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Nº 10

GESTALT
VIVIDA

Pepa Campos
Colección GESTALT
Director de la colección: Juan José Díaz
Correo-e: gestaltmandala@gmail.com
http://www.gestaltmandala.com

Colección Gestalt nº 10
Gestalt vivida
©Josefa Campos

©De esta edición:


Mandala Ediciones, 2021
Treviño 9, bajo izquierda
28003 Madrid (España)
Tel.: +34 91 755 38 77
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Colección Gestalt Dirigida por J UAN J OSÉ D ÍAZ

LA GESTALT, desde sus influencias precursoras, tiene casi un siglo de existen-


cia. En su devenir ha discurrido por contextos geográficos, políticos y cientí-
ficos que han modulado su evolución. Entre los gestaltistas hay cierto consenso
en los acontecimientos y etapas que definen su historia, en el valor de perso-
nas y textos singulares que le dieron realce, y en el reconocimiento de movi-
mientos sociales, culturales y profesionales que diversifi caron su expresión en
Tendencias y Escuelas. Hoy, la Terapia Gestalt está extendida y asentada por el
mundo. Y en continua adaptación y cambio.
Queremos atender las necesidades de los lectores de habla española, en la
dirección de completar un abanico cada vez más amplio de textos en nues-
tro idioma, lo que equivale a aumentar la diversidad de pensamiento, de cre-
ación y de libertad en el arte de la terapia. Esperamos así que nuestros libros
permitan acceder a textos desconocidos de autores clásicos, integrar la obra
de otros gestaltistas poco conocidos, y en general recoger contribuciones a
una Gestalt flexible y en continua renovación.
La Colección Gestalt de Mandala Ediciones emerge, del fondo de publi-
caciones existentes de este enfoque, queriendo llenar un vacío de documentos
audiovisuales que nos muestren de una forma directa cómo es en la práctica
la Terapia Gestalt. Nuestra intención es que este medio de comunicación, pre-
sentado en OVO, acerque aún más la Gestalt a un público general, sirva de
referencia a estudiantes y dé a los profesionales nuevas herramientas de re-
flexión sobre su actitud y oficio.
Deseamos que nuestras publicaciones, impresas o en DVD, contribuyan a
dotar a las Escuelas de Gestalt de material didáctico de calidad.
Entre nuestros propósitos consideramos con especial cariño el facilitar y apo-
yar la difusión, en documentos impresos y audiovisuales, del quehacer de
los terapeutas gestálticos de habla española. Y, en la medida de lo posible,
hacer llegar sus obras al foro gestáltico internacional.
Este es nuestro compromiso.
AGRADECIMIENTOS

P
RIMERO, QUIERO AGRADECERME A MÍ MISMA MI TENACIDAD con placer,
que he intentado poner en mi vida, para conseguir lo que yo
quería, cuando mucha gente a mi alrededor me desanimaba
para hacer lo que estaba haciendo, o las circunstancias que me ro-
deaban eran muy tortuosas y hacían muy cuesta arriba conseguir
lo que buscaba. Siempre he intentado meter el disfrute en tareas
arduas para hacerlas placenteras y más llevaderas.
Quiero agradecer a mi marido, Antonio García, por su paciencia,
cuidado y colaboración con todo lo que tiene que ver con mi tra-
bajo y también expresarle mi amor en correspondencia con el
suyo. Me siento profundamente amada y cuidada por él y yo tam-
bién lo cuido y lo amo. Cuando estoy con él me siento acompa-
ñada, como él puede hacerlo, y una mujer feliz.
Quiero agradecer a todos los profesionales que forman parte del
equipo de mi escuela, los actuales y los que han pasado por ella,
gracias a ellos mi escuela JERA1, es lo que es, un lugar donde
aprender a CONOCERTE, aprender a SER y aprender a SER FELIZ
con cada una de las cosas que la vida te trae cada día, un lugar
donde se aprende a ABRAZAR todo lo que tú eres, donde se
aprende a RESPETARTE y CUIDARTE, tal como eres, y dónde se cul-
tiva la BELLEZA y la ABUNDANCIA de cosas buenas, un lugar de
AMOR.
Agradezco a Rosa Sánchez su lealtad y confianza conmigo y su
acompañamiento en los primeros tiempos de Jera, cuando estába-
mos las dos solamente, a Fermín González su masculinidad dentro
de un mundo de mujeres sobre todo al principio, a Carmen Gutié-
rrez por su apoyo incondicional, ella siempre está cuando la nece-
sito y es una lectora crítica de mis escritos, antes de publicar
cualquier cosa pasa antes por ella, por su parecer. Siempre me ha
impulsado a que escriba mi experiencia dentro del mundo gestál-
tico igual que Magdalena Mejías a quién agradezco su creatividad,
su entusiasmo y su disposición a colaborar siempre, a Eva Muñoz
su feminidad, a Lucía Romero su fortaleza, a Enrique Pavón su
fuerza, a José Manuel Guerrero su honestidad, a Ana Núñez su sua-
vidad, a Juan Escalza su caballerosidad, a Sonia Ramirez su dispo-
nibilidad, a Tea Zuvela su buen trabajo, a Carmen Guerrero su
ilusión y a Silvia Arévalo su delicadeza.
Agradezco a mis secretarios, Concepción Escudero y Joaquín Al-
faro, su ayuda inestimable en todo lo que tiene ver con los medios
informáticos y su creatividad para crear instrumentos fáciles de uti-
lizar y novedosos.
Agradezco a Francisco Peñarrubia2 su sabiduría y su apoyo en
los primeros momentos de mi aterrizaje dentro de la psicoterapia,
a Annie Chevreux su buen hacer dentro de mi escuela, a Dalia Plaza
su honestidad y buen hacer, a Alfonso González su rumiar hasta
desentrañar la VERDAD de la vida y a Pedro de Casso, que ya no
está entre nosotros, sus ganas de aprender siempre.
Agradezco a Juan José Díaz sus comentarios críticos a este
libro, que me han motivado a reformularlo y a añadir y quitar par-
tes, que pienso que van a darle un sabor más auténtico. Él me ha
facilitado el camino para la publicación de algunos de mis libros,
entre ellos éste.
Agradezco a la vida todo lo que me ha dado para llegar a ser la
persona que soy hoy y agradezco a toda mi familia, el calor y el
arrope que me ha proporcionado (el que ha podido) a lo largo de
mi vida y también a la familia universal a la que pertenezco y per-
tenecemos todos como seres humanos. También agradezco la can-
tidad de experiencias enriquecedoras que he vivido y que me han
hecho madurar profundamente.
Mi corazón está lleno de profundo agradecimiento y calorcito
por la comprensión de lo que la vida es y por la riqueza de las per-
sonas cercanas a mí.
Índice

Agradecimientos ................................................................... 8
Presentación ................................................................................ 13
Introducción ............................................................................... 17

CAPÍTULO 1. TERAPIA GESTALT Y VIVENCIAS PERSONALES


Terapia Gestalt ..................................................................... 21
•Proceso individual .............................................................. 23
•Trabajo con la niña o el niño interior .................................... 26
•Pilares básicos de la terapia Gestalt ..................................... 29
•¿Cómo se instaura lo disfuncional
dentro de nuestro psiquismo? ............................................ 32
•¿Por qué funciona la terapia Gestalt? .................................. 37
•¿De qué introyectos e impedimentos me he liberado yo? ...... 39
•¿Qué fue lo que me hizo abrirme al mundo? ........................ 41
•Lo que la terapia Gestalt ha significado en mi vida ................ 42
•La terapia Gestalt es ciencia aplicada a la vida ...................... 47
•¿Cómo tratar el sufrimiento? .............................................. 49
•¿Cómo se asume el dolor? ................................................. 51
•¿Cómo consigue un terapeuta gestáltico
que una persona se sane? .................................................. 53
–La presencia del terapeuta ............................................... 54
–La terapia del terapeuta .................................................. 57
–El contagio ambiental ..................................................... 58
–El punto cero de Autorregulación organísmica ................... 60
–El no apego .................................................................... 61
–El futuro ........................................................................ 63

CAPÍTULO 2. TERAPIA GESTALT: PROCESO TERAPÉUTICO


GRUPAL Y PROCESO FORMATIVO
Proceso terapéutico grupal ................................................. 67
Proceso Formativo .................................................................. 68
•Dinámica grupal ................................................................... 70
•El entrenamiento a la escucha ................................................ 73
•El darse Cuenta ................................................................. 74
•Polaridades ....................................................................... 76
•Carácter y neurosis. Mecanismos de evitación,
defensa y adaptación ......................................................... 78
•Ciclo de satisfacción de las necesidades ............................... 79
•Aplicaciones de la Gestalt: Psicosomática ............................. 81
•Gestalt y conciencia corporal .............................................. 82
•Sueños, cuentos y fantasías ................................................ 84
•Técnicas gestálticas ............................................................ 87
•Familia .............................................................................. 88
•Sexualidad ........................................................................ 90
•Trabajo con niños .............................................................. 91
•Trabajo con adolescentes .................................................... 93
•Apoyo y confrontación .......................................................... 94
•Gestalt Grupal ................................................................... 95
•Gestalt transpersonal ......................................................... 97
•Escenas temidas del terapeuta ............................................ 98
•Transferencia y contratransferencia .................................... 100
•Plenitud .......................................................................... 101
•Supervisión ..................................................................... 104

CAPÍTULO 3. ARTÍCULOS GESTÁLTICOS DE TEMAS DIVERSOS


Presentación ...................................................................... 107
•La salud mental del ser humano ........................................ 107
•Acompañar o reaccionar ................................................... 111
•Aprender a Ser ................................................................ 112
•Ser madre: una faceta de ser mujer ................................... 119
•Mi padre me dio la vida y mi padre interior ......................... 128
•La relación con los hermanos. La relación con los iguales.
Mis espejos presentes. Apoyando y confrontando ............... 140
•La relación de pareja ........................................................ 147
•Mi cuerpo: el lugar donde habito ...................................... 151
•La feminidad: canto a lo femenino .................................... 158
•De la fusión a la diferenciación y al respeto,
o del Apoyo externo al Autoapoyo .................................... 165
•El cambio social ............................................................... 169
•A propósito del patriarcado en la educación
y en la vida en general ..................................................... 177
•Entrevista de Domingo de Mingo a Pepa Campos para
la revista de la Asociación Española de Terapia Gestalt ......... 179
•Enfocando la educación desde la Gestalt ............................ 186
•Lo difícil versus lo fácil ...................................................... 192
•¿Cómo enfermamos y cómo trabaja la terapia Gestalt
con la enfermedad? ......................................................... 198
•La muerte del ego ............................................................ 206
•Tomar la vida tal como viene ............................................. 212

CAPÍTULO 4. OTROS TEMAS IMPORTANTES, CON VISIÓN


GESTÁLTICA, A CONSIDERAR
Sexualidad con alma .......................................................... 221
El miedo ............................................................................. 227
Experiencias, visiones y sueños esclarecedores
a lo largo de mi vida .......................................................... 229

Epílogo ................................................................................... 235


Notas ...................................................................................... 237
Bibliografía ............................................................................. 243
Nota biográfica de la autora .................................................. 253
Presentación Gestalt vivida de Pepa Campos

J
OSEFA CAMPOS, PEPA, LLEVA MUCHOS AÑOS DEDICADA A LA GESTALT,
como ella misma explica en su introducción al texto que vas
a leer.
En estos momentos estoy realizando un documental sobre la
Historia de la Gestalt en España y me resulta inevitable aludir a
que Pepa ya se hacia gestaltista, cogía forma de gestaltista, en los
albores de este movimiento en nuestro país. Y ese proceso le llevó
a cambiar de oficio, como maestra infantil, para seguir enseñando,
a la vez que haciendo terapia, primero en su Centro y luego en su
Escuela.
Desde su escuela de terapia gestalt en Sevilla, por la que en sus
inicios ya pasaron docentes de reconocido prestigio, han surgido
terapeutas que a su vez han ido creando centros y escuelas, prin-
cipalmente en Andalucía. Esa notable expansión se entiende con-
siderando la dedicación y tenacidad de Pepa. Ella misma nos
cuenta sobre el valor que ha dado y da al trabajo, y cómo de lo
que en su infancia fue necesidad ha hecho virtud.
Conocí a Pepa hace muchos años, no recuerdo cuándo conec-
tamos por primera vez, creo que en un SAT o en algún encuentro
con Claudio Naranjo. Desde entonces hemos coincidido ocasional-
mente en eventos siempre en relación a la Asociación Española de
Terapia Gestalt (AETG), institución que avala su escuela, la mía y
otras muchas. Pepa ha sido un miembro activo e implicado en esta
vida corporativa. He sido testigo de su implicación profesional y
gremial, emanando de una presencia discreta y sencilla. En lo per-
sonal, recuerdo encontrarnos siempre con simpatía.
El tiempo ha pasado y ha sido recientemente cuando la he co-
nocido más de cerca. Desde hace cuatro años ha estado presen-
tándome varios libros de su maestra en trabajos de regresión y
constelaciones kármicas, libros que ella misma había traducido del
alemán y que finalmente publiqué en la Colección Transpersonal
de esta misma editorial. Durante este tiempo he conocido una Pepa
que vive intensa y apasionadamente su profesión, una trabajadora
que persigue sus metas con tenacidad.
En la primera parte del libro nos cuenta su biografía, sus años
de maestra, sus muchos más de terapeuta y aún más de docente
de terapia gestalt, fundamentalmente en su escuela y en las que
han creado sus alumnxs. Nos dice cómo en toda su carrera ha ido
nutriéndose de nuevos enfoques y aún así, recientemente, se re-
novaba con su maestra alemana. Ese entusiasmo vivo, esa juven-
tud productiva, sigue dando sus frutos en este texto que es una
recopilación de su saber, una reflexión de lo que ha aprendido y lo
que enseña. Nos explica la terapia gestalt desde sí misma, hciendo
real el titulo que da a su libro Gestalt vivida. Y lo hace mostrando
su humanidad, su persona con sus dificultades y alegrías, con lo
que ha saboreado de la vida, sea dulce o amargo.
Gestalt vivida nos presenta cómo la gestalt es experiencia di-
recta, cotidiana, familiar, doméstica. Lejos de los “acercadeismos”
como decía Perls (en su traducción al español) Pepa discurre por
temas teóricos desde su propio sentir y de lo que ha aprendido de
ellos a lo largo de su vida, y nos los transmite con una cercanía y
una humanidad propias de quien ya hizo un viaje suficiente para
mirar atrás y contemplar con perspectiva. Es un libro de madurez,
es decir un libro cuya autora ha alcanzado la plenitud y aún no ha
entrado en la vejez.
Así, el recorrido por los temas de interés gestáltico responde a
muchas de esas preguntas que los pacientes nos hacen a los tera-
peutas a lo largo de su proceso. La teoría de este texto surge de
una demanda, la de los pacientes y alumnxs con necesidad de
saber y entender la terapia gestalt.
Su capítulo sobre el proceso de formación, ese territorio entre
la terapia y la didáctica, es una presentacion de los tópicos que in-
cluimos las escuelas de terapia gestalt en nuestros programas ava-
lados por la AETG. Pepa los acerca a las necesidades sentidas de
todxs lxs que inician este camino, un formato de terapia a medio
y largo plazo cuya eficacia han constatado tantas personas.
En sucesivos capítulos va enfocando cada tema, su entronque
en la teoría y practica gestáltica, el valor y la utilidad de trabajarlo
para la vida cotidiana, algunos ejercicios que recomienda a sus pa-
cientes y alumnxs, y sus reflexiones personales que en ocasiones
dan a cada tema profundidad en lo existencial y transpersonal.
El tercer y cuarto capitulo son un repositorio de artículos que
Pepa ha escrito a lo largo de los años. La mayoría, los del tercer
capitulo, han sido ya publicados en la revista anual de la AETG.
Son sus contribuciones a la gestalt escrita en español, al menos
durante dieciocho años. Pepa nos dice que los ha ordenado para
este libro como ahora le ha parecido más adecuado. Añade tres
temas en el cuarto capitulo que considera esenciales y le faltaban
por tratar, una manera de completar la gestalt que ha hecho al es-
cribir Gestalt vivida.
Como cualquier terapeuta de larga experiencia, Pepa tiene sus
temas preferidos, conceptos o teorías más o menos completas que
le sirven de organizadores del conocimiento. Te dejo descubrirlos
en la lectura. Con generosidad nos los va transmitiendo a lo largo
del texto, en un lenguaje accesible y llano, a la vez que profundo.
Nos comparte también sus comprensiones sobre la vida y el vivir,
la terapia, la relación con los pacientes y alumnos. En fin, un ejer-
cicio de honestidad.

Es por todo esto que me siento satisfecho y contento no sólo


de incluir el libro en la Colección Gestalt que dirijo, sino también
de que Pepa me pidiese prologarlo, lo que tomo como un acto de
confianza.

Espero que esta presentacion te sirva para una lectura vivida.

JUANJO DÍAZ, en San Sebastian, primavera de 2021.


Introducción

E
STE LIBRO CONSTA DE CUATRO CAPÍTULOS. En el primero se reco-
gen conceptos básicos de la terapia Gestalt3 y vivencias
personales que enriquecen la teoría. El capítulo dos sigue
hablando de la terapia Gestalt y del proceso grupal terapéutico y
formativo, con los temas que yo considero fundamentales que se
deben trabajar en una formación. En el capítulo tres se recoge
una serie de artículos escritos desde el año 1995 hasta la actua-
lidad y en el capítulo cuatro he añadido algunos temas que yo
considero interesantes, como el trabajo con el miedo, la sexuali-
dad y experiencias, visiones y sueños esclarecedores a lo largo
de mi vida.
El objetivo de este libro no es ser un manual para los alumnos
que se forman en Gestalt. Ya existen varios manuales como el libro
de Francisco Peñarrubia, Terapia Gestalt. La vía del vacío fértil
de la editorial Alianza [61] o el libro de Ángeles Martín, Manual
Práctico de Psicoterapia Gestalt [51]; si no ser un testimonio de
la Gestalt hecha cuerpo, de estos años de trabajo con pacientes y
grupos terapéuticos y de formación y además ser una guía para los
alumnos que realizan la formación.
Yo nací en 1958 y desde el año el 1977 hasta 1998, estuve tra-
bajando en educación, tanto en centros públicos como privados.
Inicié mi andadura gestáltica en el año 1983, cuando cursaba
segundo curso de psicología, ahí comencé mi formación en Terapia
Gestalt que culminó en el año 1987. Empecé a trabajar como te-
rapeuta gestáltica en 1990 y en 1992 fundé con una compañera,
la Escuela de Terapia Gestalt Berkana4, donde se iniciaron las pri-
meras promociones de terapeutas gestálticos. En 1997 se disolvió
Berkana y yo fundé Jera, Escuela Sevillana de Terapia Gestalt, que
en la actualidad, este año 2021, inicia la 43 promoción de terapeu-
tas gestálticos.
Jera es el nombre de una runa5. Las runas son inscripciones al-
fabéticas de la antigüedad; sus letras configuran un nombre de
profundo significado y un sonido melodioso. Se emplearon en
hacer poesía, inscripciones y en el arte de la adivinación, pero no
evolucionaron como un lenguaje hablado. Jera significa “cosecha”,
“estación fértil”. Es una runa de resultados beneficiosos, que estimula
y empuja a triunfar, cultivando la paciencia como en las cosechas.
En mi andadura profesional he contado con el apoyo y el trabajo
de numerosos Gestaltistas, el principal ha sido Francisco Peñarru-
bia, con el que me supervisé durante 10 años. Él participó como
profesor de la formación durante muchos años y le estoy muy agra-
decida por lo que aprendí con él y por su trabajo en la formación.
También me formé con él en análisis y conducción de grupos.
Estuve con Claudio Naranjo6 desde 1993 hasta el 2007. Primero
formándome con él en el programa SAT 7 y luego trabajando a su
lado como organizadora de los SATs educa en Andalucía y como
profesora de los SATs de 2002 a 2007.
Me he formado en muchas disciplinas y he hecho muchos cur-
sos de diferentes materias, entre ellos: Masaje de las Fascias8 de
los músculos, con Irene Fernández Metti9, Movimiento Expresivo10,
con Graciela Figueroa 11 , Movimiento Auténtico 12 , con Marcia
Plevin13, Constelaciones Familiares14 y Regresiones15, con Erika
Schäfer16, en Alemania, entre otros muchos formadores de cons-
telaciones y con otros muchos terapeutas de diferentes disciplinas
y países, etc.
Otros profesores que han colaborado en la formación que se
hace en Jera son: Annie Chevreux, Pedro de Casso, Enrique de
Diego, Albert Rams, Juan José Albert, etc.
Profesores que colaboran actualmente en la formación son:
Dalia Plaza, Rosa Sánchez, Fermín González, Alfonso González, Car-
men Gutiérrez, Magdalena Mejías, Ana León y Belén Hernández,
fundamentalmente.
Mi equipo de terapeutas actualmente está compuesto por: Rosa
Sánchez, Fermín González, Carmen Gutiérrez, Magdalena Mejías,
Eva María Muñoz, Lucía Romero, Enrique Pavón, José Manuel Gue-
rreo, Sonia Ramírez, Ana Núñez, Juan Escalza, Lina García y Tea
Zuvela.
En la actualidad he dejado la coordinación de la formación en
manos de Carmen Gutiérrez y Magdalena Mejías, ya que me quiero
dedicar a otras cosas, como a escribir.
Lo que he escrito en este libro es el fruto de mis más de cua-
renta años en el trabajo con personas, tanto en educación como
en psicoterapia.
Lo que he aprendido en estos años es que la única manera de
estar bien con uno mismo es aprender a valorarse, ya que somos
energía del universo encarnada para tener experiencias de vida y
a considerar que todo lo que nos ha sucedido y sucede en la vida,
es para aprender cosas y para madurar.
Mi idea de los tres nacimientos que tiene una persona, a lo largo
de la vida, es fruto de mi propia experiencia y creo que es algo
muy sanador para que las personas se liberen de todo el sufri-
miento que arrastran. Supone un crecimiento vertical de la per-
sona, en el sentido de cortar las ataduras del sufrimiento que
acarrea la persona y nacer a lo nuevo, que crea la persona misma,
dándose lo que necesita en cada situación que le trae la vida.
El trabajo con el niño interior ha sido la plasmación de mi propio
trabajo con mi niña interior durante años. Trabajo que da mucha
paz interna y mucha tranquilidad, cuando la persona acepta a su
niño interior y lo acoge y lo nutre.
Espero que disfrutéis de la lectura de este libro, igual que yo he
disfrutado en mi trabajo diario con las personas que han venido a
mí, y con los grupos terapéuticos y de formación.
Para mí, es un verdadero disfrute ver el trabajo de despliegue y
transformación de las personas, durante su proceso terapéutico.
Es un regalo de la vida y, sobre todo, este crecimiento se ve más
claramente durante los tres cursos de formación en terapia Gestalt
que hace la persona que quiere formarse.
TERAPIA GESTALT Y VIVENCIAS PERSONALES 01

Terapia Gestalt
LA TERAPIA GESTALT ES COMO EL TAO17 de la vida, fluir, desarro-
llarse, tomar conciencia, asimilar lo nuevo, acomodar lo nuevo con
lo antiguo, enriquecerse, vivenciarse, paladearse y seguir fluyendo.
La terapia Gestalt la creó Fritz Perls18 [62] a mediados del siglo
veinte y siguió desarrollándola a lo largo de su vida, hasta su
muerte.
Cuando fui a Alemania a trabajar con Erika Schäfer [82], que es
una terapeuta de constelaciones y Regresiones, y le dije que yo tra-
bajaba con Gestalt, ella me dijo que la Gestalt estaba anticuada,
que ya había pasado de moda. La Terapia Gestalt, no va a pasar
de moda nunca, porque es el trabajo con la conciencia. Nosotros,
los seres humanos, somos fundamentalmente conciencia y nuestra
salud, tanto física, como mental, emocional y espiritual, va a de-
pender de la claridad de nuestra conciencia. Los seres humanos
somos conciencia encarnada para aprender cosas.
Ya desde el momento de nuestra concepción estamos en con-
fluencia total con todo lo que nos rodea y, fundamentalmente, con
nuestra madre. Todas sus sensaciones, estados de ánimo, senti-
mientos, pensamientos, etc, los tomamos como nuestros, y no son
nuestros, son de ella. A veces también tomamos pensamientos de
las personas que están con nosotros presentes en el momento de
nuestro nacimiento, por ejemplo, de médicos o enfermeras u otros
familiares. Esto lo aprendí con Erika Schäfer en Alemania, cuando
trabajé con ella constelaciones y Regresiones.
Cuando nacemos todavía mantenemos intuitivamente esa con-
ciencia de la unión con el TODO y esto lo mantenemos hasta apro-
ximadamente los ocho meses. Luego a lo largo de nuestra vida
seguimos buscando intuitivamente esa unión con el todo que tení-
amos antes de nacer.
Esta unión la buscamos primero con nuestros padres, y cuando
no la conseguimos como nosotros queremos, la seguimos bus-
cando en las relaciones más importantes de nuestra vida, con
algún amigo o amiga y si no la encontramos, la seguimos buscando
en nuestra relación de pareja, y si no lo conseguimos la seguimos
buscando en la relación con nuestros hijos y muchas veces con
nuestras enfermedades, buscamos esa unión, ese cuidado de mé-
dicos y enfermeras, haciéndonos los desvalidos y enfermos, y
hasta nuestra muerte.
En realidad, lo que tenemos que entender, es que esta hambre
de amor que tenemos, sólo la podemos saciar con nosotros mismos,
cuando comprendemos, muchas veces a través del trabajo terapéu-
tico, que quién mejor sabe lo que cada uno de nosotros necesita,
somos nosotros mismos. Y cuando entendemos eso, ahí se produce
un gran descanso y nuestro modo de relacionarnos con los demás
cambia, en el sentido que ya no les exigimos nada a los otros; sino
que los aceptamos tal como son, y aceptamos lo que nos dan como
un regalo; porque ellos no tienen la obligación de darnos nada.
No sabemos que esa unión la tenemos que buscar primero con
nosotros mismos; a través del amor incondicional hacia nosotros
mismos, y del respeto y el cuidado a lo que somos. Y luego se
podrá conseguir esta unión con determinadas personas; pero sin
exigencias.
Nosotros venimos al mundo totalmente indefensos y necesita-
mos de los adultos para sobrevivir. Cuando nacemos estamos to-
talmente abiertos a nuestro entorno, para aprender todo lo que ahí
se da y poder pertenecer a este entorno y ser aceptado por este
entorno. Nuestra supervivencia depende de ello.
Del contacto con el entorno en el que nos desarrollamos, vamos
a ir aprendiendo cosas que nos sirven para nuestra supervivencia
y desarrollo y cosas que nos van a entorpecer nuestro desarrollo y
supervivencia.
Por las últimas investigaciones sabemos que en nuestro ADN19
llevamos toda la información de todo lo que ha vivido la humani-
dad a lo largo de su historia. Cada una de nuestras vivencias genera
una descarga química de sustancias en nuestro organismo, y
cuando esto se va repitiendo una y otra vez, se genera un condi-
cionamiento y se va estableciendo, por decirlo así, caminos de
comportamiento que se convierten en rutinas dentro de nuestra
vida. Cuando estas sendas de comportamiento no generan ninguna
dificultad en nuestras vidas, todo fluye; pero si estas sendas de
comportamiento nos impiden vivir con plenitud nuestra existencia,
ahí se producen dificultades, que vamos a tener que resolver para
poder continuar con el proceso de vivir.
Toda nuestra vida está llena de procesos que se abren y se cie-
rran, que en Gestalt, se llaman Gestalten y cuando podemos per-
mitir que esto se dé naturalmente, no hay ningún problema; pero
cuando no podemos permitir ese fluir, por múltiples razones, ahí
se produce un estancamiento de nuestra energía de vida y empie-
zan nuestras dificultades que pueden ser rigidez corporal, dolores
o enfermedades.
Somos seres sociales, necesitamos de los demás para sobrevivir
y para desarrollarnos. Nuestra entrada en el planeta Tierra se hace
a través del vientre de nuestra madre. Durante los nueve meses
que estamos ahí dentro, nos sentimos en todo momento conteni-
dos, protegidos, nutridos, calentitos y en confluencia total con
nuestra madre.
Cuando nacemos seguimos necesitando todo lo anterior, y si no
lo tenemos, exigimos que se colmen nuestras necesidades, que
sean atendidos nuestros requerimientos, y si no es así, se genera
en nosotros un displacer que no nos va a permitir tener toda la
energía disponible para nuestro desarrollo, y esto lo explica muy
bien Juan José Albert en su libro Ternura y Agresividad [1]. Ante
este displacer cada ser humano genera una serie de estrategias
para defenderse de él. Estas estrategias se van a convertir poste-
riormente en nuestro carácter, nuestra personalidad, que se forma
en los siete u ocho primeros años de nuestra vida, y, que van a
condicionar toda nuestra vida posterior, Claudio Naranjo cuenta
este proceso en su libro Carácter y Neurosis [57].

PROCESO INDIVIDUAL

Cuando la persona llega a terapia, llega cargada de situaciones in-


conclusas, de insatisfacción, de dificultades para afrontar su vida
diaria y las relaciones con los demás y muchas veces se siente muy
infeliz.
¿Qué hago como terapeuta gestáltica?
Lo primero que hago es ESCUCHAR a la persona, para enterarme
de qué es lo que la ha traído a verme y qué quiere de mí. La escu-
cha es muy importante en el trabajo gestáltico, muchas veces las
personas vienen a terapia y se dan cuenta que nunca han sido es-
cuchadas o que no han sido escuchadas como a ellas les gustaría.
Si una persona no se siente escuchada, es como si no existiera, y
se transforma como en un fantasma. Si no existo, no ocupo mi
cuerpo y entonces nos encontramos con cuerpos deshabitados. Yo
muchas veces he tenido que enseñar a las personas a sentir, por-
que a veces vienen totalmente desconectadas de sí mismas, y
cuando les preguntas que sienten, te dicen que no saben.
¿Cómo se las enseña a sentir?
Yo les digo que se concentren en una parte de su cuerpo, por
ejemplo, el vientre y le pregunto que sienten ahí y para ello les doy
muchos adjetivos para que ellos identifiquen que es lo que sienten,
por ejemplo: calorcito, hormigueo, suavidad, presión, esponjosi-
dad, movimiento, sonidos, amplitud, tensión, rigidez, dolor, etc.
Luego poco a poco pasamos a otras partes del cuerpo y así hace-
mos un recorrido por todo el cuerpo, para ir reconectando a la per-
sona con todo su ser. Luego les comento que hagan este ejercicio
cada vez que les apetezca para ir aumentando en sensibilidad y es-
cucha de sí misma.
La escucha es a dos niveles:
fA nivel interno, tomando consciencia de lo que siento en cada

momento.
fA nivel externo, tomando consciencia de lo que sucede a mi

alrededor.
El terapeuta tiene que afinar mucho su escucha interna, como
la externa. Cuando el terapeuta está delante de una persona, tiene
que tomar conciencia de cómo se siente con la persona que tiene
delante y como le va resonando internamente todo lo que la per-
sona le va contando. Cuando ya se tiene mucha experiencia y co-
nexión consigo mismo, a veces van apareciendo mentalmente
palabras o imágenes o metáforas para usar en la terapia. A veces
la persona te cuenta que siente mucho dolor y se ríe, otras, te dice
que está muy cabreado, con una voz de susurro, otras que se
siente muy vital y cierra los ojos cuando lo dice. Todas estas in-
congruencias el terapeuta tiene que señalarlas para que la persona
tome conciencia de lo que le sucede. Cuando ya se tiene mucha
práctica, y se escucha a alguien, en su discurso se encuentran mu-
chas incongruencias, que saltan fácilmente a primer plano, para
ser trabajadas en profundidad. Es como si las palabras, frases in-
congruentes y los huecos en el discurso, de repente aparecen en
la mente del terapeuta subrayadas en color o fluorescente, y ahí el
terapeuta se las devuelve al paciente, para que se dé cuenta de lo
que dice y el terapeuta empieza a trabajar con ellas.
Hay que tener en cuenta que en Gestalt usamos:
fLa primera persona para expresarnos, en lugar del plural (nos

gusta a todos…), usamos el singular (a mí me gusta…) o en lugar


del indefinido (se dice…), usamos ( yo digo…). Cuando yo digo
”yo”, de alguna manera es como si me encarnara en ese momento,
o como si tomara posesión de mi cuerpo y me llenara de fuerza.
Es como una llamada de atención a mí misma para estar presente,
y más viva. Uno de los objetivos del trabajo terapéutico es encar-
narse, cuando uno está desencarnado, o poco encarnado, trabaja-
mos el estar presente en la tierra. Cuando me dirijo a alguien, lo
llamo tú o por su nombre, para también encarnarlo, que se llene
de energía. Hay un ejercicio que consiste en ir diciendo “yo” e ir
caminando por el espacio de distintas formas: pisando fuerte, de
puntillas, de talón, arrastrando el pie, etc. E ir viendo que es lo que
vamos sintiendo en el cuerpo en cuanto a empoderamiento u otros
sentimientos. El objetivo de este ejercicio es llenarnos de nosotros
mismos, sentirnos a nosotros mismos.
fCambiar el “pero” que es excluyente, que le quita valor a la pri-

mera frase que dices, la cuestiona, la niega; por el “y” que es inte-
grador, es sumativo, y con esto tengo las dos cosas.
fEl “cómo” y el “para qué” en lugar de “por qué”. El cómo alude

a la comprensión de la estructura, mientras el “por qué”, es una


cadena interminable, detrás de un por qué, viene otro y hasta el
infinito. Y el “para qué” alude al funcionamiento de la cosa.
fTransformar las preguntas en afirmaciones. ¿Por qué usas cal-

cetines en verano? Detrás de esta pregunta hay una crítica encu-


bierta, un cuestionamiento.
Lo que hacemos con el trabajo terapéutico es abrirnos a una in-
teligencia más primitiva, a la sabiduría del cuerpo, a la intuición, y
esto se lo enseñamos a la persona que viene a terapia. La inteli-
gencia del protoplasma celular sabe cuándo se tiene que abrir o
cerrar ante una partícula extraña, si la tiene que englobar para di-
gerirla y asimilarla o si la tiene que aislar, porque es tóxica.
El trabajo terapéutico está encaminado a desarrollar la intuición,
la conciencia y todos los sentidos. Partes de nosotros que hemos
puesto fuera, que hemos alienado, las vamos incorporando al ser
total de la persona. En todo momento con la terapia Gestalt pre-
tendemos sacar a la luz todo lo que tiene la persona y todas sus
capacidades, para que esta tome conciencia de todas las poten-
cialidades que tiene a su disposición y transforme su vida en un
camino, lo más enriquecedor posible para ella. Todos nosotros
somos como el universo, maravillosos y en constante expansión y
crecimiento. En el universo hay creación, destrucción y transfor-
mación, como parte del proceso evolutivo; pero nos olvidamos de
esto y funcionamos como si no tuviéramos conexión con él.
En la medida que la persona se va haciendo consciente de todas
las cargas que trae y que no son de ella, se va liberando de esas
cargas y se va sintiendo ligera a la hora de vivir su vida. Por ejem-
plo, cuando yo asumo que todos somos energía del universo que
se ha encarnado para aprender, y que nadie es más que nadie, por-
que todos somos la misma energía. Yo puedo sentirme orgullosa
de mí misma y valiosa, en el sentido de ser la misma energía que
ha creado todo. Y ahí aparece el primer apoyo, que no depende de
nada, ni nadie; sólo depende de lo asimilado que yo tenga esta in-
formación y que esta información no choque con introyectos (cre-
encias que me he tragado, sin digerir) importantes dentro de mí.
Una vez que me siento valiosa y voy viviendo mi vida, puedo en-
contrarme con que las cosas y las relaciones con las personas no
son como a mí me gustarían que fueran. Entonces, ¿qué hago?
Tengo que aprender a navegar en aguas revueltas. Todo lo que
nos ocurre en la vida sirve para aprender cosas que tenemos que
aprender. Por ejemplo, a negociar con compañeros y llegar a un
acuerdo donde ambas partes salgan beneficiadas. Para eso, tengo
que aprender a ceder parte de lo que yo quería, y dar espacio al
otro para que también se sienta a gusto. Ambas partes tenemos
que ganar cosas y perder cosas en el acuerdo.
Si me empecino con lo que quiero y no cedo, a lo mejor es por-
que todavía está ahí mi niña interior protestando para que le den
lo que ella quiere que le den y ahí tengo que aprender a sostener
a mí niña interior y hacerla madurar con cariño y comprensión,
para que se transforme en una adulta sana capaz de reconocer al
otro, no sólo a ella mima y lo que ella quiere.

TRABAJO CON LA NIÑA O EL NIÑO INTERIOR

Todos tenemos dentro de nosotros un niño o una niña interior, que


tiene una parte que no ha crecido suficientemente, y esta parte
exige que le den lo que quieren que le den, como si fueran bebés
hambrientos, que no pueden alimentarse por sí mismos, y exigen
a los otros lo que quieren en lugar de dárselos ellos a ellos mismos,
como adultos que son, ya no son bebés, pero se comportan como
si lo fueran.
Para que esta parte del niño interior se transforme en un adulto
sano, hay que acogerlo, abrazarlo, escucharlo, apoyarlo, acunarlo,
mimarlo y darle todo lo que necesita, para que él se sienta nutrido,
a gusto y lleno de amor, para poder proseguir con los aprendizajes
de la vida, sin que se quede atascado en un asunto determinado.
Para trabajar con esa parte del niño interior que no ha crecido,
yo cojo un cojín y lo abrazo y luego se lo doy a la persona para
que lo abrace. Este gesto de yo abrazarlo antes y de dárselo a la
persona, significa que yo acepto esa parte de su niño interior que
no ha crecido, y le ayudo a aprender cómo hay que hacer para que
se transforme en un adulto sano. Una vez que la persona tiene
abrazado el cojín que simboliza a su niño interior, yo le voy dando
una serie de frases para que las repita; por ejemplo, le pregunto
cómo lo llamaban de pequeñito y le digo una serie de frases, por
ejemplo:
—Javier, yo te quiero mucho.
—El mundo entero te puede abandonar; pero quién nunca,
nunca, nunca, nunca, nunca, nunca te va a abandonar, eres tú, a
ti mismo.
—Yo nunca, nunca, nunca, nunca, nunca, nunca, te voy a aban-
donar.
—Yo siempre, siempre, siempre, siempre voy a estar a tu lado.
—Cada día, te voy a abrazar, escuchar y aconsejar.
—Estoy orgullosa de que seas como eres.
—Me encanta sentir tu calorcito, cuando te abrazo.
—Cuando estas triste, estoy contigo, cuando estás contento estoy
contigo, cuando te enfadas, estoy contigo. Estoy contigo siempre.
—Me encanta estar a tu lado, estando a tu lado aprendo mucho
y me gusta.
—Me encanta ver la belleza que hay en ti.
—Me encanta olerte y sentir tu perfume.
—Me encanta sentir el calorcito de tu cuerpo, con el mío.
—Siento que eres un tesoro, que se va mostrando poco a poco.
—Cuando estoy contigo, siento lo sagrado de nuestro estar, de
nuestra presencia.
—Me encanta ver tu desenvolvimiento y despliegue día a día.
—Te quiero porque existes, porque estás aquí a mi lado.
—Me encanta ver tus progresos día a día.
—Disfruto cuando te veo desplegar nuevas habilidades en el día
a día.
—Siempre, siempre, siempre estoy a tu lado, nunca estás solo.
—Etc.
Se trata de ayudar a la persona a que aprenda a nutrirse a ella
misma, y para ello nosotros servimos de ejemplo. Le animo a que
si a ella le salen espontáneamente otras frases que cambie las que
yo le digo por las suyas. Le digo: ”el mundo entero te puede aban-
donar, pero quién nunca te va a abandonar, nunca, nunca, nunca,
eres tú a ti mismo”, esto emociona a la mayoría de las personas y
yo las animo a que se entreguen a su emoción.
Hay una meditación muy bonita que yo utilizo con mis pacien-
tes y que yo la llamo la “Meditación del corazón”. Consiste en
tomar una posición relajada, con los ojos cerrados, para estar
más en contacto consigo misma y ponemos una mano en el co-
razón y otra en el vientre y repetimos una serie de frases sintiendo
que estas frases entran en cada una de nuestras células y las ali-
mentan, las nutren, las restauran, y las dejan en óptimas condi-
ciones. Yo hago la meditación al mismo tiempo que la persona.
En una primera fase yo digo cada frase y luego la persona la repite
lentamente, sintiendo como el mensaje penetra en sus células y
posteriormente yo empiezo diciendo una frase, y la persona la re-
pite, y luego es la persona la que dice una frase que ella se in-
vente, o de las dichas anteriormente, y soy yo la que la repito, y
esto se repite alternativamente. Yo le digo a la persona que esto
sería bueno que lo hiciese en casa, diez o quince minutos diarios.
Estas frases son:
—Mi corazón es mi hogar.
—Me siento segura dentro de mi corazón.
—Dentro de mi corazón nada malo me va a pasar.
—Mi corazón es mi hogar, mi refugio, mi guarida, dentro de él
me siento segura.
—Mi corazón es mi templo, donde yo habito.
—En mi corazón resuenan los latidos de la vida.
—Mi corazón me acompaña en todo momento, nunca me deja
sola.
—Los latidos de mi corazón son como la música del universo
que late dentro de mí.
—Los latidos de mi corazón me acunan, me acurrucan y me
tranquilizan en todo momento.
—Los latidos de mi corazón me recuerdan en todo momento
que estoy viva y que viva.
—Los latidos de mi corazón me dicen en todo momento vive y
sé feliz.
—Mi corazón es mi tesoro, que me atesora y me recrea en cada
momento.
—Mi corazón alimenta mi Alma y mi Ser.
—Los latidos de mi corazón nutren mi Alma y mi Ser.
—Mi corazón es mi cunita, donde yo encuentro la paz.
—Mi corazón me contiene y contiene la vida.
—Mi corazón me da el calor que necesito para sentirme cuidada.
—Mi corazón está presente conmigo en todo momento.
—Cuando me pongo en contacto con mi corazón y mi vientre,
siento el calorcito de la vida.
—Mi corazón es el lugar donde yo encuentro la paz.
—Ponerme en contacto con mi corazón es ponerme en contacto
conmigo misma y eso me gusta.
—El ritmo de mi corazón me recuerda el ritmo de la vida.
—Cuando pongo la mano en mi corazón, es como si me cogiera
a mí misma en mis manos y eso me reconforta.
—Los latidos de mi corazón son el ritmo que me calma.
—Sentir mi corazón me ancla en sentirme a mí misma.
—Sentir mi corazón es como sentir la vida que late dentro de mí.
—La presencia constante de mis latidos me recuerda que esté
presente en mi vida.
—Etc.
Con esta actividad lo que pretendo es que la persona aprenda a
descansar dentro de ella misma, y que dentro de ella encuentre su
bienestar y su paz interior. Se trata de darle a la persona herra-
mientas, para que ella sola pueda transformarse en el motor de su
desarrollo y con esto aumenta su autoestima, su Autoapoyo20 y su
bienestar general.

PILARES BÁSICOS DE LA TERAPIA GESTALT

La terapia Gestalt tiene tres pilares básicos: CONCIENCIA, PRESEN-


CIA Y RESPONSABILIDAD.
LA CONCIENCIA: es la capacidad que tiene el ser humano de
darse cuenta de lo que está pasando tanto internamente, como ex-
ternamente.
Internamente tomando conciencia de las sensaciones, senti-
mientos, intuiciones, etc, que la persona tiene; es decir, todo lo
que sucede de la piel para adentro. De todo lo que sucede de la
piel para adentro soy yo el único testigo que puede testificar. Nadie
puede cuestionar mis sensaciones, sentimientos e intuiciones.
Externamente dándose cuenta de todo lo que sucede a su alre-
dedor, acontecimientos, eventos y de las personas con las que se
relaciona en cada momento; y qué sensaciones internas le quedan
después del contacto con cada persona. Paladear cada encuentro,
y desde ahí, decidir qué encuentros quiero potenciar y cuales
quiero dejar caer.
Cuando yo soy consciente de mí misma y de todo lo que pasa a
mi alrededor, yo estoy fluyendo con la vida.
La conciencia es como un haz de luz que a su paso va haciendo
visible todo lo que hay, y que en principio, no veíamos o no sentí-
amos o no éramos consciente de ello.
Si yo soy consciente, de lo que quiero, de lo que me gusta, con
lo que disfruto y de lo que me provoca malestar, daño, zozobra,
etc; voy a ir por la vida con mucha más seguridad y confianza en
mí misma y la vida.
Para poder desarrollar la conciencia, hay que darse tiempo, para
estar en contacto con uno mismo. Si yo estoy todo el tiempo co-
rriendo de una cosa a otra, no tengo tiempo para dejarme sentir y
ver como estoy, la conciencia de mí va a ser muy limitada, defici-
taria o simplemente, no se va a desarrollar. Hay mucho de sutileza
en el desarrollo de nuestra conciencia y lo más valioso que tiene
el ser humano, es su sutileza y esta es fácilmente destruible. La
sutileza tiene que ver con el desarrollo superior del ser humano,
superior, en el sentido de espiritual, de más elevado, de más con-
tacto con Dios. Entendiendo por Dios la energía que lo ha creado
todo.
La conciencia para desarrollarse necesita tiempo y espacio. La
meditación es una buena forma de desarrollar la conciencia, en la
meditación estoy en contacto conmigo mismo y con la nada y ahí
desarrollo mi conciencia.
LA PRESENCIA: es la capacidad de estar presente en cada mo-
mento de mi vida y no distraerme con pensamientos, sentimientos,
proyectos, ensoñaciones, etc. Yo estoy aquí y ahora escribiendo,
estoy totalmente presente en lo que estoy haciendo, no existe nada
más que lo que hago. No me acuerdo de ninguna otra cosa en este
momento. En este momento no existe más que yo y lo que hago.
Si la persona está presente en cada momento de su vida, cada mo-
mento puede convertirse en la eternidad. La eternidad existe
cuando yo me entrego por completo a lo que se da en cada ins-
tante. En cada instante estoy al cien por cien. También se puede
considerar la presencia, como un útero que me contiene a mí y a
lo que está en relación conmigo en cada momento.

LA RESPONSABILIDAD: es la capacidad de responder que tiene


la persona: ”sí“, esto lo he hecho yo, o “no”, esto no lo he hecho
yo. Es la capacidad que tiene el ser humano de sostenerse a sí
mismo, cuando es capaz de responder con la verdad de lo que su-
cede. Una persona se sostiene a sí misma, cuando se convierte en
la madre nutritiva que ella necesita y en el padre que pone los lí-
mites necesarios para transformarse en la persona que realmente
es; en la persona que desarrolla todo el potencial que tiene dentro,
y todo esto lo hace con disfrute, disfrutando por el camino, y te-
niendo en cuenta las polaridades de la vida. Cuando me siento
fuerte, me alimento de mi fortaleza y no me identifico, y cuando
me siento débil, lo acepto, me cuido, me acojo, me acuno y no me
identifico.
La terapia Gestalt ayuda a la persona a que se limpie de ideas,
pensamientos, formas de comportamiento, actitudes, sentimien-
tos, etc , que le están impidiendo el despliegue de todas las posi-
bilidades de ser de que dispone, y al mismo tiempo, el terapeuta
gestáltico potencia y apoya todas las capacidades genuinas que
tiene la persona y que le van a permitir transformarse en el ser que
realmente es, con el desenvolvimiento y el despliegue de todas sus
potencialidades y el desarrollo de toda la creatividad de que dis-
pone, y frustra las manipulaciones neuróticas de la persona.
Potenciar, apoyar, contener y frustrar lo que no es saludable son
los pilares básicos del desarrollo de todo ser humano. El ser hu-
mano necesita de los demás para su propio desenvolvimiento.
Aprendemos a ver y a sentir quienes somos en el contacto con los
demás, con lo que los demás nos devuelven y con todo lo que des-
plegamos de nosotros mismos y ponemos en el mundo.

¿CÓMO SE INSTAURA LO DISFUNCIONAL


DENTRO DE NUESTRO PSIQUISMO?

Voy a explicar la teoría de la terapia Gestalt y la práctica de como


la terapia Gestalt ayuda a vivir, a través de mi propia experiencia
de vida.
Nací como ya he mencionado el trece de octubre de mil nove-
cientos cincuenta y ocho. Mi madre es la más pequeña de ocho
hermanos vivos (cinco mujeres y tres hombres) y después de ella
hubo otro nacimiento de una niña que nació muerta. Entre la
mayor de las hermanas y mi madre hay quince años de diferencia.
Mi padre es el segundo de tres hermanos, la mayor mujer y el
pequeño hombre. Cuando el pequeño tenía 2 años, mi abuela se
suicidó. Se tiró al vacío desde una gran altura (tenía un trastorno
Bipolar 21). Al pequeño lo acogió una tía, hermana de mi abuela que
no tenía hijos y mi padre y su hermana, quedaron al cuidado de su
padre. Pero según me cuentan, fue mi tía la que se hizo cargo de
la organización de la casa (un desastre, ella sólo quería divertirse,
como es normal para alguien de su edad).
Nací después de seis años de espera. Ese año de mi naci-
miento fue el primer año que mi padre tuvo que ser ingresado en
el psiquiátrico, era Bipolar como su madre y también su hermano
tuvo la misma enfermedad. Esta enfermedad se repite en mi rama
paterna.
Si miro las fotos de mi primera infancia yo era una niña feliz. Fui
una niña criada en el contexto amplio de mi familia, en casa de
mis abuelos y de una hermana de mi madre, que tenía a su vez
dos hijas, una mayor que yo (tres años y cuatro meses) y otra más
pequeña (dos años y siete meses). En general los niños son felices
en los primeros años de su desarrollo, ellos son el principio del
placer, hasta que poco a poco se dan cuenta del entorno donde
viven y de quienes son realmente sus padres, a quien ellos consi-
deran todopoderosos, hasta que se cae esta visión, y poco a poco
se van contaminando con la polución de su entorno.
¿Cuándo empiezan las primeras inseguridades? Cuando no te
sientes aceptada por el entorno donde tu vives y cuando no hay
nadie disponible para tus necesidades específicas, de contención,
de escucha, de apoyo, de confidencia, de entrega, de confianza,
de seguridad, etc. Alguien que te dé la confianza básica que todos
necesitamos para nuestro adecuado desarrollo.
Me acuerdo de algunos episodios de mi niñez, recuerdo cuando
tenía 2 o 3 años que me quedé a dormir en casa de una tía mía en
Sevilla. Nosotros en aquella época vivíamos en San Juan de Aznal-
farache, un pueblo, y a mi madre se le olvidó dejarme el chupete.
Yo siempre me dormía con chupe y me llevé toda la noche llorando
por mi chupe y no dejé dormir a nadie. Mi tía, desesperada, en un
momento dado me hizo un chupete de tela mojado en agua y azú-
car, en aquel entonces había pocos recursos y cuando me pusieron
eso en la boca, estaba asqueroso, super áspero. Más desolación
todavía para mí, de este episodio quizás saqué la conclusión que
mejor aguantarme con mi necesidad y ni siquiera llorar. Aquí puede
haber un inicio de Masoquismo22.
Desde que tenía cinco o seis años hasta los nueve, mi madre
me mandaba junto con mi prima, cuatro años mayor que yo, a la
sierra, a Arroyo Molinos de León provincia de Huelva, a casa de
unos tíos de mi prima. Yo no pertenecía a esa familia y allí pasába-
mos todo el verano. Y antes de llegar allí a veces nos quedábamos
a dormir en casa de otra tía de mi prima en Sevilla, y me acuerdo
de una vez, que estando durmiendo allí me desperté con una sed
horrible, pero me daba mucha vergüenza llamar a nadie durante
la noche y pedir agua. Quizás por la experiencia anterior del chupe,
y lo pasé fatal soñando que bebía y luego despertándome y viendo
que no era real y así sucesivamente hasta que el cansancio me rin-
dió. Quizás aquí se desarrolló una actitud masoquista, que pudo
iniciarse en el episodio del chupete.
En Arroyo Molinos de León a veces yo me lo pasaba muy bien,
yendo por agua a la fuente con una lechera, o embotellando toma-
tes, o bañándonos en albercas que estaban en medio del campo y
a las que llegábamos después de un largo. Otras veces me sentía
muy sola y desamparada, como cuando por ejemplo, el primo de
mi prima jugaba conmigo y me tiraba por los aires y yo disfrutaba
mucho, para a continuación quemarme con un cigarrillo mientras
me decía que lo mirara que iba a echar humo por los ojos, y des-
pués de esto no había nadie a quien acudir para que me consola-
sen en mi dolor y en la traición recibida. Yo me quedaba conmigo
misma consolándome en mi dolor y sintiendo mi soledad. No iba
a pedir ayuda porque entendía que nadie estaba disponible para
mí, en aquella casa había siempre mucho trabajo que hacer y la di-
ferencia de edad era muy grande con mi prima y las primas de esta.
Este lugar no era mi familia, sino familia de mi prima. De este epi-
sodio, junto con otros anteriores parecidos, saqué la conclusión
de que era mejor no divertirse nunca, porque después tocaba llo-
rar. Si estoy siempre triste, nadie me va a quitar nada, porque ya
estoy triste, esta es la mente infantil. La mente infantil tiene pocos
recursos para defenderse de las adversidades que se le presenta.
Con el tiempo y después de mi proceso formativo y terapéutico
cuestioné esta aseveración y me di cuenta que lo vivido formaba
parte de mi ser y que nadie me lo podía quitar. Así que cuando dis-
frutaba me lo permitía al 100% y cuando tocaba llorar, pues tam-
bién al 100%.
También contribuyó a la aseveración anterior otro episodio, tam-
bién ocurrido en el mismo lugar, dónde yo estaba jugando a tratar
de coger un pececito con la mano en una charca en medio del
campo, yo llevaba pantalones cortos y llevaba todo el día al sol sin
protección, así que tenía las piernas quemadas y después de
mucho tiempo, conseguí coger al pececito con la mano, y de la
alegría empecé a correr para enseñárselo a los demás y en mi ca-
rrera me arañé en mis piernas quemadas por el sol con una zarza,¡
qué dolor! Otra experiencia que corroboraba lo dicho anterior-
mente, mejor estar siempre triste y así nadie te puede quitar nada.
Otro recuerdo que tengo, que es anterior a lo narrado más
arriba, es una vez que me pegó mi padre porque le quité calderilla,
es la única vez que me pegó en su vida y creo que lo hizo porque
estaba mal es ese momento y me pegó muy fuerte, me hizo hema-
tomas y yo fui a pedir consuelo a mi madre y me dijo que estaba
muy bien que me hubiera pegado, que yo no tenía que cogerle
nada. Me sentí muy sola y desconsolada. Quizás de este episodio
yo aprendí: ”si mi madre no me daba consuelo, nadie me lo iba a
dar, que tenía que valerme por mí misma y no pedir ayuda (inde-
fensión aprendida)”.
Siempre fui muy cuidadosa desde pequeña. Mis juguetes me los
rompían mis amigas cuando venían a jugar conmigo. Todavía tengo
juguetes de mi infancia. En el colegio tenía unos cuadernos super
ordenados, limpios y con una letra muy bonita. Una vecina me
ponía de ejemplo para su hija y yo recibía como agua de mayo
todos los elogios que caían a mi alrededor.
Vivíamos en un pueblo cerca de Sevilla y recuerdo un día que
vino un primo de Sevilla y nos hicimos una foto.Varias personas
que estábamos en aquel momento en casa de mis abuelos. Mi
primo me dijo algo que me hizo sentir indigna. Yo tenía un rasgón,
un agujero en mi vestido, seguramente me habría enganchado
con algo, y me dijo algo así como: ”esconde eso, eso no está
bien”, con gesto de desaprobación. Para mí era normal tener un
agujero en el vestido, nadie me había dicho lo contrario hasta
aquel momento. En ese momento INTROYECTÉ que yo no era
digna, querible.

Los INTROYECTOS son mensajes que recibimos de nuestro en-


torno y que hacemos nuestros, sin haberlos digerido adecuada-
mente. Estos mensajes suponen interferencias en nuestro sano
crecimiento y nos alejan de nosotros mismos, de nuestro propio
potencial. La correcta digestión de este mensaje hubiera sido
saber que mi primo unía dignidad con ropa nueva y un adulto
sabe que nada tiene que ver la dignidad con la ropa nueva, que
todos somos dignos, porque todos somos lo mismo, energía del
universo que se ha encarnado para aprender cosas. Seguramente
con él hicieron lo mismo que él hizo conmigo y lo que no tiene
digerido en su interior y le molesta o le duele; porque supone que
él es menos querible que los otros, y por tanto rechazable, lo
lanza hacía afuera, como dardo arrojadizo; es decir lo PROYECTA,
lo pone en el otro.

La PROYECCION consiste en ver en los demás algo que tú has


recibido y que no has digerido, ni quieres, porque la sociedad lo
rechaza y por tanto te molesta y quieres lanzarlo fuera para que-
darte tranquilo. Normalmente es una parte de la polaridad. Y si
la sociedad rechaza esa parte, nadie quiere tener esa parte; por-
que tener esa parte implica que te van a rechazar. Seguramente
mi primo habría recibido la misma desaprobación que me lanzó
a mí.

La RETROFLEXIÓN, es hacerte a ti mismo lo que te gustaría


hacer al entorno, o a otra persona. Por ejemplo, si yo no puedo de-
cirle a mi primo que no me gusta lo que me dice o hace; porque
tengo miedo a las consecuencias, que podrían ser que él se enfa-
dase y me rechazara, insultase o me agrediera de alguna manera,
entonces yo puedo morderme los labios para que no salga nada
de lo que quiere salir, o irme a algún rincón y aislarme, para que
nadie me pueda decir cosas desagradables. Y así, muchas veces
se crean las enfermedades psicosomáticas, reprimiendo cosas que
necesitan ser expresadas o tragando cosas que necesitan ser es-
cupidas. Cada enfermedad tiene un mensaje para nosotros que si
es adecuadamente asimilado se produce la curación; porque la en-
fermedad ya ha cumplido con su tarea, que era hacer consciente
algo que era inconsciente.

La CONFLUENCIA, consiste en acomodarme al otro y hacerme


como el otro para que el otro me quiera y no me abandone o se
enfade conmigo y pierda su cariño y su apoyo. En la confluencia
no hay límites entre yo y el otro; es como si los dos fuéramos lo
mismo. Por ejemplo, yo con mi madre siempre hacía lo que ella
quería, para que no se enfadase conmigo y me quisiera mucho.
Tenía que hacer un sobreesfuerzo extra, trabajando para que que-
dase tiempo para hacer lo que yo quería. Con este sobreesfuerzo
yo me daba un espacio para mi propio desarrollo. Ahí estaba mi
salud mental.

La PROFLEXIÓN, consiste en hacerle o decirle al otro, lo que me


gustaría que me dijesen o hiciesen a mí. Por ejemplo, le digo al
otro que está muy guapo, para que me diga que yo también estoy
muy guapa, o soy muy agradable, y creo mucho bienestar.

La DEFLEXIÓN, consiste en no ir directamente a lo que te inte-


resa, sino distraerte con otras cosas para evitar lo que realmente
quieres. Y esto lo haces porque tienes miedo o vergüenza a enfren-
tarte a lo que realmente deseas y quieres. Entonces desvías la aten-
ción a otra cosa que te resulta más fácil. Por ejemplo, cojo el
teléfono para llamar a la chica que me gusta, y antes de marcar me
digo: voy a dar una vuelta antes, y ahí me desvío de lo que quería
hacer.

El EGOTISMO, consiste en tenerme presente siempre yo a mí


misma y descuidar al otro. Un Narcisismo23 exacerbado. Realmente
me olvido del otro, sólo existo yo y mis necesidades.
¿POR QUÉ FUNCIONA LA TERAPIA GESTALT?

La terapia Gestalt trabaja con la conciencia y el ser humano es,


fundamentalmente, conciencia, e intenta ir con el fluir de la vida y
cuando el fluir se detiene, el terapeuta gestáltico ayuda a la per-
sona a que tome conciencia de qué es lo que le está impidiendo
ser feliz en este momento de su vida. Normalmente son introyectos
que la persona ha hecho suyos y estos impiden el fluir de la expe-
riencia, o son situaciones inconclusas que la persona no ha podido
concluir y que consumen su energía.
Toda nuestra vida se compone de pequeñas y grandes Gestalt,
y en la medida que vamos cerrando unas, aparecen otras. Toda
nuestra vida es una gran Gestalt y dentro de ella hay muchas Ges-
talt en pequeñitas. Por ejemplo, cuando nacemos se abre una Ges-
talt que se cierra cuando morimos. Esta es la gran Gestalt de la
vida; pero a lo largo de nuestra vida hay muchas Gestalt en peque-
ñitas que se abren y se cierran. Por ejemplo, cuando empiezo una
relación con una persona se abre una Gestalt, que se cierra cuando
esa relación termina; pero también se abre una Gestalt cuando em-
piezo a comer y se cierra cuando termino y así sucesivamente
vamos abriendo y cerrando Gestalt a lo largo de nuestra vida.
«Cuando una Gestalt no se puede cerrar por los motivos que
sean, nuestra energía se queda ahí atrapada y no la tenemos
disponible para la experiencia de vivir y así nos sentimos des-
vitalizados o cansados porque no tenemos la energía disponi-
ble». JUANJO ALBERT, Ternura y agresividad [1].
El terapeuta gestáltico ayuda a la persona a que se haga cons-
ciente de lo que le pasa, para que así la persona pueda estar dis-
ponible para el proceso de vivir. Durante el proceso terapéutico, el
terapeuta va trabajando con la persona para que ponga conscien-
cia en todo lo que dice o hace de manera inconsciente, y así poco
a poco la persona se hace consciente de todo lo que lleva con ella
y que no es suyo, o de todo lo que hace y que no es consciente de
que lo hace. A medida que la persona va descubriendo toda la in-
formación que lleva consigo, y que no es suya, y la va soltando allí
donde esa información pertenece. La persona va liberándose de
toda la carga que lleva y se va quedando libre y con energía dispo-
nible para el proceso de vivir.
La terapia Gestalt está muy relacionada con el TAO, en el sentido
de dejar fluir la vida que fluye y poderte bañar en ese fluido y dis-
frutarlo y vivirlo tal como sucede. Me gustaría contar aquí el cuento
de La Aceptación [60.3]. “Acepta la vida como es. Goza, sin nin-
guna razón”
«En una aldea donde vivía Hakuin, el gran Maestro Zen, llegó
un día una muchacha embarazada. Su padre la amenazó para
que confesara el nombre de su amante y, finalmente, para esca-
par el castigo, ella le dijo que había sido Hakuin».
»El padre no dijo nada más, pero al llegar el momento en que
nació la criatura inmediatamente la llevo a Hakuin y la arrojó
ante él. “Parece ser que este es tu hijo”, le dijo, y soltó una ola
de insultos y comentarios despectivos por lo sucedido.
»El Maestro Zen sólo dijo, “Oh, ¿de veras?” y tomó el bebé en
sus brazos.
»A partir de entonces, a todas partes que iba llevaba a la cria-
tura, envuelto en la manga de su andrajosa túnica. En los días
de lluvia y en las noches de tormenta salía a mendigar leche de
las casas vecinas. Muchos de sus discípulos, considerándolo
caído, le dieron la espalda y lo abandonaron. Y Hakuin no pro-
nunció una sola palabra.
»Entretanto la madre se dio cuenta que no podía tolerar la
agonía de estar separada de su hijo. Confesó el nombre del
padre verdadero, y su propio padre corrió a Hakuin y se postró
ante él, suplicándole una y otra vez que lo perdonara.
»Hakuin solamente dijo, “Oh, ¿de veras? Y le devolvió la
criatura».
Esto es la aceptación. Esto es Tathata24. Cualquier cosa que
traiga la vida está bien, absolutamente bien. Esta es la cualidad se-
mejante a la del espejo –nada está bien, nada está mal, todo es di-
vino–. Acepta la vida como es. Aceptando desaparecen los deseos,
desaparecen las tensiones, desaparece el descontento. Aceptán-
dola tal como es, uno comienza a sentir mucho gozo y por ningún
motivo en especial.
Cuando la alegría tiene un motivo, no durará mucho. Cuando la
alegría no tiene motivo alguno, durará para siempre.
El trabajo en terapia Gestalt te ayuda a vivir lo que ocurre en
cada momento de tu vida, y a entregarte a ello, y sacar de cada si-
tuación aprendizaje para tu vida y tu maduración como persona.
¿DE QUÉ INTROYECTOS E IMPEDIMENTOS
ME HE LIBERADO YO?

