Usted podrá revocar el consentimiento otorgado, así como ejercitar los derechos reconocidos en los artículos 15 a 22 del
Reglamento (UE) 2016/679, mediante solicitud dirigida en Avda. de la Paz, 137. 26006, Logroño (La Rioja), España, o a la siguiente
dirección de correo electrónico: ppd@unir.net, adjuntando copia de su DNI o documentación acreditativa de su identidad.
Si lo desea puede consultar información adicional y detallada sobre protección de datos en el siguiente
enlace: https://www.unir.net/proteccion-datos/.

Deseo recibir información de UNIR, así como del resto de empresas del Grupo Proeduca, vinculadas al sector de la
educación

¿Cómo dar clases online? Una forma diferente de enseñar a


través de la tecnología 
17 / 08 / 2021

Las clases virtuales se han convertido en parte clave de la enseñanza, por ello es importante saber cómo dar clases online y
escoger los recursos adecuados
Niños superdotados o con altas capacidades: actividades para
trabajar en el aula
13 / 08 / 2021

¿Sabes cómo trabajar con niños con superdotados en el aula? En UNIR te damos algunas claves para estimular el potencial de
estos alumnos.

¿Cómo ser profesor de Religión en Educación Infantil o


Primaria?
12 / 08 / 2021

Descubre en UNIR los requisitos para ser maestro de Religión en un centro educativo público, privado o concertado. ¿Sabes que
necesitas la Declaración Eclesiástica de Competencia Académica?

Competencias
comunicativas: 22 claves
para mejorarlas
March 13, 2019 - BEATRIZ G. LÓPEZ

La comunicación es esencial para la vida social tal y como la


conocemos: interactuamos continuamente. Por eso, es muy importante
gozar de unas buenas habilidades. ¿Sientes inseguridad al
comunicarte? ¿Te cuesta hablar en público? ¿Tienes problemas para
transmitir tus ideas por escrito? Te explicamos los tipos de
competencias comunicativas y cómo puedes potenciarlas.

Competencias comunicativas:
Definición y para qué sirven
Entendemos por competencias comunicativas el conjunto de aptitudes que
permiten una comunicación adecuada. Para ello, el individuo se vale de
todos los sistemas de signos de su comunidad sociocultural. D. H. Hymes,
creador de este concepto, las resume en los siguientes puntos:
 Cuándo hablar
 Cuándo no hablar
 De qué hablar
 Con quién hablar
 Cuándo hablar
 Dónde hablar
 Cómo hablar

¿Por qué son importantes las


competencias comunicativas?
Nos comunicamos a diario con los demás y con nuestro entorno. Por eso,
saber emplear estas habilidades es fundamental para el crecimiento
personal y para el crecimiento social. ¿Y podemos desarrollarlas?
¡Claro! No son innatas, sino que se pueden aprender y mejorar.

Tipos de competencias comunicativas


Competencia lingüística
Es el pilar central de la comunicación. Hace referencia a la adquisición y
el desarrollo de una lengua, y a su posterior dominio. También al nivel de
integración del lenguaje, entendido como un sistema de símbolos
articulados que posibilita el entendimiento entre personas. Nos permite
pensar y expresarnos a través de las palabras y su combinación, así como
asignar nuevos términos a objetos y sensaciones.
Competencia paralingüística
Está formada por los elementos adicionales que complementan al
lenguaje. Distinguimos entre recursos orales (como la entonación, la
intencionalidad, etc.) y recursos escritos (márgenes, negritas, cursivas,
mayúsculas, etc.).
Por ejemplo, «amigo» tendrá una connotación distinta si se pronuncia
entre dos colegas cercanos («gracias, amigo») a cuando la dice una
persona que va a discutir con otra («eso me lo dices a la cara, amigo»).
El tono es diferente.
Incluye la competencia cronética, definida como el manejo de la
comunicación en el tiempo. Es decir, cuánto se tarda en decir algo o los
segundos que dejamos antes de responder.
Competencias comunicativas en la vida cotidiana

