Está en la página 1de 16

Imagen: Logo de la Facultad de Filosofía y Letras

CAPACITACIÓN UNIVERSITARIA EXTRACURRICULAR


LA DISCAPACIDAD COMO CATEGORÍA SOCIAL Y POLÍTICA

Materia 2

Materia:
Los Modelos en discapacidad: una perspectiva crítica

Clase 2: Los modelos en torno a las diferentes concepciones


acerca de la discapacidad. El modelo social

Docentes: Verónica Rusler – Carlos García

Citar esta clase del siguiente modo:


García & Rusler (2021). Los modelos en torno a las diferentes concepciones acerca de la discapacidad. El
modelo social. Materia Modelos en discapacidad: una perspectiva crítica: En Capacitación Universitaria
Extracurricular La discapacidad como categoría social y política. Sholem y Facultad de Filosofía y Letras,
UBA.

1
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Imagen: Logo de la Facultad de Filosofía y Letras

Como decíamos en la clase anterior, los modelos son construcciones históricas con
atravesamientos sociales y políticos. . En este sentido los estudios en discapacidad proponen
diferentes modelos y categorías de análisis.
La abogada Agustina Palacios, en su tesis doctoral El modelo social de la discapacidad ha
sistematizado estos tres modelos: de Prescindencia con dos submodelos eugenésico y de
marginación, el rehabilitador y el social.
Por su parte, la investigadora Patricia Brogna propone el “modelo de la encrucijada” orientado
a analizar la discapacidad de manera dinámica y relacional que visibilice la complejidad social y
la “invalidación y exclusión” que se ha sostenido asociando la discapacidad a los sujetos
individuales. Distingue seis “visiones”: de exterminio-aniquilamiento, sacralizada-mágica,
caritativo-represiva, médico-reparadora, normalizadora-asistencialista y social en la que ya se
ubica a la persona con discapacidad como sujeto de derecho y se enfatiza el desequilibrio de
poder a favor de las instituciones y prácticas “normocentristas”.

El modelo social de la discapacidad surgió en Inglaterra y tiene como antecedente una


experiencia que tuvo lugar en los Estados Unidos: el movimiento de vida independiente.
En Inglaterra en 1972 se crea la Unión de Personas con Discapacidad Física contra la
Segregación (Union of Physically Impaired Against Segregation, UPIAS). En 1975 esta
organización difunde un manifiesto que contiene los principios del modelo social, aunque
recién la denominación será acuñada en 1983 por uno de sus integrantes, el académico y
activista Mike Oliver.

Imagen fotográfica en blanco y negro que registra la


primera reunión de la UPIAS (Unión de impedidos físicos
contra la segregación) que tuvo lugar en Le Court Leonard
Cheshire Home en Hampshire, Inglaterra.

2
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Imagen: Logo de la Facultad de Filosofía y Letras

Imagen de miembros del Frente de Lisiados Peronistas,


organización pionera que entre 1971 y 1974 se constituyó
como organización política logrando promulgar la primera
ley de cupo laboral para personas con discapacidad de
América Latina que, pocos años después fue derogada
por el gobierno militar.

Hablamos de una persona con discapacidad, que es académico y activista, lo cual nos muestra
ya desde los orígenes que el enfoque social es multidimensional, conlleva una toma de posición
teórica, una experiencia política y una intervención en la esfera pública a propósito de las
luchas civiles y de los derechos sociales de este colectivo.
Esta perspectiva puede compararse con un prisma mediante el cual podemos ver críticamente
las actitudes, las acciones y los discursos que circulan socialmente y cómo cotidianamente
influyen y son influidos por nuestras prácticas. Este prisma que es el modelo social plantea un
punto de vista que luego será retomado y se plasmará, en parte, en la Convención sobre los
Derechos de las Personas con Discapacidad.

Descripción de la imagen: Tapa del disco de Pink Floyd


“Dark side of the moon”. Fondo negro en el que se
distingue un triángulo al que ingresa desde la izquierda
un haz de luz blanca y salen por la derecha haces rojo,
naranja, amarillo, verde, cian y violeta.

