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OBLIGACIONES DE DAR COSAS CIERTAS

1. CONCEPTO

Son aquéllas obligaciones de dar cuyo programa prestacional consiste


en la entrega de una cosa única o exclusiva, esto es, debidamente individualizada al
proyectarse o nacer la obligación
De este modo, se trata de una obligación de prestación determinada,
categoría que integra junto con las de hacer y no hacer, claramente diferenciada de las
obligaciones alternativas, facultativas, de dar cosas inciertas no fungibles, de dar
cantidades de cosas o dar sumas de dinero, aglutinadas estas últimas bajo el
denominador común de la indeterminación, al supeditarse la prestación a una
elección o individualización posterior.-
Las cosas comprendidas en la entrega pueden ser muebles (cosas
transportables por sí o fuerza exterior, partes del suelo separadas o instrumentos
públicos o privados donde consten derechos personales o inmuebles (por naturaleza,
por accesión y/o representación.-

2. DEBERES SECUNDARIOS DE CONDUCTA

Siendo que la situación de deuda no solamente compromete el


cumplimiento del deber primario de prestación (en nuestro caso, la entrega de una
cosa cierta), el deudor también debe abastecer ciertos deberes secundarios de
conducta para lograr su liberación (arts. 746, 747, 748 CCCN), por caso:
a) entregarla junto con sus accesorios, aunque no se mencionen en los títulos
(entendida esta locución como fuente de la obligación de dar) o estén ocasionalmente
separados de ella. En otros términos, todo aquello que esté natural o artificialmente
unido a ellas, sea con fines de uso, conservación, complemento u ornato, como
sucede, por caso, con los frutos no devengados, la instalación eléctrica de un
inmueble, los medidores de servicios públicos, los elementos de auxilio de un
automóvil, etc.-
b) conservar tanto la cosa principal como los accesorios en el estado comprometido
de entrega.-
c) cumplimentar ciertos deberes accesorios, necesarios para colmar la finalidad
perseguida (v gr. suscribir y entregar los formularios exigidos por el Registro
Nacional de la Propiedad del Automotor para inscribir el vehículo a nombre del
nuevo propietario);
d) producir la entrega en el lugar convenido y en tiempo propio, dependiendo de la
modalidad pactada (a plazo o condicional).-

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e) permitir la inspección de la cosa por parte del acreedor en el momento de la
entrega (art. 747 CCCN), sin perjuicio de la facultad de este último en caso de entrega
de muebles bajo cubierta (art. 748 CCCN).-

3. DERECHOS DEL ACREEDOR ANTE EL INCUMPLIMIENTO.-

Ante el incumplimiento relativo (moratorio) del deudor, el acreedor


se encuentra asistido por las posibilidades que prevée el art. 730 del CCCN, esto es,
ocurrir por la vía de la ejecución forzada directa, persiguiendo judicialmente la
entrega de la cosa comprometida (tutela satisfactiva del crédito), sea del propio
deudor o de un tercero (en el hipotético supuesto de que el cuerpo cierto se encontrara
en poder de este último), con más los daños y perjuicios derivados de la mora (tutela
resarcitoria) (inc. 1 y 3).-
Ante el incumplimiento definitivo –en caso de pérdida de la cosa-
transitar por la ejecución forzada indirecta, persiguiendo el equivalente dinerario de
la cosa y además, como resarcimiento, los daños y perjuicios derivados del
incumplimiento definitivo de la prestación (tutela resarcitoria).-
También estará asistido de la facultad resolutoria, cuando la
obligación surja de un contrato con prestaciones recíprocas.-

4. FINALIDADES

Las obligaciones de dar cosas ciertas pueden dirigirse a colmar


distintas finalidades o funciones económico-sociales, a saber: constituir (o transferir)
derechos reales; transferir la tenencia o el uso; reintegrarlas a su dueño (arts. 749, 750
y 759 del CCCN).-

A. CONSTITUCION O TRANSFERENCIA DE DERECHOS REALES.-

Una de las finalidades propias de esta categoría de deberes, en nuestro


ordenamiento positivo, es la de establecer derechos reales a favor del acreedor, en
aquellos casos en que éstos se constituyan a través de la tradición, esto es, a través de
la entrega de la cosa como cumplimiento de la obligación de dar (art. 750 CCCN).-
En estos supuestos, la extinción del derecho creditorio (por cumplirse
su objeto) importa el nacimiento del derecho real (como finalidad específica del deber
de dar) en cabeza del acreedor.-

