Se dice que en el Hospital juárez, de la Ciudad de México, en las noches
circula por los pasillos una enfermera con vestido largo, blanco, perfectamente almidonado, entra alos cuartos y atiende a los enfermos. Cuando estos reciben la visita de la encargada de turno, argumentan haber sido atendidos por una joven de buena presencia vestida con una blancura impecable, una mujer hermosa, de pelo corto y rubio, sería, pero sobre todo, estricta, con el uniforme almidonado y bien planchado. Según se cuenta, tal enfermera es el fantasma de una joven llamada Eulalia, que trato mal a los enfermos, y su espíritu vaga ahora en el viejo inmueble, cuidando que los enfermos se encuentren bien, en castigo a la crueldad que tuvo con ellos cuando vivía.
Hay ocasiones en que las
enfermeras del turno nocturno, al hacer guardia se han quedado dormidas, y precipitadamente les han propinado una palmada en sus cabezas. Estas al despertar, no ven a nadie a su alrededor, solo sienten escalofríos y ven los largos y viejos pasillos Una de las versiones de cómo ocurrieron los hechos narra que la enfermera de nombre Eulalia formaba parte del personal del hospital, era entregada a su vocación, amable y querida por los pacientes. Se enamoró de un médico recién egresado que entró también al hospital, que a diferencia de ella era un tipo orgulloso y envanecido. En poco tiempo se hicieron novios, aunque la relación no era equitativa: ella le entregaba todo su amor y él era fanfarrón, coqueteaba con otras enfermeras. Pasado más de un año, el Doctor le dijo que se casarían. Y la joven comenzó a ilusionarse con la boda