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El Derecho inglés tiene caracteres profundamente distintos de los del Derecho continental. La
necesidad de la certeza del Derecho no se sentía de la misma manera en Inglaterra, donde el
common law (el Derecho realizado por los jueces) suponía una barrera al despotismo de los
reyes y donde había una pretensión a considerar el Derecho en forma de ley como
instrumento de poder de los gobernantes. Tampoco había en Inglaterra la necesidad práctica
de simplificación de la administración de la justicia, que fue la aliada más eficaz de las teorías
iluministas en el continente.
Bentham se enmarca por un lado en el iluminismo del siglo XVIII y, por otro, abre el camino
hacia la corriente utilitarista del siglo XIX. En el campo jurídico y político, el problema que
interesó a Bentham fue el de la codificación, al que lo llevó su crítica del sistema jurídico
inglés.
Entre sus obras destacan: A comment on the commentaires, Trait´s de legislation civile et
penale (su obra más importante, publicada por un discípulo suyo retocando sus manuscritos) y
An introduction to the principles of morals and legislation (su mayor obra filosófica).
Aunque para Bentham, a diferencia del Derecho positivo, el Derecho que <<debe ser>> es el
mismo en cierta medida en todos los países; su empirismo utilitarista impide una aceptación
del iusnaturalismo como consecuencia del carácter metafísico del mismo. Considera al
Derecho natural y a sus sinónimos, incluida la justicia, como grandes mascaradas del principio
de utilidad. Para Bentham, donde no hay leyes ni gobierno no existen derechos (vieja tesis de
Hobbes).
3. LA TEORÍA BENTHAMIANA DE LA CODIFICACIÓN
Bentham parece alejarse de los ideales filosófico-jurídicos del iluminismo por su repulsa a la
doctrina de los derechos innatos; sin embargo, participa de ella en todo lo que se refiere a la
exigencia de universalidad, simplicidad y certeza de la legislación. Para su mentalidad
racionalista e iluminista era inadmisible la ausencia de sistematicidad del Derecho inglés, de
ahí su crítica al common law. A partir de ella intentó el proyecto de una especie de
sistematización de las reglas jurídicas fundamentales del ordenamiento inglés, concibiendo
una reforma radical del mismo a través de una codificación completa articulada en tres partes:
D. civil, penal y constitucional.
Bentham llega al final a la misma conclusión a la que habían llegado los críticos iluministas del
Derecho común continental: la necesidad de la codificación y de la máxima limitación de los
poderes de los jueces, con razón de la necesidad de la certeza del Derecho, sin la cual no están
asegurados los derechos de los individuos.
Según Bentham, el código, para ser orgánico, simple y tener valor universal, debía redactarse
por una sola persona elegida por concurso público y no retribuida. Además, debía realizar el
principio de la mayor felicidad del mayor número. También debía ser completo, de forma que
impidiera la creación del Derecho por parte de los jueces. Por último, sus normas debían ser
claras y precisas, y motivadas de tal forma que ciudadanos y jueces pudieran darse cuenta de
sus fines.
Sin embargo, las ideas filosóficas de Bentham no tuvieron éxito en Inglaterra; solo sirvieron
para ayuda en el terreno doctrinal la actividad codificadora de varios Estados.
Bentham es considerado hoy por muchos como el iniciador de la teoría del positivismo
jurídico, en tanto que se supone que habría llegado a una determinación del concepto de
Derecho que exigiría un tratamiento científico. Esto no parece defendible con seguridad a
propósito de Bentham, sino que fue hecho, o intentado, por su amigo y seguidor Austin.
Bentham parece concebir el Derecho exclusivamente como un mandato cuya primera fuente
es un ente soberano. Esto recuerda al pensamiento de Hobbes, según el cual solamente es ley,
propia y verdaderamente, el mandato de quien tiene poder sobre los demás. Con esa
definición de Derecho, Bentham formula una determinación de la categoría jurídica que le
permite analizar y definir los distintos conceptos jurídicos, sobe la base de que ellos no tienen
por sí mismos ninguna realidad, sino que son <<entidades ficticias>>, creadas por el Derecho
en cuanto mandato de un ente soberano, para determinar los sujetos y el objeto del Derecho y
para describir sus distintos caracteres y para indicar sus requisitos.
Esta consideración del concepto de Derecho no puede considerarse como simplista, sobre
todo en relación al problema de la distinción entre Derecho y moral, que finalmente resuelve
en el reconocimiento del propio objeto del Derecho en los Limits of jurisprudence defined.
Surge la duda de la opinión extendida según la cual Bentham habría dado el impulso a un
tratamiento científico-analítico del Derecho. Bentham escribe que los objetos de un libro de
teoría del Derecho puede ser dos: lo que el Derecho es (teoría del Derecho expositiva), y lo que
debería ser (teoría del Derecho censoria o arte de la legislación). El procedimiento de Bentham
es muy parecido al de Hobbes, con el que tiene en común la reducción del concepto de
Derecho al mandato de un soberano. El fin de ambos es una reforma legislativa, a la que va
encaminada aquella consideración aparentemente científica del Derecho, que llevará a una
teoría sistemática solamente con Austin, quien no pretenderá ningún intento reformador.