A.1) Sistemas de constitución de derechos reales en el derecho comparado:

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Es habitual y obligada la referencia al sistema imperante en el derecho
romano, por la incidencia que éste ha tenido en nuestro código civil.-
El formalismo y rigurosidad que lo caracterizaban, exigían la entrega
efectiva y voluntaria de la cosa (traditio), como requisito esencial para que se
consumara en cabeza del acreedor el derecho real transmitido.-
Este recaudo imperaba tanto en materia de bienes inmuebles como
muebles y tenía como objeto publicitar la transmisión (protegiendo los intereses que
terceros pudieren tener sobre los bienes entregados), posibilitando, adicionalmente,
distinguir los derechos de obligación o jus ad rem, de los derechos reales o jus in re).-
También se suele mencionar al sistema que regula la cuestión en el
derecho francés, dado que tiene la particularidad de que la constitución de derechos
reales se realiza por el mero acuerdo de voluntades (consentimiento) de los sujetos,
sin necesidad de proveer a la efectiva posesión del bien transferido a favor del
acreedor (arts. 711 y cc. del Cód. Napoleón)
Este sistema –producto de la ambigüedad e insuficiencia de la
tradición como medio publicitario y de la degradación del rígido sistema románico,
que terminó convirtiendo el recaudo en una mera tradición ficta- se completó con la
exigencia de la inscripción registral en materia inmobiliaria, aunque con alcances
meramente declarativos.-
En el derecho alemán –en materia de bienes inmuebles- también
impera un sistema de registro, aunque de naturaleza constitutiva, manteniéndose el
régimen romano en relación a los bienes muebles.-
De este modo, la inscripción registral del inmueble implica el
nacimiento del derecho real a favor del acreedor, reemplazándose a la tradición como
mecanismo de transferencia inmobiliaria.-
La registración importa la intervención estatal en el control de la
legitimidad de la condición que invoca el transmitente (v.gr. dueño del inmueble) y
en la investidura del nuevo titular, acto que resulta independiente de la causa fuente o
título y saneador de los eventuales vicios que éste pudiere contener.-

A.2) La cuestión en el derecho argentino:

I. Principio general y excepciones:

El principio general que regula la cuestión en nuestro derecho está


consagrado en el art. 750 del CCCN, que sigua al sistema romano de la tradición, sea
para bienes muebles como para inmuebles.-
Ello así, como regla general, no resulta nuevo titular de un derecho real
quien no ha recibido la tradición del bien mediante el concurso de dos voluntades: la
del tradens y la del accipiens, coincidentemente proyectadas en un acto

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exteriorizante, revestido de materialidad, lo que implica descartar el sistema
consensual francés, duramente censurado por Vélez Sarfield.-
Existen, no obstante, excepciones a la tradición o entrega efectiva de
la posesión para constituir derechos reales, v gr. la traditio brevi manu (cuando se
transmite un derecho real a favor de quien ejerce la posesión de la cosa; o cuando
quien posee a nombre de una persona, pasa a poseerla a favor de otra en virtud de la
transmisión operada entre ambos) o el constituto posesorio (cuando el transmitente
del derecho real continúa en posesión efectiva del bien, en razón de un derecho
personal, v gr. locación); la transmisión sucesoria (que reemplaza la tradición por la
posesión herditaria); el derecho real de hipoteca, prenda agraria y prenda con
registro; la transmisión de ciertos bienes registrables, como automotores,
maquinarias agrícolas y caballos pura sangre (decreto ley 6582/58, art. 1º; ley
20.738, arts. 1 y 2; dec. regl. 4827, arts. 1 a 6), que exigen la inscripción registral con
carácter constitutivo, al modo del sistema inmobiliario alemán, etc.-

A.3). La cuestión inmobiliaria.-

Por su trascendencia, estimamos útil realizar algunas precisiones


relativas a la especial situación de la constitución de derechos reales en materia
inmobiliaria.-
Ya hemos señalado que, con excepción del derecho real de hipoteca,
de la traditio brevi manu, el constituto posesorio y la posesión hereditaria, los
derechos reales sobre inmuebles únicamente se transmiten a través de la tradición.-
Ello ocurre especialmente en materia de compraventa inmobiliaria,
donde conviene distinguir los siguientes aspectos, a saber:
a) el modo de transmisión, que en estos casos es, precisamente, la entrega efectiva
de la posesión del bien (tradición).-
b) el título, que se corresponde con la causa fuente de la obligación de dar (v. gr. el
boleto de compraventa) .-
c) la forma, que exige el otorgamiento de escritura traslativa de dominio.-
d) la publicidad, a los fines de la oponibilidad de la transferencia inmobiliaria a
terceros, que impone su inscripción registral declarativa.-
Pero lo cierto y concreto –y que vale destacar aún a riesgo de ser
reiterativos- es que el requisito de la tradición se mantiene incólume en materia de
transferencia de dominio sobre inmuebles, resultando el resto de los aspectos
aludidos, ajenos a la modalidad de transmisión.