Vale la pena recordar aquí brevemente la distinción entre deficiencia y discapacidad.

3
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Imagen: Logo de la Facultad de Filosofía y Letras

Carolina Ferrante (2019) retoma los trabajos de Mike Oliver y Colin Barnes y plantea que:

“Mientras que la “deficiencia” alude a una condición biofísica particular que implica una falta o
falla del cuerpo y no es negativa en sí misma, la “discapacidad” es una forma de opresión
social impuesta por una organización social que, al no tener en cuenta las necesidades de las
personas con deficiencias, por estar únicamente diseñada para las personas portadoras de
cuerpos capaces o considerados médicamente “normales”, les niega o restringe sus
posibilidades de participación social (...) Estas desventajas y restricciones homologan sus
condiciones de vida en términos de grupo oprimido, del mismo modo que sucede con las
minorías raciales o étnicas”.

Un ejemplo a título ilustrativo: si una persona no accede a buenas condiciones laborales o está
desocupada, esta situación no se origina en su deficiencia –ceguera, dificultades motrices, etc–
sino en las barreras de diversa índole de ese puesto laboral al que aspira y que puede darse por
factores edilicios (ausencia de rampas, obstáculos, espacios estrechos por donde no pasa una
silla de ruedas), comunicacionales o tecnológicos (el software no está preparado para que una
persona ciega lo utilice a través de un lector de pantalla que tiene una voz sintética) y también
actitudinales (si quienes deben tomar la decisión por desconocimiento u otros motivos piensan
a las personas con discapacidad en base a estereotipos y concepciones negativas).
No se trata de algo que se circunscribe a lo personal –como si todo empezara y terminara en los
sujetos– sino de la experiencia convivencial. El entorno al que nos referimos también es
heterogéneo: la familia, los juegos, la escuela, los lugares donde se practica deporte, la salud,
las políticas que se desarrollan en la sociedad civil, las empresas y el estado.
Un interesante material publicado en 2005 –un año antes de la aprobación de la Convención
sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad– propone pensar en un “ciclo de
invisibilidad” que impide el desarrollo de una sociedad inclusiva. “Este `ciclo de invisibilidad´
acontece por la siguiente lógica:
• personas con discapacidad no consiguen salir de casa, por lo tanto, no son vistas por la
comunidad;
• por no ser vistas por la comunidad, dejan de ser reconocidas como parte de ella;
• por no ser reconocidas como parte de ella, garantizar el acceso de las personas con
discapacidad a bienes, derechos y servicios no es considerado un problema que la

4
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Imagen: Logo de la Facultad de Filosofía y Letras

comunidad deba enfrentar y solucionar;


• sin tener acceso a bienes y servicios, no hay cómo incluirlas dentro de la sociedad;
• una vez excluidas de la sociedad, siguen invisibles, y sometidas a constante discriminación.
Así, sin condiciones de salir de casa, de comunicarse, de tener acceso a la educación y a la
vida en comunidad, las personas con discapacidad se tornan cada vez más ciudadanos de
menor valor”.

Fuente: EDF Policy Development Cooperation and Disability. European Disability Forum
(traducido y adaptado por Escola de Gente - Comunicação em Inclusão).

Los principios constitutivos del modelo social, y que en seguida confrontaremos con los de los
otros modelos, son la no discriminación, el diseño universal y la autonomía que no significa
autosuficiencia. Si así fuera, estaríamos renunciando a algo tan importante para la vida como
son la cooperación, la solidaridad y la ayuda mutua. Hablamos aquí de autonomía como
derecho a decidir, a ser protagonistas de la propia vida.
Esto que puede sonar a frase trillada, hueca –ser protagonistas de nuestra vida– toma espesor
en la realidad más urgente, si pensamos en que aún la legislación de muchos países ignora la
capacidad jurídica de las personas con discapacidad: no pueden decidir sobre su patrimonio, no
cuentan con interpretación en Lengua de Señas durante un juicio, o personas ciegas a quienes
se les niega el derecho a firmar una escritura o un préstamo bancario.

