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Buenas noches, opino que no estamos totalmente preparados para asumir la praxis evaluativa

bajo los esquemas y condiciones socioeducativas actuales, y hago énfasis en totalmente


preparados porque considero que la situación vivida en la actualidad a nivel mundial
claramente ejemplifica que nunca se está totalmente preparado.

Sin embargo, existe la motivación basada en la necesidad cuando nos apartan de la comodidad
de nuestra zona de confort, cuando lo cotidiano debe evolucionar para obtener mejores
resultados, es de importancia destacar la necesidad de que estos cambios no deberían estar
condicionados a situaciones detonantes como la pandemia de covid-19.

Pero la tendencia acostumbrada en educación es a calificar y medir, ahora bien, el desafío es


orientar a los estudiantes al desarrollo de competencias formativas, concientizando el sentido
de pertenencia en la adquisición de saberes con propósito de vida para cada individuo, es decir
si una persona estudia mecánica y ve una materia llamada termodinámica identificar de que
manera la termodinámica es aplicada en la mecánica, en muchas ocasiones los estudiantes
aprenden un contenido sin conocer su aplicabilidad en la vida fuera del aula de clase.

Existe un refrán que dice para atrás ni para agarrar impulso considero que en ocasiones es
necesario regresar atrás para resolver problemas que impiden avanzar, por ejemplo, como lo
indica mi compañera Katherine Malavé, erradicar el temor a preguntar a equivocarse; Como le
digo a mi hija no pierde el que llega de último o el que se equivoca en alguna cosa, pierde el
que deja de intentar o el que se queda en el error.

La tecnología es un recurso valioso, en la actualidad nos ofrece elementos mediante los cuales
podemos de manera práctica ejercitar los conocimientos adquiridos, asociándolos a
experiencias gratificantes para cada individuo, que incentivan el deseo por formarse y ayudan
al docente en el proceso de evaluar.

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