De muchos. Entre ellos, por ejemplo, del miedo que le tenía a la


gente.
Yo tenía miedo a acercarme a las personas porque creía que se
iban a reír de mí, como hacía una tía mía, a veces. Otras me he
sentido muy a gusto con ella. Con ella descansaba, cosa que no
podía hacer en mi casa con mi madre o con mis abuelos y otra tía
soltera que vivía con nosotros. También tenía miedo de la gente
porque creía que me iban a agredir de alguna manera como hizo
mi primo aquel día. Nunca tuve a mi madre a mi lado para defen-
derme. Mi madre estaba siempre trabajando y mi padre era un ado-
lescente que sólo vivía para sí mismo, tampoco yo le interesaba
mucho. Los adolescentes no se interesan por los niños; sino por
su propio disfrute.
Cuando era pequeña, mi madre no quería que llevara a mis ami-
gas a casa, porque decía que teníamos una situación muy compli-
cada con mi padre alcohólico, y divertirse estaba prohibido porque
estábamos en el franquismo y en el catolicismo, y ahí sólo se podía
sufrir y trabajar y además mi padre estaba todo el tiempo de juerga
con su enfermedad, así que a la enfermedad se unía, la juerga y el
sufrimiento. Yo no tenía salida para vivir. Sólo estaba permitido tra-
bajar.
Enfermé, porque la energía para trabajar sólo se puede sacar
del disfrute y si el disfrute está prohibido, entonces, ¿de dónde ex-
traigo la energía para trabajar?
Mi madre me llevó a un psiquiatra; pero el psiquiatra perdió muy
pronto la paciencia conmigo porque yo no hablaba y terminó di-
ciéndome lo mismo, que había que estudiar. Este era el problema,
que yo tenía que estudiar y que no podía estudiar porque no tenía
ningún disfrute que me diera energía para hacerlo.
Al final con quince años en el instituto exploté con un sacerdote
que era muy humano con los alumnos y delante de él me de-
rrumbé llorando sin poder articular palabra. El me derivó a un
amigo suyo psicoanalista y tuve una sesión con él. Después de eso,
se lo conté a mi madre y ella explotó, yo creo que de impotencia,
porque ya era demasiado todo lo que le pasaba a ella en su vida,
y me dijo: ”otra loca en la familia”. Yo entonces no sabía que mi
abuela se había suicidado por su enfermedad, ella me lo ocultó
hasta después de su muerte. Fue una hermana suya la que me lo
contó, por mi insistencia.
Siempre tuve muy claro las dos opciones que tenía en mi vida,
o enfermar o agarrarme a la vida y estar sana. Y yo decidí, y luché
por agarrarme a la vida y estar sana. Agarrarme a lo que me hacía
estar en contacto con los demás y alejarme de alucinaciones que
tenía y que si las atendía, yo me daba cuenta que cada vez me su-
mergía más en ellas y me iban a llevar a la enfermedad. Siempre
me agarré a lo que me hacía sentir bien, y hui de lo que me produ-
cía malestar.
Hoy me doy cuenta que aquellas alucinaciones, no eran más que
experiencias cumbres, pero que mi psiquismo no estaba preparado
para aquello, y que no tenía a nadie en mi entorno que me pudiera
sostener en lo que yo experimentaba.
A veces el límite entre la salud y la enfermedad está un poco
desdibujado. Una misma experiencia puede considerarse como
una experiencia cumbre de las que habla Maslow [52], si la persona
tiene suficiente estructura para sostenerla, o un brote psicótico si
la persona no tiene estructura para sostener la experiencia, y la
persona se siente desbordada por lo que le está pasando y no tiene
a nadie en la que ella confíe que la pueda contener suficiente-
mente.
Yo recuerdo una experiencia que tuve de disolución, de disol-
verme en el aire, que me sucedió cuando me separé de mi her-
mana del alma. Ahí estaba muy débil psíquicamente, porque era
soltar el apoyo que yo sentía que ella me daba, y apoyarme en
mis propios pies, y lo viví con mucho miedo y angustia porque
creía que me iba a volver loca y la sensación era de disolución,
de poco peso. Me ayudó a superarlo los cuentos de Osho25 [60.3].
Abrí el libro de cuentos, buscando una solución a lo que me pa-
saba, y el cuento que me salió fue: ”Cuando una puerta se cierra
otra se abre” y la repetición constante de esta frase me ayudo a
sostenerme hasta que me sentí más fuerte, apoyándome en mis
propios pies. En cambio, posteriormente, volví a vivir esta expe-
riencia de disolución en el Movimiento Auténtico. Ahí fue una ben-
dición, ya que mi psiquismo estaba preparado, yo me sentía
fuerte y pude permitirme el disolverme. También tuve una expe-
riencia de entrega a la locura en un taller con Robert Hall26, en el
contexto de los SATs de Naranjo, ahí sentí internamente en un
trabajo, que venía un tsunami que me llevaba, y me entregué. La
experiencia fue maravillosa, me sentí totalmente encarnada, viva
y llena de energía.

¿QUÉ FUE LO QUE ME HIZO ABRIRME AL MUNDO?

El hecho de que cuando quise contactar de nuevo por teléfono con


el psicoanalista, al que me había derivado el sacerdote de mi ins-
tituto, era imposible, así que me dije a mí misma: “yo puedo sola”,
y ahí me volví contrafóbica. La Contrafobia27 consiste en tener
miedo a algo y hacer ese algo como si fuera tu especialidad. Por
ejemplo, alguien tiene miedo a las alturas y es el primero que se
tira de un acantilado.
En aquella época yo tenía mucho miedo a la vida y a mis iguales;
porque en esa época me di cuenta que mi vida era muy diferente
a la de la gente que me rodeaba y me daba vergüenza tener un
padre alcohólico y vivir en la casa de mis abuelos, que era una casa
muy antigua, hecha con materiales de derribo, donde no teníamos
cuarto de baño sólo un váter al final del patio y un lavabo en otra
habitación, en el patio, sin agua corriente y sin tubería de desagüe.
Ninguno de mis amigos estaban trabajando con 14 años, y yo
desde el interior de la tienda veía a la gente de mi edad reunida en
la calle y yo en la tienda. No había crecido con nadie que me diera
la confianza que yo necesitaba para creer en mí misma. Así que
me volví contrafóbica, y me dediqué a hacer todo lo que me daba
miedo.
Iba a las fiestas que organizaban mis iguales aunque tenía un
miedo increíble y estaba rígida como un palo, sudando como una
fuente. Me decía a mí misma, aunque te conviertas en un charco
de agua te vas a quedar aquí. Porque, inconscientemente, creía que
la única manera de superar lo que me pasaba era pasar mil veces
por el mismo camino y ahí iba a aprender a no tener miedo. Todo
esto lo hacía intuitivamente. Me decía a mí misma: ”aunque estés
rígida como una estatua de sal te quedas aquí, no te mueves. Y
aunque tartamudees cuando alguien te hable, acepta que tartamu-
deas y sigue ahí, en contacto con el otro”. Sólo se puede superar
una dificultad atravesándola, aceptándola, metafóricamente que-
mándote en ella.
Ahora que estoy escribiendo esto me doy cuenta qué yo misma
me transformé en mi asistente interior, como dice Norberto
Levy [43]. Y ahora, ya de adulta, mi asistente interior está todo el
tiempo conmigo cuando lo necesito, ayudándome a vivir. El asis-
tente interior de cada uno es esa parte nuestra que está ilumi-
nada. La primera vez que tuve tanta conciencia de mi asistente
interior fue en la devolución que me hizo Erika Schäfer después
de una meditación, en la que yo le conté: “que alguien desde
arriba me quitaba como unos guantes de las manos y me decía:
“tú no necesitas esto, refiriéndose a la artrosis de las manos”. Y
Schäfer me dijo que ese alguien que estaba arriba, era yo misma.
Era la parte de mí que está iluminada.
Fui aprendiendo con la experiencia, que en la medida que yo
me atrevía a vivir, la vida me respondía con experiencias muy gra-
tificantes para mí. Con veintipocos años me fui con una amiga, que
me invitó a ir con ella a Dinamarca, y para mí fue como descubrir
el paraíso. La libertad que había en aquel país yo no la conocía
hasta entonces y me sentí tratada como una reina por los hombres
daneses. Aquí en España yo me sentía como un patito feo. Mi au-
toestima subió como la espuma y mi maduración también.
Ese mismo año, también me fui sola a Austria con el interrail a
reunirme con otra amiga que ya estaba allí. Para mí fue maravilloso,
en el tren, poder hablar en francés que era el único idioma que yo
dominaba en esa época, con jóvenes como yo, de diferentes países
del mundo y entendernos perfectamente.
En otra ocasión, en un viaje gratuito que nos dieron a los maes-
tros para promocionar Mallorca para los viajes fin de curso de los
colegios, me hice pasar por las relaciones públicas del barco y fue
maravillosa la experiencia de hablar con todo el mundo, fue un
juego en el que disfruté mucho.
De esta manera la Contrafobia, me ayudó a vivir la vida y a rela-
cionarme con todo el mundo, con mucha naturalidad y fluida-
mente.

LO QUE LA TERPAIA GESTALT


HA SIGNIFICADO EN MI VIDA

Lo primero que quiero contaros es como llegué yo a la Gestalt y lo


que ha significado en mi vida. Cuando yo estaba estudiando se-
gundo de la carrera de psicología en el año 1983 (hace de eso 36
años), una compañera de mi curso, me dijo si yo estaba interesada
en un curso de terapia Gestalt que iba a dar un terapeuta de Ma-
drid, que se llamaba Victor Sancha, y que era en aquel entonces
psicólogo gestáltista director de prisiones en Madrid. Yo le dije que
sí, y ahí empezó mi formación en terapia Gestalt.
¿Qué ha significado la terapia Gestalt en mi vida? Para mí ha signi-
ficado abrir puertas y ventanas y mostrarme nuevos caminos que
yo no había considerado hasta el momento. Yo en aquel tiempo
era profesora de primaria y me abrí más tarde a trabajar en los
equipos de orientación educativa y, más tarde, a pedir excedencia
en Educación y dedicarme sólo al mundo de la terapia. Me encanta
aprender y hasta el día de hoy estoy aprendiendo, y me moriré
aprendiendo.
He aprendido mucho con la Gestalt y voy a compartir con vos-
otros algunas de las cosas que ha aprendido con esta terapia:
s Me di cuenta, que cuando andaba iba golpeando el suelo y
comprendí que gastaba mucha energía tontamente, que me hacía
daño; que había otra manera de andar que era más sutil y con la
que disfrutaba más y me cansaba menos y que de camino no gas-
taba tanto el calzado. ¿Te has dado cuenta, de cómo andas tú?
Este darme cuenta continua en estos momentos y en cada reunión
a la que voy. Siempre estoy muy atenta a cómo me siento; porque
durante un tiempo se dio en mi vida, que cada vez que estaba en
una reunión familiar o de amigos, como en casi todas las reunio-
nes, todos quieren que le prestes atención y llega un momento en
que con tanta estimulación empieza a dolerme la cabeza y así
aprendí a deshacerme de los dolores de cabeza. Los dolores de
cabeza tienen mucho que ver con la cantidad de energía que tengo
en mi cabeza y si estoy obsesionada con una idea o con un pro-
blema, ahí se da una concentración obsesiva y excesiva de energía
que acaba con dolor de cabeza por exceso de concentración. Si
queremos cuidarnos, tenemos que estar muy atentos a no obse-
sionarnos con nada, porque la excesiva concentración trae exceso
de energía y el exceso de energía trae dolor de cabeza.
s ¿Cómo liberarnos de forma sencilla del dolor de cabeza? Lo
primero es soltando el problema que nos angustia y una forma de
hacerlo es escribirlo. Cuando lo tengo escrito sé que no se me va
a olvidar y entonces puedo soltarlo, lo suelto en el cuaderno o en
una hoja y me olvido y después poniendo mucha conciencia en
todas las aberturas que tenemos en la cabeza e imaginando como
el exceso de energía sale por cada una de estas aberturas: los ori-
ficios de la nariz, la boca, los ojos, los oídos, la coronilla, cada una
de las células de nuestra piel, etc. También podemos darnos un
masaje suave con nuestras manos, yemas de los dedos, etc. Soplar,
hacer sonidos suaves, etc.
s Otro día me di cuenta, que hacía lo mismo que había hecho
mi madre, que era tener una casa preciosa y no vivir en ella; sino
vivir en la casa de sus padres. Yo sólo iba a mi casa para dormir,
como mi madre y trabajaba todo el día como mi madre. Cuando
nacemos somos muy permeables al ambiente en el que nos des-
arrollamos y sin darnos cuenta empezamos a imitar todo lo que se
da en él. Muchas veces, la mayoría de las veces, esta imitación es
inconsciente. Sería algo así como: ”Yo pertenezco aquí, y por tanto,
voy a ser un fiel reflejo de lo que aquí se da, y al ser un fiel reflejo
los demás se dan cuenta y se sienten muy alagados, y les hace gra-
cia, o no les gusta y empiezan a alabarnos o a machacarnos, con
lo cual aprendemos inconscientemente que lo que somos o hace-
mos es correcto o incorrecto, y aquí según el Eneagrama28, que
es un sistema de clasificación de la personalidad de hace más de
2000 años, transmitida por los maestros Sufies29 y conocido en
occidente fundamentalmente por Claudio Naranjo que lo recibió
del boliviano Oscar Ichazo30, cada rasgo de personalidad se de-
fiende como puede. Los unos se agarran a la ley para obtener la
seguridad que el ambiente no les da. Los dos se inventan historias
maravillosas para aislarse de la realidad que no les gusta. Los tres
tratan de hacerlo todo perfecto, se afanan en la perfección. Los
cuatro se rebelan con lo que consideran que es injusto, y cuando
se les da lo que reclaman, no lo quieren, porque no se sienten me-
recedores de ello y les da vergüenza, y cuando se le da a otro, vuel-
ven a protestar. En definitiva, ni comen, ni dejan comer. Los cinco
se aíslan. Los seis se ponen la vida difícil a sí mismos; es como si
le dijeran al verdugo: “no te preocupes ya me encargo yo de jo-
derme vivo”, se identifican con el agresor. Los siete seducen al otro
para que no se enfaden con ellos. Los ocho se enfrentan al agresor
y tratan de aniquilarlo y los nueve se mimetizan con el otro y exis-
ten a través del otro. Pero en realidad lo sano sería considerar que
todos somos energía del universo que se ha encarnado para apren-
der cosas y que nuestros padres, no son en realidad nuestros pa-
dres; sino personas elegidas para realizar esa función en esta vida.
Nuestros verdaderos padres son la energía de la creación. En rea-
lidad, todos venimos del vacío fértil, que es un lugar donde no hay
nada; pero existe la posibilidad de todo. Si todos fuésemos capa-
ces de abrirnos a esta verdad muchas de los sufrimientos que
aquejan a la humanidad desaparecerían; ya que no existirían ni el
apego, ni el miedo, ni la envidia, y el concepto de muerte cambiaría
por el de transformación, etc.
s En realidad, todos estamos contenidos dentro de la bóveda ce-
leste, es como si la bóveda celeste fuese un gran útero que nos
contiene a todos; pero el ser humano necesita sentir esta conten-
ción de forma más cercana y por eso existe el útero femenino, los
abrazos de nuestras personas queridas; para sentirlos piel con piel,
y esto es muy gratificante para nosotros.
s En un momento determinado, una compañera, me hizo ver
que yo me preocupaba por el bienestar de mi tía, y que la llamaba
por teléfono para quedarme tranquila yo, y no sólo porque mi tía
me había pedido que la llamara.
s Con mi pareja, me di cuenta, que si lo presionaba no conse-
guiría nada de él, porque él se encerraba metafóricamente en el
último rincón de la concha del caracol y ahí no se podía conseguir
el contacto, que era lo que yo buscaba. Que la mejor forma para
conseguir la colaboración de alguien, es decir lo que queremos
decir, y unir a esto algo agradable. Por ejemplo:” hay que quitar
el lavavajillas; pero antes vamos a tomarnos un cafetito, o vamos
al cine, o dar un paseo, etc”; de esta manera, la persona no se
siente presionada y además hay algo agradable al lado. Sabemos,
por la física, que toda presión genera otra igual y de sentido con-
trario. Por tanto, es inútil presionar a alguien para obtener algo
de ella; entre otras cosas porque en la presión nosotros también
nos tensamos y creamos malestar dentro de nosotros mismos. Es
mucho mejor hacer que se sienta bien con nosotros y desde ahí
hay una mayor predisposición para un contacto gratificante por
ambas partes.
s Me di cuenta, qué si yo quería conseguir algo, tenía que poner
toda mi energía en aquello que yo quería conseguir y tenía que qui-
tar de mi mente todos los obstáculos que mi mente me ponía por
el camino y para esto, yo tenía que estar muy disciplinada, atenta
y consciente de lo que hacía en cada momento.
s Todo en la vida tiende al equilibrio, que sería como tender al
origen de donde venimos. Salimos del origen y tenemos la tenden-
cia a volver al origen. En el origen hay equilibrio, no hay nada; por
tanto, hay equilibrio. En el momento que se crea algo, este acto
de creación es un desequilibrio y la vida tenderá a buscar el equi-
librio, y por lo tanto tenderemos a deshacer lo realizado o la vida
se encargará en deshacerlo. Por un lado se construye y por otro
lado se destruye, para estar siempre en equilibrio, que es la ten-
dencia natural de la vida.
s Aprendí que las palabras eran como un medicamento, que una
palabra me podía hacer sentir magníficamente o que me podía
poner de mal humor, o triste, o desamparada, o toda la gama de
experiencias desagradables y dolorosas que existen, o toda la
gama de experiencias maravillosas y agradables que existen.
Cuando yo imagino una palabra, ya sólo con la imaginación, mi
cuerpo se pone en consonancia con esa palabra, y si la palabra es
agradable, todo mi cuerpo se predispone con lo agradable. Al con-
trario, cuando pienso algo desagradable, o doloroso, o conflictivo,
mi cuerpo se pone en consonancia con esos sentimientos. Enton-
ces lo ideal es ser muy conscientes de lo que hacemos y pensamos
en cada momento, porque si yo quiero sentirme bien, tendré que
ponerme en resonancia con ese sentimiento de estar bien, rode-
arme de todo lo que me hace sentir bien, y alejarme de lo desagra-
dable o doloroso.
s Cuando yo fundé JERA, era un momento dificilísimo en mi
vida:” me había separado de mi amiga del alma, con la que fundé
el primer centro de terapia Gestalt de Sevilla, que se llamaba Ber-
kana (1992), que es también el nombre de una runa, como Jera.
Acababa de perder mi bebé en el cuarto mes de embarazo, era un
niño, mi madre estaba con leucemia y el contratista que me estaba
construyendo el nuevo centro, trataba de estafarme, porque estaba
lleno de acreedores y no hacía más que pedirme dinero. Ya le había
pagado casi todo y la obra estaba casi al inicio. En ese momento
decidí que estaba harta de miserias y desgracias y que mi escuela
iba a tener un nombre que significara la polaridad de lo que yo es-
taba pasando y encontré en las Runas a JERA, que como dije en
otro momento significa abundancia, cosecha, tiempo de recolec-
ción. Las Runas las conocí cuando fui a Chile, en 1990, a trabajar
con Adriana Schnake31 [83]. Las encontré en el polo sur, cuando
su origen es el polo norte.
s En el ambiente donde yo me crie, había una absoluta austeri-
dad. Mi abuelo era un uno de carácter y los unos son uno de los
números más austeros del Eneagrama. Mi abuelo era muy admi-
rado en el pueblo y él admiraba la cultura. Durante mucho tiempo,
yo me pregunté de dónde había sacado yo la fuerza para estudiar
y a quién imitaba yo en mi familia y obtuve la respuesta dejándome
sentir. Yo, como todos los niños, era muy observadora y asimilaba
por ósmosis, como todos los niños, lo que había en el ambiente
donde yo me desarrollaba, y la cosa era que mi abuelo era admi-
rado en el pueblo y a su vez, mi abuelo admiraba la cultura, enton-
ces yo quería estar allí donde mi abuelo miraba, en la cultura y de
ahí saqué la fuerza para estudiar, en un ambiente donde nadie es-
tudiaba y donde mi madre había pensado para mí el destino de
tendera. Las dificultades para estudiar eran muchas, yo vivía con
mis abuelos, no tenía un lugar para estudiar y mi abuelo era un
poco sordo y estaba todo el día escuchando la radio a todo volu-
men. Recuerdo estudiar muchas veces en el patio, lloviendo y mo-
jándome y con frio. O cuando tenía trece años, y ya trabajaba en
la tienda con mi madre, estudiar sentada en la tapadera del wáter,
cuando no había gente en la tienda que atender, con un calentador
en los pies. Siempre aprendí a mirar hacia adelante, mirar al obje-
tivo donde yo quería llegar y no mirar a las dificultades y obstáculos
que había que superar, o sortear, o lidiar y así continúo hasta el
día de hoy. Siempre mirando el objetivo, las dificultades se van ca-
yendo por el camino. Además desde que aprendí con Claudio Na-
ranjo, sus enseñanzas de los tres amores, me lo aplico con total
conciencia.

LA TERPAIA GESTALT
ES CIENCIA APLICADA A LA VIDA

La terapia Gestalt es vida, vida desplegándose y transformándose.


De alguna manera, toda la información que recibimos y las expe-
riencias que vamos experimentando en la vida nos van molde-
ando, y esa información recibida y experiencias vividas pueden
ayudarnos a ampliarnos, a crecer, a desarrollarnos, a expandirnos,
a estar rebosantes de energía de vida, o pueden llenarnos de
miedo y paralizarnos, o por lo menos dificultar nuestro estar en el
mundo, de tal forma que no nos sintamos libres y abiertos para
vivir el día a día.
A veces el miedo nos hace agarrarnos a ideas que nos perjudi-
can y que nos quitan libertad. Las religiones nos encadenan con
sus dogmas. Sus dogmas son como si tuviésemos el cuerpo metido
en una coraza, tuviéramos que andar por el mundo con esa coraza
y experimentar la vida con esa coraza.
La terapia Gestalt utiliza los principios de la física y de la química
en su trabajo con las personas, por ejemplo, les enseña a las per-
sonas que:
f La energía no se crea, ni se destruye, sólo se transforma.

Cuando digo esto quiero decir que nosotros somos energía, y


como tal, no existe la muerte, sólo la transformación. La energía
de la vida siempre está en movimiento. La vida es movimiento y
transformación. Si aceptamos esto, podremos fluir con la vida sin
dificultades. La muerte es transformación. ¿En qué nos transfor-
mamos? En energía, en consciencia.
fToda acción genera otra igual y de sentido contrario. Esta

ley física se aplica en todas las relaciones. Si yo quiero que alguien


haga algo, lo mejor es no presionar, porque si presiono, genero
una fuerza igual y de sentido contrario. Lo mejor es decirlo y luego
pasar a otra cosa. La palabra tiene mucho poder, puede ser sana-
dora o crear enfermedad.
fToda partícula en movimiento lleva asociada una onda,

que es la onda de de Broglie. Todo lo que hago genera una


onda que afecta a las personas que están más cerca de mí, y si lo
que hago es bueno, beneficioso, es como si rodeara a la otra per-
sona con un manto de bondad, amor y bienestar; y si lo que hago
perjudica, es como si rodeara a la otra persona con un manto de
espinos.
f El principio de los vasos comunicantes. Si se ponen en con-

tacto dos disoluciones de distinta concentración, pasará líquido de


una a otra hasta que ambas concentraciones se igualen. Con esto
quiero decir que la salud mental del terapeuta afecta positivamente
a la persona que viene a trabajar con él. Un terapeuta sano es
como la vida que fluye e inunda a todos con su abundancia. Ya
Maslow [52] decía esto: “si una persona no puede elevar su voz,
pero hay otra que si puede, la primera también podrá hacerlo”. Si
el terapeuta está vivo y sano contagia de vida y salud al paciente,
claro está, si el paciente quiere contagiarse. Se contagia tanto la
salud, como la enfermedad.
f La reflexión y la refracción de la luz. La reflexión de la luz
consiste en el cambio de dirección de una onda al entrar en con-
tacto con la superficie que separa dos medios diferentes, regre-
sando al medio dónde se originó. Esto es lo que hace un ser
humano que se cierra a escuchar lo que otro le dice. La refracción
de la luz deforma los objetos y esto es lo que debe pasar con el
amor humano. Toda la creación es fruto del amor, a nivel de almas
hay un profundo amor entre todos; esto lo aprendí en el trabajo de
constelaciones y Regresiones con Erika Schäfer [82], pero cuando
nos encarnamos en la tierra ese profundo amor se encuentra como
enmascarado y deformado y nos hacemos daño unos a los otros.
f La resiliencia. Es la capacidad que tienen los metales de re-
cobrar su aspecto original después de sufrir un deterioro; este tér-
mino ha pasado al campo de la psicología y se refiere a la
capacidad que tiene una persona de sobreponerse a un estímulo
adverso, de recuperarse después de un golpe duro de la vida. La
capacidad de resiliencia está directamente ligada al amor recibido.
Esto quiere decir que si una persona gasta tiempo contigo para con-
solarte, por no tener lo que tú quieres en el momento o por el daño
recibido, esto es amor y se va a convertir en una capacidad tuya
para consolarte a ti misma y a las personas con las que te relacio-
nes. El tiempo que te dedicaron se convierte en resiliencia, es
decir, se convierte en amortiguador de los golpes que vas a recibir
en el futuro, o en capacidad de contener a otros que han recibido
daños.
f Etc.

¿CÓMO TRATAR EL SUFRIMIENTO?

El sufrimiento se trata cambiando nuestra mirada del mundo.


Todos venimos de la unidad, del vacío fértil, que llamamos en Ges-
talt. De esa unidad se despliegan las polaridades. Vivimos en el
mundo de la polaridad, ahora es de día dentro de un rato será de
noche, inspiramos y expiramos, ahora estamos vivos y dentro de
un tiempo estaremos muertos. Todo es polar en este mundo; esto
quiere decir, que unas veces nos sentimos profundamente felices
y otras profundamente desgraciados, y en ambas podríamos inten-
tar no tomarnos las cosas tan en serio, ni identificarnos tanto con
ellas, porque ambas partes de la polaridad nos traen sufrimiento,
la primera cuando se va y la segunda cuando llega.
El sufrimiento le llega al ser humano porque no acepta las cosas
como son, si las aceptara no habría sufrimiento. Habría dolor por-
que cuando nos hacen daño tanto físicamente como psicológica-
mente nos duele; pero una vez sentido ese dolor se pasa a otra
cosa. En cambio, si nos agarramos al dolor, se transforma en sufri-
miento y esto es patológico. Aquí habría que preguntarse qué es
lo que está evitando esta persona que se agarra al dolor, o para
que le está sirviendo este agarrarse al dolor. Muchas veces uno se
agarra al dolor para obtener la atención y el cariño de los demás o
para no ocuparse de su vida; mientras está entretenido, tiene la
excusa perfecta para no meter el diente a su vida.
En la vida pasan muchas cosas que nos duelen, nos hacen sufrir
o nos cabrean, y ante estas cosas tendríamos que preguntarnos
que tenemos que aprender con todo esto. A lo mejor tenemos que
aprender que este es el mundo de la polaridad y que tenemos que
aceptar que, además de cosas maravillosas que nos pasan, tam-
bién hay cosas terribles y que este es el mundo en el que vivimos.
Otra cosa que nos trae sufrimiento es el identificarnos con lo
que hacemos o con lo que nos ocurre. Si no te identificas con las
cosas que haces o te ocurren, sino que las vives como algo que ha
creado el universo para ti. Esto trae más ligereza a nuestra vida. Y
cualquier experiencia que vivimos la podemos vivir como una opor-
tunidad de aprendizaje, de probar vivencias.
En la vida tendríamos que preguntarnos en cada situación:
“¿qué tengo que aprender con lo que está pasando?”. Todo lo que
sucede en la vida, transcurre dentro del útero del universo. Lo que
pasa es que este útero es tan sutil, que a veces no nos damos
cuenta de que estemos contenidos en él. Si pudiésemos vivenciar
que en todo momento somos cuidados por este útero universal,
que todos nosotros somos hijos del universo, y que el universo en
todo momento nos cuida, incluso cuando estamos siendo agredi-
dos, que esa agresión que experimentamos es una experiencia que
estamos haciendo. El tener esta visión nos despega un poquito o
un mucho del dolor que sentimos y de las preguntas que a veces
nos hacemos de por qué a mí, que he hecho yo para merecer esto
y nos aleja de la culpa y del odio al otro que me inflige este castigo.
El otro tiene que hacer una experiencia y yo otra diferente.
Cuando llegamos al mundo, llegamos al útero de nuestra madre
y allí permanecemos más o menos nueve meses, hasta que llega
el momento de nuestro nacimiento. En el útero de nuestra madre
estamos en el paraíso, normalmente, estamos calentitos, alimen-
tados y totalmente contenidos, cuando estiramos un brazo allí
están las paredes del útero para contenernos, cuando movemos
una pierna o damos una patada, allí están las paredes del útero
para contenernos, cuando movemos la cabeza lo mismo y todo es
elástico no nos hacemos daño, experimentamos sin hacernos
daño.
Cuando nacemos, ahí empezamos a experimentar el dolor, la
presión, la incomodidad, la exigencia, el castigo, etc; haciéndonos
daño a veces cuando nos golpeamos, y es que pasamos de estar
en un medio acuoso y elástico (útero materno), donde todo está
amortiguado a un medio gaseoso, el gas es más sutil y nuestro
cuerpo físico tiene consistencia. Hay que decir que en este medio
gaseoso, también estamos contenidos; pero la contención es más
sutil y casi no nos damos cuenta.
El universo está en constante expansión y crecimiento y nos-
otros también, como parte de él que somos. Desde que nacemos
estamos aprendiendo hasta que nos morimos.
La terapia Gestalt trabaja con el dolor que tienen las personas y
con su sufrimiento, enseñándoles que el dolor forma parte de la
vida y hay que aceptarlo y que el sufrimiento es agarrarse al dolor
para conseguir algo o para evitar algo.

¿CÓMO SE ASUME EL DOLOR?

El dolor por la pérdida de una persona querida se asume acep-


tando esa pérdida. ¿Cómo se acepta la pérdida? Asumiendo la re-
alidad de la vida. La vida es un regalo que recibimos y que no
sabemos cuánto tiempo va a durar. Por tanto, una manera de asu-
mir la pérdida es siendo muy consciente de que esta puede llegar
en cualquier momento y por tanto cada instante que vivimos con
esa persona querida es un deleite que hay que vivir, si yo vivo todo
lo que quiero vivir, cuando ella se vaya, me va a doler; pero yo
tengo dentro de mí todas las vivencias consumadas y por tanto me
siento enriquecida con todo lo experimentado. Mientras existía yo
disfruté de su presencia y la acompañé en sus momentos maravi-
llosos y en sus momentos difíciles y problemáticos. Y ahora que
no está saboreo lo vivido y me abro a lo nuevo que me trae la vida,
no perdiendo nunca de vista que todo en este planeta es polar y
por tanto una buena manera de vivir la vida es estando presente
en todo lo que sucede y consciente de todo lo que sucede. Cada
momento de mi vida lo saboreo, sé que ese momento se va a aca-
bar y justo por eso lo disfruto más, porque es único, irrepetible y
su vivencia me enriquece y me transforma.
La aceptación de todo lo que pasa trae paz, calma, serenidad y
sosiego. Fluimos con la vida en un continuo movimiento que no
tiene fin.
En estos días se ha retransmitido en las noticias de la televisión,
el caso de un niño sudamericano de 10 años, llorando abandonado
en el desierto por las personas con las que iba y encontrado por
un guarda estadounidense que custodiaba la frontera. Mi corazón
se abre para recibirlo y darle la compañía y el consuelo que nece-
sita. Al verlo me conecta con mi propia niña interior, cuando me
he sentido abandonada, traicionada, engañada y no consolada en
mi dolor. Espero que mi abrazo le llegue en los brazos de la per-
sona o personas que se encuentre cerca de él. ¿Cómo asumirá este
niño su dolor cuando sea un adulto? Cogiendo a su propio niño in-
terior entre sus brazos y consolándolo con todas las palabras, los
gestos, movimientos y todo lo que necesite ese niño para sanarse.
Si confiamos en que todo lo que tiene que suceder en este
mundo, es lo que tiene que suceder y nos entregamos a la expe-
riencia, sabiendo que esa experiencia forma parte de lo que yo ne-
cesito vivir en este momento. Esta entrega lo hace todo más fácil,
sería como decir: ”sí, acepto lo que la vida me trae en estos mo-
mentos, aunque sea difícil, doloroso o desagradable”. Esta entrega
me hace ser uno con la experiencia y cuando no hay dos sino sólo
uno, entonces se da lo que se tiene que dar, que es el fluir de la
vida.
En el trabajo de Regresiones, que hice con Erika Schäfer, en Ale-
mania, cuando una persona hacía una regresión hasta un momento
donde era traicionada y asesinada por alguien, lo último que se
hacía en el trabajo para ver si estaba todo resuelto era: “tener un
encuentro a nivel de alma con el perpetrador cara a cara y ver que
sentimientos tenía la persona que estaba trabajando hacia él”, si
estaba tranquila y asumía que no había ningún rencor hacia el per-
petrador, el trabajo estaba finalizado. Lo que se siente si el trabajo
está resuelto es que cada uno tuvo que hacer esta experiencia,
para aprender lo que fuera y en el fondo se siente un profundo
amor por la persona. Es como si todos estuviéramos conectados
por un profundo amor, pero al encarnarnos en la Tierra, ese pro-
fundo amor se distorsiona como se distorsiona un palo recto
cuando se mete en agua, que parece que está torcido. Cuando los
seres humanos seamos conscientes del profundo amor que nos
une, porque todos somos lo mismo, la misma energía encarnada
en infinitas posibilidades, todas diferentes, nuestro comporta-
miento entre nosotros cambiará.

¿CÓMO CONSIGUE UN TERAPEUTA GESTÁLTICO


QUE UNA PERSONA SE SANE?

Sólo lo podemos conseguir si la persona quiere, si no quiere no


podemos hacer nada. Si la persona quiere, le enseñamos con el
darse cuenta a que tome conciencia de lo que no funciona bien en
su vida, le enseñamos a que viva en el presente, que esté presente
en su vida y que la saboree y la disfrute, y que aprenda a responder
por lo que hace o no hace.
Una persona adulta que se hace cargo de sí misma, de su bien-
estar, se transforma en un manantial de abundancia, y cuando eres
un manantial de abundancia todo el mundo quiere beber de ti, del
manantial que eres.
La vida es un pulsar, es una pulsación: ”contracción, expan-
sión”, esto es la salud. Cada uno de nuestros órganos participa de
esta pulsación, es un fluir, y cuando este fluir se para nos enferma-
mos. Si nos fijamos en este pulsar existe también la polaridad:”
contracción y expansión” son dos fenómenos polares. Todo en esta
vida es polar, donde no existe la polaridad es en el ORIGEN, en el
VACIO FERTIL; de ahí es de donde sale todo lo que existe, y donde
supuestamente volvemos.
Todos los seres humanos estamos enfermos de amor, todos los
seres humanos necesitábamos sentirnos queridos de una forma
que no hemos sentido y por eso todos estamos buscando ese amor
que nos falta. Pero ese amor que nos falta está en nosotros, no
está en ningún otro lado; pero nosotros no lo sabemos y seguimos
buscando donde no está, en lugar de buscarlo donde está que es
dentro de nosotros mismos. Primero lo buscamos como ya he men-
cionado anteriormente en nuestros padres, en nuestros hermanos,
en nuestros amigos, en nuestra pareja, en nuestros hijos y en todas
las personas importantes para nosotros que encontramos en nues-
tro camino, en nuestros médicos, en los hospitales, etc.
La única persona que sabe exactamente lo que necesita soy yo
misma, cada uno de nosotros sabe exactamente que le satisface,
lo que le nutre, lo que le tranquiliza y lo que no. Pero en lugar de
darnos exactamente lo que necesitamos, vamos buscándolo fuera
de nosotros, y a veces, nos comportamos como bebés y le exigi-
mos a los demás que nos den lo que quizás ellos no pueden dar-
nos; porque ellos están como nosotros. Muchas veces, por no decir
la mayoría de las veces, no somos conscientes de nuestra hambre
y mientras no seamos conscientes, somos como agujeros sin fondo
que todo lo que entra dentro de ellos desaparece; que todo el amor
que nos dan los demás, cae en un saco sin fondo.
Hasta que no tengamos conciencia de nuestra hambre de amor,
no podremos poner fondo al agujero que tenemos; para que lo que
nos den se quede dentro de nosotros y nos podamos nutrir de lo
que nos dan. Todos nosotros somos seres sociales, por tanto, ne-
cesitamos de los demás, y para sentirnos satisfechos con lo que
los demás nos dan, tenemos que ser conscientes de nuestra ham-
bre de amor y de que esta hambre sólo la podemos saciar con nos-
otros mismos, y que cuando hagamos esto, todo lo que nos den
los demás lo tomaremos como un regalo y lo agradeceremos.
Sólo nos sentiremos satisfechos cuando nos cojamos a nosotros
mismos con nuestras manos y nos demos lo que necesitamos. Una
vez que hagamos esto, vamos a poder apreciar lo que nos dan los
demás y vamos a poder agradecerlo; porque nadie tiene la obliga-
ción de darnos nada; por tanto, lo que nos den será un regalo y
nosotros podremos agradecerlo cuando seamos conscientes de
que ellos no tienen ninguna obligación.

LA PRESENCIA DEL TERAPEUTA


En Gestalt, es muy importante la PRESENCIA, ¿qué es la pre-
sencia? como ya he explicado anteriormente, la presencia es la
capacidad que tiene una persona de estar al 100% disponible,
consigo misma y con los demás, para darse cuenta de lo que va
sucediendo momento a momento, tanto en su nivel interno, de
lo que va sucediendo de su piel para adentro, sensaciones, emo-
ciones, presentimientos, molestias, picores, dolores, pensamien-
tos, remordimientos, etc; como a nivel externo con todo lo que
va sucediendo a su alrededor.
Esta presencia metafóricamente es como un útero que contiene
todo lo que se da en un momento determinado. Por ejemplo, yo
estoy aquí escribiendo y mi presencia con lo que hago es total, en-
tonces yo aquí y ahora soy como un útero que me contiene a mí y
contiene todo lo que hago, y cuando estoy presente en una confe-
rencia, miro a la gente y veo si están interesadas en lo que estoy
diciendo, o si están aburridos, o dormidos, o cansados, o boste-
zando, o con los ojos cerrados, etc.
Cuando un terapeuta está presente con un paciente o cliente es
como una llamada a que la otra persona también esté presente,
con lo que le sucede, y a que confíe en el proceso que se está
dando, y así poco a poco, se van desenmarañando las dificultades
y problemas que aquejan a la persona y en su lugar aparece una
paz interior, en la que ella puede descansar.
Cuando un ser humano se siente visto y siente que el terapeuta
está presente para él, es como si esto le permitiera dejarse ser y
estar totalmente. Y al sentirse visto, se siente completo, se siente
a gusto, se siente cuidado, se siente tenido en cuenta, se siente
amado tal como es. Esto puede ser algo muy sutil, pero que el or-
ganismo de la persona lo capta.
En las sesiones de terapia, la persona que se siente totalmente
escuchada, vista y tenida en cuenta, se relaja, y lo que quiere fluir,
fluye, y lo que necesita ser visto y trabajado, se ve y se trabaja, y
entonces ella descansa y se siente en paz.
A través del amor, del respeto y de la confianza que el terapeuta
pone en las potencialidades de la persona, esta empieza a amarse,
a respetarse y a confiar en sí misma, y así empieza a construir una
vida nueva llena de afecto, de atención y de seguridad.
Los seres humanos estamos buscando siempre esa paz de la
que venimos y la cual anhelamos continua y profundamente, y
cuando lo conseguimos, descansamos. Esa paz es también un
útero, que nos contiene y cuida.
En todo este proceso de crecimiento que hace la persona du-
rante su andadura terapéutica, ella va ganando en conciencia, en
presencia y en responsabilidad, y su vida se va haciendo día a día
más fácil, más bonita y llena de satisfacción y paz, y cuando vienen
las dificultades, ella tiene consistencia, estructura, más fuerza y en-
tereza para afrontarlas y para entregarse a ellas.
Cuando el terapeuta está presente con el paciente, y lo escucha,
y este se siente escuchado, ahí se establece un vínculo de cone-
xión entre ambas, y por este vínculo puede drenarse la enferme-
dad, porque el vínculo le permite al paciente soltar sin miedo lo
que no le sirve y explorar comportamientos nuevos que le den
salud. El vínculo es como un cordón umbilical que lo nutre y le da
fuerza para acometer su vida, es como la guía de un incipiente
árbol que le da consistencia. El terapeuta sabe lo que le pasa a la
persona, porque él ya ha pasado por ahí y por eso, puede acompa-
ñarla a que tome conciencia de lo que le ayuda y de lo que le difi-
culta en su vida diaria. El profesional ayuda al cliente a poner orden
y limpieza en su vida. El clínico o sanitario le enseña al paciente,
como ya he comentado anteriormente, desde los tres amores, el
amor incondicional de la madre, el amor condicional del padre y
el amor del niño que es el principio del placer y lo hace desde su
hacer, en la relación con él. Por ejemplo, en un momento de en-
fermedad física, ansiedad, ataque de pánico, etc, el terapeuta
calma, (amor incondicional), y también pone límite a los pensa-
mientos locos de la persona (amor condicional) y al mismo tiempo
trata de hacerlo con humor, de forma que tanto él como paciente
disfruten en el proceso (amor del niño, principio del placer).
Si mi presencia es completa, sostiene todo lo que se está dando
aquí y ahora, y cuando una persona siente que el terapeuta está
con ella, y está disponible para ella al 100%, la siente metafórica-
mente como alguien que está ante ella con los brazos abiertos para
acogerla y que la contiene como un útero, y este sentir es como
un bálsamo que sana las heridas del ser.
El hecho de expresar una dificultad, al clínico o sanitario que
está disponible para ti, hace que esa dificultad aminore, se re-
duzca, es cómo si tú llevas un peso solo, y al compartirlo, la otra
persona te ayudara a sostenerlo, y así tú te liberas de la mitad de
la carga, hasta que al trabajarlo completamente, sueltas toda la
carga y te liberas por completo. Por el principio de los vasos comu-
nicantes, el cliente se contagia de la presencia del terapeuta y de
su acogida y se siente liberado de su dolor; porque los humanos
nos contagiamos unos de otros, esta es nuestra humanidad, la ca-
pacidad de contagiarnos, de imitar. Y esta capacidad nos hace evo-
lucionar y aprender más rápidamente cada vez.
Al final del camino, nos damos cuenta de que siempre hemos
estado contenidos en el útero del universo, aunque no éramos
consciente de ello y que dentro de este útero seguiremos haciendo
transformaciones.

LA TERAPIA DEL TERAPEUTA


La terapia del terapeuta es la supervisión y, para mí, la supervi-
sión más efectiva es la grupal, porque el grupo es como un espejo,
donde nos vemos reflejados, y cada persona que compone el grupo
es una riqueza más que se añade a la experiencia. Cada trabajo
supervisado enriquece a todos y si hay más personas, hay más tra-
bajos para supervisar y para que se enriquezcan cada uno de los
miembros del grupo.
Normalmente en la supervisión aparecen aspectos del terapeuta
que no están suficientemente desarrollados o nada desarrollados.
Cuando un terapeuta tiene que crecer en un determinado aspecto
de su vida, le vienen a consulta pacientes que le traen una y otra
vez el mismo tema. Por ejemplo, si un terapeuta tiene dificultades
con poner límites, le van a venir a sesión pacientes que siempre le
sacan temas nuevos en el último minuto, para que él aprenda a de-
cirle al cliente: ”estamos en la hora, ese tema lo trataremos en la
próxima sesión”. O si el terapeuta tiene problemas en pedir su mi-
nuta, le van a venir pacientes que se olvidan de pagar, y él tendrá
que aprender a decirle: “la sesión son tantos euros”.
El terapeuta va a seguir aprendiendo a lo largo de su vida, esto
lo debe de tener muy claro una persona que se dedica a esta pro-
fesión, siempre tienes que estar reciclándote y creando cosas nue-
vas para solucionar las dificultades que se te presentan en el día a
día. Y lo que me sorprende, y por otro lado me gusta, aunque no
lo digo, es que las dificultades y problemas que me aparecen siem-
pre en el día a día son diferentes, siempre tengo que estar bus-
cando soluciones nuevas.
Yo recomiendo a los terapeutas que se formen en el Enea-
grama, ya que es una herramienta muy útil para facilitar el trabajo
con los clientes o pacientes. Cada rasgo de personalidad tiene,
por así decirlo, caminos comunes por los que discurre su vida y
sus dificultades en ella, así que, cuando un terapeuta conoce esta
herramienta tiene parte del camino terapéutico hecho.
Lo que se aprende forma parte del arsenal terapéutico del pro-
fesional, lo enriquece y lo hace madurar como persona y profesio-
nal. Cuando yo aprendo una habilidad y la tengo totalmente
asimilada, ya forma parte de mi ser, y al formar parte de mí puedo
transmitirla fácilmente a las personas que la quieran aprender, y si
hay una persona que tiene dificultades en asimilarla, yo, que ya la
tengo integrada, puedo buscar otras formas de transmitirla para
que la otra persona la asimile. Cuando tengo algo claro, esta clari-
dad la puedo transmitir, porque forma parte de m, y al formar parte
de mí puedo buscar maneras diferentes de explicarla, o diseñar ex-
perimentos para vivenciarla o experimentarla. Todo el proceso que
yo he tenido que atravesar para aprender algo, la persona a la que
yo le transmita eso, ya no lo tiene que recorrer con todas sus difi-
cultades y sus entresijos; porque lo aprendido me transforma y me
enriquece y esa transformación y aprendizaje, ya lo puedo trans-
mitir yo condensado, depurado; lo cual hace más fácil el aprendi-
zaje para las generaciones futuras.
Cada cosa aprendida me transforma y al mismo tiempo amplía
mi área potencial de aprendizaje. Así vamos evolucionando y
cambiando en un baile de formas infinitas. Para mí, la profesión
de terapeuta me encanta, porque disfruto descubriendo cosas
nuevas cada día. Es una profesión en la que no cabe el aburri-
miento, porque todo lo que sucede cada día es nuevo. Y desde
mi sentir es un verdadero goce ver el proceso de transformación
de las personas. Ver como llegan desvitalizadas y envejecidas, y
se van rebosantes de energía y rejuvenecidas. Aquí se cumple lo
que decía Perls: que la gestalt transforma personas de cartón pie-
dra en personas de verdad.

EL CONTAGIO AMBIENTAL
Como ya he mencionado anteriormente, el principio de la fí-
sica de los vasos comunicantes está muy presente en el trabajo
terapéutico. Si una persona está en contacto con cosas buenas,
bonitas y sanadoras, estas cosas van a formar parte de ella. Cada
cosa que existe en el mundo vibra con una determinada frecuen-
cia y estas frecuencias envuelven a las personas que están cerca
de ellas o trabajando con ellas. Si queremos estar sanos, llenos
de energía, espléndidos y en la plenitud de la persona que somos,
debemos cuidar nuestro entorno y las personas con las que nos
relacionamos.
Muchas veces cuando estamos en una reunión no nos damos
cuenta de lo que está aconteciendo en ella; pero luego cuando sa-
limos, tomamos conciencia de que no nos sentimos bien, que nos
sentimos cansados, o agobiados, o tensos, o con dolor de cabeza,
o sucios. Y si nos concentramos en lo que ha pasado en la reunión,
nos damos cuenta de lo que ha sucedido realmente allí, y que
mientras estábamos allí no habíamos sido conscientes.
Igualmente, a veces salgo de una reunión, y me doy cuenta de
que estoy llena de energía, de vitalidad, de ganas de vivir y hacer
cosas, de ideas creativas y al mismo tiempo me siento ligera, sin
cargas, sin preocupaciones, libre. Y me pregunto, ¿qué ha pasado?
Si me detengo suficientemente en lo que ha pasado, me doy
cuenta de ello, de qué es lo que ha pasado.
Así se sienten nuestros pacientes/clientes cuando salen de te-
rapia, se sienten aliviados, como si hubieran dejado carga, un las-
tre en la consulta. Se sienten con energía, llenos de vida, como
si se hubiesen dado un baño en el manantial de la vida y ese baño
les hubiera liberado de todo lo que no es importante para ellos,
y les hubiera puesto por delante, muy claramente, lo que sí es im-
portante para ellos y su vida. Esto les dura varios días, hasta que
de nuevo vuelven a sus pautas de comportamiento y de pensa-
mientos antiguas. Esto es así, sesión tras sesión, hasta que ellos
mismos pueden asimilar y experimentar el dejarse Ser a sí mis-
mos, el dejarse fluir en lo que es bueno para ellos y soltar lo que
no les sirve.
Debemos de estar muy atentos a lo que nos sienta bien, tam-
bién a lo que nos sienta mal, para acercarnos a lo primero y alejar-
nos de lo segundo. Esto se consigue teniendo muy preparada
nuestra herramienta primordial del darse cuenta. A veces, en el
momento no tomamos conciencia de lo que está pasando, pero si
ponemos atención en la sensación que sentimos, pronto esta sen-
sación se transformará en figura de lo que nos pasa.
En determinados momentos cuando tenemos que tomar una
decisión, a veces no lo tenemos claro; pero si nos damos el
tiempo suficiente para sentirla, nos va a venir la respuesta cla-
ramente, porque todo en esta tierra tiende al equilibrio y una
pregunta es un desequilibrio; así que si lanzamos la pregunta al
universo, la respuesta nos va a llegar de alguna manera, a veces
de una forma totalmente inesperada, como por ejemplo: “voy por
la calle caminando, y de pronto, veo un anuncio publicitario y ahí
está la respuesta que yo buscaba, o en mi caminar me cruzo con
algunas personas y de su conversación sale una palabra, o con-
junto de palabras, que me sirven para el interrogante que yo
tengo, o quedo con una amiga y en nuestra conversación aparece
un tema que me da la respuesta que yo necesitaba. La vida nos
sorprende a cada rato con sus regalitos que nos alegran el corazón
y nos hacen más fácil alguna encrucijada en la que nos había
puesto el destino.
De lo que nos rodeamos y en lo que pensamos va a atraer hacia
nosotros cosas que tengan la misma frecuencia vibratoria. Te-
niendo esta plena conciencia actuaremos en consecuencia.

EL PUNTO CERO DE AUTOREGULACIÓN ORGANÍSMICA


Cuando yo estoy totalmente presente, es decir, abierta a lo que
suceda y con mi conciencia puesta en lo que acontece sin ninguna
expectativa, ahí estoy en el punto cero de autorregulación organís-
mica, o en el vacío fértil, o en el origen y, por tanto, ahí estoy sana
y ahí también puedo ayudar a sanar a otros.
En la presencia yo estoy totalmente disponible y cuando estoy
totalmente disponible, estoy en el PUNTO CERO DE AUTORREGU-
LACIÓN ORGANÍSMICA, estoy en el ORIGEN, estoy en el VACIO
FÉRTIL, allí donde no hay nada; pero está la posibilidad de todo.
¿Por qué estoy ahí? Porque si no estoy en el vacío, no puedo
estar al 100% disponible para lo que vaya sucediendo momento a
momento; porque si tengo algún pensamiento, intención o deseo,
esto se convierte en un lastre que me tira o distrae y que no me
deja estar disponible al 100%.
Cuando estoy ahí, soy libre, porque no hay nada que me quite
energía, o que me retenga o que me tironee. Soy libre del pasado
y del futuro. Estoy en el puro presente. Y ahí estoy sano; porque lo
que enferma, está en el pasado o/y en el futuro; pero no en el pre-
sente.
Puedo tener una enfermedad en el presente; pero yo no me
apego a ella, ni la rechazo; sino que voy viendo día a día lo que
aprendo con ella y sé que ella está presente para que yo aprenda
algo, o para que suelte algo o para que asimile algo, etc. Cuando
estoy en el vacío, es como si me desapegara de todo, y cuando me
desapego32 de todo, suelto todo, suelto incluso la enfermedad que
me aqueja. Yo soy mucho más que la enfermedad, si yo no estoy,
la enfermedad no está, no puede existir sin mí. Si me desapego de
todo, también me desapego de mi enfermedad, si soy nada, soy
nada y en la nada no existe nada. En el ORIGEN no hay nada, pero
está la posibilidad de todo y eso es lo que lo hace grande. Por el
principio de polaridades donde está una polaridad allí también está
la otra; porque en la medida que se desarrolla una se desarrolla la
otra, porque las dos salen del vacío fértil. Con esta conciencia,
cuando estés pasando por una dificultad, recuerda que en ella tam-
bién está la polaridad, búscala y la encontrarás.
Yo creo que se nos ha dado esta posibilidad de sentir lo que es
el vacío fértil o el origen; pero que para encontrarlo y sentirlo hay
que buscarlo. Y al buscarlo ya no estas libre en el aquí y ahora;
porque ya tienes un objetivo que alcanzar. Y al tener un objetivo
que alcanzar, ya no estas libre para sentir el aquí y ahora que se va
produciendo minuto a minuto. Sólo puedes encontrar el origen y
el vacío fértil en el aquí y ahora, en el presente sin expectativas. Si
tienes expectativas, ya te pierdes del aquí y ahora, y si te pierdes,
te angustias y ya no estás en el presente. Como estaba diciendo,
para sentir el VACIO FÉRTIL o el ORIGEN hay que estar buscándolo;
pero al mismo tiempo, sin tiempo, estando totalmente presente en
lo que va sucediendo instante a instante. Y con la conciencia de
que encuentre lo que encuentre, será bueno para mí. Yo pongo la
INTENCIÓN, que es algo muy sutil, y con la CONFIANZA de que lo
que venga será bueno para mí. La CONFIANZA me viene de tomar
conciencia de que hay una INTELIGENCIA SUPERIOR de la cual yo
también participo y que hace que funcione todo, tal como fun-
ciona. Yo creo que el meollo de la cuestión es que esa INTELIGEN-
CIA SUPERIOR confía en que lo que se despliega es lo que se tiene
que desplegar, confía en el proceso de transformación de todo,
confía en que lo que se da es lo que se tiene que dar en ese mo-
mento, en definitiva, CONFÍA.

EL NO APEGO
Otro concepto importante de la sanación es el de NO APEGO.
Cuando yo no tengo apego por nada y por nadie, sino que vivo la
vida tal como se presenta, pertenezco al despliegue del ORIGEN y
como tal me desarrollaré, me desenvolveré o me mostraré sa-
biendo que lo que se da, es lo que se tiene que dar y mantenién-
dome de esa manera en la ACEPTACION de todo lo que acontece.
¿Quiere esto decir que no me tengo que preocupar por nada? Pre-
ocupar no, ocupar sí. Si yo estoy abierta al fluir de la vida, la vida
se va a encargar de comunicarme, como sea, lo que se abre para
mí y lo que está disponible para mí, para que yo explore lo que me
toca explorar o experimentar en ese momento.
La FELICIDAD se conseguiría no tratando de retener nada, no
deseando nada; sino simplemente estando abierta y consciente a
lo que la vida me trae para explorar, para aprender y experimentar
en cada momento y estar abierta al proceso de transformación in-
terior que todo lo vivencial trae. Cuando fluyo con la vida me siento
una con ella, me siento cabalgar en la ola del acontecer y eso me
trae bienestar.
La terapia Gestalt es una terapia experiencial, ¿qué quiere decir
esto? Esto quiere decir, que la persona vivencia en cada momento
lo que le sucede, haciendo tal o cual experimento, y no usando so-
lamente su intelecto. Hemos venido a este mundo para ensayar
cosas diferentes, y si lo que nos trae la vida lo rechazamos, nece-
sitaremos encararnos otra vez para experimentarlo, o para ir ma-
durando poco a poco, hasta que podamos vivirlo.
La SALUD del ser humano vendrá cuando el ser humano acepte
lo que se da en cada momento de su vida, sea lo que sea lo que
se dé; ya sea salud o enfermedad. No apegándose a lo que suceda,
no rechazando lo que acontezca; sino que la actitud sería como de
curiosidad con lo que le sucede, estando muy consciente y pre-
sente en lo que le esté pasando y sin apegarse a nada. Yo no soy
nada de lo que me pasa, yo soy mucho más de lo que me sucede.
Soy energía del universo encarnada para aprender cosas. Y las
cosas que aprendo, me pueden entusiasmar, resultar latosas, do-
lorosas o desconcertantes; pero lo importante es que yo no las re-
chace, ni me apegue a ellas, simplemente que las vivencie mientras
están y que las deje ir cuando se quieran marchar. Así iré cre-
ciendo, madurando y ensayando lo que me corresponda vivenciar,
e iré madurando en el camino que me toque gestar, hasta comple-
tar lo que me toque concluir en esta vida.
La conciencia es la luz que me ilumina a mí y que ilumina todo
lo que me rodea y que da sentido a todo lo que acontece. Cuando
nos entregamos a lo que sucede a veces sentimos que fluimos con
lo que se da, y esto nos trae un gran bienestar, el bienestar de estar
en consonancia con lo que transcurre y la sensación de fundirte
con lo que discurre y esto te proporciona una sensación placentera
en todo el cuerpo, que es como una sensación orgásmica de fusión
con todo lo que existe.
El acontecer sería: ”me abro a lo que me trae la vida, lo recibo
con los brazos abiertos, lo vivencio, lo disfruto o lo sufro y lo dejo
ir cuando tiene que irse, para volver a disponerme a abrir los bra-
zos a lo nuevo que me trae la vida. Y así sucesivamente hasta la
eternidad”. La sensación que te queda después de vivenciar esto
es de ligereza, libertad, transparencia y de unión con todo lo que
se da.
Aprendamos a recibir lo que nos trae la vida y a dejar ir lo que
se quiere ir. En un ritmo incesante, como el ritmo del día o la noche
o el ritmo de las estaciones. Siempre tenemos a nuestra maestra
la Madre Naturaleza a nuestro lado para enseñarnos.

EL FUTURO
Si todos somos conscientes que somos energía del universo que
se ha encarnado. Y la energía del universo es la que lo genera todo.
Nosotros también comulgamos de esa capacidad de la energía del
universo de generarlo todo. De esta forma, podemos generar todo
lo que queramos, y sentirnos libres para liberarnos de todo lo que
dificulta nuestra vida en la TIERRA.
Por las Constelaciones Familiares sabemos, que cuando hay
una dificultad, hay que buscar en el sistema familiar que es lo que
está en desorden y ordenarlo; es decir, en las Constelaciones Fa-
miliares lo que se hace es ordenar lo no ordenado, o colocar las
responsabilidades en quién corresponden y así liberarse de ata-
duras. Si son las ataduras las que nos impiden vivir plenamente,
quitémonos todas las ataduras de educación, sociales, religiosas,
de todo tipo y fluyamos con la vida para aprender lo que tenga-
mos que aprender.
Imaginemos una estantería llena de todas las posibilidades de
ser con plenitud y nosotros vamos a coger de esa estantería, en
cada momento lo que necesitemos. Si yo necesito “belleza”, cojo
el chip de “belleza” de la estantería y me lo coloco, si necesito el
chip de “soltura” voy a la estantería y cojo el chip de “soltura” y así
sucesivamente. Si nosotros educamos a las generaciones futuras
con estas ideas, las generaciones futuras van a ser mucho más li-
bres y sanas que nosotros.
Quizás las Regresiones sirvan para eso, para saber en qué mo-
mento yo hice algo indebido, y ese algo lo dejo allí, y me reencuen-
tro a nivel de alma con quien le hice el daño y ahí nos
reconocemos plenamente, y comprendemos que cada uno, con
esta acción, tuvo que aprender algo determinado y nos quedamos
en paz.
En realidad, el ser humano tiene mucho miedo a la muerte;
pero si se da cuenta de que la muerte no es más que volver a casa,
volver a la energía del universo, para empezar otra vez otro juego,
o para quedarse en casa si ya ha completado el ciclo de lo que
tenía que aprender, el miedo va a desaparecer. Por ejemplo, yo
siento en estos momentos una sensación difusa de miedo, y si
hago una regresión y me voy al momento en que esta sensación
difusa de miedo apareció por primera vez, y la imagen que me
aparece es una nube negra que lo cubre todo, podría ser un
eclipse, o podría ser una plaga de langostas en el desierto, o po-
dría ser un meteorito que ha impactado contra la tierra y se cubre
todo por una nube de polvo que no deja ver al sol y yo muero ahí.
El pensamiento que yo tengo en el momento de mi muerte es que
estoy tan tranquila, y de pronto pasa algo y todo se termina, me
muero. Schäfer [82] dice que son muy importantes los pensamien-
tos que tenemos en el momento de nuestra muerte, porque pa-
rece ser que esos pensamientos vienen con nosotros en la
siguiente encarnación, y si son un lastre, pues volvemos con un
lastre, y si son una bendición, pues volvemos con una bendición.
A esta información que está en mi ser, yo le puedo añadir una
nueva información que es: ”sí, te vas a morir, pero no pasa nada,
luego vas a nacer otra vez, y con otras posibilidades de aprendi-
zaje y de experimentación, no tienes que temer nada, porque nada
se termina, todo continúa eternamente hasta que se completan
los ciclos de aprendizaje y ya no se necesita reencarnarse más y
se queda uno en el nirvana, como dicen los orientales”. Schäfer
dice que nos reencarnamos una y otra vez, para solucionar cosas
que no hemos podido resolver en vidas anteriores, y repetimos y
repetimos y repetimos, hasta que podemos solucionarlo. Y unas
veces lo hacemos como hombre y otras como mujer.
Si nos conectamos con nuestro ORIGEN, en el origen nada está
encarnado, y por tanto ahí no hay ningún problema que solucionar,
ahí estoy en paz. Si me conecto con el origen me restauro; porque
ahí no existe nada, está la posibilidad de todo; pero no existe nada.
Las enfermedades, yo creo que son falta de conciencia, son con-
flictos emocionales no resueltos, cuando tengamos toda la infor-
mación disponible, no va a haber enfermedades.
GRUPAL Y PROCESO FORMATIVO 02

Proceso Terapeutico Grupal


EN LA TERAPIA GESTALT TAMBIÉN TRABAJAMOS con grupos, y el tra-
bajo en grupos es muy enriquecedor, porque el grupo es como una
caja de resonancia, donde el trabajo de una persona resuena en
las demás, y sana a las demás también.
Nosotros, en nuestra escuela Jera, tenemos o hemos tenido gru-
pos de temas muy diferentes para abarcar la totalidad de las face-
tas de una persona, dependiendo del momento hay una demanda
más de unos o de otros. Tenemos grupos terapéuticos para niños,
para adolescentes, para parejas, para trabajar lo femenino, grupos
de hombres, grupos para personas maduras, grupos de iniciación
a la terapia Gestalt, grupos para trabajar sueños, grupos para tra-
bajar cuentos, grupos de Mindfulness33, grupos para trabajar la ple-
nitud de la persona, grupos de trabajo corporal al estilo de Graciela
Figueroa, grupos de Autoapoyo, grupos de Movimiento Auténtico,
grupos para trabajar la familia, grupos de seguimiento del Enea-
grama, grupos para mujeres en época menopáusicas, grupos de
meditación, grupos de Constelaciones Familiares,etc.
Aquí, en estos grupos, lo fundamental es trabajar con el emer-
gente grupal, es decir, con las necesidades que traen las personas,
sin importar si hay un temario en el curso. Antes que el temario
están las necesidades de las personas y después el temario.
Cuando se produjo la crisis de 2008, creamos un grupo para
personas desempleadas, las personas pagaban una cantidad sim-
bólica por cuatro horas de trabajo terapéutico dos veces al mes.
El objetivo era que estas personas se llenaran de fuerza para poder
enfrentar la situación que estaban viviendo y se apoyaran mutua-
mente y juntaran sus recursos para darle la vuelta a la situación y
salir victoriosos del momento que estaban viviendo. Fue muy gra-
tificante ver como nacían proyectos de trabajo de allí, una persona
consiguió publicar su libro que llevaba tiempo queriéndolo hacer,
otra abrió una librería dónde vendía libros gestálticos, otras encon-
traron trabajos en distintas empresas, etc. Todavía sigue funcio-
nando este grupo y ahora también se ha abierto para personas que
quieren mejorar su empleo. De este trabajo ha surgido la tesina de
Lucía Romero Luna, que se titula, La construcción de proyectos
laborales: una propuesta de intervención grupal desde la Tera-
pia Gestalt, que se iba a leer en las Jornadas de la AETG34 en Ga-
licia en 2020, pero que debido a la pandemia se suspendieron.
En estos grupos usamos todas las técnicas gestálticas para po-
sibilitar el desarrollo pleno de la persona, y a estas técnicas cada
terapeuta le da su toque personal y su grado de maduración y en-
trega, que hacen que se transforme este trabajo en algo muy enri-
quecedor para la persona, que de esta manera puede catapultarse
por encima de sus dificultades y ganar en conocimiento profundo
sobre sí misma y sobre los demás.
En los grupos se produce un crecimiento muy grande de cada
uno de sus componentes y al mismo tiempo se establecen relacio-
nes de apoyo y de amistad que perduran en el tiempo, porque
siempre trabajamos con la verdad, la justicia, el amor, la autentici-
dad de cada uno de los participantes, y la verdad de cada uno toca
la verdad de los demás y se produce un contagio de salud, que es
muy enriquecedor para cada uno.
La entrega que cada participante hace en el trabajo se convierte
en un detonante para la entrega de los demás a su propio trabajo
de crecimiento, y se crea un clima de mucha confianza y apoyo
mutuo que enriquece por igual a todos los componentes del grupo.
Los grupos a veces se mantienen en el tiempo hasta que sus par-
ticipantes, poco a poco, van queriendo despedirse de él. El obje-
tivo es que el participante coja la suficiente nutrición para luego
poder salir al mundo cargado de fuerza.

