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Contrato de cesión de derechos

Por Carlos A. Ghersi

Sumario : 1. Introducción.— 2. Características.— 3. El objeto de la obligación emergente de la


cesión.— 4. Los efectos de la cesión de derechos.— 5. Las garantías postcontractuales.— 6. Cesión
de los derechos derivados de la herencia.

1. Introducción

La cesión de derechos es un contrato, por el cual una parte cedente enajena su derecho,
legalmente cesible, en favor de otra cesionario para que ésta lo ejerza en su propio nombre, en
forma onerosa o gratuita (art. 1434 y siguientes del Cód. Civil).

El tráfico comercial, agilizó la cesión en el ámbito de los derechos creditorios contenidos en títulos
de crédito son transmisibles mediante la sola figura del endoso, que no sólo no requiere
consentimiento del deudor cedido, sino que ni siquiera exige su notificación, debiendo satisfacer
el crédito por medio de la figura del girado.

2. Características

Se perfecciona con el mero acuerdo de voluntades; puede ser onerosa o gratuita, según si las
partes tuvieron en mira ventajas patrimoniales o no. En tal sentido, será bilateral en el primer caso
y unilateral en el segundo.

Ambas partes conocen desde el momento de celebración del contrato cuáles son las prestaciones
que deberán obtener. Es menester aclarar que el riesgo que corre el cesionario de no obtener el
cobro del crédito del deudor cedido, no convierte a la cesión en un contrato aleatorio, puesto que
el cedente no garantiza la solvencia del deudor, sino sólo la legitimidad del crédito; esto es, que el
objeto de la cesión no es el pago del crédito sino el mismo derecho creditorio.
El art. 1454 del Cód. Civil requiere que sea hecha por escrito bajo pena de nulidad, con la sola
excepción de los títulos al portador, en donde la forma escrita se reemplaza con la propia entrega
del título. También existen supuestos que requieren la escritura pública (cesión de derechos
hereditarios).

La capacidad que se requiere es la misma que para comprar y vender, (arts. 1435/6 Cód. Civil) en
tanto que si la cesión es a título gratuito, se exige la capacidad para donar (art. 1437Cód. Civil).

La reforma del art. 135Cód. Civil por la ley 17.711 está limitada a los derechos adquiridos a título
gratuito, a los padres respecto de las inscripciones de la deuda pública (art. 1451) y a los tutores,
curadores, administradores, albaceas y mandatarios (art. 1452). Mención especial merece la
prohibición del art. 1450 referida al marido con respecto a las inscripciones de la deuda pública de
su mujer, prohibición carente de vigencia atento a la reforma de la ley 17.711 en lo que atañe a la
administración de los bienes de la mujer casada.

El art. 1442Cód. Civil prohíbe a los administradores de establecimientos públicos o privados, a los
mandatarios, abogados, procuradores y funcionarios de la administración de justicia, celebrar
contratos de cesión de créditos o acciones afectados a su esfera de gestión.

El acto celebrado por un incapaz adolecerá de nulidad relativa, pues él puede ser objeto de
confirmación cuando haya cesado la causa de la incapacidad (incapacidad de hecho), o si el acto es
confirmado por el sujeto a quien la ley intentó proteger sancionando de nulidad el acto en
cuestión.

3. El objeto de la obligación emergente de la cesión

En principio todo derecho puede ser cedido, en tanto no haya prohibición expresa o implícita de la
ley o estipulada por las partes en el título de las obligaciones. Así, quedan comprendidos todos los
derechos personales, reales o intelectuales con sus respectivas acciones; también cederse los
siguientes derechos: créditos condicionales o eventuales: créditos exigibles; créditos aleatorios;
créditos litigiosos; derechos sobre cosas futuras, y derechos provenientes de convenciones
concluidas o que todavía no lo estén como, por ejemplo, las promesas unilaterales de voluntad
(arts. 1446-1448 Cód. Civil).

