Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Esta versión data del tiempo de la guerra con Estados Unidos en 1847 cuando el
Hospital San Pablo –después Hospital Juárez– atendía a los heridos, justo cuando
Antonio López de Santa Ana perdió parte del territorio mexicano. Se dice que ante
el exceso de trabajo y el escaso personal del hospital las enfermeras se quedaban
dormidas, y al despertar apresuradas por atender a los pacientes se encontraban
con la sorpresa de que ya habían sido atendidos por una enfermera que nadie
conocía. Los trabajadores y soldados de guerra se pusieron de acuerdo para
seguir a la mujer que los atendía, y según ellos, desaparecía a los pocos
metros. La describían como una mujer hermosa, rubia de ojos azules, que
caminaba muy derechita y con un uniforme blanco, perfectamente almidonado.
Nadie sabía quién era ni de dónde provenía, ni cómo había muerto.
La desgracia de La Planchada
Eulalia cayó en depresión por la triste noticia. Comenzó a llegar tarde al hospital,
descuidando a los enfermos. Pasó el tiempo y ella se enfermó hasta morir en el
mismo hospital. Después de su muerte comenzaron a suceder cosas
extrañas en el Hospital Juárez. Algunos pacientes graves comenzaron a
comentar a las enfermeras que había una enfermera muy bien vestida y
planchada que los cuidaba o administraba medicamentos, y las enfermeras
sorprendidas argumentaban que ellas no habían sido y que no la conocían.
Así comenzaron a aparecer testimonios de pacientes hasta que la bautizaron
como La Planchada.