Proceso formativo
El proceso formativo en Terapia Gestalt es un proceso muy potente
de transformación personal, en el que el participante va tomando
conciencia poco a poco de su manera de funcionar en el mundo y
de su forma de relacionarse con los demás y a través de la toma
de conciencia, la persona va viendo como es ella en su vida y en
sus contactos.
Esta formación en terapia Gestalt es un proceso de crecimiento
muy intenso, porque a lo largo de ella se van trabajando todas las
facetas del desarrollo humano de la persona, y al final de la forma-
ción, la persona sale transformada en una persona más consciente
de sí misma y de las demás personas del grupo, y por extensión,
de la sociedad. Yo considero que la formación en terapia Gestalt,
la deberían hacer todas las personas, pero fundamentalmente
aquellas profesiones que trabajan con personas, como médicos,
por supuesto psicólogos, maestros, enfermeros, trabajadores so-
ciales, animadores socioculturales, etc.
En esta formación la persona va tomando conciencia de sí
misma, de sus facetas no desarrolladas adecuadamente, de su psi-
quismo y va adquiriendo destrezas sanas para llevar una vida plena
a nivel personal, social, profesional, etc. Va adquiriendo instru-
mentos y técnicas que le van a posibilitar la capacidad de acompa-
ñarse a sí mismo en la vida y de acompañar a los demás en su
crecimiento. La finalidad de la formación es conseguir que las per-
sonas se sientan plenas en su vida de cada día, y desde ahí, poder
acompañar a otros. Los grupos de formación generalmente cuen-
tan como máximo con veinte alumnos, al considerar que esta cifra
es la más adecuada para la atención plena y seguimiento de cada
integrante del grupo. De todas formas, cada centro instituto o es-
cuela de formación tiene sus propios criterios.
Esta formación faculta al interesado a la utilización de esta me-
todología en su ámbito personal o laboral, en este último caso, res-
petando las disposiciones legales vigentes que regulen su ejercicio
profesional. Al finalizar la formación el alumno podrá solicitar el tí-
tulo de “Formación en Terapia Gestalt: teoría y metodología” emi-
tido por la escuela formadora y firmado y sellado por el presidente
de la Asociación Española de Terapia Gestalt del momento.
Además, consideramos importante que el alumno comprenda
que el profesional gestáltico se construye a sí mismo con la prác-
tica, la supervisión, la formación continuada, el código ético, valo-
res y, sobre todo, con el compromiso con su profesión.
La formación gestáltica va dirigida a cualquier persona interesada
en la adquisición de la actitud, técnicas y teoría Gestálticas para su
vida personal y/o profesional (Psicólogos, Educadores, Trabajadores
Sociales, Sanitarios y profesionales de ayuda en general).
Lo más idóneo para acceder a la formación es realizar una en-
trevista personal, en la que la persona contará cuál es su motivación
para realizar la formación, y contará su trayectoria personal desde
su nacimiento hasta la actualidad, y su trayectoria profesional.
Los criterios de la AETG son, que en cada curso, el alumno de-
berá realizar trabajos por escrito sobre la temática del taller y su
experiencia personal, así como sobre los libros que correspondan
a cada curso, para de esta manera afianzar lo aprendido durante
los talleres.
Se aconseja a los alumnos que realicen terapia individual du-
rante la formación.
Los temas que yo considero muy importantes para trabajar du-
rante la formación, como herramientas para conseguir que la per-
sona se dé cuenta de los juegos que utiliza en su vida y de los
puntos ciegos que tiene y que le están poniendo freno a su des-
arrollo sano como persona, son:

LA DINÁMICA GRUPAL

Cuando hablamos de dinámica grupal nos referimos a las interac-


ciones que se dan entre los miembros del grupo y que provocan
en ellos una serie de comportamientos, sentimientos, pensamien-
tos y sensaciones, etc, qué al ser verbalizadas en el grupo, van a
generar entre sus diferentes componentes diferentes reacciones.
Estas reacciones actualizan la forma de funcionar en el mundo que
tiene cada integrante del grupo, y todo esto abiertamente expre-
sado en un clima de confianza y de confidencialidad grupal. Este
es el caldo de cultivo del trabajo.
Aquí se recomienda trabajar con los preceptos básicos de la te-
rapia Gestalt: la presencia, la consciencia y la responsabilidad y se
van proponiendo una serie de ejercicios y actividades para que
pueda aflorar todo el material inconsciente que pone en juego cada
persona en sus interacciones con los demás.
Cuando una persona actúa en su vida diaria, en cada gesto, pa-
labra, expresión, movimiento, etc, está actualizando la persona que
es en ese momento, con todo el arsenal que trae de condiciona-
mientos, formas de comportamiento aprendidas inconsciente-
mente, mecanismos neuróticos y con todas las preocupaciones e
inquietudes que existen en su presente.
Cuando se produce una tensión entre dos o más personas, la
invitación es a que expresen que es lo que ha pasado entre ellas,
con total apertura y sinceridad, y ahí vamos a ir descubriendo
muchas formas de actuación inconscientes y muchos mecanismos
neuróticos, que están actuando en el trasfondo de sus relaciones.
En estas interacciones el terapeuta utiliza el APOYO y la CON-
FRONTACIÓN, apoya las conductas genuinas, verdaderas de las per-
sonas y confronta lo neurótico. Aquí ponemos mucho hincapié en
apoyar; ya que lo neurótico va a ir cayendo poco a poco. Esto lo
aprendí muy bien en los veinte años que trabajé en educación con
los niños. Cuando algo les salía mal yo le decía: ”tú sabes hacerlo
mucho mejor, hazlo”. Y así, ellos se atrevían a hacerlo apoyados,
en la total confianza que yo tenía, en que ellos podían hacerlo
mucho mejor. El poner el énfasis en lo valioso de cada persona,
hace que lo disruptivo se caiga solo. Los niños se nutren, se ali-
mentan de la imagen que los adultos proyectan en ellos, y no sólo
los niños, sino que también los adultos nos nutrimos de la imagen
que los demás tienen de nosotros.
Ya de adultos tenemos que discriminar lo que nos nutre, de lo
que nos envenena; para no contaminarnos con lo que los demás
proyectan en nosotros y que no es nuestro, y sí adueñarnos de lo
que sentimos que los demás proyectan y puede ser beneficioso
para nosotros, porque abre puertas que hasta ese momento no ha-
bíamos contemplado.
Aquí el grupo actúa como espejo para cada una de las personas.
Cada una de las personas se ve reflejada en el comportamiento de
las otras, y esto da mucha luz y es muy sanador en el proceso de
crecimiento individual y grupal.
El grupo es una metáfora de la familia. Si en el grupo hay dos
terapeutas de distinto sexo, en el masculino el grupo va a proyectar
al padre y en el femenino a la madre. Si son del mismo sexo, en
uno van a proyectar a la madre y en el otro al padre. Si sólo hay un
terapeuta funciona como madre y padre y también el propio grupo
funciona como madre, como ese útero materno que me contiene,
dónde yo puedo desarrollarme como ser humano y estoy protegida
de que nada malo me pase. Los miembros del grupo representan
a los hermanos de la vida de familia, y ahí se juegan todas las emo-
ciones y las pasiones que hay entre los hermanos, las filias y las fo-
bias, las envidias, los celos, la competitividad, el compañerismo,
el amor, el apoyo, la confrontación, etc.
El terapeuta tiene que desempeñar el rol de padre y madre sa-
nadora, que de alguna manera restaura el daño infringido en el des-
arrollo de la persona.
Aquí trabajamos con la VERDAD, con el APOYO y la CONFRON-
TACIÓN, con el CUIDADO y el RESPETO a las posibilidades de com-
prensión y asimilación de la persona en ese momento.
En la dinámica de inicio, es interesante, al tiempo que se pro-
ponen ejercicios y actividades, ir aclarando conceptos gestálticos
e ir familiarizando a las personas con el lenguaje gestáltico y en
las dinámicas de inicio y cierre entre cursos, ir resolviendo entuer-
tos, malentendidos, asuntos inconclusos entre los miembros del
grupo, o con los terapeutas si es que los hubiere, e ir introduciendo
a las personas nuevas, si es que las hubiere. En la dinámica de cie-
rre final es conveniente tratar de que las personas se vayan lo más
limpias posibles de los malentendidos y conflictos que hay entre
ellas, para que vayan al mundo con toda su energía disponible para
la vida, y no con asuntos inconclusos que le van a robar energía
en su vida cotidiana.
Al principio de un grupo siempre hay mucho miedo, no sólo
entre los participantes, sino también con el terapeuta; pero a me-
dida que se van trabajando estos miedos van disolviéndose, y va
apareciendo poco a poco la confianza entre sus miembros y con el
terapeuta.

EL ENTRENAMIENTO A LA ESCUCHA

La escucha es muy importante en el trabajo gestáltico, porque si


no me siento escuchada, no siento que existo. Hay dos tipos de
escucha:
—La escucha interna que tiene que ver con todo lo que me pasa
de mi piel para adentro. Todo lo que siento, todas las sensaciones
y todos los sentimientos y de lo cual yo soy el único testigo.
—La escucha externa que es lo que sucede de mi piel hacia fuera,
todo lo que tiene que ver con mis cinco sentidos; es decir, todo lo
que veo, oigo, huelo, paladeo y toco. La escucha externa es:
-Del contenido verbal.
-De lo no verbal.
Todo lo que escucho tiene que ver conmigo y todo lo que no es-
cucho también tiene que ver conmigo. Cuando se realiza este tra-
bajo se van a ir desvelando los motivos por los cuales yo tergiverso
lo escuchado o directamente no lo oigo. Vamos a ir descubriendo
los distintos bloqueos que hay en cada persona y que hacen que
no tenga una escucha fidedigna.
Mi escucha interna está directamente ligada con el grado de co-
nexión que yo tengo conmigo misma, y la conexión conmigo
misma puede estar bloqueada porque en algún momento ha su-
puesto un peligro para mi aceptación en el grupo y mi socializa-
ción, y desde ahí me he desconectado de mí misma y me ha
alienado de mí.
Mi escucha externa puede estar bloqueada, porque lo que me
llega de fuera me puede poner en conflicto conmigo misma, con
mis ideales y con mi seguridad y desde ahí, directamente, no oigo
o tergiverso lo escuchado.
El terapeuta tiene que estar muy atento a los gestos y el tono
de voz con el que habla el paciente; ya que los gestos, en algún
caso, pueden estar desmintiendo lo que dicen las palabras. Puedo
estar diciendo que algo me gusta mucho y negándolo al mismo
tiempo con la cabeza. Al mismo tiempo la voz me comunica el tono
emocional del paciente, puede estar diciendo que algo le gusta
mucho, con un tono desvitalizado. Con la palabra se puede mentir
mucho, con el cuerpo no. El cuerpo expresa más fidedignamente
lo que le pasa a la persona.
Si yo no me escucho a mí misma, no sé quién soy, y no voy a
poder desarrollar todo lo que tengo dentro de mí misma. Por ejem-
plo, cuando yo empecé a escucharme a mí misma, descubrí que
yo habitaba en una mazmorra, cuando tenía a mi disposición todo
un palacio. Yo habitaba las mazmorras del palacio, en lugar de tran-
sitar por todas sus estancias y disfrutar de ellas dependiendo del
momento. Determinadas partes de mi cuerpo estaban desvitaliza-
das porque yo no las usaba. Por ejemplo, la mayoría de la gente no
utiliza todo el potencial de registro de voz que tiene, o no utiliza
toda la capacidad de movimiento de que dispone, si no que cuando
utiliza sus brazos y sus piernas, o en general, cualquier parte de
su cuerpo, la utiliza como si no la poseyera totalmente, como si
ese cuerpo estuviera deshabitado, desposeído de energía. En esos
cuerpos se ve claramente lo que decía Perls, cuerpos acartonados,
y como la terapia Gestalt transforma personas de cartón piedra en
personas de verdad.
EL DARSE CUENTA

Es la capacidad que tiene una persona de percatarse de lo que está


sucediendo, tanto externamente, como internamente, como en su
fantasía.
—El Darse Cuenta Externo, es todo lo que tiene que ver con
nuestros cinco sentidos, todo lo que veo, oigo, toco, huelo o pala-
deo.
—El Darse Cuenta Interno, incluye todo lo que hay de nuestra
piel hacia dentro, tensiones, dolores, calambres, ardores, moles-
tias, sentimientos, intuiciones, etc.
—El Darse Cuenta de las fantasías, corresponde a toda nuestra
actividad mental de planificar, recordar, rememorar, etc.
Algunas de las cosas de las que las personas se dan cuentan
cuando vienen a terapia:
—Una persona viene a terapia y se da cuenta que ha introyec-
tado el mensaje: ”Yo no soy valiosa”. Se puede hacer con ella una
fantasía dirigida, donde ella se vea naciendo de la encarnación del
polvo de estrellas, o donde ella se quede embarazada de sí misma,
se dé a luz, se reciba a sí misma y se dé todo el cariño que siempre
ha necesitado.
—Otra persona puede tomar conciencia de que se muerde los
labios y la tarea terapéutica, puede ser que sea consciente de en
qué momentos lo hace, qué está pasando en esos momentos y
además va a ensayar hacer la polaridad. En lugar de morderse va
a acariciarse los labios.
—Otra persona puede darse cuenta que tiene problemas con
conciliar el sueño, porque siempre que se va a la cama, se lleva
temas inconclusos para rumiar allí. Entonces, esta persona puede
aprender a desconectarse de lo que le preocupa antes de irse a la
cama, por ejemplo, escribiendo en un papel los temas que le pre-
ocupan y de los que se encargará al día siguiente.
—Otra persona puede tomar conciencia de que, en las reunio-
nes familiares, casi siempre termina con dolor de cabeza, y tomar
conciencia, de que en esas reuniones siempre hay muchos estímu-
los, mucha gente queriendo hablar, muchas llamadas de atención
y así termina con dolor de cabeza, de tanta estimulación.
—Etc.
Aquí nos damos cuenta, que el simple darse cuenta, percatarse
de lo que sucede, es curativo. La técnica del darse cuenta es muy
potente. Primero hay que darse cuenta de lo que sucede y después,
hay que tomar medidas, decisiones sobre lo que sucede. Cuando
la persona no puedo tomar medidas, decisiones sobre lo que su-
cede, quizás hay algún introyecto que está impidiendo que ella
actúe en consonancia con sus necesidades genuinas y, como con-
secuencia, hay que trabajar el introyecto para que la persona pueda
seguir fluyendo con la vida.
Todos somos energía del universo que se ha encarnado para
aprender cosas, y nuestra tarea aquí, en la Tierra, es aprender.
Aprendemos en el contacto con los otros. Una de las cosas que
tenemos que aprender es pasar del APOYO EXTERNO35 al AUTOA-
POYO. Por nuestro condicionamiento al desvalimiento, que tene-
mos cuando nacemos, estamos acostumbrados a que nos cuiden,
alimenten, faciliten las cosas en general y también de pequeñitos,
aprendimos a manipular para conseguir aquellas cosas que que-
ríamos; así que estamos condicionados a actuar de esta manera.
Cuando somos adultos, por inercia, seguimos funcionando de
esa manera y si no nos frustran, continuaremos así hasta nuestra
muerte. Pero si debido a las frustraciones con el entorno, nos de-
cidimos a hacer terapia, el terapeuta nos va a poner por delante
como manipulamos y como, a veces, nos hacemos los pequeños
para no coger nuestra propia responsabilidad y hacernos adultos.
Para la persona que no esté acostumbrada a apoyarse a sí
misma, algunas frases de Autoapoyo pueden ser de gran autoa-
yuda, como por ejemplo:
—Yo me apoyo a mí misma.
—Yo me sostengo a mí misma.
—Yo cuido de mí misma.
—Yo me habito a mí misma.
—Yo me respiro a mí misma.
—Yo me alimento a mí misma.
—Yo me protejo a mí misma.
—Yo me doy lo que necesito a mí misma.
—Yo me consuelo a mí misma.
—Yo me curo a mí misma.
—Yo me restauro a mí misma.
—Yo hago el andamiaje que necesito, cuando lo necesito. (Con-
cepto de Luria36 y Vygotski37)
—Yo me paladeo a mí misma.
—Yo disfruto de mí misma.
—Yo me arropo a mí misma.
—Yo me mezo a mí misma.
—Yo me legitimo a mí misma.
—Yo me doy soporte a mí misma.
—Yo me contengo a mí misma.
—Yo me acuno a mí misma.
—Yo busco mi bienestar.
—Yo busco mi placer.
—Yo me huelo a mí misma.
—Yo me veo a mí misma.
—Yo me satisfago a mí misma.
—Yo me congratulo conmigo misma.
—Yo me fagocito a mí misma y me regurgito a mí misma.
—Yo contacto conmigo misma.
—Yo me intuyo a mí misma.
—Yo me saboreo a mí misma.
—Yo me siento a mí misma.
—Yo mojo pan en mí misma.
—Yo me hago compañía a mí misma.
—Yo gozo de mí misma.
—Yo me regenero a mí misma.
—Yo me construyo a mí misma.
—Yo me instauro dentro de mí misma.
—Yo reino dentro de mí misma.
—Yo me gobierno a mí misma.
—Yo hago asambleas conmigo misma.
—Etc.

POLARIDADES

Vivimos en el mundo de las polaridades, ahora es de día, dentro


de un rato será de noche, inspiramos-expiramos, ahora estamos
despiertos, dentro de un rato estaremos dormidos, ahora estamos
vivos, dentro de un tiempo estaremos muertos, etc.
Las polaridades surgen del punto cero de indiferencia creativa,
este es un concepto de Friedlander 38, filósofo alemán cuyas obras
fueron destruidas durante el nazismo. El punto cero es como el fiel
de la balanza. A partir de poner peso en uno de los platillos, el otro
se desvía exactamente al contrario que el primero. Si uno baja, en
la misma medida, el otro sube.
El mejor libro que yo he leído acerca de la polaridad es: La en-
fermedad como camino [93]. Cuando en Gestalt trabajamos la po-
laridad, lo que hacemos es investigar todas aquellas partes de la
persona que el cliente rechaza, y con el trabajo, poco a poco, la
persona va abriéndose a aceptar todas esas partes que tenía re-
chazadas.
En la medida que la persona puede ir integrando todas las partes
que rechaza, se va haciendo una persona más completa, más
plena, más rica, más integrada, etc.
Una polaridad importante en Gestalt es la de “vacío fértil”–“vacío
estéril”.
El vacío fértil es la aceptación del vacío, cuando yo abrazo y
acepto mi vacío, este se convierte en plenitud; porque en el vacío
está todo en potencia y al aceptarlo, es cómo decir sí a la vida, y
la vida es constante fluir. En ese constante fluir se van sucediendo
los acontecimientos, y los regalos de la vida y el aprendizaje, y con
todo lo que va sucediendo me siento llena, llena de vida, de acon-
tecimientos y de experiencias.
Cuando yo considero cada cosa que me sucede como un regalo
de aprendizaje y experiencia, me abro a la vida y dejo que la vida
me llene.
El vacío estéril, es la no aceptación del vacío, cuando yo no
acepto mi vacío, es como si renegara de la vida. El vacío es una
parte de la vida y la vida es fluido constante. Cuando yo rechazo
mi vacío, paro el fluir de la vida y, por tanto, me pongo en guerra
con la vida y al ponerme en guerra, no puedo disfrutar del fluir de
la vida y me lleno de malestar interno, del malestar que es prepa-
rarse para la guerra o guerrear.
Te propongo un experimento para constatar lo que te digo. Ante
cualquier situación difícil, dura, de vacío, etc; prueba a decir in-
terna o externamente como quieras: sí, te acepto, acepto todo lo
que está pasando en este momento y me abro al aprendizaje que
me trae esta situación. Ya me contarás lo que sucede…
En Gestalt trabajamos con experimentos, para que la propia per-
sona pueda diseñar aquello que le viene bien y con lo que disfruta
y lo que le duele, molesta, etc.
Otra polaridad importante en Gestalt es Integración–Alienación.
Integración significa que yo acepto lo que está sucediendo y digo
sí a la experiencia y me abro a dejarme influir por lo que sucede y
lo acepto dentro de mí. Alienación significa que yo no acepto una
parte de mí que se está dando y por tanto, la rechazo, la escondo,
la niego. Este mundo en el que vivimos es polar y siempre hay par-
tes de la polaridad que están bien vistas socialmente, y otras que
no lo están, y como todos nosotros queremos ser aceptados y que-
ridos, siempre vamos a tener miedo de encarnar la polaridad que
está rechazada por la sociedad y por tanto, la negamos, la escon-
demos, etc.

CARÁCTER Y NEUROSIS. MECANISMO


DE EVITACIÓN, DEFENSA Y ADAPTACIÓN

La neurosis se puede contemplar desde distintos puntos de vista:


—Desde la acumulación de situaciones inconclusas. El neurótico,
va dejando Gestalt en abiertas durante su proceso de vivir, porque
puede tener miedo a cerrarlas o porque no sabe cómo cerrarlas.
—Alteración del ritmo contacto-retirada. La persona neurótica
tiene tan poco contacto consigo misma que no sabe cuándo ade-
cuado contactar y cuándo es el momento oportuno para retirarse.
—Interrupciones del ciclo de la experiencia. A veces nos encon-
tramos personas en terapia desensibilizadas. Otras con muy poca
conciencia de lo que les pasa, otras sin energía, otras paralizadas,
otras que no saben contactar y otras que se quedan pegadas a las
cosas y a las personas y no se retiran.
—Desde el punto de vista de la maduración. La persona neuró-
tica tiene una falta de maduración, no se ha hecho cargo de ella
misma y espera que los demás se hagan cargo de ella.
—Desde la responsabilidad. El neurótico no se responsabiliza
de lo que hace. Muchas veces miente o se disculpa a sí mismo con
su carácter. Dice: ”yo soy así o soy de tal o cual forma”.
—Desde el punto de vista de mayor o menor grado de concien-
cia. La persona neurótica tiene muy poca conciencia de sí misma,
porque no ha desarrollado esta capacidad de escucharse a sí
misma.
—Desde el punto de vista de la autorregulación organísmica. La
autorregulación organísmica está distorsionada, porque la persona
no tiene confianza en sí misma y en su propia intuición.
Perls [62] habla de cinco capas o pasos para desandar la neuro-
sis y recuperar una existencia rica y saludable. Atravesar cada capa
supone una disolución progresiva de la neurosis, desde sus aspec-
tos más periféricos hasta los más nucleares. Los dos primeros sus-
tratos corresponden al nivel periférico.
1) Capa de los clichés y estereotipos. Es un vaciamiento y ba-
nalización de las relaciones humanas; así como una superficializa-
ción del concepto de sí. Ej.: ¡Buenos días!, ¿Qué tal estás?
1) Capa de los roles y los juegos psicológicos. Son máscaras
que cubren la autenticidad. El antídoto de la Gestalt es hablar en
1ª persona.
3) Impasse o sustrato fóbico. Aquí el funcionamiento antiguo
ya no sirve, pero el nuevo todavía no se ha desarrollado, y esto pro-
voca malestar en la persona. La recomendación terapéutica es sos-
tener el malestar; es decir, atravesar esta etapa con la confianza
de que lo nuevo surgirá.
4) Implosión o capa de muerte. Aquí se produce un recogi-
miento interior, con la conciencia de lo Sacrificado en el proceso
de adaptación social.
5) Explosión o capa de vida. Aquí se da un contacto genuino
con lo auténtico de la persona y una explosión de emociones au-
ténticas.
Los mecanismos, los hemos explicado anteriormente, la intro-
yección, proyección, retroflexión, deflexión, confluencia y ego-
tismo.

CICLO DE SATISFACCIÓN DE LAS NECESIDADES

Es un mapa que ayuda a comprender como es el proceso sano de


interacción de una persona con el mundo que la rodea, y cómo la
persona puede estar interrumpiéndose en su proceso de vivir y cre-
ándose diferentes patologías que le impiden el fluir adecuado en
su vida. El ciclo consta de seis fases:
—SENSACIÓN. Aquí estamos en contacto con nuestro cuerpo y
sentimos todas las sensaciones que tenemos en el presente, en
este primer momento no le puedo poner nombre a la sensación,
es algo difuso.
—DARSE CUENTA. En este momento percibimos que lo que sen-
timos es por ejemplo cansancio, o hambre, o irritación, o dolor de
espalda o lo que sea. Aquí le pongo nombre a la sensación.
—ENERGETIZACIÓN. En esta fase, después de darnos cuenta de
que estamos cansados, por ejemplo, y que queremos descansar,
me lleno de energía para irme a descansar, para levantarme de
donde estoy.
—ACCIÓN. En este punto, me levanto y me pongo en movi-
miento para irme a la cama, por ejemplo.
—CONTACTO, aquí me meto en la cama y me entrego al des-
canso.
—RETIRADA, cuando ya descansé paso a otra cosa.
Las tres primeras fases del ciclo se pueden considerar como una
fase preparatoria del ciclo (sensación, conciencia y energetización),
y las tres últimas, como una fase resolutoria del ciclo (acción, con-
tacto y retirada).
Con este trabajo la persona se va a ir dando cuenta en qué fase
del ciclo está preferentemente y que es lo que le está impidiendo
hacer lo que necesita hacer para fluir con el proceso de vivir ple-
namente.
Cada una de estas fases del ciclo, tiene asociada un mecanismo
de defensa. Mecanismo que impide el fluir de la experiencia, y se
instauran de la siguiente forma:
—DESENSIBILIZACIÓN. Se instaura antes de la sensación, e im-
pide a la persona estar en contacto con ella misma.
—PROYECCIÓN. Se coloca antes de la conciencia y es conside-
rada como una resistencia de la persona a darse cuenta.
—INTROYECCIÓN. Se posiciona antes de la energetización,
como un mecanismo de defensa que impide a la persona estar en
contacto con su ser.
—RETROFLEXIÓN. Se instaura antes de la acción, y la persona
en lugar de dirigirse hacia el objetivo que quiere, se vuelve hacia
sí misma.
—DEFLEXIÓN. Se coloca antes del contacto. La persona en lugar
de ir a por lo que quiere, se desvía antes de llegar a su objetivo.
—CONFLUENCIA. Se posiciona antes de la retirada y la persona
se queda pegada en el contacto y no logra retirarse.
Cuando tomamos conciencia de qué es lo que nos está blo-
queando, tenemos mucha más libertad para elegir lo que queremos.
APLICACIONES DE LA GESTALT: PSICOSOMÁTICA

A trabajar con la psicosomática lo aprendí con Adriana Schnake


[83], médica chilena que tiene publicados varios libros, entre ellos
Diálogos del cuerpo y La voz del síntoma. El trabajo consiste en
que la persona se coloca en un cojín o una silla y en el otro se co-
loca el síntoma que tiene la persona y se establece un diálogo entre
la persona y el síntoma. Con este trabajo la persona gana mucha
conciencia del mensaje que le trae el síntoma.
La doctora Schnake, como buena médica que es, sabe que fun-
ción realiza cada órgano del cuerpo, y cómo cada parte se rela-
ciona con la totalidad del organismo. En su trabajo utiliza sus
conocimientos para informar a la persona de las funciones de cada
órgano y trabaja con el feeckback39 que le devuelve el paciente de
la información que le ha dado ella.
Toda enfermedad es causada por un conflicto emocional no re-
suelto, no digerido, es una pérdida de la autorregulación organís-
mica. En la enfermedad, la persona pierde el contacto consigo
misma, y cuando logra entender el mensaje que le trae la enferme-
dad, se desbloquea la energía y se produce un crecimiento y una
transformación de su ser, porque la persona se vuelve más grande,
más completa, al comprender la información que le traía la enfer-
medad.
En esta sociedad se contempla la enfermedad como algo que
hay que eliminar, como si uno no pudiera estar enfermo. Se trabaja
sólo para la salud y esta no se puede apreciar sin su polaridad, la
enfermedad. Yo tengo alergia y cuando estornudo todo el mundo
me da remedios. Es como si no quisiéramos escuchar al malestar
y el mensaje que trae la enfermedad o el síntoma. Toda la infor-
mación que aparece en la televisión sobre los medicamentos es
siempre para estar al 100% de rendimiento. La persona siempre
tiene que estar dando la talla de sus obligaciones y tareas, no se
le permite retirarse para estar más en contacto con ella misma.
La enfermedad te obliga a algo y te impide algo y ese algo es
lo que no estas asumiendo en tu vida. Una enfermedad no se
puede derrotar, pues si derrotas un síntoma aparece otro, y otro
y otro, por algún lugar; ya que la conciencia quiere que asimiles
el mensaje. A la enfermedad sólo se le gana por la trasmutación
de la conciencia, cuando se comprende el mensaje, se produce
una integración de la información que traía la enfermedad en la
persona y la persona se transforma.
Adriana Schnacke en su libro La voz del síntoma [83] transmite
la idea de que la enfermedad te trae el mensaje de que algo que
no estás integrando en tu conciencia, pasa al cuerpo para que pue-
das verlo y asimilarlo y así, transformarte. Toda enfermedad nos
da algo que aprender y la posibilidad de transformación.
Una vez trabajé con un hombre una irritación y rojez que tenía
en los párpados y en la piel alrededor de los ojos, y el mensaje que
le trajo el síntoma es que estaba demasiado alerta a todo, y ahí
hacía un sobreesfuerzo con los ojos y por eso estaban irritados.
Tenía que estar menos alerta, y al día siguiente desapareció el sín-
toma.
La enfermedad nos pone en contacto con nuestra vulnerabilidad
y con cómo asumimos nosotros esa vulnerabilidad. El tener que
depender de las personas que nos cuidan y no poder valernos por
nosotros mismos. El tener que ralentizar nuestro ritmo de vida y
aceptar lo que nos pasa en esos momentos. El cuerpo tiene un
ritmo diferente al ritmo acelerado y al estrés de la vida cotidiana y
a veces enfermamos por ese ritmo y estrés.
Para escuchar a nuestro cuerpo y a nuestras necesidades nece-
sitamos pararnos y estar con nosotros mismos, para sentir la suti-
leza de lo que la vida nos quiere transmitir.

GESTALT Y CONCIENCIA CORPORAL

La Conciencia Corporal es la capacidad que tienen las personas


para darse cuenta de su cuerpo y de los distintos bloqueos que tie-
nen. El trabajo consiste en que la energía que tiene la persona blo-
queada se libere de esos bloqueos, y fluya y fluya y fluya,
proporcionando a la persona un grado de bienestar y de satisfac-
ción desconocidos anteriormente.
La forma de caminar de cada persona está hablando del psi-
quismo de ella y, como las distintas formas de caminar, proporcio-
nan distintos grados de experiencia que enriquecen la vida de cada
ser humano.
El Trabajo que realiza Graciela Figueroa es muy potente para co-
nectar a la persona con el disfrute del movimiento de su cuerpo y
la conexión con las energías del universo, que nos envuelven, nos
sostienen y enriquecen.
Es bueno explorar las facetas dionisíacas de las personas, las
facetas de rigidez y las facetas apolíneas. Lo dionisíaco tiene que
ver con dejarse guiar por la inclinación natural más placentera de
la persona. Las rigideces tienen que ver con los mecanismos de
defensa de las personas ante las agresiones, y lo apolíneo tiene
que ver con esa neutralidad del punto cero de autorregulación or-
ganísmica, que es la tercera fuerza reconciliadora de las dos ante-
riores.
Es bueno tomar conciencia de cuanta rigidez hay en nuestro or-
ganismo y como de plásticos somos para dejarnos influir por el mo-
vimiento de los otros, y cuanto de permeables somos para
contagiarnos de lo que la otra persona nos ofrece.
Es interesante Investigar cuánto del movimiento que me ofrece
el otro soy capaz de reconocerlo en mí misma, y de reconocerme
en el movimiento del otro.
La conexión con la alegría y con el disfrute está presente en
todo el trabajo de Graciela y recorre todas las experiencias que se
realizan en él.
Es interesante explorar distintas polaridades para vivenciar estas
en nuestro cuerpo:
—Apertura – cierre.
—Flexibilidad – rigidez.
—Soltura – retención.
—Fluidez – estancamiento.
—Belleza – fealdad.
—Vida – muerte.
—Confluencia – aislamiento.
—Alegría – depresión.
—Ritmo – desequilibrio.
—Armonía – disarmonía.
—Placer – displacer.
—Etc.
El trabajo corporal busca que la persona se enriquezca con esta
experiencia y se atreva a experimentar en su vida con las nuevas
oportunidades que ella misma se cree.
Es bueno realizar unas lecturas corporales con cada una de las
personas que lo deseen, para ver dónde están las rigideces y las
distorsiones del esquema corporal.
Es fundamental que la persona tome conciencia de su respira-
ción y que practique con las distintas formas de inspiración y expi-
ración y las correspondientes sensaciones corporales que
conllevan.
Es crucial dar salida a los distintos bloqueos que pudieran tra-
bajarse, mediante las diferentes formas de expresión y diferentes
técnicas:
—Descarga.
—Dramatización.
—Verbalización.
—Movimiento.
—Danza.
—Vocalización de sonidos.
—Etc.
Es muy interesante que cada persona aprenda a utilizar su voz,
aprenda a desbloquearla, la desarrolle para ponerla en juego en el
aspecto relacional y tome conciencia de lo genuino y lo neurótico
en su voz.

SUEÑOS, CUENTOS Y FANTASÍAS

Los sueños son un camino para llegar al inconsciente (Freud) y son


un camino para llegar a la integración (Perls). Los sueños ayudan a
la persona a que pueda integrar partes de sí misma que tiene alie-
nadas, desposeidas y así poder completar su persona y hacerse de
ese modo más entera, más plena, más feliz. Sueños y existencia
Fritz Perls [62].
La manera de trabajar los sueños en Gestalt, consiste en narrar
el sueño y posteriormente hacerlo en presente y primer persona,
como si estuviera sucediendo en este momento. El terapeuta
puede interrumpir a la persona en el momento que considera que
lo que está diciendo es muy significativo para ella, y el terapeuta
quiere que asimile esta información que piensa que es crucial para
la persona. El terapeuta utiliza las distintas técnicas gestálticas que
sean más adecuadas para el momento, la repetición de una palabra
o frase, la dramatización de la situación, el decirle a una persona
del grupo, o a varias, o a todo el grupo una afirmación que acaba
de aparecer en el sueño, etc. Todo esto para la asimilación de algo
importante para la persona que acaba de aparecer en el sueño.
Una vez tuve un sueño muy angustioso, donde yo me veía sin
brazos y sin piernas, cuando lo trabajé, me di cuenta de cómo yo
me tenía maniatada a mí misma, fue muy esclarecedor para mí.
Los sueños son una de las partes más creativas que tiene la per-
sona. Perls decía qué si trabajáramos todos los elementos del
sueño, sería toda la terapia que tenía que hacer la persona a lo
largo de su vida. Habría que trabajar todo lo que hay, todo lo que
aparece en el sueño, por ejemplo, en un paisaje, sería la tierra, los
colores, el árbol… y es imposible, esto no se puede hacer; ya que
una vez que trabajamos una parte del sueño y la persona ha tenido
un Insight40, y siente que ha completado una Gestalt, y se siente
satisfecha, hay que parar para que la persona asimile lo trabajado.
Sería contraproducente trabajar más elementos, además, si segui-
mos con lo ya integrado, lo asimilado transforma a la persona, y
ya es una persona diferente.
Perls decía que las personas que no se acordaban de los sueños,
tenía que ver con resistencias a encarar su vida, y Ginger [31] un ge-
taltista francés, decía que los sueños son como las digestiones, que
puedes tener una buena digestión y no te das cuenta de que estás
haciendo la digestión o una mala digestión y entonces la tienes pre-
sente todo el tiempo. En realidad, las dos posturas pueden ser cier-
tas. Puede haber personas que tengan resistencias a conocerse y
no se acuerdan de sus sueños y también hay personas que están
en armonía consigo mismas y tampoco se acuerdan de sus sueños.
Algunas características de los sueños:
1) Se recuerdan más cuando se está medio dormido.
2) El significado está relacionado con las características del que
sueña.
3) Todos soñamos un promedio de 4 a 5 veces por noche. El
no recuerdo puede ser:
–Por falta de atención.
–Por ser poco perturbadores.
–Como mecanismo de defensa.
4) Predominan las impresiones visuales.
5) Soñar en colores es lo más frecuente. Soñar en blanco y
negro denota personas menos sensibles, o personas que están
abotargadas por la medicación.
6) Los sueños repetitivos indican que hay un asunto inconcluso
que necesita resolución.
7) Las pesadillas: su significado es valioso por el mensaje que
encierran. Aparecen en momentos de enfermedad, fiebre y mo-
mentos de crisis.
8) Hay sueños desde el nacimiento y ya antes del nacimiento.
9) A veces los ruidos externos se incorporan al sueño.
10) Hay personas que influyen en la producción de sus sueños.
Por ejemplo Alejandro Jodorowsky cuenta como se despierta en el
sueño y lo dirige a donde él quiere.
11) Es la parte más simbólica que produce el ser humano.
12) Si privamos a alguna persona de soñar de tres a seis días
se produce irritabilidad y perturbaciones emocionales.
13) Entre gemelos univitelinos se da el tener el mismo sueño a
la vez.
Beneficios que se pueden obtener de los sueños:
1) Nos recuerdan nuestras necesidades.
2) Nos da una nueva visión de lo que vivimos en nuestro pre-
sente.
3) Nos avisan de cuando tenemos problemas o conflictos.
4) Nos dan una visión del valor que tienen determinadas perso-
nas para nosotros.
5) Nos dan una visión más clara de nuestros verdaderos valores.
6) Nos proporcionan formas de actuación más coherentes.

Formas para trabajar los propios sueños


1) Identificarse con cada parte del sueño; ya que todo lo que
hay en el sueño soy yo.
2) Cuando no me puedo identificar con algún personaje, lo dra-
matizo y le digo al soñante lo que quiero comunicarle.
3) Expresar lo que vamos sintiendo en el sueño.
4) Trabajar los sueños nada más despertarse así se recuerdan
emociones y sentimientos.
5) Buscar pequeños comentarios no halagadores para el so-
ñante.
6) Los sueños pueden ser premonitorios.
7) Pueden reflejar pensamientos muy profundos que pueden
trascender nuestro entendimiento ordinario.
8) Los sueños grandes, o extensos y profundos, es mejor mirar-
los globalmente. El mensaje y los sentimientos que contiene.
En Gestalt también trabajamos con la persona que no tiene sue-
ños y con las personas que se despiertan antes de que el sueño fi-
nalice.
Los cuentos son técnicas proyectivas muy potentes y con su uti-
lización se consigue que las personas se reapropien de partes alie-
nadas suyas y también se hagan conscientes de riquezas suyas que
le son desconocidas hasta el momento.
Las fantasías son herramientas que nos ayudan a contactar con
partes nuestras desconocidas o con personas que ya no están pre-
sentes y con las que tenemos cosas pendientes que tenemos la ne-
cesidad de resolver.

TÉCNICAS GESTÁLTICAS

En Gestalt tenemos técnicas:


1) EXPRESIVAS. Las técnicas expresivas consisten en realzar
algo que ha dicho la persona y que el terapeuta considera, que es
muy bueno para ella, que tome conciencia de lo que ha dicho, y
para esto, le propone que repita lo que ha dicho varias veces y que
lo sienta con cada una de las células de su ser, o que lo cante, o
que lo dramatice con todo su cuerpo, o que lo diga con distintas
emociones, enfadado, rebosante de alegría, tartamudeando, con
alguna exclamación al final, o que se lo diga a algún miembro del
grupo, o a varios, o a cada uno de los miembros del grupo, etc. El
objetivo es hacer consciente lo inconsciente y reposeer con todo
su cuerpo lo descubierto, para tomar posesión de todo lo que per-
tenece a la persona.
2) SUPRESIVAS. Las técnicas supresivas son:
–DEBEÍSMO, que está relacionado con lo emocional. Esto debe-
ría ser de tal manera que no se contactase con la emoción que hay
de fondo, que puede ser frustración, dolor, alegría, desamparo, so-
ledad, etc. El debeísmo es metafóricamente como cogernos por la
oreja y obligarnos a hacer algo, en lugar de aceptar lo que se da
en cada momento, sea lo que sea. Es como un no respetarnos a
nosotros mismos y un no respetar lo que se da en el momento.
–SOBREÍSMO, que está relacionado con lo intelectual y que con-
siste en hablar “sobre” algo en lugar de vivenciar la experiencia.
Por ejemplo, si te pregunto quién eres tú, puedes empezar a hacer
descripciones de ti misma, en lugar de dejarte sentir, quien eres
realmente. En nuestra vida pocas veces estamos con la experien-
cia. Hablamos del pasado o hablamos del futuro, pero no estamos
en lo que sucede.
–MANIPULACIÓN, que son las acciones que hacemos para evitar
estar en contacto con lo que hay, que nos puede producir angustia,
miedo, etc. Por ejemplo, en un funeral la persona que se pasa todo
el tiempo en la cafetería, en lugar de estar acompañando a los do-
lientes. Las acciones no manipulativas son las que fluyen de la ex-
periencia.
Las técnicas supresivas nos alejan de poder vivir lo que es. Nos
protegen de la idea catastrófica de la nada, del silencio. Nos hacen
llenar el espacio compulsivamente o dedicarnos a planificar cosas,
en lugar de quedarnos con lo que hay, sea lo que sea.
3) INTEGRATIVAS. La técnica integrativa por antonomasia es la
silla caliente. Consiste en poner una polaridad en una silla o cojín,
y enfrente, en otra silla o cojín la otra polaridad. En general, en una
ponemos una parte y en la otra la otra parte y entre ambas se es-
tablece un diálogo, hasta que se llega a un consenso, a un enten-
dimiento entre ambas partes. Es un explorar cada una de las partes
de la polaridad, para llegar a un mayor conocimiento de ambas y
de esta manera poder llegar a un entendimiento entre ambas.
La silla caliente es la técnica estrella de la terapia Gestalt. Con
ella ponemos en contacto partes de nosotros que están en con-
flicto, nos ponemos en relación con personas que no están presen-
tes en este momento o con personas que han fallecido y con las
que tenemos cosas pendientes. También nos podemos poner en
contacto con nuestro futuro, con partes que nosotros queremos
que se desarrollen en el futuro.

LA FAMILIA

La familia es el primer núcleo al que pertenece el ser humano


cuando llega al mundo. La familia tiene una importancia fundamen-
tal en la vida de una persona, ya que todo nuestro psiquismo se va
a formar ahí. Pero la persona no es consciente de como el am-
biente, donde se desarrollan los primeros años de su vida, va a
condicionar su vida posterior. Por eso es fundamental poner con-
ciencia a como nos relacionamos con cada uno de los miembros
de nuestra familia.
Un niño cree, por ejemplo, que la forma de relación en su familia
es la misma que la que tienen las otras familias, y será más tarde,
cuando visite a sus amigos en sus casas, y vea como se relacionan
los miembros de las familias de sus amigos, cuando comprenda
que hay infinidad de formas de relación.
Si en nuestra familia hemos adquirido ideas, comportamientos
y sentimientos que van en contra de nuestra naturaleza, tendremos
que cuestionar estas ideas, comportamientos y sentimientos que
nos hacen daño y nos impiden nuestro sano desarrollo.
Cuando modelamos a nuestra familia y la colocamos en el es-
pacio, es impresionante toda la información que recibimos de esa
simple colocación en el espacio de los miembros de la familia. Para
mí fue impactante cuando yo lo hice y me di cuenta, sin que nadie
me dijera nada, de un montón de información de la cual yo no era
consciente.
Todos los elementos que aparecen en cada figura son súper im-
portantes y nos dan mucha información, que trabajada adecuada-
mente, nos va hará conscientes de muchas cosas de las que no
éramos conscientes, y que nos van a hacer madurar y nos va a tras-
formar.
Es importante pensar en los mensajes implícitos o explícitos
que hay en cada familia y cómo esos mensajes están condicio-
nando nuestra forma de ser en el mundo. Por ejemplo, en mi fa-
milia el disfrute estaba prohibido, porque mi padre era Bipolar y
le encantaba bailar, cantar e irse de fiesta con sus amigos. En-
tonces bailar, cantar e irse de fiesta, en mi familia estaba aso-
ciado con enfermedad y estaba prohibido. Yo cogí una depresión
porque lo único permitido en mi casa era trabajar, y la energía
para el trabajo se coge del disfrute, si no hay disfrute, no hay
energía para trabajar.
En otras familias no se puede hablar de problemas, sólo se
puede hablar de éxitos, entonces aquí se cercena una parte de la
vida, la parte de las dificultades, de los problemas, y del esfuerzo.
Entonces los miembros de esa familia se quedan en general aniña-
dos, porque las dificultades son las que ayudan a crear músculo y
fuerza interior para resolver los entuertos de la vida. En este tipo
de familias hay poca maduración. Todas las conversaciones se que-
dan a nivel superficial y cuando te relacionas con los miembros de
esta familia, te queda una sensación de vacío muy grande y de algo
muy anodino.
En otras familias no se permite el contacto físico y en conse-
cuencia los afectos se desarrollan poco y se produce un corte de
lo afectivo o un deficiente desarrollo de la afectividad. Cuando
estas personas van a otros contextos donde sí se permite el con-
tacto físico, se dan cuenta de su déficit y de las partes de su ser
que tienen subdesarrolladas y cuando empiezan a soltarse en esta
faceta, encuentran mucha felicidad.
En otras familias no está permitido decir lo bueno, sólo lo que
falta, no lo que hay. Entonces las personas son sometidas a una
presión constante que no les permite descansar después de los lo-
gros conseguidos, si no que tienen que estar siempre activas.

LA SEXUALIDAD

La sexualidad es una energía muy potente que nos inunda fuerte-


mente en la adolescencia, juventud y adultez, y que durante la ma-
durez va decayendo paulatinamente.
Tenemos muchos tabúes acerca de la sexualidad. Las religiones
en general han demonizado a la sexualidad, y en la religión cató-
lica, sólo se puede utilizar la sexualidad para engendrar hijos.
Es muy importante limpiar nuestro psiquismo de tantos tabúes
y prohibiciones acerca de la sexualidad, y recuperar nuestra ino-
cencia para acercarnos con curiosidad y ganas de descubrir cosas
nuevas, que nos enriquezcan y nos hagan madurar.
El primer hombre en la vida de una mujer es su padre y depen-
diendo de cómo sea la relación con él, va a ir forjándose una ima-
gen de sí misma, que es la que la va a acompañar a lo largo de
toda su vida. Si esta imagen es de persona valiosa, va a ir por la
vida sintiéndose una mujer valiosa, pero si es al contrario, tendrá
que trabajar con la imagen negativa, para transformarla.
Un padre puede seducir a su hija consciente o inconsciente-
mente, y posteriormente, la hija en su adultez, puede que no en-
cuentre a ningún hombre que esté a la altura de su padre. Esto
puede generar mucha frustración, tanto para la mujer, como para
su pareja, que nunca estará a la altura que ella espera.
Inconscientemente siempre buscamos una pareja que se parezca
a nuestro padre, o la polaridad, porque de alguna manera estamos
condicionadas a relacionarnos con esa forma de ser que tiene nues-
tro padre, o si estamos en conflicto con él buscamos la polaridad.
El ser mujer, una niña lo aprende de su madre, pero si no puede
hacerlo porque tiene conflictos con ella, buscará a otra mujer para
aprenderlo de ella y aquí puede aparecer una homosexualidad, que
puede ser transitoria o definitiva, dependiendo de lo que ella elija.
La primera mujer en la vida de un hombre es su madre y depen-
diendo de cómo sea la relación con ella, él va a ir desarrollando
una imagen de sí mismo, qué si esa imagen es de hombre valioso,
estupendo; pero si esa imagen es negativa, tendrá que ir transfor-
mándola hasta convertirse en el hombre que él quiere ser.
Para una mujer que no se ha desarrollado suficientemente, su
hijo se puede transformar en el amor de su vida, y si no existe un
padre fuerte que pueda poner límites al amor de la madre por el
hijo, el hijo puede que no se abra nunca a encontrar a una mujer
que lo pueda satisfacer, por medio a defraudar a su madre, y puede
inclinarse por relaciones homosexuales.
Un niño aprende a ser hombre de su padre, y si no puede ha-
cerlo con él, porque está en conflicto o porque la madre se lo im-
pide, buscará a otro hombre para aprender a ser hombre con él.
Todos los seres humanos somos bisexuales, pero la religión ca-
tólica, no admite esto, y por este motivo, hemos sufrido mucho du-
rante millones de años. En la actualidad parece que esto se va
relajando, y parece que la sociedad da más libertad para que cada
uno viva lo que quiera vivir.
También es muy importante, tanto para el hombre como para
la mujer, permitir sentirse un hombre sensual adulto delante de su
padre y de su madre y lo mismo sucede para la mujer. La mujer
tiene que sentirse una mujer sensual adulta delante de su padre y
de su madre. Esto es muy importante, porque para nuestros padres
siempre seremos sus pequeños. Nunca o casi nunca, a nivel afec-
tivo, nos verán como hombre o mujer, de igual a igual, y para nos-
otros es como darnos todos los derechos de los adultos, y no tener
vergüenza de mostrarnos delante de nuestros padres como adultos
sensuales-sexuales.

TRABAJO CON NIÑOS

El trabajo con niños es muy gratificante, porque los niños se


sanan fácilmente. Normalmente las dificultades que traen los
niños se deben a los ambientes inadecuados, donde los niños se
están desarrollando. La sintomatología que presenta un niño es un
indicador de que algo no funciona adecuadamente en el ambiente
donde el niño se desarrolla. Es una alerta para transformar lo dis-
funcional.
Normalmente en los grupos de formación se trabaja con el niño
interior de cada participante, como forma de sensibilizar a la per-
sona con la problemática infantil que se presenta en consulta. Si
la conexión con nuestro niño interior está viva, surge mucha fluidez
en el trabajo con los niños, porque el terapeuta sabe lo que nece-
sitan los pequeños en cada momento.
Del mismo modo en el grupo formativo con los distintos partici-
pantes tendremos un abanico de posibles problemáticas, que se
pueden presentar en consulta en vivo y en directo.
En este periodo, los padres son muy importante para el niño. El
niño necesita de su madre que lo acoja, y le dé todo el cariño que
necesita, y de su padre que le ponga límites y le enseñe a través del
juego las distintas habilidades que tiene que ir desarrollando, en un
ambiente de disfrute y de sintonía con las necesidades del niño.
Todas las carencias que presente el niño, el terapeuta las tiene
que cubrir y también el terapeuta debe enseñar a los padres como
cubrirlas.
La tarea del terapeuta es proporcionar al niño estrategias para
superar su dificultad o dificultades, darle el apoyo que necesita
para poder confiar en sí mismo y desarrollarse adecuadamente,
dotar al pequeño de habilidades para poder salir victorioso en su
día a día y que se sienta satisfecho consigo mismo.
Veremos las dificultades que presenta el niño en los diferentes
ambientes donde se desarrolla:
–A nivel familiar.
–A nivel escolar.
–A nivel social.
Es interesante trabajar con los rasgos de carácter que tiene cada
uno de los participantes del grupo, y cómo se gestó este rasgo de
carácter, para tomar conciencia de las dificultades con las que se
enfrenta a diario, y de dónde vienen estas dificultades. También
mostraremos cual es la salida sana de cada carácter, dramatizando
tanto las dificultades como las estrategias para superar estas difi-
cultades.
La creatividad estará muy presente en todo el trabajo, conec-
tando a cada participante con su poder creativo para solventar las
dificultades que se le presentan en su día a día, creando un am-
biente de seguridad, donde el niño pueda sentirse a salvo de las
agresiones que pudieran llegarle, y en ese ambiente, poder llenarse
de fuerza y de confianza para poder continuar con su proceso de
desarrollo y de vida.
Para este trabajo son muy recomendables los libros de Violeta
Oaklander [58], Ventanas abiertas a nuestros hijos y El tesoro es-
condido. El método Oaklander de Peter Mortola [56], y el libro de
Loreta Cornejo [16] Manual de Terapia Infantil Gestáltica.

TRABAJO CON ADOLESCENTES

La etapa adolescente es una etapa difícil por todos los cambios fí-
sicos que se dan bruscamente, y por la necesidad que tienen los
adolescentes de diferenciarse de sus padres, para ser una persona
independiente de ellos. De ahí surge su rebeldía y en este periodo
es especialmente importante el contacto con sus iguales. Así como
en la etapa infantil los padres son súper importantes para los niños,
en la adolescencia, son los iguales los que pasan a primer plano y
los padres pasan a segundo plano.
Los padres tienen que ser lo suficientemente maduros, para ir
bandeando una etapa tan difícil como es la adolescencia, tanto
para los adolescentes, como para los padres mismo, que tienen
que sostener las incongruencias de sus hijos, que unas veces le
dicen soy mayor déjame más libertad y otras necesitan que los sos-
tengan, cuando han tenido un desencuentro con sus iguales o una
dificultad en el instituto.
En esta etapa es necesario que los padres pasen a segundo
plano y para esto los padres tienen que ser personas maduras, que
no se resientan por ese segundo plano.
Los adolescentes tienen que sentir que tienen espacio para ser
ellos, por eso es importante que los padres se alejen de ellos, se
hagan lo más invisibles posible y, al mismo tiempo, tienen que
estar preparados para cuando su hijo los necesite, y estar ahí,
cuando los necesitan y no resentirse por los momentos en que sus
hijos los echan de su lado. Esto es lo normal y lo sano.
Es importante darles mensajes de confianza y de seguridad
en ellos. Es muy importante dar mensajes cortos y claros, por
ejemplo:
—Confío en ti, en tu buen hacer.
—Tú tienes muchos recursos, ponlos en práctica.
—Me gusta la ropa que llevas.
—Me gusta tu corte de pelo.
—No me gusta que te agredas haciéndote tatuajes; pero sé que
es muy difícil no dejarse llevar por la corriente.
—Siempre estoy disponible para lo que necesites.
—Me gusta cómo te expresas.
—Tú tienes muchos recursos para resolver tus problemas y difi-
cultades.
—Sé que eres una buena persona.
—Eres una persona muy inteligente.
—Tus ideas son muy creativas.
—Me gusta cómo te desenvuelves con tus amigos.
—Me gusta el despliegue que haces de ti mismo.
—Etc.
Todos estos mensajes hay que decírselos desde el corazón y
siendo muy sinceros en lo que le decimos, ya que ellos captan per-
fectamente la verdad de lo que le decimos. Y es muy importante
que sientan nuestro apoyo en los momentos difíciles que se le pre-
sentan en lo cotidiano. La vida siempre tiende a su desarrollo y su
plenitud y los padres tienen que confiar en esto, aún en los mo-
mentos más difíciles.

APOYO Y CONFRONTACIÓN

Apoyo y confrontación son herramientas fundamentales en Terapia


Gestalt. Perls era muy confrontador, y yo creo, que a la terapia Ges-
talt le ha faltado madre que apoyase el desarrollo genuino del pa-
ciente, por lo menos aquí en España. Aquí en España ha habido
un desarrollo muy importante de la terapia Gestalt capitaneada por
Francisco Peñarrubia, discípulo y colaborador de Claudio Naranjo.
Naranjo siempre ha dicho que le sirvió mucho, en su vida, la con-
frontación tan fuerte que le hizo Perls. Yo creo que el padre tiende
generalmente más a la confrontación y la madre más al apoyo y
aquí en España ha habido más padre que madre, yo he echado eso
de menos, una buena dosis de madre, y por eso he intentado apo-
yar más a mis pacientes y alumnos, no sé si lo habré conseguido.
En general apoyamos lo genuino de la persona y confrontamos
lo neurótico. Por ejemplo, apoyamos:
—La honestidad.
—La sinceridad.
—La apertura.
—La fluidez.
—La limpieza.
—La verdad.
—La conciencia.
—La ligereza.
—La valentía.
—La constancia.
—La atención.
—La presencia.
—La responsabilidad.
—Etc.
Confrontamos todo lo que tiene que ver con la ocultación de lo
que es realmente la persona aquí y ahora, por ejemplo:
—La falsedad.
—La mentira.
—La impostura.
—La impotencia.
—El hacerse pequeñita.
—La manipulación.
—El no quererse hacer cargo de su vida.
—El no quererse hacer cargo de su niño interior.
—Todos los debeísmos.
—Todos los sobreísmos.
—El no apoyarse en sus propios pies.
—La sobreactuación.
—Etc.

GESTALT GRUPAL

Gestalt grupal es la lectura de lo que pasa en el grupo en cada mo-


mento, y ahí analizamos las etapas por las que pasa el grupo y ana-
lizamos los distintos roles que ejercen los distintos miembros del
grupo en cada momento.
En todo momento el grupo está en constante movimiento y
transformación, va desde la confluencia a la diferenciación, para
luego volver a confluir y diferenciarse; pero esto lo va haciendo en
espiral, pasa por los mismos lugares, pero a diferentes alturas que
corresponden con grados de crecimiento en vertical, no en hori-
zontal. Lo vertical corresponde al grado de crecimiento espiritual,
que tiene que ver con el DESAPEGO, la VERDAD, la JUSTICIA, el
AMOR y todo lo que tiene que ver con la comunión con lo divino
dentro del ser humano, y todo lo que es realmente importante y lo
horizontal, al grado de crecimiento terrenal, que tiene que ver con
las pasiones humanas y todos los enredos de los humanos con los
humanos. El trabajo aquí es ir deshaciendo todos los entuertos que
haya, para conseguir un mayor grado de bienestar interior y exte-
rior.
Los distintos miembros del grupo desempeñan distintos roles
en diferentes momentos, y estos roles van siempre desde una po-
sición más cerrada, menos consciente, a una posición más abierta
y consciente, y siempre se van desplegando y desarrollando facul-
tades cada vez más finas de la persona, y se va llegando a un grado
de bienestar personal interior y exterior mucho más enriquecedor
para la persona.
Es muy importante estar en la ESCUCHA de lo que dice cada
miembro del grupo, porque a veces lo que dice cada uno es como
un globo sonda de lo que está pasando en el grupo, y el terapeuta
al coger esto, y trabajarlo, va a ir aumentando el grado de concien-
cia de cada uno de los miembros del grupo y del grupo en general.
A veces los temas que salen en los grupos tienen que ver:
—Con el grado de CONFIANZA o DESCONFIANZA que hay en el
grupo.
—Con el DUELO, por la pérdida de algún miembro del grupo.
—Con la MUERTE, porque algo no se está poniendo sobre la
mesa y esto lleva a una pérdida de energía y a la muerte del grupo.
—Con el IMPÁS, lo antiguo no sirve, y lo nuevo aún no se ha des-
arrollado. Es bueno quedarse ahí y sentirlo.
—Con la IMPLOSIÓN, con el contacto con algo muerto en el
grupo.
—Con la EXPLOSIÓN de algo genuino.
—Con el ALIMENTO, el grupo puede estar pidiendo más nutri-
ción, o denunciando que unos comen más que otros.
—Con el PODER, lucha entre distintos miembros del grupo por
el poder o con el terapeuta.
—Con el AMOR, quien tiene más o menos porción de la tarta de
amor.
—Con la ATENCIÓN, quién está chupando más cámara.
—Con el NACIMIENTO de algo nuevo que está ocurriendo en el
grupo.
—Con el CIERRE de algún proceso que ya pasó.
—ETC.
El libro de Francisco Peñarrubia, Circulo y Centro [61], habla ex-
haustivamente de todos los procesos que ocurren en los grupos.

GESTALT TRANSPERSONAL

La Gestalt transpersonal tiene que ver con lo divino que hay dentro
de nosotros. Y ¿qué es lo divino? Todo lo que tiene que con:
—El Desapego.
—El amor.
—La compasión.
—La belleza.
—La verdad.
—La justicia.
—Etc.
Cada una de estas palabras son parte de una polaridad:
—Desapego-Apego.
—Amor-Odio.
—Compasión-Mofa.
—Belleza-Fealdad.
—Verdad-Falsedad.
—Justicia-Injusticia.
—Etc.
En los grupos es interesante trabajar cómo están cada una de
estas polaridades en los participantes e ir limpiando lo que tenga
que ser limpiado.
¿Qué es el Desapego? El Desapego es vivir todo sin agarrarte a
lo que vives, lo vives mientras dure y cuando se acabe lo dejas que
se vaya, este soltar te da mucha ligereza y para hacerlo hay que
tener mucha confianza en la vida. Confianza en que la vida siempre
te trae regalos inesperados. Y también recordar, que tu vida te la
dieron, en el momento que te la dieron, para vivir y experimentar
lo que se iba a dar en ese momento y confiar en esto.
¿Qué es el amor? El amor es una energía que une, que aglutina,
que da alegría, que da felicidad, que te llena de energía, que te
llena, que te hace sentir uno con todo lo que existe, que te da bien-
estar, que te hace sentir completo. Que te hace irradiar belleza,
luz, luminosidad, es una sonrisa en los labios de un niño, es una
invitación a la vida, al fluir, al desarrollo, al Ser.
¿Qué es la compasión? La compasión es compartir la pasión.
Cuando tú te das cuenta qué aquello que has repudiado o criticado
en otros es lo mismo que tú haces, te viene, te cae un profundo
dolor, al darte cuenta qué tú haces lo mismo que el otro y si lo atra-
viesas, si te quemas en la hoguera del dolor, ahí nace la compasión
contigo mismo y con el otro. El ser humano comparte con el resto
de los humanos, todo lo que es.
¿Qué es la belleza? La belleza nace de ti, cuando quieres ver
todo lo bonito que hay en ti y en los demás, es tu mirada que nace
de tu actitud para encontrar la belleza en todo. Para cultivar la be-
lleza, tienes que rodearte de cosas bellas. Yo por ejemplo cuando
trabajo en mi jardín con las flores, y luego me doy una ducha, mien-
tras me ducho y cierro los ojos lo único que veo son flores; es
decir, que dentro de mí se quedan las imágenes con las que yo he
estado trabajando, y eso es lo que veo dentro de mí durante un
tiempo, hasta que centro mi atención en otra cosa.
¿Qué es la verdad? La verdad, es lo que te hace conmoverte
cuando la escuchas. La verdad resuena dentro de cada ser humano
cuando es escuchada. Por ejemplo, si yo hablo desde mi verdad,
eso resuena con la verdad de la otra persona y conmueve.
¿Qué es la justicia? La justicia es dar a cada uno lo que le co-
rresponde de acuerdo con su proceder.

ESCENAS TEMIDAS DEL TERAPEUTA

Es interesante en los grupos explorar lo que nos impide arriesgar-


nos, comunicarnos, en definitiva, ser. El miedo que sentimos puede
ser puramente instintivo y nos hace falta la adrenalina que este nos
proporciona, o bien es una fantasía que nos montamos y que no
beneficia para nada a nuestra vida. Es conveniente también estable-
cer una relación de los temores con las exigencias y los “deberías”.
Lo que el terapeuta teme encontrarse en su trabajo, son siempre
los mismos temores que tiene en su vida de cada día. Lo que me
vincula con el otro es lo que no me doy, y espero que el otro me
dé, y lo que me aleja del otro es lo que no acepto en mí mismo.
Todos los temores que tiene una persona tienen que ver con lo
que le ha faltado en la relación con sus padres y en las primeras
vivencias de su vida.
¿Qué temores puede tener una persona?
—A no ser respetado.
—A ser agredido.
—A no poder ayudar a su paciente.
—A no saber qué le pasa a su paciente.
—A no saber poner límites.
—A ser tragado por su paciente.
—A la locura de su paciente.
—A no poder desbloquear a su cliente.
—A la muerte.
—Al dolor físico.
—Al dolor psíquico.
—A la infidelidad.
—A no asumir responsabilidad.
—A que el cuerpo no me responda en el trabajo y tenga que
parar.
—A verme en el paro.
—Miedo a sentir miedo.
—Miedo a la vulnerabilidad.
—A estar confuso.
—Etc.
El terapeuta tiene que estar en supervisión constantemente, ya
que la supervisión es la terapia del terapeuta. El profesional de la
psicoterapia tiene que estar creciendo constantemente, ya que la
eficacia de su trabajo va a depender, del grado de crecimiento que
tenga como persona.
Un terapeuta no puede acompañar a su paciente a lugares que
él no haya visitado, a sitios no transitados por él, porque va a tener
miedo de lo desconocido y no se va a atrever a investigar esos pa-
rajes.
Una persona que se dedica a esta profesión, tiene que saber que
estará aprendiendo hasta que se muera, que tiene que estar en
constante revisión y tratamiento, y todo lo que el terapeuta vaya
aprendiendo se va a ir incorporando a su ser y a su trabajo tera-
péutico, para que este sea cada vez de más calidad y más humano.
Lo que asemeja más a dos terapeutas, de diferentes corrientes te-
rapéuticas, es su grado de desarrollo personal. A veces dos tera-
peutas de diferentes corrientes terapéuticas se asemejan más entre
sí, por su grado de maduración, que otros dos de la misma co-
rriente pero diferentes grados de maduración.

TRANSFERENCIA Y CONTRATRANSFERENCIA

La transferencia es todo lo que el paciente pone en el terapeuta,


por ejemplo, cuando un paciente viene a terapia y ve al terapeuta
como todo poderoso. Se asemeja a la fase infantil, cuando un niño
ve a sus padres omnipotentes. Luego puede pasar a otra fase, en
la que empieza a pelearse con el terapeuta y correspondería a la
fase de la adolescencia, cuando los adolescentes empiezan a pe-
learse con sus padres para ser ellos mismos y crear su propia per-
sonalidad. En todo esto que se va produciendo, el terapeuta, tiene
que estar muy atento para devolverle al paciente lo que hace y tra-
bajarlo con él, para que este tome conciencia de lo que está ha-
ciendo y que así, poco a poco, vaya madurando.
A veces el paciente transfiere al terapeuta la figura de su padre,
de su madre o de otras figuras importantes en su vida, y los con-
flictos que ha tenido con ellos. El terapeuta tiene que ir poniendo
luz en el trabajo, para que la persona se dé cuenta de lo que está
haciendo, y se haga cargo de sí mismo y de sus conductas.
Nos relacionamos con el mundo igual que hemos aprendido a
relacionarnos con nuestra madre y con nuestro padre; ya que estas
primeras formas de relación se convierten, por el uso reiterado que
hacemos de ellas, en conductas condicionadas en nosotros. Cada
forma de comportamiento nuestro genera conexiones neuronales
y lluvia de aminoácidos en nuestro organismo, y tenemos que
poner mucha conciencia en cambiar estas formas de comporta-
miento si son disfuncionales para nosotros, y crear nuevas formas
de comportamiento satisfactorias para nosotros, que generen nue-
vas conexiones neuronales y proporcionen nuevos aminoácidos,
cuando estos comportamientos son disruptivos en nuestras vidas.
La labor del terapeuta en todo momento es devolverle al paciente
lo que proyecta en él y empoderarlo, apoyarlo en sus conductas
genuinas y confrontarlo con sus proyecciones, hasta que el paciente
va logrando una maduración en su ser.
El paciente puede tener una transferencia negativa con el tera-
peuta y dedicar todo el tiempo a pelearse con él, hasta que se da
cuenta con el trabajo que lo que está haciendo es actualizar un
conflicto que tiene con la figura de autoridad de su padre, o con
otra figura de autoridad para él.
También se puede dar una transferencia erótica con el tera-
peuta, si esta es muy fuerte es mejor suspender la terapia y que el
paciente busque otro terapeuta.
La contratransferencia son los impulsos y sentimientos que el
terapeuta pone en el paciente y que le dificultan ver realmente a la
persona que es su paciente. En este caso, el terapeuta, tiene que
estar en supervisión para trabajarse lo que le pasa con su paciente.
Que está poniendo en él, que no es de él, y no interferir con sus
proyecciones en el proceso de desarrollo de su cliente. Sería algo
así como limpiar su mirada para ver realmente a la persona que
tiene delante, y que sus proyecciones no enturbien su mirada y
pueda ser realmente útil para su cliente.
Francisco Peñarrubia [61], dice que en Gestalt es mejor hablar
de transparencia en lugar de contratransferencia, e invita al tera-
peuta a que diga al paciente lo que le pasa con él, y si el terapeuta
siente que no puede trabajar con una persona determinada por lo
que sea, por su edad, que le puede recordar a su madre o padre,
o por el motivo que sea, es mejor que lo hable con el paciente y
que lo derive a otro terapeuta de confianza si el paciente lo consi-
dera adecuado.