La cesión de un fondo de comercio (ley 11.867) establece un régimen especial de publicidad de la


cesión, a fin de proteger a los terceros acreedores de la insolvencia del cesionario, puesto que la
cesión del fondo de comercio importa también la cesión de sus deudas (cinco días en el Boletín
Oficial y en otros dos diarios de la zona).

Los derechos incesibles: cuando las partes así lo convengan en el título mismo de la obligación, y
en segundo término, cuando la ley, expresa o tácitamente, así lo establezca.a) Derechos
inherentes a la persona o derechos personalísimos (art. 1445), tales como el derecho al nombre, al
estado, al domicilio, a la religión;b) Las esperanzas de sucesión, que tienen por base la prohibición
de contratar sobre herencias futuras con sustento moral (arts. 1149 y 1175);c) Jubilaciones y
pensiones (art. 1449 y leyes concordantes), que se refiere exclusivamente a las futuras y no a las
devengadas;d) Derechos de uso y habitación (art. 1449) ya que son derechos reales concedidos,
teniendo en mira la persona beneficiaria de ellos;e) Derechos a alimentos futuros (art. 1453);f) El
pacto de preferencia (art. 1453) y otros. En definitiva, todo derecho otorgadointuitu personæo
concedido con fines de ampar o por la ley estará afectado de incesibilidad.

Una situación especial se genera con los contratos bilaterales ya que es necesario la conformidad
del otro contratante. Por supuesto, quedan fuera de toda posibilidad de cesión aquellos contratos
(o mejor dicho los derechos que de él emerjan) celebrados intuitu personæ.

El art. 1458, Cód. Civil nos indica que el derecho se cede en las mismas condiciones de ejercicio
con que el cedente lo gozaba. Esto es, que el derecho, objeto de la cesión, es transmitido al
cesionario tal como se encuentra en el patrimonio del cedente, con todos sus accesorios y
ventajas, y también con las desventajas, cargas y restricciones que tuviere (art. 3270Cód. Civil).
También se transmiten al cesionario todas las cargas y restricciones que pesaban sobre el cedente,
de tal forma que el deudor cedido tiene la misma posibilidad de oponer al cesionario todas las
defensas y excepciones que tuviera contra el cedente.

La forma que requiere el contrato de cesión de derechos, al exigir que sea hecha por escrito, bajo
pena de nulidad. Esto justifica el carácter de formal que le hemos dado a la cesión (art. 1454Cód.
Civil), la doctrina y jurisprudencia concuerdan en afirmar que dicha formalidad es exigida ad
probationem, puesto que no existe una razón de orden público que justifique la sanción de
nulidad del artículo en estudio.

Los casos que requieren escritura pública son tres: a ) cesión de derechos litigiosos (art. 1455); b )
cesión de derechos hereditarios (art. 1184, inc. 6°), y c ) cesión de derechos procedentes de actos
consignados en escritura pública (art. 1184, inc. 9°).

En cuanto a la cesión de derecho litigioso el que es contestado judicialmente, es decir, es


necesario que se haya trabado la litis (con demanda y contestación de demanda). En esta última
postura nos enrolamos, pues el término litigioso exige propiamente una litis, que puede no existir
aun cuando haya proceso judicial. No podemos asimilar el concepto de derecho dudoso al de
litigioso, pues no se sabría quién pondría el límite para caracterizar la duda de un derecho, y en
segundo lugar, si el propio codificador en la norma del art. 832 menciona "obligaciones litigiosas o
dudosas" y en el art. 1455 sólo se refiere a los derechos litigiosos, es menester considerar que hizo
referencias a conceptos distintos.
4. Los efectos de la cesión de derechos

El efecto principal de la cesión es la propia transmisión del derecho cedido, que ingresa así al
patrimonio del cesionario, la propiedad del derecho recién pasa al cesionario con la entrega del
título si existiese (arts. 1434-1457 Cód. Civil). En cuanto a los efectos respecto de terceros, es
aplicable la norma del art. 1459, Cód. Civil que prescribe que la cesión de derechos surtirá efectos
para terceros interesados (cocesionarios, acreedores prendarios sobre el crédito, deudor cedido) a
partir de la notificación de la cesión, o desde la aceptación que haga el tercero de la referida
transmisión.

