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POZAS DE SEDIMENTACIÓN
Las pozas de sedimentación son las últimas estructuras que se disponen en la cadena
de la erosión. Sus funciones son: retener las aguas durante un período de tiempo
suficiente que permita clarificarlas al decantarse los sólidos que arrastran en
suspensión y posibilitar el almacenamiento de esos materiales hasta que se realice la
limpieza de dichas estructuras.
Las pozas que más se utilizan son de dos tipos: Las excavadas en el propio terreno,
con o sin revestimiento, y las construidas como pequeñas presas de tierra. Estas úl-
timas, son las más fáciles de hacer, siempre que la topografía lo permita, ya que en
casi todas las explotaciones se dispone de materiales estériles.
En cuanto a la capacidad de las pozas, ésta debe ser tal que permita retener un
determinado porcentaje de los sólidos en suspensión y, simultáneamente, un
volumen suficiente para su almacenamiento durante cierto período de tiempo. Guy
(1979) recomienda un volumen de diseño capaz de albergar los sedimentos
producidos durante 3 años, estimándose estos a partir de la Ecuación Universal de
Pérdidas de Suelo o cualquier otro método empírico; o 300 m3 por cada hectárea de
terreno afectada que se drena y un volumen mínimo de 100 m3, si se demuestra que
la eliminación de sedimentos por otros sistemas de control es igual al volumen de
almacenamiento reducido. Pueden emplearse mayores capacidades de alma-
cenamiento cuando se desee reducir la frecuencia de las labores de limpieza.
Tabla 1
PARTÍCULA DE INTERVALO DE
SUELO DIÁMETROS (mm)
Arena muy gruesa 2-1
Arena gruesa 1-0.5
Arena media 0.5-0.25
Arena fina 0.25-0.10
Arena muy fina 0.10-0.05
Limo 0.05-0.002
Arcilla < 0.002
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José AVELLANEDA PURI
FACULTAD DE INGENIERÍA DE MINAS
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2º. Se determina el tamaño medio de las partículas que han de depositarse en las
pozas hasta alcanzar la concentración en sólidos permitida para el vertido del
efluente en un cauce exterior.
3º. Se calcula la velocidad de sedimentación de las partículas, en función del
diámetro de estas. De acuerdo con la Ley de Stokes esta se determina con la
expresión:
Vs = g (S-1). D2
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donde:
Las partículas más pequeñas que pueden decantarse en la práctica son las de
limo (0.002 mm), que descienden unos 17 cm en 24 horas cuando el agua se
encuentra a 0°C. Las partículas de arcilla pueden tardar en decantarse desde 30
horas hasta incluso años.
Tabla 2
VISCOSIDAD CINEMÁTICA
TEMPERATURA °C
(cm2/s)
0 0.01792
5 0.01519
10 0.01308
15 0.01141
20 0.01007
25 0.00897
30 0.00804
A= Q
Vs
Dónde:
esto supone un caudal de 0.0974 m3/s. Sin embargo, este caudal es probablemente
menor, ya que la precipitación tendrá lugar en un tiempo inferior a las 24 horas. Para
estimar el periodo de tiempo durante el cual se producirá la máxima precipitación
puede emplearse la siguiente fórmula:
T = 236(Es – 5)
siendo:
Resulta pues:
T= 236(127- 5) = 28,792s
El caudal máximo se calcula ahora dividiendo el volumen total de agua “R” por la
duración de la precipitación máxima “T”.
La superficie de agua que se necesita para la poza con el fin de eliminar todas las
partículas sólidas con un diámetro mayor o igual a 0.005 cm se calcula con A = Q/Vs
como:
resulta:
A = Q = 0.292 = 221.2 m2
Vs 0,00132
Como en la realidad las partículas no son esféricas y agua no está en reposo, se aplica a
la superficie necesaria un factor corrector de 1.2, con lo que:
H = R = 8,414 m3 = 31.7 m
A 265.45 m2
Esta nueva profundidad será más práctica y permitiría reducir la turbulencia del agua,
incrementar el tiempo de residencia y eliminar partículas sólidas menores que la arena
muy fina.