Competencia sociolingüística
El lenguaje depende de la cultura social, siendo inherente al momento y
al lugar en que se utiliza. Es decir, varía según el contexto. Comprende
elementos extralingüísticos:
 Competencia quinésica. Es la comunicación no verbal: la llevamos
a cabo a través posturas, gestos, miradas, etc. Puede
complementar, enfatizar e incluso contradecir nuestras
palabras. Conforma hasta el 80% de la comunicación.
 Competencia proxémica. Es el manejo de las distancias con los
demás. Dependiendo de la proximidad, distinguimos entre:
 Distancia íntima: 15 – 45 centímetros. Propia de la
familia, pareja y amigos íntimos. Se suele hablar en
voz baja.
 Distancia personal: 45 – 120 centímetros. Propia de
los amigos y conocidos. Se usa una voz suave y
distendida.
 Distancia social: 1,2 – 3,5 metros. Propia de los
contactos profesionales, más impersonal.
 Distancia pública: a partir de 3,5 metros. Propia de
los discursos ante un público
Competencia discursiva
Es la sucesión lógica y ordenada de las ideas o argumentos del discurso.
Para comprender correctamente un mensaje, necesitamos que su
contenido esté cohesionado y sus puntos sean coherentes. Por ejemplo,
cuando contamos una historia, esta debe ser coherente en su línea
temporal y sin que los sucesos se contradigan entre sí.
Competencia pragmática
Se trata de la habilidad para convencer y persuadir a otras personas,
influyendo en sus conocimientos, opiniones, actitudes, etc. Es muy útil
para conseguir objetivos profesionales.
Competencia estratégica
Se refiere a la capacidad de subsanar los posibles errores mientras
transcurre el discurso. Logra una comunicación eficaz mediante el
comienzo, mantenimiento, reparación, reorientación o conclusión de una
conversación. Por ejemplo, intervenir ante los silencios prolongados,
evitar los malentendidos, etc.
Test Cognitivo Online de CogniFit: Evalúa de forma clínica y rápidamente
tu funcionamiento cerebral, identifica tus habilidades cognitivas.
Los resultados que proporciona este test neuropsicológico son muy útiles
para ayudar a determinar el estado cognitivo en personas con trastornos
como fibromialgia, depresión, etc y personas sin ningun trastorno
diagnosticado.

Competencia textual
Se define como la comprensión y producción de textos. Para ello,
necesitamos valernos de otras tres competencias:
 Competencia cognitiva. Se apoya en las categorías formales del
pensamiento para crear argumentos.
 Competencia comunicativa. Consiste en el manejo adecuado del
lenguaje.
 Competencia técnica. Se relaciona con el uso de dispositivos
para escribir.

¿En qué consisten unas buenas


competencias comunicativas?
Observación y escucha
A través de la observación del lenguaje no verbal y de la escucha de los
mensajes del interlocutor, además del significado de sus palabras,
podemos inferir sus estados mentales. ¿Cómo? La Teoría de la Mente nos
explica la atribución de estos estados. De esta forma, un buen
comunicador es capaz de prever las reacciones de los demás,
reconocerlas y adaptar su comunicación a las mismas.
Interpretación del contexto
Las diferencias individuales, sociales y culturales marcarán las
características de la comunicación. Por ejemplo, en España los dos besos
o el apretón de manos son habituales para saludar; sin embargo, en
Japón no son muy dados al contacto físico en estas circunstancias.
Deberemos adaptarnos al lugar y al momento para saber qué transmitir y
la forma de hacerlo.
Aprendizaje
Uno de los recursos más habituales para aprender es el modelado, es
decir, fijarnos en otra persona para imitar sus habilidades. Puede hacerse
de forma consciente o inconsciente. Los buenos comunicadores buscan
perfeccionar sus competencias comunicativas fijándose en los éxitos de
los demás y cómo han llegado a ellos.
Respeto
Es frecuente que en muchas disputas se pierda el respeto y la educación
hacia el interlocutor cuando pensamos diferente. La otra persona se
siente atacada y difícilmente escuchará nuestra postura. Un buen
comunicador acepta otros puntos de vista y argumenta con respeto para
defender los propios. Así, temas sensibles como la política, la religión o
incluso el fútbol podrán ser debatidos sin enfados.
Organización
Parece obvio afirmar que se debe pensar antes de hablar, pero no siempre
se aplica. Tener un pensamiento organizado facilita ordenar nuestras
ideas antes de expresar algo de forma verbal o escrita. Un mensaje
ordenado siempre es un mensaje más atractivo.
Autoeficacia
Los obstáculos no son dificultades, sino retos para un buen
comunicador. Creen en sí mismos y en sus posibilidades. Y no es que no
tengan dudas (¿quién no las tiene en algún momento?), pero no dejan
que hagan zozobrar la confianza en su valía.
Tampoco les importa admitir que desconocen algo. Es imposible saberlo
todo.
Competencias comunicativas para la comunicación efectiva

