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La mayoría de las heridas son causadas por una disminución de la sensibilidad del
pie y surgen en la planta o en las zonas cercanas al hueso, como los nudillos de
los dedos.
En el caso de que un paciente observe una úlcera, deberá acudir lo antes posible
al especialista. No únicamente para curarla, sino para diagnosticarla y diseñar un
tratamiento personalizado lo más adecuado a su caso. En muchos casos, las
curas corren a cargo de un buen equipo de enfermería.
Hormigueos y calambres.
Ausencia de sensibilidad.
Aparición de úlceras en la piel del pie.
Tratamiento
Cura
Lavar el pie con agua y jabón, secar muy piel la piel sana y entre los dedos.
Introducir un hisopo para comprobar la profundidad y tejidos afectados.
Fundamental el desbridaje inicial y continuado de la lesión, eliminando
hiperqueratosis, tejido necrótico y si lo hay, el foco infeccioso "flemón diabético"
dejándolo abierto para drenaje.
Tomar cultivo del exudado mediante aspiración o biopsia, para el adecuado y
necesario tratamiento antibiótico sistémico.
Curas frecuentes, continuando el desbridaje de tejidos no viables y haciendo en
los primeros dias lavados a fondo con antisepticos (polihexanida-betaina
PHMB) de los tejidos abiertos con elevada carga bacteriana, explorando y
drenando posibles nuevos focos infecciosos.Existe evidencia de la efectividad
de los apositos con plata y de la PHMB en la reducción de la carga bacteriana
en heridas con colonización crítica, infección oculta o retraso en la cicatrización.
No usar apósitos hidrocoloides ante signos o sospecha de infeccion local
Grado O:
Uña incarnata: como regla general no se deben cortar nunca las uñas sino
limarlas; el calzado no debe comprimir los dedos. Si esta es recidivante el
tratamiento es quirúrgico.
Micosis, pie de atleta: Suele aparecer entre los dedos y en la planta como una
zona enrojecida con maceración y ruptura de la piel. Se trata con antimicóticos
tópicos y evitando la humedad del pie.
Grado 1:
Úlcera superficial: reposo absoluto del pie lesionado, durante 3-4 semanas.
Limpieza diaria con suero fisiológico (a cierta presión) y mantener medio húmedo.
Valorar la lesión cada 2-3 días. Se han propuesto varias sustancias, entre ellas las
soluciones antisépticas, los factores de crecimiento derivados de las plaquetas o
los productos con colágeno.
Grado 2:
Úlcera profunda: reposo absoluto del pie lesionado. Debe sospecharse la posible
existencia de infección que se evidenciará principalmente por los signos locales,
Celulitis, linfangitis, crepitación, afectación ósea, exudado purulento, fetidez,
profundidad, fístulas, gangrena...
Se realizará un desbridamiento quirúrgico minucioso, eliminando los tejidos
necróticos, así como la hiperqueratosis que cubre la herida; para los esfacelos que
no puedan ser retirados mediante bisturí podemos ayudarnos de productos como
las enzimas proteolíticas o los hidrogeles (Biblioteca Cochrane Plus (ISSN 1745-
9990)..
Localmente ante una úlcera que no sigue una evolución satisfactoria, se sospecha
osteomielitis (hacer siempre radiografías de la zona).
Grado 3:
Grado 4:
Gangrena de un dedo / dedos del pie: El paciente debe ser hospitalizado para
estudiar circulación periférica y valorar tratamiento quirúrgico (by-pass,
angioplastia, amputación)
Grado 5:
Gangrena del pie: El paciente debe ser hospitalizado para amputación.
Terapia
Terapia causal