Imagen que muestra el dibujo –de un bajo relieve del


siglo IV o V encontrado en Prusia– del exorcismo de un
catacúmeno con malformaciones congénitas. Se
observa una persona recostada, como retorcida,
rodeado de cuatro figuras que ostentan cruces
elevadas sobre el cuerpo del exorcizado.

5
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Imagen: Logo de la Facultad de Filosofía y Letras

Imagen que representa La Nave de los Locos


de Sebastian Brandt, obra de 1494 que muestra
una pequeña nave repleta de seres que se
contornean, agitan sus brazos, se agreden
entre ellos.

Imagen: Cuadro titulado Los Lisiados, de Pieter


Brueghel el Viejo que vivió entre 1525 y 1569 en la que
pueden verse cinco personas con discapacidad física
portando elementos ortopédicos rudimentarios en
madera para sostenerse y trasladarse

Imagen que muestra una fotografía en blanco y


negro de un veterano de la I Guerra Mundial que
perdió una pierna, vestido con uniforme y portando
sus condecoraciones, pide limosna en una calle de
Berlín en 1923.

Carolina Ferrante investigó el modo en que en la ciudad de Buenos Aires desde la década de
1950 se promovió la práctica del deporte adaptado por parte de las personas con discapacidad
motriz, y cómo los autodenominados “rengos” generaron formas de autovalimiento por fuera
de la visión de la discapacidad como identidad devaluada. Estudia así el modo en que ese
campo, el del deporte, que en un sentido cuestionó formas sociales establecidas, reprodujo a

6
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Imagen: Logo de la Facultad de Filosofía y Letras

su vez el paradigma de la normalidad, según el cual había cuerpos capaces y otros, los que no
se adaptaban, quedaban fuera del campo.
El claroscuro de estos procesos nos muestra la complejidad de la historia y del presente.
Si el modelo rehabilitador permitió en ciertos contextos el mejoramiento de las condiciones de
vida de las personas con discapacidad, la visión normalizadora que le era consustancial no
carecía de problemas: hablar de rehabilitación supone que hay algo que re-habilitar, una
dignidad lesionada o pérdida. Así reaparece, en otro contexto y con otros supuestos, la
oposición normal-anormal, sano-enfermo, superior-inferior. Se postula un cuerpo normal,
deseable, que la persona con discapacidad perdió o que nunca tuvo, y que en cualquier caso
jamás alcanzará. Vale la pena explicitar que al hacer alusión al cuerpo –tema que se trabajará
ampliamente en la materia Aportes teóricos y conceptuales para pensar la relación entre cuerpo y
discapacidad– queremos significar la existencia de éste en su totalidad.
La mirada de los expertos con frecuencia entra en tensión con las decisiones de las personas.
Así se internaliza como natural una situación que en realidad es el resultado de la atribución de
roles y expectativas acerca de lo deseable y lo posible. Por eso lo que el modelo social pone en
entredicho no es la importancia de la rehabilitación –que, por otra parte, no todas las personas
con discapacidad necesitan o eligen– sino la ideología subyacente que da lugar a una industria
de la rehabilitación donde prevalecen profesionales y expertos y se opaca o elude la voz de las
propias personas con discapacidad. Y a la rehabilitación como destino unívoco.
Si el modelo de prescindencia atribuía la causa de la discapacidad a un origen religioso y en el
modelo rehabilitador la biología tomaba papel protagónico, en el modelo social la causalidad es
múltiple: son las condiciones de existencia las que pueden impedir o impulsar el progreso
colectivo e individual. Lo social, por tanto, no constituye una variable mecánica sino que cada
situación presentará diferentes determinaciones, límites y posibilidades que constriñen o
impulsan.