Inteligencia emocional
Aceptar otros puntos de vista también conlleva tener en cuenta que estos
pueden estar ligados a emociones. Un buen comunicador goza de
alta inteligencia emocional, destacando también por
su empatía y asertividad. Saben diferenciar momentos: de qué pueden
hablar, cómo hacerlo y en qué circunstancias es mejor no decir nada.
Creatividad e imaginación
La creatividad rompe con la monotonía. Un mensaje diferente atraerá
más la atención de nuestro interlocutor. Los ejemplos, las historias o
las metáforas son buenos aliados. Adaptados a cada situación, podrán
conectar con las emociones de los demás y apoyar nuestro mensaje.
Errores como parte del proceso
Tener todas las situaciones controladas es imposible y es normal que
surjan fallos. En lugar de buscar la perfección, los buenos comunicadores
se centran en aprender de la imperfección.
Práctica
Si bien las competencias comunicativas no son innatas, algunas personas
tienen más facilidades que otras para comunicar. ¿Significa que lo tienen
todo hecho? No. Si no se ejercitan estas habilidades, no aprovecharán su
potencial. Y, en el caso de aquellos con más dificultades, la práctica
conseguirá grandes avances. El buen comunicador no nace, sino que se
hace.

Aplicación de las competencias


comunicativas
La comunicación se encuentra presente en cualquier ámbito de nuestras
vidas. También cuando hablamos con nosotros mismos, ya sea en voz
alta o mediante pensamientos. A continuación, exponemos tres contextos
donde las competencias comunicativas cobran especial importancia.
Ámbito familiar y social
A veces, tendemos a olvidar las reglas más sencillas para una comunicación
adecuada cuando nos encontramos en familia. Esto suele ocurrir por
exceso de confianza o por su falta. Gritarse entre hermanos, recordarle a
nuestro compañero de piso que esta vez le toca a él limpiar el baño,
decirle a nuestros padres lo que realmente queremos estudiar (y más si
esto contradice ciertas expectativas), etc., son ejemplos donde la
comunicación suele fallar. Las competencias comunicativas, junto con las
habilidades sociales, ahorran esfuerzo, evitan malentendidos y, en
general, amenizan nuestra vida cotidiana.
Ámbito educativo
Ya sabemos que estas competencias se aprenden. Es conveniente
entrenarlas desde que somos pequeños. De esta forma, se terminarán
aplicando de forma natural y permitirán una mejor adaptación al entorno.
Por esta razón, es fundamental incluir el desarrollo de las habilidades
comunicativas en la enseñanza. Una buena comunicación es vital no solo
para aprendizajes posteriores y más complejos, sino para el desarrollo
como personas: proporciona autonomía, resolución y satisfacción.
Permite una mejor comprensión y facilita la expresión de uno mismo.
Ámbito laboral
En cualquier empleo es esencial una relación adecuada con los
compañeros y los jefes, saber desenvolverse en el trabajo en equipo,
encontrar buenas soluciones para los problemas que se presentan, tomar
decisiones acertadas, etc. Por eso, las competencias comunicativas se
valoran mucho en el currículum actualmente. En las entrevistas de
trabajo, dan una imagen muy positiva del candidato.
Por otro lado, cobran especial importancia en las actividades comerciales y
de persuasión. Se podrá llegar mejor a clientes potenciales si se dominan
ciertas técnicas de influencia.

