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TECNOLOGICO NACIONAL DE MEXICO

INSTITUTO TECNOLOGICO CAMPUS ZONA OLMECA


VILLA DE OCUILTZAPOTLAN, CENTRO, TABASCO.

“LÍNEA DEL TIEMPO 1970-2023, SOBRE LA


AGRONOMIA EN MÉXICO.”

MATERIA:
FUNDAMENTOS DE INVESTIGACION

Alumno:
José Oswaldo Noriega De La Cruz

1-A
1970

En 1970, la CEPAL reveló que 55% de las unidades de producción eran de


infrasubsistencia, es decir, que no alcanzaban a producir para su sustento y debían
complementar sus ingresos con actividades fuera del predio: eran campesinos pobres.
Veintidós por ciento eran campesinos de subsistencia que podían vivir de su producción
pero sin producir ningún excedente económico. Los datos de la ENIGH permiten confirmar
con mucha precisión que esta situación no ha cambiado.
La superficie fertilizada pasó del 4.8% en 1950 a casi el 40% en 1970 respecto a la
superficie cosechada. De nuevo, empero, en este caso con el argumento técnico de buscar
el máximo aprovechamiento de los fertilizantes disponibles, el insumo se concentró en los
enclaves y en unos cuantos cultivos, siendo ahí, como es obvio, el motor principal de la
notable elevación de los rendimientos.
El sentido del esquema queda enteramente de manifiesto al tornar en cuenta que en esos
cultivos y enclaves los mismos grupos sociales que sustentaban el modelo general fueron
capaces de lograr que para ellos -el sector más próspero de la agricultura- los fertilizantes
llegaran a precios más bajos que para los campesinos, con base en subsidios del Gobierno
federal que sólo a ellos se aplicaban. Una evolución semejante, que sería prolijo describir,
se registró en el caso de las semillas mejoradas, otros insumos modernos y la
mecanización. Tales síntomas -ante todo la tendencia al estancamiento de la producción-
se fueron acentuando después de 1965 y hacia 1970 era ya posible averiguar lo que había
ocurrido, aunque sus consecuencias más graves sólo se hicieron evidentes unos años más
tarde, al estallar la crisis mundial de alimentos y sucederse varios ciclos de un clima
adverso en el país. Quedó claro entonces que, si bien el progreso agrícola no había sido
enteramente ilusorio y la ruta trazada no era un camino sin regreso, ya no resultaba viable
mantener tal rumbo.
La agricultura, es cierto, había contribuido decisivamente a financiar el desarrollo
industrial del país, tanto mediante la transferencia neta de recursos cuanto por la
aportación sostenida de divisas. Pero había quedado exhausta por el esfuerzo. Aunque a
través del sistema de relaciones de intercambio seguían fluyendo volúmenes
considerables de recursos hacia las ciudades, una corriente inversa crecía constantemente
para compensar- el deterioro general de las condiciones de producción y de vida en el
campo. No sólo era necesario recuperar el ritmo de inversión pública en el sector
agropecuario, cuya proporción en la inversión total del sector público había estado
disminuyendo, sino que era urg2nte, además, multiplicar el gasto en "bienestar" para las
comunidades rurales, que se encontraban y a niveles insostenibles de ocupación de
ingreso.
1975
En septiembre de 1975 se realizó por primera vez su revisión global, en el se11o de la
Comisión Nacional Coordinadora del Sector Agropecuario, con una nueva orientación de la
política al respecto que permitirá ajustar periódicamente los precios de cada cultivo de
acuerdo con sus costos de producción y las necesidades nacionales, antes de que se inicie
cada ciclo. En lo que se refiere a la agricultura tradicional, se produjeron en estos años
cambios que pueden ser el antecedente apropiado para una evolución posterior más
dinámica. Condición de ello es la modificación de las relaciones sociales prevalecientes en
ella y esto significa, ante todo, la supresión del caciquismo. Sin duda es aquí, en ese
campo de lucha, donde han surgido las mayores dificultades y tensiones. Se ha ganado en
unas batallas y se ha perdido en otras; aún está lejos el fin de la guerra. La presión
campesina, movida a menudo por la desesperación, exacerbada por una explotación de
decenios o siglos, puede muchas veces ser capaz de crear una organización que expulse al
cacique. Pero si esta organización no tiene más meta que ésa ni más sustentación que la
energía que surge de una rebelión legítima pero inadecuadamente articulada, pronto da
síntomas de debilidad y no puede mantenerse una vez logrado su objetivo inmediato.
Después de este éxito, pasan a primer plano las contradicciones internas del grupo, al que
sólo había unido una lucha efímera contra un enemigo común, personalizado, y ante su
frecuente falta de claridad y de recursos para orientar su esfuerzo al nivel que se requiere
-al de las estructuras básicas de la producción y el intercambio, se crean fácilmente las
condiciones para que surja un nuevo cacique, con lo que sólo se logró una sustitución
física de personas, pero sin cambio alguno en el régimen productivo.
Por esto, un combate eficaz del caciquismo exige esfuerzos de muy diversos géneros y
desde varios frentes. Entre los emprendidos en el período, debe mencionarse en primer
término el realizado en materia de capacitación, que no sólo tendió a mejorar la
capacidad productiva directa de los campesinos, sino que además se orientó a propiciar su
organización y su participación creciente en la comercialización e industrialización de sus
productos. Esta es, sin duda, una inversión básica en la agricultura tradicional, que en
muchos sentidos funciona como prerrequisito de todo cambio de importancia. Es
necesario, al respecto, no sólo tomar en cuenta los esfuerzos de capacitación formal e
informal de los campesinos en aspectos de tipo técnico o de información general, sino
también, y sobre todo, la capacitación real que resulta de su propia lucha social y del
contacto que así entablan bajo nuevas bases con otros grupos. Esa experiencia concreta,
muchas veces dolorosa, no exenta de peligros y en general asimilada con lentitud, es
profundamente formativa y sienta las bases humanas de la acción orgánica que necesitan
emprender los campesinos para la solución cabal de sus problemas.
1980
1985