PLENITUD

La plenitud se consigue cuando yo me transformo en nada, cuando


yo acepto todo lo que la vida me trae y me abro al aprendizaje que
la experiencia en curso me proporciona. La plenitud es comunión
con todos y con todo, cuando yo me transformo en TAO con la
vida, es decir me transformo en la vida, y me dejo inundar por ella,
vivir por ella, transformar por ella, modelar por ella, pulir por ella,
regodearme con ella y también llorar con ella.
Para llegar a la plenitud debemos de tener al niño interior bien
nutrido, tenemos que tener dentro de nosotros un tercio del amor
de la madre, un tercio del amor del padre y un tercio del amor
del niño.
¿Cómo son cada uno de estos amores?
El amor de la madre es el amor incondicional hacía el hijo, te
quiero porque existes, porque eres, no tienes que hacer nada es-
pecial para que yo te quiera. Este amor acoge, apoya y permite el
desarrollo del ser, al tiempo que da tranquilidad interior, no tienes
que ser nadie especial para que yo te quiera, te quiero porque sí,
porque estás aquí, porque has nacido y te esperaba.
El amor del padre es el amor condicional, el padre pone condi-
ciones, en el mejor de los casos, te quiero si te desarrollas en la
plenitud de lo que tú eres. Es un amor que tiende hacía el desarro-
llo de todo el potencial que tenemos dentro. Es un amor que nos
insta al esfuerzo, al desarrollo de lo que somos, que nos insta al
movimiento de desenvolvimiento de nuestro ser. El amor del padre
catapulta hacia el desarrollo.
El amor del niño, es un amor al disfrute, a la libertad, a la ex-
ploración, a la alegría de vivir, al correr, saltar, bailar de disfrute.
El niño juega con un juguete y cuando le ha sacado todo el disfrute,
todo el conocimiento, toda la exploración, lo deja y coge otro
nuevo. Es la alegría de vivir, el disfrute, el juego, la exploración, el
descubrimiento, etc.
El adulto para estar equilibrado debe de tener un tercio de cada
uno de estos tres amores dentro de sí mismo.
¿Cómo nos transformamos en adultos sanos ?
Cuando nos transformamos en el padre y la madre que nosotros
necesitamos para nosotros mismos y lo hacemos con disfrute, con
placer. Ahí está un tercio de cada uno de los tres amores.
En el taller residencial de plenitud que yo hacía, había un ejer-
cicio en el que cada participante se quedaba embarazado de sí
mismo y se daba a luz. Por el principio del ying-yang, todo hombre
tiene dentro de sí a una mujer en potencia y toda mujer tiene den-
tro de sí a un hombre en potencia. En ese abrazo interior profundo
entre lo masculino y lo femenino, el participante se quedaba em-
barazado de sí mismo y se paría a sí mismo, y al parirse y recoger
a su propio niño interior, le daba a ese niño todo lo que siempre
había necesitado y no había tenido. Por ejemplo:
—Te quiero.
—Me encanta abrazarte.
—Me encanta cantarte canciones y que tú, te rías y me mires
con arrobo.
—Me encanta darte calorcito.
—Disfruto contigo.
—Me encanta achucharte y que tú te rías.
—Yo siempre, siempre, siempre, siempre, siempre estoy contigo.
—Me encanta ayudarte, e indicarte un camino, cuando tienes
dudas.
—Me encanta ver cómo te desarrollas y te transformas.
—Me encanta escucharte.
—Me encanta ver cómo te mueves y te desenvuelves.
—Disfruto con cada aprendizaje que haces.
—Me encante ver tu transformación día a día.
—Tus avances me llenan de gozo.
—Me gusta que sientas mi presencia y apoyo.
—Me gusta ayudarte en tu proceso de vida, mientras me nece-
sites.
—Me rio contigo, disfruto contigo, me congratulo contigo.
—Etc.
Nadie mejor que la propia persona sabe todo lo que necesita y
le hace falta; por eso es la propia persona la que hace de padre y
de madre de sí mismo y le da a su niño interior todo lo que siempre
ha querido y no ha tenido o no ha tenido en la cantidad y calidad
que necesitaba. Y ahí se da el encuentro con el niño interior de
cada uno, y con el tiempo que cada uno necesite, y esto lo puede
repetir tantas veces como quiera, hasta que siente que tiene a su
niño interior bien nutrido.
Sólo nos podemos transformar en adultos sanos, cuando nos
transformamos en la madre y el padre que nosotros necesitamos
para nosotros mismos y lo hacemos con amor y con disfrute.
La plenitud sólo se puede conseguir, cuando somos adultos
sanos y nos hemos hecho cargo de nuestro niño interior. Entonces
tenemos toda nuestra energía disponible para nosotros y con ella
nos podemos dedicar a vivir.
Mientras que no nos hagamos cargo de nuestro niño interior,
no nos vamos a hacer cargo de nosotros mismos y vamos a estar
reprochando y exigiendo al entorno que nos den lo que necesi-
tamos, cada cual tiene que hacerse cargo de su propia vida y de
sus propias necesidades y estar abiertos y agradecidos a todo
lo que nos viene de fuera; porque el otro no tiene obligación de
darnos nada. El otro da lo que quiere y si yo estoy abierta y dis-
ponible, voy a tomar lo que el otro me dé, como un regalo y se
lo voy a agradecer.
Cuando se da una relación de pareja en la que cada miembro
se ha hecho cargo de su niño interior, esa relación de pareja es
una bendición, porque ambos van a poder nutrirse de lo que da el
otro y ninguno de los dos va a exigir nada al otro; porque cada uno
de ellos se ha hecho cargo de su niño interior y le da a este lo que
necesita, sin exigirle nada al otro.
En una relación de pareja así, cada uno va a considerar al otro
como un continente desconocido y va a estar anhelante de ir des-
cubriendo ese continente, con todos sus secretos, con todas sus
sorpresas maravillosas y ambos se van a apoyar en el crecimiento
mutuo como personas. Nada se va a dar por hecho o por sabido,
sino que ambos miembros de la pareja van a ver en el otro, una
persona que le sorprende a cada rato, por las nuevas estrategias
que pone en juego en cada ocasión y cada miembro de la pareja
se va a dejar sorprender encantado por lo nuevo, que el otro le
muestra o descubre del otro.

SUPERVISIÓN

La supervisión es la terapia del terapeuta. Un terapeuta tiene


que estar siempre en supervisión, esto es lo que va a garantizar la
eficacia y honestidad de su trabajo.
La supervisión se puede hacer individualmente o en grupo.
Desde mi punto de vista es mucho más rica la supervisión en
grupo, porque en el grupo se ven muchas más formas de trabajar
que tienen los distintos terapeutas que conforman el grupo y mu-
chos más casos clínicos de pacientes.
Donde la terapia no fluye, es donde el terapeuta no ve algo que
está pasando o donde el paciente tiene miedo a seguir explorando
o a lanzarse a lo nuevo.
La supervisión durante el proceso de formación como tera-
peuta gestáltico, se realiza en el tercer curso, e implica que cada
miembro del grupo va a trabajar en terapia individual con otro
participante del curso, y durante media hora, va a tratar de ayudar
a la persona que sale como paciente, con la problemática que le
plantea, utilizándose a sí mismo como instrumento del cambio y
utilizando todas las técnicas que ha aprendido durante la forma-
ción.
Una vez concluida la sesión, los componentes del grupo que
deseen, van a ir devolviéndole a la persona que ha hecho de tera-
peuta, las sensaciones corporales que le han quedado después de
la sesión, lo que han visto y lo que han oído, que sienten que ha
sido útil para el cliente y lo que han echado en falta. Todo desde
el punto de vista del aprendizaje para ambas partes, la que de-
vuelve y la que escucha, y desde una actitud amorosa y compren-
siva, para nada desde la crítica.
También cada participante del grupo va a hacer al menos una
vez de terapeuta grupal con su grupo de formación, y va a propo-
ner al grupo alguna experiencia que siente que le viene bien al
grupo, para lo que está pasando en el grupo en ese momento. Si
el grupo necesita más contacto entre sus miembros, se puede plan-
tear una actividad de contacto, con cambios de pareja cada cierto
tiempo, si el grupo necesita intimidad, se puede plantear algún tra-
bajo de recogimiento, si el grupo necesita expresión, algún trabajo
relacionado con la dramatización, si el grupo necesita ser escu-
chado, dar espacio para que se pueda expresar, si el grupo nece-
sita confianza, algún trabajo por parejas, para poco a poco ir
aumentando a cuatro y así sucesivamente hasta llegar al grupo ori-
ginal etc.
Después de concluido el trabajo con el grupo, que tendrá una
duración de una hora y media, el terapeuta cuenta como se ha sen-
tido durante el trabajo y explica la actividad que ha realizado con
el grupo, por la concepción que él tenía de lo que necesitaba el
grupo. Después de que hable el terapeuta que ha dirigido la sesión,
son los distintos miembros del grupo que quieran, los que le dicen
cómo se han sentido durante el trabajo y las herramientas que
ellos han visto que ha puesto en marcha, y lo que han echado en
falta en la intervención del terapeuta. Las devoluciones serán siem-
pre desde el respeto y desde abrirse a toda la posibilidad de apren-
dizaje. Finalmente es el profesor que dirige el taller de supervisión
el que devolverá como ha sentido la intervención, y los recursos
técnicos y humanos que ha puesto en juego el terapeuta.
Con este trabajo, el terapeuta nobel va aprendiendo cuáles son
sus habilidades genuinas que fluyen fácilmente en su trabajo, y
los recursos que tiene que ir desarrollando y profundizando para
sentirse satisfecho en sus intervenciones. El grupo funciona como
coro de una obra musical que refuerza y amplifica todo lo que se
va dando en el trabajo.
DE TEMAS DIVERSOS 03

Presentación
ESTE CAPÍTULO CONTIENE 17 ARTÍCULOS Y UNA ENTREVISTA y son ar-
tículos que he ido escribiendo como ya he mencionado en la in-
troducción de este libro desde el año 1995 hasta la actualidad.
Todos los años desde el año 1982 hasta la actualidad la Asociación
Española de Terapia Gestalt (AETG)realiza unas jornadas naciona-
les de terapia Gestalt que las organiza alguna escuela o centro o
instituto de Gestalt que se ofrece ante la asamblea de la AETG para
organizarlas y que los miembros de la AETG votan si están de
acuerdo o no. Se procura que cada vez se hagan las jornadas en
localidades diferentes para dar a conocer la Gestalt en toda Es-
paña. Y cada dos o tres años se realiza un Congreso Europeo o un
Congreso internacional, para el intercambio de conocimientos y
experiencias.
En las jornadas se acuerda cada año, el tema del monográfico
de la revista de la AETG y estos artículos corresponden a los temas
monográficos que se eligieron en los distintos años.
El orden en el que aparecen los artículos no se corresponde con
el orden de aparición en los monográficos, sino que los he agru-
pado teniendo en cuenta su temática y lo que consideraba más
adecuado.

LA SALUD MENTAL DEL SER HUMANO

La salud mental del ser humano está directamente relacionada con


su capacidad para sentirse pleno, y solamente nos vamos a sentir
plenos cuando nos hagamos cargo de nosotros mismos, de nues-
tras necesidades, de lo que sentimos, de lo que pensamos, de lo
que hacemos, en definitiva, de nuestro ser. Cuando yo me hago
cargo de mí mismo es como si me cogiera en mis manos y me hi-
ciera responsable de todo lo que me pasa en mi vida, de mi felici-
dad, de mi bienestar, y de todo lo que me sucede.
¿Cuánto soy yo capaz de denunciarme a mí mismo y decir, aquí
está mi grado de salud y aquí está mi grado de enfermedad y esto
es lo que puedo sostener ahora, y ahora no puedo sostener más?.
¿Cuánta verdad soy capaz de escuchar acerca de mí mismo? La
cantidad de verdad que soy capaz de escuchar acerca de mí mismo
sin resentirme, ni enfermarme, marca mi grado de salud mental.
Cuando escucho algo acerca de mí mismo que me duele, y no
lo expreso, me quedo resentido, y si no expreso mi dolor, este re-
sentimiento se expresa en forma de agresión hacia la otra persona.
Para el ser humano en general es más fácil expresar la agresión
que el dolor, porque cuando expreso la agresión me siento fuerte
frente al otro, y cuando expreso mi dolor me pongo vulnerable
frente al otro y temo que me hagan daño, ya que todos en mayor
o menor medida hemos sentido miedo a perder el amor, el cui-
dado, o en caso extremo, la integridad física, si nuestro deseo no
coincide con el deseo de nuestros padres, de nuestros profesores,
de nuestras figuras de referencia etc. En definitiva, hemos tenido
miedo a que nos dejaran de querer, a que nos agredieran física o
mentalmente o a quedarnos solos en el mundo, etc.
La salud mental es la capacidad de ver quien soy yo realmente.
Mi parte de hijo de Dios y mi parte de hijo de puta.
Medir el grado de dolor que yo puedo sostener en cada mo-
mento, eso es lo que marca el grado de salud mental mío.
Lo que yo siento en cada momento es incuestionable, y si tú
estás sano puedes escuchar lo que yo tengo que decir en ese mo-
mento, y si no estas sano me taparás la boca e intentarás conven-
cerme de que estoy equivocado, y si yo no estoy en mi centro me
llevarás de un lado para otro.
¿Qué necesita una persona para desarrollarse sana? Necesita
apoyo y límites. Apoyo para que vaya confiando en sí misma, y lí-
mites para que no se haga daño a sí misma cuando es pequeña.
Cuando es adulta, los límites le van dibujando la realidad de la
vida, en el sentido de que la libertad de uno termina donde em-
pieza la libertad del otro.
Cuando yo defiendo el espacio que es mío, le estoy enseñando
al otro mis límites y poniéndole a él límites, y si el otro no respeta
los límites que yo le pongo, tengo que cortar el contacto para pre-
servarme, cuidarme.
¿Cómo podemos generar salud mental los terapeutas? Permi-
tiendo que las personas se expresen, que expresen lo que les duele
y lo que les molesta, que es lo más difícil de expresar, y poniéndo-
selo fácil para que puedan hacerlo. Para hacer esto los terapeutas
tienen que ser capaces de sostener en sus manos su dolor, y no
actuar este dolor en forma de agresión cuando el otro tiene la guar-
dia baja, sin expresar su dolor, como dolor.
A lo largo de nuestro desarrollo como personas siempre esta-
mos esperando la bendición de nuestros padres, progenitores,
para desarrollarnos según nuestras inclinaciones naturales y nues-
tros deseos. Pero esta bendición llega en raras ocasiones o no
llega nunca. ¿A quién le ha llegado la bendición de sus padres o
figuras sustitutas para ser? Esta sociedad en la que vivimos es
una sociedad patriarcal, que no da nunca el beneplácito al hijo o
la hija para que se transforme en adulto. ¿Cuántos de nosotros
hemos recibido de nuestros padres o de nuestros terapeutas la
bendición para ser? ¿Cuántos de nosotros hemos recibido de
nuestros padres o nuestros terapeutas la afirmación: ”ya eres un
adulto como yo, ahora hablemos de adulto a adulto y no de padre
a hijo o de hijo a padre, de terapeuta a paciente o de paciente a
terapeuta, ahora eres un igual, hablemos de igual a igual”, sin
dejar caer en algún momento con palabras o de forma sutil: “tú
estás por debajo de mí”?.
La estructura del psicoanálisis es una estructura patriarcal, yo
decido cuando tú terminas la terapia, yo sé más de ti que tú
mismo. Esta estructura perpetúa el infantilismo del adulto. Tienes
que estar bajo mi ala los años que sean, hasta que yo te dé el per-
miso de ser, por lo menos esa ha sido mi experiencia.
¿Qué hace la terapia Gestalt? Nuestro creador Fritz Perls [62],
era el principio del placer fundamentalmente. Él cortó la cabeza a
su padre Freud: si no me das lo que necesito, te corto la cabeza y
me voy. Y luego crea él la dictadura del principio del placer: pri-
mero yo, y el resto del mundo no me interesa.
Robert Hall hablaba de cómo su maestro Perls le decía “sé libre”
y cuando lo era se enfadaba con él. No podía haber más maestro
para Hall que el propio Perls, no le permitía que siguiera a otros
maestros. La salud mental de un terapeuta está en su capacidad
para encarnar y estar al nivel de lo que dice y actuarlo en lo que
hace. ¿Cuándo podremos dar el beneplácito a nuestros hijos
carnales, pacientes y alumnos de formación, para ser el adulto
que ellos quieren ser sin condiciones? Todos los adultos pueden
ser adultos dando un golpe de estado a los padres y terapeutas,
guillotinándolos metafóricamente. Pero es más fácil irse en paz,
sin necesidad de guillotinar a nadie.
¿Cuándo estaremos lo suficiente plenos y satisfechos con nos-
otros y nuestras vidas, para poder dejar a los demás que hagan la
suya? La raíz de la envidia y la competitividad está en que yo no
me siento pleno en mi piel; ya que, si yo me sintiera pleno sin ne-
cesitar nada, voy a permitir que el otro haga lo que tenga que hacer
sin joderlo ni criticarlo. ¿Me hago responsable de mis necesidades
y del trabajo que conlleva hacerme cargo de mis necesidades?
¿Trato de quitar al otro, lo que el otro tiene, sin ver el trabajo que
le ha costado tener lo que tiene? ¡Quiero el fruto pero no el pro-
ceso! ¿Cuánto necesitamos comer, tener, para sentirnos satisfe-
chos? En la historia de la terapia tenemos el principio del poder
encarnado fundamentalmente por Freud. El principio del placer en-
carnado fundamentalmente por Perls. Falta que se desarrolle más
el principio del amor. Hace falta que los terapeutas desarrollemos
más el principio, del amor a sí mismos, en nuestro trabajo con las
personas y con nosotros mismos.
¿Cómo desarrollamos el principio del amor a sí mismos? Encon-
trando el bienestar dentro de nosotros, encontrando la plenitud
dentro de nosotros, encontrando la paz dentro de nosotros. Trans-
formándonos cada uno en el padre y la madre que necesitamos
para nosotros mismos y disfrutando de ello, de ser la madre y el
padre ideal de nosotros mismos. Tenemos que buscar la felicidad
dentro de nosotros mismos y no fuera. Los terapeutas tenemos
que ayudar a la gente a encontrar la felicidad dentro de ellas mis-
mas y no fuera.
Todos estamos hambrientos de amor, somos famélicos en un
mundo de famélicos, devorándonos los unos a los otros, cuando
el remedio a nuestra hambre de amor no está en los otros sino en
nosotros mismos. El secreto está en aprender a alimentarnos de
nosotros mismos, el mejor alimento para cada uno de nosotros
está en nosotros mismos, sólo que todavía no hemos aprendido a
saborearlo.
¿Por qué no hemos aprendido a saborearlo? Porque venimos de
una situación de confluencia con el entorno (universo, madre, etc.)
y tenemos que llegar a una situación de confluencia con nosotros
mismos, entendiendo aquí confluencia como fundirnos en el amor
por nosotros mismos. Estar en comunión con nosotros mismos, en
común unión con nosotros mismos.
Cuando encontramos la satisfacción dentro de nosotros mis-
mos, todo lo que nos venga de fuera será un regalo, porque si lo
que nos viene de fuera es un regalo, es un regalo; y si es una agre-
sión nos resbalará, ya que no necesitamos nada de forma tan acu-
ciante del exterior, porque tenemos la plenitud interior.
Una técnica simple para conseguir plenitud interior es: ”cual-
quier sensación agradable que tengas en el cuerpo, agrándala, po-
niendo la atención en ella, hasta que crees un océano de esa
sensación, donde te sumerges y le das un baño de esta sensación
a cada una de tus células y tomas conciencia de cómo cada una
de tus células reaccionan a tal cuidado, como se revitalizan, reju-
venecen, se alegran, cogen más espacio, se regocijan, disfrutan y
se vuelven más vivas, etc.
Aprender a amarse a uno mismo nos da alas para volar y ser li-
bres, sin depender de nadie.

ACOMPAÑAR O REACCIONAR

Cuando se produce un conflicto entre dos personas, se produce


porque hay falta de amor, y lo que falta para que se resuelva es
poner amor en eso que se está produciendo. Habría que pregun-
tarse y escucharse mutuamente. Hay dos preguntas claves a ha-
cerse:
1) ¿Qué quieres tú de mí?
2) ¿Qué quiero yo de ti?
¿Qué significa reaccionar? Reaccionar significa que lo que tú me
dices toca con mi herida, mi agujero, mi déficit, mi dificultad, mi
inconsciencia, etc y me siento atacado y me defiendo.
¿Qué significa acompañar? Acompañar significa que yo reco-
nozco mi herida, mi agujero, mi falta, mi déficit, mi dificultad y me
hago cargo de ella y cuando lo que me dices toca mi herida, mi dé-
ficit, mi falta, mi dificultad, mi agujero puedo darme cuenta de ello
y no reaccionar, puedo acompañar al otro a que se dé cuenta de lo
que está haciendo y también aceptar lo que se da en un momento
determinado. Si en un momento determinado no hay posibilidad
de escucha, pues no hay posibilidad de escucha, y hay que esperar
a otro momento en que sí haya posibilidad de escucha.
El amor conlleva también sabiduría ¿Qué viene bien en este mo-
mento? ¿Qué le viene bien a esta persona? Y actuar en consecuencia
si se puede. Actitud de “bodhisattva41”, que es como sentir que la
abundancia está dentro de mí, que tengo todo lo que necesito den-
tro de mí y desde esta actitud ir al mundo.

APRENDER A SER

La salud psíquica y física viene por sentirse con derecho a SER, y


con tener espacio suficiente para desarrollarse.
Cuando el niño se siente respetado por el adulto, cuando siente
que es importante para el adulto, cuando siente que tiene un sitio,
y que ese sitio es suyo, que el adulto lo respeta en su espacio, esto
le da seguridad. El niño tiene un espacio y el adulto otro, y desde
ahí se puede producir el contacto. En el contacto siempre hay una
relación entre dos personas y el encuentro entre estas dos perso-
nas es lo que nos hace crecer a ambos. Encuentro significa que yo
me abro a ti y recibo lo que me dices, lo dejo entrar en mí, y que
tú te abres a mí y recibes lo que yo te digo, y lo dejas entrar en ti.
Si ambos hacemos esto, de este encuentro salimos transformados,
así crecemos. Pero si tengo miedo a que me hagas daño yo no me
puedo abrir, y entonces no hay contacto, y si no hay contacto no
hay crecimiento ni desarrollo humano.
Cuando el niño se siente respetado por el adulto, se siente con
derecho a vivir, con derecho a ocupar su espacio, con derecho a
expresar sus ideas, con derecho a disentir del otro, con derecho
a…, y como él lo tiene porque se lo han dado, también puede dár-
selo al otro, respetarlo en el otro. Un ambiente en el que el niño
siente que hay espacio y tiempo para que él exprese lo que está
pasando y, al mismo tiempo, sentirse contenido por el adulto, es
un buen espacio para un buen desarrollo personal y social.
Quiero desmenuzar lo que quiero decir, cuando hablo de sen-
tirse contenido por el adulto. Esto significa que el adulto no se
asusta, ni se escandaliza, ni reprime, ni censura lo que le sucede
al niño, sino que lo tranquiliza, le explica y le da seguridad, y lo
orienta para que se deje sentir y vivir en lo que le está pasando.
El niño quiere sentir que su conducta verbal o motriz tiene efec-
tos en el medio, de esta forma, él siente que existe, ya que los
demás responden a sus demandas, aunque no respondan a sus
deseos; pero por lo menos se siente escuchado y esto hace que
se sienta encarnado, es la relación yo-tú que tanto trabajamos en
Gestalt. Cuando yo digo: “YO”, yo me encarno, tomo posesión de
mí, me habito y me responsabilizo de mí mismo. Cuando digo al
otro: “TÚ”, es como si metafóricamente lo cogiera de los pies y
lo bajara a la tierra; es decir, lo bajo de la cabeza al cuerpo, del
pensamiento al aquí–ahora, es una llamada a la existencia, a exis-
tir y a que tome conciencia de sí mismo; porque yo estoy reco-
nociéndolo como un “otro” distinto de mí, estoy tomando
conciencia de él cuando lo llamo, y cuando lo hago desde mí,
también me encarno.
Por el contrario, si el niño siente que su conducta verbal o motriz
no tiene efectos en el medio, como por ejemplo, si el niño tiene
miedo a las avispas porque ya le han picado anteriormente y en-
cima de su cama en el campo hay un avispero, y cada noche se
acuesta sabiendo que en el techo hay un avispero, y ya ha expre-
sado repetidas veces a su familia que le da miedo; pero pasa el
tiempo y nadie hace nada. Entonces el niño empieza a funcionar
en la vida como si fuera un fantasma, nadie responde a lo que él
dice o hace; por tanto, de adulto se desconcertará cuando se
sienta escuchado, tendrá que pasar tiempo hasta que se dé cuenta
de que su conducta sí tiene efectos en el medio. Mientras tanto se
comportará como si su conducta no tuviera efectos en el medio, y
por lo tanto, por ejemplo, se acostumbrará a repetir las cosas que
dice varias veces, como para que el otro se entere, y yo creo que
también para enterarse él mismo de lo que dice. Es como si al de-
cirlo varias veces se fuese despertando a existir.
La fobia surge cuando el niño tiene mucho miedo ante una si-
tuación y no es contenido en su miedo. ¿Y qué significa ser conte-
nido?, ser contenido significa que hay un adulto que lo tranquiliza,
que le dice: “mira, no tengas miedo, que estoy aquí contigo”, que
le da la mano, lo abraza, lo acurruca, y lo envuelve con su ser. En
definitiva, le da al niño lo que necesita en ese momento para tran-
quilizarse, para sentirse de nuevo seguro y que de esta forma
pueda desarrollarse felizmente. La fobia es un temor extremo,
siendo el síntoma conductor la angustia (sin que exista peligro
real), ante determinados objetos o situaciones, por lo que la con-
ducta queda cohibida.
La persona, en la medida en que va creciendo, necesita apren-
der a confiar. El niño confía en sus padres y, en general, en los adul-
tos. Pero a medida que va creciendo van surgiendo conflictos entre
sus deseos y los deseos de los adultos o la sociedad; y ahí el niño
aprende a negar, reprimir, esconder sus deseos o a arrasar el
mundo con ellos.
Una educación adecuada o favorecedora del desarrollo de la per-
sona, sería una educación que potenciara la confianza del niño en
sí mismo, en los demás y en la vida. Que dejara buena constancia
al niño de que él existe y tiene derecho a expresar lo que le pasa,
y que las demás personas también existen, y también tienen dere-
cho a expresar lo que les sucede. También sería buena una educa-
ción que enseñara al niño a no asustarse de sus sentimientos, que
le enseñara que sus sentimientos son iguales, ni más ni menos que
los sentimientos de los demás; que lo que le pasa a él también nos
pasa o nos ha pasado a todos nosotros, también les pasará a los
que vengan detrás. Que todos comulgamos de lo mismo, de los
mismos sentimientos, de las mismas emociones, de los mismos
deseos, de los mismos pensamientos, y que en el mundo no hay
cosas buenas y cosas malas; sino cosas que me hacen daño a mí
y a los otros, y cosas que me gustan a mí y a los otros.
Una buena educación sería la que respetara el ritmo de creci-
miento de los niños, y que les enseñara el respeto hacia sí mismos
y hacia los demás.
Yo creo que las palabras fundamentales en la educación de los
hijos son: CONFIANZA, RESPETO, RESPONSABILIDAD, TOMA DE
CONCIENCIA, VIVIR EN EL PRESENTE, DESARROLLO DE LA PACIEN-
CIA, DESARROLLO DEL AMOR A SÍ MISMOS Y A LOS OTROS, DES-
ARROLLO DE LA COMPASIÓN HACIA SÍ MISMOS Y HACIA LOS
OTROS Y ENTREGA.
Voy a desarrollar un poquito cada una de estas grandes pala-
bras:
fCONFIANZA, en el despliegue de sus potencialidades, en que

él puede conseguir lo que se proponga como meta de desarrollo


de sí mismo; por encima de enjuiciamientos o máximas de los
demás. Confianza en que puede descubrir quién es realmente él si
lo desea. Enseñarle a confiar en su propia sabiduría interior y en
su propia comprensión de las cosas. Enseñarle a ir desarrollando
poco a poco su testigo interior, que es alguien que no juzga, sino
que da testimonio de lo que hay, y así poco a poco iremos poten-
ciando en él la toma de conciencia de sí mismo y de los otros.
Cuando se tiene una profunda confianza, esa calidad de confianza
transforma sean cuales fueren las circunstancias.
f RESPETO en el sentido de escucha interior, de desarrollo de su

inclinación natural, de dejarse sentir y ser lo que realmente es con


su tiempo y su espacio. ¿Cómo una persona aprende a valorarse,
a respetarse y a quererse a sí misma? Lo aprende de los padres y
de las personas que lo rodean. Bien, si esto es explícitamente ma-
nifiesto como cuando se le dice: “Qué bien has hecho esto”, “qué
inteligente eres”, “qué corazón más grande tienes”, “qué bien
haces las cosas”, “qué intuitivo eres”… O bien, implícitamente, es
decir, no expresado directamente sino indirectamente por medio
de gestos, ademanes o la atmósfera creada. Y también enseñarle
que cuando sea mayor y tenga poder y lo use, debe tener profundo
respeto y amor por los demás y por la totalidad de la existencia.
No interferir en la vida de las otras personas con sus propias ideas
intelectuales, y tampoco deje que los demás interfieran en las
suyas. Si tienes poder, no manipules a los demás, úsalo creativa-
mente.
Esta sociedad está loca, en el sentido de que sólo quiere poder
económico, poder y prestigio, se olvida del corazón de la persona
y de su alma. En estos momentos la sociedad enseña al niño a con-
seguir logros sin tener en cuenta sus necesidades, se le enseña al
niño a pasar por encima de sus necesidades, a arrollarse, metafó-
ricamente, a violarse, a no prestar atención a su oído interno.
fRESPONSABILIDAD, que no tenga miedo a decir: “yo soy el que

ha hecho esto”, y aunque lo tenga, lo atraviese, porque los errores


también forman parte de la vida y de los errores se extraen grandes
aprendizajes. Que aprenda que todo lo que hace tiene consecuen-
cias en el medio, y que asuma que si siembre bienestar, habrá
buena cosecha, y si siembra malestar cosechará tormentas.
fVIVIR EN EL PRESENTE, que significa que lo que se da en cada

momento es lo que existe, y que si se da, por algo será, y que esto
que se da es lo que tiene potencia y vida y no las ideas o fantasías
de lo que yo quiero y no hay. Como dice el cuento sufí de la devo-
ción: “Recuerda las limitaciones de los seres humanos y recuerda
tus limitaciones y cualquiera sea la clase de amor posible, ve por
él. No persigas lo imposible, sino te perderás aún lo posible. Ve
por lo posible, que lo posible termine, que tu ser salga realzado y
entonces lo imposible también puede suceder. Te has hecho capaz
de eso. Primero transita las alegrías del amor humano y las desgra-
cias del amor humano. Y déjate madurar”.
fDESARROLLO DE LA PACIENCIA, que significa que aunque uno

quiere algo inmediatamente, no todas las cosas se pueden conse-


guir inmediatamente, sino que tienen su proceso y tiempo de eclo-
sión. Hay un dicho que dice: “cuando los pescadores no pueden
salir a pescar, reparan sus redes”. Tenemos que enseñar a nuestros
hijos a esperar, a dejar que las cosas se desarrollen en su ciclo na-
tural.
fDESARROLLO DEL AMOR A SÍ MISMO Y HACIA LOS OTROS, nos-

otros hemos aprendido a amarnos a través del amor que hemos


recibido de las personas que hemos sentido que nos querían. Te-
nemos que enseñarle que, cuando uno se ama a sí mismo, no hace
cosas arriesgadas que puedan dañarle ni tampoco se las hace a los
demás. La mayor experiencia de la vida se obtiene no por lo que
haces, sino a través del amor, a través de la meditación. Fíjate si
estás imitando a otro, con la imitación la semilla de la autenticidad
dentro de ti permanece muerta. Con la espada del darte cuenta se
cercena esa imitación de raíz, por más doloroso que resulte.
fDESARROLLO DE LA COMPASIÓN HACIA SÍ MISMO Y HACIA LOS

OTROS, esto significa tener paciencia con nosotros mismos y con


los demás, perdonarnos cuando cometemos errores, cuando tro-
pezamos varias veces en la misma piedra, y hacer lo mismo con los
demás. Comprender que lo que vemos en los otros es aquello que
nosotros mismos llevamos. Nuestros juicios son, en realidad, refle-
xiones sobre lo que es reprimido o rechazado dentro de nosotros.
fLA ENTREGA, significa que estamos presentes en cada mo-

mento de nuestra vida y que no nos ahorramos en cada cosa que


hacemos, estamos al 100%, o al porcentaje que podamos en ese
momento. Significa ponernos por entero en lo que hacemos, y
así crecemos y nos desarrollamos. Si quieres obtener el máximo
beneficio de cualquier situación tienes que estar totalmente com-
prometido. Permite que cada situación de tu vida te enseñe. Uno
se llena dando y no recibiendo. Da lo mejor que tú puedas y lo
mejor que tú tienes, desparrama la abundancia de tu amor y de
tu corazón.
Unos buenos padres deberían recordarle a su hijo:
(Extractos de los cuentos de Bhagwan Shree Rajneesh, Osho)
[60]. Cuentos de distintas tradiciones).
—Eres necesario en el mundo tal como eres, que nadie es más
elevado ni más bajo en este mundo, que nadie es superior y nadie
es inferior, que todo encaja en todo.
—No puedes ser otro más que el que eres, y por lo tanto, des-
cansa, que la existencia te necesita tal y como eres. Que eres parte
de la totalidad, que perteneces a la existencia y que no permites
que el apego a una parte te impida entrar en la totalidad.
—El juicio es un estado mental rancio, la mente siempre quiere
juicio, porque estar en proceso resulta siempre peligroso e incó-
modo. Sé valeroso y no dejes de hacer, vive el momento y quédate
en el fluir de la vida.
—Cuando tu corazón está lleno de gratitud, cualquier puerta que
aparece cerrada puede ser una apertura para una bendición aún
mayor.
—Acepta la vida como es, goza sin ninguna razón.
—Cuando sientas furia, no la arrojes a otra persona, ni tampoco
la reprimas, es un hermoso fenómeno que puede transformarse en
un sentido positivo.
—Ya sea que estés feliz o infeliz, recuerda, esto también pasará.
Esta clave te permitirá convertirte en el dueño de tus estados de
ánimo en lugar de ser su víctima.
—En cada momento tú tienes la elección de estar en el cielo o
en el infierno. Si no eres consciente estás en el infierno, y cuando
estás consciente estás en el cielo, depende de ti.
—Deja de utilizar tu locura, tu negatividad, tu destructividad,
contra ti mismo o contra los demás. Esto es fácil, hasta un niño
puede destruir. Permítete expresar tu creatividad.
—Tienes que estar listo para asumir la responsabilidad de la cre-
ación de tu propia tristeza, alegría, lo positivo, lo negativo, el in-
fierno o el cielo. Cuando se entiende esta responsabilidad y se la
acepta, las cosas empiezan a cambiar.
—Es tiempo de que dejes de buscar fuera de ti aquello que te
hará feliz, mira adentro.
—La satisfacción está dentro de nosotros.
—Un poco de lucha es imprescindible. Nos enriquecemos con
las tormentas, los relámpagos, los truenos y la tristeza, como así
también con la alegría y la felicidad.
—Recuerda no acaparar tu amor o calcularlo. No seas avaro, lo
perderás todo. En cambio, deja que tu amor florezca y compártelo,
ofrécelo y déjalo crecer.
—Recuerda, todo lo que hagas es un juego, juega tu parte. Si es
una pelea, pelea. Permanece centrado. No hay necesidad de estar
serio. ¡Sólo juega!
—Usa tu inteligencia para buscar las cosas donde están, en vez
de donde no están, aunque esté oscuro, mira adentro.
—¡No evadas tu responsabilidad! Mantente intensamente vivo
en el trabajo que hagas y continúa haciendo todo lo humanamente
posible, de todos modos, al mismo tiempo no crees tensión, per-
manece no frustrado, confía y permite que tu hacer se transforme
en oración, sin apego por el resultado.
—La risa es una fuerza tan transformadora que nada más es ne-
cesario. Si cambias tu tristeza por celebración, entonces también
serás capaz de cambiar tu muerte por resurrección.
—Simplemente ser común resulta un milagro. El no anhelar ser
alguien resulta un milagro. El milagro único, el milagro imposible,
es simplemente ser común. El anhelo de la mente es ser extraor-
dinario. El ego ansía reconocimiento y es un milagro cuando acep-
tas simplemente tu nadiedad, cuando puedes ser simplemente tan
común como cualquier otra persona, cuando no pides reconoci-
miento, cuando puedes existir como si no estuvieras existiendo:
El poder nunca es espiritual.
Desde la Gestalt, nosotros proponemos el desarrollo de todas
las potencialidades del ser humano; de su parte corporal, su parte
emocional, su parte intelectual y su parte espiritual. La parte espi-
ritual no ligada a una religión en concreto, sino a esa parte tras-
cendental del hombre, a esa comunión (común-unión) entre todos.
La educación hoy en día sólo potencia, o potencia prioritaria-
mente, la parte intelectual del ser humano, para nada enseña a la
persona a aprender a escucharse, a desarrollar el oído interno que
todos tenemos, a respetarnos, a cuidarnos, a respetar a los demás,
a cuidarlos. No nos enseña a desarrollar nuestra intuición, que es
una inteligencia más antigua que la del neocórtex42 y que tiene que
ver con ese saber lo que quiero, antes de que la cabeza haya hecho
acto de presencia. Cuando la cabeza hace acto de presencia, mu-
chas veces nos desviamos de nuestra intención original para, con
el tiempo, descubrir que era muy sabio aquello que nos llegó pri-
mero, antes de que metiéramos la cabeza.
En Terapia Gestalt desarrollamos la autorregulación organísmica
que, según Francisco Peñarrubia [61], es el antídoto de la neurosis
y tiene que ver con la restauración de la sabiduría interna y de la
buena orientación externa, con escuchar los dictados internos y
saber movernos en la sociedad. Intentamos que la persona se vaya
haciendo cada vez más grande, grande en el sentido de admitir su
parte pequeñita, la parte no valorada socialmente, su vulnerabili-
dad, su debilidad, su miedo, etc. Y, paradójicamente, cuando va
admitiendo todo esto, se siente más fuerte, más humana, más Ser.
Para crecer hay que sanar las heridas y para sanar las heridas
primero hay que reconocer que se tienen. Cuando se reconocen
se desbloquean las emociones, y cuando se desbloquean las emo-
ciones empieza a fluir lo que hay, y cuando fluye lo que hay crece-
mos, nos transformamos y armonizamos con lo que realmente
somos y con la vida.
Vivir significa fluir, significa cambio, movimiento, transformación
y lo muerto está ligado a lo estático, a lo fijo, a lo inmutable, en la
muerte no hay movimiento. Tenemos que enseñar a nuestros hijos
a no tener miedo al cambio, y si tienen miedo, aprender a vivir con
él y atravesarlo.

SER MADRE: UNA FACETA DE SER MUJER

La madre, es una de las facetas del ser mujer, aunque la función


madre también la puede desarrollar un hombre. Primero niña, le
da su sexo, al mismo tiempo hija de una madre y de un padre, a
veces hermana de un niño o/y de una niña. Relacionándose en
distintos contextos con otras mujeres y otros hombres que van
moldeando su forma de ser niña. El paso de niña a mujer lo da la
menarquía y la sexualidad. Con la primera regla el útero de la niña
se transforma en útero fértil capaz de contener, sostener y dar
vida. El útero es un órgano flexible que contiene y preserva la
vida y de alguna manera, para mí, es como una metáfora de lo
que debería ser una madre. Una madre es una mujer que durante
los nueve meses de embarazo contiene y preserva la vida de su
futuro bebé y después del alumbramiento contiene, preserva y
cuida a nivel corporal, emocional, intelectual y espiritual a su hijo
o a su hija en los primeros años de vida y, al mismo tiempo, esti-
mula la autonomía del futuro ser humano en la medida que este
lo va necesitando, ofreciéndole la seguridad que todo ser humano
necesita para atreverse a explorar el mundo. Y esta seguridad la
da el hecho de que el pequeño siente que su madre aprueba las
incipientes incursiones en el mundo y que su madre está disponi-
ble en todo momento por si llegara el caso que él o ella pudieran
necesitarla. Esto da seguridad psíquica y contención al niño o la
niña igual que el útero lo da.
Ser madre sana implica la plenitud de ser mujer. Figuradamente
sería como sentirse como un manantial de abundancia, es decir,
la mujer se siente con ganas de dar la abundancia que siente y
tiene, lo cual implica una actitud de no pedir nada Egóico43 de la
madre al niño (en el sentido de asuntos no resueltos de ella); sino
de darle lo que realmente va a favorecer el desarrollo adecuado y
pleno de su ser.

Algunas anomalías de la maternidad sana son:


1) Insuficiente madurez de la madre, lo cual implica un estado
de no plenitud. ¿Lo haré bien, lo haré mal?, ¿será suficiente lo que
hago? Miedo a lo desconocido, miedo a sus capacidades:” ¿Seré
una buena madre?”, lo cual puede inducir en el bebé, un estado
de inseguridad que no beneficiará a su adecuado desarrollo.
2) Confluencia de la madre con el bebé. Si la madre tiene ca-
rencias afectivas, va a proyectar en el bebé sus deseos, de forma
que inconscientemente va a exigir a este niño que colme sus ne-
cesidades en lugar de estar al servicio del desarrollo del potencial
del futuro hombre o mujer. Va a exigir que el niño satisfaga sus ne-
cesidades. Eso la lleva a meter al futuro niño en una cárcel consti-
tuida por las exigencias de su madre, por ejemplo:
—Si la madre tiene un déficit en las relaciones con sus padres y
no se ha sentido colmada afectivamente o no se ha sentido cui-
dada adecuadamente o protegida adecuadamente, ahí hay un
déficit, que si no se le pone conciencia puede exigir que su hijo
o hija se transforme en el padre o la madre ideal de ella. Ideal
porque es el que a ella le gustaría y se lo exige al niño cons-
ciente o inconscientemente que desempeñe este rol.
—Si las relaciones con su pareja la dejan insatisfecha. Incons-
cientemente puede exigir que su hijo se transforme en su pareja
ideal. Aprisionándolo en este rol.
—Si la madre no tuvo el apoyo y la fuerza suficiente para hacer
en su vida lo que quería, y se siente frustrada en este nivel,
podrá exigir a su hijo o hija que cumpla los deseos, anhelos
que ella no hizo cargando al niño con sus déficits e intentando
impedir el desarrollo de su potencial original, de sus inclina-
ciones naturales.
—Si la madre no eligió a la pareja que le hubiera gustado elegir,
tampoco dejará a su hijo o hija que elija libremente su pareja.
—Si la madre no se sintió respetada en general en su vida y se
quedó con anhelos inconclusos. Si no pone conciencia puede
obligar o seducir a su hijo o hija para que actúen, elijan, pien-
sen, etc igual que ella, impidiéndoles su libertad.
—Si la madre sintió cuando pequeña, que no se le protegía
como ella necesitaba, puede sobreproteger en exceso a su hijo
o hija, y no dejar que se desarrolle libremente. Puede intentar
darle a su hijo o hija lo que a ella le faltó; pero que puede ser
que no sea eso, lo que necesite su hijo o hija.

Una madre sana sería aquella que le dice a su hijo o hija:


—Me alegro de que seas como eres.
—Te quiero incondicionalmente, es decir te quiero porque eres
lo que eres o el que eres sin tener que hacer nada en especial para
que yo te quiera. Me encanta descubrir el potencial que tienes y
verte desarrollándolo.
—Te quiero en tu singularidad.
—Te apoyo en el potencial que tienes y en tus inclinaciones na-
turales.
—Estoy a tu lado y me alegro de tu desarrollo, de tus éxitos, de
tus conquistas, de tu estar en la vida.
—En los momentos bajos estoy contigo y te contengo, te con-
suelo, te apoyo y creo en ti, en tu potencial.
—En los buenos momentos disfruto contigo y me congratulo
contigo y nos regocijamos juntos.
—Cuando me necesitas estoy.
—Cuando no me necesitas hago mi vida.
—Me siento satisfecha de ser partícipe de la vida que represen-
tas y te lo hago saber.
—Me siento feliz de ver tu felicidad y te acompaño en tu tristeza
si me necesitas.
—El hecho de que existas me alegra y te lo hago saber.
—Te enseño a ser mujer y a sentirte satisfecha de ti, si eres
mujer. Te enseño lo precioso que es el misterio de la vida, de la
cual somos partícipes.
—Si eres mujer, dejo espacio para que tu padre tenga un papel
esencial en tu vida. Para que puedas mirarte en sus ojos y alimentarte
de la admiración que él siente por ti, y así aprenderás que eres una
mujer valiosa y querible por los hombres, y no vas a permitir en tu
adultez que ninguno te falte al respeto o te maltrate.
—Si eres hombre, te apoyo y bendigo la conexión con tu padre,
te aliento a que te acerques a él y a que aprendas a ser hombre de
él y con él.
—Te hago saber que cuando abres los ojos y te veo feliz me con-
gratulo de tu felicidad y la apoyo.
—Cuando te veo sonreír, sonrío contigo y te acompaño.
—Cuando te veo triste, me pongo a tu lado y te apoyo y te escu-
cho.
—Te apoyo en tus iniciativas para que descubras por ti mismo
la vida.
—Te enseño el TAO de la vida, que es la confianza en la vida, la
confianza en que todo lo que te suceda, aunque sea un tanto do-
loroso, feo, etc va a contribuir a tu crecimiento personal.
—Te enseño a que disfrutes de lo que hay en el presente, y no
pierdas el tiempo fantaseando cosas diferentes a las que hay en el
momento, y que te abras a lo que pueda haber en el futuro y a que
paladees la vida.
—Etc.

El amor de una madre hacia su hijo empieza desde el mismo


instante en que desea quedarse embarazada. Desde ese momento
empieza a segregar oleadas de amor hacia ese deseo, y esta secre-
ción continúa cuando el embarazo se produce y durante los nueve
meses de gestación. Es fascinante cuando ves por primera vez al
bebé en la ecografía, cuando luego te comunican que es niño o
niña. Cuando vas fantaseando: “¿cómo será su carita y su cuerpe-
cito, a quien se parecerá de la familia y qué cualidades tendrá?”.
Cuando das a luz se produce la revolución de la pareja, las preo-
cupaciones, las ocupaciones, los desvelos, las gratificaciones, etc.
La madre cuida a su hijo en cuatro niveles: nivel corporal, emo-
cional, intelectual y espiritual:
—A nivel corporal en los primeros meses de vida proporcionán-
dole todo el confort, el cuidado, la limpieza, la hidratación, la co-
modidad, etc. que necesita. La alimentación se hará a demanda
del bebé. Alimenta más comer poco y de forma armoniosa que
comer mucho con malestar y ansiedad.
Durante su infancia le enseña a quererse, cuidarse, mimarse,
respetarse, escucharse, conocerse, etc. También en la adolescen-
cia y en la primera juventud. Enseñándole a entender su cuerpo,
¿Qué sientes que tu cuerpo necesita ahora? Enseñándole a elegir
los colores que realzan su belleza, las ropas que le sienten bien.
Mostrándole como mantener su cuerpo sano. Cada una de las par-
tes del ser humano están interrelacionadas, luego si hay armonía
en una de ellas se puede transmitir a las otras.

En el bebé es importante:
—El baño, haciendo que este momento sea un momento de dis-
frute, alegría y estimulación.
—La alimentación, es muy importante, creando un momento es-
pecial de comunicación, contacto, encuentro y calorcito entre
madre e hijo.
—El cuidado de los cinco sentidos: la vista (los colores, las imá-
genes, etc), el oído (los sonidos asociados a los distintos momen-
tos del día y actividades diferentes), el tacto (con el disfrute de las
distintas texturas y del contacto piel a piel), el gusto (con la prueba
de los distintos sabores) y el olfato (disfrutando de las diferentes
fragancias).
—Proporcionarle la estimulación y los juguetes adecuados en
cada momento de su desarrollo.
—Hablarle, cantarle y hacer vocalizaciones de los sonidos que
él o ella emite.
—Etc

En el niño o niña es importante:


—La valoración, el cuidado, la limpieza y la protección de su
cuerpo.
—Proporcionarle la estimulación y los juguetes adecuados en
cada momento de su desarrollo.
—Hacerle sentir que siempre estamos a su lado, cuando nos ne-
cesiten.
—Estar disponibles para escucharlos y compartir con ellos mo-
mentos de juego y trabajo.
—Comunicarle que las cosas que le pasan son importantes para
nosotros.
—Etc.
En el adolescente es importante:
—La valoración y el cuidado de los cambios físicos que se van
produciendo, el cultivo de su belleza y apreciar las iniciativas en el
nuevo look44 que ensayan periódicamente, que es una manera de
buscar estar bien en su piel.
—Darle espacio suficiente para que se sientan libres. Tenemos
que estar preparados para cuando nos necesiten, pero cuando no
sea así, que corra el aire entre nosotros y ellos.
—Respetar sus gustos, aunque no tengan nada que ver con los
nuestros.
—Respetar sus ideas, comentarios y pensamientos y hacerles
ver sus ventajas e inconvenientes.
—Ir desarrollando su juicio crítico.
—Que él sienta el respeto que le tenemos como persona y que
se sienta valorado.
—Etc.

En la juventud es importante:
—Respetar las tendencias naturales que van surgiendo de ellos.
—Apoyarlos en las iniciativas que consideremos que son buenas
para ellos y en las que no, discutirlas si es posible, y si no se puede,
mostrarle nuestro desacuerdo y respeto.
—Que sienta que estamos a su lado siempre.
—Etc.
—A nivel emocional, haciéndole sentir lo valioso que es, que es
un trocito de universo encarnado, cuya vida consiste en descubrir
quién es realmente y en experimentar todos los aprendizajes que
le corresponden hacer. Aprender a descubrir toda la gama de emo-
ciones que corresponde al ser humano. Hacerle llegar la felicidad
que te proporciona su existencia y la plenitud que te da. Mirando
con buenos ojos su disfrute y su placer, y compartiendo esos bue-
nos sentimientos con él. La salud del ser humano está en buscar
el placer y huir del dolor innecesario. La educación y el condicio-
namiento pueden cambiar esta tendencia natural. A nivel emocio-
nal el ser humano necesita sentirse querido, protegido, cobijado.
El cuerpo humano es el cobijo más deseado del ser humano. Ahí
hallamos contención, calor, sonidos del corazón, cariño, cuidado,
etc. Ayuda al ser humano sentirse buena persona y el expresarlo y
mostrárselo da apoyo y sostén para tener fuerza para vivir. Nutre
sentirse valorado y apoyado en las decisiones que va tomando.
—A nivel mental. La madre debe enseñar a su retoño a practicar
la meditación, a observar el funcionamiento de la mente, a estar
en contacto con su respiración y su corazón; para poder lograr,
estar en paz dentro de uno mismo. Si interiormente estamos en
paz es más fácil encontrar la paz en el mundo. La madre sana
puede enseñar a su hijo a poner la mente a su servicio cuando la
necesita para algún proyecto en concreto y dejarla en estado me-
ditativo cuando no la necesita. El lenguaje es una adquisición ex-
clusiva humana y social. Se adquiere en interacción social. Cada
aprendizaje nuevo activa nuevas neuronas y conexiones neurona-
les y aumenta el potencial de aprendizaje. La madre debe potenciar
la exposición de su hijo al mayor número de actividades educativas
posibles y mostrar su satisfacción por la participación de sus hijos
en ellas. Una buena madre enseña a su hijo a tener buena imagen
de sí mismo, a apoyarse en lo que hay y no en lo que no hay, como
hace el constructivismo de Vygotski y de Luria. A tener buenos sen-
timientos, buenos pensamientos, como decía Maslow: “si un ser
humano no puede elevar la voz, pero hay otro ser humano que sí
puede hacerlo, también el primero podrá hacerlo”.
—A nivel espiritual. Una madre sana debe enseñar a su hijo cua-
les son los valores superiores del ser humano. El AMOR a sí mismo
y a los demás, la JUSTICIA consigo mismo y con los demás, la CO-
OPERACION consigo mismo y con los demás, la COMPASIÓN con-
sigo mismo y con los demás, la GENEROSIDAD, la AMISTAD, el
JUEGO, la FELICIDAD, la ALEGRIA, etc. Poner en conocimiento de
sus hijos los maestros espirituales y grandes seres humanos que
ha trabajado por la evolución de la humanidad. Ser un ejemplo
vivo de todo lo que enseña a su hijo.

Hay tres nacimientos en la vida de una persona, como ya he


mencionado anteriormente:
1) Un nacimiento biológico, que lo da la madre biológica.
2) Un nacimiento psicológico, que lo da el terapeuta o la te-
rapeuta, que lo que hace es liberarte de los condicionamientos,
los mecanismos neuróticos, la enfermedad adquirida, etc, que se
ha producido a lo largo de la socialización y la educación. El tera-
peuta sano ayuda a la persona a reparar el daño producido en su
vida. Es muy importante que te demuestre que está ahí para ti, que
te escuche, que te ayude a tomar conciencia de tus dificultades y
de tus facultades, que te apoye en tus iniciativas, siempre que estas
sean buenas para ti y te ayude a ver los inconvenientes, si los hay,
de estas iniciativas. Te confronta con tus mecanismos neuróticos
y te apoya en el potencial saludable. Trabaja con tus sueños y con
tus fantasías para que llegues a una mayor integración de tu ser. Y
está ahí hasta que tú tienes una estructura de personalidad sufi-
cientemente sólida para sostener los golpes de la vida.
3) Un nacimiento del ser, que es cuando una persona se pare
a sí misma. Ya está lo suficientemente limpia de los condiciona-
mientos, mecanismos neuróticos y enfermedad adquirida durante
la socialización, y ahora es ella la que decide libremente sobre su
vida. Da nacimiento a su ser que habita en el Hara45 y se apoya en
sus dos pies. Establece un contacto íntimo con ella misma, con-
tacto asimilable al que se produce en la meditación, es un deleite
de saborearte a ti misma y ahí te conviertes en un manantial de
abundancia para ti misma y para los demás que te rodean.
En los tres nacimientos el ser humano va ganando en libertad,
las ideologías te encorsetan.

Una mujer se transforma en adulta sana cuando se convierte en


la madre y el padre ideal de sí misma y lo hace con placer, es decir
reúne los tres amores de los que habla Claudio Naranjo dentro de
sí misma y con conciencia.
Cuando una mujer sana se transforma en madre, puede ayudar
a su hijo o a su hija a que se transforme en un adulto sano.
El miedo cierra, constriñe, hace que nos quedemos pequeños,
pequeños en el sentido de no querer crecer; porque crecer supone
un riesgo que no queremos atravesar o sentir; porque la experien-
cia con el dolor ha sido demasiado devastadora, puede ser tan de-
vastadora hasta el punto de llegar a la psicosis. En la psicosis no
distingo lo que es real de lo que no lo es y esto produce mucho su-
frimiento; esto antes de entrar en el delirio, en el delirio yo me con-
vierto en un peligro para mí y para los demás.
Volviendo a la metáfora del útero. Necesitamos un útero para
crecer y cada vez que el útero se nos queda pequeño porque ya no
tenemos espacio suficiente, necesitamos salir de él, porque lo que
en un principio nos protege para el crecimiento posteriormente se
transforma en una cárcel que nos aprisiona y si no podemos salir
de él nos morimos física o psíquicamente.
Se podría decir que nuestro crecimiento como seres humanos se
va haciendo metafóricamente de útero en útero como las muñecas
Matrioska46. Me explico: el feto se desarrolla en el útero materno
hasta que este se vuelve demasiado pequeño para sobrevivir allí y
tiene que salir de allí o muere. Cuando nace tiene la relación con
su madre o alguien que realice la función madre. Esta relación en
sí, es un útero metafórico que permite el cuidado y el crecimiento
físico y psíquico del bebé. Este cuidado que le proporciona la
madre, o quien haga la función madre, le va a permitir ir adqui-
riendo autonomía y seguridad en sí mismo, si la madre o quien haga
la función madre le permite hacer y le proporciona los medios que
necesita y que son buenos para su crecimiento, y le pone los límites
adecuados para su preservación o para que no se haga daño.
Desde que nace hasta que llega a la adolescencia el niño y la
niña necesitan fundamentalmente la relación con sus padres para
su desarrollo, y la relación con sus iguales es anecdótica. En la ado-
lescencia lo que se vuelve figura es la relación con sus iguales, y la
relación con los padres pasa a ser el fondo.
Muchas veces los padres no aceptan esto, pasar de ser figura a
ser fondo, y ahí aprisionan a su hijo o hija y estos tienen que luchar
por salir de esta relación que los asfixia, y tienen que atravesar el
sentimiento de culpabilidad que le produce oponerse a sus padres.
Lo enfermo es: “O tú o yo” y lo sano es: “Tú y yo”; que significa tú
haces lo que tú necesitas y es bueno para tú desarrollo y yo hago
lo que yo necesito y es bueno para mi desarrollo. Si yo he vivido
puedo dejar vivir al otro, si yo no he vivido no puedo dejar vivir al
otro. Si yo me he sometido al poder, obligaré al otro a que se so-
meta a mi poder. Y así se va transmitiendo la cadena de sufri-
miento y dolor de generación en generación, si no se pone
conciencia.
Cada nueva relación que voy estableciendo va siendo un nuevo
útero donde me contengo, y crezco hasta que se me va quedando
pequeño y voy en busca de otro, otro y otro. Hasta que yo me trans-
forme en el útero de mí misma, donde me contengo y crezco hasta
mi muerte.
¿Qué pasa cuando un útero se rompe demasiado pronto? Sufro,
enfermo o muero.
Un maestro es una pileta de natación, cuando aprendo a nadar
con él todos los mares del mundo serán míos.
Cuando tú confías en una relación, y la otra parte de la rela-
ción te traiciona, te quedas sin útero y si tu personalidad no está
suficientemente crecida te puede provocar un desequilibrio psí-
quico, de más o menos gravedad, dependiendo de tu estructura
de personalidad.
Yo me transformo en una adulta sana cuando me convierto en
maestra de mí misma, ya no dependo de nadie, me apoyo en mí
misma y comparto la abundancia que tengo con los demás y recibo
la abundancia de los demás con agradecimiento.

MI PADRE ME DIO LA VIDA Y MI PADRE INTERIOR

A lo largo de mi trayectoria profesional he aprendido a valorar lo


que hubo y a construir a partir de lo que hubo. He aprendido a que
lo más importante que nos dieron nuestros padres fue la vida y a
agradecérsela y que nuestra grandeza, fuerza y plenitud está en
agradecer lo recibido y aprender a construir lo que falta, hasta que
nos sintamos a gusto en nuestra piel y en nuestra alma.
Mi padre real fue un hombre que me dio lo que pudo. Como
ya he mencionado anteriormente él era alcohólico y padecía un
trastorno Bipolar. Desde que yo nací, año si, año no, estaba inter-
nado en el psiquiátrico, durante meses, hasta que el médico con-
sideraba que ya estaba bien para volver a la vida cotidiana, o él
se escapaba.

Los recuerdos más gratos que tengo de la relación con él son:


—Una noche ya tarde alrededor de la media noche, y creo que
veníamos del teatro; a mi padre le encantaban las folclóricas Mari
Fe de Triana, Juanita Reina y compañía. Pues esa noche de vuelta
a casa los tres: mi madre, mi padre y yo nos paramos en los Jardi-
nes de María Cristina, donde hay unos toboganes y nos pusimos
los tres a jugar como tres niños, yo tendría aproximadamente entre
tres y cinco años. No había nadie en la calle; estábamos los tres
solos disfrutando del juego, de nosotros mismos y de la relación
de cada uno con los otros dos. Ahí éramos una familia feliz.
—Otro recuerdo, es un pellizco suave y cariñoso que me daba
en la mejilla mientras me decía: ”mi niña”.
—Cuando estaba en el psiquiátrico y sabía que yo lo iba a visitar,
a veces me esperaba con una caja de zapatos, con un pajarito den-
tro que se había caído del nido de algún árbol. Y a mí me encan-
taba el regalo.
—A veces, cuando estaba fuera del psiquiátrico y trabajando,
cuando venía a medio día a casa a comer, me traía chuches o un
helado. Y yo siempre lo esperaba con ganas; pero a veces se olvi-
daba y para mí era una gran decepción. Creo que esas veces coin-
cidían con momentos en los que ya no estaba bien.
—A mí me gustaba verlo cuando estaba acicalado y olía muy
bien. Entonces cuando me acercaba a darle un beso, me encan-
taba su olor a limpio.

Otras figuras masculinas importantes en mi vida han sido:


—Un tío mío. A él le gustaba preguntarme conceptos de mate-
mática :”¿qué es una circunferencia, qué es un círculo, qué es una
recta, qué es una línea quebrada…?” Y a mí me encantaba contes-
tarle porque me lo sabía todo, y ahí sentía yo, que se paraba el
tiempo y estábamos sólo él y yo. Él para preguntarme y yo para
contestar sus preguntas. Ahí me sentía figura y no fondo, como casi
siempre me sentía. Creo que este tío mío hizo una función motiva-
dora, y desempeñó la función de amor condicional del padre, en
el sentido alentador del desarrollo de mis potencialidades. A él le
gustaba preguntarme y se lo pasaba bien, yo lo veía en su rostro,
y a mí contestarle y que me prestara atención.
—Mi abuelo materno. Él me llamaba Pepita, si quería algo de
mí, y Pepa si estaba enfadado conmigo. Ahí aprendí el utilitarismo.
Ser útil para el otro. Servir al otro. Él era muy respetado en el pue-
blo, tenía mucha autoridad y él admiraba la cultura, ahí es donde
miraba él, a la cultura y ahí fue donde me puse yo, a adquirir cul-
tura. Mi abuelo representaba la función admirativa de la que habla
Claudio Naranjo [75.7] en sus tres amores: el amor del padre, el
amor de la madre y el amor del niño.
—En la adolescencia otra figura masculina importante para mí
fue un primo que era unos quince años mayor que yo y que siem-
pre estaba presente para ayudarnos cuando había dificultades en
mi casa. Creo que en esta época el desarrollaba las funciones de
padre cuidador y solucionador, incluso de mi padre biológico.

El primer hombre en la vida de una mujer es su padre, como ya


he mencionado anteriormente. En el contacto con él se van des-
arrollando los siguientes aspectos:
1) Se va fraguando la forma de relacionarse con los hombres
posteriormente:
–Si te has sentido respetada por tu padre, esperarás respeto de
los hombres y en caso contrario lo exigirás o abandonarás la rela-
ción.
–Si te has sentido humillada, maltratada, abusada; podrías con-
siderar que esta es la forma normal de relación y seguir buscándola
posteriormente en tu vida, si no pones conciencia.
–Si en la relación con él has sentido que tú le importabas, que
él disfrutaba, compartiendo el tiempo contigo, que tu presencia,
tu mirada y tu palabra eran significativas para él. En las relaciones
posteriores con los hombres, esperarás que se dé esto y en caso
contrario; preguntarás qué pasa y si no hay respuesta y/o cambio,
te irás.
–Si te has sentido mirada por él con orgullo, con admiración y
si ha piropeado tu gracia y tu belleza, aprenderás y sentirás lo va-
liosa y bella que eres en cualquier sentido y se irá fraguando en ti
una gran solidez interna. Esto se ve muy bien en la película argen-
tina La luna de Avellaneda. Donde el padre mira con arrobo, ad-
miración y emoción la actuación de su hija en una obra teatral del
colegio de final de curso.
2) Se va gestando la forma de relacionarte contigo misma:
–Si tu padre te pregunta por lo que tú quieres, lo que tú piensas
y lo que tú sientes y te escucha y lo respeta. Y si él considera que
algo de lo que piensas, sientes o quieres es dañino para ti y te lo
hace ver con razonamientos y cuidado. Tú aprenderás a escucharte
a ti misma y a valorar cuidadosamente tus pensamientos, tus sen-
timientos y tus deseos.
–Si te sientes cuidada por él aprenderás a cuidarte a ti misma.
–Si te sientes respetada por él aprenderás a respetarte a ti
misma.
–Si te sientes valorada por él aprenderás a valorarte a ti misma.
–Si te sientes admirada por él aprenderás a admirarte a ti misma
sin caer en el egotismo.
–Si te sientes mirada por él amorosamente, aprenderás a mirarte
amorosamente, etc.

