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RURAL INTEGRADO
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población. La disminución de la población activa agraria fuer-
za, además, a la disminución de la población rural y al aban-
dono de las áreas rurales de quienes proporcionaban los servi-
cios básicos necesarios para la vida local -salud, enseñanza,
aprovisionamientos materiales esenciales-. En conjunto, se
produce el abandono masivo de población del sector rural que
ha llevado a una grave disminución de los habitantes de las
áreas rurales e incluso a una desertización de amplias zonas
del territorio en todos los países desarrollados de Europa Oc-
cidental.
La crisis de la agricultura familiar es, además, un proceso
permanente: las necesidades de modernización son cada vez
mayores y siguen expulsando población de las actividades pro-
ductivas agrarias. En España, además, las exigencias de la in-
tegración en la CEE van a intensificar este proceso. Asimis-
mo, es ya evidente la crisis de una parte importante de la agri-
cultura modernizada, incapaz de reproducirse sin recurrir a
importantísimas ayudas estatales que, cada vez más, son puestas
en cuestión. Esto impone también el plantearse el problema
de futuro de muchas de las explotaciones que han realizado
un intensísimo esfuerzo renovador. ^
Muchos de los pequeños agricultores que han permaneci-
do en la agricultura, para poder alcanzar los ingresos necesa-
rios para el sostenimiento de la familia, se han visto obligados
a recumr a actividades complementarias, cuya oferta era abun-
dante en la época del boom industrial, por lo menos en cier-
tas zonas del país. Se puede observar un crecimiento impor-
tante en la Agricultura a Tiempo Parcial en los sesentas y pri-
meros setentas, y probablemente a causa de ello se había aso-
ciado el incremento de la .ATP con el auge industrial.
Pero ésto es solamente una parte del fenómeno. En la ac-
tualidad, la crisis económica ha cerrado las posibilidades de
emigración para los agricultores de bajos ingresos y para sus
hijos, que se ven obligados a permanecer en la explotación y
completar los limitados ingresos que obtienen de la agricultu-
ra con todo tipo de actividades, de variadísima naturaleza. La
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práctica de la ATP, bien conocida de los agricultores de to-
das las épocas, se mantiene, amplía y recurre a nuevas moda-
lidades en orden a resolver el problema económico:
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e intercambio que conduce a expulsar del mismo a los partici-
pantes más débiles. «Como si las mallas de la red fueran de-
masiado grandes, este sistema ha rechazado a su periferia re-
giones -particularmente las de montaña-, recursos, sistemas
de producción y hombres, que no entran en las normas stan-
darizadas» (2). De hecho, un largo período en esta dirección
sólo ha conducido a intensificar sus problemas. «La simplifi-
cación de los modelos de producción, la mecanización y la es-
pecialización de las actividades agrícolas conduce a una nue-
va distribución geográfica. Así, los reparadores de material que
se encontraban en el pueblo han sido sustituidos por los ven-
dedores de material agrícola situados en la ciudad más próxi-
ma; la primera transformación de productos agrícolas de la
granja, como la de la leche, ha sido trasladada y concentrada
en la lechería» (3). Parece muy difícil que estas áreas puedan
mantener su población basándose únicamente en una intensi-
ficación de la actividad agraria para la que están en desventa-
ja. Más especialmente teniendo en cuenta los grandes exce-
dentes de productos agrarios que impiden una política pro-
ductivista a ultranza: «La Europa del Oeste, urbana, indus-
trial, sobrealimentada, no tiene necesidad de sus zonas agrí-
colas desfavorecidas; las buenas zonas le bastan para crearle
el problema de los excedentes» (4). La solución para el man-
tenimiento de las comunidades rurales viables y vivibles exige
la búsqueda de otros modelos alternativos.
La evolución de la percepción de su propia situación por
algunos agricultores. Este aspecto constituye un elemento no-
vedoso entre las razones que impulsan estos modelos, ya que
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al constituir una opción deliberada es probable que suponga
una posición muy activa de los propios agricultores respecto
al cambio. Algunos autores (5) plantean que el desarrollo de
la pluriactividad se debe a una estrategia de los propios agri-
cultores frente a los modelos predominantes de desarrollo agra-
rio. Consideran que, tras largos años de esfuerzos moderniza-
dores, algunos agricultores han llegado a la conclusión de que
el camino de la modernización no les conduce a una mejora
en sus condiciones de vida. Descubren que la intensificación
del sistema productivo en el que se desenvuelven les lleva a pro-
ducir más, pero económicamente no les reporta un aumento
en sus márgenes netos y, todavía menos, les proporciona una
forma de vida más satisfactoria. Los inputs, y especialmente
los créditos necesarios para iinanciar el nuevo sistema, absor-
ben los incrementos de producción. Estos agricultores, que ge-
neralmente tienen explotaciones de dimensiones reducidas, al
percibir el fracaso de este modelo, proceden a rechazar el cre-
cimiento por sí mismo y particularmente la orientación pro-
ductivista de la agricultura modernizada. Marginalizados por
el sistema agro-industrial tratan de adoptar complejas estra-
tegias de adaptación a las situaciones en que se encuentran,
que reposan fundamentalmente en la utilización de esquemas
productivos de baja intensidad, expresando al mismo tiempo
su rechazo o resistencia a la difusión de los modelos socio-
económicos que les excluyen. Tratan de potenciar en primer
lugar una relativa autonomía en relación con la generalidad
del sistema, y especialmente la mejor valoración posible del
trabajo, como alternativas al esquema de la modernización.
Pero estos modelos requieren inevitablemente el completar los
ingresos por medio de la pluriactividad. «La única perspecti-
va para el agricultor (con este enfoque) es ir a buscar unos in-
gresos complementarios en una o varias actividades externas
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a la explotación» (6) que combinadas con la agricultura a ba-
ja intensidad pueden proporcionarles unos ingresos similares
a los de otros agricultores con mayores explotaciones y situa-
ciones de mayor productividad.
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