22 claves para mejorar tus competencias


comunicativas
1. Analízate tanto a ti como al entorno
¿Conoces tus virtudes y tus defectos? Obsérvate. ¿Qué es lo que haces
bien? ¿En qué necesitas mejorar? ¿Y cómo puedes conseguirlo? Fíjate
en cómo lo hacen aquellas personas que tienen éxito transmitiendo sus
mensajes.
Al principio, será un ejercicio, pero pronto irás viendo cómo se convierte
en un proceso automático. Y no te evalúes con una dureza
desproporcionada. Recuerda que a andar se aprende caminando.
2. Apuesta por la sencillez
Solemos pensar que las expresiones recargadas y las palabras pomposas
demuestran cuán cultos somos. Pero, salvo excepciones, lo único que
hacen es complicar el entendimiento de nuestro mensaje. ¿Significa esto
que debemos limitar nuestro lenguaje a lo simple? De ningún modo.
Enriquecer el vocabulario siempre es una ventaja, pero hay que saber
distinguir cuándo utilizar unas palabras y cuándo otras.
3. Busca lo auténtico
No debemos reducirnos a presentarnos como un personaje que no
somos, aunque muchas veces lo hagamos para adaptarnos a la situación.
Sonar forzado o artificial disminuye nuestra credibilidad y además
podemos generar desconfianza. La naturalidad siempre es la mejor
opción, incluso en diferentes contextos. Muéstrate tal y como eres. Quien
no esté dispuesto a aceptarte, tal vez no sea la mejor compañía.
4. Recurre a la honestidad
La mentira es una de las cosas que se adhieren muy rápido a la imagen
de una persona. Genera enfado y puede provocar una gran pérdida de
confianza. Además, para que una mentira no sea descubierta, necesita no
contradecirse; será como una bola de nieve: cada vez se hará más
grande. Por eso, es mejor enfrentarse a la verdad desde el respeto y la
asertividad que contar una mentira que lo único que hará es complicar
más la situación.
5. Entrena la asertividad
Se trata de una habilidad fundamental para una buena comunicación. Nos
permite defender nuestra propia postura mientras respetamos las
opiniones de los demás, protegiendo nuestras opiniones sin agresividad. En
una sociedad tendente a los malos modos, ¡marca la diferencia desde el
respeto!
6. Enfatiza tus palabras
El mensaje no solo está compuesto por palabras, como hemos visto, sino
que influyen muchos aspectos más. Por ejemplo,
utiliza pausas y entonaciones que despierten la atención en la otra
persona. Aportarán frescura y harán que tus mensajes sean más
interesantes.
7. Parafrasea
La técnica del parafraseo consiste en expresar las propias ideas de modos
distintos. Conseguirás que tu punto de vista quede claro y también servirá
para reafirmarte ante ti mismo y ante los demás.
8. Practica la escucha activa
Escuchar no es simplemente oír las palabras que nos llegan. Si queremos
ser activos en nuestra escucha, deberemos procurar que la otra persona
se sienta atendida y comprendida desde la empatía. La conversación será
más efectiva y la relación con nuestro interlocutor mejorará.
9. Ten en cuenta a tu interlocutor
Todos somos diferentes y a la vez igual de válidos. Esto incluye la forma
de pensar. Dependiendo del nivel económico, sociocultural, educativo,
etc., nuestro punto de vista puede ser uno u otro. E incluso
compartiéndolos, podemos tener mundos internos completamente
distintos. Creer que todo el mundo debería opinar como nosotros es un
grave error.
Observar a nuestro interlocutor nos permite ir adaptándonos a él. ¡Utiliza
tus recursos!
10. Anticípate a las reacciones
Aunque puedas imaginar las reacciones de tu interlocutor, nunca las des
por hecho. Estar preparado para reacciones inesperadas hará que sientas
más seguridad ante posibles contratiempos. Incluso puedes tener alguna
contraargumentación o alguna estrategia preparada de antemano por si
eso ocurre. ¡Guárdate las espaldas!
11. Apóyate en el lenguaje no verbal
Los gestos, expresiones, pulcritud, vestuario, etc. también influyen en
cómo nos ven. Procura controlar estos aspectos para no transmitir algo
que no quieres. Por ejemplo, no gesticules de forma excesiva, presta
atención a tus movimientos, cuida tu vestuario… Por supuesto, siempre
en función de cada contexto.
12. No evites el contacto visual
Rehuir la mirada del interlocutor denota inseguridad. Por eso, debemos
procurar mirar a los ojos, demostrando así confianza. ¡Ojo! Una mirada
demasiado fija puede causar el efecto contrario y llegar a resultar
agresiva. Hay que alcanzar un término medio.
13. No interrumpas
Interrumpir cuando otra persona está hablando no sienta muy bien, se
considera una falta de respeto. Además, esto imposibilitará que
comprendas al cien por cien lo que tu interlocutor está intentando
decirte. Si tienes este mal hábito, ¡bórralo del mapa!
Competencias comunicativas y éxito