Osho en su libro El libro del hombre [60.2], nos cuenta como la


institución paterna es algo inventado por el hombre. Él dice que la
palabra “tío” es más antigua que la palabra “padre”, porque el ma-
triarcado precedió al patriarcado. La madre estaba allí y el padre
se desconocía quién era, porque la madre se encontraba, se
mezclaba y se unía con mucha gente. Alguien tenía que ser el
padre, pero no había manera de enterarse. Por eso todos eran tíos;
todos los padres potenciales eran tíos. La institución paterna apa-
reció con la invención de la propiedad privada; ambas están uni-
das. El padre representa la propiedad privada, porque cuando
apareció la propiedad privada todo el mundo quería que su propio
hijo fuera el heredero. La propiedad privada apareció primero, des-
pués apareció el padre.
Él dice que la familia y la religión son una prisión que genera en-
fermedad porque programa a cada niño conforme a sus prejuicios.
Todas estas creencias y prejuicios no nos permiten ser total en
nada, ni en la vida, ni en la muerte, ni en el amor, y cuando una
persona está parcialmente implicada, está parcialmente viva. A
menos que nos impliquemos totalmente nunca conoceremos el
mayor placer y la mayor dicha.
Él dice que la familia y las religiones crean las guerras, y todas
las heridas que tiene la humanidad, que sería mucho más sano que
los niños se criaran en el seno de un grupo, donde los padres no
posean a los niños, sino que pertenezcan al grupo, y donde a los
niños no se les imprima sólo la huella de sus padres, sino de todo
el grupo.
En un suplemento dominical del periódico El País, leí como en
Finlandia, las mujeres se quedan embarazadas muy jóvenes,
cuando su potencial de reproducción es máximo y cuando todavía
están estudiando en la facultad y los niños son criados por la fami-
lia extensa, y así cuando las mujeres llegan a la edad laboral los
niños están ya creciditos y no suponen tanta carga. Es decir, son
los más desocupados de la red familiar, los que dedican más
tiempo a los niños dejando a los padres más tiempo para sus ta-
reas formativas y de trabajo. Hay una red familiar que se ocupa de
los niños.
En este sentido del que habla Osho, yo me crie en la familia ex-
tensa, y me desarrollé en contacto con muchas personas de la fa-
milia extensa, de lo cual me alegro hoy en día, porque tengo
asimilado en carne y hueso los distintos tipos de rasgos de carácter
que existen, porque conviví íntimamente con todos ellos.
Lo que estamos viviendo a nivel social en nuestro país, yo creo
que tiene que ver con lo que dice Osho, en el sentido de no dar todo
el poder a un solo partido, de que no haya mayorías absolutas; sino
que haya una cosa más dialogada entre el pueblo y el político, entre
la ciudadanía y los gobernantes. Los movimientos que se están vi-
viendo en los municipios gobernados por plataformas ciudadanas,
están en esa sintonía de más contacto entre el político y el ciuda-
dano, metafóricamente entre el padre y el hijo. Un padre más dia-
logante para las necesidades de su hijo, abierto a las necesidades
de su hijo y abierto a enriquecerse con las aportaciones de su hijo.
Yo creo que esto es algo muy bueno para la evolución de la huma-
nidad. Esta apertura al otro, esta disposición al diálogo, al encuen-
tro, al enriquecimiento, al intercambio.
Este reconocimiento del otro, como otro de igual valía que yo,
y en el caso del padre hacia el hijo, reconocimiento de su singu-
laridad y total respeto al despliegue de sus potencialidades en
desarrollo. La labor del padre en la educación de sus hijos sería
como la del tutor que está atento en ver hacia donde se dirigen
las inclinaciones naturales de su hijo, para cuidarlas, potenciarlas
y apoyarlas.
En una conferencia que dio un compañero mío en la escuela,
Ricardo García Alcaraz, del equipo de Jera, sobre el “Hombre”, uno
de los participantes en el coloquio dijo: ”el hombre es el que cuida
a la que cuida”. Me pareció muy bonita esta definición y muy ideal
para la función padre. La función padre es cuidar a la madre que
cuida al bebé, y al bebé, en este primer momento de la vida. Pos-
teriormente va a tener más una función socializadora.
Un hombre aprende a ser hombre de su padre y si no puede con
él buscará a otros hombres con los que identificarse. Una parte de
la homosexualidad se explica en los hombres por la falta de padre.
Cuando en una familia el padre está ausente, es desvalorizado por
la madre y no ocupa su lugar, el hijo varón no puede mamar la
masculinidad de él, no puede tomar su fuerza, porque la fuerza se
toma del padre, tanto el hombre como la mujer toman la fuerza
para estar en la vida del padre.
Durante toda la vida estamos buscando el amor incondicional.
Primero lo buscamos en nuestros padres, si no lo encontramos ahí,
lo buscamos en los amigos, si sufrimos decepciones, lo seguimos
buscando en la pareja, y si no lo encontramos ahí en nuestros
hijos. Cuando una mujer tiene un hijo varón pone ahí todas sus
expectativas. Inconsciente o conscientemente dice: “este va a ser
el hombre de mi vida”, y si la pareja no pone límites a esa relación,
metafórica y psicológicamente la madre se come al niño. Cuando
este niño se convierte en hombre, sin haber tenido la posibilidad
de identificarse con su padre, porque la madre lo ha impedido y el
padre no se ha impuesto a la autoridad de la madre, en la adultez,
este hombre, buscará a otros hombres con los que aprender a ser
hombre, porque este hombre tiene hambre de hombre, porque su
madre no le ha dejado identificarse con su padre, se lo ha tragado.
Es imposible que este hombre busque a una mujer como pareja
porque metafóricamente tiene “empacho” de mujer. Además no
quiere traicionar a su madre, en el sentido de ser “la única mujer
de su vida”.
En el caso de los hombres con sus hijas, las hacen sus prince-
sitas, les dan todos los caprichos y les impiden madurar. Posterior-
mente en la adultez ningún hombre le llega a la suela de los
zapatos a su “papi” y tienen dificultades para tener una relación sa-
tisfactoria con sus parejas. Quieren repetir el esquema con el que
se relacionaban con su padre y claro la pareja se resiente.
Lo que yo enseño a mis pacientes en terapia y a mis alumnos
de formación, es lo que aprendí de Claudio Naranjo, para estar
sana una persona, debe tener equilibrado los tres amores, como
ya he explicado anteriormente:
—El amor de la madre es el amor incondicional, te quiero por-
que te quiero, porque existe, porque eres mi hijo, no tienes que
hacer nada especial para que yo te quiera, te quiero porque sí, por-
que existes, porque me sale, porque me da la gana, porque brota
de mí ese amor hacia ti.
—El amor del padre es el amor condicional, sería algo así como
decirle a tu hijo, te quiero si te desarrollas en la plenitud de lo que
tú eres. Claudio lo llama el amor devocional, para mí, devocional
en el sentido admirativo, en el sentido de ver todo el desarrollo,
toda la plenitud de la existencia del ser de cualquier persona, sen-
tido admirativo para mí, como despliegue de todas sus potenciali-
dades, no en el sentido que dice Claudio, de que el niño mira a la
madre y la madre mira al padre, como si el padre fuera lo más im-
portante. Yo creo que a Claudio se le ha olvidado el sentido circu-
lar, el niño mira a la madre, la madre mira al padre, el padre mira
a la madre y la madre mira al niño, y también el padre mira al niño
y el niño mira al padre. Todo esto como círculo del amor mutuo
admirativo que se tienen los tres, que son la expresión de la gran-
deza de la vida en su despliegue y desarrollo constante. Yo misma
me descubro muchas veces en este amor admirativo a mi pareja
cuando lo veo en el despliegue de alguna potencialidad hasta
ahora nunca vista.
—El amor del niño, para mí, es el amor a la vida, a lo nuevo, a
las infinitas posibilidades, a la creatividad, a la libertad, al juego,
al disfrute, etc. El niño coge un juguete y juega con él hasta que lo
conoce bien y una vez que ya ha asimilado todo el aprendizaje que
puede hacer con él, lo abandona porque ya no le puede enseñar
nada más, y va en busca de otra cosa.
Lo que yo descubro cada día en la vida, es que todavía hay
mucho patriarcado. Cuando pequeña fui testigo de cómo mi
madre debía de tener el permiso de mi padre que estaba en-
fermo, para adquirir un inmueble. Ella no podía hacerlo por ella
misma, no le estaba permitido en aquella sociedad; aunque mi
madre era la que sostenía a la familia con su trabajo y con su pre-
sencia. Mi madre era la madre y el padre de mi padre y de mí, y
yo también mamé de ella, el sostenerme a mí misma. Lo primero
a conseguir en la vida, es la seguridad del trabajo, y después las
relaciones afectivas.
Más tarde, cuando yo tenía diecinueve años, y en aquella época
teníamos una tienda donde vendíamos de todo, decidimos ir a
comprar las dos al Merca Sevilla, porque era más rentable para
nuestra economía. Descubrí, con total asombro, que éramos invi-
sibles para los dueños de los productos, que no nos hacían caso,
que no nos escuchaban, que teníamos que hacer un esfuerzo tre-
mendo para que nos atendieran. Era un mundo de hombres donde
las mujeres no teníamos cabida, y ese día mi madre me dijo: ”esto
no es para nosotras” y yo le dije: “esto no es para ti” y desde aquel
día, ella no fue más allí. Fui yo con otra amiga de edad parecida a
la mía y que también tenía tienda. Fue una época durísima de mi
vida, gracias que sólo duró un par de años.
Ahora todavía, en determinados ambientes, siento ese patriar-
cado. No es lo mismo que vaya una mujer sola, que vaya con un
hombre al lado, aunque este no abra la boca. La sola presencia del
hombre hace que se respete más a la mujer.
Para estar sanos tenemos que tomar nuestros dos árboles gene-
alógicos paterno y materno, en la totalidad y en lo que son, y agra-
decer a todos nuestros ancestros la existencia que tuvieron, porque
gracias a ella estamos nosotros aquí.
Yo siento que mi rama paterna me da mucho amor a la vida y al
disfrute, me da mucha creatividad, en ella hay artesanos y hay
sobre todo amor a la celebración. Esto no lo tengo bien integrado
todavía en mi vida; porque mi familia materna era todo lo contrario,
la valoración del esfuerzo y el trabajo, y como los valores de mi
padre estaban contagiados de enfermedad, se miraban sus mani-
festaciones con desaprobación y desdén.
Lo que yo enseño a mis pacientes y alumnos es a desarrollar los
tres amores dentro de sí mismos; es decir, a cada uno se convierta
en la madre y el padre ideal de sí mismo y lo haga con placer; es
así como van a desarrollar su autonomía y su independencia.
Por ejemplo, cuando me viene alguien con ansiedad y/o ataques
de pánico que no tengan que ver con ningún tipo de accidente, les
enseño y les hago ver que el que tiene miedo es su niño interior,
porque seguramente en su infancia ha vivido momentos de miedo
en los que no se ha sentido protegido, o también porque ha intro-
yectado el miedo de alguno de sus progenitores, y eso no era suyo.
Le enseño a hablar con su niño interior, le enseño a tranquili-
zarlo. Lo que hago es que yo cojo primero un cojín, que representa
a su niño interior. Es muy importante que lo coja yo primero, por-
que yo soy la que tiene la autoridad, la salud, la sabiduría, la per-
sona que viene a consulta me la da a mí la autoridad, la salud y la
sabiduría. Y mi tarea como terapeuta es coger todo lo que la per-
sona me da, y así establezco el vínculo con ella para posterior-
mente devolverle a la persona toda esta proyección que hace hacia
mí, de autoridad, salud y sabiduría.
Cuando consigo que la persona recoja la proyección que ha
hecho sobre mí y asuma como suyos todos los recursos que le
voy enseñando, la persona está curada, por lo menos del síntoma
que trae.
Como decía más arriba, yo cojo el cojín, que representa a su
niño interior y se lo doy a la persona, y al mismo tiempo, cojo otro,
y le pregunto cómo lo llamaban de pequeñito, y le voy diciendo fra-
ses para que la persona se las diga a su niño interior, que está re-
presentado por el cojín que está abrazando, por ejemplo:
—Te quiero mucho.
—Me gusta abrazarte.
—Nunca estás solo, siempre estoy yo contigo.
—Me encanta achucharte.
—Me encanta escucharte.
—Me gusta acompañarte en todo lo que tienes que hacer.
—Me encanta sentir tu calorcito en el contacto conmigo.
—Tú eres lo más importante en mi vida.
—Cuando estás intranquilo, me gusta tranquilizarte.
—Cuando tienes miedo, me gusta darte seguridad.
—Cuando estas desorientado, me gusta llevarte a lugar seguro
y darte seguridad.
—Cuando estás desanimado, me gusta animarte para conseguir
lo que tú quieres.
—Cuando algo te parece muy difícil, te animo a que lo intentes
y disfrutes en el camino.
—En las dificultades, te animo a mirar desde otro lado y buscar
una solución fácil, etc.
En muchas ocasiones la persona se emociona desde la primera
frase, y las frases yo las voy adecuando a lo que siento que necesita
la persona, y teniendo en cuenta lo que ella me haya contado. Du-
rante la sesión le digo a la persona que esto que estamos haciendo
sería bueno que lo hiciera todos los días con su niño interior, por
lo menos quince minutos al día, y mirando una foto que le guste
de él, de pequeñito.
Le enseño también que las palabras son un medicamento, que
tienen el poder de sanar las heridas emocionales, y que como todo
medicamento, necesita un tiempo para producir su efecto, a ex-
cepción del homeopático que puede tener efecto instantáneo. Le
enseño a poner su pensamiento a su servicio, y no al contrario. In-
vestigo con ella para que se dé cuenta del poder que tiene su pen-
samiento, etc.
A veces, ya desde la primera sesión, se da una mejoría conside-
rable, y otras veces, tengo que explicar a la persona, más deteni-
damente, todas las dudas y pegas que pone la persona. También
trabajamos los beneficios secundarios que obtiene con esa con-
ducta, y a veces la persona no quiere renunciar a ellos, por lo
menos en un primer momento. Cuando la persona viene con el
miedo a los ataques de pánico, también la pongo en contacto con
lo peor que podría pasarle, es decir con la muerte y ahí vemos cual
es la relación que la persona tiene con la muerte. A veces hacemos
una fantasía dirigida, con el hecho de estar muerta y ahí vemos
qué pasa.
Muchas veces la persona que tiene miedo a la muerte, es en
realidad, que tiene miedo a la vida, que no está viviendo su vida
como le gustaría vivirla, porque como dice Osho: “quien está
totalmente entregado en su vida, considera la muerte como otra
experiencia de la vida y no le tiene miedo”.
La persona que vive con entrega cada momento de su vida, no
tiene miedo a la muerte, porque si yo he vivido todo lo que la vida
me ofrecía, ¿qué es lo que voy a añorar en el momento de mi
muerte? Como dijo Sócrates47 en el momento de su muerte: “yo
ya sé lo que hay en esta vida, ahora quiero ver lo que hay en la
otra”, y como el verdugo se demoraba en darle la cicuta, él le dijo:
”ya es la hora, dámela”.
El miedo de todo ser humano es el miedo a la muerte. Así que
trabajo este miedo y al mismo tiempo voy enseñándole a ser el
padre y la madre de sí mismo, y a hacerlo con disfrute, con placer,
con bienestar. Durante la sesión intento que nos riamos y que lo
pasemos bien, cuando es posible.
Una vez que la persona se convierte en el padre y la madre ideal
de sí misma, y lo hace con disfrute, desaparecen los ataques de
pánico y la ansiedad. En este momento es como si la persona se
dijera a sí misma, soy un adulto y me hago cargo de mí mismo, y
lo que yo necesite me lo doy y si no lo tengo, busco en el lugar
donde lo halla.
Una imagen muy potente que utiliza Bert Hellinger48 [35], es vi-
sualizarte a ti mismo con tu padre y tu madre detrás, y detrás de
cada uno de ellos sus padres, y así sucesivamente, y tomar con-
ciencia de que todos tus ancestros han existido antes que tú, para
que tú florezcas aquí y ahora, que tú eres la máxima expresión de
tu árbol genealógico. Esta imagen te da mucha fuerza y mucho
apoyo. La imagen es un triángulo, cuya base, son todos los ances-
tros anteriores a ti, y tú eres el vértice del triángulo, todo el trián-
gulo, te apoya a ti.
A veces cuando alguien me pregunta, me voy a curar de esto.
Yo le digo: “¿tú quieres curarte? Y si me dice sí, entonces yo le digo
pues yo ahora mismo te firmo que te vas a curar.
Si me dice yo no lo sé, entonces yo le digo, yo tampoco. Le digo:
”si tú pones el cien por cien, yo también lo pongo”, y lo demás ya
no depende de nosotros.
Yo creo que en todos los seres humanos está esta tendencia in-
fantil del bebé a que me cuiden, yo no quiero hacer por mí mismo,
yo quiero que me cuiden, y si no se pone conciencia en esto, es
como un agujero negro, que le des lo que le des siempre quiere
más, no hay saciedad. A esta hambre de cuidados y amor, tenemos
que poner conciencia, y hacernos cargo de ella para convertirnos
en adultos sanos. Metafóricamente sería como coger con nuestras
manos nuestra necesidad y hacernos cargo de ella.
La salud sería algo así como decir, yo soy una creación del uni-
verso y disfruto de este universo, en un intercambio de dar y tomar.
No exijo nada a nadie y no permito que nadie me exija a mí.
Me viene a la mente el cuento de El Principito, cuando visita la
Tierra y ve un campo lleno de miles y millones de rosas, y se pre-
gunta a sí mismo que es lo que diferencia a su rosa de esos cientos
y miles de rosas, y él se contesta a sí mismo: “es el tiempo que yo
he dedicado a mi rosa, la que la hace única y diferente para mí”.
En el sentido del cuento de El Principito, Harris, en su libro, La
castración del unicornio [34], nos dice: ”A medida que los hijos
crecen, el padre debe estar dispuesto a ir retirándose y, si es nece-
sario, debe insistir en que sus hijos individualicen sus valores e
ideales. Posiblemente asumirán algunos de los valores del padre,
pero es probable que también necesiten clarificar su posición res-
pecto a otros valores, a través del conflicto con la postura paterna.
Esta es una etapa necesaria para el desarrollo de los hijos, pero el
padre, al tiempo que participa en el conflicto, no debe insistir en
mantener su autoridad “patriarcal”. Debe reconocer y admitir la
postura de los hijos cuando tengan razón, y también debe estar
dispuesto a perderlos, a que son distintos que él. Debe usar su po-
sición para permitirles desarrollar sus propias perspectivas. Si man-
tiene su postura y valores, de forma excesivamente rígida e
impersonal, cuando ellos quieran diferenciarse de la familia, les
provocará una rebelión cada vez más fuerte. Este conflicto suele
ser doloroso, pero también puede ser muy emocionante cuando
el padre disfruta de ver a sus hijos convertirse en individuos. El
padre debe de tener en cuenta que las vidas de sus hijos son su
proceso de individuación, y pasado cierto punto no debe intentar
allanar su camino, para no negarles el derecho a luchar por sí mis-
mos, y a desarrollar su conciencia, personalidad y significado vital”.
Continúa diciendo: “La adolescencia es el momento en que todo
cambia y uno comienza a plantearse las grandes preguntas: ¿Quién
soy yo?, ¿Dónde voy?, y ¿Cuál es el significado del mundo?. Si
escuchamos a nuestros hijos adolescentes, podremos entender
unas cuantas cosas interesantes y provocativas. Pero los padres
no pueden ser una pantalla en blanco. Deben defender sus pro-
pios valores al tiempo que dejan ganar las discusiones a sus hijos,
mostrarse abiertos a cambiar de opinión cuando es apropiado y
no exigir que sean aceptadas todas sus creencias. Finalmente, el
punto más importante es dejar ir a los hijos, ayudándoles a des-
arrollar sus propios valores cuando decidan irse”.
Continúa diciendo: ”El espíritu de la paternidad potencia la ex-
periencia vital del hombre, le da fuerza y un propósito enraizado
en la autenticidad personal y en el reconocimiento de valores su-
periores, más grandes que la persona. Así, a su vez, el hombre
puede apoyar a quienes le rodean para vivir apasionada y creativa-
mente”.
El padre que yo tengo interiorizado es el padre que me apoya,
me alienta, me aconseja en lo que es mejor para mí, me abre nue-
vos horizontes de desarrollo, me invita a la entrega total en cada
faceta de mi vida. Me enseña a saborear la vida y a degustar hasta
la última gota del cáliz de la experiencia. Me enseña a cuidarme
cada día más en lo físico, lo emocional y lo espiritual. Me arrulla
en las mañanas cuando despierto, me acompaña durante el día en
lo cotidiano, y cuando tomo conciencia de lo interiorizado que lo
tengo, tengo mucha fuerza y mucha seguridad. Todo esto lo llevo
callado y por dentro, porque es algo muy religioso, religioso en el
sentido de religarse de unión íntima y extática, de éxtasis.
Cuando tomamos conciencia de que todos somos hijos del uni-
verso y que estamos siendo cuidados por él. Que todos somos una
parte de la energía creativa que lo crea todo. Yo creo que esta con-
ciencia nos hace tener más respeto hacia todo y valorarnos más a
nosotros mismos; pero no en el sentido del ego, sino en el sentido
de tomar conciencia de nuestra comunión con todo lo que existe.
Somos polvo de estrellas encarnado, por decirlo de alguna manera.
Toda esta conciencia yo creo que va a cambiar a la humanidad,
porque cuando nos damos cuenta de que el otro también es una
parte de mí mismo, no voy a permitir que haya guerras, ni hambre,
ni todas las calamidades que actualmente están ocurriendo en
nuestro planeta Tierra y lo que yo tengo lo voy a compartir con los
demás, no voy a acumular innecesariamente cosas, dinero, pose-
siones mientras el otro lo está pasando mal.
Me encanta lo que escucho de Suecia, donde la gente puede
cambiar cosas o proponer cosas sólo consiguiendo un número de-
terminado de seguidores de la idea. Deberíamos crear una socie-
dad donde se cogiera lo mejor de cada uno para el bien común.
¡Qué así sea!
LA RELACIÓN CON LOS HERMANOS. LA RELACIÓN
LA RELACIÓN CON LOS IGUALES. MIS ESPEJOS
PRESENTES. APOYANDO Y CONFRONTANDO

A lo largo de mi vida, los iguales han tenido una influencia muy po-
sitiva en mi desarrollo; aunque a veces haya habido momentos
dentro de la relación que hayan sido difíciles, como en todas o casi
todas las relaciones. Yo entiendo por mis iguales no sólo hermanos
de sangre o medio hermanos, o hermanos adoptivos; sino también
a amigos, compañeros, pareja, etc. Relaciones en las cuales no hay
jerarquía, sino igualdad y/o similitud de edad, momento vital, inte-
reses, inquietudes, conflictos, anhelos, aficiones, etc. En definitiva,
todo lo que es compartir con iguales.
Voy a hacer un recorrido por los iguales que han sido muy im-
portantes en mi vida, desde donde recuerde hasta el momento de
hoy. La primera relación significativa que recuerdo con los iguales
fue cuando yo tenía aproximadamente 6 o 7 años. Fue una niña
de mí misma edad que vivía al lado de mi casa y que no iba al
mismo colegio que yo. Ella era muy extrovertida y hablaba mucho,
y yo era muy introvertida y hablaba muy poco. Sus padres me po-
nían de ejemplo ante ella por mi caligrafía y mis cuadernos tan cui-
dados. Ella tenía una caligrafía desastrosa para ellos y no cuidaba
sus trabajos.
Yo en aquellos tiempos, tan falta de amor, tomaba aquellos co-
mentarios de la familia de mi amiga como agua de mayo. En mi fa-
milia en aquellos tiempos había muchos problemas, y mucho que
trabajar para sobrevivir, no quedaba tiempo para elogios. Vivía per-
dida en medio de adultos (mis padres, mis abuelos, mis tíos, mis
vecinos, etc.) que estaban inmersos en sus propios problemas y
necesidades.
Yo estaba en aquel tiempo muy abierta para recoger todo lo que
me ayudara a sobrevivir. Comentarios, elogios dirigidos a otras per-
sonas, historias de otras personas, etc. Por ejemplo, en mi pueblo,
mi abuelo era muy respetado, como ya he mencionado antes. Él
fue republicano y se contaba que él cogió la vara de alcalde en un
momento difícil, para entregársela al que debía ser el alcalde y esto
fue muy valorado por el pueblo. A su vez mi abuelo valoraba
mucho a sus hijos que estaban estudiando en la universidad,
cuando murieron en la guerra civil. Para él era muy importante es-
tudiar, el estar bien formado. Hay un ejercicio que yo utilizo en Ges-
talt que es dejarte sentir a quién has elegido, como modelo para
tu desarrollo, para elegir tu profesión, para comportarte en la vida
como lo haces, etc. Esa elección se hace inconscientemente, pero
si uno pone la atención en descubrirlo, lo descubre.
Así que yo tuve muy claro desde el principio de mi vida, que
para recibir mi trozo de tarta de amor yo tenía que estudiar mucho
y de este modo se me valoraría como a mis tíos caídos en tiempo
de la guerra civil. Todo esto fue inconsciente durante mucho
tiempo, hasta que se fue desvelando en el curso de mi desarrollo
personal. Pero ya desde muy pequeña 9 o 10 años, yo tenía muy
claro, que para salir del agujero, en el que yo sentía que vivía, tenía
que estudiar.
Para mí, mi amiga fue importante por la atención y el tiempo
que me daba. Ella ESTABA conmigo, y ese estar me hacía sentir
que yo existía, que era alguien, que yo no era un fantasma. Me ha-
blaba de todo con mucha naturalidad y me invitaba muchas veces
a jugar y a estar en su casa. Yo no la podía invitar a ella a la mía
porque la mía estaba cerrada. Mi madre trabajando y mi padre se-
guramente en el psiquiátrico, era bipolar como ya he mencionado.
Yo vivía en aquellos tiempos entre la casa de mis abuelos y la de
unos tíos que vivían cerca de mi casa.
Ahora acabo de caer en la cuenta de que esta relación, con esta
amiga, destaca (FIGURA/FONDO) porque existían otras muchas re-
laciones en el fondo que no me daban lo que ella me daba, y esto
hacía que yo pudiera apreciar la calidad que esta relación tenía
para mí; si no existiera el fondo, yo no podría darme cuenta y apre-
ciar el valor de esta relación. Sin fondo no hay figura. Fondo-Figura
es una polaridad. Este mundo es el mundo de las polaridades; pero
no debemos olvidar que toda polaridad surge de la unidad, del
vacío. En el vacío está todo y cuando empieza a manifestarse en
este mundo, se manifiesta como polaridades. Debemos recordar
que ambas vienen del vacío, que ambas surgen del mismo lugar.
En Gestalt hablamos muchas veces del “SER” y del “ESTAR”. Del
“Ser Consciente” de que eres una persona y que tu sola presencia
en este mundo ya tiene mucho peso. Tu presencia en este mundo
sería fruto del amor incondicional que te tiene el Universo, La Ener-
gía de la Creación, o llamémosle como cada uno quiera llamarlo, y
de la participación de tus padres como vehículos portadores de ti.
El ser conscientes de esto que acabo de decir sería como el ta-
lismán que nos protege y que nos da todo el apoyo para sentirnos
“dignos”, “valiosos”, “únicos”, “amados”, “protegidos” etc. Somos
energía de la creación que se ha hecho carne. Y somos eso, energía
de la creación. Somos tan valiosos, tan únicos, tan maravillosos
como la energía de la creación.
Si todas las personas fuéramos conscientes de esto que acabo
de escribir, iríamos por el mundo con mucha más seguridad, tran-
quilidad y autoestima y dejaríamos que la vida fluyera por nosotros,
no nos preocuparíamos tanto por todo; porque todo es la obra del
universo y el universo es nuestro hogar, nuestro creador. ¿Quién
tiene inquietudes y preocupaciones cuando está en su hogar y con
sus progenitores? Dentro de nuestro hogar nos sentimos protegidos
y seguros, e igual pasa con nuestros progenitores, por lo general.
El “ESTAR” significa PRESENCIA en todo lo que haces, piensas,
sientes y eres, y con todos tus sentidos y tu ser al servicio de la ex-
periencia. Esto lo expresa muy bien Suzuki49, el maestro zen en su
poema:

Conocer la Flor
Conocer la flor, significa,
transformarte en ella, ser la flor.
Cuando yo hago esto,
La flor me habla a mí,
Y yo conozco todos sus secretos,
todas sus alegrías,
todo su sufrimiento,
esto significa toda la vida que late en ella.
No sólo eso:
Al mismo tiempo con mi conocimiento de la flor
Conozco yo todos los secretos del universo
Y dentro de eso todos los secretos de mi propio yo.

Este precioso poema, Suzuki nos da la clave para conocernos a


nosotros mismos y a los demás, y al conocernos a nosotros mis-
mos y a los demás se nos abre la comprensión del comportamiento
de nosotros mismos y de los otros; y si a esto le sumamos el acer-
carnos a todo y a todos con AMOR, RESPETO y ACEPTACION a lo
que se da en cada momento, y le añadimos la búsqueda de la BE-
LLEZA que todo y todos tenemos dentro, nos da el cóctel maravi-
lloso de la VIDA BIEN VIVIDA.
Cuando nosotros, en la relación con un igual, intentamos poner-
nos en su lugar para comprenderlo y entender por qué se comporta
como lo hace. En ese mismo instante en que hacemos esto, nos-
otros abrimos nuestro ser a la otra persona, el foco de nuestra aten-
ción es la otra persona, es como si pudiéramos transformarnos en
ella y esto es un acto de amor, de apertura, que la persona recibe
y le alimenta y nosotros al hacerlo estamos instalados y rebosando
amor. Ambos crecemos en una relación así.
Pero, para poder hacer esto, nosotros tenemos que estar plenos
en nosotros mismos. ¿Y cómo conseguimos esa plenitud? La con-
seguimos cuando nosotros somos conscientes de nuestras caren-
cias y nos hacemos cargo de ellas. Y no vamos por la vida
exigiéndole al otro que nos dé lo que nosotros no nos damos a
nosotros mismos. Cuando yo me hago cargo de mis carencias, todo
lo que me den los demás es un regalo para mí; porque el otro no
tiene ninguna obligación de darme nada.
Es maravilloso cuando yo puedo considerar la sola presencia del
otro como un regalo, una posibilidad de enriquecimiento, de co-
nocimiento y de experiencia que yo no podría tener si la otra per-
sona no existiera.
Cuando nosotros NO JUZGAMOS NADA, sino que todo lo que
ocurre lo vemos como parte del GRAN PLAN CÓSMICO, y cada
acontecimiento que sucede lo acogemos y lo aceptamos como
parte del plan, se desarrolla dentro de nosotros una gran tranquili-
dad. Estamos en casa (El Universo) y todo lo que sucede es lo que
tiene que suceder.
Me acuerdo de pequeñita, 10 años aproximadamente, que
cuando los adultos me preguntaban si tenía novio, que yo me hacía
interiormente la reflexión: ”de que yo podría amar a cualquier hom-
bre”. Hoy tengo clarísimo que sí, que se puede amar a cualquier
persona que esté abierta a ser amada y que también sepa amar o
quiera aprender. Y que cada relación, con cada una de esas perso-
nas que la vida te traiga, va a ser un viaje totalmente diferente y
maravilloso, donde vas a aprender infinidad de cosas diferentes
que te van a enriquecer. Cada relación es un viaje a lo descono-
cido, para aprender. Yo así lo he vivido.
Otra persona muy importante en mi vida fue una compañera de
la carrera de Magisterio. En aquella época comprendida entre mis
16 y 19 años, yo tenía una pareja con la que yo me sentía estar en
una montaña rusa, yo me dejaba elevar y hundir una y otra vez. Yo
sentía que me dejaba destruir por esa persona; pero cuando tra-
taba de buscar apoyo para salir de ahí, no lo encontraba, al con-
trario. Personas de confianza en mi familia me decían: “así son las
relaciones de pareja”, “eso es lo normal”, etc. Hasta que encontré
a esta amiga que me dijo: ”ni hablar, las relaciones de pareja no
son así. Deja a ese hombre”, y lo dejé. Encontré el Apoyo externo
que necesitaba para corroborar mi sentimiento interno y poder
atravesar los introyectos que yo tenía en aquel momento, a saber:
—Las relaciones de pareja son para toda la vida.
—Si tomas un camino, tienes que seguir en él ad infinitum.
—No te puedes equivocar. Las equivocaciones son fracasos.
—No puedes fracasar.
—Sólo puedes tener relaciones sexuales con tu pareja, que es
única.
—Tienes que aguantar en tu relación de pareja.
—¿Qué van a pensar de ti, la familia y los amigos si dejas a tu
pareja?
—Después de estar en una relación, ningún hombre va a querer
tenerte como pareja.
—Etc.
Aquí se pone de manifiesto los conceptos que tanto trabajamos
en Gestalt: EL APOYO EXTERNO Y EL APOYO INTERNO, y el tema
de los INTROYECTOS.
El desarrollo del ser humano va desde el Apoyo externo al apoyo
interno. Cuando nacemos, el bebé necesita todo de sus padres o
de las personas que hagan esa función, y poco a poco con la ma-
duración del sistema nervioso y el desarrollo en general, el ser hu-
mano va adquiriendo autonomía y va desarrollando su apoyo
interno desde el Apoyo externo que le dan sus padres, o figuras
sustitutas de ellos y la sociedad en general.
Por decirlo metafóricamente, el ser humano al nacer es como
ese joven arbolito que a duras penas se mantiene erguido, y al cual
atamos una guía consistente, (Apoyo externo) hasta que el arbolito
va fortaleciéndose internamente (apoyo interno) y ya no necesita
esa guía para mantenerse firme.
A lo largo de nuestra vida, a veces; necesitamos Apoyo externo
para atravesar los introyectos adquiridos durante nuestra educa-
ción y nuestra vida en general, que dificultan nuestro crecimiento,
nuestra evolución, nuestra felicidad y nuestra tranquilidad y paz
interior.
Otra figura muy importante en mi vida fue una compañera en
mi formación gestáltica, cuyo amor me dio suelo donde pisar. Ahí
sentí lo que era el AMOR INCONDICIONAL de la madre. Yo me sen-
tía muy querida. Yo estaba protegida con su amor, su amor creaba
dentro y alrededor de mí una capa gruesa, invisible, de protección
que me daba una seguridad interior y exterior que me hacía muy
feliz. Yo era feliz.
En esa relación crecimos ambas hasta que llegó a un punto
donde había escollos que atravesar, introyectos, que no queríamos
atravesar y la relación la rompimos las dos. Ambas nos llamábamos
amigas del alma. En esta relación el amor que recibía era como el
que me daba mi madre, pero mi madre me dio un amor con poca
presencia, porque siempre estaba trabajando para sacar la familia
adelante, y ella un amor con presencia y disponibilidad.
En las relaciones que he vivido con mis iguales, siempre se aca-
baban por un lado o por otro. Cuando una de las partes sentía que
no podía seguir creciendo al lado de mí, o yo al lado de la otra per-
sona. Me acuerdo lo dolorosa que fue para mí la despedida de un
amigo que me dijo que ya no podíamos salir más. En aquella época
yo me sentía muy sola, y él era una fuente que me traía muchos
amigos y actividades diferentes. Yo lo respeté y seguí adelante con
mi vida. Sentí que no era vista por él.
Otra figura muy importante es mi relación de pareja actual. Con
ella yo aplico el amor incondicional que sentí con mi amiga. Amor
incondicional que se condensa en lo siguiente:
—Te quiero tal como eres, no tienes que hacer nada en especial
para que yo te quiera.
—Cuando te miro, te miro para encontrar toda la belleza que
hay en ti, en tu presencia, en tu mirada, en tu sonrisa, en tu cami-
nar, en el perfume que desprende tu ser, en tu pelo, en tu piel, en
tus manos, en la ropa que usas, en las veces que te paras y me
miras y te haces presente, ahí estoy yo para recibirte y disfrutarte
con todo lo que me das.
—Sí, sé que a veces estás desconectado, que a veces no estas
a mi lado, que estás perdido en tus cosas, que no me ayudas todo
lo que me gustaría que me ayudaras. A veces me enfado con esto;
pero cuando lo hago luego te pido disculpas y tú las aceptas. Sé
que todo esto forma parte de ti en este momento y lo acepto,
cuando me paro y reflexiono.
—Y también enfadarse forma parte de la relación y hace evolu-
cionar; pero en todo enfado tengo siempre presente el respeto a
tu singularidad y en ver que puedo aprender de lo que me enfada
de ti, para usarlo en mi propio desarrollo.
—Bendigo el hecho de que estés a mi lado, de que existas, de
que quieras compartir un tiempo de vida conmigo. Lo considero
un regalo grandioso.
—Saboreo esos momentos de conexión-comunión que tanto
nos nutren a ambos. Son momentos mágicos que nos unen pro-
fundamente.
—Disfruto viendo los cambios que se van produciendo en ti. Los
valoro, los comparto contigo y me nutren a mí.
—Me encanta no ponerte límites, etiquetas y que me sorprendas
con tus cambios.
—Etc.
Otra relación muy importante en mi vida es la relación de mí
conmigo misma. En estos momentos de mi vida estoy explorando
la aceptación total de todo lo que pasa dentro de mí y a mí alrede-
dor. Si dentro de mí detecto conflicto, me digo: “esto también
forma parte de la vida”, y esto me tranquiliza. Si estoy atascada en
la realización de este artículo, me digo: “esto también tiene que
suceder” y me tranquilizo. Si me duelen los huesos, me digo: “esto
es la edad” y veo que puedo hacer para cuidarme más.
En estos momentos de mi vida estoy en la ACEPTACION de
todo lo que sucede y en SOLTAR, no agarrarme a nada, ni a lo
bueno ni a lo malo. Vivir todo lo que me trae la vida, sea lo que
sea y no agarrarme a nada. Vivirlo sabiendo que va a pasar y en
esa conciencia de que todo tiene un principio y un fin. ENTRE-
GARME a saborear hasta la última gota del cáliz y en ese entre-
garme está contenida la ETERNIDAD; porque cuando yo estoy
entregada al cien por cien no existe el tiempo, es como si el
tiempo se parara y lo único que existe es ese momento y la vi-
vencia que estoy sintiendo ahí.
Otro concepto importante en este momento de mi vida es el
VACIO, vaciarme de todo incluso de mí misma. No tener ninguna
expectativa con nada. Creo que en el proceso de vivir vamos apren-
diendo muchas cosas que nos hace falta adquirir, hasta que llega
un momento en que ya lo que queremos es soltarlo todo, incluso
soltarnos de la identificación con una misma y ahí SER Y ESTAR.
LA RELACIÓN DE PAREJA

A la pareja llevamos todo lo que somos, lo bueno y lo malo, o


mejor dicho, lo que ayuda a crecer a la relación y lo que daña a la
relación. Esto en definitiva es lo que me ayuda a crecer a mí y a la
otra persona, y lo que me hunde a mí y a mi pareja; porque cuando
hundo a mi pareja también me hundo yo; porque cuando le digo
al otro: “Tú no vales nada”, también me lo estoy diciendo a mí
mismo/a; porque si el otro no vale nada, qué hago yo ahí en esa
relación con alguien que no vale nada. Si estoy ahí es porque tam-
poco yo valgo nada. Y todo este diálogo es de locos.
Sabemos por la física que todos somos energía y que la energía
ni se crea, ni se destruye, sino que se transforma. Todos somos
energía en constante transformación, en constante cambio, en
constante evolución. Todos somos preciosos, somos un trocito de
universo encarnado; pero esto lo hemos olvidado y tenemos que
recuperarlo para ser felices.
Todos los estigmas que tengo en mí mismo-a, los voy a depositar
en mi pareja, y si no pongo conciencia en esto, me transformo en
un eslabón de la cadena que se perpetúa una y otra vez, genera-
ción tras generación. Tal como me hicieron daño a mí, y si no le
pongo conciencia, me convierto en un promotor de lo disfuncional
que hace daño a los demás. Para romper esta transmisión de dolor
y daño heredado, hace falta poner conciencia. Hace falta sanar las
heridas que llevo dentro de mi ser, sacar la rabia por el daño reci-
bido, y después perdonar y comprender por la inconsciencia del
daño que nos fue infringido.
Preguntarnos en un momento determinado si queremos seguir
siendo perpetradores de daño, dolor y sufrimiento, o si queremos
romper este maleficio e iniciar un nuevo periodo de reconoci-
miento, de valoración, de entrega a mí mismo-a y a mi pareja.
Realmente la relación de pareja es algo maravilloso si ambos
miembros están en lo mismo, es algo precioso que se va constru-
yendo día a día, instante a instante y que consiste en el descubri-
miento y desenvolvimiento mutuo. En no regatear un minuto de
felicidad de dar al otro y de recibir del otro.
En realidad, deberíamos pensar en la verdad de nuestra vida, y
la verdad de nuestra vida es que la muerte nos acecha constante-
mente y que en cualquier instante podemos pasar de la vida a la
muerte, y que este reconocimiento nos ayude a entregarnos a lo
que tenemos si pensamos que merece la pena, o a abandonarlo y
buscar lo que realmente queremos. ¡Para qué vamos a perder el
tiempo y la energía con alguien, si no queremos estar ahí! Si estoy,
estoy; y si no estoy, mejor me voy.
La mayoría de los aspectos que machacamos a nuestra pareja,
tienen que ver con aspectos que nos fueron machados a nosotros.
La mayoría de las cosas que pedimos a nuestra pareja tiene
que ver con nuestras propias carencias, agujeros, conflictos no
resueltos. ¿Cuál es el conflicto que tengo con “eso” que pido a
mi pareja?
El trabajo que hago en mi taller de pareja titulado: “Yo, Me, Mí
Conmigo, Mi ombligo y Mi pareja” es un trabajo, en busca de la ar-
monía conmigo mismo/a y con mi pareja. De toma de conciencia
de mí y de mi realidad en estos momentos de mi vida. De presencia
en lo que estoy. De hacerme responsable de mí, de mis carencias,
agujeros y conflictos. Si me hago responsable de mí, me apoyo en
mis pies, y desde ahí puedo compartir con el otro, no soy una carga
a la que tienen que arrastrar o portear. Estos son los tres pilares
básicos de la terapia Gestalt: conciencia de dónde estoy y cómo
estoy yo en estos momentos de mi vida; presencia, es decir, en-
trega a mí mismo y a lo que hago; y responsabilidad, palabra que
da mucho miedo hoy en día, y que lo que en realidad significa es
responder por lo que hago, algo así como, sí, esto lo hago yo, y de
esto me encargo yo, yo respondo por esto, yo me hago responsable
de esto.
Marcela Miguens en su libro Gestalt Transpersonal [54], dice:
”La primera consigna para mejorar la comunicación es no entrar
en el juego ‘tóxico’ de quien tiene la razón y quien tiene la culpa.
La segunda es no tratar de cambiar al otro. Dejarlo ser distinto de
nosotros. Apreciar lo diferente”.
El trabajo que hago está dirigido tanto a ambos miembros de la
pareja como a personas que aunque en este momento no tengan
pareja quieran indagar en este terreno.
Cuando buscamos una pareja en realidad estamos buscando el
sentirnos queridos tal y como somos, aunque no sepamos real-
mente que estamos buscando esto. Estamos buscando a ese padre
o a esa madre ideal, que no tuvimos, y que nos hace falta. Y el tra-
bajo de conciencia viene realmente cuando nosotros nos transfor-
mamos en nuestro padre y madre ideal, y le damos al otro lo
mismo que es amor incondicional, ahí se produce el cambio, la
transformación.
Cuando una persona se siente querida tal y como es, se abre,
se le derrumban todas las resistencias y se entrega y florece.
¿Cómo podemos llegar hasta ahí? Viviendo, ¿y qué es esto de
vivir? Significa tener presente lo que la vida me ofrece en cada mo-
mento y decidir si me entrego a eso o no.
El cuento sufí de la Devoción [60.3] dice: “Recuerda las limita-
ciones de los seres humanos y recuerda tus limitaciones. Y, cual-
quiera que sea la clase de amor posible, ve a por él. No persigas lo
imposible. Ve por lo posible, que lo posible se termine, que tu ser
salga realizado y entonces lo imposible también puede suceder. Te
has hecho capaz de eso.
Primero transita las alegrías del amor humano y las desgracias
del amor humano y déjate madurar”.
Aquí en la tierra todos somos imperfectos, si fuésemos perfectos
estaríamos en otro nivel, en el de los Ángeles, Arcángeles etc. Aquí
en la tierra no hay nadie perfecto. Si acepto que soy imperfecto,
que estoy en crecimiento también puedo aceptar las imperfeccio-
nes de los otros y saber que también están en crecimiento.
Sería preguntarnos a nosotros mismos: ”¿Con esta persona que
está aquí disponible para mí, lo acepto como compañero/a de viaje
para transitar una parte o la totalidad del camino por mi vida en la
tierra? “.
“¿Estoy a gusto con esta persona, puedo estar en silencio con
ella y sentirme relajado? ¿Me gusta su piel? ¿Estoy dispuesto a
aprender con ella?”.
Claro que hay cosas que no me gustan y que me gustaría que
fueran diferentes; pero, ¿puedo vivir con ellas sin que me pertur-
ben demasiado? Yo también tengo cosas que a la otra persona no
le gustan, yo también soy imperfecta/o.
En la medida que nos damos cuenta de nuestras carencias o de
nuestros agujeros y lo trabajamos en nosotros mismos y no ma-
chacamos al otro con nuestros déficits, vamos consiguiendo una
paz interior que nos inunda a nosotros e inunda a la otra persona.
En nuestra relación hay espacio para los dos para que los dos
estemos a gusto y para que nos reconozcamos mutuamente en
este espacio y nos demos mutuamente el espacio de cada uno.
Yo me doy mi espacio y te lo doy a ti, tú te das tu espacio y me lo
das a mí.
Yo me siento honrada/o de ser tu pareja, tú te sientes honrado
de ser mi pareja, y ambos honramos nuestra relación. Considerad
la relación de pareja como el templo que construís día a día, piedra
a piedra, momento a momento y en el cual habitáis y reináis. Que
ese templo esté cada día más resplandeciente, que en él haya ar-
monía, serenidad, paz y mucho amor. Que vuestra relación de pa-
reja sea un remanso de paz para vosotros y las personas que os
rodean. Que cada día os sintáis más orgullosos de lo que estáis
construyendo. Que ambos os transforméis en la expresión viva de
la exaltación del amor. Que os transforméis poco a poco en una
pareja alquímica, que vayáis transformando metafóricamente los
metales inferiores en oro, las piedras en rubíes, esmeraldas y dia-
mantes y que rezumáis amor por cada una de las células de vuestro
cuerpo. Que aprovechéis cada instante para expresaros mutua-
mente vuestro amor. Que no dejéis que las nubes quiten brillo a
vuestro templo. Que cuando pase el tiempo puedas decir que esta
relación la construí yo y la sigo construyendo día a día, y que te
sientas orgulloso/a de lo que has creado.
Suzana Stroke50, en la conferencia que dio en Jera, el veinti-
nueve de octubre de dos mil dos, dice: “Que la pasión existe justo
para que podamos juntarnos, es como el imán que hace que nos
acerquemos irremediablemente uno al otro”.
Y después de la pasión y del enamoramiento viene la realidad.
Clarissa Pinkola en su libro Mujeres que corren con lobos [70],
dice: “Cada uno de los miembros de la pareja ve la frágil y herida
parte oculta del otro o ve al otro como algo que ‘no es precisa-
mente un trofeo’. Este momento parece un momento espantoso y,
sin embargo, es el momento privilegiado en que existe una autén-
tica oportunidad de dar muestras de valentía y conocer el amor.
Amar significa permanecer al lado de alguien. Significa salir de un
mundo de fantasía y entrar en un mundo en el que es posible el
amor duradero, cara a cara, hueso a hueso, un amor hecho de
afecto. Amar significa quedarse cuando todas las células gritan:
‘Echa a correr’. Somos fuertes cuando estamos con otra alma.
Cuando estamos unidos a los demás no nos pueden romper. Para
amar de verdad hay que ser un héroe capaz de superar el propio
temor. El momento decisivo se produce cuando uno se atreve a
amar ‘a pesar de’, a pesar de mis dudas, a pesar de mi inquietud,
a pesar de las heridas que haya sufrido anteriormente, a pesar de
mi temor a lo desconocido.
A veces no existen palabras capaces de ayudarme a ser valiente.
A veces hay que lanzarse sin más, tiene que haber en la vida de un
hombre o de una mujer algún momento en que este/a se deje lle-
var por el amor, en que le dé más miedo quedar atrapado en el re-
seco y agrietado lecho fluvial de la Psique, que adentrarse en un
exuberante pero inexplorado territorio.
Todos hemos cometido el error de pensar que otra persona nos
puede curar, emocionar o llenar. Se tarda mucho tiempo en averi-
guar que no es así, sobre todo porque proyectamos la herida fuera
de nosotros en lugar de curarla dentro de nosotros”.
Metafóricamente me gusta considerar la relación de pareja
como un fuego que calienta el alma de los amantes y también el
lecho común. Para tomar conciencia de lo que hago con este fuego,
de vez en cuando me paro, y me pregunto: ¿Esto que estoy ha-
ciendo, nutre o destruye mi relación de pareja, alimenta o enve-
nena a mi pareja? Y esta pequeña reflexión me sirve para saber
por dónde ando. Si soy una mujer o un hombre constructiva/o, nu-
tritiva/o, o, destructivo/a, venenosa/o. Y desde ahí me propongo
día a día lo que quiero hacer: “¿Quiero construir o destruir?”, y
actúo en consecuencia y me hago responsable de lo que hago.
Mi forma de trabajar con las parejas consiste en tener algunas
sesiones con ella, para esclarecer la dinámica de la relación, y
según sea esta y si lo considero necesario aconsejar a cada miem-
bro de la relación a que haga terapia individual, cada uno con un
terapeuta diferente; para que cada cual vaya trabajándose sus he-
ridas, agujeros o conflictos.
En realidad hacen falta tres terapeutas para trabajar con una pa-
reja, uno para la relación de pareja y los otros dos para cada miem-
bro de la pareja.

MI CUERPO: EL LUGAR DONDE HABITO

Para mí, mi cuerpo es un templo de sabiduría, al que yo consulto


si me aparece algún síntoma. Es un termómetro que me indica que
está pasando dentro de mi psique. En mi caso la mayoría de los
síntomas que me aparecen tienen que ver con excesos. Excesos
de trabajo, de responsabilidad, de comida, de preocupaciones, de
tensiones, etc.
Cuerpo y mente están en profunda conexión. Cuando me miro
al espejo y me siento guapa rápidamente mi mente se alegra, se
distiende y se relaja. Todo mi ser se regocija de: ”este verme
guapa”. Cuando tengo en la cabeza una idea negativa de mí misma,
inmediatamente empiezo a sentirme mal. Empiezo a tensarme, a
crisparme y puede aparecer fácilmente algún dolor o malestar en
alguna parte de mi cuerpo.
¿Cómo cuidar el cuerpo donde habito? Cuidando mi mente y
cuidando mi cuerpo.
¿Cómo cuido mi mente? Dejándola vacía cuando no tengo que
hacer con ella ninguna actividad. ¿Cómo la dejo vacía? A mí me
ayuda mucho mirar una pared blanca o imaginarme en mi mente
una pared blanca. Ahí yo descanso en el blanco, me entrego al
blanco, me dejo reparar por el blanco, me relajo en el blanco y me
dejo sostener por el blanco.
Todo esto puede ser un primer paso para luego entregarte a la
nada. ¿Qué es la nada? La nada es el lugar de donde vinimos, de
donde surge toda la vida. Es como nuestra GRAN MAMÁ que nos
sostiene y nuestro GRAN PAPÁ que nos cuida. Ahí no hay nada.
Una vez en una experiencia que tuve yo con Movimiento Autén-
tico, me sentí fundida con el espacio, yo no era nada, ni nadie, no
tenía límites, era espacio con el espacio, si se puede decir que era
algo. Y yo sentía que era solo conciencia y la sensación de bienes-
tar era muy grande, si se puede decir sensación de bienestar. Era
más bien felicidad. Yo no era nada, sólo conciencia y la sensación
era de felicidad. Me preguntaba, ¿dónde está Pepa? Y me respon-
día, Pepa no está en ningún sitio, no existe aquí. Cuando le co-
menté esta experiencia a Claudio Naranjo me dijo: “Donde no hay
nada que cortar, ninguna espada puede cortar nada”. Esta frase
me dio mucha luz acerca de todos los miedos y las preocupaciones
que tenemos los seres humanos. Todos los miedos y preocupacio-
nes son siempre por el miedo a perder, perder mis amigos, perder
mi trabajo, perder mi pareja, perder mi casa, perder mi prestigio,
perder, perder, perder, y en último caso perder la vida.
Cuando no tengo miedo a perder nada, ahí puedo descansar,
puedo vivir lo que hay en cada momento y ser feliz con ello. Nues-
tro miedo nos atenaza, para no estar completamente presentes y
en la plenitud de lo que somos, en cada momento de nuestra vida.
¿Cómo nos liberamos de nuestro miedo? Confiando en la vida, con-
fiando en que lo que la vida nos trae en cada momento es un regalo
para nosotros, aunque a primera vista pueda parecer duro, difícil,
problemático, que no podemos con ello, etc. Pero si la vida nos lo
trae es porque tenemos que aprender algo con ello. Y al aceptarlo
nos hemos abierto para recibirlo y ahí empiezan a cambiar las
cosas. Lo que antes nos parecía tan duro ahora se hace menos
duro, lo que antes resultaba muy difícil ahora se hace más lleva-
dero y lo que antes era problemático ahora lo es menos.
Al abrirnos a recibir la vida tal como es, descansamos, descan-
samos en la vida. Y ahí nuestra vida se nos presenta como el TAO,
se convierte en TAO; que es como decir sí a todo lo que nos va lle-
gando. Y ese sí es como abrirnos a recibir lo que nos llega, a de-
jarnos influenciar y transformar por lo que vivimos y a ver como
vamos creciendo y como nos vamos dejando modelar por la vida,
y nos dejamos asombrar por todo lo que acontece delante de nos-
otros y en nosotros como los niños, que se sorprenden por todo,
porque todo le resulta nuevo.
La alegría de vivir conlleva la aceptación de todo lo que va pa-
sando a nuestro alrededor, porque todo lo que pasa a nuestro alre-
dedor es la vida. Y la vida hay que vivirla sin juicio, probarla,
degustarla sin juicio. Porque el juicio contamina lo que se nos pone
por delante, y no nos deja saborear lo que hay con su auténtico y
genuino sabor; sino que nos pone unas gafas, que son las gafas
del juicio, y que nos hace ver lo que sucede en el momento no de
una forma natural; sino teñido con el color de las gafas del juicio
que nos ciega, que lo contamina todo, que lo transforma todo y
que lo envenena todo.
Para ser feliz en este mundo hay que huir de los juicios, huir de
poner etiquetas de clasificación a todo y dejarnos impregnar,
mojar, inundar por la vida y estando en este estado, paladearlo
todo, degustarlo todo, sentir todo lo que pasa a nuestro alrededor
y dentro de nosotros. Sólo así podremos ser felices y degustar y
paladear la vida.
Nuestra vida está llena de sorpresas, de oportunidades, de re-
galos y tenemos que estar preparados para recibirlos y disfrutar de
ellos, para crecer con ellos, para vivir con ellos, para transformar-
nos con ellos. Sólo así, la vida merece vivirse y sólo así nos vamos
enriqueciendo y transformando.
En nuestra vida muchas veces nos encontramos con cosas que
nos asustan, nos sorprenden, nos apabullan. Sólo abriéndonos a
ellas podemos transformarnos, crecer y enriquecernos. Miremos a
la vida con amor y este amor nos será devuelto mil veces más. Can-
temos a la vida con todo nuestro corazón y la vida nos devolverá
canciones, melodías y ritmos que nos acompañaran en todo mo-
mento.
El dolor pertenece a la vida, es consustancial a ella. Recibá-
moslo con los brazos abiertos cuando llegue, y ese dolor se tornará
en dicha. La dicha de saberse en sintonía con lo creado, en sinto-
nía con todo lo que existe, en sintonía con uno mismo y en sintonía
con los demás.
La vida es cambio, constante cambio. Cambio del día a la
noche, de la luz a la oscuridad, de la primavera al verano y luego
al otoño y luego al invierno y vuelta a empezar y todo esto combi-
nado con miles de factores, los cambios de temperatura, las incle-
mencias del tiempo, la humedad, etc.
Amando todo lo que hay, hacemos un acto de amor con nos-
otros mismos, porque no nos violentamos, como lo hacemos, al
rechazar algo de lo que ya existe, y de esta manera nos acercamos
al TAO de la vida, consumamos el acto de vivir, que es un regalo
que se nos ha otorgado.
Disfrutar es comulgar con la vida, aceptar cada momento tal
como es con toda su belleza y su dolor, si es que lo hay. Cuando
yo busco la belleza que hay en todo lo que existe, la encuentro, y
al encontrarla entro en resonancia con ella y me transformo en ella
y con ella, entro en el TAO de todo lo que existe.
Yo durante mucho tiempo he buscado la belleza en todo lo que
existe y aún la busco. Este ejercicio de buscar la belleza en todo
lo he enseñado a mis alumnos, en mi taller de “La Plenitud”, y
cuando tú vas buscando la belleza en el otro, tú estás conectado
con tu propia belleza y al darte cuenta de esto te conmueves. Lo
que te conmueve es darte cuenta de que cuando buscas la belleza,
estás conectado con el amor. El amor a ti mismo, y el amor a los
demás, esto es lo que te conmueve, el darte cuenta de todo el
amor que hay dentro de ti, para ti y para los demás.
Lo que nos conmueve a los seres humanos es sentirnos queri-
dos (en todas sus facetas de ser respetados, cuidados, valorados,
honrados, etc.). El gran déficit que tiene el ser humano es un déficit
de amor. Estamos hambrientos de amor y la saciedad de esta falta
de amor está dentro de nosotros mismos.
Si no somos conscientes de estar hambrientos de amor, somos
como sacos sin fondo, donde todo lo que entra dentro de ellos se
pierde . En nosotros esto se traduce en las relaciones con los
demás y en las relaciones de pareja, que nunca estamos satisfe-
chos. Nos den lo que nos den siempre queremos más, y esto es
porque todavía no somos conscientes, no nos hemos hecho cargo
de nosotros mismos.
En el momento que nosotros nos hacemos cargo de nosotros
mismos, y de nuestra hambruna, es como si le ponemos fondo al
saco, y ahí desde ese momento, todo lo que recibimos se queda
en nosotros y nos nutre, porque ya tenemos fondo y ese fondo es
la conciencia de nuestra hambruna. Literalmente el fondo es como
que nos cogemos a nosotros mismos con nuestras manos y nos
hacemos cargo de nosotros mismos. Y ahí aprendemos a paladear
y a disfrutar de lo que nos dan los demás y de nosotros mismos.
La conciencia es la luz que ilumina la oscuridad. La oscuridad
de no saber quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos.
Cuando somos conscientes de quienes somos, desaparecen todos
los miedos, las inseguridades, las dudas, etc. y aparece la tranqui-
lidad, la paz, el equilibrio y la armonía.
Sólo cuando el ser humano sepa de sí mismo, quién es y cuál
es la finalidad de su vida, la paz en el mundo florecerá, y los hu-
manos podremos vivir en paz y en armonía unos con otros. Ese
momento todavía tardará; pero llegará.
La vida se va haciendo más compleja día a día, y al mismo
tiempo, también más fácil. Todos los medios tecnológicos que te-
nemos hoy en día nos hacen la vida más fácil y al mismo tiempo
hay más incomunicación entre los seres humanos.
En el futuro, la vida será más fácil, porque sabremos mucho más
de nosotros, de la vida y del universo. El universo está en constante
expansión, es lo que dicen los científicos. Es de suponer que por
resonancia también nuestra vida está en constante expansión, cre-
ación y cambio.
¿Cómo cuidar de nuestro cuerpo? Oyéndolo, para oírlo uno
tiene que estar en silencio interior y exterior. Si hay mucho ruido
exterior o interior no se puede escuchar su voz. A veces puedo es-
cuchar que mi cuerpo me pide descanso, o me pide tranquilidad,
o me pide comer menos o comer otras cosas. Si no escucho estos
mensajes me enfermo, aparece algún síntoma en mi cuerpo.
Cada persona debe ir conociendo los alimentos que le sientan
bien y los que le perjudican y esto a veces se comprueba por en-
sayo y error. Por ejemplo, hay personas que cada vez que comen
en exceso chocolate a los pocos días le aparecen forúnculos en
determinadas zonas del cuerpo, u otras que no digieren bien los
productos lácteos y, como consecuencia, sufren de alergias y/o ca-
tarros u otras que no digieren bien el gluten, y se hinchan, etc.
Cada vez que aparece un síntoma deberíamos preguntarnos in-
ternamente: ”¿con qué puede estar relacionado este síntoma?”. Y
a veces la respuesta llega fácilmente, si no en el momento pre-
sente, en algún otro momento posterior; porque el universo siem-
pre tiende al equilibrio y una pregunta es un desequilibrio. Y si lo
tomamos desde la Gestalt, una pregunta es algo inconcluso y como
sabemos todo lo inconcluso va a seguir llamando a nuestra puerta
de una u otra forma hasta que se resuelva.
Yo por ejemplo que tengo artrosis. Cuando tengo dolores o ri-
gideces en las manos o los pies o en cualquier parte del cuerpo,
hago visualizaciones, como esta que cuento a continuación: “me
imagino que cada vez que doy un paso lo hago con calzado almo-
hadillado que cede a la presión del paso y que está impregnado
de una sustancia calmante, sanadora y lubricante (como el “maná
del desierto” que cuenta la biblia, un maná sanador) que a la pre-
sión del paso masajea el pie con esta sustancia y va disolviendo
y sanando los dolores y rigideces. Y mientras hago esto también
me imagino una música maravillosa que me rodea y que va en-
trando en cada una de mis células sanándolas y a la música le
acompaña un perfume que me embriaga y me deleita. Y haciendo
esto cada vez me siento más ligera, más sana, más llena de vida
y más optimista.
Para los problemas de conciliar el sueño tengo diferentes fanta-
sías una de las cuales es la siguiente: “Ya en la cama con los ojos
cerrados y lo más cómoda y relajada que puedas vas a tener un
encuentro con el ‘hada del sueño’. El hada del sueño es una mujer
bellísima vestida de blanco que te coge en su regazo como un bebé
y te arrulla, te acurruca suavemente y te tararea una suave melodía,
un suave susurro que te va sumiendo en un profundo sueño repa-
rador, nutritivo, calmante, embriagador y liberador. Y al mismo
tiempo ella desprende un aroma de azahar dulce que te envuelve
como el arrullo de los pájaros en un atardecer de primavera”.
A veces en reuniones familiares o de amigos, como ya he men-
cionado anteriormente, de pronto nos damos cuenta que estamos
con dolor de cabeza, y si ponemos conciencia podemos constatar
que hay demasiados estímulos que reclaman nuestra atención, de
esta forma, nuestro cerebro se ha sobrecargado sin darnos cuenta
por un exceso de estimulación, atención y ruido, y ha aparecido el
dolor de cabeza. Si el dolor de cabeza no está muy instalado,
puede ayudarnos hacer una visualización de imaginarnos, como
por todos los orificios que tenemos en la cabeza, sale ese exceso
de energía. Es decir, por los ojos, los oídos, la nariz, la boca, la co-
ronilla y por todos los poros de la cabeza y del cuerpo. Imaginamos
que el fluido estancado empieza a fluir y desaparece el dolor de
cabeza.
También a veces, los grandes almacenes producen dolor de ca-
beza por el exceso de estimulación que recibimos tanto visuales,
como auditivas, como olfativas, como de movimiento, etc.
Todos tenemos una gran información, sobre hábitos saludables
para cuidar el cuerpo, pautas para la alimentación, informaciones
suficientes para hacer ejercicios físicos, conocimientos de técni-
cas de masajes diversos, prácticas de técnicas orientales muy di-
versas, etc.
Nuestra tarea consiste en poner en práctica todo lo que sabe-
mos y comprobar lo que es más adecuado para nosotros. Cuesta
mucho trabajo cambiar los viejos hábitos, y a veces tiene que apa-
recer un síntoma una y otra vez, hasta que su presencia en nos-
otros es más molesta que el esfuerzo que tenemos que hacer para
cambiar viejos hábitos. En este sentido, la enfermedad es un gran
maestro que va moldeando nuestro ser, para encaminarlo en la di-
rección que nuestro ser necesita.
Una y otra vez tropezamos en la misma piedra, es decir, caemos
en los viejos hábitos. Pero cada pequeño avance es una victoria, y
aunque recaigamos una y otra vez, los avances que hayamos con-
seguidos son victorias que ya conocen como es el transitar del ca-
mino. Han abierto un camino dentro de la selva de nuestros viejos
hábitos, y aunque recaigamos, el camino ya está abierto para volver
a retomarlo y desde él seguir hacia adelante.
Las adicciones por ejemplo se pueden ir superando desde las
ventajas de no tenerlas o desde los inconvenientes de tenerla o
combinando los dos caminos. Como ya comenté más arriba, a
veces los inconvenientes de una adicción nos molestan tanto, que
esto se convierte en la fuerza que nos ayuda al cambio, o las ven-
tajas que tiene dejar una adicción nos nutre tanto, y nos da tanto
bienestar, que esto se convierte en acicate para abandonar la adi-
ción o ambas cosas a la vez.
Yo, ahora mismo, cuando escribo este artículo y me dejo sentir
mi cuerpo, siento: Mi boca húmeda agradablemente, mi cabeza
vacía ligeramente almohadillada, blandita. Mi vientre esponjoso y
cómodo. Todo mi cuerpo apoyado en el sofá, calentito y conforta-
ble. Una música relajante me envuelve, me susurra y me acaricia y
en este ambiente estoy escribiendo parte del artículo. En la escu-
cha de mi cuerpo y en la búsqueda de mi bienestar, y desde aquí
te invito a ti, que lees esto, a que hagas lo mismo contigo.
En este momento ponte en contacto con tu cuerpo, toma con-
ciencia de tus sensaciones internas, sumérgete en ellas y paladéa-
las, y ahí siéntete parte de toda la creación, sostenido y cuidado
por toda la creación. Y desde ahí descansa de todo lo que tengas
que descansar y disfruta de esta conexión con todo lo creado. Re-
gocíjate de sentirte una parte de este gran puzle, que es el puzle
de la creación, y déjate llevar por el fluido de la vida. Déjate vivir
por la vida, que la vida te viva a ti.