A.4) Conflicto entre acreedores:

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a) si varios acreedores reclaman sus derechos sobre una misma cosa inmueble
(supongamos que un deudor inescrupuloso se obligó a entregar el mismo
departamento a varios sujetos), el conflicto se resuelve a través de la secuencia que
establece el art. 756 del CCCN, en la medida en que todos los acreedores sean de
buena fe (desconozcan que el inmueble esta comprometido frente a otros acreedores)
y a título oneroso (se trate de una compraventa, no de una donación): 1) en primer
lugar, tiene mejor derecho el que está en posesión del inmueble por tradición del
deudor (modo) y, además, lo inscribió a su nombre en el Registro de la Propiedad
Inmueble (publicidad); 2) en segundo lugar, el que recibió la tradición, aunque no
hubiera inscripto el inmueble a su favor; 3) en tercer lugar, el que obtuvo la
inscripción registral a su favor, aunque no tenga la posesión; 4) en cuarto lugar aquél
cuyo título (por ej., el boleto de compraventa o escritura) tiene fecha cierta
(fehaciente) anterior.-
b) si varios acreedores reclaman sus derechos sobre una misma cosa mueble
(supongamos que el deudor se obligó a entregar un cuadro a varios sujetos), el
conflicto se resuelve mediante el mecanismo previsto en el art. 757 del CCCN, en la
medida en que todos los acreedores sean de buena fe y a título oneroso: 1) en primer
lugar, tiene mejor derecho el que lo inscribió a su nombre en el Registro respectivo
(por ejemplo, si se trata de un automóvil y lo inscribió en el Registro de la Propiedad
Automotor, dado que dicha inscripción es constitutiva del derecho real, no siendo
suficiente la tradición; 2) en segundo lugar, el que recibió la tradición, si se trata de
bienes muebles que no tienen una inscripción constitutiva; 3) en tercer lugar, aquél
cuyo título (por ej., el boleto de compraventa o escritura) tiene fecha cierta
(fehaciente) anterior.-

A.5) Régimen de mejoras: está previsto en los arts. 751 a 753 del CCCN, que
distinguen entre mejoras artificiales necesarias (de conservación), útiles (de utilidad
general para cualquier titular) y suntuarias (de utilidad para el deudor); y naturales,
estableciendo un régimen diverso para cada una de ellas para el supuesto de que las
mejoras se produjeran antes de la tradición, momento en el cual se produce la
transferencia del derecho real del deudor al acreedor.-

A.6) Régimen de frutos: la situación de los frutos (lo que la cosa produce sin alterar
su sustancia ni disminuir su valor), que pueden ser naturales, civiles (por ejemplo
intereses o alquileres) o industriales, está prevista en el art. 754 del CCCN,
estableciendo que los percibidos antes de la tradición corresponden al deudor, en
tanto que los restantes (devengados y no percibidos), al acreedor.-

A.7) Riesgos de la cosa: los supuestos de pérdida o deterioro de la cosa antes de que
se produzca la tradición a favor del acreedor, están regulados por las normas de la

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imposibilidad de cumplimiento (arts. 955 y 956 del CCCN), que distingue la pérdida
o deterioro por responsabilidad del deudor y la producida por caso fortuito.-

B. OBLIGACIONES DE DAR COSAS CIERTAS PARA RESTITUIR A SU


DUEÑO: están reguladas por los arts. 759 a 761 del CCCN, que contemplan el
supuesto de que el deudor (en este caso el que debe restituir una cosa que le haya sido
entregada por su dueño –el acreedor en este caso- en virtud de un derecho personal,
por ejemplo en locación) no la reintegre a su dueño. Las normas prevén los supuestos
de bienes registrables y no registrables, en este último caso distinguiendo si el
poseedor es de buena o mala fe.-

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