La misma distinción entre Derecho como es y Derecho como debe ser no constituye, en la obra
de Bentham, un tratamiento científico de lo primero. Para él, esto es propiamente la función
censoria, reivindicando para el jurista la función de criticar el Derecho como es en base a la
idea del Derecho como debe ser, referida al principio ético de la mayor felicidad del mayor
número.
Austin profesó el campo de la moral e utilitarismo. Dedicó páginas a la defensa del principio de
utilidad, pero como no tenía intereses reformadores, desarrolló casi exclusivamente el estudio
analítico del Derecho positivo. Austin hace una distinción entre teoría general del Derecho o
filosofía del Derecho positivo, que contempla el Derecho como efectivamente es, bueno o
malo; y ciencia de la legislación, que se ocupa del Derecho como debería ser para ser bueno, y
que forma parte de la ética. Austin, a diferencia de Bentham, se centró en la primera forma de
contemplar el Derecho, limitando su estudio al del Derecho positivo, al del Derecho <<que
es>>, es decir, de la general jurisprudence.
Según Austin, el Derecho positivo es el Derecho establecido por los superiores políticos a los
inferiores políticos. Es decir, el Derecho es un mandato y aquel al que se dirige queda obligado
o vinculado al mismo, esto es, queda sometido al deber de obedecerlo, siempre por el temor a
la sanción. Por ello, en definitiva, mandato, deber y sanción son términos inseparablemente
unidos.
Además, añade que todas las normas de las que derive un deber a través de la amenaza de la
sanción que no puedan configurarse como mandatos, no constituyen Derecho. Por ejemplo,
las que él reúne bajo el nombre de "moralidad positiva", es decir, aquellas normas derivadas
de la opinión o de los sentimientos.
Por otra parte, Austin clarifica el Derecho positivo considerándolo como el "establecido por
una persona soberana o por un grupo soberano de personas a uno o más miembros de la
sociedad política independiente en la que aquella persona o aquel grupo es soberano"; con
esta concesión del Derecho, Austin está reconduciéndose a Hobbes. El Derecho es solamente
un mandato, y el mandato que constituye el Derecho es solamente el del Estado.
Sin embargo, Austin no niega el carácter de Derecho al common law apelando el argumento de
que el Derecho es Derecho positivo aunque no provenga directamente del soberano, con tal
de que quien lo cree tenga poder para crearlo (el Estado otorga a los jueces el poder de
crearlo). Austin no condena el common law de la misma manera que Bentham, pero pone de
manifiesto muchos defectos del sistema inglés del Derecho judicial y auspicia la codificación.
Acoge en gran parte la crítica de Savigny y la estima justificada no en cuanto a la codificación
en general sino en cuanto a las ya realizadas. Al contrario que los iluministas, Austin sostenía
que el código no debía modificar su contenido, debiéndose limitar a dar una estructura
unitaria y coherente al Derecho vigente, reformándolo solo en el aspecto técnico y no en el
político o ético.
Austin, en definitiva, mediante el análisis de los conceptos jurídicos, está construyendo una
doctrina general del Derecho constituida por una serie de conceptos meramente formales. Así,
está realizando, de forma más amplia y con una adhesión más estricta al Derecho positivo, la
misma labor que los juristas kantianos.
La doctrina austiniana tiene una importancia considerable, pues supone una prueba de la
tendencia de las teorías filosófico-jurídicas que desembocará en el positivismo jurídico. Sin
embargo, surgen dudas acerca de la legitimidad de la misma en tanto que pueda ser abstracta
y pierda de vista la compleja realidad del Derecho. En general, la distinción de Austin entre
normas jurídicas y moralidad positiva no resulta convincente.
Su doctrina se desarrolla partiendo del utilitarismo de Bentham y de Jaime Mill, su padre. Juan
Stuart Mill se ocupó también de los problemas filosófico-jurídicos, realizando un agudo estudio
del pensamiento austiniano. Su principal obra de moral es Utilitarianism, en la que realiza su
teoría de la justicia. Profesó un utilitarismo de inspiración benthamiana, pero su concepción de
la moral como cálculo de los placeres englobaba también el grado de cantidad de estos y su
calidad. Para Mill en el hombre hay una tendencia individual, altruista y de utilidad social.
Por ello, para Mill, la Justicia es la parte más importante de la moral ("La Justicia es un nombre
que indica ciertas clases de normas relativas más estrictamente a lo que es esencial al
bienestar humano, y por ello obligan de forma más absoluta que cualesquiera otras normas de
conducta"). La misma regla de la igualdad ("cada uno debe contar por uno, ninguno por más
de uno") es válida en cuanto es socialmente útil. Las desigualdades sociales asumen carácter
de injusticia en cuanto que dejan de ser útiles. Todo esto se trata n realidad de las clásicas tesis
del empirismo. con ellas, se hace constar la tradición utilitarista y empirista inglesa, unida al
positivismo.