LA FEMINIDAD: CANTO A LO FEMENINO

Toda la creación es femenina. La energía de la creación crea el uni-


verso que es como un gran útero que lo contiene todo, y la energía
del universo cuida de todo y crea todo.
Con esta idea que acabo de expresar se me quita todo el miedo al
devenir, al futuro, a lo que puede pasar, etc. Porque en cada mo-
mento me siento en casa, creada y cuidada por la energía del uni-
verso, y yo soy parte de esa energía, encarnada, para aprender lo
que es la creación, para experimentar todas las posibilidades infi-
nitas que tiene la creación.
Cuando yo vivo mi vida desde ahí, me libero de apegos y mi vida
se vuelve más ligera, en el sentido de que la energía ni se crea, ni
se destruye, sólo se transforma. Mi energía, la energía que da vida
a Pepa, no se va a morir nunca, sólo se va a transformar y va a dar
vida a otro ser, para aprender otra serie de cosas. No me apego al
ser que soy en esta vida, yo solo vivo, aprendo y trato de disfrutar
todo lo que puedo y cuando vienen las dificultades, las trato de re-
solver lo mejor que puedo en ese momento.
Claro que van a aparecer dificultades en mi vida y que van a
suceder cosas que me pueden asustar, que me van a importunar
o molestar; pero yo en cada momento trataré de resolverlas lo
mejor que pueda en ese momento. Naturalmente el ser humano
sano tiende a acercarse y buscar el placer, a huir del dolor y de lo
desagradable.
Desde el año 2015 al 2018 he estado trabajando con Erika
Schäfer [82] en Alemania, haciendo una formación con ella en cons-
telaciones y Regresiones y allí he aprendido muchas cosas y tam-
bién he tenido vivencias y experiencias muy gratificantes para mí.
Yo fui a Alemania porque vi trabajar a Schäfer, en Barcelona, y
me gusto lo que hacía. Desde mi punto de vista abría nuevos espa-
cios en el trabajo terapéutico, espacios que yo no había explorado
hasta ese momento, o por lo menos no de la forma en que ella lo
hacía.
Para mí, una de las cosas fundamentales que he aprendido con
ella es que estamos todos unidos por un profundo amor. También
podemos decirlo de otra manera: “La creación es un acto de amor
en sí misma”. La energía, que es “una”, se multiplica y disemina
en infinidad de energías que componen todo lo que existe en el
universo. Cuando nacemos, nacemos de la unidad de energía, de
la energía única y cuando morimos volvemos a la unidad de ener-
gía, a la energía única.
El círculo y la espiral son dos formas geométricas que pueden
ejemplificar bien lo que es la vida. Nacemos de la nada o de la “uni-
dad” de energía, aquí se abre el círculo y cuando morimos volve-
mos a la nada o a la “unidad” de energía; aquí se cierra el círculo.
La espiral es cuando vamos pasando siempre por los mismos con-
flictos o dificultades; pero cada vez lo hacemos desde distintos gra-
dos de conciencia; es decir, por ejemplo, tenemos conflictos con
los padres, los hermanos, la familia más extensa, con amigos, etc.,
pero cada vez vamos ganando comprensión, y nos acercamos a
estos conflictos de forma diferente, a diferentes niveles, ahí vamos
describiendo una espiral. Círculos que se van elevando desde lo
más terrenal a lo más espiritual, en la medida que vamos compren-
diendo y experimentando lo que es la vida y vamos madurando y
creciendo, nos vamos elevando de lo más terrenal a lo más espiri-
tual.
Por ejemplo, nos damos cuenta de por qué tenemos siempre las
mismas dificultades con determinadas personas, y que la resolu-
ción de este conflicto implica un salto cuántico, en el sentido de
abrirnos a aprender algo que no formaba parte de nuestro ser, en
este momento, y al aprender esto nos transformamos en otra per-
sona más completa, más grande, con más experiencia.
Esto que acabo de explicar se corresponde con los conceptos
de asimilación y acomodación de Jean Piaget51 (1896-1980).
Cuando una información nueva llega a nuestra mente, asimilamos
(ingresa), lo que está permitido por nuestros conocimientos pre-
vios, pero luego tiene que hacerse un lugar entre la información
que ya se tenía (acomodación), produciéndose una adaptación del
viejo contenido en función del nuevo, y cuando ya está acomodada
se produce el equilibrio.
Me acuerdo de una experiencia que me pasaba con mi madre.
Yo veía como ella, no era una buena solucionadora de conflictos.
Recuerdo un asunto con unos albañiles que le cambiaron las tube-
rías y el suelo del piso, y tener conflictos continuados porque mo-
jábamos al vecino de abajo debido a que el albañil no había hecho
bien las cosas. Ella se enfadaba mucho con el albañil, pero eso no
daba ningún resultado, porque el albañil se iba enfadado y nos que-
dábamos con el problema abierto. Y esto pasaba una y otra vez
con otros problemas.
Aprendí de una amiga que lo mejor en la solución de conflictos
era la diplomacia. Poner toda la energía en cómo podíamos resol-
ver el conflicto y apoyar a la persona que nos había provocado el
problema, para que tuviera más fuerza para la resolución de la di-
ficultad. Y si no daba resultado buscar a otra persona. Pero en todo
esto, tratar de cabrearnos lo menos posible, porque en este cabreo
al primero que perjudicamos es a nosotros mismos. Aprendí que
con el cabreo sólo se empeoraban las cosas.
En esto que acabo de contar se ve como hay una evolución en
mí, desde el cabreo, que es la primera reacción visceral que tiene
el bebé, cuando no le dan lo que quiere que le den, o cuando no
satisfacen sus necesidades básicas, a la diplomacia, que es una es-
trategia de un adulto, muy alejada de las reacciones instintivas, y
que ya como adulto, ha aprendido a posponer la satisfacción de
su necesidad en el tiempo, hacia el futuro, y no al instante como
el bebé.
Aprendí en el trabajo con Erika Schäfer que en nuestras encar-
naciones pasamos sucesivamente por los diferentes roles: hombre,
mujer; victima, verdugo; salud, enfermedad; riqueza, pobreza; y
por todas las polaridades que existen. En la unidad no hay polari-
dades, ni hay desequilibrio; porque no hay nada. Entonces cuando
en una vida creamos desequilibrio de cualquier tipo, estafas, muer-
tes, castigos, engaños, etc. En la siguiente vida tratamos de equili-
brar el desequilibrio creado y si no lo hacemos sufrimos las
consecuencias, o alguien de nuestra familia lo hace por nosotros y
sufre las consecuencias.
Un día mientras Schäfer trabajaba con una compañera del curso
su artrosis, que también era el tema principal que yo quería traba-
jar, y mientras yo estaba muy atenta al trabajo sentada en un cojín,
de pronto me surgió espontáneamente un movimiento con las
manos que consistía en acercar ambas manos unidas por el dorso
a mis genitales, que luego subían hasta mi cabeza, y de ahí hacia
adelante girando alrededor de las muñecas hasta estar de nuevo
unidas dorso con dorso, y de ahí de nuevo a empezar acercándose
a mis genitales… Y mientras hacía estos movimientos sentía como
mi cuerpo se iba abriendo y relajando, dejándome una buenísima
sensación.
Yo identifiqué este movimiento espontáneo que me surgió,
como el ciclo de la reencarnación y del aprendizaje. El movimiento
empezaba con los dorsos de las manos unidas y hacia abajo ( que
para mí significan sin apego y desde lo más terrenal), que recorrían
mi cuerpo desde los genitales pasando por todos los Chakras52
(que para mí significa de lo más terrenal a lo más espiritual), luego
mis manos se abrían hacía adelante y giraban trescientos sesenta
grados alrededor de las muñecas, y en ese recorrido, las manos
formaban como una copa que luego se abría para que los dorsos
de las manos estuvieran otra vez juntos, y bajaran a los genitales,
para empezar de nuevo el recorrido ( que para mí significa lo que
soy sin apego lo llevo al mundo y me lleno del mundo sin apego;
dorso de las manos) y volver de nuevo a mí, a mi interior, enrique-
cida de mi contacto con el mundo, contacto que me enriquece y
me transforma, y ahí de nuevo comienza el ciclo.
Yo creo que la autosanación es posible y para llegar a ella tene-
mos que soltar muchas cosas, ideas, pensamientos, actitudes,
comportamientos, etc., que nos enferman. Y tenemos que acercar-
nos más a la nada, a la “unidad” de energía. Tenemos que desape-
garnos de todos los apegos que hemos ido cogiendo a lo largo de
nuestra o nuestras vidas y dejar que se caigan para unirnos con la
Unidad de donde todos venimos.
Todos somos conscientes de que la vida es un constante mo-
vimiento, un constante cambio; pero de lo que no somos tan
conscientes, es de que este cambio y este movimiento, lo genera
la energía del universo, la gran creadora, que todo lo genera ella
y que ella crea las condiciones para que todo lo que tenga que
darse, se dé.
Sólo al imaginarme o pronunciar la palabra feminidad se me
llena el cuerpo de terciopelo, de blanco, de dulzura, de delicadeza,
de suavidad, de bienestar, de confort, de fluir, de sensación de ple-
nitud, etc.
Lo femenino para mí es:
—lo sutil.
—lo que crea.
—lo que cuida.
—lo asambleario.
—lo que contiene.
—lo delicado.
—lo que protege lo creado.
—una cascada de belleza.
—lo que embellece.
—lo que florece.
—lo que se expresa.
—explosión de plenitud.
—lo que acomoda.
—lo que llena y se llena de vida.
—lo que perfuma.
—la abundancia de cosas buenas.
—color, belleza, vida y armonía.
Para mí la feminidad es sinónimo de plenitud, todo en la natu-
raleza es femenino, lo masculino sale de lo femenino. Y todos tanto
hombres como mujeres tenemos lo femenino dentro, como el sím-
bolo del ying y el yang.
Todos estos adjetivos que he mencionado arriba tienen su po-
laridad, pero yo me quiero centrar en la belleza, sabiendo que todo
contiene en sí mismo su polaridad.
Mi primer impacto con lo femenino fue cuando estudiaba histo-
ria del arte, con 15 años, y vi por primera vez el cuadro, La Prima-
vera, de Botticelli. Me impresionó tanta belleza y también me
impresionó el embarazo de la figura femenina que representaba la
primavera, y los embarazos de las tres figuras femeninas que re-
presentaban Las Tres Gracias.
Me quedé muy intrigada con el embarazo de La Primavera y su
significación y eso ha estado de forma latente en mí a lo largo de
toda mi vida, hasta que lo comprendí ya bastante madurita alrede-
dor de los 50 años y comprendí que el embarazo de la La Prima-
vera es el embarazo de ti por ti misma; o mejor dicho tú te dejas
fecundar por la energía de la creación, que también eres tú mismo,
y te pares a ti misma, y en este parirte a ti misma está la grandeza
de la creación, te puedes parir a ti mismo, con toda la plenitud que
tiene la creación, y ahí puedes soltar todos los lastres que llevas
arrastrando desde donde sea que los lleves arrastrando, como en
la película de La Misión53 cuando el indio le corta la cuerda a Je-
remy Irons54 de todos los pesos que llevaba a la espalda y que él
no quería soltar.
Tú puedes parirte, liberado o no, pero es tu elección. Tú eliges
en ese momento lo que quieres para ti, que también puede ser
aceptar lo que la vida te pone por delante. Pero la actitud con la
que tú vivas lo que la vida te pone por delante es tuya, es tu res-
ponsabilidad.
Yo considero que una persona tiene o puede tener tres naci-
mientos a lo largo de su vida, como ya he explicado anteriormente:
1) Un nacimiento biológico que nos lo dan nuestros padres. De
ellos recibimos una carga genética que se transmite de generación
en generación a lo largo de la historia de la humanidad. Y en esa
carga genética está contenida toda la historia de la humanidad. Na-
cemos del vientre de nuestra madre. Aquí en el nacimiento bioló-
gico, hay un útero de carne, humano, que nos contiene, nos
protege y nos cuida hasta el momento del nacimiento, y es a través
de ella, de nuestra madre, que venimos al planeta tierra, y aquí en
este planeta, nos educamos con sus costumbres, hábitos, lenguaje
e historia. A través de esta educación nos tragamos muchos intro-
yectos, creencias, que pueden hacernos daño en el desarrollo de
nuestro ser. Por ejemplo: se bueno, no seas agresivo, se amable,
etc. También aprendemos muchas formas de comportamiento por
imitación y también aprendemos otros comportamientos por refor-
zamiento vicario; es decir, por la observación del reforzamiento
que reciben otras personas cuando ejecutan esos comportamien-
tos, etc. Para limpiarnos de todo lo que hemos introyectado y
aprendido y que nos hace daño, comenzamos a hacer terapia y ahí
comienza nuestro segundo nacimiento.
2) Un nacimiento psicológico. ¿Por qué lo llamo así? Porque es
nuestra psique la que empieza a cambiar, con la ayuda de nuestro
terapeuta y también hay otras personas que influyen en este cam-
bio, como profesores, amigos, conocidos, etc. En nuestra terapia,
con ayuda del terapeuta, vamos poniendo conciencia a como nos
movemos en la vida, en nuestras relaciones, y vamos poniendo luz
sobre las creencias que nos paralizan, nos hacen daño, nos boico-
tean, etc. Es el terapeuta el que nos ayuda a nacer de nuevo a otra
realidad más amplia, que nos da vida. Aquí hay otro útero que es
el apoyo que recibimos de nuestro terapeuta, y con este apoyo po-
demos crecer y ampliarnos a nosotros mismos y a nuestro entorno.
Este útero puede ser psicológico y físico, en el sentido del contacto
físico con nuestro terapeuta (abrazo, regazo, apretón de manos,
etc). En la medida que voy ganando seguridad en mí mismo y me
siento con fuerzas para andar solo por la vida. Aquí empieza mi ter-
cer nacimiento.
3) Un nacimiento espiritual. Aquí yo me paro, me doy a luz a mí
mismo. Para mí es esto lo que representa La Primavera embarazada
de Botticelli. Yo embarazada de mí misma y yendo más adelante,
yo pariéndome a mí misma. Y al parirme a mí misma es cuando yo
me convierto en la madre y el padre de mí misma. Aquí desapare-
cen todas las dificultades que yo creo o por lo menos soy muy cons-
ciente de las dificultades que yo me creo y que me hacen difícil mi
vida. Aquí yo me libero de todas las ataduras y me siento hija de la
energía del universo, ¡qué bien!, ya no soy ni más, ni menos que
nadie, soy igual que todo el mundo, hija del universo como todo el
mundo y empiezo a aprender de todo lo que me pasa en mi vida
diaria y no culpo a nadie de nada; sino que lo que ocurre es lo que
tiene que ocurrir, y con lo que ocurre, yo aprendo lo que tengo que
aprender.
Durante 6 años estuve haciendo “Talleres de Plenitud”, donde
intentaba enseñar a la gente todo esto, y cómo con todo esto se
podía eliminar el sufrimiento que arrastramos los humanos. Ahora
siento que mi energía es más sutil, y es tiempo de dedicarme a
otras cosas, como escribir. Estoy haciendo otras cosas y los cole-
gas que colaboraban conmigo, continúan con el trabajo que yo
hacía antes.
DE LA FUSIÓN A LA DIFERENCIACIÓN Y AL RESPETO,
O DEL APOYO EXTERNO AL AUTOAPOYO

Cuando somos concebidos estamos fusionados con nuestra madre


durante todo el proceso de gestación, y en los ocho primeros
meses después de nuestro nacimiento. Durante ese tiempo senti-
mos que ella, y nosotros, somos lo mismo. A medida que vamos
creciendo vamos diferenciándonos de ella, separándonos de ella;
pero el amor que sentimos por ella es muy grande, porque ella ha
sido nuestro sustento, nuestro apoyo, nuestro consuelo, en defini-
tiva, de donde hemos surgido carnalmente. Por eso es tan difícil
deshacer los introyectos que tenemos con ella durante los primeros
años de vida, porque crecíamos al mismo tiempo que ingeríamos
todo lo que ella nos daba a nivel físico y también a nivel psíquico.
Después de la unión primordial con la madre, viene la unión con
el padre. A veces un niño es capaz de dar la vida por sus padres,
si siente que eso es lo que ellos le piden inconscientemente, o es
lo que necesitan.
Espiritualmente surgimos del universo, somos energía divina en-
carnada sin saberlo. Por todo el proceso de crecimiento, aprendi-
zaje y frustración vamos diferenciándonos; pero el amor que
tenemos hacia nuestra madre es muy grande, y al mismo tiempo,
necesitamos sentirnos muy queridos. Por eso es por lo que nos vol-
vemos radares, para poder detectar qué es lo que se valora en
nuestro hogar, en el ambiente donde nos desarrollamos.
Queremos a nuestra madre y a nuestro padre, o las personas
que queramos, y ellas a su vez admiran a otras personas o a valo-
res determinados, y nosotros queremos que nuestros padres, o las
personas a las que queremos, nos admiren igual que admiran a
esas personas o a esos valores determinados, queremos ser lo má-
ximo para él o para ella o para ellos. Porque así nos sentimos tan
queridos y admirados por ellos como ellos admiran y valoran lo
que quieren. ¿Y qué sucede con todo esto? Pues que llegada la
adolescencia, cuando puja en nosotros la necesidad de separar-
nos de nuestros padres. Si estos no son lo suficientemente madu-
ros como para apoyarnos en esto, empiezan los conflictos, entre
mis necesidades y las de mis padres. Por ejemplo, mi madre
quiere que yo me adapte a las normas que ella ha impuesto en
su casa, y yo quiero mayor libertad e intimidad. Si hasta este
momento yo he compartido habitación con uno de mis hermanos,
ahora quiero una habitación sólo para mí, porque necesito intimi-
dad conmigo mismo y diferenciación. Yo soy el grande de la familia
ahora, o yo soy diferente al otro y además necesito libertad para
dejar las cosas como yo quiero, y no tan recogidas como quiere
mi madre, y necesito mayor libertad de entrar y salir, necesito ir
haciendo mi vida, como el adulto incipiente que se está desarro-
llando en mí. ¿Pero qué sucede entonces? Pues que a mi madre le
cuesta soltarme, se ha acostumbrado a que ella era la que decidía
y yo obedecía y ahora yo no quiero obedecer, soy un adulto inci-
piente y quiero tener el derecho de discrepar de ella. Pero esto a
ella la pone “de los nervios” y no me deja que vaya poniendo en
práctica mi naciente independencia. Entonces, ¿qué se produce
dentro del adolescente? se produce una escisión, una ruptura, por
un lado está su deseo de ser independiente, de discrepar de su
madre, y por otro lado todo el amor que le tiene a ella. Así que
vive dentro de sí un desgarro: “si oigo lo que yo necesito y lo actúo
no tengo la aprobación de mi madre. Si acato lo que quiere mi
madre, no me oigo a mí mismo, me anulo, me mato, me ignoro”.
Y ahí se produce un gran malestar interno que en casos extremos
puede llegar a la disociación.
¿Qué sucede con el padre?. El padre, si no es lo suficientemente
maduro, quiere que su hijo siga sus pasos, quiere verse reforzado
a sí mismo en su hijo y dice que le da libertad para que estudie o
haga lo que quiera; pero en realidad lo que alaba en casa es su
profesión, la química, por ejemplo y también su opción profesional,
ser empresario independiente y no ser funcionario, por ejemplo.
Entonces ¿qué le ocurre al adolescente? Pues que ni siquiera
puede escuchar cuáles son sus gustos profesionales; porque todo
el ambiente de casa está impregnado por la alabanza a la química,
y a ser empresario independiente, y a él ni le gusta la química, y al
mismo tiempo le da mucho miedo tomar toda la responsabilidad
de ser independiente. Porque la responsabilidad tiene que estar
asentada en uno mismo, y en lo que nace de uno mismo, cuando
resulta que uno no puede fiarse de lo que nace de uno mismo, por-
que nadie lo ha apoyado a que se fíe de eso, sino todo lo contrario,
que lo han censurado directa o indirectamente, a través de lo que
flotaba en el ambiente. Aquí de nuevo el adolescente sufre un
conflicto: “lo que me sale no vale, y lo que hay fuera no me gusta,
entonces, ¿qué hago? Ahí me quedo en tierra de nadie”, y ahí
puede haber en casos extremos una disociación.
¿Cómo se comportarían unos padres maduros con un adoles-
cente? ¿Qué necesita un niño o un adolescente para crecer psico-
lógicamente sano? Ser escuchado, visto, valorado, apoyado,
respetado y amado. Vamos a ir viendo cada uno de estos puntos.
Ser escuchado significa que lo que yo digo tiene un efecto en el
medio, aunque sea muy, muy pequeño, lo cual me hace sentir que
no soy un fantasma, que existo; me da pruebas de mi existencia,
y el efecto puede ser incluso que su madre y su padre le digan que
no están de acuerdo con él, por esto y lo otro, y que ven que eso
que plantea no va a ser bueno pare él, por esto y lo otro. Además
sería bueno dejar una puerta abierta, que sería como decirle: “me
gustaría que siguiéramos hablando sobre el tema las veces que sea
necesario”. Actitud de apertura hacia lo que dice su hijo. Esto le
da al hijo la certeza de que sus padres le quieren, lo mismo que
en el cuento de El Principito. Cuando el principito llega a la Tierra
y se encuentra con un campo sembrado lleno de rosas se dice a sí
mismo “lo que diferencia a mi rosa de estos cientos y miles de
rosas es el tiempo que yo le he dedicado a ella”. “Cuando yo soy
escuchado por mis padres y profesores, o personas que se encar-
gan de mí, yo aprendo a escucharme a mí mismo. Aprendo a dejar
un espacio para mis sentimientos. Por ejemplo si estoy triste, me
digo a mí mismo, “el sentimiento que tengo es tristeza” y con esta
tristeza ¿qué necesito? Y a lo mejor me doy cuenta de que necesito
llorar un rato, o necesito quedarme a solas conmigo mismo, y
cuando hago esto construyo suelo debajo de mis pies”.
Ser visto significa que tú sabes como yo soy, lo que me gusta, y
alguna vez me sorprendes con lo que me gusta y valoras los cam-
bios que hago en mi imagen.
Ser valorado significa que en mi desenvolvimiento en la vida se
aprecia mi esfuerzo, mi trabajo, mi interés, mi cuidado, mi entrega,
mi motivación, mi superación, etc.
Ser apoyado significa sentir que hay alguien que está detrás de
mí, en quien puedo recostarme cuando lo necesito, y que me da
ánimos cuando flaqueo.
Ser respetado significa que se me escucha, no se desvaloriza,
ni ridiculiza lo que digo y que si yo me decanto por algo, o elijo
algo, se tiene en cuenta mi elección o decantación.
Ser amado significa que haga lo que haga, tú no me vas a dejar
de querer, y que vas a intentar comprender por qué yo he actuado
de esa manera, y vamos a hablar sobre mi comportamiento.
Todo esto significa que yo te intereso a ti, y que tú me interesas
a mí.
Si dos personas que tienen puntos de vista diferentes, no pue-
den sentarse a hablar sobre ello, significa que uno de ellos, o los
dos, tienen cosas sin resolver que están impidiendo que se escu-
chen mutuamente.
Quizás la madre cuando se enfada con el hijo, y no le escucha,
no quiere replantearse su manera de actuar, porque escuchar a su
hijo y sus razones, supone en alguna medida poner en cuestión si
su funcionamiento es adecuado o no, y es más cómodo para ella
el no mover nada. En las dictaduras, se hace lo que dice el dictador
y se acabó.
Quizás el padre cuando se parapeta detrás de “esto es lo que
hay”, se está defendiendo de la molestia que le produce sentir que
su hijo no está de acuerdo con algo que él quiere, sentir que su
hijo no es un apéndice de él, ni una prolongación; si no que es una
persona independiente, totalmente independiente de él, y lo que
su hijo necesita para estar bien consigo mismo es recibir la bendi-
ción de sus padres. Algo así como que nuestro padre y nuestra
madre nos diga: “hijo mío yo te bendigo para que tú hagas la vida
que quieras hacer, sea la que sea. Siempre estaré a tu lado apo-
yándote”.
Quizás entre dos adultos cuando hay una falta de entendi-
miento, hay un asegurar cada uno su conservación, hay mucho
miedo a abrirse al otro y ponerse vulnerable al otro; porque el otro
pudiera hacerle daño.

EL CAMBIO SOCIAL

El cambio social vendrá de la mano del cambio individual y de la


incorporación de la totalidad de la población mundial a la educa-
ción y a la información. Cuando las personas saben, pueden actuar
con conocimiento, cuando las personas son ignorantes están des-
protegidas para que cualquier desalmado las manipule a su antojo.
Por eso los grandes dictadores lo que hacen es dejar a la gente ig-
norante, y cada vez que la derecha coge el poder en España recorta
el gasto educativo. Sin educación se puede manipular a la gente
fácilmente, con educación, con información la gente no se deja
manipular.
El cambio social vendrá de la mano de la salud mental, corporal,
emocional y espiritual del ser humano. La terapia tiene que impreg-
nar todos los ámbitos donde se desenvuelve el ser humano: el ám-
bito de la salud, la familia, la educación, el trabajo, el ocio, etc.,
para sanar lo que está enfermo e impide el crecimiento.
Venimos a este mundo para aprender cosas y saber quiénes
somos y todo lo material que hay en esta vida está para utilizarlo.
Pero cuando nos morimos todo lo material lo dejamos aquí. Parece
que los grandes dictadores mundiales se olvidan de que somos hu-
manos y nos vamos a morir, y se dedican a acumular y acumular y
acumular riqueza, como si fueran a ser eternos. ¿Para qué tanta ri-
queza?, ¿para qué hacer tanto daño a los demás?.
Hay que educar a la gente para que sepa que todo lo que existe
en la tierra es para usar y dejar aquí para que otros lo sigan usando.
Hay que quitar fuerza al sentido de propiedad. Usar y dejar para
que otros lo usen. Y también quitar fuerza a la necesidad de ejercer
el poder sobre otros. La necesidad de ejercer poder sobre los
demás para manipularlos tiene que ver con la baja autoestima, si
yo me siento valioso y siento que tengo poder personal, no tengo
que manipular a nadie; pero si tengo que demostrar y ostentar es
que no me siento valioso.
Los pilares de una nueva sociedad son la educación, la libre cir-
culación de información, la transparencia y la cooperación, en lugar
de la competitividad.Yo creo que el conocimiento nos hará libres a
todos de todo. Cuando los avances de la neurociencia y de la física
cuántica estén al alcance de todo el mundo, y se demuestre que
todos somos lo mismo encarnado de distintas formas, cuando nos
demos cuenta que el mal que le hago al otro, me lo estoy haciendo
a mí mismo, ya no habrá necesidad de luchar, robar, competir, os-
tentar el poder, etc. Considero que este conocimiento nos liberará
a todos de todo (la ambición, la avaricia, el miedo, el poder, etc.).
Opino, que estos grandes dictadores que existen en el mundo en
realidad tienen mucho miedo, y se sienten muy pequeños interna-
mente, por eso tienen que acumular tanto exteriormente y tienen
que crear miedo en los demás con las atrocidades que cometen.
Porque si los dictadores se encontraran bien en su piel no tendrían
ninguna motivación para hacer mal a los demás, ya no serían
dictadores. Hay que poner límites a la codicia del ser humano y a
la ambición. Los responsables que han creado esta situación eco-
nómica tienen que restaurar el daño causado. Cada vez que leo u
oigo como los responsables de los bancos han tenido sueldos, li-
quidaciones y jubilaciones millonarias, y estos bancos han sido in-
tervenidos por el estado, veo que el mundo en el que vivimos es
una locura. Cómo pueden vivir tranquilos esos altos ejecutivos ban-
carios que han cobrado veintitrés o veintisiete millones de euros a
costa de arruinar una caja de ahorros y a costa de que se le recorte
el sueldo a personas que son mileuristas. ¿Qué van a hacer con
tanto dinero? ¿Cómo puede permitir el gobierno eso? ¿Cómo pue-
den permitirlo las leyes? Si las leyes permiten eso, las leyes hay
que cambiarlas. Tiene que haber justicia social.
Cuando descubramos el círculo vicioso en el que se mueve el
ser humano, que es ante la frustración y el castigo, tengo miedo, y
desde ahí me desconecto de mí mismo y empiezo a desempeñar
el rol que me exigen desde fuera. Cuando el ser humano descubra
que no necesita tenerle miedo a nada, o que a pesar de tener
miedo esto no le impida actuar, nadie le tapará la boca. Pedirá y
denunciará lo que es dañino para él.
El hecho de la libre circulación de información con Internet,
creo que es algo muy beneficioso para la humanidad. Los levanta-
mientos de los países del norte de África. La transparencia que está
habiendo en el Congreso y en el Senado de los bienes de diputa-
dos y senadores es algo bueno. Con conocimiento no se puede
manipular a la gente.
Tiene que haber un cambio en la educación para que haya un
cambio social. A la gente hay que darle instrumentos para que
aprendan a estar bien consigo mismos, instrumentos que le ayuden
a calmar su hambre. Hay mucha hambre en la humanidad, y no
sólo hablo de hambre física, que se da en muchos sitios; sino de
hambre psicológica, emocional y espiritual.
A la gente hay que enseñarle técnicas para estar bien consigo
misma. Estar bien consigo mismo es incompatible con hacer daño
a los demás. Estar bien con uno mismo es incompatible con acu-
mular riquezas a costa de los demás. Estar bien con uno mismo
es contagioso. A las personas hay que enseñarles cómo funciona
el pensamiento humano, que es polar como la vida de este pla-
neta. Hay que enseñarle a meditar, que es una manera de calmar
la mente, hay que enseñarle a hacer visualizaciones o fantasías di-
rigidas que sirven para múltiples cosas (estar sanos, tranquilizarse
en momentos difíciles, dormir bien, en definitiva, estar bien, etc.).
Al ser humano hay que enseñarle a que se haga cargo de sí
mismo y a que no busquen desesperadamente un papá o una
mamá, que se hagan cargo de ellos. Los hospitales y la salud men-
tal están llenos de gente buscando alguien que los sostenga. Nues-
tra sanidad está tan colapsada por eso, hay mucha gente buscando
una teta a la que agarrarse y hay que enseñarles que la teta está
dentro de ellos mismos y no está fuera de ellos. Está en ellos mis-
mos. El bienestar no está fuera de ellos, está dentro.
Como la vida se despliega en infinitas posibilidades y la vida es
eso, desplegarse en infinitas posibilidades. A las posibilidades que
hacen daño a los seres humanos hay que ponerles límites.

PLANTEAMIENTOS PARA CONSEGUIR UN MUNDO MEJOR


Igual que existe un gobierno democrático por cuatro años, que
existan ricos por cuatro años, y luego dar el paso a otro que quiera
experimentar lo que es ser rico. Por ejemplo, el gobierno de cada
localidad dispone de una mansión de gran lujo y se sortea entre
todos los ciudadanos que quieran una estancia de cuatro años en
la mansión.
Que la riqueza no se apalanque o estanque, sino que fluya, y
cree y se vigile su buen uso, que haya transparencia, la máxima
transparencia.
Igual que hay un límite para el sueldo mínimo que haya un límite
para el sueldo máximo, y a partir de ahí se reinvierten las ganan-
cias. Etc.
¿Puede el ser humano cambiar y asentar su vida en el amor, la
justicia, la verdad, la equidad, la belleza, etc.?
La sociedad actual está basada en la competitividad, el dinero,
el prestigio, la codicia, el canibalismo, la mentira, la injusticia, el
abuso, la insaciabilidad, etc. ¿Se puede cambiar esto hacia la coo-
peración, la espiritualidad, la sencillez, la generosidad, el altruismo,
la verdad, la justicia, el respeto, la satisfacción, etc. ¿Somos capa-
ces los seres humanos de hacer esto? Yo creo que sí, pero tenemos
que quererlo.
Cuando las personas comprendan y asimilen con todo su ser que
todo lo que hay en la tierra es para disfrutarlo, cuidarlo y dejarlo en
mejores condiciones para las próximas generaciones, y no trate de
poseer y acumular riquezas sin límites, el mundo cambiará.
Yo por ejemplo, cada vez que entro en un servicio público, in-
tento dejarlo más limpio de lo que me lo encontré, y si el servicio
está inmaculado, dejarlo igual que me lo encontré.
Tiene que haber una equidad en el reparto, una justicia en el
trato y amor en el contacto.

PREGUNTAS QUE ME HAGO


¿Cómo podemos consentir toda la injusticia que hay en el mundo?
¿Cómo podemos dejar que el cuerno de África se muera de ham-
bre? ¿Cómo podemos dejar que dictadores sin escrúpulos, maten
y arrasen la vida? ¿Cómo podemos tolerar la injusticia que se co-
mete con distintos grados de crueldad en África, y en el mundo en
general? ¿Cómo pueden los gobiernos ricos apoyar a los tiranos
que masacran a la población a cambio de los recursos que les in-
teresan?
Quizás el cambio social venga cuando la mujer comparta el
poder con el hombre en el mundo, o cuando el hombre se vuelva
más femenino y valore más lo femenino, que es cuidar con esmero
y dejar que lo sutil florezca. El cuerpo de la mujer está preparado
para dar vida. Su útero es un lugar confortable dotado de todo lo
necesario para que el ser humano se desarrolle sano. Si esta capa-
cidad que tiene la mujer la pone en juego en el mundo, en la vida.
Si todas sus acciones se convierten en un medio para desarrollar
lo mejor de cada persona y de cada situación, la sociedad puede
cambiar.
Imaginemos Wall Street comandado por personas sanas. Perso-
nas que distribuyen equitativamente la riqueza. Personas que
hacen negocios pensando en el bien de todos, y en el uso racional
y sostenible de los recursos. Seres que gobiernan los países y el
mundo desde la ecología. Personas que dicen: ”NO” a otras que no
respetan la vida y hacen atrocidades.
Si todo lo que hacemos en la vida, lo hacemos desde el cuidado,
el respeto, el amor, la potenciación de lo que es y puede ser, fun-
cionando cada ser humano, tanto mujer como hombre, en el
mundo como si fuéramos un ser completo, dedicado a la recepti-
vidad de lo nuevo que viene, el cuidado y el desarrollo de lo nuevo
que viene, y al mimo para que lo nuevo que se desarrolla lo haga
en la plenitud de sus capacidades.
La tiranía y los tiranos se desarrollan por el miedo, los dictado-
res y fascistas son gente miedosa que se sienten pequeños, y para
luchar contra su miedo y sentirse poderosos hacen terrorismo con
los demás. Si los demás les tienen miedo, ellos se sienten podero-
sos. Los tiranos de pequeños introyectaron a su agresor, lo que se
llama identificación con el agresor.
En la Alemania caldo de cultivo del nazismo, la educación que
se daba a los niños era terrorista en general, basada en la disciplina
y el castigo, y sin amor, ni respeto a la singularidad de cada uno.
Aquí el niño se identifica con el agresor para sobrevivir, si valora y
emula al agresor, puede sobrevivir.
El triángulo central del Eneagrama [6, 3, 9], domina el mundo en
el que vivimos. Cuando nacemos sentimos que todo lo que existe
está al servicio de nosotros; pero en la medida que vamos sin-
tiendo frustraciones nos damos cuenta que una cosa soy yo y otra
todo lo demás. Ante el miedo de sentir frustraciones y dolor nos
vamos alejando de nosotros mismos, nos vamos desensibilizando,
y al mismo tiempo, el entorno donde nos desarrollamos nos pre-
mia ser de una determinada manera y nos castiga otra, con lo cual
nos vamos falseando a nosotros mismos y nos vamos alejando
más de lo que realmente somos, con lo cual sentimos más miedo,
y al sentir más miedo nos desensibilizamos más y tratamos de asu-
mir el rol que se premia en el mundo. Este es el círculo vicioso en
el que nos movemos.
La vuelta a la salud viene por saber quiénes somos realmente
nosotros, por sensibilizarnos y por apoyarnos a nosotros mismos,
lo que equivale a decir que cada uno de nosotros nos transforma-
mos en el padre y la madre ideal de nosotros mismos, y lo hace-
mos con amor y alegría hacia nosotros mismos.
Toda mujer lleva dentro un hombre y todo hombre lleva dentro
una mujer. En la confianza de la intimidad, todo hombre se vuelve
más femenino, más sensible y toda mujer se vuelve más fuerte.
Este año se le ha dado el Nóbel de la Paz a la activista de Yemen
Tawakul Kerman, junto a la presidenta de Liberia Ellen Johnson-
Sirlaf y a la activista Leyman Gbowee, pacifista y responsable de
una campaña por castigar sin sexo a los hombres involucrados en
la guerra, y así acabó con la guerra del país. Es decir, dijo: “NO” a
esa masacre y a esa locura. Imaginemos que pasaría si hiciéramos
lo mismo todas las mujeres del mundo, cada vez que los hombres
se dedican a destruir y a hacer la guerra.
Cada ser, cada persona, tiene que coger en sus manos su propia
destructividad y hacerse cargo de ella. Tiene que aprender a con-
tenerla y ponerla en juego en situaciones que no haga daño a
nadie, sino que al contrario, le ayude a él mismo, a ella misma y a
los demás. Es decir, tiene que aprender a transformar el daño en
salud, lo destructivo en constructivo para él o ella y para todos los
demás. La energía no tiene color, dependiendo para lo que yo la
utilice, se convertirá en constructiva o destructiva, para mí y/o para
los demás.
El cambio social será provocado por el cambio individual,
cuando seamos más amorosos con nosotros mismos, con todas
nuestras partes, y nos perdonemos y contengamos todas las partes
de nuestro ser. También seremos más amorosos con los demás y
más tolerantes y condescendientes con los otros.
El cambio social empieza por el cambio individual, ahora
mismo, en este mismo instante:

1) Cuando yo no permito que un pensamiento me deje sin ener-


gía, o enfadado, o acorralado, o… , sino que me hago responsable
de que si soy yo la que ha creado este pensamiento, o me ha lle-
gado por otro cauce, voy a ponerlo para que trabajen para mí, a mi
favor y no en mi contra. Cuando yo dedico energía a un pensa-
miento que me hace sentir mal, también puedo dedicar esa misma
energía a un pensamiento que me haga sentir bien, y cuando me
canse de ir de un sitio a otro puedo dedicar mi energía simple-
mente a vivir. Ni se la doy a un pensamiento positivo ni se la doy a
un pensamiento negativo, simplemente vivo y esto es el TAO.
2) Con mi actitud positiva hacia mí y hacia el mundo. Ejemplos:
“yo soy una mujer maravillosa y feliz” y “este es el mejor día de mi
vida”. Y ante una dificultad pongo el pensamiento: “esto se va a re-
solver fácilmente”, “la vida se abre para mí”.
3) ¿Qué quiero conseguir? ¿Cómo puedo conseguirlo? Algo que
sea bueno para mí y también para los demás, aunque sea a largo
plazo.

Aplicando lo anterior a lo que vivimos actualmente:


1) ¿Qué quiero conseguir?
2) ¿Cómo puedo conseguirlo?
El movimiento 15-M 55 nos está enseñando mucho acerca de
esto, porque creo que tiene un espíritu femenino, al fundamentarse
en el espíritu asambleario, quiere escuchar a todos los miembros.
Nadie tiene hambre de ostentar el poder, lo cual preserva el movi-
miento de su muerte; porque así nadie puede descabezarlo. No
tiene una cabeza tiene infinidad de cabezas, tantas como miem-
bros son y así nadie puede abortarlo, porque para abortarlo ten-
drían que matar a medio mundo.
Me parece bueno lo que está pasando a nivel nacional y mun-
dial. La transparencia en los sueldos que ganan los grandes políti-
cos y burócratas. El ofrecimiento de los ricos estadounidenses
alemanes, franceses, italianos de pagar más impuestos es algo
bueno para todos ¿Qué les pasa a las grandes fortunas españolas
que no se pronuncian, de dónde viene el silencio, cómo se ex-
plica?.
El poder de destruir se perpetúa a sí mismo a través de la des-
trucción. Es muy fácil destruir y es muy difícil construir. ¿Cuánto
tiempo le lleva a una madre gestar a su bebé y cuidarlo hasta que
se transforma en un adulto independiente, según la ley y la biología
humana dieciocho años y nueve meses. ¿En cuánto tiempo se
puede destruir el planeta? En un instante, el tiempo de apretar un
botón.
El amor se puede destruir fácilmente, y el poder, a más destruc-
ción más miedo y más poder. La mujer es el principio del amor, y
el hombre es el principio del poder, aunque ambos, tanto hombres
como mujeres tenemos amor y poder dentro, lo que cambia es la
intensidad de la pulsión del poder y el amor en cada uno de ellos.
¿Por qué la derecha en España insiste tanto en que no se olviden
los crímenes de ETA56, y sí quiere olvidar sus crímenes y excesos
durante la Guerra Civil y la dictadura franquista? ¿Es que la derecha
española se ha olvidado de que todos somos seres humanos? ¿Y
que todo ser humano tiene la posibilidad de cometer las mayores
atrocidades y también los actos más maravillosos? ¿Qué hay que
hacer con alguien que comete una atrocidad?: que repare el daño
cometido, que repare, que repare, que trabaje para reparar. No hay
que poner énfasis en destruir; hay que poner énfasis en construir
la vida que queremos. Todos llevamos un criminal y un santo den-
tro de nosotros, la cuestión es saberlo y no ponerlo en juego, no
hacer daño ni a nosotros ni a los demás. Hay que enseñar esto en
la escuela, una educación para la salud y la vida. Tenemos que unir
y comprender estas dos partes nuestras, la que construye y la que
destruye, así habrá paz a nivel individual y mundial. Hay que apren-
der a sumar y no a restar, a unir y no a cortar, a juntar y no discri-
minar y a decir: “NO” a lo que nos hace daño, poner límites y
enseñar al otro a transformarse, a transformar la parte que destruye
en una parte que ayuda a crecer.
En el mundo en el que vivimos necesitamos gente creativa, muy
creativa para tratar de solventar los retos en los que nos pone la
vida. Pero la educación que se da en España todavía es ancestral.
En las escuelas todavía se enseña a leer a los niños con métodos
analíticos que parten de lo individual hacia lo global, que es lo con-
trario de lo que le interesa a los niños en esta época, en la que su
desarrollo mental va del todo a la parte, y se les enseña a base de
repetición, esto ahoga la creatividad del niño, porque los aburre, y
al aburrirlos se desconectan de lo que están haciendo y se trans-
forman en máquinas repetitivas. Yo inventé un método de lectoes-
critura que es supercreativo y fácil, en el año 1.993, y fui a infinidad
de editoriales, di charlas y nadie estaba interesado en editarlo com-
pletamente. Sólo una editorial aceptó editar el libro del maestro,
pero no los materiales del alumno. El método está disponible en
la página web la mi escuela www.jera-gestalt.com, para que todo
el mundo que quiera pueda bajárselo.
Parece como si hubiera en la sociedad un doble mensaje:
“Educa, pero no eduques demasiado, no vaya a haber una evolu-
ción social que conlleve a que perdamos los privilegios, los que
somos privilegiados”. Una compañera de trabajo me dijo que este
método era para nuestros hijos (clase media, media alta) pero no
para las clases trabajadoras para las que trabajábamos.

Considero que hay tres nacimientos a lo largo de la vida del ser


humano; como ya he explicado anteriormente:
1) Un nacimiento biológico, que nos los dan nuestros padres
biológicos. Nos apoyamos en nuestros padres para crecer, pero en
la medida en que estos no están sanos no nos permiten el desarro-
llo de todas nuestras potencialidades, y a veces nos hacen enfer-
mar.
2) Un nacimiento espiritual, que nos lo da un maestro que nos
alienta y estimula a ser nosotros mismos, y no cumplir las expec-
tativas de nadie, si el maestro está sano.
3) Un nacimiento del SER, que es cuando nosotros nos parimos
a nosotros mismos y ya no dependemos de nadie, sino de nosotros
mismos, apoyándonos en nuestros pies y contactando con el maes-
tro interior que todos llevamos dentro. Este es el trabajo que rea-
lizo en mi taller residencial: “La Plenitud del Ser”.

Sería interesante que la humanidad aprendiera a parirse a sí


misma, a apoyarse en sus pies y a llevar una vida plena. Todo esto
sucederá cuando las personas tengan conciencia de su poder, que
es el mismo que el poder de la vida, de la energía. Porque todos
somos eso, energía del universo que se ha encarnado en la multi-
plicidad de formas que componen todo lo que existe, y lo que ca-
racteriza a la energía del universo es su creatividad infinita.
Yo espero que el planeta tierra se convierta en un paraíso para
todos, y haya abundancia de cosas buenas para todos.

A PROPÓSITO DEL PATRIARCADO EN LA EDUCACIÓN


Y EN LA VIDA EN GENERAL

El patriarcado impide el desarrollo del ser que somos. Cuando al-


guien impone su criterio, sin dejar espacio para el criterio del otro,
imponiéndolo por la fuerza, no deja espacio para el desarrollo del
ser de la otra persona y a la persona sólo le quedan dos opciones,
o rendirse o rebelarse. Rindiéndose se mata a sí mismo, rebelán-
dose tampoco da espacio para el desarrollo de su ser, porque su
conducta es como reacción a lo que la otra persona le impone, y
como reacciona, se queda pegado a la otra persona, no da espacio
para el desarrollo de su ser, para lo que realmente necesita. Lo que
hace la dictadura es, tú o yo, como si solamente existiera un solo
sitio, cuando en realidad el mundo está lleno de lugares y tenemos
espacio ambos, tú y yo, para estar bien. Ni yo tengo que ocupar tu
sitio ni tú tienes que ocupar el mío: hay sitio para los dos. La mente
patriarcal sólo ve un sitio y no respeta el lugar que ocupa el otro.
Desde ahí nunca puede haber paz, siempre habrá guerra en el
mundo. A no ser que una de las partes esté muy crecida y se dé
cuenta del infantilismo de la otra parte y le ayude a crecer. Yo hago
lo mío y confío en que la vida hará lo suyo, lo que me corresponde
a mí, lo hago, y eso me da Autoapoyo, y el Autoapoyo me da fuerza
para vivir mi vida. Cuando yo hago lo mío, y confío en que la vida
haga lo suyo, estoy teniendo Confianza, que es Fe en la Justicia
Cósmica. Cuando yo hago lo mío y confío en que la vida haga lo
suyo tengo Alegría de Vivir. En la fuerza, la confianza y la alegría se
apoya el desarrollo sano del ser humano, y naturalmente sale amor
de mi corazón.
El que ostenta el patriarcado tiene miedo, porque no se siente
valioso y no se siente valioso porque no tiene Autoapoyo, y desde
la falta de Autoapoyo impone el terror a los demás para conservar
su lugar, porque no se fía de tener ese lugar, sino es con la impo-
sición del terror. No hay fuerza interna para mantenerse a sí mismo.
Si hubiera fuerza interna no habría necesidad de suprimir al otro,
sino que habría posibilidad de escuchar al otro.
¿Cómo se desarrolla el apoyo interno?
1) Escuchándome. Escuchándome yo me doy espacio para ser,
me Autoapoyo, construyo suelo debajo de mis pies.
2) Actuando. Una vez que me he escuchado y me he dado
cuenta de lo que me pasa, actúo en consecuencia según lo que es
bueno para mí, y ahí me vuelvo a autoapoyar, vuelvo a construir
más suelo debajo de mis pies. Por ejemplo, si escuchándome me
he dado cuenta de que en la relación con determinada persona me
duele la cabeza, ahí escucho lo que me pasa, y una vez escuchado
actúo en consecuencia, que puede ser que lo hable con esta per-
sona o que me aleje de ella, por ejemplo.
3) Me responsabilizo de las chispas que salen cuando yo cojo
el lugar que me corresponde o defiendo lo que yo quiero.
4) Soporto las dificultades que surgen de mi toma de decisión.
5) Busco por dónde continuar mi vida. Es decir donde hay es-
pacio para poder ser como yo quiero ser, y que nadie me lo impida,
ni me ponga trampas por el camino.
6) Disfruto de mí mismo y de la vida.
7) Doy gracias porque la vida me ha enseñado el camino para
seguir creciendo
¿Cómo no quedarse resentido con las agresiones que te hace la
vida? Dándote cuenta de que es una oportunidad de crecimiento.
Si analizas lo que ocurre en el conflicto vas a aprender mucho de
ti, vas a aprender tu forma de reaccionar y de la forma de reaccio-
nar de la otra persona, ahí vas a comprender mejor cómo funcio-
nan los seres humanos. Vas a tener mayor conocimiento y desde
ahí mayor libertad.
ENTREVISTA DE DOMINGO DE MINGO A PEPA CAMPOS

DOMINGO DE MINGO: ¿Qué te sugiere el lema de “Una mirada


Gestáltica al mundo en que vivimos”?
PEPA CAMPOS: Creo que el ser humano está condicionado a la
situación de fusión y de dependencia que vive desde su concep-
ción. La situación de fusión es la que anhela conseguir el ser hu-
mano durante toda su vida. Durante toda nuestra vida estamos
buscando esa situación de comunión con el otro, que vivimos
cuando estábamos en el vientre de nuestra madre, o antes de lle-
gar al vientre de nuestra madre y que nos daba tanto bienestar,
que sólo podemos encontrar cuando nos colocamos en el punto
cero de autorregulación organísmica. Por otro lado, la situación de
dependencia coloca al bebé en una posición de anhelo hacia lo
que le dan los demás, de bebé caprichoso o enrabietado si lo que
le dan los demás no se corresponde con su deseo, o si no hay una
contención adecuada de la frustración que necesariamente tiene
que vivir en este mundo. La contención adecuada de la frustración
es necesaria para un crecimiento sano.
En esta situación de dependencia sentimos el poder que tiene
el otro sobre nosotros, y este poder que tiene el otro sobre nos-
otros nos deja en una situación de indefensión y de dolor, si no es
contenida adecuadamente. Situación de indefensión y dolor por
tener que soportar lo que el otro nos quiera dar sin otra opción.
Desde ahí, desde esta posición de indefensión muchas veces el
niño siente el poder, y a veces el sadismo de la persona que tiene
que satisfacer sus necesidades, y desde ahí el niño, y el adulto pos-
teriormente, inconscientemente, y a veces conscientemente,
quiere ser él el que tenga el poder, y ejercer este poder, a veces
sadismo, sobre el otro. Por eso hay tanta lucha de poder en el
mundo y tanto patriarcado sobre la mujer. Físicamente el hombre
es más fuerte que la mujer y si no puede competir con otro hom-
bre, le gusta ejercer su poder, y a veces su sadismo, con alguien
físicamente más débil, descargar sobre él o ella la frustración de
no sentirse el más fuerte.
He oído contar a Claudio Naranjo cómo se pasó en la historia,
del matriarcado al patriarcado. Antes de la época de las glaciacio-
nes existía en el mundo el matriarcado (el gobierno de las muje-
res), pero durante las glaciaciones hubo escasez de alimentos y
entonces se hizo importante la fuerza física para sobrevivir. Sólo
el más fuerte conseguía lo que necesitaba, y el más débil moría o
se resignaba a lo que quedaba, si quedaba algo. Yo creo que ahí el
hombre se da cuenta de su poder, y a veces, de su sadismo al ejer-
cer su autoridad, y de su impotencia y dolor cuando no puede ejer-
cerlo o no puede obtener lo que necesitaba y esa frustración la
paga con el más débil: el hombre más débil, la mujer, los niños,
los animales, los objetos que lo rodean, etc.
Este patriarcado y esta lucha por el poder sigue existiendo en
todo el mundo de forma más burda, como la ablación de las mu-
jeres en África, el burka del mundo árabe, o de forma más sutil
como el acoso que sufre el hombre más débil, o la mujer a veces
en el trabajo, los salarios más bajos de la mujer ante el mismo tra-
bajo, etc.
Yo no sé si en este mundo se cambiará esto alguna vez, si al-
guna vez este mundo se transformará en un paraíso para todos. O
quizás, como vivimos en el mundo de la polaridad, lo que hacemos
con la mano derecha se deshace con la mano izquierda; es decir,
en la misma medida que luchamos por la paz mundial crecen las
guerras. En la misma medida que desarrollamos una polaridad su
opuesta crece de igual manera. Yo creo que el planeta Tierra, es
un planeta al que venimos para vivir la polaridad y desde quemar-
nos en ella trascender al punto cero de autorregulación organís-
mica. En la Gestalt se dice que en la medida en que profundizo,
me elevo, y también se habla del punto cero de la autorregulación
organísmica, que para mí corresponde al vacío fértil; es decir, este
punto donde no existe nada, pero está la potencialidad de todo.
Cuando empezamos a desarrollar una polaridad aparece su
opuesta con igual intensidad, de forma que la suma de ambas nos
lleva al punto cero de autorregulación organísmica, donde no
existe nada, pero está la posibilidad de todo.
Como dicen las personas que han alcanzado la iluminación:
“Sólo un Buda puede ser feliz en este mundo”, porque un Buda se
sitúa en el punto cero de autorregulación organísmica, que significa
que puede vivir todo sin identificarse con nada, sin agarrarse a
nada.
Sería muy bueno educar a las nuevas generaciones en lo que dicen
las personas que han alcanzado la iluminación: “Tomarse la vida
como un juego”. Dicen: “que la única manera que tiene la conciencia,
la energía, la vida, de darse cuenta de sí misma, es encarnándose
en todas las polaridades posibles”.
Si enseñamos a las nuevas generaciones que la vida es un
juego, que hoy se vive una polaridad y mañana la contraria, y se le
enseña a que no se identifique o se enganche a ninguna de las dos,
creo que habría menos sufrimiento en el mundo.
La frustración que tenemos que soportar, por estar en este
mundo de polaridad, sólo es sostenible si nos ayudan a contenerla
desde una actitud amorosa y de escucha. Así aprendemos a sopor-
tar la frustración.
El proceso de transformarnos en adultos sanos pasa por asumir,
nosotros mismos, el transformarnos en el padre y la madre ideal
de nosotros mismos, y hacer esto con alegría y con amor. Si no hay
un aprendizaje en tal sentido, nos convertimos en seres famélicos,
hambrientos de amor e insatisfechos permanentemente, que van
arrebatando a los demás lo que tienen, quedándose siempre insa-
tisfechos.
Como nuestro niño interno no se ha desarrollado adecuada-
mente para convertirse en un adulto sano e independiente, porque
no ha recibido lo que necesitaba, ahora nosotros de adultos ten-
dremos que hacernos cargo de este niño interior que no ha cre-
cido, tenemos que ayudarle a crecer transformándonos en el padre
y la madre ideal de este niño interior, y le ayudamos a crecer para
transformarse en un adulto sano.
¿Cómo nos transformamos en un adulto sano? Aprendiendo a
permanecer en el vacío fértil. Yo creo que todos venimos de ahí
del vacío fértil. La vida nace del vacío fértil, la vida por conocerse
a sí misma necesita encarnarse, y esto es lo que hace.
Yo creo que la diferencia entre el vacío fértil y el vacío estéril es
la aceptación de este último, cuando uno acepta el vacío, este se
transforma en fértil y cuando uno se pelea con él se transforma en
estéril.
¿Por qué tenemos tanto miedo al vacío? Yo creo que porque
nadie nos ha enseñado acerca de él. Nadie nos ha enseñado que
siempre estamos contenidos, que en última instancia el vacío nos
contiene. Hay una gradación de contención:
1) Siempre estamos contenidos por nosotros mismos, aunque
nadie nos enseñe eso.
2) Nuestra familia nos contiene.
3) Nuestros amigos nos contienen.
4) Nuestra casa nos contiene.
5) Nuestra aldea, pueblo, ciudad nos contienen.
6) Nuestro país nos contiene.
7) Nuestro planeta nos contiene.
8) Nuestro universo nos contiene, etc.
Si cada ser humano se hace cargo de sí mismo, de sus necesi-
dades y no carga al otro con sus exigencias, ¿cómo serían las rela-
ciones humanas? Serían un éxtasis. Si cada ser humano se
convierte en un manantial de abundancia para sí mismo, y las re-
laciones humanas se convierten en el encuentro de dos manantia-
les de abundancia que se unen para compartir su abundancia, y
nadie le exige a nadie nada, sólo comparten la abundancia, y cada
uno se hace cargo de sus necesidades y no se las exige al otro, las
relaciones humanas serían compartir el éxtasis individual que ya
tiene cada uno.
Volviendo al tema de la pregunta, si lo conectamos con los con-
ceptos fundamentales de la terapia Gestalt, como la autorregula-
ción organísmica, el tema de las polaridades, el ciclo de
satisfacción de necesidades, los mecanismos neuróticos, el tema
de la psicosomática y por supuesto el awareness, o darse cuenta
o conciencia. Todas estas herramientas ayudan al ser humano a
tomar conciencia de qué es y dónde está.
Cuando miro al mundo veo lo de siempre, un poco más sofisti-
cado, es como si estuviéramos ascendiendo por una espiral. Dice
Enrique de Diego que pasamos siempre por los mismos puntos,
asuntos; pero cada vez a niveles diferentes, y parece haber una
tendencia de esa espiral a concentrarse en un punto, el punto cero
de lo no nacido, pero que contiene toda la potencialidad de la vida.
Cuando hecho una mirada gestáltica al mundo veo toda una
suerte de emociones desatadas. Para mí el pecado original es
hacer la diferenciación entre el bien y el mal. Si miramos toda esta
vida en la que vivimos como un juego, ahora toca esto y después
tocará otra cosa, sin identificarnos con nada, yo creo que seríamos
más felices. Todo tiene una cara y una cruz; pero la cara y la cruz
son las dos partes de una misma moneda. La moneda es la vida.
Vivir en este planeta, significa vivir en el mundo de la polaridad,
bueno-malo, noche-día, inspirar-expirar, triste-alegre, etc.
Si te identificas con una de estas polaridades, significa que te
agarras a ella, que no quieres soltarla, y cuando viene la otra te ge-
nera sufrimiento. Si en lugar de eso vives cada polaridad cuando
estén, y la dejas partir cuando se vaya, la cosa sería mucho más
fácil para todos. Esto sería autorregulación organísmica y no habría
enfermedades psicosomáticas.
Si nos diéramos cuenta, que justo lo que nos hace sufrir y en-
fermar, es el agarrarnos a una polaridad y desechar la otra, y que
esto hace que creemos mecanismos neuróticos que son mecanis-
mos de defensa para no sufrir. Pero que al final nos hacen sufrir.
Muchas veces me planteo si realmente llegará un día en que la
tierra será un paraíso para todos. Yo creo que para que llegue ese
momento falta mucho, tendríamos que estar muy crecidos todos y
eso no es lo que se da en este momento en la vida. Muy crecidos
sería poder vivirlo todo sin identificarnos con nada, sin agarrarnos
a nada. Eso no es lo que se da hoy.
D. DE M.: Actualmente, ¿cómo crees que recoge o puede reco-
ger el mundo en que vivimos una mirada Gestáltica?
P. C.: Explorando más las polaridades para descubrir lo que
contiene cada una de ellas. Tomando más conciencia de lo que
nos crea sufrimiento y soltando esto. Cuestionando los introyec-
tos sociales y personales, recogiendo las proyecciones individua-
les y sociales. Amándonos más a nosotros mismos y poniendo
conciencia en no dañarnos. Diferenciándonos más de los demás,
pero no como una cosa egóica, sino como algo creativo, de co-
nocimiento de uno mismo y del otro, de valoración de uno mismo
y del otro, de riqueza, de complementariedad, de enriquecimiento
mutuo, etc.
Sería vivir el presente con conciencia, sin agarrarte a nada,
fluyendo con lo que hay, disfrutando de lo que eres y te llega, y
dejando que te llegue lo que viene y que se vaya lo que tiene que
irse.
Yo creo que la conciencia es fundamental para el crecimiento,
con conciencia, con respeto a todas las partes de uno mismo, y
con la idea de integrar estas partes en un todo autorregulador se-
ríamos más felices
D. DE M.: ¿Has sentido cambios en tu mirada desde tu encuen-
tro con la Gestalt hasta tu momento actual? De ser así ¿en qué
sentido?
P. C.: Para mí la Gestalt fue como agua de mayo. Cuando yo me
encontré con la Gestalt, la estaba buscando. Para mí fue salir del
sufrimiento donde me había metido mi familia, la sociedad de
aquella época, y yo misma, para nacer al disfrute. Para mí fue el
encuentro con el disfrute y con la vida.
Mi primer encuentro con la Gestalt fue cuando estaba en se-
gundo de Psicología, en el año 1.983, y desde entonces sigo fiel a
ella.
Los cambios en mi mirada han sido desde un enamoramiento
apasionado a una serenidad tranquila. Desde el volcán al punto
cero de autorregulación organísmica.
Con la Gestalt he encontrado lo que buscaba, comprensión de
lo que me pasa y le pasa a los demás, expresión de mis sentimien-
tos y permitir a los demás que lo expresen. Siento que llegué a
casa con ella. Lo más importante que me dio fue la escucha, nunca
me había sentido escuchada por casi nadie, me sentía como un
fantasma en la vida. Ella me dio apoyo y confrontación, contención,
ayuda y comprender la frustración. Ella me ha ayudado a compren-
der el mundo en el que vivimos, un mundo que yo no entendía y
ahora entiendo.
D. DE M.: ¿Consideras que la formación en terapia Gestalt nos
dota suficientemente de una mirada gestáltica, o consideras que
falta algo más para conseguir esta mirada?

P. C.: Yo creo que la formación nos da una buena mirada ges-


táltica, por lo menos yo la recibí en mi formación, y pienso que yo
también la transmito en la que imparto. Si te refieres a mirada ges-
táltica como la aceptación de lo que trae la persona, la compren-
sión de lo que le pasa y el desenvolvimiento de su ser hacia una
mayor realización, creo que esto se da en la formación de terapia
Gestalt. Considero que un eje fundamental es la escucha, la escu-
cha a uno mismo y la escucha del otro. El respeto a lo que se da
en el momento, con la comprensión de para qué se da y una mi-
rada sana hacia el desenvolvimiento liberador.
Opino que la formación Gestáltica dota al ser humano de una
actitud, una escucha, un respeto y una capacidad de confrontar lo
neurótico que enferma o apoyar lo que sana, y todo esto ayuda a
la persona a posicionarse adecuadamente en la vida, y como con-
secuencia, se produce una reorientación del entorno donde la per-
sona se inserta.
D. DE M.: ¿Qué otras miradas y aportaciones pueden enrique-
cer y completar tu mirada gestáltica? ¿Puedes hablar de ellas y
de lo que te aportan?
P. C.: Yo creo que el Eneagrama es una herramienta muy po-
tente, también la bioenergética57 me parece muy buena para enri-
quecer a la Gestalt.
El conocimiento profundo del Eneagrama es una herramienta
muy eficaz para lograr la comprensión profunda de los distintos
rasgos de personalidad, y creo que este conocimiento puede ace-
lerar el proceso de conciencia de la persona y ayudarla a superar
y comprender más fácilmente sus dificultades y las de los demás.
El conocimiento del Eneagrama es importante para el terapeuta,
en el sentido de apoyar o confrontar lo sano o lo neurótico de cada
rasgo de personalidad que con un conocimiento exhaustivo del
Eneagrama tienes muy a mano.
Yo la bioenergética que conozco más es la que he visto trabajar
a Juan José Albert en la formación de mis alumnos, y creo que
ayuda también muchísimo a comprender las dificultades que pre-
sentan las personas en su vida.
Creo que su libro, Ternura y Agresividad [1], de la editorial
Mandala, es muy recomendable para comprender muchas sinto-
matologías que presentan las personas y la génesis de esta sinto-
matología
D. DE M.: Desde formular un deseo ¿Qué pedirías para la te-
rapia Gestalt?
P. C.: Larga vida. Y la tendrá porque para mí la terapia Gestalt
es igual a la vida, con toda su plenitud, su frescura, su entrega, su
apasionamiento, etc.
Para mí la terapia Gestalt vibra como vibra la vida. Late como
late la vida. Se mueve como se mueve la vida.
D. DE M.: ¿Quieres añadir alguna cosa más, en relación a este
tema?
P. C.: Mi mundo ideal sería un mundo en el que nos respetá-
ramos mutuamente, en el que no hubiera competitividad sino co-
operación, en el que nos consideráramos todos como parte de
una unidad y valoráramos y nos enriqueciéramos de nuestras di-
ferencias. Un mundo en el que fuéramos conscientes de nuestra
abundancia, de la abundancia de todo lo que existe, y no quisié-
ramos acaparar nada, sino compartir todo lo que existe. En el que
hubiera abundancia de amor para nosotros y para todos los que
nos rodean.
Una experiencia para mí muy hermosa, que quiero compartir
con todos, es la de mirar con amor ahí donde tenemos una dificul-
tad. Os propongo la experiencia de mirar con amor a alguien que
rechazáis, que odiáis, a alguien con quien tenéis dificultad y ya me
contaréis.
Mirar con amor cada día a vuestra pareja, veréis como se trans-
forma la relación en algo maravilloso. Más maravilloso que el
cuento de hadas.

