Está en la página 1de 1

Capítulo 1

Trata del lugar en que vio la luz por primera vez Oliver Twist y de las circunstancias que
concurrieron en su nacimiento

El primer capítulo de esta novela cuenta el nacimiento de un niño, cuyo nombre encabeza este
primer capítulo. Dicho infante nació en un hospicio debido a que su madre fue hallada tendida
sin conocimiento en medio de la calle y llevada al hospicio, suponían que había recorrido a pie
grandes distancias, pues sus zapatos estaban destrozados; pero nadie sabía de dónde venía ni
a dónde iba, la única información que tenían sobre ella era que se encontraba embarazada.
Su bebé nació a manos de una pobre vieja, casi siempre borracha por efecto del abuso de la
cerveza, y un cirujano que prestaba sus servicios al establecimiento. Luego de algunos
esfuerzos, Oliver respiró, estornudó y anunció a los habitantes del hospicio que desde aquel
instante iba a pesar una carga nueva. En ese momento la joven mujer pidió ver al niño, para así
morir contenta, el cirujano profirió quien pensaría morir en ese momento. La enfermera,
escondiendo velozmente una botella verde acotó que dios no querría que acontezca eso. A lo
cual, la paciente, sacudiendo con tristeza su cabeza extendió sus manos temblorosas en
dirección a su hijo. El cirujano lo depositó en sus brazos y no sugirió nada. La joven con sus
labios cariñosos, fríos y descoloridos mimó el rostro del recién nacido, luego pasando su mano
sobre el mismo se desvaneció por completo; la sangre de aquella madre desgraciada se helo
para siempre, inmediatamente el cirujano instauró que esto ya había concluido. Pero antes de
retirarse este alzó la mano de la difunta muchacha, y musitó agitando la cabeza que era lo que
siempre sucedía, no llevaba un anillo de boda en su dedo anular, por lo cual el pobre niño era
huérfano. Oliver el niño que hace unos instantes la muchacha desconocida había dado a luz
lloraba con tesón, pero si supiera que era un huérfano entregado a los cuidados de las
personas que acudían o prestaban servicios al establecimiento, su llanto hubiese sido más
amargo y desesperado.

También podría gustarte