Figura 2. Especificaciones de diseño de las pozas de sedimentación. (Skelly and Loy, 1979)
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Los elementos de desagüe para evacuar el área decantada son muy variados. El tipo
más empleado, consiste en una chimenea o torre exenta situada en una zona en la que
se espera que siempre se acumule agua de decantación.
Dispone de unas aberturas a través de las que cae el agua decantada, para luego
circular por una tubería conectada en su base y que atraviesa la base del dique, este
sistema tiene la ventaja de requerir muy poco mantenimiento y a seguir siendo un
elemento de drenaje tras el abandono de la presa. Figura 4.
Existen otros sistemas de desagüe como es, el de tipo subterráneo, de sifón, etc. Pero
que son más costosos, más caros de mantenimiento y menos prácticos.
Con el fin de aumentar el recorrido del agua contaminada una vez que ésta entra en el
lago de la presa, y evitar la existencia de “zonas muertas” de decantación, se dispone
en ocasiones de pantallas o barreras situadas entre el aliviadero principal y el punto de
entrada del agua a la presa. Figura 5.
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Figura 5. Barreras para evitar las zonas muertas de circulación del agua
Una zona delicada es la de paso de la tubería de desagüe bajo la base del dique, ya
que por defectos de compactación pueden establecerse flujos periféricos al conducto
que den lugar a una erosión de los materiales adyacentes y rotura del dique. Para
evitarlo se colocan dos placas reflectores a una distancia entre el inferior a 14 veces la
dimensión de las placas sobre la tubería. Figura 6. Estos elementos solo se
recomiendan cuando la altura de las pozas es superior a los 3 m o cuando los materiales
del dique son poco arcillosos y el diámetro de la tubería de desagüe es mayor de 25
cm.
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En cuanto a la construcción de los diques, ésta se llevará a cabo con material limpio de
suelo, raíces, restos de vegetación, desechos de carbón o arenas y gravas muy
permeables. Los taludes máximos permitidos son de 2:1 y la suma aritmética de los
taludes de aguas abajo y aguas arriba no podrá ser menor de 5:1. El talud de aguas
arriba de las pozas es, normalmente, más tendido que el de aguas abajo y está
protegido por escollera frente a la acción erosivas del oleaje que pueda producirse. El
talud de aguas abajo se suele proteger mediante revegetación.
Antes de construir el dique, es necesario limpiar la base del suelo y revegetación, así
como excavar una zanja, de entre 0.6 a 1.12 m de ancho a lo largo de la presa y con
taludes laterales de 1:1.
La altura del dique debe ser, como mínimo, un 5% mayor que la altura del diseño para
permitir la sedimentación si los equipos de transporte del material de construcción se
utilizan para compactar las longadas, de 15 a 20 cm de espesor, se deberá incrementar
la citada altura en un 10% la anchura de coronación no debe ser nunca menor que la
suma de la altura en metros más 10.5 dividido por cinco.
Cuando la altura de diseño de la presa excede de 6 m, el diseño del dique debe ser
proyectado por un técnico para que tenga el factor de seguridad superior a 1.5.
Por último indicar que cuando las superficies afectadas que se desean drenar son
inferiores a las 2 ha, es suficiente con disponer de pequeñas pozas o trampas de
sedimentación temporales con una capacidad de 130 m3/ha En esos casos los
sedimentos acumulados deben retirarse cuando la capacidad quede reducida a la
mitad.
Los taludes laterales, cuando las pozas se construyen excavando pequeños huecos o
cuando se utilizan materiales sueltos compactados, deben ser de 20H:1V como mínimo.
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Un aspecto que no debe olvidarse, es el impedir el acceso a las presas a las personas
ajenas a las explotaciones, y a los propios animales, ya que suelen constituir un lugar
atractivo, especialmente para los niños, y al mismo tiempo peligroso.
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