7
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Imagen: Logo de la Facultad de Filosofía y Letras

El modelo social
Algunos autores que desarrollan su trabajo en torno a los Disability Studies se refieren a una
“teoría social de la discapacidad” que permita análisis y diseño de políticas públicas que puedan
superar las perspectivas que se circunscriben a la discapacidad como un estado de salud, como
una circunstancia lamentable cuya única opción posible son los sucesivos tratamientos en
detrimento de la participación social activa y una vida plena.

“Triste herencia”, obra del pintor valenciano


Joaquín Sorolla, realizada en 1899 representa
a unos niños desnudos en una playa, algunos
apoyados en muletas o bastones, otros
dentro del mar, acompañados por un adulto
de túnica negra, posiblemente un religioso .

Desde la primera clase comenzamos a pensar las consecuencias de esta perspectiva:


se diagnostica una patología, existe la ciencia capaz de enmendarla y , si el proceso resulta
exitoso, el individuo se adapta o readapta al medio. Todos hemos escuchado y tal vez también
utilizado la expresión: “sufre, padece una discapacidad”.
“Sólo con los años y con mi cuerpo pagando los
ensayos médicos aprendí que siempre tengo que
desconfiar un poquito y ponerlos contra la pared,
porque pese a lo que uno necesita creer cuando entra a
un consultorio o a una sala de emergencia, los médicos
muchas veces no saben, y van deshojando las
posibilidades sobre la marcha. Y en el medio está uno,
con dolores, miedos y deseos de mejorar y salir de ahí
lo más rápido posible. La vida con los médicos ha sido
la parte más indeseable de mi vida, y el delantal blanco
y muchos médicos a mi alrededor, una imagen siempre
angustiante de mis sueños”. (El niño del año, Franco
Rinaldi) Imagen. Tapa del libro. El niño del año.

8
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Imagen: Logo de la Facultad de Filosofía y Letras

Esta concepción se puede rastrear en los distintos ámbitos de la vida social –cuestión que
retomaremos con mayor amplitud en la última clase– en el ordenamiento jurídico, en la
planificación del sistema educativo, en las políticas laborales y sanitarias, en la forma en que los
medios de comunicación abordan la discapacidad, entre otros.
En el modelo rehabilitador, la discapacidad tiene como causa un factor individual, ya sea a partir
de un accidente o un problema congénito, en cualquier caso se circunscribe a la persona. La
ciencia se ocupa de estudiar las causas del déficit y la forma de tratarlo; tipifica las
discapacidades y en base a las clasificaciones se organiza toda una industria de servicios.
Observemos algunos cuadros en los que se tipifican algunos diagnósticos como síndromes
genéticos o parálisis cerebral (actualmente denominada encefalopatía crónica no evolutiva)
caracterizando los rasgos físicos, el perfil cognitivo y el perfil conductual.

Cuadro 1. Síndromes comunes que cursan con RM y los fenotipos conductuales

Fuente: Márquez- Caraveo, E. y otros Epidemiología y manejo integral de la discapacidad


intelectual en: Salud Ment. Vol.34no.5 México ep./oct.2011
Tabla de doble entrada que explicita cuatro síndromes Down. X Frágil, Prader- Willi y Williams en
relación a tres dimensiones: signos físicos, perfil cognoscitivo, perfil conductual.

Transcripción de la primera fila:


Down (autosomas: Trisomía 21)

9
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Imagen: Logo de la Facultad de Filosofía y Letras

Signos físicos: Facie típica, pliegue palmar único, orejas pequeñas y de implantación baja (cabello
también)
Perfil cognoscitivo: Mejor procesamiento visual que auditivo. Bajo nivel cognoscitivo y de lenguaje
expresivo y pronunciación.
Perfil conductual: Alta sociabilidad, menor grado de psicopatología que otros pacientes con
discapacidad intelectual. Pueden presentar problemas de impulsividad, hiperactividad, agresión.

Esquema: Clasificaciones de parálisis cerebral y objetivos a los cuales se orientan.