Una de las prioridades de las nuevas autoridades de la Facultad de Agronomía


fue la reinstitucionalización. El decano destituido, Santos Arbiza, retomó su cargo. La
EEMAC volvió a tener su nombre. Luego de Arbiza siguió el decanato de Álvaro Díaz,
profesor de Fitotecnia, que tuvo lugar por dos períodos, entre 1986 y 1993. Durante su
decanato se discutió e implementó el Plan 1989. El mismo constaba de «ciclos» y
«subciclos», y se basaba en el contacto inmediato con la realidad agropecuaria por parte
de los estudiantes, así como en la realización de talleres agronómicos, que fueron el eje
del plan. El plan constó de tres ciclos. El primero se denominó «Introducción a la Realidad
Agropecuaria» (IRA) (un semestre, incluía el Taller I); el segundo fue el ciclo de
«Formación Central Agronómica» (siete semestres, incluía los talleres II a IV) y tercero, el
ciclo de «Síntesis y Profundización» (dos semestres, incluía cursos optativos y otras
actividades, además de un trabajo de graduación). Las antiguas orientaciones definidas
por planes anteriores, dejaron su lugar a los sistemas de producción. En un principio se
definieron los siguientes: Producción Agrícola-Ganadera, Producción Ganadero-Agrícola,
Producción Agrícola Lechera, Producción Forestal, Producción Animal Intensiva y
Producción Vegetal Intensiva. Más adelante se agregó Producción Intensiva Combinada.
1990

Los países denominados menos adelantados (PMA), en particular, siguen marginados de


