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En Argentina, la producción triguera ocupa el tercer lugar entre los granos, después de la soja y
el maíz. La cadena productiva del trigo cuenta en su eslabón primario con una gran cantidad de
productores agropecuarios a lo largo de distintas regiones del país. Luego, la etapa de
elaboración industrial está conformada por dos procesos. El primero es la transformación del
grano en harina, actividad realizada por los molinos harineros. El segundo es la industria de
panificados. A diferencia de otros cereales, como la soja, el trigo tiene mucha demanda nacional.
En la exportación operan los principales traders mundiales: COFCO (ex - NIDERA), Bunge, Cargill,
Dreyfus, Oleaginosas Moreno (Glencore), y grandes empresas nacionales de tipo cooperativo,
como la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), y otras pocas nacionales de menor
envergadura. COFCO, el gigante chino, se ha posicionado en los últimos años como el principal
exportador. En 2021, las cinco principales empresas explicaron el 75% del valor exportado por
un total de USD 2.335 millones y las 10 principales el 94% lo que representaron unos USD 2.943
millones.
A diferencia de lo que ocurre con soja y maíz, el principal destino de las exportaciones de trigo
es Brasil (47%), cuyas importaciones de trigo se abastecen en un 74% desde Argentina. e, desde
2016 los destinos de exportación se han diversificado, principalmente hacia países de Asia y
África, como Indonesia, Marruecos, Kenia, Argelia, Tailandia, Bangladesh o Nigeria entre otros.
En cuanto a las exportaciones de harina, Argentina dio cuenta del 4,1% mundial en 2020 y fue
el quinto exportador mundial y el más importante de América. A diferencia del trigo en grano,
las exportaciones harineras son netamente regionales. El 47% se destina a Brasil, otro 47% a
Bolivia, el 5% a Chile y el 1% restante a Uruguay.
Aspecto a mejorar
Actualizar la normativa de ley de semillas para incentivar la I+D local en semillas e incentivar
la mejora tecnológica en el sector
El marco regulatorio actual se rige por la Ley 20.247 de Semillas y Creaciones Fitogenéticas de
1973, el cual establece dos excepciones –el privilegio del agricultor y la excepción del
fitomejorador– las cuales entran conflicto con el interés de las empresas de biotecnología por
captar la renta de la innovación como dueñas de los mejoramientos tecnológicos de las semillas.
El privilegio del agricultor habilitó una práctica común de los pequeños agricultores de
reproducir y reutilizar semillas con una tecnología patentada. Por su parte, la excepción del
fitomejorador tuvo el objetivo de incentivar la experimentación y la innovación habilitando la
práctica de los mejoradores de semillas de cruzar las variedades existentes con otras nuevas, sin
la obligación de pagar una renta al propietario de la variedad original ni conseguir su
consentimiento para patentar la variedad surgida del cruce
Crear una red de centros técnicos para brindar servicios de testeo y validación de tecnologías
del agro 4.0 (con INTA, CREA o AAPRESID como posibles instituciones impulsoras)
Ante la dificultad de las instituciones de ciencia y tecnología que realizan I+D en agro 4.0, para
competir por la atracción y retención de personal calificado, es necesario analizar alternativas
de diseño institucional que permitan crear un centro de referencia, independizado de las
remuneraciones y el sistema de evaluación de resultados del sistema científico
Ante el bajo aprovechamiento de los bienes públicos generados por diversas instituciones de
ciencia y tecnología nacionales –por ejemplo, datos meteorológicos, desarrollos en análisis de
imágenes satelitales, modelos de simulación agronómica
Incentivar la adopción de prácticas de riego para minimizar efectos de sequías en los rindes y
ampliar la frontera agrícola.
En línea con la tendencia de los mercados a nivel mundial, el mercado del trigo también ha
tendido a la segmentación, empujado por la creciente demanda de los molinos a establecer
estándares elevados de calidad para las harinas. A su vez, los trigos de calidad obtienen en el
mercado internacional un precio diferencial, al ahorrar en costo por tecnología y manejo de la
producción al recibir un trigo ya adecuado para sus diversos destinos. Argentina se ha
caracterizado por una inserción internacional en el mercado del trigo con exportaciones
empujadas por volumen y a bajo precio, manteniéndose por fuera del mercado de la
segmentación del trigo.
Conclusiónes
Trigo (grano) Para el cultivo de trigo se espera mantener una superficie relativamente estable,
alrededor de 6,7 millones de hectáreas, y un incremento en los rendimientos que lleve la
producción a un volumen cercano a 26 millones de toneladas, en línea con el programa de la
Secretaría de Agricultura “Cerrando Brechas Productivas” (un aumento del 17% frente a los
22,15 millones de 2020/21). Con un consumo interno cercano a los 7 millones de toneladas se
espera poder exportar más de 19 millones de toneladas al mercado externo. Considerando las
mejoras en el manejo del cultivo para pequeños y medianos productores, más la incorporación
de tecnología en semillas, la producción expandida de trigo permitirá la exportación por un valor
adicional de USD 925 millones.