DSB-PV: daño a la sustancia blanca periventricular; GMFCS: sistema de clasificación de función motora
gruesa; HIC: hemorragia intracraneal; HIV: hemorragia intraventricular; PEDI: inventario de evaluación
pediátrica de discapacidad

Fuente: Robaina-Castellanos et al., (2007, p.115)


Ovalo central: Clasificación de la parálisis cerebral
Flecha superior izquierda a recuadro: Fisiopatología.
1. Alteraciones de tono: Hipertonía/ Hipotonía
2. Trastornos del movimiento: espasticidad/Ataxia/Discinesia: Distonía y coreoatetosis
Flecha a recuadro: Tratamiento específico: Estudios epidemiológicos/ Ensayos clínicos
Flecha superior derecha a recuadro:
Topográfica:

10
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Imagen: Logo de la Facultad de Filosofía y Letras

1. Cerebral (neuroimagen) Malformaciones/ Infarto arterial focal/DSB-PB/HIV y otras HIC/ Daño


asfíctico/ Atrofia generalizada/Otros/ Trastornos adquiridos
2. Corporal (distribución del daño motor):
Extremidades bilateral o unilateral/ Tronco/ Pares craneales: función oromotora y Función del habla
y del lenguaje
Flecha inferior izquierda a recuadro: Grado de limitación funcional
1. Capacidades motoras (referencia a siglas y nomenclatura)
2. Nivel de discapacidad global: Puntuación de discapacidad global (bajo/ moderado/ alto)
PEDI
Flecha a recuadro: Tratamiento específico/ Planificación de servicios/ Ensayos clínicos/
Estudios epidemiológicos
Flecha inferior derecha a recuadro: Condiciones asociadas daño cognitivo/Daño visual
Daño auditivo/ Trastornos sensitivos- perceptivos/ Trastornos psicológicos/ Epilepsia/
Trastornos osteomioarticulares/ Trastornos gastrointestinales/ Incontinencia urinaria/
Restricciones en la participación social
Flecha a recuadro: Tratamiento específico/ Planificación de servicios/ Ensayos clínicos
Flecha inferior central a recuadro: Etiológica
1. Momento de la lesión cerebral: Congénita (prenatal, perinatal, neonatal)/ Posneonatal
2. Causa específica
Flecha a recuadro: Tratamiento etiológico individual/ Estudios epidemiológicos/
Prevención primaria (poblacional)
En ambas clasificaciones la definición de perfiles y repertorios de conductas posibles vinculadas
con una etiología orgánica, en estos casos genética o neurológica. Tomemos por ejemplo para
las personas con Síndrome de Down “Perfil cognoscitivo: Mejor procesamiento visual que
auditivo. Bajo nivel cognoscitivo y de lenguaje expresivo y pronunciación” y pensemos cuál es el
posible impacto de estos pronósticos en la manera en que todas las personas –incluidos los
profesionales de la salud– en la manera de pensar acerca de estas personas, en la vida de una
familia, en las ideas que los maestros pueden construir en torno a un alumno/a con este
síndrome.
Más allá de lo que expresen las estadísticas lo que queremos plantear aquí, y que retomaremos
en otra materia más adelante es cómo inciden en los vínculos: como se arma la relación
docente- alumno, por ejemplo, cuando media un diagnóstico del cual se desprenden perfiles y
conductas tipificadas.
“Perfil conductual: Alta sociabilidad, menor grado de psicopatología que otros pacientes con
discapacidad intelectual. Pueden presentar problemas de impulsividad, hiperactividad,
agresión” son rasgos y características que puede atribuirse a cualquier persona. Esto lo
retomaremos en el último tramo de esta materia pero vale la pena en este punto considerar