los mercados agrícolas internacionales, y a fines de la década de 1990 sólo aportaban el 1
por ciento de las exportaciones agrícolas mundiales. En efecto, a pesar de todas las
oportunidades económicas atribuidas a la globalización y el comercio internacional, por lo
general los pequeños campesinos del mundo en desarrollo no sólo no pueden participar
en los mercados internacionales, sino que tienen que competir con los productos de
importación en sus propios mercados internos.
En muchos países en desarrollo los pequeños productores, mujeres y hombres, afrontan
tal una serie específica de limitaciones: falta de crédito, infraestructura rural inadecuada,
falta de tecnología y de sistemas apropiados de tenencia de la tierra y, en algunos casos,
conflicto civil. La disminución de la asistencia internacional para desarrollo agrícola y de la
inversión extranjera directa en agricultura, en particular en los países menos adelantados,
han contribuido a las dificultades que atraviesan hoy los pequeños campesinos. Más
importante, los subsidios agrícolas y los aranceles utilizados por numerosos países
desarrollados en apoyo a su propio sector agrícola siguen repercutiendo negativamente
en el desarrollo sostenible de la agricultura en muchos de los países más pobres del
mundo.
Los sistemas agrícolas en los que la división del trabajo por género tiende a ser inflexible y
donde la globalización[1] socava cada vez más los enfoques tradicionales a menudo
exacerban los problemas mencionados. En general, la mujer tiende a ser la responsable de
producir y comercializar cultivos alimentarios para consumo doméstico o para el mercado
interno, por ejemplo, hortalizas y tubérculos en el África subsahariana; mientras el
hombre suele tener el control económico de los cultivos más comerciales o
industrializados, aquellos que se producen a gran escala, ya sea para exportación directa o
elaboración, como el algodón y el azúcar (Koehler).
El trabajo, la seguridad alimentaria del hogar y los ingresos mantienen una estrecha
relación con la propiedad y la asignación de recursos productivos. Por otro lado, existe una
diferencia importante en la participación de la mujer y el hombre en la producción de
alimentos comparado con su participación en los cultivos comerciales y de exportación. La
FAO estima que en el África subsahariana y el Caribe hasta un 80 por ciento de los
alimentos básicos son producidos por las mujeres; mientras en el Asia meridional y
sudoriental las mujeres tienen a su cargo el 60 por ciento de la labor agrícola y la de
producción de alimentos. Es por ello, que el apoyo asimétrico que los países en desarrollo
dan a la agricultura, así como los ajustes en la agricultura para su liberalización e
integración de los mercados, suponen riesgos diferentes para las estrategias de
subsistencia y la seguridad alimentaria de mujeres y hombres.

1995

En 1975 adquirió el Rango de Escuela, contando con instalaciones propias asumiendo de


mejor manera sus compromisos sociales e institucionales; en 1985 se crea el Instituto de
Investigaciones de la Facultad ahora Centro de Investigación y Estudios de Posgrado.

En 1991 se crea la licenciatura de Ingeniero Agro ecólogo ante las evidencias cada vez más
notorias del deterioro ambiental y al impacto ecológico que estaba causando la
agricultura moderna.

Entre 1994 y 1995 se crean opciones educativas a nivel posgrado (las Especialidades en
Sanidad Vegetal y la de Producción de Rumiantes en Zonas Áridas respectivamente), a fin
de formar recursos humanos que favorecieran su intervención en el desarrollo y
aplicación de tecnología en la resolución de los problemas fitosanitarios que inciden en la
agricultura estatal y nacional y en la aplicación de tecnologías en sistemas de producción
animal en zonas áridas y semiáridas de México.

En 1995 se crean la Maestría y el Doctorado en Ciencias Agropecuarias para fortalecer el


programa de formación de profesores de la Facultad y formar grupos de investigadores
para consolidar las líneas de investigación, incidiendo con ello en la mejora de la calidad
de los PE de licenciatura y posgrado, con ello se eleva a Rango de Facultad.

Se diseña y elabora en 1997 el Programa Institucional de Desarrollo de la Facultad 1997-


2007, con el propósito de regular las funciones de docencia, investigación y extensión.

En 1997 se firmó con la SEP el convenio del Mejoramiento del Profesorado (PROMEP),
incorporando el Proyecto de “Desarrollo de los Cuerpos Académicos de la Facultad 1998-
2006” favoreciendo la formación del profesorado con estudios de posgrado y su trabajo
colegiado en investigación.

En el 2008 se reestructuran los Cuerpos Académicos fundamentado en las necesidades del


desarrollo de la investigación y su vínculo con la docencia.