ENFOCANDO LA EDUCACIÓN DESDE LA GESTALT

Voy a comenzar este artículo con la pregunta: “¿con lo que tengo,


qué puedo hacer?” Una persona y su medio (un campo existencial
según Perls). Una persona y unas circunstancias determinadas, en
un momento determinado (todo ocurre en un tiempo, en un espa-
cio y en un nivel de darse cuenta según Perls). Ahora quiero ha-
cerme otra pregunta: “¿cómo puedo aprovechar todo lo que se da
en un momento determinado para mi crecimiento y el crecimiento
del otro, de los otros?”. Hay una persona y un medio, que es el
medio que en ese momento determinado tiene “disponible” a su
“disponibilidad”. ¿Dónde estoy yo, dónde está el otro, cuáles son
mis funciones aquí y ahora, cuáles son las funciones del otro aquí
y ahora, cómo puedo utilizar todo lo que tengo a mi disposición,
para el desarrollo mío y del otro? Esto es lo que tengo ahora y es
lo mejor que puedo tener en este momento. Este es mi tesoro.
¿A dónde quiero yo llevar a un niño en su educación? A que se
realice como ser, como persona. ¿Qué tiene que hacer para reali-
zarse? Tiene que empezar a ACTUAR, actualizar sus potencialidades
y en esta actualización encontrará apoyos y límites (frustraciones)
y todo esto le irá formando un “carácter” que una vez llegado a
adulto tendrá que replantearse o no.
El proceso de crecimiento es connatural al ser, al niño, a la niña,
al hombre, a la mujer; está dentro de su naturaleza, es patrimonio
de él y ella. Al mismo tiempo este ser, este niño, este hombre o
mujer, se desarrolla dentro de un ambiente y este ambiente va a
poner a disposición de su crecimiento una serie de limitaciones y
refuerzos (impulsos o incentivos). Es como si el camino de creci-
miento y desarrollo de una persona fuese siempre desde una po-
sición más potencial, más implícita, menos desarrollada, más
cerrada, etc.; A una posición más explícita, más desarrollada, más
abierta, más sensible, más en armonía con la Naturaleza y con el
Universo.
¿Qué cosas diferencian a una persona de un animal? El animal
busca la satisfacción inmediata de cualquier necesidad que se le
presente, cualquier Gestalt abierta tiende a cerrarla con inmedia-
tez.
El proceso de socialización del ser humano, es un proceso de
aprender a esperar en un ambiente determinado, del cultivo de la
paciencia en un medio concreto. Y es aquí, en este ambiente, en
este medio donde el niño va a desarrollar una serie de estrategias
para sobrevivir, para obtener gratificaciones, para ser “feliz”. Puede
suceder que el tipo de estrategias, decisiones que el niño tome,
vayan en contra de su propio desarrollo, de su propio crecimiento,
o por lo menos frenándolo; y se conviertan en un obstáculo para
su evolución armónica.
¿Qué pasa cuando el niño ingresa en el medio escolar, en la es-
cuela?
Hay dos estructuras de carácter que comienzan a interaccionar,
o por lo menos una con otra, en periodo de formación. Algo fun-
damental es el grado de aceptación y acogida del niño por parte
del maestro; de esta aceptación y acogida va a depender la canti-
dad y calidad de la actuación del niño en este ambiente determi-
nado.
A mí me interesa particularmente los niños que son llamados
por el sistema educativo “fracasados” o “problemáticos”. A mí me
gusta ayudar al niño a que se agarre a la vida, a que trabaje por él,
a que sea feliz.
¿Cómo se puede ayudar a un niño que “fracasa” en la escuela?.
Hay que darle CONFIANZA en que él puede, y mostrarle con
nuestra actitud y acción que nosotros creemos que él puede y con-
fiamos que va a ir creciendo, desarrollándose y solventando todas
las dificultades que se le presenten y que nosotros vamos a estar
en todo momento con él para ayudarle y orientarle. Vamos a darle
nuestro apoyo (Apoyo externo), hasta que él descubra su propio
apoyo, su propio potencial (apoyo interno), y vamos a facilitarle y
brindarle, en la medida de nuestras posibilidades, los MEDIOS ade-
cuados para que pueda pasar del lugar donde se encuentra al lugar
donde se espera que esté, él o ella, y donde él o ella pueda sentirse
uno más entre sus iguales.
A mí me fascina el proceso de desarrollo y transformación de
los seres humanos, me encanta ver en los niños como se entusias-
man en lo que hacen, cuando se le ponen las condiciones adecua-
das, y me encanta ver lo fácil que superan sus dificultades cuando
se les indica el camino correcto para superarlas.
Durante los años que trabajé con niños, yo siempre les llevaba
pequeños regalitos que iba recabando por doquier para que se en-
tusiasmaran con la tarea a realizar y un día me pregunté, si no los
estaría condicionando a los regalitos. Pero me di cuenta que no,
que la satisfacción del trabajo realizado para ellos era suficiente y
que se olvidaban de los regalitos.
Según Perls: “Aprender es descubrir que algo es posible, crear,
experimentar” y no sólo ingerir información. Si el niño se traga algo
que es incapaz de asimilar, normalmente vomitará lo indigerible, y
el lado emocional de este vomitar es el disgusto.
A veces el niño llega a la escuela con una desconfianza total en
sus capacidades, de modo que cada vez que se le plantea hacer
una actividad dice: “yo no sé, yo no puedo”. A esto el maestro debe
responder: “tú sí puedes y vas a ver cómo puedes”.
No importa el tipo y el grado de dificultar que el niño presente
cuando llega a la escuela; siempre hay un camino para su desarro-
llo. Lo único que hay que hacer es motivar a ese niño y proporcio-
narle unos medios adecuados a su dificultad o dificultades. Aquí
nuestro gran maestro es la madre Naturaleza; ella nos enseña con
su práctica activa y nos muestra la evolución imparable de la vida
y su desarrollo en sus diferentes grados.
En la medida en que el niño se va dando cuenta de que puede,
de que va consiguiendo pequeños logros; aumenta la confianza en
sí mismo. Cada problema solucionado le hace más fácil la resolu-
ción del siguiente y cada solución aumenta su Autoapoyo.
El darse cuenta de lo que está haciendo, le da al niño un sen-
tido de sus propias capacidades, de sus habilidades y de su equi-
pamiento sensorial e intelectual. Sencillamente, dándose cuenta
de que lo que es capaz de hacer aumenta su área potencial de
operación.
Una tarea importante es poner al niño en una situación de “po-
tencia creadora”. Esto significa darle unos instrumentos sencillos
como modelo y herramientas, que él puede hacer vibrar de dife-
rentes formas y crear distintos resultados, convirtiéndose así en el
protagonista y director de su propio aprendizaje. Las creaciones
que él puede realizar son infinitas. Por ejemplo, yo le presento al
niño un cuadrado dividido en cuatro partes y le digo que haga uno
igual al mío. Si el niño no es capaz de hacer un cuadrado le doy
una plantilla para que la resiga con lápiz o bolígrafo y la reproduzca.
A continuación, yo dibujo cosas dentro del cuadrado, le dejo unos
segundos la muestra a la vista para que la retenga y seguidamente
tiene que reproducir el modelo. Luego será él, el que me presente
la tarea a mí. Ejemplos de modelos son:
Los modelos son infinitos, podemos meter dentro de los cua-
drados lo que queramos. Y con esta simple estrategia trabajamos
en el niño su atención, su memoria, su creatividad, su motivación,
su discriminación visual, su lateralidad, etc. Esta simple actividad
puede utilizarse con niños desde Educación Infantil hasta Educa-
ción Secundaria, aumentando o disminuyendo la complejidad del
contenido del cuadrado.
Una cosa importante es colocar al niño un distintivo en su
mano derecha (puede ser un simple punto hecho con rotulador o
una cruz); ya que el niño tiene que utilizar algo real como punto
de referencia para hacer una buena discriminación y orientación
espacial.
Cuando el niño realiza este tipo de actividades está totalmente
concentrado y en estas situaciones se puede comprobar lo que
Perls decía: “Está demostrado que el elemento esencial en todo
progreso, en todo éxito, es la concentración. También se ha pro-
bado que la concentración tiene algo que ver con el interés y la
atención y, con frecuencia, se emplean los tres conceptos como
sinónimos. Interés significa estar en una situación; concentración
significa penetrar exactamente en el centro (núcleo, esencia) de la
situación, y atención significa que se dirige una tensión hacia un
objeto. Estas tres definiciones son descripciones sencillamente de
un estado, una actitud y una dirección.
Se describe mejor la concentración correcta con la palabra fasci-
nación; aquí el objeto ocupa el primer plano sin esfuerzo alguno, des-
aparece el resto del mundo, dejan de existir el tiempo y el contorno;
no brotan conflictos internos o protestas contra la concentración.
Como cada parte de la personalidad está coordinada y subordinada
temporalmente a un solo propósito, no es difícil darse cuenta de
que esta actitud es la base de todo desarrollo. (Lo que dice Perls
sería la descripción de la atmósfera adecuada para trabajar con
niños que presentan dificultades de aprendizaje).
Siempre hay que tener en cuenta que el afán de conocer, des-
cubrir, investigar, progresar, evolucionar, es connatural al ser hu-
mano. Esta sería la motivación interna. Pero pueden existir factores
externos que ensombrezcan este desarrollo natural, como por
ejemplo problemas familiares de alcoholismo, drogas, malos tra-
tos, falta de recursos, nacimiento de un hermano, etc. Cuando la
motivación interna está afectada, la externa (juegos, canciones,
distintas estrategias, etc.) tiene que hacerse mucho más potente
para lograr despertar y enganchar a la interna.
Si a través de un juego (motivación externa), el niño domina una
actividad o reto que el educador le propone, aumenta su satisfac-
ción personal, la seguridad en sí mismo y su Autoapoyo y puede
que se encienda alguna lucecita de su motivación interna.
Zinker [103], dice: “Jugar significa advenir a la vida, experimentar
al otro con ojos vivientes. El innovador (el educador) busca claves,
indicios y sendas que le brinden acceso a los espacios desconoci-
dos de otra persona”.
Desde la Gestalt pensamos que el ser humano se crea a sí
mismo, y que la máxima energía aplicable a este esfuerzo prome-
teico proviene de la toma de conciencia y de la aceptación de sí
mismo tal como es en el presente.
El CONTACTO es la savia vital del crecimiento, el medio de cam-
biar uno mismo y la experiencia que uno tiene del mundo. Este
contacto es fundamental entre educador y alumno. Hace falta una
disciplina inmaculada y una curiosidad gozosa de parte del maestro
para poder acompañar y guiar el proceso de aprendizaje del niño,
evitando acosarlo prematuramente o frenarlo a causa de ideas pre-
concebidas o prejuicios. Lo ideal sería que sea el niño el que vaya
marcando su ritmo o progreso y que no sea el maestro el que le
ponga límites o techo a su desarrollo; sino que sea el niño el que
marque su propio proceso y límites.
El educador debería potenciar al máximo la búsqueda de solu-
ciones, por parte del niño, a las dificultades, que se le van presen-
tando en su proceso educativo.
Piaget ha observado que cada vez que le adelantamos al niño
una “respuesta correcta”, le impedimos aprender a inventar por sí
mismo muchas respuestas correctas nuevas. La acción contiene
las semillas del conocimiento interno, un conocimiento que abarca
la ampliación de las propias fronteras y la conciencia que así se
asimila.
Una habilidad no puede aprenderse bien hasta que se ensaya.
Ensayándola, bajan los umbrales de riesgo del individuo y al bajar
los umbrales aumenta su seguridad, su autoestima.
En la medida que el niño va tendiendo confianza en sí mismo y
se atreve a experimentar, aumenta la sensibilidad para captar los
requerimientos del nuevo aprendizaje. Si el niño cuenta con un
apoyo continuo en su desarrollo, puede asimilar los errores, se da
la oportunidad para ensayar nuevos métodos, y todo esto propende
a afianzar las nuevas experiencias y a transmutarlas en una lozana
realidad.
Dijo Martin Buber [7]: “Cuando un hombre canta y no puede ele-
var su voz, y canta con él otro que puede elevar su voz, el primero
también podrá elevar su voz. Este es el secreto del vínculo entre
las almas”
De igual manera el niño que llega a la escuela y quiere aprender
a leer, a descubrir, a experimentar, etc., necesita de otra persona
capaz de guiarlo. Y cuando el niño se engancha al proceso, este
empieza a caminar casi por sí solo.
Joseph Zinker [103] habla del aprendizaje TAO que se produce
cuando un individuo experimenta su propia fuerza de movimiento
y sus posibilidades exploratorias.
Es importante que un niño aprenda a valorar y disfrutar su sol-
tura de movimiento y en el trayecto de su crecimiento; es impor-
tante que sienta al educador más como un lubricante que como la
fuente de su conocimiento.
En definitiva, una buena plataforma desde donde partir y mo-
verse para la educación del niño sería aquella que acepta al niño
tal cual es y está partiendo de esto; lo trata de ir motivando cada
vez más en su aprendizaje, proporcionándole medios y modos
adecuados al proceso de desarrollo en el que se encuentra y lo
va alentando a convertirse en un activo buscador, investigador y
actor de su propio aprendizaje y de los medios y modos para con-
seguir este.
Perls decía: “ El hombre se trasciende a sí mismo únicamente
por la vía de su verdadera naturaleza, jamás por medio de la am-
bición y de las metas artificiales”

LO DIFÍCIL VERSUS LO FÁCIL

Para mí la dificultad de nuestro oficio tiene que ver con el grado de


enfermedad que traiga la persona que viene a consulta. Lo difícil
está relacionado con la permeabilidad que tenga el paciente a
nuestras indicaciones. A mayor permeabilidad más posibilidad de
cambio, y al contrario.
Para trabajar con personas muy enfermas, hay que poner mucha
energía. Desde mi experiencia, a más enfermedad hay que poner
más trabajo, más entrega, más energía y más conciencia.
En mis quince años de trabajo en educación, me encontré con
niños con graves déficits de relación, autistas, psicóticos, antiso-
ciales, etc. Mi experiencia es que si logro contactar con el lugar
donde está el niño, si me pongo a su nivel, logro contactar con
él. Este contacto es como el cordón umbilical que me une a él y
me permite tirar de él y sacarlo desde donde está, para llevarlo a
la salud.
Lo primero es crear el vínculo con él o ella, y a partir de ahí ya
es más fácil. Lo difícil es crear el vínculo. Para crear el vínculo,
tengo que llegar hasta donde esta él o ella y decirle metafórica-
mente o realmente: “estoy aquí y te veo”, “estoy disponible para ti,
para lo que tú necesites”, “no me voy a ir”, “estoy disponible y te
apoyo”, “no importa que me rechaces, estoy aquí, hasta que te can-
ses y podamos contactar”. Las palabras son como un medica-
mento, tardan un tiempo en hacer efecto, pero lo hacen.
¿Qué siento que le falta a la persona? Normalmente lo que falta
es AMOR. El amor es el bálsamo que nos sana. El amor se puede
traducir en PRESENCIA, en TIEMPO dedicado a la persona, en AC-
TITUD de ayuda, en RECURSOS para su desarrollo, en CUIDADO en
el sentido de que tú sientas que eres importante para mí, etc.

Voy a exponer tres casos de los que traté en aquella época:


s Miguel, niño de 6 años de 1º de primaria, hijo de padres ado-
lescentes, toxicómanos. Presentaba hipotonía muscular, alopecia,
no poseía ningún vello en el cuerpo, ni cejas, ni pestañas. Como
consecuencia de su hipotonía muscular, su habla estaba distor-
sionada.
En clase, la profesora no podía con él, porque no paraba, ni de-
jaba a nadie trabajar, siempre de pie, tirando los materiales de los
demás y agrediéndolos. Un día la profesora desesperada lo llevaba
a dirección para expulsarlo del colegio y antes de ir vino a verme
para contarme lo que le pasaba. Yo que en aquella época ejercía
de profesora de apoyo y no tenía tutoría, le dije que yo me iba a
encargar de él. Pasaba conmigo toda la jornada escolar junto con
el grupo de niños que yo recibía cada hora.
Lo primero que hice fue proporcionarle un peluche enorme,
para que descargara su agresividad con él (veo lo que necesita y le
proporciono el material para que canalice su necesidad).
Posteriormente comienzo su aprendizaje lecto-escritor, con un
método que yo creé que se llama: “Yo juego, ¿y tú?” [9]. Método
global de 3 frases. Al mismo tiempo trabajo sus dislalias. Descubrí
trabajando con este niño que el método de lecto-escritura al ba-
sarse en tres frases que contenían todas las sílabas directas de
nuestro idioma, favorecía la correcta articulación de las sílabas, ya
que eran siempre las mismas sílabas y el mismo punto de articula-
ción y la reiteración favorecía la correcta pronunciación.
Me llevó dos cursos escolares que aprendiera a leer y a estar
tranquilamente sentado en su silla, haciendo sus tareas. Y después
de este tiempo se convirtió en un niño más de su clase.
La estrategia de trabajo consistió en ponerle límites, darle cariño
(que se sintiera querido por mí) y proporcionarle los recursos ade-
cuados al nivel de maduración que él tenía. Cuando se siente que-
rido y aceptado por mí, ahí crea el vínculo conmigo, que me va a
permitir ponerle límites. Al principio, tuve que poner un cerrojo en
lo alto de la puerta de mi clase, porque se escapaba y se iba al
patio. El cerrojo en alto me servía para poder llegar a la puerta
antes de que él pudiera abrirlo e irse a corretear el colegio. Esto
fue en un primer tiempo.
Lo duro es que este niño tenía que volver a su hogar de locura
cada día, donde su padre lo mandaba a comprar drogas y lo mal-
trataba; a veces llegaba al colegio con moratones por todo el
cuerpo. Posteriormente me enteré, que estuvo ingresado en el hos-
pital con alucinaciones.
A lo largo de mis quince años de trabajo con niños en la escuela,
aprendí que el amor, el cuidado y los recursos adecuados a su nivel
de desarrollo, tranquilizan al niño y le hacen sentirse bien.
s Juanito es un niño de 10 años hiperactivo y con mucha agre-
sividad. No sabía leer y armaba follones constantemente, incluso
agredía a los profesores, si éstos querían controlarlo.
Aprendió a leer perfectamente en el curso escolar y a estar com-
partiendo actividades con sus demás compañeros, sentado en
clase tranquilamente. Hubo un punto de inflexión en su comporta-
miento, que fue el día que yo desesperada, empecé a cantarle una
canción de cuna en francés y de pronto se paró y se calló y empezó
a escucharme. Creo que lo que funcionó aquí, fue el efecto sor-
presa y al mismo tiempo recibir una conducta (mi canción) total-
mente nueva para él y de índole totalmente diferente a lo que
siempre había recibido (a una conducta disruptiva de él siempre
le acompañaba una reprimenda del adulto, y yo le di lo contrario,
ahí se produjo la inflexión). A partir de este momento, se tranqui-
lizó, es como si aterrizara en su cuerpo y podía estar a mi lado
tranquilo, cuando antes no paraba de moverse, estaba siempre
muy inquieto, como si algo lo estuviera molestando constante-
mente, como si se sintiera mal constantemente.
Su conducta tranquila se mantuvo en el tiempo, incluso cuando
yo ya no estaba en el colegio. Al curso siguiente fui a visitarlo al
colegio y seguía tranquilo, colaborando en las tareas escolares.
s Ana, niña de 5 años, vivía con su madre y un tío psicótico. En
esta época, yo trabajaba en los equipos externos a la escuela y vi-
sitaba semanalmente un centro educativo o dos por día. Cuando
me la trajeron era muy agresiva con sus compañeros de Educación
Infantil. Tenía la mirada típica psicótica que te traspasa. Comencé
a trabajar con ella a través de cuentos y de canciones, contándo-
selos y cantándoselas y haciéndole preguntas. Logré crear el vín-
culo con ella y disfruté de su mirada contactando con la mía. Ese
día me emocioné y ella me preguntó que por qué lloraba y yo le
dije que era de alegría, de verla a ella tan bien y tan feliz. Su con-
ducta se normalizó en clase y yo dejé de atenderla. Al cabo de dos
o tres años volví a verla en el colegio, la sentí perdida. Atendía a
las preguntas que se le hacían; pero ya no contactaba con la mi-
rada. Había tenido una adaptación superficial a su medio; pero a
nivel emocional no había contacto consigo misma ni con los
demás, no había contacto auténtico.
A veces me he preguntado si no era una traición el trabajo que
hacía con estos niños de familias muy desestructuradas, en las que
yo creaba el vínculo con ellos, les mostraba un tipo de relación fan-
tástica, donde eran escuchados y queridos y luego cuando se nor-
malizaba su sintomatología, los dejaba en el ambiente enfermo de
su familia y me iba.
Yo llego al ambiente enfermo donde están, les doy la mano y
les saco de ahí, en el sentido de que les muestro una forma dife-
rente de relación, donde son tenidos en cuenta y respetados y
luego les vuelvo a dejar ahí. En cierto modo es una traición.
Desde mi punto de vista mi tarea consistía en darles el Apoyo
externo que les faltaba para que se desarrollaran adecuadamente,
y ayudarles a que vayan desarrollando su Autoapoyo. Lo que ocu-
rría era que en algunos casos eran muy pequeños para hacerse
cargo de ellos mismos.
s Otro caso ya en la formación en terapia Gestalt fue el de un
profesor de Pedagogía terapéutica que era Bipolar y se disociaba
en determinados trabajos. Yo le hice la entrevista inicial y me pa-
reció una persona muy potente. Cuando fue transcurriendo el
tiempo, nos dimos cuenta de que era Bipolar y que en determina-
dos momentos se disociaba. Todo el profesorado de la formación
estábamos atento a esto y tratábamos de juntar lo que él quería
eliminar de sí mismo en algunos trabajos, por ejemplo: en un taller
de sueños, cuando en el trabajo con él, quería destruir una parte
que decía que no era suya. La estrategia que utilizamos todos los
profesores de la formación fue como de útero que contiene y pro-
tege, tratando de unir lo que él quería separar, con mucho cuidado
y tacto.
Al final estamos muy contentos de lo que hemos hecho todos
con él, porque él está ahora muy consciente de lo que le pasa y
tiene mucha lucidez. La estrategia ha sido contenerlo en todo lo
que él producía y tratar de reconducirlo amorosamente hacía las
conductas “normalizadas” y durante el tercer año, en los trabajos
de supervisión que él hacía, que a veces eran un “poco” disocia-
tivos, apoyar a los miembros del grupo que denunciaban esto y
explicar lo sucedido como un ejemplo claro de trabajo disocia-
tivo que no era bueno hacer, y tener la suerte de verlo en vivo y
en directo, con la contención que daba el profesor que dirigía la
supervisión y las explicaciones pertinentes de lo sucedido.

Durante el proceso, en algún momento del principio, me planteé


si había sido bueno admitir a esta persona en la formación, y pos-
teriormente me di cuenta de que este era el lugar idóneo para esta
persona en este momento, ya que todo el equipo estábamos muy
pendientes de su evolución y lo tratábamos con mucho amor y cui-
dado. ¿Dónde te tratan así en la vida?
Para mí lo más bonito de la terapia es ver el proceso de trans-
formación de las personas. El proceso de hacerse cada vez más in-
dependientes, más libres y más felices y como la vida se les abre
para que sean felices.
¿Dónde está lo difícil? Para mí hay distintos momentos:
—Cuando la persona se cierra en su discurso destructivo, yo ahí
la dejo hablar y cuando para, le digo si quiere añadir algo más y si
me dice que no, le respondo que la he escuchado y no le digo nada
más a no ser que ella me demande algo, porque veo que está pa-
rapetada ahí, y me cuido de no desgastarme hasta que la sienta
que está disponible para escuchar.
—En otros momentos, en los grupos de formación, cuando al-
guien muy narcisista se pone en pelea directa con los profesores
de formación, con la formación y con la escuela en general, para
medir su fuerza y su poder y para no cuestionarse a sí mismo, y no
atiende a las indicaciones mías y de los profesores de ponerse en
terapia, para trabajarse lo que le duele, me alío con él y le digo
que si yo pensara lo mismo que él haría lo mismo, me iría y ahí se
termina la pelea. Esto lo hago si no veo otra posibilidad.
—Para mí lo difícil es escuchar lo que me duele, que tiene que
ver con lo Egóico. Yo ahí pongo mucho hincapié en escuchar lo
que me dicen mis alumnos de formación y mis pacientes, porque
no siempre me sentí escuchada por mis terapeutas y profesores de
formación, y quiero que mis alumnos se sientan escuchados por
mí. Entonces cuando me dicen algo, que es la primera vez que lo
escucho, y no sé si es mío o no, les digo que me lo voy a dejar sen-
tir y que ya les responderé. Y así lo hago.
—A veces, con pacientes Borderline58 muy graves, no he podido
sacarlos de su espiral destructiva, me he sentido impotente con
ellos y se han ido.
En general, yo siento que en la medida que la patología es más
grave hay que poner más trabajo, más esfuerzo y más energía. A
veces he sentido en el trabajo con los niños, cuando estaba en la
escuela con patologías graves, que su mejoría o recuperación es-
taba en dar metafóricamente mi vida por la de ellos, en cuanto a
dedicación y esfuerzo. Y esto se ve muy claro en el libro de Bruno
Bettelheim, La fortaleza vacía [4.2]. Para mí es muy importante la
intervención temprana, porque en la medida que se subsane antes
la dificultad hay menos trauma, menos daño y también es más fácil
el trabajo, porque hay menos daño consolidado, hay menos condi-
cionamiento negativo a las intervenciones.
Según el profesor Rof Carballo, [77] la salud está en la urdimbre
afectiva que se crea en la relación niño-madre o persona que rea-
liza la función madre en los primeros meses y años de vida. Si el
niño se siente amado y protegido va a desarrollar la fuerza sufi-
ciente para hacerse independiente y libre, y su inteligencia se va a
desarrollar exponencialmente. Tratar de reparar o crear esta urdim-
bre afectiva de amor y apoyo es la tarea del terapeuta, y esta tarea
la vamos a desarrollar con más efectividad en la medida que nos-
otros mismos estemos más sanos, es decir, en la medida que ha-
yamos trabajado nuestra urdimbre afectiva primaria y nos hallamos
transformados, según Rof Carballo, en: “Un ser absolutamente per-
meable y transparente, indefenso, sin resistencias, para la realidad
del prójimo, anulando en nosotros, por el conocimiento, las reac-
ciones más sutiles y enmascaradas de dominio o de dependencia.
No es casual, ni mucho menos, que para llegar a esto, a poder anu-
lar en nosotros nuestra tendencia a depender de otro o a hacer que
otro dependa de nosotros (tendencias que suelen ir asociadas), el
terapeuta tiene que haberse remontado en su terapia personal él
mismo a los hábitos más primarios que, en su propia urdimbre de
afecto, constituyeron su existencia individual.
De esta suerte consigue el ser humano, en el ejercicio de su
inteligencia y su libertad, reestructurar sus reacciones más pro-
fundas en forma que, el lugar de los automatismos defensivos-
ofensivos (que en el alma humana no hacen más que repetir las
primigenias actitudes de interrelación que encontramos como
base biológica de la subsistencia en todo ser vivo), aparezca
ahora esta articulación entre la actitud “anaclítica” (amorosa) y la
actitud “diatrófica” (apoyadora) que constituye el núcleo de toda
psicoterapia profunda”.
¿CÓMO ENFERMAMOS Y CÓMO TRABAJA
LA TERAPIA GESTALT CON LA ENFERMEDAD?

La terapia Gestalt surge en los años cuarenta de la mano de Fritz


Perls, su primer libro Yo, hambre y agresión [62.3] apareció en
1942.
Los pilares fundamentales de la terapia Gestalt, según Claudio
Naranjo son: El darse cuenta o toma de conciencia, el vivir en el
presente y el hacerse responsable de la propia vida.
La conciencia es la capacidad de percatarse de lo que sucede
en un momento determinado. Si estoy en interrelación con otra
persona, qué me pasa a mí y qué le pasa a la otra persona, para
que reaccionemos o actuemos de la manera que lo estamos ha-
ciendo. Por ejemplo, si alguien me dice “¿por qué te has comprado
esos calcetines?”, darnos cuenta de que detrás de esa pregunta
hay una crítica solapada que podría ser “a mí no me gustan esos
calcetines”, así todo quedaría más claro y podríamos preguntarle
“¿no te gustan mis calcetines?”, y ella podría contestar que no, cla-
ramente. Si esta respuesta de ella nos perturba, ahí podríamos dar-
nos cuenta de que dependemos mucho de la opinión de los demás
para estar bien, tranquilos, en paz y darnos cuenta de qué parte
de nosotros mismos tenemos que fortalecer.
La palabra conciencia se compone de con-ciencia y el dicciona-
rio de la Real Academia define “ciencia” como “conocimiento cierto
de las cosas por sus principios y causas, habilidad, maestría, con-
junto de conocimientos en cualquier cosa”. Desarrollar nuestra
conciencia es lo que hace que la terapia Gestalt, sea desarrollar la
capacidad de conocernos realmente a nosotros mismos y a las
demás personas que se relacionan con nosotros.
Otro pilar de la terapia Gestalt es estar en el presente, estar pre-
sente en lo que sucede y si desglosamos la palabra presencia, sería
presentar la ESENCIA, el SER, lo que realmente somos; es decir,
ser lo que realmente somos en cada situación de la vida.
Otro pilar es la responsabilidad, que no es más que la capacidad
de responder: ”sí, esto lo he hecho yo o no, esto no lo he hecho
yo”. Habilidad para responder.
Quiero hablar de la concepción que tiene la terapia Gestalt de
la salud mental. Cuando nacemos, venimos al mundo potencial-
mente sanos, y la experiencia interna de una persona sana es fun-
damentalmente amorosa, que podríamos representar por una
circunferencia cuyo punto central es el amor. Y esa experiencia
fundamentalmente amorosa estaría apoyada en la CONFIANZA en
la vida, en ALEGRÍA de vivir y en FUERZA para afrontar lo que nos
traiga la vida. Pero en el proceso de socialización experimentamos
dolor, entonces donde había amor aparece el dolor y donde había
confianza aparece el miedo, y donde había alegría aparece la tris-
teza, y donde había fuerza aparece la rabia y eso podemos verlo
con un ejemplo de la vida real: “Un niño de dos o tres años está
en el parque con su madre y está jugando con ella a correr. Él
corre y la madre lo sigue; pero llega un momento en que la madre
se distrae y el niño se acerca peligrosamente a la carretera, la
madre se pone nerviosa y lo llama pero el niño cree que sigue ju-
gando con él y se acerca cada vez más al peligro, cuando final-
mente la madre lo coge, está muy nerviosa y le pega un azote y le
riñe y él no entiende nada. Ahí aparece el miedo, el niño se dice
a sí mismo: “no puedo confiar, me puede venir una agresión en
cualquier momento y empieza a aparecer el miedo y el control,
no puedo confiar”. Después empieza a pensar: “yo no puedo ser
como soy, tengo que ser de otra manera, porque siendo como soy
me puede venir una agresión en cualquier momento”. Y empieza
a desconectarse de sí mismo y de sus necesidades y empieza a fi-
jarse en cómo los demás quieren que sea él. Empieza a funcionar
con máscaras y se dice a sí mismo: “Aquí hay que hacer esto, allí
aquello, independientemente de lo que yo quiera o necesite”. Así
todos nosotros hemos aprendido a representar papeles, másca-
ras, dependiendo de lo que se nos pedía en nuestro ambiente,
unos payasos, otros policías, etc. Y lo más importante es que nos
hemos desconectado de nosotros, de nuestro SER, no sabemos
quiénes somos realmente. Esta desconexión lleva a una incons-
ciencia de quién soy realmente y así se perpetúa la enfermedad.
La base de la neurosis es el miedo, la falsedad y la inconsciencia,
y todos estamos neuróticos como mínimo, porque vivimos en una
sociedad neurótica, y tenemos la neurosis por contaminación am-
biental. La enfermedad se perpetúa de generación en generación
y lo único que puede cortar esa transmisión en cadena es la
CONSCIENCIA, es decir, la capacidad de percatarnos y ver lo que
realmente estamos haciendo con nosotros, con nuestros hijos,
con las personas con las que nos relacionamos. Dependiendo de
la cantidad de miedo, falsedad e inconsciencia en cada uno de
nosotros, habrá un mayor o menor grado de enfermedad, y en la
Gestalt, en lugar de hablar de enfermedad hablamos de mayor o
menos grado de maduración.
Claudio Naranjo [57] dice: ”que para estar sanos, necesitamos
sentirnos vistos, escuchados, valorados y apoyados”. Pero ninguno
de nosotros hemos recibido esto en la cantidad y calidad que ne-
cesitamos, así que todos estamos carentes de amor. Como no nos
sentimos valiosos, ni amados en la cantidad y calidad que necesi-
tamos, aprendemos a vendernos por amor y la venta consiste en
darle al otro lo que quiere para que nos quiera y también empeza-
mos a competir para ver quién consigue más amor, y el que consi-
gue más amor y más atención es el más valioso, caemos en este
error básico porque no tenemos conciencia de SER, que todos
somos y no tenemos que competir por eso; porque eso es nuestro.
Nadie es más que nadie, todos somos energía, por la física sabe-
mos que la energía ni se crea ni se destruye, sino que se trans-
forma, y nosotros somos energía divina encarnada. Todos somos
igualmente valiosos, aunque cada uno con su idiosincrasia parti-
cular. ¿Y cómo conseguimos nuestra conciencia de ser? ¿Cómo la
perdimos? Olvidándonos de nosotros mismos. Ahora la tenemos
que encontrar volviéndonos a reconectar con nosotros mismos. ¿Y
cómo vamos a hacerlo? Para volver a reconectarnos con nuestra
experiencia de ser, tenemos que atrevernos a escucharnos a nos-
otros mismos, a oír nuestras necesidades, nuestros deseos, nues-
tros más íntimos anhelos, atrevernos a expresarlos, ponerlos en
juego, escuchando lo que sentimos, escuchando lo que necesita-
mos y dándonos tiempo para saber lo que sentimos y necesitamos.
Aprendemos a ser escuchándonos a nosotros mismos y también
escuchando al otro que se interrelaciona conmigo, los otros hacen
de espejos de mí mismo y con el otro aprendo también quién soy.
El miedo básico que todos tenemos es perder la vida y volvernos
locos, que es lo mismo metafóricamente hablando, estar loco es
estar muerto en vida, porque no soy responsable de mis actos, no
soy dueño de mi comportamiento. Tenemos mucho miedo a la vul-
nerabilidad, a sentirnos débiles porque de pequeñitos nos senti-
mos así cuando los grandes, que tenían que cuidarnos, no nos
cuidaban como lo necesitábamos. Ahí sentimos que podíamos mo-
rirnos y desde ahí nos desconectamos de nosotros mismos para
no soportar el dolor y dependiendo de la desconexión que tenga-
mos habrá más o menos enfermedad de nosotros, llegando en
casos extremos a la psicosis, que es la Desensibilización, no siento
nada. Si no me siento contenido por los grandes y lo que estoy vi-
viendo es muy duro para mí, no lo puedo contener con mi estruc-
tura, me puedo enfermar fuertemente.
¿Cómo podemos sanar de adultos? Como empecé diciendo
antes, sería escuchando qué necesitamos y darnos eso que nece-
sitamos, y si nos damos eso que necesitamos vamos a ir ganando
fuerza en nosotros mismos, confianza en nosotros mismos y en la
vida, vamos a sentirnos alegres con nosotros y en la vida, es decir,
vamos a ir pasando paulatinamente del Apoyo externo, que es apo-
yarnos en los otros, al apoyo interno, que es apoyarnos en nosotros
mismos.
Según Claudio Naranjo, para sanar tenemos que desarrollar
nuestra parte madre, nuestra parte padre y nuestra parte hijo, que
se corresponden con los tres cerebros que tenemos, con las tres
funciones, con los tres amores. El cerebro más primitivo es el ce-
rebro reptiliano que compartimos con los reptiles, es el cerebro de
la supervivencia, de la energía, de la vitalidad, del instinto, del
comer y ser comido, la ley de la selva, la sexualidad, es el cerebro
básico de la vida. El siguiente cerebro en la escala evolutiva es el
cerebro mamífero que es el que compartimos con los mamíferos,
es el cerebro medio y es el emocional, en este cerebro está la ne-
cesidad de ser gregarios, de relacionarnos. Los mamíferos tienen
un campo emocional muy rico por estar en grupo. Hay una tercera
parte de la evolución del cerebro que es el neocórtex, la materia
gris, que es la parte en la evolución del cerebro que ya los mamí-
feros no tienen, es la capacidad de abstracción, de pensar, de crear
futuro, de diseñar cosas. Aquí tendríamos todo lo que es la razón,
y aquí Claudio Naranjo nos invita a expresar esto en la forma de la
función padre, que son las normas: organizar cosas, la información,
etc. La función madre es la de cuidar: la ternura, el amor, etc.
Todas las funciones las tenemos todos, independientemente de
ser hombres o mujeres. Son funciones del sistema neurológico
nuestro, de nuestra capacidad humana. Y la función hijo es la fun-
ción vital, el hijo pone anarquía porque el hijo no está en la
norma, esto es un modelo tripartito de manejarnos a nivel político,
como a nivel de grupo. Estas tres funciones bien ajustadas nos
dan un equilibrio perfecto. Estas tres cosas se convierten en cua-
tro cuando las tres se armonizan y equilibran. Es el proceso de la
cuatrinidad. El proceso de la cuatrinidad trata de armonizar los
tres cerebros, las tres funciones, los tres amores, dejando entrar
un cuarto aspecto, este no entra a menos que los otros tres estén
bien. Es como que la melodía no suena si los instrumentos no
están afinados. Ahora vamos a hablar de los tres amores. Hemos
aprendido a tener amor vendiéndonos. A no ser nosotros mismos.
Buscamos el amor vendiéndonos, transformándonos en moneda
para obtener amor. El ego se interpone entre nosotros con nuestra
naturaleza amorosa intrínseca y la vida. El amor se consigue entre-
gándose, dando. La felicidad se consigue con el acto de dar amor.
El amor del hijo/a es el amor erótico, el amor freudiano, el amor
instintivo, el amor filial corresponde a nuestro animal interior, a
nuestra criatura de deseo, de impulso, de jugar libremente. Es un
amor que busca el placer, que busca experimentar, que busca el
disfrute, que busca la libertad.
El amor de la madre es el amor cristiano, amor al prójimo, a la
amistad, amor como caridad, caritas, ágape en griego, que es bon-
dad. El amor materno no es menos instintivo, y puede llegar a un
radio infinito, amar al prójimo como a uno mismo. La madre provee
a los deseos, es un amor benévolo que culmina en la compasión.
Es dolerse del dolor del otro, hacerse cargo de la necesidad del
otro. Amor donación. La madre le da al chico porque es chico, por-
que necesita. Es amor incondicional.
El amor paterno es un amor de discipulado en la amistad, es el
reconocimiento de los valores, es el respeto y la admiración, es la
devoción o adoración. Ver lo divino en el otro. Manifestación su-
prema del amor. Se interesa en el otro porque es grande. Te premio
porque eres una persona tal y tal. También es instintivo. Es el im-
pulso de ver al grande de la especie como modelo. Es el principio
de autoridad. Es un amor condicional, ama con condiciones, te
quiero si…
¿Y cómo trabaja la terapia Gestalt con todo esto? La terapia Ges-
talt es una terapia holística, que trabaja con los cuatro aspectos
del ser humano: su parte corporal, su parte emocional, su parte
intelectual y su parte trascendental. En palabras de Claudio sería
trabajar con la parte niño, tratando de recuperar lo instintivo, como
la alegría de vivir, las ganas de experimentar, jugar, disfrutar, co-
nocer nuevas cosas. Trabajar también con la parte emocional, que
sería también la parte madre, el amor condicional a nosotros mis-
mos hagamos lo que hagamos. Con la parte intelectual, que sería
la parte padre, que es el amor condicional que dice, sí te quiero si
haces tal y cual y si te desarrollas en la plenitud de lo que tú eres.
Y en la parte espiritual en la conexión con lo divino.
En la terapia Gestalt trabajamos sobre todo para que la persona
pase del Apoyo externo al Autoapoyo. El Autoapoyo no depende
tanto de los deseos y opiniones de los demás, sino que se apoya
más en sí mismo, en sus deseos y necesidades y en lo que quiere
independientemente de lo que piensen los demás, aunque escu-
chándolos.
Cuando tenemos un conflicto con alguien es porque necesita-
mos desarrollar una parte nuestra que no está aún desarrollada, o
también porque estemos en pelea con una parte nuestra que re-
presenta la otra persona, y que no aceptamos de nosotros mismos.
Todo lo que somos, todas las partes nuestras nos son útiles, lo que
tenemos que ver es con quién las ponemos en juego, cuándo,
cómo, dónde, etc. Estamos en conflicto con partes nuestras porque
en el proceso de socialización, ciertos aspectos de nuestra forma
de ser son criticados, menospreciados, castigados, etc. Nos dicen
por ejemplo: “cállate, hablas mucho”, o “no hablas nada”, “no te
muevas tanto”, “sé amable”, “no sonrías”, “no llores”, “sé gene-
roso”, “no seas tan sincero”, “no mires a los ojos”, “mira a los
ojos”, etc. Y como nosotros tenemos necesidad de ser queridos
por las personas que nos dan estos mensajes, hacemos lo que
ellos nos dicen por obediencia, olvidando nuestras necesidades, o
hacemos lo contrario de lo que nos dicen por rebeldía, olvidándo-
nos igualmente de nuestras necesidades y desconectándonos de
nuestro ser. Dependiendo de la severidad del ambiente donde nos
desarrollemos y de las frustraciones que recibamos, así vamos a
desarrollar un mayor o menos grado de patología, llegando incluso
a la psicosis.
Todos necesitamos sentirnos contenidos, hasta que desarro-
llamos nuestra capacidad de contenernos a nosotros mismos. Ya
desde nuestra concepción estamos contenidos en la placenta, y
cuando nacemos también tenemos la necesidad de sentirnos con-
tenido a nivel físico y psicológico. A nivel físico con los abrazos, y
a nivel psicológico sentir que nos podemos apoyar en alguien, que
alguien nos quiere, se interesa por nosotros verdaderamente, nos
dedica tiempo. Si esto no existe en épocas tempranas de la vida y
en la adolescencia y primera juventud donde todavía se está des-
arrollando el psiquismo de la persona, se puede desarrollar una
psicosis. La persona psicótica, cuando se brota, no se siente con-
tenida por nadie.
En terapia Gestalt trabajamos con las personas, individual-
mente y en grupo. Cuando una persona va a terapia individual va
buscando restaurar, reparar las heridas que ha sufrido a lo largo
de su vida. Y busca sobre todo sentirse visto, escuchado, respe-
tado, valorado y apoyado en lo que es bueno para él. En la terapia
individual se trabajan las relaciones con los padres, porque en
los terapeutas el paciente coloca habitualmente a sus figuras pa-
rentales.
La terapia de grupo es muy efectiva porque lo que trabaja una
persona sirve de espejo y resonancia en las otras, es como si uno
se pusiera en remojo y reblandeciera su resistencia viendo trabajar
a los otros, y lo que trabaja el otro me sirve a mí para conocerme.
El grupo funciona como una matriz que sostiene y alimenta el des-
arrollo de cada uno de los miembros del grupo. En el grupo se res-
tablecen las relaciones entre los hermanos y con los padres.
La técnica estrella de la terapia Gestalt es la silla caliente o
silla vacía, que consiste en poner frente a nosotros una silla o
cojín vacío y ahí ponemos a la persona con la que estamos en
conflicto o una parte de nosotros con la que estamos conflictua-
dos. Por ejemplo, podemos hacer un diálogo con las polaridades
de la persona que están en conflicto (persona responsable-per-
sona irresponsable, persona sumisa-persona dominante, persona
tímida-persona brabucona, etc.).
Cuando una persona llega a terapia sintiéndose mal, lo que tra-
bajamos con ella es que tome conciencia de lo que ella hace para
que las cosas le vayan como le van, y qué cosas diferentes podría
hacer. Es decir, trabajamos la conciencia, la presencia y la respon-
sabilidad. Y también ponemos conciencia en los impedimentos que
le imposibilitan funcionar de otra manera. Por ejemplo, en los
malos tratos, la persona que soporta los malos tratos tiene un mal
concepto de sí misma y una conciencia interna de que no puede
salir de ahí, no ve salida.
Otra técnica fundamental de la terapia Gestalt es el trabajo con
sueños. El sueño se narra en presente y primera persona como si
estuviera sucediendo ahora, y se van trabajando los distintos ele-
mentos que aparecen en el sueño, identificándose la persona
con cada uno de ellos y dramatizándolos. Perls decía que traba-
jando todos los elementos que aparecen en un sueño, sería toda
la terapia que necesitaría una persona en su vida. Pero esto no
puede hacerse porque cuando se trabaja un elemento del sueño
llega un momento en que la persona se siente satisfecha y ya no
quiere más, igual que cuando uno come, cuando uno está satisfe-
cho ya no quiere más comida. Y lo trabajado hace que la persona
se transforme y ya va a soñar cosas diferentes, cada vez el emer-
gente va a ser diferente.
En terapia Gestalt trabajamos con niños, familias, parejas, orga-
nismos e instituciones y trabajamos también la psicosomática de
la persona, etc.
El trabajo con niños consiste en posibilitarles la expresión de lo
que necesitan y proporcionarles un espacio de seguridad donde
pueden sentirse escuchados, vistos, valorados, respetados y apo-
yados, que es lo que necesitamos para crecer sanos. Normalmente,
las dificultades que tiene el niño tienen que ver con algo disfuncio-
nal que hay en los ambientes donde vive el niño: familia, escuela
o sociedad.
En el trabajo con familia yo no trabajo conjuntamente con todos
los miembros de la familia. Por un lado los padres y por otro los
hijos, porque respetamos los diferentes niveles en que están los
padres y los hijos y que no es bueno para ninguno de los dos jun-
tarlos. Si todos necesitan terapia, cada uno irá a un terapeuta dife-
rente para que no haya interferencias. Crear un ambiente de
intimidad y privacidad en el que la persona tenga conciencia de
que ese espacio es solamente suyo, y que nadie le invade ahí.
En la terapia de pareja el trabajo consiste en ver la dinámica de
la relación de pareja. Cada uno de los miembros trae a la relación
todo lo aprendido en sus familias de origen, de generación en ge-
neración, y ahí hay que ver qué es disfuncional en la relación.
Normalmente en casi todos los problemas de pareja hay mucha
competitividad, que tiene que ver con la no conciencia de ser.
Cuando hay conciencia de ser no hay por qué competir, porque
todos sabemos de nuestro valor, que es distinto al del otro. Dis-
tinto, pero no mayor o menor.
Otra cosa disfuncional es que esperamos que nuestra pareja nos
dé todo aquello de lo que carecemos; es decir, que nos llene nues-
tros vacíos, carencias, agujeros, y ahí viene el problema. No nos
hacemos responsables de nosotros mismos, de nuestro bienestar,
sino que esperamos que el otro nos llene y empezamos a exigir al
otro en lugar de trabajar para desarrollarnos nosotros.
Para que haya una buena relación de pareja debe haber dos per-
sonas que se apoyen en sus propios pies y ganas de construir algo
bonito juntos. Hay que tener mucha conciencia de que yo quiero
estar bien conmigo y bien con el otro. Y desde ahí me hago res-
ponsable de ir y trabajar hacia mi bienestar y el del otro. Vivo en
el presente, valorando lo que se está dando en el momento, como
una oportunidad de aprendizaje.
Cada situación que nos presenta la vida es una oportunidad de
aprendizaje. Fritz Perls dijo: “aprender significa descubrir que algo
es posible”.

LA MUERTE DEL EGO

Conectándonos con la esencia de lo que realmente somos, todo


lo que nos rodea y nos preocupa cae como si fueran las hojas ca-
ducas de un árbol. En esencia, somos energía del universo que se
ha encarnado para aprender a ver todas las posibilidades de crea-
ción de que somos capaces. Es como si la vida fuera un juego in-
finito de posibilidades, y nosotros queremos experimentar todas
las posibilidades que existen dentro de ella.
Cuando nos identificamos con algo o alguien, o cuando nos
quedamos pegados a algo o a alguien, nos convertimos en escla-
vos de ese algo o alguien y perdemos nuestra libertad de fluir con
la vida y los acontecimientos, y empieza nuestro sufrimiento. Es
el apego el que nos trae el sufrimiento, y el que nos estanca en
el fluir de la vida.
Se podría decir que el sufrimiento empieza cuando queremos
retener algo o a alguien que quiere marcharse, que quiere trans-
formarse, que quiere seguir el ritmo de la vida y de los aconteci-
mientos.
La vida es constante cambio y transformación, es un ritmo in-
cesante, como el latido del corazón, y cuando nosotros queremos
hacer algo diferente a lo que es la esencia de la vida, vienen el
dolor y el sufrimiento.
Caminemos con ella a su ritmo acompasado, como si bailára-
mos un vals, donde la pareja no son dos, sino una unidad de sin-
cronía, armonía, encanto y admiración mutua en el despliegue de
sus posibilidades infinitas.
Cuando yo vivo la vida con presencia, consciencia y responsa-
bilidad, los tres pilares básicos de la Gestalt, yo disfruto con el fluir
de la vida y me dejo modelar por los acontecimientos, los sucesos,
las ideas, las conversaciones, las presencias y las ausencias, etc.;
y disfruto, aprendo, me sorprendo y admiro lo que va sucediendo
a mi alrededor, y me duelo si algo me produce dolor; pero no me
agarro al dolor, porque esto generaría sufrimiento. Sabemos que
el dolor se pasa, eso es lo normal y tenemos que dejar que se vaya.
Pero si lo agarramos para que no se vaya, se transforma en sufri-
miento, y eso es patológico.
Volviendo a la presencia, otro de los pilares básicos de la Ges-
talt. Hay al menos dos modos de estar presentes:
1) Siendo consciente de lo que pasa tanto a nivel interno, de
mis sensaciones corporales, sentimientos, pensamientos, etc.,
como a nivel externo, de lo que está sucediendo a mi alrededor,
tanto de las personas como de las cosas.
2) Estoy presente como un testigo de lo que sucede, y al estar
presente como testigo me Desapego de lo que pasa, veo lo que
pasa, siento lo que pasa; pero no estoy identificada, estoy separada,
como el espectador de un espectáculo que da cuenta de los acon-
tecimientos, sentimientos, sensaciones y pensamientos si los hu-
biere. Y ahí, si atiendo a mis pensamientos me separo de la
experiencia, si presto atención a mis pensamientos dejo de vivir el
momento, y así me voy perdiendo la vida. Si soy testigo de mí
misma, soy como un espectador que es consciente de su propia
consciencia; esto es un metaconocimiento, es decir, un conoci-
miento que es consciente de lo que va sucediendo en cada mo-
mento y de las propias reacciones a lo acontecido, y que no se
identifica con nada, simplemente atestigua lo que va sucediendo.
Esto da una sensación muy grande de libertad y de espacio interno.
Es maravilloso.
Cuando yo estoy presente en mi vida, como testigo de lo que
sucede, significa que yo vivo lo que me sucede a mí como testigo,
y lo que sucede a mi alrededor con total presencia. Mi mente está
ahí, mi cuerpo está ahí, mis sentimientos están ahí y mi espiritua-
lidad está ahí; pero no me identifico con nada. Yo soy testigo de
mí mismo con total presencia. No hay nada que me distraiga de lo
que sucede, nada. No existe más que el testigo de mí mismo, que
atestigua lo que yo estoy haciendo o diciendo, o escuchando o
viendo y la persona o personas con las que me estoy relacionando
en ese momento, etc.
Cuando yo soy consciente de mí mismo y de lo que me rodea y
de las personas que están conmigo, no voy a pedir algo imposible
que no se puede dar con esas personas y con esas circunstancias;
sino que me voy a dar cuenta de lo que puede darse o no, y me
voy a dejar sorprender por lo que suceda.
Cuando yo soy responsable de mí mismo, significa que puedo
responder de lo que me sucede, de mis opiniones, de mis actos,
etc. Y hacer esto supone que soy una persona adulta, porque sólo
un adulto puede responder de sus actos. Responder significa que
la persona se hace cargo de ellos, y que se hace cargo de sí misma
y asume las consecuencias de hacerse cargo de ellos y de sí
misma.
Podemos dejarnos experimentar, soltar todo lo que nos produce
sufrimiento, carga, incomodidad, desasosiego, molestia, etc., y ver
qué pasa. Por la física sabemos que la energía ni se crea, ni se des-
truye, sólo se transforma. Nosotros somos energía; por lo tanto, no
morimos, sólo nos transformamos.
Si esta aseveración la tomamos tal cual, mucho sufrimiento des-
aparecería y muchas confrontaciones las dejaríamos caer, ya que
todos somos lo mismo, la misma energía. Entonces, ¿para qué me
voy a pelear conmigo mismo?
Si yo y la otra persona que tengo enfrente somos la misma ener-
gía, pero con aspectos diferentes, ¿para qué voy a maltratar a la
otra persona que soy yo mismo, envidiándola, juzgándola, criticán-
dola, discutiendo con ella y creando malestar, etc.? Mejor cuidarla,
respetarla, amarla como lo hago conmigo mismo.
¿Qué produce sufrimiento al ser humano? Perder o no haber te-
nido nunca algo o a alguien que quiero; es decir, desear algo que
no tengo. Si el deseo lo utilizo como motor para mi crecimiento y
desarrollo, posibilitando el despliegue de todas mis potencialida-
des y talentos, entonces se transforma en un aliado mío y no en
un lastre que me estanca. Por ejemplo, cuando mi deseo se dirige
hacia mí mismo, para saber de qué soy yo capaz, cuánto de mí se
puede desarrollar para transformarme en la persona que realmente
soy y así desplegar todas mis potencialidades innatas que traigo
como “dones”.
Seamos como niños que no tienen expectativas y que disfru-
tan de las cosas según van apareciendo en su campo visual y de
acción, que una vez que exploran todas las posibilidades de apren-
dizaje del objeto con el que interactúan, lo abandonan para prepa-
rarse para la siguiente experimentación.
Los niños necesitan desarrollar el apego con sus figuras paren-
tales, porque estas figuras van a sustituir el apoyo que ellos sentían
en el vientre de su madre a través del contacto con la placenta, lo
sustituyen por el contacto corporal en los brazos parentales, y de
esta forma se sienten contenidos y protegidos y así van desarro-
llando la “confianza básica”.
La “confianza básica” consiste en creer que el mundo es poten-
cial y esencialmente bueno, que puedo estar seguro en él, y esto
hace que me relaje y que pueda estar relativa o realmente tranquilo
para dedicarme a mis tareas de vida.
Y seamos adultos para comprender que cuando algo desaparece
de nuestro entorno, significa que eso es lo que tenía que suceder,
y preguntémonos qué es lo que tenemos que aprender con esta
desaparición, abrámonos a todo lo que la vida nos ofrece a cada
instante. Cuando una puerta se cierra, otra se abre. Este es un gran
aprendizaje que tenemos que hacer todos los humanos.
En cada instante de la vida algo se cierra y algo se abre, es decir,
algo desaparece y algo aparece, algo se muere y algo nace. Creo
que nuestro gran aprendizaje consiste en no apegarnos a nada,
sino vivir intensamente y en toda su plenitud cada instante que
viene a nosotros, paladearlo y dejar ir cada instante vivido o cada
instante que se va.
¿Por qué quiero yo retener a una persona determinada en mi
vida?
fPorque me siento seguro y protegido con ella. Esto me indica

que quizás yo tenga una carencia en mi desarrollo como ser adulto


y tenga que desarrollar la confianza en mí mismo y la capacidad
de autocuidado.
fPorque disfruto con ella compartiendo su belleza, su desarrollo,

viendo como despliega sus talentos, posibilidades, encantos, etc.


Quizás tenga que agradecer a esta persona que me ha ayudado a
desarrollar esta capacidad de observación y disfrute.
fPorque aprendo con ella cosas maravillosas. Como si, por ejem-

plo, se trata de una relación de pareja, la sensibilidad para saber


cuándo abordar a esa persona y cuándo dejar pasar el momento
por no ser el adecuado. También el aprendizaje de nuevos caminos
de relación, hasta el momento, no explorados, etc.
fPorque me siento muy querida por ella. Lo que yo aprendo, ex-

perimento y siento en cada relación es mío, es mi tesoro, nadie


me lo puede arrebatar. Corresponde al arsenal de mis pertenencias
internas a las que sólo yo tengo acceso.
fQuizás todavía no haya adquirido o aceptado el aprendizaje de

que todo en esta vida es efímero; y por eso sigo empeñándome en


que las cosas y las personas permanezcan a mi lado.
fEtc.

Cada vez que nos reencarnamos, yo creo que nos reencarnamos


una y otra vez, no como Pepa, sino como la energía del universo
que tiene que seguir aprendiendo, lo hacemos para aprender cosas
nuevas, para tratar de solucionar relaciones que no pudimos sol-
ventar la vez anterior.
Somos animales de costumbres. El ser humano tiende a repetir
una y otra vez lo mismo, aunque no hayamos encontrado la solu-
ción deseada o, precisamente, porque no hemos encontrado la so-
lución deseada. A veces estamos con una pareja que no nos
respeta e intentamos una y otra vez conseguir el respeto y nos des-
gastamos intentándolo, cuando lo mejor sería irse. Los viejos há-
bitos se repiten una y otra vez, aunque nos hagan daño. A veces,
tardamos mucho tiempo en cambiar, aunque exagerando mucho,
nos cueste la vida.
¿Cómo abrirnos a la vida con total aceptación?
fRecordándonos que lo que sucede en cada instante es lo que

tiene que suceder.


fDiciendo sí internamente y/o externamente a lo que sucede si

es lo que necesitamos. Aunque eso que sucede no cumpla mis ex-


pectativas.
fSonriendo al nuevo aprendizaje que vamos a hacer con esa ex-

periencia.
fApoyándonos y abrazándonos interna y externamente con la

imaginación mientras sucede la experiencia.


fAcompañándonos en todo momento.

fRecordándonos que no estamos solos, sino que nosotros nos

acompañamos a nosotros mismos y siempre estamos acompaña-


dos por la energía de la creación.
fSiendo cariñosos y pacientes con nosotros en el recordatorio

de que lo que es, es.


fEtc.
Muchas veces me he pillado queriendo que mi marido opinase
lo mismo que yo, o viera lo que yo estoy viendo, que yo creo que
es lo objetivo, y enfadándome porque no se da lo que yo quiero.
Hasta que llega un momento que comprendo que él no quiere o
no puede ver algo que le duele y dejo caer todo, también recono-
ciendo, que en mi empeño porque vea las cosas como yo, también
está mi enfermedad y mi dolor por la soledad sufrida a lo largo de
mi vida y por la locura del empeño de algunas personas de mi en-
torno, de querer hacer lo blanco, negro.
También pasa en las familias, que cuando un miembro hace
algo doloroso a otro, por ejemplo, abuso sexual, robo, algún tipo
de agresión, etc., la familia tiende a querer tapar lo ocurrido, por-
que es muy doloroso para ella tomar partido. Algo se rompe inter-
namente cuando tengo que tomar partido, y así a la víctima se la
agrede doblemente, primero por el hecho ocurrido y luego por la
negación de lo acontecido.
¿Qué solución hay para todo esto?
Por el trabajo gestáltico y por las Constelaciones Familiares sa-
bemos que hay que reconocer el daño que ha sufrido la víctima, y
dejar la responsabilidad de los hechos con el perpetrador. La re-
conciliación víctima-perpetrador se dará con el tiempo, muchas
veces a nivel de almas. Cuando ya no hay afán de nada y hay acep-
tación de lo sucedido. Quizás el perpetrador tuvo que aprender a
respetar al otro a través de sufrir en sus propias carnes las conse-
cuencias de los hechos infligidos y al conectarse con su propio
dolor, puede comprender el dolor que causó a su víctima; y ahí
viene el arrepentimiento, el querer restaurar el daño producido y
la necesidad de reconciliación.
Cuando todo esto se produce, empieza a fluir el amor, ese del
que todos venimos y al que todos volvemos.
Se podría entender que en el proceso de maduración del ser hu-
mano, este no es muy consciente de los actos que comete, que en
ese “no ser consciente”, comete muchas atrocidades y que con el
tiempo y con lo vivido y experimentado, va madurando hasta con-
vertirse en un ser consciente de que todo lo que le hace al otro, se
lo hace a sí mismo, y así transformarse en la persona madura que
todos vamos a llegar a ser. Y mientras tanto, recorrer el camino de
la vida con sus polaridades, sus luces y sus sombras, sus errores
y aciertos, sus claros y oscuros, etc. Se podría asemejar esta inma-
durez con la inmadurez del periodo adolescente, que todos hemos
atravesado y todos somos conscientes de las “tonterías o barbari-
dades” que hemos hecho en este periodo y que, volviendo la vista
atrás, decimos:”¡Qué barbaridad!”.
Se supone que cuando ya estemos maduros, no vamos a elegir,
vamos a tomar la vida tal como nos llega y nos vamos a dejar vivir
por ella, con total entrega. Supongo que en eso consiste la vida.
Yo creo que la vida consiste entre otras cosas, en que aprenda-
mos que vivimos en el mundo de la polaridad y que ambas partes
de la polaridad constituyen la unidad, como las dos caras de una
moneda, que ambas partes son inseparables y que vivir una inten-
samente nos acerca a la otra de manera inexorable.
Cuando comprendamos con total conocimiento que ambas par-
tes son inseparables, seremos mucho más comprensivos y compa-
sivos con nosotros mismos y con los demás, con nuestros errores
y equivocaciones y con los errores y equivocaciones de los demás.
Cuando yo me coloco delante de alguien que me está faltando
al respeto con sus palabras, y soy consciente del nivel de desarrollo
espiritual de la otra persona, y de que a nivel de almas todos esta-
mos profundamente conectados por un amor infinito, me relajo y
trato de explicarle, con mucho amor, lo que está haciendo o sim-
plemente dejo caer sus palabras sin que me toquen.
Vivir es entregarte a la vida y dejar que la vida te moldee con
sus manos, abrirte a aprender el potencial de aprendizaje que trae
cada experiencia y dejarte cincelar por la vivencia de la experien-
cia. Mientras tanto, paladeas, disfrutas y te dueles cuando las cir-
cunstancias así lo disponen en el proceso de vivir.
Si yo no soy nada ni nadie, sino me identifico con nada, nada
me puede dañar y, en cambio, puedo disfrutar de todos los man-
jares de la vida y sentir los pinchazos de las espinas, sabiendo que
todo pasará.

TOMAR LA VIDA TAL COMO VIENE

La situación que estamos viviendo con la Covid-19 es bastante


extraña para algunos de nosotros. Desde la terminación de la gue-
rra civil en España, o desde el final de la segunda guerra mundial
en Europa, nunca habíamos vivido nada igual, y a nivel mundial es
algo parecido.
El confinamiento que vivimos en España desde marzo a junio
fue bastante duro para algunas personas, sobre todo las que vivían
en pisos pequeños, y para otros fue una bendición, como para una
sobrina mía con tres niñas pequeñas que viven en una casa con
un pequeño jardín. Mi sobrina me dijo: “tita para mí está siendo
una bendición, poder disfrutar de mis niñas, que con el trabajo no
tengo tiempo ninguno”.
Otra cosa es el distanciamiento social que nos impone el virus.
No poder abrazar a la gente que no pertenezca a tu núcleo familiar
más estrecho. A tu núcleo de convivencia.
Yo creo que para la gente joven, el no poder abrazar a sus ami-
gos, es bastante fastidioso, y sobre todo para la gente joven que
está buscando pareja, este distanciamiento impuesto por el virus
es bastante molesto.
¿Qué podemos aprender con lo que nos está pasando?
1) A desarrollar mucho más nuestra vida interior. El contacto
con nosotros mismos, a disfrutar de nuestra soledad, de nuestro
silencio interior y también del silencio exterior. A ser consciente
de los sonidos y ruidos que hay dentro de nosotros y también fuera
de nosotros, como en ese ejercicio gestáltico que consiste en
poner la atención primero en los sonidos o ruidos de dentro y
luego en los de fuera e ir pasando de uno a otro alternativamente.
Así conseguimos un estado meditativo y de tranquilidad y paz.
Cuando estamos en el presente, la vida fluye y nosotros estamos
en ese fluir y no nos entretenemos en darle vueltas a la cabeza con
tal o cual idea.
2) A no estar tanto hacia afuera y más con nosotros mismos.
Con nuestras necesidades, con nuestra escucha interna, en nuestro
silencio, reposar, descansar en nuestro silencio, como en un arrullo
de amor. Todo esto es más fácil cuando se está en la edad de la
madurez, porque cuando se es joven se quiere experimentar todo
lo que existe y tomarse, metafóricamente, hasta la última gota del
cáliz de cada experiencia que se tiene.
3) A valorar más lo que tenemos dentro de casa. La persona o
personas que conviven con nosotros. Para mí es muy significativo
y tiene mucho valor la persona que ha decidido compartir la vida
conmigo. Yo considero algo maravilloso el poder disfrutar de mi
pareja, con la que tengo una relación magnífica. El caminar juntos,
el compartir espacios haciendo cada uno su necesidad, cada uno
en lo suyo y acompañados. El encontrar en la vida a una persona
que quiera compartir la vida contigo es fantástico. Aprender a amar-
nos, a respetarnos, a madurar juntos, a ayudarnos mutuamente.
Me parece un regalo sin parangón. Disfrutar de esos momentos má-
gicos que se producen a lo largo del día, que son la dicha de com-
partirlos, leyendo, paseando, sentados viendo la tele, etc.
4) A darnos cuenta de lo importante que es la naturaleza, lo im-
portante que es tener un trocito de jardín, donde cuidar plantas o
tener un pequeño huerto, dónde ver crecer la vida, esto da mucha
vida. La transformación de la vida nos transforma a nosotros. A mí
me apasiona, cuando estoy en la sierra o en la playa, levantarme y
ver, como están mis plantas y mis dos o tres árboles. Recolectar
los limones de mi limonero, las granadas de mi granado o las na-
ranjas de mi naranjo en mi cesta de mimbre y coger las rosas de
mis rosales y ponerlas por la casa o en mi escuela o regalárselas a
mis amigos y vecinos. Me encanta poner bonito mi pequeño jardín
y patio. Pensar en cómo puede estar más bonito, como puedo
crear más belleza para mí y los demás.
5) Quizás esto que nos ocurre, pueda servir para vaciar un poco
o un mucho las grandes ciudades y habitar más la España despo-
blada, donde el contacto con la naturaleza es total, la vida es
mucho más barata a todos los niveles, en cuanto a vivienda, co-
mida y la colaboración entre la gente es más natural, todo el
mundo se conoce y hay ayuda mutua.
6) La Covid-19, nos ha dado un frenazo en nuestra vida, yo creo
que nos da la oportunidad de repensar lo que estamos haciendo
con nuestra vida y con el planeta, consumir, consumir, consumir
sin límites, no tiene sentido.
7) Yo creo que este momento nos da la oportunidad de estar
más en el punto cero de autorregulación organísmica de la Gestalt,
donde no hay nada, pero está la posibilidad de todo. Poder des-
cansar en esta nada, que es la energía de la creación. La energía
de la creación es nuestra madre, ella nos ha creado y ella sostiene
todo lo que existe; por tanto, podemos confiar en ella, ella es el
gran útero que nos sostiene y estar seguros de que lo que ocurra
será lo que tenga que ocurrir dentro del plan cósmico. Y nosotros
tendremos que aprender, lo que tenga que aprender cada uno.
8) Con el hecho de tener que llevar mascarilla, nos podemos
despreocupar más del aspecto de nuestro rostro y ahorramos en
maquillaje y en pinturas de labios y de ojos. No estar tanto en el
afuera y más con nosotros mismos; de todas formas, el otro, los
otros, sólo nos ven los ojos y a veces ni eso, porque ahora en ve-
rano, con la mascarilla, las gafas de sol y la gorra o el sombrero,
estamos totalmente cubiertos, escondidos y podemos ir como nos
dé la gana, no tanto pensar en el aspecto que tengo. Para mí es
una liberación, un estar más relajado.
9) Me gustaría mandar un mensaje de tranquilidad con respecto
al miedo de mucha gente por la enfermedad y por el futuro. No sa-
bemos nada del futuro, por tanto, vamos a ceñirnos al presente y
a tratar de estar lo mejor posible. Tenemos la constatación de que,
a lo largo de la historia, el ser humano ha pasado muchos momen-
tos difíciles e incluso han desaparecido civilizaciones; pero el ser
humano sigue existiendo. Por tanto, confiemos en que estamos
sostenidos por nuestra madre, la energía de la creación y ella cui-
dará de nosotros.
10) Este momento es un momento difícil, pero no olvidemos
que vivimos en el mundo de la polaridad. Este momento difícil tam-
bién guarda dentro de sí su polaridad, dejemos que esta nos sor-
prenda. En este mundo todo es polar. Y esperemos a ver qué cosas
buenas nos trae dicha polaridad.
11) Hay muchas informaciones contradictorias a nivel médico
acerca de la trascendencia que se le está dando a esta enfermedad.
Hay quienes dicen que es como una simple gripe y que no hay que
tomar tantas medidas de aislamiento, que estas medidas se debe-
rían tomar sólo con la población de riesgo, es decir, los mayores
que están en los centros asistenciales y la población que tiene otras
patologías asociadas. Y está la versión de los científicos que ase-
soran al gobierno, que nos imponen el uso de mascarillas, las me-
didas de limpieza y el distanciamiento social. Vamos a ir viendo lo
que va pasando y con el tiempo sabremos la verdad. En Suecia, no
se ha tomado ninguna medida de aislamiento y están mejores que
nosotros.
12) Quizás tengamos que aprender a vivir con menos, menos a
todos los niveles, de contactos, de interacción, de huir de las gran-
des aglomeraciones. Vivir más en pequeños círculos, por lo menos
hasta que toda esta pandemia se normalice.
13) A nivel educativo, quizás tengamos que aprender a usar más
las nuevas tecnologías y reunirnos en pequeños grupos, más al es-
tilo de los países nórdicos 10 ó 15 alumnos por clase. Esto no está
nada mal y crearía un montón de puestos de trabajo en educación.
También se pueden crear cubículos de metacrilato para cada niño,
en forma de “u” tumbada y así cada niño estaría en su cubículo,
separado de los otros, pero viéndose unos a otros. Esto se podría
presentar como un juego para ellos.
14) A nivel de ocio, reuniones en pequeños grupos y en espa-
cios abiertos todo lo que sea posible. Y también se le puede meter
un poco de humor a esto y jugar a comunicarnos a dos metros de
distancia.
15) A nivel laboral, establecer medidas de distanciamiento y ais-
lamiento, como las que se están llevando a cabo con cristales o
metacrilatos para impedir que el virus se propague.
16) A nivel de familia extensa y de los amigos, distanciar o no
realizar reuniones hasta que la pandemia pase.