11
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Imagen: Logo de la Facultad de Filosofía y Letras

esta relación entre ciencias de la salud – terapias – monopolio y mercantilización de la


discapacidad en base a estándares y clasificaciones que son lo que se tiene en cuenta a la hora
de diagnosticar, certificar y judicializar. También ya se ha trabajado en la Materia 1 cómo inciden
los diagnósticos y el estatus de algunos discursos esencialistas vinculados a la genética.
Agustina Palacios plantea de qué manera, para algunos investigadores, este entramado de
industrias y de servicios posibilitó un relativo avance, mientras que otros ligan estas políticas
con las formas de control social: el disciplinamiento de los cuerpos que no responden a lo que
se considera normal.
En este sentido, más que en procesos unidireccionales, habría que pensar en los conflictos
incluso al interior de este modelo y también en la incidencia de las reivindicaciones de los
movimientos de personas con discapacidad en relación con la órbita estatal, aspecto que
también se abordará específicamente en otra materia.
En este punto resulta conveniente detenernos un momento para pensar también lo que implica
asimilar la discapacidad con la enfermedad. Esta vinculación estrecha ha sido el fundamento
que sostuvo durante largo tiempo – y aún persiste– un repertorio de interferencias y de
intromisiones. A modo de ejemplo, podemos pensar en profesionales de la salud indicando
determinada modalidad educativa e incluso cómo impartirla o la proliferación de reclamos
judiciales en nombre de los derechos de las personas con discapacidad que se subsumen a
cuestiones asistenciales y no a la participación activa en todos los ámbitos de la vida social.
Si bien pareciera inevitable hablar de enfermedad en un primer momento, ante una situación
traumática, un accidente, una infección que es atendida por profesionales de la salud, una vez
que la situación mental, física o psíquica no se modifica pasa a ser constitutiva de ese ser
humano, de esa persona singular. Es allí donde la medicina tiene que dejar lugar a otras
disciplinas e instituciones y, más ampliamente, a la consideración del entorno y de los factores
sociales que intervienen en la vida de todas las personas. Y siempre con preeminencia a la voz
de la propia persona en relación a su vida, incluyendo lo referente a los tratamientos médicos
que esté indicado que realice.

12
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Imagen: Logo de la Facultad de Filosofía y Letras

Este fragmento algo extenso pero elocuente de López González nos ayuda a pensar las
implicancias del modelo rehabilitador:
“Wolf Wolfensberger (1989), promotor del movimiento de normalización de servicios en
Europa, aporta también una visión crítica del tema sosteniendo que la construcción social
de la discapacidad y la dependencia es una `función latente´, pero esencial, del crecimiento
de las `industrias de servicios humanos´ desde 1945. Todas las agencias e instituciones
manifiestan sus objetivos y funciones explícitas (recuperación, educación, reinserción
profesional…), pero lo más importante son las funciones no reconocidas públicamente,
ocultas. En los países desarrollados y estados de bienestar las industrias de servicios
humanos cobran cada vez mayor importancia y están interesadas en crear y mantener
grandes cantidades de personas devaluadas y dependientes, con el fin de asegurar el
trabajo propio. Esto, paradójicamente, está en clara oposición con la pretendida y explícita
función de rehabilitación e integración en la comunidad” (López González:2006)

Si bien es incuestionable la importancia de los desarrollos que aportan mejoras de tipo


quirúrgico, medicamentoso o terapéutico, resulta crítica la reducción de las personas a un
déficit. Por ejemplo: una persona ha quedado ciega en edad adulta. Se procurará que aprenda a
usar el bastón o a valerse de un perro guía para desplazarse con soltura, que incorpore el
manejo del braille y de la computadora para la lectura y la escritura, etc. Sin duda se trata de
recursos muy útiles y necesarios que le permitirán adquirir habilidades favorecedoras de su
participación en la comunidad, en el estudio, en el trabajo. Sin embargo, estos apoyos, recursos
y herramientas, ¿resuelven por sí solas la inclusión de las personas ciegas en la sociedad? Desde
la perspectiva del modelo social, el modelo rehabilitador no da cuenta de las condiciones
sociales ni de las relaciones de dominación que se producen cuando se considera que la
asistencia de los profesionales y los recursos técnicos o farmacológicos pudieran sustituir la
necesidad de tomar decisiones sobre la propia vida y cómo llevarla a cabo.
Pensemos ahora en una persona con discapacidad graduada en la universidad que utiliza sin
problema las aplicaciones y programas de informática, pero al ejercer su profesión necesita
trabajar con materiales disponibles en webs, y éstas son inaccesibles. De poco le servirán por sí
solos sus conocimientos de computación; tendrá que organizarse con otras personas e