De igual forma la Facultad de Agronomía cuenta con dos Cuerpos Académicos en


Consolidación (Agua-Suelos y Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable) y uno en
Formación (Producción Agrícola) registrados oficialmente.
2000

El estado mundial de la agricultura y la alimentación 2000, informa que la producción


agrícola mundial creció muy poco en 1998 y que las estimaciones correspondientes a 1999
no parecen indicar una mejora de la situación, En particular en los países en desarrollo,
donde el desempeño del sector agrícola tiene especial interés, las perspectivas para 1999
son de considerable desaceleración de la producción agropecuaria, lo que refleja una
tendencia negativa por tercer año consecutivo. Ha sido un período difícil para muchos de
estos países, que han venido afrontando condiciones climáticas extraordinariamente
negativas, aunadas a las repercusiones económicas desfavorables de la crisis económica
iniciada en 1997, la disminución de los precios de varias de sus principales exportaciones
y, en algunos casos, inestabilidad política y conflictos. El trastorno del suministro de
alimentos asociado a estos problemas ha generado la persistencia de graves situaciones
de urgencia alimentaria en muchos países, más de 30 actualmente. El fin de un milenio
ofrece la oportunidad de estudiar el pasado con miras a extraer enseñanzas para el futuro.
En el capítulo especial de esta edición de 2000 de El estado mundial de la agricultura y la
alimentación, sobre las lecciones de los últimos 50 años en materia de alimentos y
agricultura, se presenta una reflexión sobre los logros e insuficiencias en la lucha contra la
pobreza y el hambre en el último medio siglo, tema que estimula el pensamiento histórico
y prospectivo.
El 13 de diciembre de 2001, se aprobó el Código Administrativo del Estado de México,
orientado al establecimiento de una cultura de conservación y restauración de los
recursos naturales para apoyar el desarrollo sustentable del Estado.

En enero de 2000, la Secretaría de Desarrollo Agropecuario fue sujeta a un nuevo


proceso de reestructuración.

Así, entre 1992 y 2004 desaparecen 1.4 millones de hogares agropecuarios de todos los
tamaños y no esencialmente los más pobres como lo supone la teoría económica en boga.
Para contrarrestar la constante baja de los precios agrícolas, las unidades de producción
campesinas diversifican sus fuentes de ingreso e incrementan su tasa de ocupación. No
obstante no logran salir de la pobreza.

2005

En 2005 se realizó la reforma del plan de estudios y se recuperó la denominación de


Licenciatura en Ingeniería Agronómica, ofreciendo las opciones de: Horticultura,
Protección Vegetal, Suelos y Agua, Producción Pecuaria y Agro negocios, lográndose en
2006 el reconocimiento por parte de los Comités Interinstitucionales de Evaluación de la
Educación Superior (CIEES) el primer nivel en la calidad del programa educativo y
posteriormente en 2009, se logra la acreditación de la Licenciatura en Ingeniería
Agronómica con reconocimiento por parte de COMEAA.
En enero de 2006 se cumplieron 12 años de vigencia del Tratado de Libre Comercio (TLC) ,
firmado entre México, Estados Unidos y Canadá. Este acuerdo coronó la liberalización
unilateral, iniciada a mediados de la década de 1980. Desde entonces, la política agrícola
refleja las contradicciones de un proceso de transición complejo, que ha pretendido
modernizar el agro a través de un esquema inspirado en el mercado, pero con la
prevalencia de programas propios de la etapa proteccionista. Las inconsistencias son
evidentes: por un lado se diseñan acciones de desregulación típicas de la libre
competencia, y por otro se ofrecen subsidios que parecen restaurar estrategias de
fomento, propias del pasado.
Esas incongruencias afectan el desempeño del campo sonorense; de hecho, coexisten
agricultores que trabajan como si nada hubiera pasado, junto a otros que lo hacen en un
ambiente competitivo en extremo. Mientras los primeros mantienen viejos esquemas
productivos (siembran granos y siguen usando los apoyos estatales) , los segundos
aprovechan la apertura comercial. Pese a dicha heterogeneidad, consciente o
inconscientemente se ha incubado una nueva cultura organizacional y empresarial entre
los agricultores, desde hace pocos años. Esta forma de trabajar la adaptan la mayoría de
los productores, del sur o del norte; se dediquen a sembrar cereales o a cultivar frutas u
hortalizas. Dicha cultura empresarial está modificando el antiguo patrón de explotación
del agro. Esto ocurre tanto entre los agricultores que utilizan el riego por bombeo como
por gravedad; del sector social y sobre todo los particulares. Producir lo que el mercado
demanda, y no lo que el Estado compra, es quizá uno de los cambios más significativos de
este periodo.
Rosenzweig (2005, 11) detecta un proceso de "creciente cultura empresarial en ámbitos
geográficos cada vez mayores en el medio rural", en el territorio nacional a partir del TLC.
Aunque es difícil de medir, señala, una muestra de estos procesos son los cambios en la
estructura de la producción y comercialización en el sector agropecuario, producto de la
sustitución de la intervención del Estado por la de los sectores privado y social en la
producción y distribución de insumos, el crédito y el aseguramiento, así como en el
almacenaje y la comercialización.