14. No termines las frases de los demás


Finalizar las frases ajenas no solo no ayuda en la comunicación, sino
que suele causar enfado. Puedes transmitir abuso de poder.
15. Opta por el buen humor
La sonrisa es un recurso que suele estar infravalorado: es muy sencilla de
utilizar y muy fácil de contagiar. Bien es verdad que no todas las
situaciones admiten una actitud desenfadada y alegre, pero la empatía es
algo que podemos mantener siempre.
Ser amable también nos beneficia a nosotros. Los días transcurren más
agradables cuando no fruncimos el ceño continuamente.
16. Recurre a técnicas visuales
¿Tienes que exponer para un público? Si existe la posibilidad, no te
cortes: las ilustraciones, fotografías e incluso vídeos pueden potenciar tu
mensaje. También puedes valerte de la psicología de los colores para crear
y reforzar vínculos con tus oyentes. La información ligada a lo emocional
se recuerda mejor. ¡Una imagen vale más que mil palabras!
17. Procura no perder la calma
Solemos ponernos nerviosos ante circunstancias específicas: un examen,
hablar en público, comunicarnos con alguien que nos altera, etc. Nuestras
competencias comunicativas pueden verse mermadas. Intentar mantener
la calma es un buen modo de preservarlas. Existen ciertas técnicas de
control de la activación (como la relajación muscular o las técnicas de
respiración) que nos serán de mucha ayuda.
18. Gestiona tus emociones
Es imposible separarnos de nuestras emociones. Sin embargo, permitir
que las que son muy intensas (en especial, las negativas) interfieran en la
comunicación no es muy recomendable. Ya sabemos que esta fluye mejor
desde la serenidad, y lo mismo ocurre con la toma de decisiones. Si
vemos que no somos capaces, lo mejor será posponer la
conversación para cuando estemos más calmados.
19. Reconoce tus fallos
Tu valía no va a caer por reconocer que has cometido un error. Al
contrario, la capacidad de autocrítica y la pretensión de mejora nos acerca
a los demás. Tratar de tapar los fallos y no estar dispuesto a ceder solo
alimenta un orgullo que no lleva a ninguna parte.
20. Mantén la confianza en ti
La inseguridad en uno mismo puede arruinar un examen, la presentación
que con tanto esfuerzo has preparado o incluso una simple conversación.
Recuerda: los errores no suponen ningún drama y se pueden solucionar.
Te facilitará mantener la confianza.
21. Inspírate
Hoy en día podemos encontrar multitud de libros y artículos orientados a
la mejora de las competencias comunicativas. Otra buena opción es
la literatura: además de satisfacer nuestra afición, nos ilustra con
diversos modos de transmitir de forma escrita. En Internet también
podemos encontrar numerosas charlas de expertos de cualquier materia.
Observa cómo se expresan, de qué elementos se valen para hacer llegar
su mensaje.
22. Disfruta de la propia comunicación
La comunicación es vital para la existencia humana. Y tampoco es un
secreto que las demás especies, a su modo, se comunican entre sí. Mires
donde mires, hay interacción. Tratar de mejorarla hará que disfrutemos
más de las experiencias que nos hace vivir.
Si bien las competencias comunicativas no son innatas, algunas personas
tienen más facilidades que otras para comunicar. ¿Significa que lo tienen
todo hecho? No. Si no se ejercitan estas habilidades, no aprovecharán su
potencial. Y, en el caso de aquellos con más dificultades, la práctica
conseguirá grandes avances. El buen comunicador no nace, sino que se
hace.

También podría gustarte