13
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Imagen: Logo de la Facultad de Filosofía y Letras

impulsar leyes para garantizar la accesibilidad, aportando experiencias o sugerencias para


resolver posibles dificultades.
Vemos así como en una cuestión tan cotidiana y tan importante como el acceso a las
herramientas informáticas entran en juego los usuarios, las organizaciones de personas con
discapacidad, las empresas, el estado, en fin, el diseño e implementación de políticas públicas.
Este ejemplo relacionado con la informática pone de manifiesto la incidencia del contexto que
se extiende a otros entornos físicos y comunicacionales.
Para el sociólogo Eduardo Joly esta concepción es indisociable del surgimiento y reproducción
del sistema capitalista, basado en la desigual apropiación de los bienes materiales y simbólicos.
Las personas que no alcanzan los estándares de los ritmos de producción en el trabajo quedan
afuera del circuito productivo: pasan así a formar parte del mercado de la caridad –o bien,
dentro del estado de bienestar, se transforman en objeto de asistencia del sistema de
protección social, con los efectos que recién veíamos en relación con la industria.
La crítica no se dirige exclusivamente a un determinado servicio de salud o a tal o cual
modalidad educativa, sino que impugna un sistema social que a través de un criterio biomédico
demarca lo desviado de lo normal, tal como se desarrolló ampliamente en la Materia 1.
Las características que se alejan de la norma en las sociedades excluyentes se constituyen
como estigma, motivo de vergüenza y fuente de discriminación. Surge así una identidad que se
concibe en falta, fuera del estándar. De ahí que la separación nítida entre deficiencia y
discapacidad, propia de los primeros teóricos del modelo social, hoy sea cuestionada desde el
mismo enfoque social.
Erving Goffman fue un psicólogo y sociólogo canadiense que
trabajó en la segunda mitad del siglo XX dedicándose a investigar
las interacciones entre las personas y su “presentación” en la vida
cotidiana. Su libro Estigma es un texto clásico en los estudios
sobre discapacidad.

“La sociedad establece medios para categorizar a las personas y también los atributos que
se consideran corrientes y naturales en los miembros de esas categorías. Esto permite que
ante un extraño podamos prever por las primeras apariencias en qué categoría se halla y

14
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Imagen: Logo de la Facultad de Filosofía y Letras

cuáles son sus atributos, es decir su `identidad social´. El término estigma es utilizado para
hacer referencia a un atributo profundamente desacreditador. Sin embargo, lo importante
es tener en cuenta las relaciones ya que un atributo que estigmatiza a un tipo de poseedor
puede confirmar la normalidad de otro, según sea el contexto. El estigma conlleva una
doble perspectiva: la de los desacreditados cuya calidad de diferente es conocida o resulta
evidente en el acto (señales en el cuerpo o minusvalías o deficiencias) y la de los
desacreditables cuya diferencia no es conocida ni inmediatamente perceptible”
(Goffman:2006).
En tiempos en los que se retoman fuertemente las explicaciones acerca de la desigualdad como
un ordenamiento con bases biologicistas resulta necesario seguir enfatizando que las
expectativas, los deseos, los roles, las funciones que nos atribuyen y nos atribuimos no derivan
de características biológicas. Así como el sistema de exclusión distingue lo masculino de lo
femenino, esencializando en un par dicotómico estos rasgos biológicos, lo mismo sucede con la
discapacidad y la atribución de normalidad o desvío de lo normal.
En un artículo elaborado por el equipo de investigación de la carrera de Trabajo Social de la
UNER dirigido por Ana Rosato, se procura deconstruir la noción de déficit. Lejos de ser algo
natural o evidente, se toma al déficit como:
“una categoría dentro de un sistema de clasificación y producción de sujetos (…) Sabemos
que la denominación es, a la vez, un modo de fijar frontera y también de inculcar
repetidamente una norma. Al recuperar los términos en función de su pertenencia más o
menos clara al ámbito de lo descriptivo estadístico o al de lo valorativo, prescriptivo,
reconocemos la genealogía de la normalidad. Esto se refleja claramente cuando el par
opuesto a lo normal, pasa de la anomalía (término puramente descriptivo referido a la
ocurrencia infrecuente) a lo anormal (lo indeseable, lo malo, lo detestable, lo valorado
negativamente)" (Rosato:2012).
En este sentido, el modelo social se basa en el ejercicio de los derechos y de la ciudadanía por
parte de las personas con discapacidad. Sin embargo, sólo podrá trazarse el sendero hacia el
logro progresivo de la mentada igualdad de oportunidades que tantos documentos
internacionales y locales proclaman, conjuntamente con la transformación de las estructuras
sociales que generan más pobreza y discriminación.