2010

La producción agrícola se recuperaría notablemente en la mayoría de los países de la


región en 2010, pero sujeta cada vez más a factores climáticos y al comportamiento de
la demanda internacional, según un informe conjunto de la Oficina Regional de la FAO
para América Latina y el Caribe, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) divulgado
hoy.
El documento Perspectivas de la Agricultura y el Desarrollo Rural en las Américas; una
mirada a América Latina y el Caribe 2010 fue presentado hoy en el marco de la 31ª
Conferencia Regional de la FAO, que se realiza esta semana en Ciudad de Panamá.
La recuperación de la agricultura es importante para revertir los efectos de la crisis
económica global, que han sido mayores en las áreas rurales de la región,
destacó Adrián Rodríguez, Oficial a Cargo de la Unidad de Desarrollo agrícola de
la CEPAL.
Según una encuesta realizada para este informe, la producción agrícola aumentó en 24
de los 34 países examinados durante el 2009, se contrajo en siete y se estancó en tres. El
ritmo de recuperación de las economías desarrolladas y en desarrollo abre expectativas
para que la agricultura de la región recupere el dinamismo que se observó entre 2000 y
2007.
"Ya comienzan a verse los primeros signos de recuperación económica, con incrementos
en el comercio internacional en la región, especialmente exportaciones a países
emergentes del continente asiático, y una reactivación de los mercados laborales,"
señaló Salomón Salcedo, Oficial Principal de Políticas de la FAO.
Producto de la mayor demanda por materias primas, especialmente desde Asia, se
esperan precios relativamente más altos y más volátiles a los de la década pasada en el
mediano plazo.
"Aunque a finales del 2008 se presentó una reducción importante en los precios
internacionales de las materias primas agrícolas, a lo largo del año 2009 la producción
agrícola tuvo un buen desempeño en la mayoría de los países de la región gracias a las
políticas contra cíclicas aplicadas, a una ligera recuperación en los precios y a las buenas
perspectivas de crecimiento, sobre todo de las economías en desarrollo", expresó Rafael
Trejos, especialista del IICA.
El informe destaca que el sector ganadero en la región creció cerca de un 4% anual en
los últimos años, el doble del promedio mundial, mientras que la pesca industrial y
artesanal ya alcanzó o sobrepasó los niveles máximos de producción sostenible de las
principales especies.
2015

Durante 2015 la economía mundial presentó un crecimiento débil. Esto se debió a


que la desaceleración de algunas economías emergentes, que crecieron al menor
ritmo desde la crisis económica de 2008-2009, eclipsó la modesta recuperación en
economías desarrolladas. Esta desaceleración económica estuvo acompañada por
nuevos descensos en los precios de las materias primas, menor comercio internacional,
episodios de volatilidad en los mercados financieros, así como por debilitamiento en los
flujos de capital.
Sin embargo, 2015 fue un año de avances importantes para el sector agropecuario
nacional, a pesar de los retos que enfrentamos. El sector primario mexicano se consolida
como un motor importante para el desarrollo económico de nuestro país al registrar
por tercer año consecutivo mayor dinamismo que el resto de la economía; en 2015, el
producto interno bruto primario registró un crecimiento real anual de 3.1%, mientras
que la economía nacional en su conjunto, de 2.5%. De igual manera, las exportaciones
de bienes agroalimentarios alcanzaron los 26,602 millones de dólares, siendo la tercera
fuente de ingresos en el país.
En FIRA, logramos avances Institucionales en todos los frentes. Por un lado, logramos
impulsar el acceso al financiamiento al alcanzar un saldo total de financiamiento sin
precedentes, de 118,308 mdp, lo que representa un crecimiento real anual de 20.1%. El
flujo total del financiamiento registró un crecimiento anual del 19.4% con respecto al
2014. El número de acreditados apoyados por FIRA se ubicó en 1.2 millones de personas,
un crecimiento anual de 30.9%.
En línea con el Programa Institucional 2013-2018, en 2015 FIRA instrumentó programas
de atención a la población prioritaria; entre otros, el Programa de Agricultura Familiar,
con el fin de llegar a productores de menor tamaño cuyo ingreso está sustentado en las
actividades agropecuarias que utilizan predominantemente la mano de obra familiar y