La notificación tiene especial importancia, pues antes de ella, el deudor cedido se libera si le paga
al cedente, en tanto lo mismo ocurre si le paga al cesionario después de ser notificado del traspaso
en cuestión.

Pero, si notificado el deudor cedido, le paga al cedente, entonces se deberá tomar el referido pago
como mal hecho, debiendo hacerlo nuevamente, pero esta vez en beneficio del cesionario con el
fin de liberarse de su obligación, sin perjuicio de la acción de repetición contra el cedente por el
enriquecimiento sin causa.

Los acreedores embargantes del cedente mantendrán firme la medida precautoria, si el embargo
fue trabado con anterioridad a la notificación; en tanto, habiendo cocesionarios del mismo
crédito, resultará preferente aquel que haya notificado primero al deudor cedido (en rigor de
verdad, la prioridad la otorga el acto mismo de la notificación de la cesión sin importar quién la
hizo).

La ley no establece a cargo de quién queda la obligación de notificar, (obviamente por medio
fehaciente, así por ejemplo, carta documento) pero es indudable que será el cesionario quien
tendrá más interés de hacerle saber al deudor que es a su persona a quien debe pagarle.

El conocimiento indirecto de la cesión por parte del deudor cedido. Estando notificado por
cualquier circunstancia indirecta, ¿será necesario hacerlo expresamente? Vélez Sarsfield resolvió
la cuestión en el art. 1461, diciendo que el conocimiento indirecto de la cesión no equivale a la
notificación, permitiéndole al deudor obrar como si no existiera tal cesión, salvo que las
circunstancias del caso demuestren una connivencia dolosa entre deudor y cedente, o una grave
imprudencia del deudor (art. 1462). En cualquier caso, la cesión siempre será oponible al segundo
cesionario culpable de mala fe o imprudencia, aunque no haya sido notificada (art. 1463).

El deudor puede oponer al cesionario todas las excepciones y defensas que podía oponerle al
cedente. El art. 1474 prescribe una excepción a este principio general, que es la imposibilidad de
oponer la compensación. En tal sentido, es necesario distinguir si se ha producido o no la
notificación, puesto que antes de ésta le cabe al deudor oponer la compensación frente al
cedente. La aceptación del deudor equivale a una renuncia tácita de éste a oponer la
compensación con posterioridad.
Las excepciones del deudor contra el cesionario, posee las defensas que tuviere contra el cedente,
también le cabe la posibilidad de defenderse frente al cesionario con aquellas excepciones que
tuviere contra él, incluida la compensación.

Puede ocurrir que un mismo crédito haya sido cedido a varios cesionarios, bien sea por mala fe del
cedente o bien por haber cedido el crédito parcialmente a distintos cesionarios. En el caso de
cesión parcial, el art. 1475 prescribe que el cesionario no tiene ninguna preferencia sobre el
cedente, salvo pacto expreso que podría consistir en garantizar el cobro del crédito o en
concederle alguna prioridad.

En caso de existir distintos cesionarios sobre el mismo crédito, en forma sucesiva, la ley le otorga
prioridad a aquella cesión que en primer término fue notificada al deudor, aunque el traspaso
haya sido posterior en fecha. Es decir, a diferencia de lo que ocurriría con otros contratos (p. ej., la
compraventa), no otorga prioridad la fecha de celebración del acto jurídico, sino que, como quedó
expresado, la preferencia la otorga la oportunidad de la notificación. Si los cesionarios notificaron
el mismo día, todos tendrán el mismo derecho a pesar de la posibilidad de haber cumplido la
diligencia en distinto horario. Esto en virtud de que en nuestro Código los plazos se cuentan por
días y no por horas; por lo cual, los cesionarios concurrirán a prorrata, en el cobro del crédito, sin
perjuicio de la acción contra el cedente de mala fe, con el fin de exigirle la indemnización que
corresponda.