15
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Imagen: Logo de la Facultad de Filosofía y Letras

Bibliografía consultada

Brogna, P. (2012) Las representaciones de la discapacidad: la vigencia del pasado en las


estructuras sociales presentes. En: Brogna, P; (comp.) Visiones y Revisiones de la
Discapacidad, 157 – 187. México, Fondo de Cultura Económica

Ferrante, C. (2012): “Lo importante es no ser rengo de la cabeza. Sobre la experiencia de la


discapacidad motriz adquirida a partir de la práctica deportiva en un contexto neo-colonial y
dependiente”. En Dell'Anno, A. [et.al.] (2012) Debates y perspectivas en torno a la discapacidad
en América Latina, compilado por Angelino, A y Almeida, E. 1a ed. Paraná, Universidad Nacional
de Entre Ríos. UNER. Facultad de Trabajo Social, pp 62-99.

Ferrante, C. (2019) En memoria de Mike Oliver un legado sociológico vivo para los estudios
críticos latinoamericanos en discapacidad, Boletín Científico Sapiens Research, Vol 9 Alcances
políticos del modelo social de la discapacidad

Goffman, E. (2006) Estigma. Buenos Aires: Amorrortu.

Joly, E. (2011). "Discapacidad, derechos humanos y salud”. IX Jornadas Nacionales de Debate


Interdisciplinario en Salud y Población. Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de
Ciencias Sociales – UBA, 10 de Agosto de 2011.
Disponible: http://redi.org.ar/Documentos/Publicaciones/Salud/Discapacidad-Derechos-
Humanos-y-Salud.pdf

López González, M. (2006) "Modelos teóricos e investigación en el ámbito de la discapacidad.


Hacia la incorporación de la experiencia personal". En: Revista Docencia e investigación, Nº 6,
enero-diciembre 2006. Universidad de Córdoba: España.
Disponible:http://www.uclm.es/varios/revistas/docenciaeinvestigacion/pdf/numero6/
Modelos_Discapacidad.doc

Palacios, A. (2008); Cap I “Aproximación histórica” en: El modelo social de discapacidad:


orígenes, caracterización y plasmación en la Convención Internacional sobre los Derechos de
las Personas con Discapacidad. Madrid: Cermi, pp. 38-60. Disponible (libro completo):
http://www.cermi.es/esES/ColeccionesCermi/Cermi.es/Lists/Coleccion/Attachments/64/
Elmodelosocialdediscapacidad.pdf

Rinaldi, Franco (2011). El niño del año. Mondadori.


Rosato, A. (2012). Prólogo. En Dell'Anno, A. [et.al.] (2012). Debates y perspectivas en torno a la
discapacidad en América Latina, compilado por Angelino, A y Almeida, E. 1ª ed. Paraná,
Universidad Nacional de Entre Ríos. UNER. Facultad de Trabajo Social.

16
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

También podría gustarte