¿Cómo poder estar bien con todo lo que está pasando?


Viviendo en el presente, estar en el puro presente, con lo que
va sucediendo a cada instante. Repetirnos una y otra vez, cuando
nuestros pensamientos se van a elucubrar, “aquí y ahora, que está
pasando, qué está sucediendo”. Por ejemplo, aquí y ahora, estoy
escribiendo este artículo, estoy sentada en el porche de mi casa
de la playa y siento, de vez en cuando, los pájaros cantar y un ai-
recito fresco que corre de tiempo en tiempo. Perros que ladran a
lo lejos y voces lejanas de mis vecinos y de la gente que pasa por
la calle, y ahora mismo acaba de pasar una araña de patas grandes
por mi brazo y mi teclado y me ha hecho sonreír, he pensado en la
gente que gritaría al tener una araña encima.
Aquí y ahora me doy cuenta…
Aquí y ahora me doy cuenta…
Aquí y ahora me doy cuenta…
Cuando estamos presentes en el instante que estamos viviendo,
fluimos con todo lo que sucede a nuestro alrededor y hay un inter-
cambio entre lo que sucede y nosotros. Se establece como un diá-
logo mudo de sensaciones y se da un intercambio osmótico de
potenciales de energía. Entonces para estar bien rodeémonos de
naturaleza y de cosas bellas y sencillas para que pueda darse un
intercambio osmótico entre nosotros y ellas, para que podamos
impregnarnos de todos sus potenciales energéticos y vibrar en la
misma frecuencia de honda que ellas.
Por ejemplo, yo en la playa, ante la inmensidad de vacío que se
me muestra, siento que mi mente se vacía con ese vacío, y siento
que el agua me limpia de todo lo que tiene que ser limpiado.
Y en el bosque, ante la grandiosidad de los árboles majestuosos,
me envuelvo en su silencio o en el murmullo de sus hojas movidas
por el viento y entro en la misma vibración energética que hay en
el bosque y se produce un intercambio osmótico entre el bosque
y yo.
Lo mismo puede pasar con una música, un libro, una película,
una obra de teatro o aquello que a ti te guste y te inspire.
Todos sabemos lo que nos sienta bien y lo que nos sienta mal.
Busquemos lo que nos sienta bien y fundámonos con ello, para lle-
narnos de todo el bienestar que nos sana y nos predispone a la
vida, y cuando aparezcan las dificultades, abracémoslas y entre-
guémonos a ellas para aprender lo que tengamos que aprender.
Como nos recuerda el TAO, una polaridad y su contraria no son
más que el haz y el envés de una misma unidad: la hoja, o la palma
y el dorso de una misma mano o la cara y la cruz de una misma
moneda.
Yo creo qué en cualquier momento, pero muy especialmente en
este que estamos viviendo, es muy necesario aplicar las Cuatro
Verdades Nobles del Budismo59, tal como las explica Fritjof Capra
en su libro El TAO de la Física [10]. Una exploración de los para-
lelos entre la física moderna y el misticismo Oriental:
“La Primera Verdad Noble es que todo a nuestro alrededor es
impermanente y transitorio. Todas las cosas aparecen y se des-
vanecen, dijo Buda, y la noción de que el flujo y el cambio son
rasgos básicos de la naturaleza radica en la raíz del Budismo.
La no aceptación de esta Verdad Noble crea sufrimiento.
La Segunda Verdad Noble trata sobre el apego a cosas y a
personas que nosotros vemos como firmes y persistentes, pero
que de hecho son pasajeras y siempre cambiantes, así estamos
atrapados en un círculo vicioso en el cual cada acto genera más
actos y la respuesta a cada pregunta deja caer nuevas pregun-
tas. Este círculo vicioso se conoce en el Budismo como Sam-
sara60, el círculo de nacimiento y muerte, conducido por el
karma, la cadena sin fin de causa y efecto.
La Tercera Verdad Noble afirma que se puede trascender el cír-
culo vicioso del Samsara, el círculo de nacimiento y muerte, y
alcanzar un estado de total liberación llamado nirvana. En este
estado la unidad de toda la vida se ha convertido en una sensa-
ción constante.
La Cuarta Verdad Noble es la prescripción de Buda para ter-
minar con todo sufrimiento, el Óctuple Camino de autodesa-
rrollo que conduce al estado de espíritu de Buda. Las dos
primeras secciones de este camino están relacionadas con el
bien ver y el bien saber. Las cuatros secciones siguientes están
relacionadas con la correcta actuación, que es un Camino
Medio entre extremos opuestos. Las dos últimas secciones se
relacionan con la verdadera conciencia y correcta meditación,
y describen la experiencia mística directa de la realidad que es
el propósito final”.
Yo creo que en estos momentos sería muy bueno poner en prác-
tica Las Cuatro Verdades Nobles de Buda, para apaciguarnos y
poder descansar en la energía del universo que todo lo crea, a nos-
otros también.
También Eckhart Tolle en su libro El silencio habla [92.2], nos
dice: “la maestría en cualquier disciplina implica que la mente pen-
sante o bien ya no participa, o se ha quedado en un discreto se-
gundo plano. Un poder y una inteligencia mayores que tú, aunque
en esencia son uno contigo, toman el mando. Ya no hay proceso
de toma de decisiones; la acción justa surge espontáneamente, y
“tú” no la estás haciendo. La maestría de la vida es lo opuesto al
control. Te alineas con la conciencia mayor. Ella actúa, habla y hace
los trabajos”.
Si conseguimos estar en el aquí y ahora de cada instante y nos
entregamos a él, conseguiremos fluir con el fluir de la vida y espan-
taremos esos pensamientos e ideas que no nos ayudan a estar ahí.
Cuando conseguimos ser uno con lo que sucede, entonces eli-
minamos la polaridad; ya no hay dos, sino sólo uno y al existir sólo
uno, estamos en la esencia y unidad de la vida y ahí está la felici-
dad suprema, que es una felicidad dulce y serena.
Como dice Pedro de Casso en su último libro, Mi Gestalt. El po-
tencial oculto en la Gestalt de Fritz Perls: “Creamos lo que cree-
mos”. O al revés, que viene a ser lo mismo: “Lo que creemos lo
creamos”. Lo mismo que nos advertía Epicteto con otras palabras:
“No son las cosas que nos ocurren las que turban al hombre, sino
las opiniones que nos formamos acerca de ellas”.
Rodeémonos de belleza, comamos cosas ecológicas, todas las
que podamos. Dejemos la mente vacía, paseémonos por el bosque
y abrámonos a contagiarnos de la energía que allí hay, y lo mismo
por la playa, reunámonos con gente maravillosa, que cuando se
van nos dejan llenos de buenas sensaciones y de bienestar, y en
cada situación que se presente, preguntémonos cómo podemos
transformarla en algo bonito y agradable, si de principio esta situa-
ción no se presenta así. Cuidémonos todo lo que podamos en
todos los sentidos.
En cada situación que se nos presente, preguntémonos interna-
mente, si nos estamos cuidando o no, y si no lo estamos haciendo,
revirtamos nuestra actitud hacia esa situación.
GESTÁLTICA, A CONSIDERAR 04

Sexualidad con alma


LA MADUREZ SEXUAL EMPIEZA EN LAS MUJERES con la primera me-
narquía y en los hombres con la primera polución nocturna. El im-
pulso sexual tiene mucha fuerza durante la adolescencia, la
juventud y la madurez, y va decreciendo poco a poco con la edad.
La vivencia que tiene cada persona de la sexualidad dependerá
de cómo se ha vivido esta en su familia de origen, y en el ámbito
social donde normalmente se desenvuelve esta persona. También
los medios de comunicación juegan un papel importante, depen-
diendo de cómo se trate la sexualidad en ellos. Aquí en España la
iglesia católica también ha desempeñado un rol muy represor en
cuanto a la sexualidad. Según la iglesia católica, la única finalidad
de la sexualidad es traer hijos al mundo. La iglesia católica ha de-
monizado el placer.
La naturaleza del ser humano consiste en buscar el placer y huir
del dolor, esto es lo natural. Hay dolores que son inevitables y que
hay que atravesar, para poder madurar. Cuando una persona es
capaz de entregarse, de abrirse tanto a lo placentero, como a lo
doloroso, se va a convertir en una persona madura, autorrealizada.
Yo creo que la actitud adecuada para acercarse a la sexualidad
es la de curiosidad y la de apertura para descubrir que se siente, y
cómo se siente tal o cual caricia o beso.
La sexualidad de cada persona es un misterio, que cada persona
tiene que descubrir y el acercamiento de una persona a otra, con
la intención de tener un encuentro íntimo, debe ser como el acer-
camiento a algo muy valioso, que quiero ir desvelando suavemente,
descubriendo poco a poco y saboreando a cada paso. Y también
hay que tener la conciencia muy clara, que cada una de las dos
partes que van a tener este encuentro, van con la actitud de respe-
tar profundamente a la otra parte, y tienen en cuenta en todo mo-
mento sus reacciones, para no incomodar a la otra parte.
Cuando yo me abro a contactar profundamente con otra per-
sona, me abro al misterio de la vida y por eso es muy importante
que sea muy cuidadosa y vaya con mucho respeto hacia mí misma
y hacia la otra persona. Cada persona es un misterio por descubrir,
somos un misterio para nosotros mismos y también para la otra
persona. Cuando tenemos un encuentro íntimo, dos misterios se
ponen en contacto para conocerse, y sería muy bueno que el res-
peto mutuo y el honrarse mutuamente envolviera el encuentro.
Es importante ir al encuentro muy despacito, como la canción
Despacito61 de Luis Fonsi, ya que la sutileza del contacto va a ir
abriendo a la persona a sensaciones, imágenes y sentimientos que
son mucho más gozosos pudiéndolos degustar y saborear poco a
poco.
En cada encuentro hay una riqueza diferente de matices, sensa-
ciones, imágenes y sentimientos que dependen del estado de
ánimo de cada persona, y de las circunstancias que rodean al en-
cuentro. También depende de los misterios que contiene cada per-
sona.
Yo creo que cuando dos personas que se sienten atraídas, se
acercan o contactan físicamente, se ponen en juego, interactúan
las energías de ambas personas, y una riada de endorfinas62 reco-
rren ambos cuerpos, y pienso que esto recrea, internamente, la
sensación que todos tenemos del bienestar que sentíamos cuando
estábamos en comunión con la energía del universo, antes de
nuestra encarnación, y también infinidad de sensaciones más o
menos intensas dependiendo del momento, de las personas, de
las circunstancias, etc.
La simple mirada de dos personas que se sienten atraídas, la
simple cercanía física, el oír el nombre de la persona, el pronunciar
el nombre de la persona, el visualizar algún objeto que pertenezca
a la persona, todo esto trae una lluvia de sensaciones a nuestro
cuerpo, con las cuales nos regocijamos.
Tener un encuentro íntimo con una persona, es como descubrir
algo muy valioso, es como ir desvelando poco a poco un misterio,
y en ese descubrimiento yo me voy enriqueciendo, y la otra per-
sona también se va enriqueciendo y nos vamos transformando en
otra persona enriquecida con la experiencia.
Si pones una mirada de amor en todo lo que sucede, todo lo
que sucede te devuelve esa mirada de amor elevado a la enésima.
Aquí se genera un caldo de cultivo sanador para ambas personas.
Si tú miras a la persona con la intención de descubrir toda la be-
lleza que hay en ella, tu mirada amorosa, llega a la otra persona y
en este caldo de cultivo que se crea , ambas partes salen nutridas,
transformadas. Tú das y tú recibes, el ciento por mil de lo que das.
En la sola intención de generar algo bueno para ambos, tú, tu
organismo se llena de esa intención buena y eso hace que la vida
te regale mucho más de lo que tú pones, porque de alguna manera
la vida se sintoniza contigo y te regala mucho más de lo que tu das.
Cuando un encuentro íntimo es bueno para ambas partes,
ambas partes salen enriquecidas y es como si internamente se
fuera gestando la mujer adulta que voy a llegar a ser y el hombre
adulto que voy a llegar a ser. Al mismo tiempo voy aprendiendo a
conocerme a mí misma y a conocer a la otra persona.
Al inicio de la sexualidad y de la atracción hacia otra persona
son muy importantes muchas pequeñas cosas, por ejemplo:
—Las miradas mutuas.
—El roce de las manos.
—La cercanía.
—La sola presencia.
—Las caricias.
—Etc
Con el tiempo, se irá profundizando más y más en los contactos,
hasta llegar a la penetración, si ambas partes lo desean y también
ambas partes pueden decidir, quedarse sólo en las caricias, en la
masturbación y no llegar a la penetración.
Se puede llegar al orgasmo tanto con la masturbación, como
con la penetración, como con la simple entrega y apertura a la
vida y ahí cada uno va a ir descubriendo y explorando matices de
placer.
En el orgasmo, hay una sensación de pérdida de límites, es
como una sensación oceánica de transformarnos en energía pla-
centera que vibra de placer. Ambas personas se funden en esa
energía, que es la energía de la creación, yo creo que en esos mo-
mentos recreamos o contactamos con el origen de dónde venimos.
Ahí se produce el contacto con nuestro hogar, que es de dónde
procedemos y en esos momentos de apertura y de confluencia
total en la unión, es donde un alma que sintonice con uno de nos-
otros o con ambos puede escogernos como sus padres.
En el trabajo que yo realicé en Alemania con Erika Schäfer,
donde hacíamos Regresiones. En una de ellas, regresamos al mo-
mento de nuestra concepción, y ahí me di cuenta, que yo en ese
instante sintonizaba con mi madre. Yo estaba en esos momentos
conectando con la frase “lo acepto todo”. Mi madre tenía muchos
deseos de quedarse embarazada, ya habían pasado seis años
desde que se casó, cuando se quedó embarazada y lo estaba de-
seando desde el principio de su matrimonio. También yo sentí, que
mi entrada a la tierra fue como si me aspirasen para entrar. Cada
alma tiene una sensación diferente de cómo fue su entrada al
mundo terrenal.
Todos nosotros tenemos estos recuerdos en nuestras células,
sólo tenemos que crear las condiciones adecuadas para que esta
información pase a nuestra conciencia. Nosotros tenemos mucha
información dentro de nosotros que es inconsciente, solo tenemos
que estar muy atentos a escucharnos y crear las condiciones ade-
cuadas para que salga a la luz, esta información.
Yo considero muy importante, y la vida me lo ha corroborado,
el estar siempre abierta a descubrir cosas nuevas de la otra per-
sona, no dar por hecho o por establecido nada, sino estar abierta
a dejarme sorprender por la otra persona, en cuanto a sus com-
portamientos, sus ideas y sus reacciones.
En todas las relaciones y también en las relaciones estables, yo
considero que nunca se termina de conocer realmente a la otra
persona; ya que cada persona tiene muchas facetas y es muy difícil
conocerlas todas; pero yo creo que esto también resulta intere-
sante para la relación, el misterio no se acaba de desvelar nunca y
yo pienso que esto da más interés a la relación.
En las primeras relaciones de intimidad siempre hay vergüenza,
vergüenza de mostrar mi intimidad y mi vulnerabilidad; por eso hay
que ser muy cuidadosos e ir muy despacito y hay que pedir a la
otra persona lo que cada uno necesita para sentirse seguro y a
gusto.
Cuando la otra persona escucha mis peticiones, yo me siento
tenida en cuenta y me siento respetada, esto me relaja para poder
disfrutar más del encuentro y atreverme a explorar más en el en-
cuentro.
Cuánta sutiliza hay que tener para escribir poemas de amor con
tus labios, en los labios de tu amada o de tu amado, cuánta deli-
cadeza, cuánto amor y cuánto arrobo.
Tipos de encuentros hay tantos, como infinita es la creatividad
del universo, y en estos encuentros, puede suceder infinidad de po-
sibilidades, pueden darse encuentros dónde la sutileza, el cuidado
y la dulzura prevalezcan y otros dónde la pasión, la intensidad y el
calor se multipliquen momento a momento.
En mi experiencia de vida, he descubierto que la relación con
cada persona es totalmente diferente. Con una persona es como
si viajaras a la India, con otra es cómo si hicieras un safari por
África, con otra cómo si visitaras los Polos, metafóricamente. Todas
muy diferentes y todas muy ricas y variadas. Es una riqueza total
para ti y para la otra persona descubriros mutuamente, disfrutaros
y compartir lo que cada uno es y las habilidades y destrezas mu-
tuas. Es maravilloso ir aprendiendo uno del otro y compartiendo
lo aprendido, para enriquecerse mutuamente e ir deleitándose,
viendo la transformación del otro.
Lo que yo considero super importante es que, del encuentro,
ambas partes salgan enriquecidas y satisfechas.
Para mí, es súper interesante, descubrirme a mí misma en el en-
cuentro y darme cuenta de:
—Cuánto hay de entrega por mi parte.
—Cuánto hay de entrega por parte de la otra persona.
—Cómo soy capaz de poner límites a lo que no me gusta o no
quiero y con mi estar la otra persona aprende de mí.
—Cómo la otra persona pone límites a lo que no le gusta o
quiere y con su comportamiento yo aprendo de ella.
—Cómo de creativa soy con lo que se va presentando.
—Cómo de creativa es la otra persona con lo que se va presen-
tando.
—Cuánto de rigidez, intolerancia y hermetismo hay en mí y en
la otra persona.
—Cuánto de firmeza soy capaz de sostener, sin dejarme seducir
por los deseos de la otra persona.
—Cuánto de firmeza es capaz de sostener la otra persona, sin
dejarse seducir por mí.
—Etc.
Como ya he mencionado anteriormente, Perls decía que:
”aprender es descubrir que algo es posible”. Durante toda nuestra
vida estamos aprendiendo cosas nuevas a cada instante y segui-
remos así hasta nuestra muerte, si es que estamos abiertos a
aprender.
La alegría de vivir radica en aprender cosas nuevas todos los
días y en compartir lo que aprendemos con la gente que queremos.
Con todas las experiencias buenas que tenemos cada día,
vamos construyéndonos y esto hace que vayamos siendo cada vez
más ricos y sanos y estemos cada vez más abiertos a la vida y a
aprender.
Atraemos a nuestra vida lo que resuena con nosotros, lo que se
asemeja a nuestro grado de vibración interior. Llenémonos interna
y externamente de lo que es bueno para nosotros y así lo atraere-
mos.
En todo momento, pregúntate si lo que te está sucediendo es
lo que tú quieres que suceda o no es así. Y si no es así, cambia lo
que tú quieras cambiar.
En el proceso de crecimiento y de exploración de la vida, vas a
ir abriéndote a lo nuevo y en este proceso de apertura, puede llegar
un momento en el que comulgues en éxtasis con la vida misma y
podrás llegar a sentir orgasmos espontáneamente y te sentirás en
comunión orgiástica con la vida misma.
El orgasmo supremo es cuando todos tus Chakras, que son cen-
tros de energía, los sientes llenos de placer al unísono y ahí no
existen tus límites, es cómo si tus límites no existieran, te convier-
tes en un centro que irradia placer en olas concéntricas, que pue-
den partir de un Chakra concreto, o de todos los Chakras al mismo
tiempo o de un conjunto de Chakras o de tu Hará, que está cuatro
dedos por debajo de tu ombligo y hacia el centro de tu cuerpo. Y
también es importante que te abras a sentir lo que el momento
quiera traerte de regalo.
En el contacto con la otra persona vas a ir descubriendo lo que
te gusta, lo que te entusiasma y lo que no te gusta tanto o nada, y
con cada persona va a ser diferente, porque el encuentro con cada
persona produce una riqueza totalmente diferente, como cuando
los elementos químicos del sistema periódico se unen unos con
otros, de cada unión sale un compuesto diferente. Si el cloro se
une con el sodio, sale cloruro sódico, que es nuestra sal común;
pero si el cloro se une con el potasio, sale cloruro potásico, que
se utiliza entre otros usos para las inyecciones letales en las ejecu-
ciones.
La vida es extremadamente creativa y tenemos que tener en
cuenta que cuando una puerta se cierra otra se abre, cuando una
puerta se cierra, otra se abre y así hasta la eternidad.
El miedo
El miedo atenaza a la humanidad. Fundamentalmente hay tres mie-
dos importantes, el miedo al dolor, el miedo a la soledad y el
miedo a la muerte. También puede haber muchos pequeños mie-
dos, pero estos pequeños miedos, cuando se profundiza en ellos,
se convierten en miedo al dolor, a la soledad y a la muerte.
Yo siempre tuve mucho miedo a la oscuridad y un día cuando
tenía aproximadamente treinta y dos años, hablé con la compañera
de piso con la que convivía y le dije que quería hacer un experi-
mento. Cuando ya no hubiera luz solar, que fuera de noche, quería
poner todo el piso a oscuras y quería ponerme una tela negra en
la cabeza y con la ayuda de ella, que consistía en que me diera la
mano, para yo sentir que estaba acompañada en la experiencia, yo
me sumergiría totalmente en la oscuridad y me mantendría allí y
vería que sucedía. No sé exactamente cuánto tiempo estuve así, si
fue media hora o una hora; pero llegó un momento en que yo quise
quitarme la tela negra de la cabeza y el impulso fue mirar todo de-
tenidamente, concretamente, me paré delante de un cuadro que
representa una ventana llena de plantas y flores, y lo que sucedió
fue que yo veía el cuadro vibrando, como si todo lo que existe fue-
ran frecuencias vibratorias y comprendí que todo lo que hay en
este mundo, era energía vibrando y que dependiendo del grado de
vibración, había cosas más sólidas o menos sólidas y menos visi-
bles. A mayor grado de vibración, menos visibilidad hasta llegar a
hacerse invisible y a menor frecuencia de vibración más solidez,
como una piedra, por ejemplo. Al mismo tiempo yo sentía que me
había quitado un gran peso de encima, tanto miedo de años y que
estaba recibiendo un gran regalo, comprender la vida.
Desde aquel momento, cuando mis pacientes vienen a sesión
con distintos miedos, yo voy investigando hasta llegar al miedo a
la muerte y les invito, si ellos quieren, a entrar en la muerte y los
acompaño en la experiencia dándoles la mano y siempre, siempre,
siempre tienen experiencias maravillosas de estar en paz y muy a
gusto. Esto yo lo puedo hacer con ellos, porque yo ya antes lo he
hecho conmigo misma.
Si yo no hubiera atravesado mi miedo y hubiera experimentado
cuán liberador había sido la experiencia, yo no hubiera podido
acompañarlos a ellos en su experiencia. Un terapeuta sólo puede
acompañar a sus pacientes hasta allí donde haya llegado él en su
experimentación y aprendizaje.
Me he encontrado con pacientes que no querían entregarse a la
experiencia, y yo los he respetado, y les he dicho que estaba dis-
ponible para cuando ellos quisieran transitar la experiencia, si al-
guna vez querían.
El miedo al dolor puede ser al dolor físico o al dolor emocional.
Hoy en día hay muchos remedios para el dolor físico y también con-
suela que el dolor físico tiene límites, empieza y acaba. El dolor
emocional, siempre es a la pérdida de alguien querido. Entonces
una cosa muy importante es trabajar el Desapego.
El Desapego es vivir todo lo que tenga que vivir, experimentar
todo lo que tenga que experimentar y no agarrarme a lo que vivo
y experimento, sino disfrutarlo, paladearlo, degustarlo y soltarlo.
Para esto ayuda mucho la conciencia de la muerte, nada en este
mundo es eterno, sólo la energía es eterna, por el principio de la
física, la energía ni se crea, ni se destruye, sólo se transforma.
Hay que enseñar a las personas que todos somos energía del
universo, que se ha encarnado para aprender cosas, y que los que
nos encarnamos, nos encarnamos para periodos diferentes de
vida. Hay quien se encarna para estar un tiempo en el vientre de
su madre, y eso es todo. Otro se encarna para vivir unos pocos
años, otros para tener una vida muy larga y así sucesivamente.
¿Por qué nos apegamos tanto a ciertas relaciones? Por muchas
razones:
—Para saber lo que es el apego.
—Para aprender a desapegarnos.
—Para tomar conciencia de cómo podemos liberarnos del
apego.
—Para aprender a apoyarnos en nuestros propios pies.
—Para aprender a no depender tanto.
—Etc.
Lo que tenemos que aprender, es a querernos a nosotros mis-
mos, y sostenernos con nuestras manos y en nuestros pies. ¿Y
cómo se aprende eso?
Sabiendo, como ya he dicho anteriormente, que todos somos
energía preciosa del universo, que se ha encarnado para aprender
cosas, y que somos conciencia y que tenemos capacidad para
tener conciencia de nosotros mismos. Sólo tenemos que despertar
a la conciencia que somos.
Si yo soy consciente de quien soy, y de que constantemente
estoy protegido por la energía del universo y la conciencia que me
creó, voy a estar mucho más tranquilo para vivir las experiencias
que la vida me traiga. Y que cada experiencia que la vida me traiga
la voy a vivir como una película que me viene bien vivir para apren-
der; y sabiendo que cuando se acabe esa película voy a vivir otra,
y otra, y otra, todas las que me vengan bien vivir para aprender.
Pero que la energía y la conciencia de la que yo formo parte, no se
crea, ni se destruye, sino que sólo se transforma. Tener esta con-
ciencia, me da mucha tranquilidad para saborear todas las expe-
riencias que la vida me traiga, sabiendo que se van a terminar y
que después vendrán otras.
Está también el miedo a la soledad. Este miedo se puede mitigar
con la compañía de otras personas que estén disponibles en esos
momentos para nosotros, y que nosotros sepamos apreciar su pre-
sencia, su disponibilidad, y estemos abiertos a eso.
También me he encontrado con muchas personas que tienen
miedo a conducir vehículos y en todas ellas he descubierto la ne-
cesidad de crecer como personas y apoyarse en sus propios pies.
Con ellas he trabajado la necesidad de hacerse cargo de su niño
interior, y de darle seguridad y contención, cuando esto se trabaja
se disuelve el miedo.

Experiencias, visiones y sueños


esclarecedores a lo largo de mi vida
Cuando era un bebé, que sólo gateaba, vivíamos en una casa que
nada más entrar había que subir una escalera muy empinada. Un
día que me cuidaba una tía mía soltera, que vivía con nosotros,
bajó mi tía a casa de otra hermana, que vivía enfrente. Estando en
la puerta de la casa de mi otra tía, vio desde enfrente, como yo
salía gateando por la puerta. Ella no se explicaba cómo yo había
podido bajar todos los escalones de la escalera, y yo tenía la sen-
sación interna de que alguien, un Ángel, me había llevado en vo-
landas por la escalera y me había dejado abajo.
En otra ocasión, durante un trabajo de bioenergética en el que es-
tábamos tumbados apoyados en la espalda y golpeando el suelo con
los puños, me vino una visión, donde yo estaba en la cuna llorando,
y nadie venía a consolarme. Fue también importante darme cuenta
de lo que viví siendo bebé. Quizás aprendí, si yo no me cuido a mi
misma, en algunos momentos, nadie me va a cuidar.
Finalizando mi década de los veinte años y comenzando la de
los treinta, fue un momento muy enriquecedor en mi vida. En ese
periodo terminé mi formación en terapia Gestalt. Terminé mi ca-
rrera de psicología y estaba trabajando como maestra desde el año
1977, con 19 años. Todo esto supuso en mi vida una apertura que
cristalizó en innumerables experiencias muy enriquecedoras y tras-
cendentales para mí, que voy a ir narrando sucesivamente.
Tuve un sueño, en el que una anaconda enorme me perseguía
por un riachuelo de poca profundidad, y yo muy asustada cogía
una espada enorme y le cortaba la cabeza. La anaconda se reti-
raba, pero diciéndome sin palabras: “no estoy muerta, volveré”.
Nadie en ese tiempo me supo interpretar ese sueño, que a mí me
inquietaba mucho. Hoy lo voy a trabajar yo misma y voy a rescatar
su significado. De ahora en adelante “A” es anaconda e “Y” soy yo.
Y: ¿Qué quieres de mí Anaconda?
A: Quiero enseñarte un secreto.
Y: ¿Qué secreto quieres enseñarme?
A: Quiero que experimentes la fuerza instintiva que tú tienes.
Yo soy una parte salvaje de ti, que tiene 115 millones de años
de existencia y experiencia en la tierra, por tanto, tengo mucha
sabiduría interior. Y soy una parte de ti, a la cual le tienes mucho
miedo,por desconocimiento. Quiero que te vayas abriendo a esa
sabiduría interior que tú tienes, de la cual no eres consciente, y
por eso aparezco yo en tus sueños para que la incorpores a tu
ser. Lo único que tienes que hacer es abrirte a recibirla y la vas
a tener a raudales. Cada vez que tengas un problema, pregún-
tate que te dice tu sabiduría interior, y vas a recibir muchas res-
puestas y enseñanzas.
Y: Que bonito todo lo que me dices. Me encanta reconocerte
y no tenerte miedo. Voy a dejarme recibir toda la sabiduría que
llevo dentro. Muchas gracias.
También en este sueño es muy significativo para mí, el hecho
de coger un sable para cortarle la cabeza a la anaconda. Para mí el
sable es la parte masculina, la cual la tengo muy desarrollada, por-
que siempre o casi siempre he sentido que me tenía que proteger
y cuidar a mí misma. No estaban ni mi madre, ni mi padre, siempre
la familia más extensa.
Otro sueño que me impactó mucho, que tuve cuando tenía 14
años, fue uno en el que mi abuela materna había muerto y estaba
en su ataúd, siendo comida por los gusanos, pero no podía des-
cansar en paz. Yo tenía que hacer algo para que ella pudiera des-
cansar en paz. Esto fue una pesadilla en la que desperté del sueño.
Tampoco, me la trabajaron. La vamos a trabajar ahora. De aquí en
adelante “A” es abuela e “Y” soy yo.
Y: Abuela, ¿qué te pasa? ¿Por qué no puedes descansar en
paz? ¿Qué te daría paz?
A: Aceptar mi muerte y soltar todo vínculo con mi vida an-
terior.
Y: ¿Y cómo te puedo ayudar a hacer eso?
A: Haciéndolo tú en tu vida. Cuando una de las nuestras hace
un progreso, ese progreso nos afecta a todas.
Y: Abuela, yo lo estoy haciendo en mi vida, estoy trabajando
mi Desapego. ¿Te sirve, lo que estoy haciendo?
A: Sí, cariño, me sirve mucho.
Y: Me alegro mucho, abuela, te quiero mucho. Descansa en
paz.
Cuando se murió mi madre, también tuve un sueño, en el que
yo me moría como ella, me asfixiaba, y en el sueño me entregué a
asfixiarme y a la muerte, es como si diera sí, acepto morirme, y en
ese mismo momento aparecí en un bosque precioso, paseando
tranquilamente con un primo mío y era muy relajante, había mucha
paz a mi alrededor y yo estaba en paz. Esto puede ser una de las
cosas que nos pueden pasar cuando morimos, que desaparecemos
de un plano y aparecemos en otro.
Por aquella época también hicimos durante un año trabajos de
masajes corporales de las Fascias de los músculos con la argentina
Irene Fernández Metti, y tuve experiencias muy reveladoras. En una
de esas experiencias tuve visiones de Egipto, de las arenas del des-
ierto y de las pirámides, durante el masaje. Después del masaje,
cuando estaba comentando con ella la experiencia empezó a bro-
tarme internamente un líquido de la garganta que era dulce, y una
sensación muy placentera, y ella me dijo que ese era el néctar fe-
menino. Y ya nunca más hasta ahora he tenido una experiencia
como esta en la que internamente me brotaba un néctar. Ella era
una mujer muy especial, porque yo sigo dándome masajes, y hasta
ahora, no he experimentado nada tan especial como con ella.
En otra ocasión, con ella también, caí en una especie de trance,
donde yo en el suelo rodaba hacía un lado y hacia el otro. Tuve la
visión que en otro tiempo yo pertenecía al grupo de personas que
seguían a Jesucristo, y me visualicé en un monte dónde Jesús ha-
blaba a las multitudes, tuve una sensación muy bonita de perte-
nencia.
Parece que hay mucha memoria escondida en las Fascias de los
músculos, y que se activa esa memoria, con el masaje dado por
personas determinadas, que tienen una gran sensibilidad y saben
cómo y dónde tocar.
También las experiencias con el Movimiento Auténtico han sido
muy importantes en mi vida. Hice formación en Movimiento Autén-
tico con Marcia Plevin, y en uno de esos encuentros me sentí como
ya he comentado anteriormente, que yo era sólo conciencia en el
espacio. Me preguntaba, dónde está Pepa, y me respondía, Pepa
no está, sólo existe la conciencia en el espacio. Sentí una felicidad
tranquila y mucha paz.
En cierta ocasión que yo me encontraba muy desolada, porque
no encontraba la pareja que yo quería. Tuve la visión que desde
arriba me entregaban un bebé y me decían: ”hazte cargo de él”. Y
con el tiempo yo comprendí que tenía que hacerme cargo de mi
niña interior y darle todo aquello que le faltaba, para que se trans-
formara en una adulta sana que supiera valorar todo lo que le
daban, y que lo agradeciese, y yo darme a mí misma todo lo que
necesitaba, para que mi niña interior estuviera nutrida y feliz. Es
decir, transformarme en la madre y el padre nutritivo de mí misma
y hacer esto con placer; esto lo puede hacer tanto un hombre
como una mujer, el desarrollo de los tres amores dentro de sí mis-
mos. Desarrollar dentro de mí misma los tres amores de los que
habla Claudio Naranjo: el amor de la madre incondicional, el amor
del padre condicional y el amor del niño, que es el principio del
placer. De esta experiencia salió luego el trabajo que yo hago con
las personas en terapia individual, de que se hagan cargo de su
niño interior, para conseguir la satisfacción en este mundo, y tam-
bién el trabajo que yo hacía en mi taller de Plenitud, donde cada
participante, en una unión íntima con su pareja interior, se que-
daba embarazado de sí mismo y se paría a sí mismo, y se hacía
cargo de su niño interior para darle todo lo que necesitaba, y así
sanar todas las heridas de su nacimiento biológico y psicológico,
en su nacimiento al Ser. Este trabajo consiste en que yo me paro
a mí misma y me doy todo lo que necesito para transformarme en
una adulta sana, que tiene los tres amores equilibrados, el amor
incondicional a mí misma, el amor condicional a mí misma, que
me exige que me desarrolle en la plenitud de mi ser y el principio
del placer, que consiste en hacer todo lo que tengo y quiero hacer
con disfrute.
En los tres años que estuve trabajando con Erika Schäfer, en
Alemania, aprendí muchas cosas y entre ellas tuve una experiencia
en un trabajo, en el cual una vez terminado el trabajo, estando yo
tendida en la cama donde había hecho la regresión y estando des-
cansando, se me acerca un tigre que me traga y me pare una y otra
vez. Luego contándoselo a Erika, ella me pregunta si yo sé lo que
significa esto, y yo le digo que sí, que el tigre me da toda su fuerza
para que yo sienta que tengo dentro de mí toda la fuerza del tigre.
Posteriormente siento que el tigre me acompaña siempre, estando
en mi lado derecho, y un día cuando voy por la playa caminando,
siento que me falta otro animal en mi lado izquierdo, y ahí aparece
una pantera blanca. Cuando le pregunto a Erika por el significado
de la pantera blanca, me dice que siempre lo blanco es la sabidu-
ría. Y ahora voy caminando por la vida con mi tigre en mi lado de-
recho, mi pantera blanca en mi lado izquierdo, mi anaconda detrás
y mi águila sobrevolando por encima de mi cabeza. La experiencia
con el águila la tuve danzando la danza de los derviches giróvagos.
En muchas ocasiones yo he sentido que el universo, de alguna
manera, me protegía. Recuerdo una ocasión en Portugal, dónde fui-
mos a pesar las vacaciones de una semana santa cuatro amigas.
Cuando volvíamos a nuestro apartamento por la noche sobre las 4
de la mañana, una de mis amigas se dio cuenta que nos seguía un
tipo. La entrada a nuestro apartamento estaba un poco escondida
hacía un ángulo recto con respecto a la calle. Todas nos fijamos
en el tipo que nos seguía, y vimos que tenía en el chaleco un es-
cudo como de guarda de seguridad, pero de todas maneras no es-
tábamos tranquilas, y nos dimos media vuelta para volver hacía
donde había más luz. El ambiente en la calle era horrible llena de
coches descapotables con tipos blancos y negros de pie en los co-
ches. Nos volvimos a ir hacia la entrada de nuestro apartamento,
para entrar en el hall, y en ese mismo momento aparecieron dos pa-
rejas con niños pequeños dormidos y cuando entramos en el hall
había dos tipos esperándonos dentro. Dos dentro y uno fuera. Las
parejas llamaron el ascensor y nosotras salimos corriendo escaleras
arriba y atrancamos la puerta con todo lo que encontramos. Fue
un milagro que aparecieran esas dos parejas con niños de madru-
gada, nos salvaron de algo desagradable.
En otra ocasión de mi vida, cuando me compré la casa donde
vivo ahora, tenía el dinero muy justo para vivir, y en esto me ponen
una multa. Me puse a hablar con el universo diciéndole:” si lo estoy
haciendo todo bien, cómo me mandas esto”. Cuando me bajo del
autobús me encuentro en el suelo el dinero justo de la multa,
hecho un gurruño. Cosas que se materializan y cosas que se des-
materializan.
En otro momento, cuando teníamos la tienda y siempre estába-
mos justas de dinero, un día barriendo debajo del mostrador, cada
vez que metía la escoba sacaba billetes de 100 pesetas y justo
salió la cantidad que necesitábamos en aquel momento.
Epílogo

E
STE LIBRO ES EL TRABAJO DE TODA UNA VIDA DE BÚSQUEDA, para
entender cómo funciona la vida y que papel tenemos nos-
otros en este juego. Durante el proceso de elaboración y re-
organización de este material, yo he estado en contacto con una
sensación interna de terciopelo, y también con una imagen que
me surgió en el Movimiento Auténtico, en uno de los trabajos,
donde yo amasaba y creaba algo con una manta que tenía entre
mis manos y cuando terminó el trabajo y abrí los ojos descubrí que
había creado una ROSA. La rosa es el símbolo del amor, y tomé
conciencia que durante todo el trabajo, había estado amasando y
creando AMOR, y me encantó. Esto he querido hacer con este libro
y ha sido lo que siempre he querido hacer conmigo, y en mi vida,
con las personas que estaban cerca de mí, estar amasando y cre-
ando amor.
Durante mucho tiempo he trabajado mucho y he disfrutado
mucho en, y de mi trabajo, con las personas. Ahora en este mo-
mento de mi vida creo que es importante, por lo menos para mí,
que comparta todo lo aprendido y experimentado, porque para mí
es una manera de encarnarlo más en mí y en el mundo.
Aprendemos quienes somos cuando nos ponemos en el mundo
a actuar y cuando nos alejamos un poco y vemos qué es lo que
hemos creado. A veces, es bueno alejarse un poco de lo hecho, y
ver en perspectiva que es lo que hemos creado durante los años
que hemos estado en contacto con alguien o con algo.
Yo siempre he estado buscando en todo lo que aprendía la sen-
cillez en los diversos planteamientos y la facilidad y al mismo
tiempo conseguir la plenitud del ser, no tener que depender tanto
ni de nadie ni de nada, conseguir la libertad de ser.
El trabajo de los tres nacimientos es un intento de liberarme de
todos los condicionamientos del pasado que me ataban, pesada-
mente, a los acontecimientos y a las personas. Los acontecimien-
tos y las personas me han ayudado a estar donde estoy, y ahora
soy yo la que me hago totalmente responsable de mi vida y de mi
bienestar, con el nacimiento espiritual que conlleva el no apego y
la libertad de Ser.
Cuando escuchaba a Claudio Naranjo hablar de uno de sus
maestros, Totila Albert, y de la depresión que sufrió después de la
muerte de su padre, que había sido como un guía en su vida, y de
la transformación y el florecimiento que vino después de superar
esta depresión, que se plasmó en la creación de los tres amores:
el amor de la madre, el amor del padre y el amor del hijo, ( inde-
pendientemente de que sea hombre o mujer quien encarne cada
uno, de hecho están los tres en cada persona y el equilibrio entre
los tres es lo que genera la salud de la persona) que yo he puesto
en práctica en mi vida y en mi trabajo, yo continuaba buscando la
liberación del Ser y la encontré con los tres nacimientos.
Espero que os resulte interesante la lectura de este libro y que
disfrutéis de ello y que pongáis en práctica algunas o todas las ex-
periencias que yo comparto con vosotros en este libro.
Notas

1. Jera, es una runa de resultados beneficiosos. Significa cose-


cha, estación fértil y te anima a perseverar en lo emprendido y te
empuja a triunfar.
2. Francisco Peñarrubia, psicólogo y terapeuta gestáltico, cofun-
dador y primer presidente de la Asociación Española de Terapia
Gestalt (AETG).
3. Gestalt, palabra alemana que significa el todo y la parte al
mismo tiempo. El todo es más que la suma de sus partes.
4. Berkana, runa que significa crecimiento, renacimiento; es una
runa de procesos de vida.
5. Runas, inscripciones alfabéticas de la antigüedad; sus letras
configuran un nombre de profundo significado. Se emplearon en
hacer poesías, inscripciones y en el arte de la adivinación.
6. Claudio Naranjo, fue psiquiatra y escritor chileno que se con-
virtió en uno de los pioneros y máximos referentes de la psicología
transpersonal. Difusor del Eneagrama en occidente.
7. SAT, siglas que en inglés significan “buscadores de la verdad”
(seekers of truth). Naranjo llamaba SAT a un programa que él había
elaborado aglutinando distintas herramientas para el trabajo de
desarrollo personal entre ellas: el Eneagrama, la meditación, el te-
atro, el Movimiento Auténtico, el Movimiento Expresivo, renaci-
miento, etc.
8. Fascias, son un sistema de tejido conectivo que envuelve
todos los órganos de nuestro cuerpo, desde los músculos a tendo-
nes o células. Una red que cubre y conecta todas las partes de
nuestro organismo.
9. Irene Fernández Metti, terapeuta corporal formada en Río
Abierto, Argentina. Formación Río Abierto. Es un sistema de Técni-
cas Psicocorporales y transpersonales que tiene como finalidad
contribuir al desarrollo integral del ser humano…
10. Movimiento Expresivo, es una conducta motora con acento
en el área afectiva, donde existe intencionalidad de transmitir un
mensaje, un lenguaje de primera instancia, que se da sin aprendi-
zaje previo de técnicas específicas.
11. Graciela Figueroa, bailarina, coreógrafa y terapeuta uru-
guaya, vivo exponente del Movimiento Expresivo.
12. Movimiento Auténtico. Empezó con las investigaciones de
la bailarina y pionera Mary Whitehouse, entre los años 60 y 70. Fue
influenciada por las ideas de Carl G. Jung acerca del inconsciente
y el simbolismo. El Movimiento Auténtico ha sido concebido como
una forma de imaginación activa con el cuerpo.
13. Marcia Plevin, psicóloga, bailarina, profesorado danza y de
Movimiento Auténtico.
14. Constelaciones Familiares, es una terapia que postula que
las personas son capaces de percibir de forma inconsciente patro-
nes y estructuras en las relaciones familiares y que estos quedan
memorizados, sirviendo como esquemas afectivos y cognitivos que
afectan a su conducta.
15. Regresiones. Técnica esotérica en la que la persona siente
la certeza de estar aquí, en el presente, mientras al mismo tiempo
tiene la sensación de estar en el pasado, con otra personalidad, lo
cual le permitiría comparar y entender el posible origen de sus trau-
mas o afecciones psicosomáticas.
16. Erika Schäfer, terapeuta de regresión y de Constelaciones
Familiares. Trabaja en Eisenbuch, en la Alta Baviera, Alemania.
17. TAO. En el Taoísmo se refiere a la esencia primordial o al
aspecto fundamental del universo y del ser humano, es el orden
natural de la existencia, que en realidad no puede ser nombrado,
en contraste con las incontables cosas “nombrables” en las que se
manifiesta.
18. Fritz Perls, creador de la Terapia Gestalt.
19. ADN, Ácido Desoxirribonucleico, es una molécula de gran
tamaño que guarda y transmite de generación en generación toda
la información necesaria para el desarrollo de todas las funciones
biológicas de un organismo.
20. Autoapoyo, significa apoyarse en sí mismo.
21. Bipolar, es una afección mental en la cual una persona tiene
cambios marcados o extremos en el estado de ánimo. Los perío-
dos de sentirse triste y deprimido pueden alternar con períodos de
excitación y actividad intensa o de sentirse malhumorado o irrita-
ble.
22. Masoquismo, practica de infringirse a voluntad dolor (físico
o emocional) por propia voluntad o por mano de otros.
23. Narcisismo, admiración excesiva y exagerada que siente una
persona por sí misma, por su aspecto físico o por sus dotes o cua-
lidades.
24. Tathata, concepto del budismo, central en la vía mahayana,
que denota la esencia de una persona o cosa, y podría traducirse
por "así", "eso", "lo que es", trascendiendo la abstracción y los con-
ceptos.
25. Osho o Bhagwan Shree Rajneesh, fue el líder de un movi-
miento espiritual de origen indio.
26. Robert Hall, discípulo y colaborador de Fritz Perls.
27. Contrafobia, es la respuesta a la ansiedad en la que, en lugar
de huir de la fuente de miedo a la manera de una fobia, se la busca
activamente.
28. Eneagrama, es un sistema de clasificación de la personali-
dad. Esta propuesta es una elaboración histórica por parte de au-
tores occidentales, entre ellos Claudio Naranjo, que se basa en
ideas anteriores de origen místico y oriental. Este sistema constas
de 9 tipos de personalidad o eneatipos. El uno: el reformador, el
dos: el ayudador, el tres: el triunfador, el cuatro: el individualista,
el cinco: el investigador, el seis: el leal, el siete: el entusiasta, el
ocho: el desafiador y el nueve: el pacificador.
29. Sufies, perteneciente al sufismo, que es la dimensión in-
terna y el aspecto espiritual del Islam. A veces se describe como
“misticismo islámico”.
30. Oscar Ichazo, chamán místico y científico boliviano, funda-
dor de la Escuela de Arica. La teoría del Eneagrama de la Persona-
lidad, de Ichazo, forma parte de un conjunto de enseñanzas más
amplio que el mismo denomina Protoanálisis, y cuyo fin es la ad-
quisición del Bien Supremo, de la Iluminación y la Unidad con lo
divino.
31. Adriana Schnake, más conocida como “Nana”, es una im-
portante terapeuta gestáltica chilena. Es Presidenta Honoraria de
la Asociación Gestáltica de Buenos Aires y Córdoba y miembro de
Honor de la Asociación Española de Terapia Gestalt. Se formó
como médica psiquiatra en la Universidad de Chile.
32. Desapego, también expresado como “No-apego”, es el es-
tado en el que una persona suprime su lazo de unión al deseo por
las cosas, personas u objetos existentes.
33. Mindfulness, es un término anglosajón que se puede tradu-
cir por conciencia o atención plena, es estar aquí y ahora.
34. AETG, Asociación Española de Terapia Gestalt.
35. Apoyo externo, significa buscar apoyo fuera de ti mismo.
36. Luria, Alexander, fue un neuropsicólogo y médico ruso, de
origen judío. Discípulo de Vygostski, fue uno de los fundadores de
la neurociencia cognitiva, parte de la neuropsicología.
37. Vygostski, Lev., fue un psicólogo ruso de origen judío, uno
de los más destacados teóricos de la psicología del desarrollo, fun-
dador de la psicología histórico-cultural y claro precursor de la neu-
ropsicología soviética, de la que sería máximo exponente el
médico ruso Alexander Luria.
38. Friedlander, Salomo, fue un filósofo judío alemán, poeta,
escritor satírico y autor de literatura fantástica. Publicó su obra li-
teraria bajo el seudónimo de Mynona.
39. Feedback, capacidad de un emisor para recoger reacciones de
los receptores y modificar su mensaje, de acuerdo con lo recogido.
40. Insight, término utilizado en psicología proveniente del in-
glés y que se puede traducir por “visión interna”, “percepción” o
“entendimiento”.
41. Bodhisattva, un ser que ha generado la mente espontánea
bodhichita (la mente iluminada altruista que desea llegar a la ilu-
minación con el propósito de ayudar a todos los seres sintientes).
42. Neocórtex, es el más desarrollado de los tejidos cerebrales.
Consiste en la sustancia gris, o cuerpos de células neuronales y las
fibras no mielinizadas, que rodea la materia blanca más profunda
en el cerebro.
43. Egóico, perteneciente al ego. Desde una perspectiva espiri-
tual, el ego quiere decir considerarse a sí mismo distinto de los
demás y de Dios debido a la identificación con el cuerpo físico y
las impresiones que existen en varios centros del cuerpo sutil. El
ego es llevar nuestra vida pensando que nuestra existencia se li-
mita a nuestros cinco sentidos, mente, e intelecto e identificarnos
con ellos en varios grados.
44. Look, apariencia, aspecto que presenta una persona. Estilo
propio de alguien.
45. Hara, centro vital del ser humano que significa literalmente
”cultivo de la vida”. Está tres dedos por debajo del ombligo y hacía
el centro del cuerpo.
46. Matrioska, también llamada en español muñeca rusa, ma-
mushka o bábushka es el conjunto de muñecas tradicionales rusas
creadas en 1890.
47. Sócrates, fue un filósofo clásico griego considerado como
uno de los más grandes, tanto de la filosofía occidental como de
la universal. Fue maestro de Platón, quien tuvo a Aristóteles como
discípulo, siendo estos tres los representantes fundamentales de
la Antigua Grecia.
48. Bert Hellinger, fue un teólogo y espiritualista alemán, cono-
cido por ser el creador de las Constelaciones Familiares, una hipó-
tesis que postula que los miembros de una familia se influyen
recíprocamente en su salud y en su conducta.
49. Suzuki, D.T., fue un filósofo japonés, reconocido como uno
de los promotores del zen en Occidente. Explicó la naturaleza de
lo finito y de lo infinito a Alan Watts y Aaron Copland.
50. Suzana Stroke, fue colaboradora y discípula de Claudio Na-
ranjo. Trabajó más específicamente con parejas y armonización de
equipos profesionales de diferentes países.
51. Jean Piaget, fue un epistemólogo y biólogo suizo, conside-
rado el padre de la epistemología genética, reconocido por sus
aportes al estudio de la infancia y por su teoría constructivista del
desarrollo de la inteligencia, a partir de una propuesta evolutiva de
interacción entre sujeto y objeto.
52. Chakras, según la doctrina hinduista, los Chakras son cen-
tros de energía inmensurable situados en el cuerpo humano. Según
los libros sagrados del hinduismo, los Chakras son seis, pero según
la teosofía, el gnosticismo y la nueva era son siete.
53. La Misión, película del director Roland Joffé, estrenada el
29 de septiembre de 1986, donde un comerciante (Robert de Niro)
de esclavos se une a un jesuita (Jeremy Irons) durante una misión
política en Sudamérica.
54. Jeremy Irons, actor británico ganador de numerosos pre-
mios.
55. El “Movimiento 15-M”, también llamado “movimiento de los
indignados”, fue un movimiento ciudadano formado a raíz de la
manifestación del 15 de mayo de 2011, convocada por diversos
colectivos, donde después de que varios grupos de personas deci-
dieran acampar en plazas de diferentes ciudades de España esa
noche de forma espontánea, se produjeron una serie de protestas
pacíficas en España, con la intención de promover una democracia
más participativa alejada del bipartidismo PSOE-PP y del dominio
de los bancos y corporaciones, así como una “auténtica división
de poderes” y otras medidas con la intención de mejorar el sistema
democrático.
56. ETA, Euskadi Ta Askatasuna, fue una organización terrorista,
nacionalista vasca, que se proclamaba independentista, abertzale,
socialista y revolucionaria.
57. Bienergética, es una psicoterapia psicodinámica iniciada a
partir de los años 50 del siglo XX por el doctor Alexander Lowen,
que trabaja con fenómenos somáticos (corporales), psíquicos,
emocionales e interpersonales como parte de un todo unitario.
58. Borderline. El trastorno Borderline se caracteriza por la in-
estabilidad en los estados de ánimo, comportamiento y relaciones
interpersonales de quien lo padece.
59. Budismo, es una religión mundial y una “doctrina filosófica
y espiritual” no teísta perteneciente a la familia dhármica. Com-
prende una variedad de tradiciones, creencias religiosas y prácticas
espirituales principalmente atribuidas a Buda Gautama.
60. Samsara, es el ciclo de nacimiento, vida, muerte y encarna-
ción en las tradiciones filosóficas de la India; hinduísmo, Bu-
dismo56, jainismo, bön, sijismo y también en otras como el
gnosticismo, los Rosacruces y otras religiones filosóficas antiguas
del mundo.
61. Despacito, canción de Luis Fonsi, perteneciente al albúm
“Vida”. Lanzamiento en 2019. Autores: Erika Ender, Luis Fonsi y
Daddy Yankee.
62. Endorfinas, el cuerpo produce Endorfinas como respuesta
a múltiples sensaciones, entre las que se encuentra el dolor y el
estrés. También influyen en la modulación del apetito, en la libera-
ción de hormonas sexules y en el fortalecimiento del sistema in-
munitario. Cuando sentimos placer estas sustancias químicas se
multiplican.
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[63] PERLS, F., HEFFERLINE, R.F. y GOODMAN, P., Terapia Ges-
talt: excitación y crecimiento de la personalidad humana. Los li-
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[64] PERLS, F.S. y DUSEN W.V. y TOBIN, S.A. y STEVENS, B y STE-
VENS, J.O. y HALL, R.K. y ENRIGHT, J.B. y RESNICK, S. y CLEMENTS,
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[66.1] Viviendo en los límites. Promolibro. Valencia, 1994.
[67] PETIT. M., La terapia Gestalt. Kairós. Barcelona, 2009.
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[71] POLSTER. E y M., Terapia Gestáltica. Amorrortu Editores.
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[71.1] Cada vida merece ser una novela. Los libros del CTP.
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[72] PRATHER, H., Palabras a mí mismo. Cuatro Vientos. San-
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[73] RAMS, A., Testimonio de un aprendizaje. En Naranjo: Ges-
talt sin fronteras. 1993.
[73.1] Clínica gestáltica. Metáforas de viaje. La Llave. Vitoria,
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[73.2] Veinticinco años de Gestalt. Memorias de un Ges-
taltista precoz. Ediciones La Llave, Vitoria 2004.
[73.3] Gestalt y atención. Ediciones La Llave, Barcelona
2015.
[74] REICH, W., La función del orgasmo. Editorial Paidós, Bue-
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[76.2] Manifestarse gracias al otro. Los libros del CTP. Ma-
drid, 2006.
[77] ROF CARBALLO, J., Violencia y ternura. Editorial Espasa Li-
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[77.1] Urdimbre afectiva y enfermedad. Colección de psiquia-
tría clásica Gallega. Editorial Asociación Gallega de psiquia-
tría. (1999)
[78] SALZMANN DE E., N., Tal como uno hace su cama se
acuesta. La relación de pareja. Editorial Ganesha. Caracas 2000.
[79] SÁNCHEZ, F., Terapia Gestalt: una guía de trabajo.
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[80] SATIR, V., En contacto íntimo. Concepto. México, 1978.
[80.1] Ejercicios para la comunicación humana. Pax. México,
1989.
[81] SHEPARD, M., Fritz Perls. La terapia gestáltica. Paidós. Bue-
nos Aires, 1977.
[82] SCHÄFER, E., Constelaciones kármicas: Viaje del alma en
el mar de la noche. Mandala, Madrid 2017.
[82.1] El Significado de todo lo que una vez fue. Ediciones
Mandala 2019
[82.2] Mama,créeme, yo ya he vivido antes. Ediciones Man-
dala 2019
[83] SCHNAKE, A., Los diálogos del cuerpo. Cuatro Vientos. San-
tiago de Chile, 1999.
[83.1] La voz del síntoma. Cuatro Vientos. Santiago de Chile,
2001.
[83.2] Sonia, te envío los cuadernos café. Cuatro Vientos.
Santiago de Chile, 2003.
[83.3] Enfermedad, síntoma y carácter. Cuatro Vientos. San-
tiago de Chile, 2008.
[84] SCHOCH DE NEUFORN, S., La relación dialogal en Terapia
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[85] SCHUTZ, W., Todos somos uno. Amorrortu Editores. Buenos
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[86] SHAPIRO, F., Supera tu pasado. Kairós , Barcelona 2013.
[87] SINAY, S. y BLASBERG, P., Gestalt para principiantes. Era
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[89] STEVENS, B., No empujes el río. Cuatro Vientos. Chile,
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[89.1] Estallando de risa. Sirio. Málaga, 1984.
[90] STEVENS, J.O., El darse cuenta. Cuatro Vientos. Santiago
de Chile, 2006
[91] STOEHR, T., Aquí, ahora y lo que viene. Paul Goodman y
la psicoterapia Gestalt en tiempos de crisis mundial. Cuatro Vien-
tos. Santiago de Chile, 2007.
[92] TOLLE, E., El poder del ahora. Gaia Ediciones, Móstoles,
(Madrid) 2001.
[92.1] Practicando el poder del ahora. Gaia Ediciones, Mós-
toles (Madrid) 2003.
[92.2] El silencio habla. Gaia Ediciones, Madrid,2003.
[92.3] Un nuevo mundo ahora. Penguin Random House Grupo
Editorial, Barcelona 2020.
[93] THORWALD D. Y RÜDIGER D., La enfermedad como camino.
Editorial Plaza y Janés. 1990.
[94] TSE, L., Tao Te King. Ediciones 29, Barcelona,
[95] TULKU,T., Enseñanzas del corazón. Ediciones La Llave, Vi-
toria 2002.
[96] VAN DUSEN, W., La profundidad natural en el hombre. Cua-
tro Vientos. Santiago de Chile, 1977.
[97] VÁZQUEZ, C., Buscando las palabras para decir. Reflexio-
nes sobre la teoría y la práctica de la Terapia Gestalt. Los libros
del CTP. Madrid, 2008.
[98] VÁZQUEZ, C. y MARTIN, A., Cuando me encuentro con el capi-
tán Garfio, no me engancho. Las mil y una Ediciones. Madrid, 1975.
[99] WHEELER, G., Gestalt reconsiderada. Un nuevo enfoque del
contacto y de las resistencias. Los libros del CTP. Madrid, 2002.
[99.1] Vergüenza y soledad. Cuatro Vientos. Santiago de
Chile, 2008.
[100] WIDMER, K., Pintura-Terapia Gestáltica. Mandala. Madrid,
2005.
[101] YALOM, I.D., Psicoterapia existencial y terapia de grupo.
Paidós Ibérica. Barcelona, 2000.
[100.1] El don de la terapia. Emecé. Barcelona, 2002.
[102] YONTEF, G., Proceso y Diálogo en Psicoterapia Gestáltica.
Cuatro Vientos. Santiago de Chile, 1997.
[103] ZINKER. J., El proceso creativo en terapia Gestalt. Paidós.
Buenos Aires, 1979.
[104] Zukav, G., La danza de los maestros. La física moderna
al alcance de todos. Editorial Argos Vergara, Barcelona, 1981.
ZWILLIGER, J. “Atención, Aquí y Ahora”. Abadon Ediciones. Bue-
nos Aires, 1986.
Nota biográfica de la autora

J OSEFA C AMPOS

MAESTRA, PSICÓLOGA Y LOGOPEDA. Trabaja en educación desde 1982


hasta 1998 y en ese periodo escribe Yo juego, ¿y tú? Método de lec-
toescritura, publicado por la editorial Algibe, en 1993. Disfruta le-
yendo, en coautoría que aún no está publicado.
Desde 1990, hasta la actualidad, es Psicóloga Clínica fundadora
de JERA, Escuela Sevillana de Terapia Gestalt.
Ha escrito numerosos artículos sobre salud mental del ser hu-
mano, pareja, feminidad, sobre el padre, la madre, los hermanos,
etc.
Ha traducido del alemán al español tres títulos e Erika Schäfer,
Mamá créeme, yo ya he vivido antes, Constelaciones kármicas
y El significado de todo lo que una vez fue, publicados por Man-
dala ediciones.
TÍTULOS DE LA COLECCIÓN GESTALT

1. Pintura-terapia gestáltica. Imágenes del alma


Katharina Widmer

2. Musicoterapia gestáltica. Proceso sonírico


María Luisa Manchado

3. Pequeña antología de Salomo Friedlaender


Fragmentos de S. Friedlaender y artículo de L. Frambach

4. El Berlín de Perls:
El espíritu vanguardista en el arte y la terapia Gestalt
Annie Chevreux

5. Meditación Vipassana y Gestalt


Dhiravamsa entrevistado Juan Jose Díaz

6. Ternura y agresividad
Carácter: Gestalt, bioenergética y eneagrama
Juan José Albert Gutiérrez

7. El espíritu dionisíaco de Fritz Perls y de la terapia Gestalt


Emilio Blázquez Domenech

8. Autoasistencia psicológica. DVD


Norberto Levy

9. Arteterapia humanista
Proceso gestáltico a través de los chakas
Elvira Gutiérrez Rodríguez

10. Gestalt vivida


Proceso gestáltico a través de los chakas
Pepa Campos
Revista
Estudios de GESTALT

Nº 1
ESTUDIOS

f El proceso del terapeuta gestáltico. Antonia Canyelles Socias


f La ansiedad según la teoría de la Terapia Gestalt
y su aplicación clínica. Esperanza Miravalles González
f La gestión de la agresividad en la teoría de la Terapia Gestalt
Mª Cristina Rodríguez Inyesto
f La seducción dentro de la Terapia Gestalt
José Julián Górnez López
f La vergüenza. Carlos Cervera López
f La equivocación, la culpa y elperdón.
Amor Hernández Fernández

f Sé un payaso... Sé tú mismo. Clown & Gestalt.


Néstor Muzo Fredes
f Arteterapia gestáltica: Herramientas artísticas en el trabajo
de polaridades. Carmen Pardo Martínez
f Unas gafas gestálticas para mirar el sistema floral de lDr. Bach.
Rosa Medinilla Segura
f El canto de las sirenas. Pelando la cebolla de las
drogo-dependencias. Carmen Benítez e Inmaculada Casas
f Aportaciones de la terapia Gestalt al tratamiento del Síndrome
de Burnout (quemarse por el trabajo) en los profesionales de
la ayuda. María Dolores Baena Sánchez
Nº 2

ENSAYO

fAnte la intemperie existencial: ¿Vertical u horizontal?


Francisco Huneeus

ESTUDIOS

f Aproximación a la terapia infantil gestáltica.


Mercedes Mendikute
f El uso de la Fantasía Dirigida: aplicaciones en niños
y adolescentes. Yael Peña
f Maltratador y Cuidador. Agata Asens Gonzalo
f Las pérdidas y sus duelos en la vida y en la terapia.
Jesús Pinedo
f Música y Gestalt. Emilio Blázquez
f Enteógenes y Gestalt: Un trabajo desde la consciencia.
Raúl Martínez Ibars
f El proceso de creatividad durante la formación en Gestalt.
Maribel Gómez Sanjuán
f Placer y Terapia Gestalt. Javier Egurzegui Lorza

CASO

f Arteterapia y adecuación a las circunstancias. Elvira Gutiérrez

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