En el caso de existir un embargo trabado sobre el crédito, objeto de la cesión, si la traba del
embargo es anterior a la notificación, éste producirá todos sus efectos jurídicos, teniendo así
prioridad el acreedor embargante por sobre el cesionario. En cambio, si el embargo es trabado con
posterioridad a la notificación, este acto hará oponible la cesión a todo tercero interesado; por lo
tanto, el cesionario tendrá prioridad sobre el acreedor embargante. Todo esto tiene basamento
legal en el art. 1465 del Cód. Civil y muy a pesar de la desafortunada norma del art. 1471, que
dispone que la notificación posterior al embargo, importaría una oposición a él. Es menester
interpretar esta norma en el sentido de que oponerse a la traba del embargo, por medio de la
notificación de la cesión, no implica que el cesionario tendrá prioridad sobre el acreedor
embargante, sino que expresa su rechazo a la medida precautoria.

5. Las garantías postcontractuales

La garantía de evicción por parte del cedente al cesionario alude a la legitimidad del crédito, a su
existencia y vigencia, pero en modo alguno se refiere a la solvencia del deudor cedido y mucho
menos a la seguridad de su percepción por parte del cesionario. Es justamente aquí donde radica
la trascendencia económica del contrato de cesión, puesto que el riesgo que correrá el cesionario
de no percibir el derecho que adquirió, es el factor determinante del precio de la cesión. Este
riesgo no convierte a la cesión en un contrato aleatorio, pues en ella las partes conocen
perfectamente, en el momento de celebración del contrato, cuáles son las contraprestaciones a
realizar y darse. La eventual imposibilidad del cesionario de no percibir su crédito, es el riesgo de
todo aquel que realiza un negocio determinado, y nada tiene que ver con la relación subyacente
entre cedente y cesionario (art. 1476Cód. Civil).

En tanto, los arts. 1479 y 1480 hacen referencia al supuesto de que las partes hayan extendido la
garantía a la posible insolvencia del deudor.

Es menester indicar que la buena fe del cedente se presume, debiendo ser demostrada la mala fe
por quien alega el hecho. Asimismo, y aunque a esta altura ya es obvio, la garantía de evicción es
posible de ser aumentada, limitada o incluso renunciada.

Como toda renuncia a un derecho, la renuncia a la garantía de evicción debe ser interpretada
restrictivamente, especialmente si se tratase de contratos de estructura de adhesión (arts. 1071 y
1198 del Cód. Civil).

El cesionario puede perder el derecho a la garantía de evicción, cuando por su obrar negligente no
hubiera tomado las medidas conservatorias o precautorias a fin de asegurar el cobro de su crédito.
O concedió prórrogas al deudor (arts. 1482).

El supuesto específico de quiebra está tratado en el art. 1464, que permite notificar de la cesión,
en caso de quiebra del cedente, aun después de la cesación de pagos, pero resultará inoponible
para los demás acreedores, si la notificación fuera realizada con posterioridad al auto que declara
la quiebra o el concurso. Declarada la quiebra del cedente, el deudor sólo puede pagar el crédito a
la masa fallida, donde el cesionario, por causa de la cesión e incluso por la garantía de evicción,
podrá concurrir a prorrata con los demás acreedores.

6. Cesión de los derechos derivados de la herencia

Por contrato no es posible hacer una transmisión universal de derechos y obligaciones; por tanto,
la cesión de herencia constituye una transmisión particular. El cesionario pasa a ocupar el lugar del
heredero cedente en la parte alícuota adquirida, sin que éste quede liberado de las deudas contra
la sucesión, cuyo pago le correspondía. El cedente debe la garantía de evicción, que en este caso
se referirá a la bondad del título hereditario, sin garantizar acerca de los derechos del causante
salvo mala fe, en cuyo caso responderá por todos los daños y perjuicios.

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