2020

En 2020, en medio de la pandemia generada por el virus SARS CoV-2, el sector primario
registró un crecimiento positivo de 4.5 por ciento respecto al año anterior. En total se
cultivaron 21.7 millones de hectáreas; se pescaron 1.9 millones de toneladas; y se
generaron 7.4 millones de toneladas de carne; para un volumen total de producción de
290.7 millones de toneladas, lo que permitió que todos los días llegaran alimentos a las
mesas de las y los mexicanos.
En ese periodo se dictaron las primeras leyes para el desarrollo agrícola del país y
suprimieron impuestos a los plantíos de café, cacao, viñas y olivo, con el fin de
incrementar su cultivo. Sin embargo, algunos productos como el algodón y la lana no
quedaron libres del pago de tributos, pero se generaron figuras que solventaran e
incentivaran su desarrollo.
La variedad de platillos que se preparaban en el naciente México independiente
conservaron como ingredientes principales al maíz, chile, cacao, frijol y calabaza. Y entre
las comidas que resultaron del choque de culturas están las rajas de chile poblano con
crema y queso, sopa de fideos seco con chile pasilla, los chiles rellenos y, por supuesto, los
chiles en nogada, platillo que se narra se presentó en un banquete en honor a Agustín de
Iturbide en Puebla.
Hoy, en pleno Siglo XXI, México es una nación independiente, libre y soberana, que
reconoce a los 8.9 millones de personas que se dedican al sector primario, quienes a
través del trabajo en el campo, en los ríos, lagunas y mares transforman bienes
agropecuarios y pesqueros para que todas las familias de esta nación cuenten con
alimentos sanos y de calidad.
El Programa Sectorial de Agricultura y Desarrollo Rural 2020-2024 es un programa
derivado del PND, emitido con apego al marco constitucional y legal, que contribuye a
garantizar el derecho a una alimentación nutritiva, suficiente y de calidad, establecido en
el artículo 4o. constitucional, y a que se avance en poner fin al hambre, lograr la seguridad
alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible,
fines contemplados en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 de la Agenda 2030 aprobada
por la Organización de las Naciones Unidas, cuya ejecución y seguimiento es a cargo de la
SADER.
En concordancia con las directrices definidas en el PND 2019-2024 para lograr el
bienestar general de la población, así como con los mandatos constitucionales y legales
para el desarrollo rural y el fomento de la pesca y la acuacultura, la ejecución de este
programa sectorial contribuirá al incremento de la producción y la productividad en el
sector agropecuario y pesquero.

Citas bibliográficas:
https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-00632010000200005
http://revistas.bancomext.gob.mx/rce/magazines/738/2/RCE2.pdf

https://agua.org.mx/wp-content/uploads/2017/09/Historia-de-la-agricultura-en-M
%C3%A9xico.pdf
http://fagro.edu.uy/images/stories/Resumen_historia_para_110_a%C3%B1os.pdf
https://www.fao.org/3/a0493s/a0493s02.htm
https://www.fao.org/documents/card/es?details=7d770832-dcf2-52d1-9499-
96959cf93eeb/
http://secampo.edomex.gob.mx/antecedentes
https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-39252007000400004
https://www.gob.mx/agricultura/articulos/mexico-nacion-fundada-en-el-campo
https://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5595549&fecha=25/06/2020#gsc.tab=0
https://www.cepal.org/es/comunicados/produccion-agricola-se-recuperara-gran-parte-
la-region-2010
https://www.agronomia.uaslp.mx/Paginas/Universidad/557#gsc.tab=0

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